El Incubo del Internado 37
Jay finalmente se encontrara con una situación extrema, la máxima orgía, después de esta, nada será igual….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
Capitulo 37
Desperté muy temprano, antes que saliera el sol, antes me entregaron un uniforme especial, deportivo para acudir al evento inter-escuelas, era tanto pantalón como sudadera deportiva, todo en negro con líneas blancas y rojas, con un demonio como mascota, que “original”, iba junto con el profesor gordo y su hermano musculoso siendo representantes deportivos, aunque luego se nos unió miss hall que usaba el mismo conjunto pero en licra negra muy ajustada, robando las miradas de todos los padres presentes al caminar, hasta hubo algunos accidentes, no los culpo, la mujer cada que pasaba se le marcaba de forma sugerente esa ropa, y lo que es más parecía no estar usando sujetador, también llegó miss Kim, aunque estaba elegante, con un traje azul rey y camisa blanca, seguramente bajo su ropa traería un sexy liguero blanco, después llegaron mas autoridades, curiosamente estaban los líderes de las casas, luciéndose como si fueran gente honrada, la verdad al ver ese gimnasio me sentí como si estuviera en un coliseo, esperando a que un león saliera por una puerta. Todo se empezó a realizar igual a un evento normal, hubo una introducción protocolaria, muchos hablando de sus tonterías para levantarse el cuello, era tedioso, pude notar desde el podio a más de un tipo a punto de dormirse, pero también entre las porristas a mas de una que se veía muy linda, había niñas desde los 9 hasta 15 años, enfundadas en sus trajes cortos, eran 3 escuelas de prestigio, las nuestras tenían una micro falda que se les marcaba muy bien, dejando a la vista sus lindas piernas, un top que en algunos casos sólo resaltaban las curvas de sus pechos, todo en negro con líneas blancas rojas y un diablito en el frente, además que se acomodaron unas colitas y alitas para verse más coquetas, por otra parte una escuela tenía un uniforme azul con líneas doradas, las niñas de las mismas edades se veían muy bien maquilladas, aunque no usaban faldas, sino shorts, del tipo cacheteros que dejaban ver en algunos casos los muslos redondos y bien formados, incluso notaba que parte de estos en algunas eran insuficientes para cubrirles, en una niña de al menos 10 años, tenía unas nalgas tan redondas y grandes que la prenda dejaba ver claramente la vulva marcada, mientras que quienes estuvieran detrás de ella seguramente estarían bien parados, luego me daría cuenta cómo es que las carnes de la niña devoraban la tela dando la impresión de traer una tanga, además la última institución traería un uniforme rosa fuerte con negro y líneas blancas, tampoco se quedarían atrás, estas eran más tradicionales, sus niñas igual en rangos de edad, también era un buffet de bellezas, todas muy lindas, pero sus trajes tendrían un detalle más inquietante de lo esperado, mientras me fijaba en las chiquillas pude notar como muchos de los padres se las comían con la mirada, algún osado se hacía una paja a escondidas, estaba en eso cuando noté desde la distancia algo:
En un pasillo a un listillo se estaba dando un gusto, una porrista ya estaba siendo disfrutada, no creo que fuera tan grande, la verdad sólo podía ver sus contornos, sin embargo ahí se veía, el chico tal vez estaría en prepa, pero ella apenas habría entrado a secundaria, su pantaloncillo en el suelo, mientras este se la clavaba, la chiquilla contra la pared, recibiendo su buena ración de carne, era penetrada con desesperado, aprovechando todo el escándalo para hacer de las suyas, desde mi lugar podía prácticamente olerla, me daba cuenta de lo excitada que estaba, soltando sus jugos, los cuales bajaban por sus muslos, mientras la embestían, ella trataba de no gemir muy fuerte, mientras el muchacho, tal vez al principio se mostró cauteloso, pero al ir jugando con ella perdió el control para ir más en serio y aumentar su ritmo, sin pensar en lo que podría pasar, hasta que gracias al calor de la chica, quien no pudiendo resistirse, al sentir sus jugos saltar por cada embestida, finalmente terminaría por correrse, esa caricia carnal interna lograría el clímax en él, así que se soltaría toda su leche dentro…
Estaba tan metido en eso que apenas escuché cuando me nombraban como entrenador de boxeo, y por ende levante el puño, logrando un aplauso y más de un chiflido de las alumnas así como madres presentes, al regresar a mi puesto quise ver como continuaba la parejita, pero ya no estaba, e ignoraba si fue real o sólo producto de mi imaginación, no le di importancia. El evento empezaba con lo verdaderamente interesante, las competencias, ahí pude ver a mi hermana Tesi brillar, pues aunque no era muy alta, si bastante rápida, siendo parte del equipo de atletismo, dejó atrás a varias contendientes en más de una competencia, llegando en 2 o 3 lugar, incluso en la competencias de 100 metros lograría el primero, todo eso sería perfecto si no fuera por la influencia lasciva del incubo, que podía escuchar claramente a más de un presente comerse a las competidoras con la mirada, palabras como: mira esa rubia, no tendrá más de 15 pero seguro aguanta una tranca bien metida, mira la del numero 5 está bien linda, me pregunto cuánto costara una noche con ella, tiene cara de ser golfilla, ¿Cuánto a que puedo echarme a la de castaña con el numero 7? Y peor aún, ya vieron esa morenita (tesi) está bien buena, seguro ya se la están cogiendo duro; eso era algo fastidioso, muchas veces estuve a punto de golpear a más de un pervertido, en especial cuando salían las porristas a realizar sus rutinas, entre ellas Elisa, que llamaba la atención, muchos solo oían chiflidos, pero alcanzaba a entender gritos para ella como: ven nena aquí te tengo tu leche, esa putita seguro la mama delicioso, nos vemos en la salida preciosa; era desesperante, así que salí un momento para beber algo de agua, de todas maneras faltaban mucho rato para la pelea de exhibición, en realidad toda esta competencias duraría el día entero y la pelea sería durante la noche, estaba en eso cuando pude ver que se me acercaba Elisa, usando su lindo uniforme de porrista, una vez frente a mí, se dio la vuelta, que linda se veía sus piernitas gruesas, a la vista su ombligo, no le salían las tetas, pero eso era lo de menos, y me dijo:
¿Cómo me veo? Jay – apenas pudo decir.
Tan linda que quisiera comerte – dije con gusto.
