El Incubo del Internado 32
Una nueva prueba llega para Jay, quien de lograrlo, conseguirá hacerse de una deliciosa dupla de sexo inmoral….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
Capítulo 32
Después de lo sucedido no me quedó otra opción, recibí un buen rifle de caza y unas herramientas, arreglé mi equipo militar y me preparé, durante toda la semana que le siguió parecía que el rumor de mi trabajo especial se hizo un secreto a voces, por desgracia Brandy se reportó enferma así que no pude confrontarla por lo de la aquelarre y la bestia, además mis hermanas estaban algo preocupadas, pero les aseguré que no pasaría nada grave, por otra parte Kim me preguntó de lo último, indicándole tanto como pude, era una especie de juego mutuo, ella no quería creer en ciertas cosas, siendo el caso de la criatura uno, sólo lo veía como el desvarió de borrachos o locos que se hizo popular, sin embargo me tocaba ir por esa cosa, lo cual me hizo llamar la atención, así que durante esa semana disfrutaría de mucha acción: un lunes gozaría a Kim justo sobre su escritorio clavándosela mientras acariciaba o nalgueaba su redondo culo, arrugaría su traje mientras me cabalgaba perdida en el placer, un martes con Elisa, quien se “perdió” en el bosquecillo para dejarme tomarla a mis anchas aún con su uniforme escolar, sólo le quitaría su calzón de algodón para penetrarla contra un árbol embutiéndola al tiempo que la besaba, así el miércoles sería la señorita Marón quien terminaría en mi ducha, bien clavada por mi estaca mientras gozaba de su delicioso cuerpo sólo cubierto por espuma de jabón, el jueves tendría el doble de acción, pues Drew y Michelle se quedarían castigadas, la maestra se marcharía de improviso, así que me quedaría para azotarlas con mi verga en sus redondos culos, masajeaba sus enormes tetas a mi antojo, gozándolas a mis anchas sobre el escritorio usando sólo sus calcetas y zapatos, por otra parte el viernes se quedaría a dormir Tea, quien se abría arreglado para mi, pues tras su lindo uniforme dejaría a la vista un conjunto de lencería azul que la hacía lucir increíble, y era el comienzo, pues fue untándose chocolate por su delicioso cuerpo, y ni que decir estaba cercas la fecha de los enamorados, me cumplió una fantasía, la terminaría gozando en el sexo más sabroso que jamás tuve antes, a la mañana siguiente algo temprano ella se iría.
Estaba bien equipado, así que me retiré por un costado, no faltó que un par de guardaespaldas llegaran por parte de los Búhos y Tarántulas, al igual que el tonto maestro de educación física, quería hacerse el héroe, no es que me molestaran, pero sabía que estorbarían, sin embargo los números ayudaban, nos fuimos adentrando al área boscosa, la cual se extendía mucho, ni que decir que en esa ciudad no había industria maderera, su punto fuerte era el “entretenimiento”, así que la zona se mantenía boscosa, extendiéndose por muchos kilómetros entre valles y colinas que casi ocultaban la urbanidad, nos fuimos metiendo, no debía confiarme, esa cosa era una aberración, sería tonta como una fiera o inteligente como un demonio, pronto lo descubriría, tomamos como ruta el rastro que encontré de mi último encuentro, por suerte quedaban huellas que pudimos seguir, los guardaespaldas se veían nerviosos, pero el fortachón de gimnasia trataba de esconder su miedo, y es que la huella era de al menos 35 centímetros sin contar las garras, el animal era enorme, cosa que daba por hecho, la recordaba bien, aún me temblaba un poco la mano al recordarla a punto de matarme, pero seguimos avanzando, no conocía muy bien el área, pero los otros si, ellos me indicaban donde estaban las cosas, señas para guiarme, por suerte ese tipo de cosas no se me daban del todo mal, pero la caminata no parecía tener