El Harem 5: El Regalo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por lucius7.
Carmen estaba desnuda en su cama esperando a Carlos, el regreso con una bolsa en la mano de la cual sacó una botella de lubricante.
Volvió a besarse apasionadamente con Carmen para encender motores y mientras hacian un 69 tomo el lubricante y metió dos de sus dedos en el ano de Carmen.
Ella no se opuso pues sabía que para algo la estaba lubricando, después la coloco boca abajo con unas almohadas debajo para dejar que su culo quedara elevado y así facilitar su trabajo.
Mientras ella le ayudaba separando sus nalgas con sus manos, Carlos puso más lubricante en el ano de Carmen y metió ahora tres de sus dedos en el, los metia y sacaba a su antojo pues le causaba morbo ver como entraban sin esfuerzo.
Siguió taladrando con sus dedos ese hermoso culo hasta que metió cuatro dedos dentro.
El ano de Carmen estaba tan dilatado que Carlos podía meter sus cuatro dedos casi hasta la base del pulgar.
Varios minutos después, montó a Carmen así como estaba y dirigió su pene hacia la entrada de aquel hermoso culo.
La cabeza de su pene se abrió paso por el esfínter de Carmen sin que éste opusiera resistencia alguna.
Parecia increible la diferencia que ahora podía sentir en la dilatación de su ano, era como si estuviera penetrando una vagina.
Entro y salio del culo de Carmen por varios minutos mientras ella gemía y seguía separando sus nalgas con sus manos.
Carlos saco su pene y pudo ver como el ano de Carmen quedaba completamente abierto, era como si un hoyo negro se hubiese aparecido entre sus nalgas.
El esfínter palpitante de su amante estaba completamente relajado y pudo volver a penetrarla a su gusto.
Carlos repitió lo mismo varias veces emocionado por como Carmen podía mantener su culo abierto a ese nivel.
La facilidad con al que su pene entraba y salía era fascinante y los gemidos de Carmen lo eran aún más.
Mientras tenía su pene dentro de ella, Carlos tomó más lubricante y lo aplicó al culo de Carmen.
Con cuidado y lentamente, metió uno de sus dedos dentro abriendo el ya dilatado ano.
Después de unos segundos, metió otro dedo y luego otro más, Carmen ya sentía como el pene de Carlos entraba y salía de su culo acompañado de sus tres dedos.
Ella solo hacía más presión para abrir más sus nalgas y levantaba sus caderas haciendo que su culo se levantara a un más.
Carlos estaba super excitado y al cabo de unos minutos decidió meter un cuarto dedo al culo de Carmen quien solo lanzo un gemido ahogado pues si bien no le dolía, la presión que generaba tener un pene y 4 dedos en el ano era grande.
Así estuvieron durante varios minutos en los cuales Carlos taladraba a su gusto el ano de Carmen, mientras su pene entraba sus dedos salían causándole un placer infinito.
Carmen sole respiraba agitadamente mientras seguía separando sus nalgas con sus manos para dejar que Carlos pudiera ver bien.
Cuando Carlos sacó sus dedos y su pene del culo de Carmen, pudo ver la magnitud de la dilatación, ella podía mantener su ano tan abierto que el podia facilmente meter su pene de nuevo sin siquiera esforzarse para nada.
La dejo ahí por un momento mientras el iba a la cocina y regresó con un pepino y llenándolo de lubricante lo metio al culo de Carmen.
El pepino era muy largo y casi el doble del grosor del pene de Carlos, lo metio hasta la mitad y comenzo un mete y saca viendo como Carmen gemía y recibia tremendo instrumento.
Carmen solo sentía como ese pepino entraba y salía de su ano dejándola abierta completamente, podía ella misma sentir como su ano se abría para dejar que ese vegetal se alojara en su recto sin problema alguno.
Carmen pudo sentir como Carlos dejó el pepino dentro hasta la mitad y la volvió a montar, no sabía lo que él pretendía, pero algo pasaba por su cabeza solo que no sabia si seria posible.
Carlos monto a Carmen de nuevo, mientras ella seguía con medio pepino dentro de su ano y sus manos sosteniendo sus nalgas, el aplico mas lubricante y dirigió la punta de su pene alano de Carmen.
Ella intentó moverse, pero Carlos la detuvo con una mano en su espalda y diciéndole que no se moviera y que siguiera abriendo sus glúteos.
La punta del pene de Carlos toco el borde del ano de Carmen, el hizo un poco de presión empujando el pepino hacia abajo mientras empujaba hacia adelante para intentar hacer espacio para su pene en el ano de Carmen pero este no cedía a la presión.
