El Incubo del Internado 31
Jay sigue descubriendo locuras de erotismo en esa extraña ciudad, pero algunas son más peligrosas que otras, aquelarre….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
Capitulo 31
El tiempo siguió avanzando, el invierno iba como a la mitad, y el frio helaba los intentos de incrementar el libido de los estudiantes, lo que para el incubo era un martirio, por lo que atacaba a alguna estudiante o maestra de vez en cuando, no sería pocas las veces que llegaría a un salón donde una mujer fuera víctima de ese acoso sexual tan impactante, levitaban mientras la ropa caía, al tiempo que sus orificios eran usados de manera sexual intensa, en una violación sobrenatural hasta que iba llenándolos de una extraña leche grisácea, si en veces terminaba por reclamar a la mujer, o bueno, al menos cuando era Holly o Sage, porque no dejaban de disfrutar de ambas, si empezaba a gozar de aquello, y al despertar, lejos de enojarse, me miraban con ganas de seguir siendo violadas, realmente estaban enloqueciendo, para mi entero disfrute. Aquella locura sexual a más de un estudiante poco le importaba, pues tampoco faltaba que llegara justo cuando algún suertudo aprovechara para disfrutar de la última víctima del incubo, entre esos se hallaba el profe Snape, el de gimnasia, o alumnos como mi primo pit, más ya no me importaba, la verdad prácticamente tenía un harem formado, cada que podía tenía alguna cita con Tea, y al final casi siempre lo hacía en algún lugar excitante, también disfrutaba de Drew y Michelle, juntas o separadas, así mismo: Elisa, Lexi eran de las estudiantes que no pasaba día sin que de una forma u otra disfrutara de sus cuerpos, al igual de era el caso de las maestras mencionadas, pero tenía mi gusto especial con Kim o Marón, quienes parecían buscarme para gozar del sexo como yo lo quisiera, pero seguía sin poder disfrutar de Tamy y Sary, quienes siempre jugaban de manera erótica, y debo admitir que nada de eso le gustaba a Giby o Angie porque sentían que las hacía a un lado, aunque también era cierto porque prefería evitar lo que bien me advirtieron los jefes de casas, mientras tanto Simón seguía tratando de conquistar a Tesi, sin muy buenos resultados, sin embargo no es como si todos sus esfuerzos fueran en vano, por suerte el boxeo iba muy bien, de hecho eso ultimo sería importante en los días que siguieron, ahora que estaba metido en toda esta porquería de las familias tuve que ir a algunas reuniones, sin duda parecía una especie de mafia que dirigía todo: negocios, medios locales, policía, ahí me di cuenta que hasta la milicia estaba muerta y todo lo que había era una fachada triste para que nadie se diera cuenta de nada, la verdad es que aquello se iba volviendo difícil, gracias a los cuervos nos enteramos que algunos supuestos accidentes eran parte de un pleito entre las casas con la secta, donde los lobos acabaron mal, al igual que las tarántulas, veían como las familias sin reliquias se encontraban en peores condiciones, pues en estos había más agresiones, detallé que no le gusto a la líder de estas últimas, la verdad era muy aburrido, aunque participé más que Steve o Simón, pues el primero no sabía ni que hacer, y el segundo aunque enterado ignoraba como responder, también me encontré con Beni, con quien finalmente pude hacer paces, pues creía que tomaría represalias por ser de otro bando, no les gustaba mucho, pero de mi parte dije:
Lástima que la milicia esta fuera, porque bien manejadas podríamos encargarnos de los sectarios, pero como sólo esta de broma, casi es lo mismo con la policía local, ni cómo hacerlo, con razón no pudieron hacerle nada al viejo – sentencie con malicia.