La verdad no pude contenerme, la jalé conmigo a la oficina como otras veces, por suerte tenía llave, así que la metí para tumbarle sobre el camastro le abrí las piernitas, como siempre ella era muy dócil conmigo, así empecé a chuparle su conchita, al principio sobre la licra, pero al irse calentando aproveché para sacársela y probar directamente su propia carne, la cual ya estaba jugosa, no tardaría mucho en correrse mientras gemía como gatita en celo, la verdad me encantaba escucharla, lo hacía de tal forma que me empalmaba, la saboreé con todo gusto al tiempo que se aferraba al camastro, por su respiración me di cuenta que estaba por correrse, se hallaba muy caliente, pero no quería que se corriera en mi boca, así que me preparé para ensartarla. En esa posición me saqué el miembro, de hecho me dolía tenerlo en el pantalón, cuando sentí los golpes en la puerta, alguien estaba afuera, seguramente viendo todo, que carajos, voltee a ver quién era, esperando una cara conocida, deseando salvarme de un escándalo, cuando pude notar que se trataba de Tea, desde cuando vio, no me importaba, con prisa la metí, aunque casi se me lanza a besarme, mientras su mano acariciaba mi miembro, no pude evitar tocarle su culo, como traía el uniforme habitual, pues ella no estaba en ningún equipo, pude bajarle su clásica tanga sin quitarle la ropa, estaba bien caliente la chica, y desde la primera caricia también comenzó a gemir, ella sola se sacó la camisa y sostén, se veía desesperada por sentirme dentro, que cosas, me dejó saborearle los pechos, que ella misma ofrecía, nuevamente estaba listo para empezar la faena, cuando pude oír una vocecilla suplicando:
Yo quiero – era Elisa muy inquieta ofreciéndome su vulva.
No sé cómo o porque, pero tratando de organizarme fue la misma Tea quien se puso sobre la chiquilla, para besarla apasionadamente, como se hallaba acostada sobre el camastro, con su vulva expuesta, de hecho su mano se acariciaba, mientras me veía besarme con mi novia, pero cuando notó que estaba por penetrarla a ella, me suplicó un poco de atención, pero sería mi chica la que la atendería, besándola mientras metía sus manos bajo el top, acariciándole los nacientes pechos, mientras la pequeña se volvía a aferrar a la colchoneta, sorprendida de lo ocurrido, pero en el calor de la situación ella misma se aferraría a Tea con sus piernas, quedando a mi vista ambos culitos expuestos, soltando un olor, que me atrajo, estaba listo para disfrutarlas. Sin pensarlo se la clave a mi chica, logrando que se quejara un poco, verla así me calentó mucho, rayos, la bombeé con ganas, como de costumbre su interior me recibía como rey, ya la había amoldado a mi estaca, así que disfrutaba de aquel contacto, estaba frenético en ese vaivén cuando se me salió en un descuido y al volverla a meter entró en Elisa, quien se quejó un poco, pero hizo un gesto que me llenó de un sentido bastante erótico, además igual me dejó entrar, así continúe, disfrutando de cada centímetro de esa pequeña cavidad, la cual me recibía como si fuera hecha para mi, perdiéndome en esa excitación, cuando guiado por la excitación no pude más que preparar mi corrida, se las metía pero cuando iba a correrme irrumpí en Tea para llenarla con mi leche, ella emitió un pequeño quejido de placer antes de caer, con mis últimas gotas en la punta se la saqué para metérsela a Elisa, manchándole su vagina, que parecía esperar eso para correrse, bañando mi estaca con su flujo, sin duda me gustaban ambas, eran mías, en especial mi novia que lejos de gritarme por cogerme a una niña se unió a la acción, o eso pensé.
Nuevamente tocaron la puerta, voltee a ver, estaba algo cansado para quejarme, que suerte la mía, Sheila estaba viéndonos, dejaba ver un gesto bastante seductor, como si se estuviera corriendo por lo que había visto, la dejé pasar, se veía desarreglada, sus tetas casi al aire, su falda arriba, al abrir la puerta me beso con pasión, yo por mi parte le toque su vulva, logrando sólo con eso que se corriera, pensé que se quedaría adormilada como las otras 2, pero no fue así, de hecho se arregló la ropa, y me dijo:
Malas noticias Jay, la secta se ha movido, o casi, la facción que quiere revelarse está actuando ahorita mismo, no pudimos detenerlos, lo que indicaste sobre un ritual, algo pasara dentro de poco, tienes que hacer algo – decía algo alarmada la mujer.
¿De qué estás hablando? Mujer – dije algo fastidiado.
Ni yo lo sé a ciencia cierta, pero es algo serio, hicieron varias cosas sin que nos diéramos cuenta, el peor escenario posible para esta ciudad se ha presentado, necesitamos que alguien lo arreglé y ese debes ser tú – dijo Sheila alarmada.
Y porque yo – cuestioné molesto.
Porque si es alguien más quedara todo en sospecha, ¿Por qué? Y ¿para qué lo hizo? tú estás muy metido en todos los problemas de esta ciudad, pero no perteneces a ningún lado o bando totalmente, y tienes motivos para hacer las cosas, tus hermanas, ahora has algo, o todo se irá al demonio – advirtió Sheila nerviosa.
Sin más me dispuse a salir del gimnasio, pues me indicó que para empezar otra bestia estaba merodeando por la escuela, aunque esa era sólo una distracción, pero debía acabarla rápido para volver, ah, eso no me terminaba de gustar, por suerte aún tenía mi arma, pretendía dejar el lugar cuando Kim se me acercó, que bien se veía, con su atuendo formal, sin decir palabras me beso en los labios, por suerte el pasillo estaba solo, porque metió su lengua en mi boca, que delicia, besaba con una pasión desconocida, no pude detenerme así que agarré sus glúteos hasta subirle la falda, pude sentir su liguero, llegando a su delicioso culo, con una tanga que se perdía entre su carne, mis manos la hicieron estremecerse, pero cuando menos lo esperé otras manos se sujetaron sobre mí, para besar mi cuello, al voltear estaba la señorita Marón vistiendo formal, aunque algo desarreglada, restregando su cuerpo sobre mi espalda, de tal forma como si buscara masturbarse usándome, cuando finalmente dijo Kim:
Perdón improvisamos algo los directivos, ve al escenario – decía con una voz perdida en el deseo.
En cuanto vuelvas, te necesitamos – dijo la señorita Maron muy caliente.
