El Incubo del Internado 40
El Final de la aventura de Jacob, la ciudad cambia, el internado cae, pero la lujuria prevalecerá….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
Capitulo 40
Un agente federal había llegado a revisar la situación en la ciudad, y por falta de documentos oficiales, fue con posibles testigos o verificar hechos comprobables, la autoridad más “confiable” era el viejo soldado, quien con su horrible historial quedó en tela de juicio en cada declaración informal dada, este quería mancharme, llevarme con él, pero por suerte el oficial, al checar mi historial, más limpio en comparación, y tras ver el extraño ritual decidió que confiaría en mi, por lo que fui a compartirle la información que tenía, mucho era de los datos que tenía de grabaciones, incluso documentos que guarde cuando debía tirarlos a la basura todo eso agradó al agente, pero si los quería debía hacer un trato que a todos nos apoyara, por eso desgraciadamente tuve que salir fuera de la ciudad, detalle que no me gustó para nada. Pero sin otra opción antes tuve que arreglar detalles, pues si entraban de lleno las autoridades competentes armarían un problema enorme, ya que no sabrían quien es amigo o enemigo, detalle en donde tampoco le convenía actuar a nadie competente, ahí es donde yo debía aprovechar, sin proponérmelo, había estado en el lugar y momento adecuado, así que podía armar todo un golpe de estado en el orden de esa ciudad, arrasando si así lo quería con todo. Desgraciadamente debía estar fuera durante la investigación, sin saber a ciencia cierta que iba a pasar, aunque aparte vi como mejorar mi situación, pues se diría que era un soldado expulsado por ciertas circunstancias, detalle donde el agente me apoyó, para hacer bien las cosas no debía ser un simple guardia, así que fui reinstalado, podría decirse que empecé con instrucción y demás cosas burocráticas tediosas, eso me demoraría un tiempo, luego que fui vuelto a la milicia, conseguí ganarme la simpatía de algunos cabecillas, sólo así fue que la situación de la ciudad quedaría bajo revisión, pero que se podía esperar, yo al principio tampoco era alguien de confianza, así que como creer en mi si hasta podía ser un enemigo, antes tuve que ganarme mi lugar, para poder intervenir en todo esto, detalle debo agregar, que me tomaría un par de años, salí de ahí con 21 años casi 22, volvería con los míos cuando tuviera 24 de edad.
Convertido en un soldado con una buena categoría, aunque mi rango y mis circunstancias eran anormales, aunque nada conmigo era ciertamente natural, como una especie de misión especial regresé a verificar la situación de la pequeña ciudad, y que decir, mi regreso fue inesperado pero al menos bien recibido, conocía muchos de los asuntos de todos estos idiotas, quienes se habían relajado en mi ausencia, pero vamos por partes: los carneros lloraron al verme, el viejo y Steve la pasaron muy mal, pues los nombré como delincuentes, sus abusos de poder no apoyaron en nada, así como la cercanía con el crimen organizado, ayudo mucho que varios de los encargados de la seguridad fueran de la familia, revelando asuntos de drogas y corrupción, ese clan casi fue destrozado, junto con los Lobos, quienes eran la principal cara de la mafia ahí, así que apenas sobrevivieron, por desgracia como había infiltrados en otras casas, también fueron afectados, a fin de cuentas, sobraban las relaciones por hijos ilegítimos, eso ayudó a marcar a señalar varios “delincuentes”, por lo que tanto tarántulas, búhos y cuervos se vieron afectados, aunque en menor medida, por fortuna algunos manejos de mi parte ayudaron a evitar una crisis, con esto tenía a los clanes en mis manos, por cierto que tampoco la secta se vio libre, pero como ya sabía bien como se manejaban, cuando se hicieron averiguaciones, la casa purpura prácticamente fue desmantelada como un nido de drogas y demás, por cierto debo decir que todo el asunto del incubo fue tomado igual a una especie de locura colectiva, ni el agente o yo dijimos lo contrario, estábamos de acuerdo con evitar hablar de eso, así era mejor, pues de lo contrario, la situación se habría vuelto en nuestra contra y hubiéramos terminado encerrados en un manicomio:
No es importante que exista, sino que estos tipos lo creen cierto, por eso debemos actuar antes que sea demasiado tarde, no podemos dejar a esos dementes libres o sepa que harán – fueron las palabras del agente.