Carlos siguió intentando hasta que poco a poco, el ano de Carmen empezó a dilatarse más y la punta del pene de Carlos se empezó a alojar dentro.
Carmen enterró su cara en la cama para ahogar sus quejidos que eran una mezcla de placer y dolor.
El sentir como un pene le entraba en el culo mientras tenía ya un pepino dentro era algo que jamás había sentido, y a pesar del dolor que sentía, algo muy dentro de ella, la hacia sentir placer.
La mitad del pene de Carlos ya estaba dentro y fue entonces cuando él comenzó el vaivén para poder causarle más placer a Carmen.
Ni él mismo podía creer cómo una chica de 17 años podía dilatar su culo a semejantes dimensiones y aun gozar por ello.
Mientras pensaba en esto, Carmen por fin había empezado a usar sus manos para otra cosa, y se apoyaba sobre la cama para empujar hacia arriba con sus cadera haciendo que el pene de Carlos entrara más en su ano.
Al cabo de unos minutos, Carlos pudo sentir en su vientre la piel de las nalgas de Carmen lo que indicaba que todo su pene se alojaba dentro de su recto a la par de aquel pepino.
El mete y saca sugui por varios minutos mientras Carmen gemía sintiéndose completamente llena.
Carlos no pudo evitar llevar al orgasmo y se vació dentro del ano de Carmen llenándola una vez más, de su semen.
Quedó encima de ella por un par de minutos, los dos sudando a chorros, cansados por la faena anterior.
Carlos se levanto y saco su pene del ano de Carmen, con cuidado y lentamente, retiro el pepino también y Carmen automáticamente llevó sus manos a sus nalgas y las separó justo antes que el pepino saliera en su totalidad.
Al sacar el pepino, Carlos noto la dilatación del ano de Carmen, era increíble lo abierto que su culo había quedado.
Carmen levanto mas su culo dejando a la vista el hueco entre sus glúteos, la morbosidad de Carlos dio para más, y con un deseo incontrolable, metio 4 de sus dedos en ese abierto ano sin ningún problema.
Sus dedos entraban y salían haciendo un sonido de vacío al salir que hacía que la excitación de Carlos llegara a niveles que ni él mismo conocía.
Carmen seguía gimiendo pues el placer que esto le provocaba era incomparable, jamás se imaginó que su cuerpo fuera capaz de soportar tremendos castigos.
MIentras Carlos metia la sus cinco dedos en el ano de Carmen casi hasta los nudillos, llevó el pepino lleno de lubricante y se lo metio por la vagina.
Con una mano en su culo y la otra metiendo y sacando el pepino de su vagina, le provocó a Carmen el orgasmo mas rico que jamas habia sentido en su vida.
Carmen quedó agotada desnuda sobre la cama, su ano y vagina abiertos e irritados por el abuso al que habían sido sometidos.
Carlos a su lado, pasaron el resto del día descansando sin que Carmen recibiera clientes.
Disfrutaron de un día solos en pareja como hacia ya mucho que no lo hacian.
El domingo llegó y Alguien llamó a la puerta, era Anita.
En sus manos llevaba una caja envuelta, era un regalo para Carlos de parte del cliente.
Al abrir la caja se dio cuenta que la caja contenía cerca de $4000 dólares más y al fonde venía un dvd.
Carlos miró a Ana y se dio cuenta que la nena estaba en buenas condiciones pero muy agotada, así que le ordenó a Carmen que la llevara a la ducha para que descansara después.
Al terminar esto, Carmen se dirigió a la sala mientras Ana descansaba en el cuarto, miro que Carlos estaba poniendo el dvd para ver de que se trataba.
En la pantalla de la televisión, apareció un hombre en una sala, al fondo estaba Anita en un uniforme escolar.
El hombre que frente a la cámara habló:
“Hola, les presento a mi alumna, ella se llama Anita y tiene 12 años, espero disfruten nuestro video de regalo.
Solo espero, que los demás maestros lleguen a tiempo…”
El video se cortó por unos segundos y otra imagen apareció en la pantalla, esta vez, varios hombres rodeaban a Ana quien estaba de rodillas a la mitad de la sala.
Sus ojos vendados mientras que los hombres estaba ya desnudos, al contarlos, Carlos llegó a 25.
Solo podía imaginarse lo que seguía, y esto lejos de molestarle, le excitaba, este si que era un buen regalo.
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