No entendía nada, pero en ese momento noté que el aire dentro del gimnasio era diferente, las actividades tenían un aire erótico, ya no era la muchedumbre morbosa, excitándose con juegos normales, ambas encargadas me llevaron hasta la entrada donde la gente al verme empezó a aplaudirme, no entendía nada, pero en eso se me colgaron de los brazos Tamy y Sary, quienes se habían puesto trajes de porristas, aunque no pertenecían al grupo y me llevaron hasta el centro donde también entraba un tipo mal encarado, al que estaban presentando como el profesor de gimnasia de otra escuela, al parecer estaba muy interesado en la señorita Ivonne, así que deseaba romperme la cara pues lo rechazó por mí, el tipo era alto, estaba rapado, con un ridículo bigote, se notaba su uso de esteroides, le dieron un par de guantes de boxeo y comentaban que harían una pelea de exhibición especial en ese momento, por los motivos ya contados, con qué era eso, demonios, no podía perder el tiempo ahí, así que me pondría duro, una vez dieron el pitido, el tipo se lanzó furioso. Ahí debo admitir que estaba fuerte, me alcanzó a golpear, pero como todos no sabía pelear, aunque recibí un par de puñetazos al final le molí la cara a golpes, dejándolo en el suelo cubierto en su sangre, sólo escupí una flema roja antes de levantar el puño en señal de victoria, logrando que todos se emocionaran, aquello había sido un medio tiempo para que los estudiantes descansaran, pero en ese instante Charlie e Ivonne llegaron para besarme y sacarme como el ganador mientras decían:
No pierdas tiempo, acaba con la fiera y vuelve o las cosas se pondrán peor – dijo Ivonne mientras me hablaba en el oído, dándome un beso que emocionó a muchos.
Ya lo notaste ¿verdad? Te prometo que si acabas con esto podrás hacerme lo que quieras – agregó Charlie mientras sobaba sus pechos sobre mi brazo.
En ese momento tanto Tammy como Sary llegaron molestas, por estarles siendo infiel, pero no tenía tiempo para esos juegos, les pedí a las brujas que cuidaran de ellas, mientras me encargaba del asunto, así mismo que le echaran un ojo a Giby y Angie, quienes eran abordadas por chicos de otras escuelas con obvias intenciones, por suerte de inmediato Charlie fue a verlos, debo admitir, las brujas eran muy útiles, aunque llamaban mucho la atención, no faltó que Simón se me acercara para ver qué pasaba, el no sabía que tenía trato con estas, así que sólo le dije:
Mira, de esto ya lo sabe el viejo búho, tengo sometidas a unas, pero algo está pasando, y si no quieres que te ganen a mi hermana, quédate cerca de ella, te la encargo, me avisan que una bestia esta por la escuela – dije un poco malhumorado.
El chico se quedo blanco de la impresión pero aceptó y fue a ver a Tesi, tratando de lucirse como boxeador, yo tuve que salir, mientras sentía como al quedar fuera del edificio un olor a sexo se alejaba de mí, volvía a la escuela, esperando terminar antes que el desastre llegara al gimnasio. Vaya suerte la mía, que al salir, me sentí rodeado, tuve que correr, para darme cuenta que en verdad algo me perseguía, no supe bien que era, no al principio, en cuanto llegué a la escuela me salté la cerca de entrada, justo para recibir un zarpazo por parte de una nueva bestia, aunque esta lucia más delgada que las anteriores, siendo igual de deforme, con la cara alargada, lampiña, me miró con demencia, su rostro parecía un poco humano, pero también animal de algun tipo, pues no parecía oso como otros, me trataba de alcanzar, estaba lanzando golpes entre los barrotes, tratando de atraparme, mala idea, en una oportunidad le agarré el “brazo”, y usando todo mi cuerpo y fuerza en una llave se la rompí, la criatura dio un lastimoso aullido, pero yo no me detuve ahí, esa cosa trataba de huir, que suerte la mía, pues unos jardineros dejaron una pala, cerca, sólo tuve que soltar a la criatura un momento para ir por esta, apenas se alejó cuando pude alcanzarla y matarla a golpes, por si las dudas no la dejé a mitad de la entrada, la arrastre dentro de la zona donde me quedaba, imaginé que eso sería todo pero en eso escuché un fuerte gemido.
Nadie debería estar ahí en la escuela, pero eso me atrajo, aún llevaba la pala cuando me tope a un par de tipos mal encarados, a quienes tuve que golpear, mientras miraba desde atrás una imagen algo familiar, aunque con varios cambios, miss sage era sometida de piernas y brazos por las ramas de un árbol, el mismo de frente al kínder, y un hombre manejaba su cuerpo, se hallaba desnudo y su cuerpo delgado y blanquecino daba pena, a un lado estaba otra mujer que no supe reconocer, pues se hallaba tendida en el suelo cubierta de semen, seguramente ya la habían usado a su antojo, apenas tenía tiempo para ayudarlas, aunque viendo a la maestra era sobada mientras el cuerpo escurría un aceite extraño, logrando que gimiera, todo su cuerpo ganaba un toque erótico, sus tetas eran manejadas con salvajismo, pellizcadas, manoseadas, tan bruscamente que se enrojecían, igual su vulva era manipulada sin consideración, le enterraban 3 dedos sin ninguna suavidad, logrando que se quejara por el contacto, sin embargo el tipo de repente dejo todo eso para hacer algo distinto, un beso negro, así que sage dijo:
No espere, deje eso, ahí no, está sucio – suplico avergonzada.
Pero el tipo no dijo nada, siguió con su labor, mientras algo se acercaba, la mujer trataba de soltarse, pero daba la impresión que cualquier movimiento que hiciera levantaba su excitación, sus pezones se endurecían solo por la brisa del viento, haciendo que se retorciera de placer al tiempo que una nueva bestia llegaba, pero esta se veía diferente, era grande, más no alta, gorda, con pelaje en el lomo, más diente largos, casi tapándole los ojos sobresaliendo de unos labios hinchados que parecían llenos de pus a causa del extraño color negruzco de su cuerpo, aparte que su olor era vomitivo, se acercó primero caminado como animal, pero al estar a unos metros se levantó para dejar a la vista una estaca larga como de caballo, aunque se veía como punta de taladro, igual a verga de cerdo, la mujer se quería escapar, incluso lloraba tratando huir sin resultados, cuando el tipo me metió la lengua por el ano, logrando que se sobresaltara, ante esa reacción la criatura se lanzó contra sage.
Para su desgracia logré llegar a tiempo, aún con pala en mano golpee su miembro casi cortándolo, la criatura salió huyendo herida, seguro después la hallaría muerta, estaba algo golpeado pero bien, e igual con la pala terminé noqueando al idiota que le comía el culo a la maestra, siendo el profesor de ciencias, el “Snape”, este junto con los otros tipo al caer noqueado, y convulsionaron, les salió un poco de humo, imagino que estaban posesionados, no me importaba, aunque fue un placer golpear al infeliz, sin embargo algo nuevo tenía frente a mis ojos.