fin, y el bosque era difícil de manejar, o eso hasta que llegamos a un claro donde se veía un lago, al parecer un área conocida por muy pocos, pues sobraban las historias de encuentros de la “bestia” con la gente, por ello permanecía casi inhabitada, eso me agrado, significaba que íbamos por la ruta correcta, decidimos descansar, cuando pudimos escuchar un ruido curioso, un chapoteo junto a unas risas infantiles, con los binoculares revisé, notando a un pequeño grupo de niñas no mayores de 10 años estaban jugando en el agua con pequeños trajes de baño ceñidos a sus cuerpos, mientras un tipo las filmaba con cámara de video y otro les tomaba fotos, imaginé que sería una sesión de modelaje, o algo así, no le di importancia, aunque de seguro eran inconscientes del “monstruo”, pensé en acercarme para darles aviso, los otros 3 se quedaron atrás esperándome, así que fui solo. Me faltaban como 75 metros cuando un tipo me alcanzó, tratándome de atacarme, mala decisión, respondí molesto y le acerté un buen golpe en la quijada, seguro se la rompí, en eso un segundo que nos vio se acercó mientras sacaba un revolver con cierta torpeza, el pobre casi se caga en sus pantalones cuando yo saco mi escopeta y casi se la meto en la boca, en eso un viejo delgado se nos acerca y dijo con voz maliciosa:
Perdón, pero esta es un área privada – dijo tratando de engañarme.
Si como no, es el parque de la ciudad, señor, es un área federal, el gobierno es dueño y cualquiera puede entrar – dije autoritario.
Digo, que tenemos rentada esta área – arregló el anciano.
Ya veo, pero eso no importa – advertí firme.
Pues si no se larga estará en problemas – dijo el viejo con malicia.
Eso lo dirá usted, pero yo vine para cazar un oso cebado por los dirigentes en la ciudad, se los iba a advertir cuando estos estúpidos aquí me atacaron, si quieren quédense tanto como quieran, pero si se mueren es su problema – dije con malicia también.
¿Oso cebado? – pregunto el viejo confundido.
Si, un oso que ya probo carne humana y ahora caza gente, no ha salido a la luz pública para evitar el miedo, pero las autoridades se pusieron en marcha, lo descubrieron desde el sábado pasado, que fue visto por el internado, vine con un equipo a cazarlo, solo que cuando los notamos íbamos a advertirles, si se quedan es su problema – aclaré antes de darme vuelta.
El viejo hizo una cara de sorpresa, yo adivinaba que estaba haciendo, porque sus guardias me atacaron, pero cumplí mi cometido, si los mataban era su culpa, a fin de cuentas, lo que hacían o estaban por hacer era ilegal, bueno ya no era mi asunto, me retiré mientras este se iba del lugar.
Aún así tras unas arboledas la curiosidad me izo ver, sin duda todo parecía muy profesional, tenían un par de camarógrafos cuidando de las tomas, tenían como marco el lago con sus árboles, el sol calentaba un poco el ambiente frio, y las niñas vestidas al principio jugaban en la orilla, haciendo poses sugestivas, las prendas ajustadas, a causa del frio sus pezones se notaban sugestivos en la fina tela, mientras los culitos resaltaban junto a sus piernitas, eran torneadas, 2 de ellas usaban unas prendas que en cierta forma se veían normales, iba muy provocativas, mostraban casi toda su figura, y en su poses dejaban en alto sus inexistentes pechos, o casi, otra de las niñas de costado casi fue revelando de más, pues su bañador era más holgado por lo que en ciertas poses su intimidad salía a la vista de manera morbosa, incluso se le llegó a ver parte de sus labio inferior, la ultima chiquilla usaba un traje de baño completo pero este era tan ajustado que parecía una segunda piel que revelaba toda su anatomía, desde su vulva pasando a ver su inexistente pecho, haciéndola ver tan deseable que estaba muy seguro como terminarían las cosas ahí.