Ellos me miraron inquietos, a fin de cuentas era el único verdadero soldado aparte del viejo, eh imaginaba lo que deseaban, pero poco me importaba, si acaso les dije que no haría nada gratis, cuál sería el precio a pagar, era la duda y por mi parte estaba dispuesto a defender a los Búhos como Cuervos, con ellos tenía trato, con los demás nada, y menos con los carneros que antes me atacaron a través de mis hermanas, aunque eso ultimo no se los dije, así que la suerte estaba echada y muchos verían como arreglárselas, por mi parte por petición del viejo búho fui a la mansión para revisar la seguridad, la verdad era un desastre, nada bueno se veía, cámaras mal conectadas, los guardias estaban hechos un asco, más parecían viejos viciosos buscando niñas que violar a algo más, si acaso tenían a un amanerado metrosexual que daba la cara, pero cuando quise probarlo para ver que tan fiero era, no sólo no duró más de un golpe, también lo hice llorar de manera lastimosa, era patético, así que al menos me quedaría unos días haciendo arreglos, bueno casi, en realidad tendría que ir los fines de semana para hacerlos, por suerte en cuanto a materiales no me faltaron, y Tea no perdía la oportunidad de verme trabajar, mientras me coqueteaba, carajo que más de una vez por distraerme terminé cortándome o algo más, pero me desquitaba jugando con ella.
Era delicioso llegar a su lado y besarla, tomar entre mis brazos su cuerpo acariciando su breve cintura, o sobando sus redondos pechos, nuestras lenguas jugaban, alcanzaba su panti, tentaba su vulva que se humedecía, a veces tanto que parecía que se había orinado, pero no era así, sólo que la chica era bien caliente, aunque sólo conmigo, se dejaba hacer lo que fuera, así que entre besos, sentía sus formas mientras gemía quedamente, entregándose al placer, al tiempo ella acariciaba mi pecho, lo cual me calentaba tanto, que me motivaba a ir mas adelante, aunque no podía ir más lejos, en esos momentos llegaban ya fuera Drew o Michelle, y debo admitir que se veían celosas.
Estuve hasta tarde, y me tenía que regresar a la escuela, a fin de cuentas era el guardia del internado, debía cumplir con mis obligaciones, así durante un sábado que fui a trabajar, arreglé un alambrado eléctrico, estaba de vuelta cuando el vehículo tuvo una descompostura, por suerte era un buen lugar, casi en frente de la plaza, por lo que dejé al chofer con el carro, quien no tendría problemas, hasta un puesto de grúas conocía cerca, y de mi parte fui al centro comercial, aunque estando ahí , no sé qué demonios me dio pero decidí irme caminando, la noche estaba llegando, fría, hasta parecía que caería una lluvia, pero un sentimiento extraño me motivó a seguir así hasta volver, aparte no era como si tuviera miedo, pese a los accidentes que se habían presentado antes con otros, culpa del viejo soldado, no me importó, sin contar que llevaba conmigo un cuchillo que podía intimidar fácilmente, aunque ahora lo usaba como herramienta, como fuera, seguí mi camino y hasta comencé a cortar por el bosque, sabía que por ahí había algún animal raro, no me importó, yo seguí pese al ambiente lúgubre, guiándome sin problemas, cuando repentinamente algo llamó mi atención, desde la distancia pude notar una fogata, eso me atrajo, pensando que quizá alguien estaba acampando y de ser posible encontraría un camino más fácil, así que me fui acercando cuando me tope con una escena poco común:
Frente a mis ojos varias mujeres en ropas negras se hallaban alrededor de una hoguera, unas bailaban alrededor, otras eran mayores, se notaba por la espalda encorvada y que se mantenían quietas haciendo canticos, hacían una especie de ritual extraño, uno que me ponía la piel de gallina, aunque no me daba miedo, sus voces parecían estar sincronizadas, porque se perdían entre sí, pero lo más atrayente, es que las más jóvenes eran agredidas por las mayores, mientras les jalaban sus ropas, dejándolas en poco tiempo desnudas, vaya imagen, tenían cuerpos de infarto, se notaba una rubia de cabello