Miss sage estaba atada, no podía dejarla así, lo que era más, su cuerpo estaba tan sensible, parecía querer cerrar las piernas, pues cualquier cosa la haría correrse, de hecho por curiosidad acerque mi rostro a su vulva, olfateé su gruta, logrando que esta se estremeciera al sentir mi aliento, jadeando un poco, su olor aparte era embriagador, no pude resistirme, así atrapada comencé a comerle la concha, logrando que gimiera fuertemente, que delicia, esta se quejaba, pero trataba de meterme más su vagina en la boca, como si se le fuera la vida en ello, sus tetas se agitaban, mientras yo me aferraba a su culo, hasta ahora no había notado, pero había tomado un gusto por someter a las mujeres, y es que verla atada, expuesta de esa manera, hizo que en pocos segundos mi miembro se alzara tanto que parecía estar por romper el pantalón deportivo.
Qué esperas viólame – suplicó la mujer que parecía posesa.
¿Cómo dijiste? – dije algo burlón viéndola a mi alcance.
Adelante, lo necesito, viólame como antes, seré tu esclava, pero no me dejes así – rogó Sage.
En ese momento, gimió de tal forma que su parecía una señal, corriéndose en ese instante, escurriendo sus jugos hasta el suelo, por sus bellas piernas, eso fue demasiado excitante, así que me levanté, sacándome la estaca, la cual se la clavé casi de una embestida, ella se quejó pero dejó ver una cara llena de placer, y la verdad ya me sentía dueño de tan preciosa mujer, ella por su parte se entregaba, deseando mas, se la fui metiendo lento a principio, mientras ella me decía:
Sí, así, sigue no te detengas, dame más duro – dijo loca de placer.
Le dije que me pediría más, es toda una puta – me burle mientras la embestía.
Sí, soy una puta, tu juguete, ahora cógeme – dijo entre gemidos.
La empecé a bombear más duro, su calor me encantaba, además su olor era demasiado embriagador, deseaba que se corriera salpicando todo con sus jugos, eso fue una locura, prácticamente la estaba violando, pero ella era feliz de sentir mis envestidas, su cara era una delicia, gimiendo como una ramera, mientras me dejaba entrada abierta a su precioso cuerpo, que parecían querer fundirse conmigo, así entre embestidas se corrió 2 veces seguidas, soltando sus mieles de manera inesperada, acariciándome con sus contracciones la verga, mientras parecía tratar de aferrarse a mí, así que la seguí penetrando con fuerza, tratando de llegar lo más profundo dentro de ella, no paso ni 5 minutos en los que lo volviera a hacer, y aún así me mantuve ensartándola con fuerza, mientras ella me recibía, en serio era una locura de placer, no pensé que eso pudiera mejorar, pero me equivoque, en mis embistes la estaba por llenar con mi leche, cuando ella se terminó corriendo una tercera vez, quedando desfallecida, eso no me gustaba, aunque lo que es más el árbol la soltó, como si el verla corriéndose fuera una señal.
Con esto logrando que en la sorpresa casi cayera, sacándose mi estaca, eso me molestaba, pero en ese instante alguien más me ayudó, eran 2 sexys chicas, quienes evitaron que cayera la maestra al igual que mi erección, Michelle y Drew, la primera se aferró a mí, besándome apasionadamente, mientras la rubia sujetaba a la instructora, pero también parecía comenzar a jugar con el cuerpo de la exquisita mujer, así estaba formando un cuarteto, la castaña se besuqueaba conmigo, aferrándose con deseo en su mirada, no sé porque pero sólo estaba usando unos tenis, ni idea que fue de su ropa, pero antes que me diera cuenta la estaba manoseando a mis anchas, mis dedos se metían desde su canal en las nalgas, a veces acariciándole el culo pasándome a su concha, masturbándola, mientras ella restregaba sus tetas en mi pecho, a su vez la rubia se besaba con la maestra, al tiempo que avariciaba con deseo desde mis bolas hasta mi estaca, masturbándome de manera deliciosa, en ocasiones clavándose mi punta contra sus pezones, y se notaba que se estaba metiendo dedos ella misma junto a la tutora, que delicia, así estaba absorto en esa sensación, cuando finalmente me iba a correr, parecía que se daban cuenta de eso, porque acercó a Sage a mi punta e hizo que mis dedos jugaran más afanosamente en su intimidad, pero justo cuando me corrí todo quedó en su cara, escurriéndole hasta los pechos, mientras las 3 hembras también hacían lo mismo, soltando sus jugos.
Ustedes son una locura – dije satisfecho viéndolas manchadas por mi semen.
Le servimos, maestro – dijo Drew mientras se levantaba.
Pero ahora debe ir al gimnasio, algo está pasando – advirtió Michelle inquieta.
Lo sé, pero ustedes – dije mientras me acomodaba el pantalón.
No se preocupe y váyase – advirtieron juntas Michelle y Drew.
Pero eso no me gustó nada, así que cargué a Sage que estaba perdida en el placer, he hice que me siguieran las 2, me las llevé a la zona en donde suelo dormir, ahí las dejé encerradas, y debo decir que verlas juntas y desnudas fue algo delicioso, esperaba que estuvieran seguras, después me ocuparía de ellas, de hecho notaron el cadáver de la bestia que maté antes, después revisaría la que herí en el miembro, ahora debía volver, aunque por si las dudas, decidí cambiarme rápido, usando mi traje militar, y llevándome un rifle, deseaba no necesitar usarlo, corrí de vuelta al gimnasio, casi podría jurar que un aura oscura rodeaba el edificio, y aún así me metí, el aire estaba lleno del olor del sexo, en ese momento la música que se escuchaba era sumamente viciosa, no creo que nadie pudiera entenderlo, porque sonaba como siempre, pero algo tenía, como si entre los acordes hubiera gemidos ocultos, blasfemias o rezos paganos, no importas, tenía que detener todo eso, estaba en los pasillos y notaba que habían pintado muchas cosas, grafitis que por alguna razón me revelaban símbolos, me acerqué a ver la oficina, que escena:
Tea se hallaba sobre Elisa, acariciando su pequeña gruta, metiéndole 3 dedos para hacerla gozar, la chiquilla soltaba sus jugos de manera copiosa, llenando de su olor el camastro, mientras se besaban mutuamente, a su lado estaba Sheila, también desnuda, si acaso con sus tacones, acariciándose al verla fornicar, dándose placer de manera intensa, casi me meto a terminar de complacerlas, cuando la sexy bruja me dijo:
Qué esperas, muévete – casi se volteo de manera espeluznante.
Sin más que decir, me regresé, tragué algo de saliva para entrar al gimnasio, estaba esperando ver alguna clase de orgia, desenfrenada, un desastre sexual donde todos se volvieran locos por el sexo, casi no me equivoque, todos estaban ahí en sus lugares, pero lejos del caos, las parejas fornicaban de manera tranquila, como si aún quisieran ver el evento deportivo, los señores tomaban a sus esposas, las tenían sobre sus miembros enterrándoselas a la vista de todos, dando un sonido sordo de sus lentas embestidas, exhibiéndose, pero la atención estaba en el frente, mientras que los estudiantes en las gradas, los que no tenían suerte se pajeaban como si vieran una porno a escondidas, al igual de las alumnas, aunque no faltó las parejitas, que cogían sin pudor, escuchaba diálogos como:
Mira papá esta es mi novia, ya estamos cogiendo – decía un chico de secundaria con su novia a quien cogía con su uniforme puesto.
