El Harem 2: Las nuevas hazañas de Carmen
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por lucius7.
A la mañana siguiente, Carmen fue la primera en despertar y al hacerlo vio en la cama aquella escena que jamas olvidaria.
Sarita, su pequeña hermanita de 10 años, desnuda y en los brazos de Carlos quien estaba a punto de cumplir los 20.
No pudo evitar recordar cómo esa imagen le recordaba a sí misma y a su tío Juan 6 años atrás.
Ahora con sus 17 años, era toda una experta en el sexo y ya había perdido la cuenta de con cuantos hombres se había acostado.
Pensaba en el hecho que tanto a Ana de ya 12 y a Sara, les esperaría el mismo destino en manos de Carlos.
Sin perder mas su tiempo, decidió salir a la tienda a comprar cosas que necesitaba en el hogar, así que se dio un baño y se puso una blusa de tirantes azul sin sostén, unos calzones cacheteros negros y una falda que si bien no era tan corta, el viento fuerte de la tarde podía moverla haciendo que esta se elevara a niveles que dejarían sus cacheteros a la vista del público.
Pero esto no le importaba a ella, así era su manera de vestir y no estaba por cambiarla por ningún motivo.
Salió arreglada caminando hacia la tienda, a los pocos minutos, se dio cuenta que un vehículo la seguía, no sintió miedo pues de seguro era alguien conocido que queria solicitar sus servicios sexuales asi que espero.
Una camioneta se detuvo a su lado, dos hombres dentro de ella le ofrecieron una buena suma de dinero a cambio de que fuera con ellos a una casa cercana.
Carmen aceptó y subió al vehículo, llegaron a una casa muy cerca de ahi, ella bajo y los hombres tras de ella le dieron el paso hacia el interior de la casa.
En la sala, había botana y muchas bebidas, también había música al gusto de Carmen así que se sintio comoda.
Tomó una botella de cerveza y la bebió de un solo trago, platico un rato de mil tonterías con los dos hombres hasta que el efecto del alcohol surgió efecto y se empezó a desnudar frente a ellos.
Pocos minutos después, ya estaban todos desnudos y Carmen de rodillas en medio de la sala mamando la verga de uno mientras con su mano masturbaba al otro.
La colocaron en cuatro sobre una mesita de centro y uno de ellos sin perder tiempo la penetró por la vagina mientras ella con su boca satisfacía al segundo.
Sin que Carmen se diera cuenta, uno de ellos hizo un par de llamadas y después de unos minutos tres hombres más entraron por la puerta.
Carmen ya sabía lo que le esperaba pero no hizo el más mínimo intento por negarse, al contrario, solo seguía tomando cerveza y mamando vergas mientras ellos se turnaban para penetrarla.
Mientras ella mamaba el pene de uno, otro la penetraba por la vagina y sintió como escupió en su ano para meterle un dedo y prepararla para lo que venía.
Carmen no podía negar el hecho que el sexo anal era una de las cosas que más le gustaba del sexo, el solo sentir su culo abierto por una verga era un placer inexplicable y algo que ella disfrutaba.
Aquel hombre sacó su pene de la vagina de Carmen y apuntó hacia su ano, lento pero seguro, empujo hasta que aquel esfínter se abrió y le dio el paso.
El bombeo no se dio a esperar y pronto Carmen podía sentir los huevos de aquel hombre chocar contra su vagina.
Todos y cada uno de los hombres ahí presentes se turnaron para gozar de los tres orificios de Carmen, pero el morbo de ellos era mas, asi que llamaron a más hombres para gozar con ella.
Había ya pasado casi una hora desde que Carmen llegó a esa casa con dos hombres y ya había casi 20 tipos rodeándola en la sala.
Mientras ella montaba a uno siendo penetrada por la vagina, otro de ellos la empujó para dejarla con el culo en alto.
Ella misma separo sus nalgas para facilitar lo que venia, asi que sintió como aquel hombre entraba en su culo sin problema alguno.