corto, depilada, pero con formas muy sugerentes, a su lado otra de melena más larga, más voluptuosa, una de cuerpo esbelto pero de cabellera morena, una más de piel oscura, pero que de las 4 su figura era la más envidiable, aún faltaban, una morenita clara de buen físico, algo joven, pues seguramente sería universitaria, mientras que la ultima un poco mayor, también rubia, era de formas escandalosas, todas eran castigadas por las mayores, quienes usaban togas, las manoseaban, acariciando sus pechos, sobando sus vaginas depiladas, sometidas por cientos de manos que hurgaban entre ellas, de repente una de las viejas que no había notado porque estaba tras un arbusto, movía una olla, la cual por el frio no noté su olor, era repulsivo, pero eso no le importo a ninguna, con una cuchara fue mojando a todas las brujas jóvenes y desnudas, además les dio de probar esa cosa, no sé que sería, pero ellas gimieron de manera estrepitosa, como si estuvieran siendo ultrajadas de manera violenta. Así cayeron al suelo abriéndose completamente, mientras se masajeaban, pellizcaban sus pezones, se metían sus dedos desesperadas, gemían casi a gritos, al tiempo que se agitaban, arqueando sus espaldas como si fueran violadas, las más viejas se alejaban, empezando un nuevo cantico, formando un semicírculo, como si dejaran que algo se acercara, y pronto entró. No sé qué demonios era eso, pero era antinatural, parecía algún tipo de oso deforme, con pelos que parecían cerdas, con partes lampiñas, y dientes salidos, ya me imaginaba lo que seguía, pues un enorme falo entre sus piernas fue incrustado en la chica morena, quien con gusto se entregaba como si fuera su amante.
Sin más me decidí a retirar, en ese momento supe que estaba frente a una reunión de brujas y aquella cosa era la razón por la que la zoofilia no es bien vista en las casas, seguí mi camino, sin que se dieran cuenta, o casi, después tendría que hablar con cierta persona, pues pude reconocer a un par de estas, ni imaginaba que “ellas” eran miembros de la secta, que demonios, ahora era bueno saberlo, así estaría listo para cuando fuera necesario, o casi, la verdad es que al faltarme unos metros antes de llegar a la barda perimetral pude escuchar el paso de algo extraño, creo que al final esa cosa si se dio cuenta de mi presencia, y venía por mí, no se lo iba a dejar fácil, aunque no sé porque, pero en vez de huir, correr, trepar un árbol para llegar al otro lado de la escuela, saqué mi cuchillo, en cuanto el extraño animal trató de matarme, cosa difícil porque el camino era muy irregular lleno de rocas y arboles, aparte que la aberración era tan deforme que no corría bien, en cuanto estuvo cerca yo salté en su contra y con cuchillo en mano, lo clave en su cuello, claro que esa monstruosidad me aventó lejos, pesaba más que yo, pero después de eso en vez de tratar de acabarme se alejó amedrentado, no sé porque actué así, fue una locura que me hizo reír a carcajadas, sin embargo luego me retire, me temblaba la mano, estaba algo perturbado, tenía hambre, por lo que antes de entrar fui al puesto de hamburguesas, y ahí me comí 3 de una sentada, lo cual llamó la atención del cocinero, quien ya me conocía, tanto que hasta me invitó la soda, después volví a la escuela, no sin antes dejar el mensaje al viejo búho: mañana hablamos, paso algo, todo bien…
Después de eso me fui a revisar la escuela, y luego a dormir, hice mis labores normales, incluso mande fotos a la revista, pensé que todo estaría bien, pero en cierta forma me equivoque, no sé cuanto estuve descansando cuando repentinamente algo me sacó de la cama, la puerta se abría como si el viento fuera el culpable, para dejar entrar a las mismas hembras que antes vi en la aquelarre, primero fue la delgada rubia de cabello corto, la reconocí muy bien, se trataba de la señorita Brandy, quien sin prenda alguna entraba para colocarse sobre mí, su cuerpo fino, no me guardaba ningún secreto, se sentía algo frio pero eso estaba por cambiar, tenía puestos unos tacones, ella se adentro y mi sabana salió