Vieja tantos años y aun aprietas bien rico – decía un viejo por otro lado.
Cabrón dame más duro – exigía una mujer desesperada cogiendo con un conocido, dando la impresión de que era su amante y no el padre del estudiante.
Cariño más lento que la tienes muy gruesa – se escuchaba por otra parte.
Esta es mi novia – decía un niño de 12 mientras se la metía a una niña, presumiéndole a sus amigos su logro, apenas estaban vestidos.
Por donde quiera que mirará era eso, incluso busqué a los profesores, y ahí encontré al musculoso de gimnasia metiéndosela a miss Hall, le había roto el leggin para metérsela por el culo, este desesperado la estaba follando como un animal, embistiéndola como si se le fuera la vida en ello, estaba todo sudado, aferrándose al culo de la mujer, mientras esta trataba de mantenerse de pie, pues el tipo casi parecía una fiera en celo, la nalgueaba furioso para decirle:
Quien es tu papi – decía arrogante, mientras la levantaba sosteniéndola de las piernas obligándola a aferrarse a él para no caer.
Pues tu no, eh estado con mejores, bruto – decía la mujer buscando algo con la mirada, posiblemente a mí.
Desgraciada – la empezaba a embestir más duro.
Pero se notaba que este era el único en gozarlo, porque ella no se mostraba complacida como cuando yo me la he tirado, de hecho parecía tratar de alejarse, aunque se notaba que otros tipos esperaban su oportunidad de cogérsela, aunque ante mis ojos quizás todo eso acabaría como un enorme pleito de salvajes por la mejor hembra. Carajo, por donde pusiera la vista, se veían las bellas maestras siendo cogidas salvajemente, sus ropas hechas a un lado, algunas con sus prendas revelando sus tetas, coños al descubierto, unos peludos y varios rasurados, enrojecidos por la actividad, sus cuerpos siendo sobados por alumnos u otros tutores, las ropas de tantos estaban regadas por el suelo, mientras las actividades seguían con cierta normalidad, por extraño que pareciera, en ese momento en el pódium, salió miss Kim, solo vestía unas medias y tacones, se metía sus propios dedos, mientras leía entre gemidos, dando señal a otro evento, no sé qué pasaba, pero se estaban adelantando, pues anunció la pelea de exhibición, en ese momento entró Steve, que traía tenis y su pantalonera deportiva, seguramente no cargaba nada debajo porque se le notaba una erección, mientras que Simón llegaba con el atuendo más normal: playera, tenis y short, ambos ya tenían puestos los guantes, el chico al verme me llamó apresurado y dijo.
Oye Hermano, en verdad, ¿Qué pasa? Todo se ha vuelto una locura como en halloween, sabes que pasa – me decía preocupado.
Tu tranquilo y yo nervioso, sólo pártele la cara a ese idiota, yo me encargo que la secta está haciendo de las suyas – le respondí buscando algo.
La secta, y tú que defiendes a esa Lexi – dijo molesto Simón.
Tu espérate, que esto es más grueso, las familias tienen desertores que trabajan con algunos sectarios, luego te explico bien, si hasta tengo 3 lindas brujas bien controladas, y te aclaró Lexi no es parte de esto, así que cálmate, sólo concéntrate en romperle la cara a ese idiota – le dije.
Bien, pues halla voy – dijo y salió más serio.
Pronto ambos quedaron en medio del lugar, seguro hubo una charla entre ellos, se notaban molestos uno contra otro, casi podría apostar que Steve se burlaba de Simón, y este por la playera se veía algo delgado, pero ni siquiera notaba que todo el cuerpo lo tenía fornido, había tonificado sus musculo con esos 2 meses de entrenamiento, se le marcaba, ni que decir de los abdominales, estoy enterado que para muchas peleas profesionales los boxeadores entrenan de lleno 3 meses, pues eso era lo que había hecho con simón pero me faltó 1 y aparte nos faltó las mañanas por sus clases, así que dentro de lo que cabía, estaba listo, detalle que notaria el pobre carnero , pues al primer golpe en la cara lo derribo, este cayó pesado, aunque casi de inmediato se levantó como si sólo hubiera perdido el equilibrio, después de eso, hubo un intercambio de golpes, en el cual la sufrió Steve, casi parecía que estaba por vomitar, que divertido, jejeje…
Hubiera querido ver la pelea, pero una idea o mejor dicho un recuerdo me vino a la mente, ¿Dónde estaban mis hermanas? Tea y Elisa seguían en la oficina cuidadas por Sheila, pero las niñas, traté de buscarlas, una mano me llamó, así que al acercarme vaya escena que me tope:
Ya volviste – decía Ivonne completamente roja.
Hacemos lo que podemos – decía Charlie jadeando.
Ambas estaban en un rincón del gimnasio, mientras sus pechos expuestos eran mamados de manera golosa, en el caso de Ivonne por Giby y Angie, mientras que Charlie era sometida por Tammy y Sary, ambas sólo vestían sus zapatillas, dejando a la vista sus cuerpitos, en el caso de mis hermana y prima, ambas usaban los tenis con calcetas hasta las rodillas, sus uniformes tirados, mientras se pegaban a las enormes tetas lamiéndolas, como si quisieran que leche saliera de estas, estaban perdidas en su deseo, casi en trance, mientras sus manitas se apresuraban a agarrar las masas de carne acariciándolas, y debido a la postura, tenían casi abierta a la sexy rubia, quien parecía enloquecer por el estimulo, además sus rodillas rosaban con su pubis, mientras que la bruja perdida en el placer, no pudo más que acariciar las conchitas de ambas, dejando a la vista que se habían corrido en más de una ocasión pues los dedos estaban empapados en sus jugos. Por otra parte, Tammy y Sary también chupaban las deliciosas tetas de Charlie, parecían tan golosas intentando en cada juego hacerla gemir, mientras esta de igual manera le sobaba sus respectivas pubis, logrando que se corrieran, pero a diferencia de las otras niñas, estas se habían apropiado de la concha de la bruja, logrando en un verdadero ataque sincronizado que está prácticamente enloqueciera de placer, pues metían sus deditos con tal gracia, que alrededor de su entrepierna ya se notaba la humedad de las varias corridas, sin duda ese par era a temer, de hecho mientras las veía llegaron a otro orgasmo, por lo que ambas bellezas me dijeron:
Qué esperas, no aguantaremos mucho – decía Ivonne enrojecida.