Eso nos ayudó a trabajar, manejando todo el misticismo del incubo y su influjo como una especie de locura colectiva, moviendo a las fuerzas armadas que prácticamente hicieron una purga dentro acabando con muchos de los personajes más retorcidos dentro, y si uno viera lo que encontraron seguro sentiría nauseas, la ciudad o mejor dicho todo lo que había visto, eran poco, había tantas cosas ocultas que hasta yo me sentí enfermo de verlas, a esto le temían las brujas, un cambio inevitable, las familias apenas sobrevivieron, hasta yo tuve que adaptarme, de lo contrario, que suerte pude haber corrido, por fortuna conocía todo en la ciudad, así que cuando la purga se acabó estaba en el bando ganador, cabe decir que aquella locura no había terminado, pues lo sabía el incubo seguía ahí, pero antes de entrar con eso, debo aclarar algunas cosas más con respecto al internado:
Kim: una vez que partí ella quedo en espera de lo que sería el futuro del colegio, la situación no le gusto, el edificio estaba muy dañado, tomaría su tiempo restaurarlo, y claro que lo iban a hacer, parecía que un interés especial les guiaba a todos ahí, pero en lo que esperaba ocurrió que gracias a una jubilación de una directora de otro instituto ella consiguió entrar como remplazo, siendo seguida por miss Hall, pero eso es aparte, desafortunadamente Kim terminaría juntándose con otro hombre, o eso me decía en cartas, según decía era un oficial de alto cargo que llegó para investigar, un viejo viudo, una historia muy convincente, pero era imposible, quien estaría encargado de la zona era yo, sabía que estaba mintiendo, algo pasaba con ella, me negaba a creer que así acabara todo entre nosotros, ahí cabe decir que cuando volví, ya como un Teniente a revisar el internado, parte de la llama aún ardía, pero ella parecía tratar de evitarme, creo que el próximo despertar sexual de la niña le pareció una razón más para mantenerme a distancia, como si eso fuera a detenerme.
Kim, mi querida jefa, no sé qué pasa por su cabeza, pero las cosas no han terminado entre nosotros, en cuanto arregle mi situación, usted volverá a ser mía – sólo pude decirme a mí mismo.
Sage: por otra parte, aunque me hubiera gustado mantener un buen romance con ella, hacerla sentir mujer con mi estaca metida hasta el fondo, pues el tiempo la mantuvo de muy buen ver, la situación igual parecía marcar un final con ella, aunque no me terminaba de convencer, al volver tuvimos una buena noche de pasión, se veía tan sexy, un poco madura, pero no tanto, una noche en un motel, donde la desvestí con cierto salvajismo, casi le arranqué la ropa, para meter mi estaca sin compasión logrando arrancarle fuertes gemidos de sexo desenfrenado, sobando cada parte de su ser, mientras esta se aferraba a mi cuerpo, al tiempo que exhalaba con fuerza tratando de mantenerse consiente, debo admitir que estuve fuera de esa acción durante mi salida, así que estaba algo oxidado, pero bastante dispuesto, aunque al amanecer me dejó una carta de despedida, ella se iría de la ciudad buscando un mejor futuro.
Maestra, espero que no crea que las cosas acabaron, se que esconde algo, y voy a averiguarlo – fue lo que me dije al leer la carta.
Holly: igual con ella se manejó de una manera algo inquieta, al verme quería regresar a lo de antes, y con gusto le daría ese placer carnal que tanto me inspiraba su cuerpo, si bien la llevé a cenar donde ella no dejó de coquetearme, en verdad no había cambiado mucho, si acaso su cuerpo era un poco mas voluptuoso, algo le había pasado que se veía tan erótica, deseable, solo quería acabar de comer para cogerla después en un hotel barato, y ahí disfruté de cada centímetro de su deliciosa figura, haciéndola gemir como puta en celo, estaba tan caliente que ni podía hablar bien, me encajó las uñas mientras se aferraba con brazos y piernas, se estremecía con cada embestida que le di, mientras me venía en su interior con un ímpetu casi animal, que ella adoraba como si fuera una virgen enamorada, estaba gozando de ese cuerpo como jamás lo imaginé, pero igual que con las otras 2 al amanecer se desapareció, o algo así, me estaba evitando.
Maestra, algo ocurre también con usted, lo voy a averiguar, cuando lo sepa será esclava de mi cama, es una promesa – me dije a mi mismo en su momento.
Drew y Michelle: ellas siempre estaban juntas, pues trabajaban para la casa de los Búhos, hasta la fecha, que decir que vestían igual que siempre, un fino traje entallado negro con detalles de criada, medias negras hasta arriba de los muslos, zapatos de tacón, su cuerpos lucían igual de atractivos que siempre, sensuales y voluptuosos, como de costumbre me dieron ganas de sentirlos, de hecho la falta de acción me hicieron casi violarlas en cuanto las vi, es que fueron de las primeras que me encontré, llegué un día como cualquiera, junto con el agente acompañados de un par de soldados, primero fuimos al internado maldito, estaba en vías de reconstrucción, todo bastante maltrecho, revisamos algunas cosas, no había rastros de crímenes ahí, o eso decían los militares, aunque el agente y yo no buscábamos eso, la oscuridad que ahí radicaba estaba muy calmada, apenas se manifestaron un par de fantasmas, el viejo idiota seguía ahí atrapado, el área del ritual intacta como siempre, pero no importaba, después fuimos a comer al centro comercial, donde los 2 muchachos estaban eufóricos viendo a quien ligaban, ambos tendrían al menos 20 años, cuando vieron a las 2 chicas vestidas de falda de mezclilla ajustada y tops que apenas cubrían sus hermosos pechos, estos no dudaron en acercarse para probar suerte, pero estas ni les hicieron caso, sin embargo al verme llegaron a mi lado de inmediato, sabían quién mandaba y un par de calurosos besos recibí, para sorpresa de los chicos que no creía lo que veían de repente:
Chicos, este es mi hogar, aquí yo mando, recuerdan – les dije autoritario mientras acariciaba a las 2 féminas que esperaban ordenes mías.