volando, con sus delicadas manos fue quitándome la ropa, dejando ver mis músculos, después mi estaca que pronto se elevó para darle la bienvenida, ella no decía nada, pero las palabras sobraban, se acostó sobre mí, colocando su gruta sobre mi miembro, el cual rozaba con su piel, yo estaba algo excitado, pues su figura sobresalía por lo blanco que era, sobé su suave piel, mientras intercambiábamos besos, de hecho metía su lengua de manera increíble, nunca jugo así antes, se sentía diferente, así nos quedamos hasta que ella misma se incrustó mi miembro casi violento, gimió, parece que no recordaba mi talla, pero se repuso rápidamente, y comenzó a moverse, imponiendo el ritmo, aunque no me importaba, su vulva me apretaba como nunca, aparte su cuerpo se movía de tal forma que era irresistible, disfrutaba cada centímetro, tanto fuera como dentro, de hecho notaba su interior hirviendo, sus jugos me mojaron, casi sentí que se me iba la vida, era como si me succionara todo a través de mi verga, y ante esa sensación le agarre las nalgas con fuerza para clavársela mejor, era una sensación demasiado intensa, pero tan satisfactoria, ella clavó sus uñas en mi pecho gimiendo mientras se la dejaba más violento, que delicia, lo estaba disfrutando, cuando por todo lo sucedido me corrí inevitablemente, llenándole su gruta de mi leche, pero no tuve tiempo para descansar.
Brandy se retiró dejándole paso a la rubia sensual de cuerpo voluptuoso, esta se ubico también sobre mí, antes de besarme apasionadamente, yo no sabía que pasaba pero ni me importaba, esa mujer era ardiente, empezamos a jugar con nuestras lenguas, increíble, me sonreía de forma lasciva, mientras intentaba sentir cada parte de su cuerpo, además gozaba de un físico más trabajado, sólo me preguntaba ¿Quién era? Porque después de ahora querría repetir, restregaba su cuerpo contra el mío, logrando que mi erección se mantuviera, era demasiado intenso, así que no perdí mi tiempo, como pude le abrí lo suficiente las piernas, acomodándola para lo que seguía, encajarle mi estaca de un solo tirón, logrando que su gesto se descompusiera de placer, después de eso la atraje para seguir besándola, mientras la iba envistiendo, lo hacía tan fuerte que hasta sus enormes tetas se me clavaban con cada movimiento, no sabía que ocurría, de hecho trataba de retirarse, pero no se lo dejé, desde que la vi tenía antojo de hacerle muchas cosas, ahora la tenía en mis manos así que aprovecharía, por un instante logró zafarse, pero solo consiguió levantarse, dejándome ver sus tetas en todo su esplendor, estas se agitaban, pues no dejaba de clavársela, botando de manera casi cadenciosa, parecían hipnotizar, era demasiado excitante ver como se agitaban, quería chuparlas, lamerlas, besarlas, pero no se dejaba alcanzar, sentía un deseo irrefrenable por someterla, pero mantenía el control, no podía soportarlo, no sé como lo conseguí, pero logré componerme, cambiar de postura, hasta ahora ella se mantenía cabalgándome, exprimiéndome a su gusto, su vulva parecía hacerme una mamada, sin embargo logré girarla, cambiando al bello misionero, ni que decir que se sorprendió, tanto que apenas pudo reaccionar. En esta posición aproveché para colocarle las rodillas a lado de las tetas y comenzar mi faena, clavándosela como un poseso, logrando arrancarle fuertes gemidos, mientras me entretenía en sus pechos, quería que supiera quién mandaba, esa tipa me tenia bien caliente, finalmente la estaba gozando, se la clave acelerado mi vaivén, podía sentir como mi estaca acariciaba sus paredes internas, las cuales escurrían de tanta excitación, empapando mi entrepierna, ella aún intentaba volver a cabalgarme, pero no se lo permitía, la miraba a los ojos, notaba su rebeldía, pero no le serviría, pronto comencé a acelerar mi ritmo ella se sorprendió al notarlo, en especial cuando me corrí dentro suyo, logrando que también se viniera, hizo un gemido algo mudo, como si le hubiera faltado aire, pero su gesto de placer fue increíble, pronto llegó una de sus compañeras.