Primero detén la música, así interrumpirás el ritual – dijo Charlie apuntando a cualquier lado.
En ese momento ambas se corrieron una vez más, apenas me pude contener, verlas así era demasiado excitante, quería cogerlas yo mismo, pero me di cuenta que entre gemidos, una leve música se escuchaba, no me había fijado, unos encapuchados colocaron objetos o pintaron cosas, eran miembros de la secta, malditos bastardos, debía apresurarme, me quedé buscando, dando vuelta por el pasillo, vi en el centro, la pelea, con un buen puñetazo Simón terminaba noqueando a Steve, le había dejado un ojo morado, y la cara molida a golpes, había logrado la clásica hazaña del perdedor, en actitud victoriosa se sacó la playera dejando ver su cuerpo marcado por el entrenamiento, logrando un aplauso extraño, hecho por las embestidas de los presentes a sus parejas, realmente era muy bizarro, pero en ese momento, salió del escenario, no sé si fue por culpa del embrujo o por la emoción, pero se acercó a Tesi, quien respiraba de forma pesada, lo miraba ruborizada, y antes que hubiera reacción este la besó, siendo aceptado por ella.
Sin que nadie pudiera evitarlo, en vez de quedar como una escena romántica, el chico la arrastró fuera de la vista de todos, mientras se aferraba al culo de mi hermana, logrando que esta gimiera, la levantó con cierta facilidad, dejándola contra la pared, ella sólo usaba su uniforme deportivo, una playera y short corto de licra negro ajustado a su cuerpo, con tenis, la verdad no me gustaba ver así a Tesi, pero de los males el menor, Simón la abrazaba perdido en el deseo, besándola, mientras sentía cada parte de su cuerpo, pronto levantó su ropa dejando ver sus redondos pechos, los cuales amasó por un momento antes de besarlos y lamerlos, ella se dejaba hacer entregada, atrapada una vez más por el conjuro que había, con su pierna derecha se aferraba a simón, quien ante esa acción le acariciaba el muslo para fijarla contra si, mientras sus dedos se perdían bajo la prenda inferior, pues comenzaba a sentir con cierta malicia la pubis de mi hermana, logrando que suspirara acalorada, en ese momento le dijo algo, imagino una cursilada, conozco bien a tesi, y seguro este dijo lo correcto porque se comenzaron a besar apasionadamente, mientras se restregaban entre sí, no me gustaba nada eso, pero de pronto al chico le bajó su short dejando a la vista una herramienta respetable, luego este se agachó para bajar la licra de Tesi, con todo y una tanga muy finita, exponiendo un sexo rasurado que lamio, luego beso, mientras subía tocando con su lengua el vientre, los pechos, y de vuelta los labios, enfrascándose en un besuqueo intenso durante el cual, este se acomodó para dejarle entrar toda su estaca, comenzando un lento y candente contacto, en duras embestidas cargadas de fuerza y pasión, se lo había ganado Simón.
No sé qué pasaba, pero todo estaba demasiado intenso, era una orgia total, entre señoras con sus maridos, adolecentes calientes cogiendo entre sí o con maestros, o niños, eso ultimo me llamaba la atención porque podía ver a una niña de vestido rosa atrapada contra un barandal, mientras un mocoso se la metía, y esta decía “deja de violarme”, aunque dudaba que el chiquillo realmente pudiera hacer algo relevante con su mini estaca, las cosas no me agradaban, debía detener la música, imaginé que el ultimo ritual, el que vi en sueño era para hacer aquella pista, pero eso poco me importaba, o eso pensé cuando alguien tomó mi mano, era una niña pequeña, no más de 6 años, blanca como la nieve, pero de cabello negro, esta me dijo alarmada que unos tipos agarraron a su amiga para meterla en la bodega, y le estaban haciendo cosas, una lindura de 15 años rubia de cuerpo lindo pero no muy formado, Lexy, y me dejé guiar por la chiquilla, hasta que llegamos a la bodega, ahí como imaginé, estaba la pobre muchacha sólo usaba unas sandalias, su cuerpo desnudo con una pintura en su vientre, pero eso no importaba, unos tipo a su alrededor furiosos trataban de hacer algo, sin embargo se detenían al decir molestos:
No es virgen, no sirve, como puede ser posible – se escuchaba entre ellos.
En ese momento no sé cómo pero alguien paso a mi lado trayendo otra chica, muy linda, también de piel clara, y largo cabello negro, usaba un uniforme de otra escuela, con pantimedias negras, falda escocesa verde con azul, suéter negro, pero eso no importó, pronto la ropa fue arrancada dejando ver un par de tetas de excelente tamaño, grandes, redondas, de pezones rosados, creo que la colegiala tendría al menos 15 años, pero su físico seria la envidia de cualquier modelo, al final solo quedó con las pantimedias, que fueron cortadas para dejar a la vista un coño lampiño, que despertaba el deseo con un fuerte olor sexual, pues pronto las escorias esas lamieron la cavidad, ignorando lo que fuera que pretendían, como si ese sexo los enloqueciera, mientras intentaban devorarlo, o peleaban por ello, de hecho pronto más de uno se mató entre golpes por alcanzar a la chica, quien comenzaba a gemir como una puta en celo, por mi parte me había escabullido para ir por Lexy, quien estaba en trance, pero el verse a mi lado me comenzó a besar, aunque yo no perdía vista de cómo usaban a la otra chica, pues había algo en ella que robaba mi vista, está había sido sometida sin problemas, sin embargo de los 7 tipos que eran antes, ahora solo quedaban 3, los otros 4 estaban alrededor tirados, quizá muertos, mientras el resto la disfrutaba, uno se había acostado para penetrarla por el culo, el segundo su concha, mientras 2 competían por que esta se las mamara, aunque ambos estaban gozaban de una jalada de ganso, estaban demasiado metidos en esa faena, la chica parecía perdida en eso, realmente violada, pues unas lagrimas salían de sus ojos, por mi parte ya estaba penetrando a lexi, quien prácticamente se clavaba sola para poder sentirme dentro, mientras los otros tipos se perdían en la lujuria, penetrándola como animales en celo, ya bufaban del esfuerzo, tratando de correrse juntos, cosa que lograron a los pocos minutos, llenándole los huecos de semen, no querían mancharla aunque estos se veían perdidos en el placer, pues aunque cansados y desesperado, sacaron sus miembros del cuerpo de ella, pero aún así se corrieron sobre la chica, hasta dejarla escurriendo su leche, pero algo pasaba, se veían muy cansados, demasiado, cayeron desmayados, ya en el suelo se veían casi como momias, por mi parte tenía a Lexi bien clavada mientras ella gozaba de un sexo lento pero intenso, aunque en ese instante la misma niña que me advirtió, me dijo:
Ella te espera, yo cuido de esta mientras tú vas con la otra – fueron sus palabras.