Al volver ya no estaba el maestro de gimnasia, este se espanto con un zorro, y corrió fuera del bosque, así que los guardaespaldas buscamos a la bestia, no supimos cuantas horas estuvimos ahí, le habíamos perdido el rastro a esa cosa, por suerte aún había buena visibilidad, la verdad casi nos la pasamos dando vueltas, el frio empezaba a calar por culpa de frías corrientes de viento, íbamos a volver, pues seguir de noche era suicidio cuando oímos disparos, como se podría imaginar, justo del “campamento” donde estaban modelando las niñas, con cierta confianza corrimos para ver desde la distancia. Efectivamente “el oso” había llegado cuando se estaban marchando, ya había matado a 3 guardias, 2 corrían desesperados mientras otro era destazado, los camarógrafos, ignoraba que era de ellos al igual que las niñas, y el viejo al parecer se encerró en un enorme vehículo lujoso, sin más desde la distancia apunté el arma, la verdad eso no era mi fuerte, pero hice un disparo, no le acerté del todo a la bestia, quería darle en la cabeza pero le di en la pierna, esta cosa me buscó de inmediato, sin perder tiempo volví a tirar, pero sin suerte, le volví a dar en el muslo, logrando detenerlo, los guardaespaldas también dispararon, ellos dieron en la barriga, eso era frustrante, quería darle en el cráneo o corazón, que suerte la mía, no sé si mala o buena, le di en el cuello, finalmente el animal parecía caer, así que nos acercamos, aunque nos tomó unos minutos, para ese momento, los guardias del viejo estaban perdidos, se hallaban unos 4 cadáveres y seguían sin verse los camarógrafos o las niñas. Por mi parte vi mejor esa cosa era realmente grotesca, con partes pelonas de piel negra gruesa costrosa, con pelos en el lomo tan grueso que aprecian púas, una de las patas delanteras era mar grande que la otra, pero las traseras eran algo pequeñas para el cuerpo, y los ojos pese al color se veían humanos, me acerqué más, así noté como se esforzaba por respirar, no pude dejar de sentir lástima, aún así con cuchillo en mano acabé con el monstruo, después de eso volví con los otros, los guardaespaldas tenían sus propios planes, o eso con respecto al viejo, a quien agarraron como un criminal y lo ejecutaron, así como a cualquier testigo, una vez que acabaron uno llamó por radio comunicador para que vinieran por el cuerpo y ellos, me invitaron a seguirlos, pero dije que antes debía encontrar a todos, faltaban los camarógrafos al igual que las niñas, ellos aceptaron mi respuesta así que me dieron un comunicador, buscaría en el bosque un poco más, como la bestia estaba muerta lo demás sería sencillo, o eso creía, avancé por un rato más, esperando en el proceso salir, me guiaba bien, sabía que estaba volviendo, se acercaba el crepúsculo, cuando por un presentimiento me acerqué a donde se realizó antes la aquelarre, vaya suerte la mía.