L a rubia dotada de cabello no tan largo, si situó sobre mí, empezando a acariciarme en el culo, de hecho metía sus dedos entre mis nalgas, no me gustaba mucho eso, así que me giré para tomarla, ella intentó mantenerse arriba, y en ese momento la otra compañera se retiro escurriendo mis jugos, aun quería seguirla cogiendo, pero su compañera seguía cortándome el paso, no importaba tomé a la otra, para someterla sobre mí, de hecho su cuerpo era bastante erótico también, así que la fui besando, ella se sorprendió, supongo que no lo esperaba, pero eso era el comienzo, estando sobre su cuerpo, la comencé a acariciar en su vulva, tratando de calentarla, intento empujarme, pero no era tan fuerte, con una mano le sujeté las suyas, con la otro, hurgaba en su intimidad, mientras probaba su boca, logrando callar sus gemidos, de hecho notaba como sus piernas las mantenía cerradas al principio, pero pronto mis dedos alcanzaron su punto de placer, lograron que esta reaccionara, ella fue abriéndose por completo para dejarme penetrar primero con la mano, y una vez que la sentí húmeda, me coloqué sobre ella para empezarla a penetrar, creo que su vulva no era tan grande, pues apretaba demasiado, era casi un placer celestial, aparte era como si quisiera gritar de dolor, no me importaba, se la fui metiendo libremente, solo que a un ritmo lento, aparte ya me había corrido antes, deseaba disfrutar en un ritmo lento, sintiendo con calma su delicioso cuerpo, el cual vibro bajo el mío, era tan suave, lograba que sintiera de forma más intensa. Por un instante solté sus labios, pues deseaba probar sus redondas tetas, las cuales rebotaban con cada embestida, las chupe como un niño, mamándolas con sumo placer, mientras ella intentaba decir algo entre gemidos, pero nada se le entendió, estaba perdida en su lujuria, por lo que era libre de someterla, me salí por un momento, luego me acomode para finalmente empezar mi vaivén, en cuanto mi punta tocó su gruta esta escurrió, sabía lo que estaba por pasar, de hecho quería replicar, pero no podía armar frase alguna, era delicioso, con cierta dificultad de la fui metiendo, logrando abrir sus paredes con mi intrusión, la mujer era tremendamente estrecha, gemía desesperada, mientras la embestía lentamente, quería que su vulva se adaptara a mi forma, así que en su momento me acomodé para dejársela ir, dentro le di pequeños empujones que la hicieron quebrarse, ella exhalaba caliente, se aferraba a mí para que no la soltara, era un placer increíble, en especial por las contracciones que daba, pero no sé como en ese instante me fui a correr en su interior, ya me había tirado a 3 chicas, sin embargo pronto sentí unos labio besarme, era una candente morenita clara de cuerpo candente, si así eran las cosas seguro me terminaría por coger otras 2 mujeres.