Así estuvo varios minutos más, recibiendo vergas por el ano, la vagina y por la boca, y aun lo que le faltaba, pues muchos sabían de las habilidades de Carmen y decidieron aprovechar que la tenían ebria y a su disposición.
Uno de ellos la tomó y la hizo que lo montara metiendo su pene por su vagina, otro de ellos se coloco detrás de ella y con la ayuda de saliva, tomó su pene e hizo presión para meterlo en la vagina de Carmen haciéndole un doble vaginal.
Carmen gemia como perra mientras recibia dos vergas en la vagina y mientras otra le entraba ya en la boca.
Así estuvieron turnándose todos los hombres que para ese entonces ya eran casi 30 de ellos.
Vergas de todos los tamaños entraban y salían de una o dos de la vagina de Carmen la cual estaba completamente abierta y no oponia resistencia alguna.
Carmen disfrutaba de este acto, y por el alcohol ingerido, su cuerpo podía resistir más de lo normal.
Fue así que a uno de ellos se le ocurrió hacer mas cosas con ella y al tenerla en la mesa de centro, la hicieron montar a un hombre quedando frente a frente pero con el pene en el ano.
Así por unos minutos cabalgó a aquel hombre de unos cuantos años más que ella sin quejarse.
Un segundo hombre la empujó hasta que quedó con empinada con el pene de aquel hombre aun dentro de su ano, y tomando su pene se hizo espacio para penetrar el ano de Carmen quien, si bien ya tenía uno dentro, no se quejo para nada al sentir que un segundo pene invadía su culo.
Carmen pudo sentir como su esfínter se dilataba a niveles que ni ella pensaba que serían posibles, pero el nivel de excitación y el nivel de alcohol en su sangre hacian que un placer inimaginable le rodeara el cuerpo.
La punta de aquel pene entro en su ano y ella lanzó un gemido de placer mezclado con dolor, pero las sesiones de sexo con Carlos y con todos los demás hombres la habían preparado para esto y lo disfrutaba.
Al cabo de unos minutos, sintió como el vientre de aquel segundo hombre tocaba sus nalgas, dando señal que todo su pene estaba dentro.
No lo podía creer, tenía dos penes dentro de su ano y no pudo evitar sentir algo de orgullo con su nueva hazaña.
Durante un largo tiempo, aquellos hombres se turnaban para poder penetrar el dilatado ano de Carmen quien seguía bebiendo y disfrutando de lo que todos aquellos hombres le hacían.
Su ano y su vagina recibieron verga durante varias horas más y al final, los casi 30 hombres que la rodeaban, la colocaron empinada en la mesa de centro y se turnaban para penetrarla y vaciarse dentro de su ano o vagina.
Varios de ellos decidieron que su espalda, pelo o sus morenas nalgas eran el blanco perfecto.
Eran casi las 4 de la tarde cuando todos se retiraron de la casa y dejaron a Carmen desnuda y bañada en semen.
Casi sin energía, ella se levantó como pudo y se fue al baño a enjuagar su cuerpo, pudo sentir como su ano y su vagina estaban completamente abiertos.
Por todo su cuerpo, escurrian chorros de semen y pudo sentir cómo salían grandes cantidades de su ano y su vagina.
Al tocar su ano, pudo notar cómo podía meter cuatro de sus dedos en él sin hacer fuerza.
Podía sentir como su ano se abría para recibir sus dedos sin problema alguno.
El ardor en su ano era muy fuerte pero ella lo era aún más y resistió sin quejarse la faena de aquellos hombres.
Una vez limpia, se vistió y tomó el dinero que le habían dejado en la mesa, llamó un taxi y se fue a su casa.
Ella pensaba llegar a descansar, pero al llegar a su casa, pudo ver que ya varios hombres la estaban esperando en la sala, y sin poder decir nada, volvió a servir como esclava sexual al servicio de sus hombres.
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