No era una reunión de brujas como antes, pero sin duda eran los miembros de esta, al menos las seductoras jóvenes que vi la otra noche en sueño, o por lo menos 3 de ellas, las 2 rubias y la morena clara, estaban completamente desnudas, pero no solas, tenían a las niñas de la sesión, estas se hallaban atadas de manos dejándolas indefensas para las mujeres que besaban sus pequeños cuerpos, chupando sus inexistentes pezones, sus prendas estaban tiradas, por todas partes, las de las menores se veían desgarradas, algunas tiras aun aferradas a sus figuras, pero sus partes intimas desnudas, por un momento pensé en intervenir, pero la ¿bestia? Me golpeo, era muy parecida a la otra, pero en ese momento noté que tenía una herida en el cuello, como la que le hice hace unos días, entonces comprendí que habían 2, quizá más, esa cosa iba a matarme, y en cuanto se acercó ataqué a traición con mi cuchillo rebanando el cuello, estaba maltrecho, así que apenas podía moverme por el dolor, en ese momento noté que alguien se acercaba, era la señorita Sheila, usando un ligero vestido negro con un escote que llegaba a enseñar su ombligo, por los costados se veían sus piernas hasta los glúteos, me miró con una sonrisa, y sin que lo pudiera evitar sacó mi virilidad, para comenzarme a chupar, que buena lengua tenía esa mujer, aunque eso no me excitaba mucho, sin embargo a ella lo ignoraba, en cuanto se levantó lo suficiente se sacó esa prenda para enseñarme de nuevo su bella figura desnuda y dejarse empalar, apenas podía moverme por culpa del dolor, pero el gozo que me daba Sheila era increíble, algo tenía que su contacto tan sensual, movía sus caderas con gracia, masajeando mi pelvis, mientras enloquecía al sentir mi verga succionada por su intimidad como si quisiera sacarme la vida entera, sus piernas estaban a mi alrededor, mientras me abría el saco, rasgaba mi playera, para tocarme con sus tetas, restregando su cuerpo contra el mío, en un contacto tan placentero, no tardó en besarme, y nuestras lenguas se entrelazaron al tiempo que trataba de acariciarla, ella me miro y separándose me dijo:
Tranquilo, solo disfruta – y me sonrió con malicia.
Eres muy mala – le dije un poco molesto.
Ella se sonrió mientras restregaba sus pechos contra mi cara, incluso usaba sus manos para hacerlo, mientras gemía seductora, por alguna razón la abracé, como si no quisiera que eso acabara, quedándonos en esa posición por un rato más, mientras eso pasaba, sus compañeras seguían jugando con las niñas, estas eran usadas al máximo, una pequeña rubia con coletas era abusada por la más voluptuosa, en ocasiones casi la ahogaba con sus pechos al obligarla a mamarlos, mientras con sus piernas separadas deba su virginidad expuesta, era sobada de tal forma que lograba evitar que la chiquilla se corriera rápidamente, pero la mantenía en éxtasis, gimiendo de forma sorprendida al descubrir la hembra que en ella había, logrando que se orinara por la excitación. Por otra parar la segunda bruja rubia manipulaba a una chiquilla, si acaso tendría 10 años, pero se le notaban bonitos pechos, de cabello castaño y ojos caoba, muy bonita, esta se encontraba boca abajo, parecía tratar de huir, o al menos eso al principio, ahora se estremecía mientras era manipulada en su intimidad, con pericia, la mujer movía sus dedos para excitarla, tanto que se lograba correr, mientras se aferraba la niña con sus dedos a la tierra, su cuerpecito desnudo sobresalía tanto al ser tan clara, y gemía de manera sutil, sin fuerzas, pero sus gestos eran de autentico placer, mientras recibía una buena manipulación por esos dedos, en su clítoris tanto como le penetraban levemente el culito. Finalmente la ultima niña se hallaba rendida, con las piernas abiertas, su conchita era devorada por la morena clara, esta veía sorprendida como su intimidad era devorada por una lengua experta, logrando arrancarle fuertes gemidos de placer, la niña era en apariencia la más pequeña, de al menos 8 años, pero en su encanto llamaba mucho la atención, siendo de esas chiquillas que uno voltea al verlas caminar, y aparte su vulva era curiosamente grande, por lo que la lengua de la bruja jugaba con placer logrando que esta se humedeciera, mientras la miraba a los ojos, la chiquilla veía incrédula como esa mujer le hacía tantas cosas, una mezcla de miedo con asombro, pero en segundo solo fue capaz de sentir lujuria, arqueaba su espalda y con sus piernas de vez en cuando la sujetaba como si no quisiera que esta se alejara, en eso estaban cuando lograron lo increíble, las 3 mujeres se correrían junto a las niñas, soltando sus jugos que se tiraron en la tierra, pero eso era el comienzo.