Esta me empujo para quedar acostado, y sin esperar nada, de hecho ignoraba como es que mantenía mi erección, pero la mujer se la clavó dándome la espalda, pero lejos de tratar de cabalgarme, se acostó sobre mí, dejándome que le agarrara las tremendas tetas que cargaba, esta no era la posición que quería, pero me dejaba tocarle todo, sentía su culo sobre mi pelvis, con mis manos sujetaba sus senos, tan grandes y suaves, jugaba a pellizcarlos así como sobarlos, lamia su cuello, mientras esta gemía entregada al placer, en ese momento vi como la ultima miembro de la aquelarre sacaba a la rubia voluptuosa, la que apenas terminaba de cogerme, la reconocía fácilmente era Sheila, quien lucía su cuerpo seductor desnudo, tan blanco y de cabello negro, quería jalarla, pero apenas y le agarré una nalga, mientras su compañera disfrutaba de ese contacto, ella trataba de pararme, pero mi otra mano salto a su vulva acariciándola hasta hacer que se corriera, dejando que la secretaria se fuera con su compañera, saliendo por la puerta por donde todas habían entrado antes, mientras el lugar se perdía en una oscuridad sospechosa, pero no me importó, yo seguía clavándome a esta sensual mujer de piel cobriza, que se dejaba manejar aunque imponía un ritmo muy sexy, era difícil resistir, pero no duró mucho, algo en el aire helo la habitación, una risa malvada, era el maldito incubo que me interrumpía, haciendo que la morena escapara, aunque casi no lo lograba si no fuera porque Sheila regreso, todo había sido muy abrupto, demasiado, y me fui perdiendo en la oscuridad…
Como lo esperaba me desperté a la mañana siguiente, todo había sido un maldito sueño, me levantó el sonido de mi celular, era el viejo búho, quien leyó mi mensaje y deseaba saber que pasaba, yo le indiqué más concreto que debía ir ahí, así que salí arreglado para desayunar con este, como lo esperaba afuera había un carro lujoso que me llevó, pero no a su mansión, llegamos a un extraño local, justo en el centro de la ciudad, donde me topé no sólo con el viejo, también estaba la vieja araña panteonera de las tarántulas y el abuelo de Steve, la vieja cabra, o así lo reconocía, pronto comencé a relatarles lo ocurrido, desde la aquelarre, como apuñalé a la bestia y el extraño sueño, la vieja no se mostró a gusto con la plática, de hecho sobraron sus miradas desagradables, pero tanto los viejos me vieron sorprendido, y el carnero dijo:
Demonios, viste una aquelarre fuera de fecha, seguro era un ritual para la bestia, y sobreviviste a esta, aunque imagino que ya era vieja, van a renovarla, pronto una de las jóvenes, la que eligió dará a luz una nueva aberración, además que trataron de matarte con la maldición del sueño de la súcubo y sobreviviste – dijo molesto la cabra.
Sin duda tenemos un nuevo león – se burló el búho.
Como me molestan estas cosas, pero los hechos hablan, debemos informar a las otras casas, una nueva bestia, con razón estaba tan tranquila, se puso vieja, y tú la heriste, bien muchacho, dime si necesitas algo para acabarla, y dalo por hecho – indicó la tarántula.
Uf, si quiere esa cosa solo necesito un rifle y municiones, del resto me encargo yo – sentencie.
Dalo por hecho, si me entregas esa cosa, o sólo su cabeza tenemos un pacto y como dije te entregaré a mis 2 bastardas como pago – dijo la vieja antes de levantarse saludar e irse.
¿Algún problema con ella? – cuestione algo extrañado.
Aunque no lo creas esa bruja era muy atractiva, no le faltaron pretendientes, pero el líder de las tarántulas se la ganó con riquezas, siempre fue interesada, pero se dice que a pocos días de haberse casado, hicieron un día de campo su marido y ella, cuando la bestia, el monstruo local que casi nadie hace caso, la “atacó” y mató al hombre, esta sólo se salvó porque se cree que él incubo intervino, pero a que costo, uso el cadáver del difunto para después violarla a ella, así que detesta mucho esta ciudad, pero no puede irse, primero porque no tiene a donde ir y segundo porque aquí ella manda – reveló el carnero.
Si, es una historia asquerosa ¿no? – dijo el búho.
Ni que lo digas – asentí asqueado.
Pero en serio crees poder acabar con esa cosa – cuestionó la vieja cabra.
Sin ofender, pero me di cuenta de algo, aquí todos son “amantes”, sólo 2 personas somos peleadores, así que con eso lo digo todo – dije confiado.
Fueron mis palabras, dejando en claro mi postura, la verdad no quería dejar esa cosa libre cerca de la escuela, no tenía opción, iba a matar ese monstruo y de paso conseguir un par de primores para lo que parecía mi propio harem…
Interesante y excitante