En ese instante la chiquilla tocó a lexi, con sólo un dedo sobre su botoncito de placer mi rubiecita se corrió de forma abundante, gritando de placer, sacando mi miembro viril, mientras que yo, veía a la chica, que ya no se veía tan joven, de unos 15 ahora parecía ser de 20, con un cuerpo de infarto, grandes tetas redondas, una cinturita estrecha y muslos grandes, muy carnosos, me dijo:
Ven – mientras movía su dedo de forma sensual
Se acostaba en el suelo abriendo su vulva, esta despedía un olor casi narcótico, y su interior era de un color rosa que invitaba a profanarla, soltaba muchos jugos, tantos que escurrían hasta el suelo, sólo podía tragar saliva en lo que me preparaba, no era tan impulsivo como para lanzarme a lo bestia, antes bien la veía, mientras sacaba mi estaca, me acomodaba lento y rozaba la punta con su concha, pero ese contacto me estimulo tanto que no pude evitar dar un bufido de excitación, al tiempo que la chica se retorcía con una sonrisa algo viciosa.
Qué esperas, métemela – casi me ordenaba.
Pero yo estaba jugando, acariciaba sus muslos, siendo tan suaves, parecían soltar un olor precioso, como a flores, así que le besé las piernas, mientras seguía sobando su vulva, ella se veía complacida, también ansiosa por que empezara a metérsela, sólo que yo quería disfrutar del momento, la chica estaba tan hermosa, deseaba alargar el momento, sentir con intensidad mi verga dentro, su bello olor, si acaso tocaba sus pechos que soltaron un sabor delicioso también, parecían estar por dejar salir leche, pero de un gusto único, enganchándome a chuparlos como si fuera un bebe, no sé cuanto estuve así, era un deleite, sin embargo la chica me dijo:
Qué esperas, empálame desgraciado – su voz era gruesa y malévola.
Al verla sorprendido note que sus ojos eran negros, pero sin saber cómo respondí.
Eres una perrita que necesita entrenarse, y de eso me encargo yo – y mi voz era diferente.
En ese momento frente a mí la chica se transformó, ya no era la misma de antes, se veía más como ¿Tea? Y con voz melosa me dijo:
Qué esperas Jay, no aguanto más – se veía como mi novia, pero no era ella.
Maldita perra, no me engañas – dijo una voz que salía de mi boca pero no me pertenecía.
En ese momento la penetré con todas mis fuerzas, movido por un furiosa lujuria al deseo carnal, la comencé a coger fiero, mientras sus tetas se agitaban desesperadas por mis embestidas, era tan fuerte que mis bolas golpeaban su rico culo, haciendo un sonido como de aplauso, la falsa Tea hacía unos quejido de placer, al tiempo que su rostro se descomponía al gemir, me mantenía penetrándola eufórico, y de vez en cuando me detenía para agarrar aire y chupar una teta, en ese momento ella cambio, me sentí algo cansado, sin embargo la hembra que empalaba ahora se trataba de miss kim, quien se aferraba a mí con sus gruesos muslo, mientras me rogaba que siguiera con una sonrisa viciosa, no era mi directora, así que molesto volví a embestirla, ella gemía de placer, como si eso le agradara. No sé porque pero me estaba cansado rápido, era la primera vez que me sentía así, no, en realidad desde que me cogía a Tammy y Sary eso era algo común, ambas me exprimían, cada vez que jugaba con sus pequeños cuerpo, cuando las metía de improviso a mi celda o se escabullían, cuando les quitaba el uniforme para metérselas, en un descuido de las encargadas, siempre iban juntas, y mientras se la metía a una, la otra nos miraba con sus deditos bajo su calzoncito, jugando con su conchita, era una locura, pero me encantaba, desde ese día eran mías, buscando cada oportunidad para sentirla dentro, siendo las más viciosas de todas. Incluso competían con los juegos de Drew y Michelle que siempre entraban a mi cama juntas, dejándose sobar con el humor que tuviera, a veces arrancaba las camisas o en otras se las abría lentamente pero siempre probaba esas tetas grandes y redondas, lamia sus pezones hasta que gimieran, solo cuando se ponían en ese humor las penetraba, pues sabía que necesitaba eso para que estuvieran escurriendo sus jugos, luego una se dejaba montar, sintiendo mi verga abrirse paso dentro hasta el fondo, mientras la otra se quedaba a mi lado besándome, dejándose, incluso podía penetrarla con mis dedos para mantenerla húmeda, ellas lo agradecían, pues siempre se corrían más de una vez, luego cambiaban, para que ensartara a la otra, mientras la segunda jugaba con el cuerpo de su compañera pues quería mantenerme excitado, su juego funcionaba muy bien, alargando nuestras sesiones de sexo hasta un par de horas, pero nunca me dejaban tan exhausto como Tamy y Sary, quienes cambiaban entre si, además que sus pequeñas conchas eran difíciles de superar, pues me apretaban tan bien que era una locura. Sin embargo con todo eso mi favorita seguía siendo Tea, quien ya se quedaba en veces a dormir conmigo, su cuerpo hermoso, sus tetas redondas y bien formadas, las conocía demasiado bien, su vulva me abrazaba cada vez que la penetraba, como si me chupara con una fuerza increíble, parecía que trataba de dejarme seco en cada embestida, y su rostro enviciado mezclado con amor me decía: tómame soy tuya; no había nada que me negara esa chica, pudiendo disfrutar de lo que quisiera, incluso recordaba una ocasión en que la até a un árbol y la dejé sólo usando sus calcetas y zapatos, pues su uniforme lo rompí con un cuchillo, ella se sintió tan vulnerable, pero también excitada, que cuando le arranqué su lindo calzón de algodón este ya tenía una mancha de sus jugos, luego le unte miel para disfrutar de su cuerpo, antes de cogerla ahí mismo, y sus gemidos que trataba de callarlos eran una delicia, mientras me decía suplicante: rápido Jay, no quiero que me vean así; claro, el único que deseaba que la viera de semejante forma debía ser yo, así de fiel me era, y claro que la llenaba con mi leche hasta que chorreo, después la cargaba como princesa para llevarla a mi jaula donde seguíamos el juego, estaba en ese trance cuando volvía a la realidad.
¿Qué eres tú? Dime – le ordené a la extraña chica.
Mi sangre es lujuria, mi carne deseo, mi palabra placer – respondía con un tono seductor.