las 3 sacaron de sus vestidos tirados lo que parecían unos dildos de marfil, las chiquillas estaban desvanecidas, indefensas sólo vieron como las brujas se acercaron a ellas apuntando esas cosas a sus virgos, en cuanto se pusieron en posición, y tocaron con esas puntas las grutas infantiles, estas dejaron escapar un leve quejido, que se mezclaba con un tono sensual, aún seguían excitadas, pero eso se acabó cuando lo metieron, estas se quejaron, las habían desvirgado de un estoque, logrando que sangraran, querían huir, pero no podían hacerlo, estaban agotadas para siquiera mantenerse despiertas de hecho la mayor perdió la conciencia mientras era violada, así jugaron con ellas logrando que se siguieran excitando, consiguiendo que dieran fuerte quejido mezcla de dolor y placer, el cual les llevaría hasta un nuevo orgasmo que las dejaría fuera de sí.
Mientras tanto yo seguía siendo el juguete de la señorita Sheila, quien me cabalgaba entregada, disfrutaba de su cuerpo como un placer que no siempre tenía el gusto de sentir, cosa que era cierta, si no fuera por el golpe de la otra bestia seguramente ya la estaría sometiendo, dejándole ver quien mandaba, lo único que podía hacer era sentir el gusto que sus vaivén me daba en la estaca, pero eso no era de mi agrado, y no sé que me pasó en verdad, que movido por el coraje, pese al dolor, la sujete y comencé a embestirla con más vigor, ella se sorprendió , pero aún así intento mantenerme abajo, o eso trato, yo no me dejé, usando mi peso me fui a caer sobre ella, para comenzar a montarla mejor, sus piernas quedaron sobre mi espalda, abrazándome, así comencé a darle con gusto mientras se me entregaba, estaba poseso por la lujuria, se la deje ir con todas mis fuerzas, tratando de vencerla, ella me miraba con deseo y me besaba, nuestras lenguas jugaron mientras nos restregábamos sensualmente, aquello era una mezcla de dolor y placer, pero saberme que la sometía me daba fuerzas para seguir, aparte que mi verga se sentía en el cielo, pues su interior cálido, jugoso casi me hacia enloquecer, de hecho tan entrada estaba que se terminó orinando, mientras deba un grito de placer, su rostro se ahogaba en un quejido, mientras de mi parte no dejaba de bombearla, igual que sus compañeras seguían manipulando a las chiquillas que casi inconscientes gemían por las pollas falsas con las cuales eran violadas y se hallaban empapadas en su sangre virginal, mientras que yo no dejé de estar en el mete saca hasta que me vi complacido, al final su vulva comenzó a acelerar el ritmo, lo que me indicó que se vendría, casi a punto de correrse me detuve.
No, por favor continuo – rogó Sheila sintiéndose perdida.
La seguí envistiendo un par de veces y me volví a detener, justo cuando sentía que me iba a correr.
Dilo, perra – estaba como poseído, quería someterla, encajando mi verga.
Me rindo, soy tu perra – sollozó mientras movía su pelvis tratando de clavarse.
Así se habla puta – le dije dominado por el deseo.
Volví a envestirla con más furia, ella se empezó a soltar mientras convulsionaba al ser víctima de un fuerte orgasmo, yo gemía de forma frenética, y sus jugos salieron como si se volviera a orinar, quedando en el suelo mientras su vulva dejaba escapar sus últimas gotas con algo de mi leche.
De nuevo el dolor se hizo presente, maldije a esa cosa, tanto que sólo me hube arreglado un poco le fui a cortar la cabeza, una vez hecho esto llamé con el comunicador a los tipos de antes, los de las casas, para ese momento ya se habían marchado las otras brujas, así que no había nada que hacer, y cuando mis refuerzos me encontraron junto con algunos miembros de las Tarántulas, tomaron el otro cadáver, los búhos se llevaron a las nenas, verlas así me daban deseos de cogérmelas con ganas, y casi se llevan a Sheila, si no fuera porque dije:
Alto, esta perra es mía…
Excitante muy excitante