Seguía penetrando a la chica, quien ya no tenía la forma de Kim, de vuelta era la de antes, pero su cuerpo ya no era el mismo, quizás parecía tener unos 17 años, pero no me importaba, seguí metiéndosela sin descanso, enfocándome en ella, en metérsela con un ritmo constante, envuelto en lujuria, pero la verdad nuevamente recordaba, o eso intentaba cuando esta se trato de transformar en Lexi, sin mucho éxito, eso me hacía recordar la noche que pasé con esta y Marón, una excelente noche de pasión, donde sometí con cierta firmeza a la pobre encargada, recién violada por el incubo, estaba tan asustada, pero su cuerpo recibió mi estaca en su jugosa cueva hasta escurrir, mientras movida por la lujuria del momento, un deseo poderoso, a la linda colegiala que chupaba esos pechos como si fuera un bebe, en ocasiones se besaban con cierta pasión irreal, pero se desconectaban sorprendidas por sus actos, incapaces de entender lo que pasaba, ahí tenía que aprovechar para embestir a la encargada, mientras sobaba mejor el culo de lexi, incluso metiéndole un par de dedos en sus jóvenes carnes, tanto en su vulva como culo en una pequeña penetración doble, para que cedieran al deseo y seguirlas montando, pronto se volvían a encender para continuar con el juego, y antes de lo que me esperaba la rubiecita era acariciada por la encargada, la primera acostada sobre la segunda, dejándole agarrar las tetas con total libertad, incluso sus piernas se entrelazaban para quedar abiertas, lo que me dejaba metérsela a una o a otra según deseara, logrando que ambas se corrieran indefinidamente hasta perderse en el placer, quedando rendidas en mi cama, que delicia. Así revivía mi pasión por la pequeña Elisa, quien en veces se escapaba de su cuarto por las noches para buscarme, en veces iba con un camisón que nunca le duraba puesto, pues me encantaba quitárselo una vez estuviéramos solos para verla caminar a mi celda desnuda, en veces traía calcetines, cosa que me excitaba más pues le resaltaba las piernitas, pero en otras ocasiones la cargaba para poder cogérmela mejor, dentro como siempre se mantenía calladita, me dejaba toda la iniciativa, empezaba por unos besos apasionados, pero continuaba hasta lamerle las tetitas, que le estaban creciendo, después me pasaba a su conchita que se mantenían lampiña, donde me comía su vulva hasta hacerla correrse, sólo después de eso me animaba a metérsela, y debo decir que en su mirada ardía el deseo, como si eso esperara, que lindos quejidos daba una vez que la estaba penetrando, se aferraba a mí con todas sus fuerzas, una vez entregada al placer me decía: te amo Jay; lo cual me daba a entender que estaba gozando, con eso en mente iba mas furioso contra la chica blanca de pelo negro.
Ignoraba lo que fuera que ocurría, pero aquella hembrita no era humana, ya no se veía tan mayor, de hecho parecía que la estaba violando, su gesto de sorpresa era una muestra de ello, yo no me detuve, continúe embistiéndola, aunque en ese momento adoptó otra forma, al principio pensé que sería Giby, pero al final fue Angie, lo que me recordó su desvirgar en mis manos, aunque era distante, eso pero la verdad hubiera querido repetir, veía a mi prima cada vez más rica a pesar de ser tan pequeña, con su lindo culito redondo, con una forma exquisita, veía como muchos alumnos la deseaban, a pesar de tener solo 10 años, pero que se podía esperar si aun recuerdo como la fui abriendo con mi estaca, mientras su virginidad se perdía para siempre, dejando una macha de sangre mientras se aferraba a mí, la había hecho mujercita, mientras disfrutaba de su pequeño cuerpo, sin tetas en esa ocasión, pero a esta fecha se le notaban unos bultitos redondos, seguramente en traje de baño se le marcaria su vulva y pezones, incitando a los presentes a llevarla a un lugar distante y someterla contra la pared, jalar su bañador dejando a la vista su pequeña gruta, lampiña, se que todavía no le salen pelitos gracias a mi cámara oculta, y una vez lista la ensartarían en un vaivén enloquecido, logrando que esta perrita caliente pronto comenzara a soltar sus jugos hasta correrse, pues es una mojigata a la vista, pero también muy pervertida en secreto. De vuelta en la realidad la chica ya no era más que una cría pequeña y mi estaca en cada embestida se le marcaba en el vientre, no sabía que pasaba pero era mi oportunidad, ahora me recordaba a la pequeña Emily, la hija de Kim, cosa que iba a disfrutar, recordaba cómo nos espiaba la vez que estuve en su casa, mirando cómo me cogía a su madre, su deliciosa madre, mientras ella detrás de la puerta se tocaba su conchita sintiendo como despertaban sensaciones de mujer a pesar de su pequeño cuerpo, como llegué a manosearla un poco, aún así deseaba empalarla, como cuando lo hice en Halloween, desde eso sólo la había visto de lejos, o casi, lo mantuve oculto, pero en una ocasión cerraron los baños por un accidente, y la niña me pidió ayuda, me tenía cierta confianza, aunque no era del todo, yo tenía un baño así que fue conmigo, y gracias a nuestro historial, terminé limpiando su conchita con mi lengua, aun ignoro como terminamos así, pero la niña fue a orinar, pero al final me dejo tocarle su vulva jugosa, sabia a orines con una textura propia de una niña así de pequeña, incluso con sus manitas se aferró a mi tratando de recibir más placer, que locura tan deliciosa, comerle aquella carne tan dulce, tan pequeña mientras esta iba descubriendo ahora en sus 5 sentidos el placer de ser una mujer, y antes de lo esperado tuvo lo más parecido a un orgasmo, pues gimió tan lindo que estuve a punto de correrme, un recuerdo tan caliente que me enardeció tanto, no me resistí en ese momento, la chica ahora niña, era apenas una cría de 6 años, con un cuerpito lindo, muslitos gordos, su concha seguía recibiendo mi paquete, así que avancé más decidido, era obvio que esta no era una niña, aunque pareciera, y lo que era más gemía como una, diciéndome:
Papi, por favor me estas matando – todo entre gemidos.
Aquí está tu leche putita – dije furioso mientras dejaba todo dentro.
Momento en que me corrí dentro de ella inundando su conchita con toda mi carga, no sé qué pasaba, pero la cría estaba ahí perdida en el suelo, soltando toda mi leche con un gesto destrozado por el placer, como si este le hubiera destrozado la mente, me sentí tan satisfecho que me vestí mientras veía que la otra niña desaparecer, Lexi estaba ahí inconsciente, esperaba retirarme para detener toda la orgía fuera de la bodega, sin embargo pude notar que no había más ruido o música, estaba por salir, cuando note algo a mis espaldas, un hombre de traje negro, aunque su ropa estaba algo maltratada, me miró directo a los ojos y me dijo:
Joven, creo que con usted finalmente tendré las respuestas que necesito…
Sexo lujuria pasión muy excitante.