Marón: después del encuentro con las criadas me topé con ella, fue una grata sorpresa, aunque debó decir que después de nuestra última noche de pasión, lo pasó algo mal, y es que vivía a lado de su abuela, cuando esta la encontró en semejante estado, la vieja puritana se enojó bastante, al punto de correrla, por suerte las brujas que me seguían la apoyaron, aunque al final quedó en casa de los Búhos como parte de la servidumbre, ayudando a cuidar a un trió de ni{as especiales que eran criadas ahí mismo, esperando todas mi regreso, que bien la tenia controlada, y debó admitir ese encuentro fue algo agradable, iba con las otras 2 (Michelle y Drew), a una lavandería para limpiar sus uniformes, pues por fetiche del viejo lechuza, ella vestía un uniforme de sirvienta sexy, con zapatos de tacón alto, falda corta, medias hasta arriba de las rodillas, y un top escotado revelando sus redondas tetas, cualquiera que la viera no podría evitar empalmarse, pues aparte solo tenía que inclinarse para enseñar una fina tanga entre sus nalgas apenas cubriendo su vulva, que soltaba un olor muy sexy al verme, detalle que todos sintieron, mientras también se notaba deseosa de sentir a su macho reclamarla, pero eso lo disfrutaría después, antes bien debía arreglar algunas cosas, y les dije que reunieran a todos en la casa, pues quería una fiesta de bienvenida, pero que no dijeran nada, para que fuera sorpresa.
Pórtate bien, haz lo que te digo y te compensaré más tarde – le dije a Marón quien ponía una cara ruborizada viéndome.
Los soldados se quedaron mirándome, pero no podían hacer mucho, sólo eran rasos, yo Teniente, y el Agente ya conocía bien como eran las cosas ahí, pues había estado tanto tiempo, viendo tantos datos sobre lo acontecido, como si fuera testigo mudo de lo que parecía una historia porno, ahora se mantenía a lado esperando ver como terminaba esta locura, viendo como el lugar seguía intoxicado por una especie de esencia erótica que volvía a todos viciosos del sexo, una cuestión que los soldados empezaban a comprender, y veían con gusto, deseando tomar a alguna de las mujeres ahí, quienes dejaban en el aire su fragancia del deseo. El agente debía seguir una agenda muy estricta, antes ya se había acomodado un capitán ahí, pero sólo para organizar la situación, y manejar de manera más eficiente las fuerzas, aunque era poco lo que podía hacer si estaba a ciegas, así que sólo estaba administrando los bienes antes de retirarse, para que alguien más llegar a instalarse después, en este caso, ese fue quien se quedó con Kim, o eso me pretendían decir, pero el viejo ni cuenta de nada, algo tramaba mi jefa, y le haría ver que no se escaparía de mi. Entre platicas se decía que iba a quedar a cargo el viejo soldado, sólo por un tiempo, pues su historial manchando era un problema, siendo una pantalla para que me instalara yo, o al menos esa era la idea, todo seguía un plan, yo estaba contento con este, se manejaba la situación con una cautela muy buena, verificando como es que las cosas estaban cambiando, el temor de la secta era real, pero no podían hacer nada, pero gracias a la ayuda del Agente, parte de esta se quedaba intacta como si fuera parte de una especie de culto inofensivo, más hecho para sacar dinero a los bobos, mientras que los tipos peligrosos acababan en prisión.
Nos fuimos a dar una vuelta tras comer al distrito pobre, que para variar se notaba distinto, ya no se hallaba sucio, ni había ratas corriendo libremente, de hecho como imagine la influencia del maldito incubo se convirtió en algo diferente, como se instaló la revista, de manera legal, ahora ese pueblo explotaba sus leyendas para volverse algo más popular, logrando prosperar de manera artesanal, aunque cabe decir que muchos de los matones que antes buscaron problemas conmigo ya no estaban, siendo seguidores de la bruja purpura, quedaron en prisión, las otras 2 aprovechaban las leyendas: desde la bestia, pasando por Billys y llegando al incubo para hacer mercancía, el cambio era muy bueno, solo parecían comerciantes normales haciendo santería, aunque así me encontré a ciertas figuras que me encantaban:
Las brujas: Charlie fue la primera en encontrar, la divise desde mi distancia, aparentemente perdió su trabajo en la escuela, ahora vestía como bruja con un letrero para atraer clientes, con botas, mini falda negra y un top ajustado, que apenas cubría sus enorme tetas, luego llegaba a su lado Ivonne, quien también se disfrazaba, no faltaban tipos que perdieran la razón al verlas, deseando tocarlas, en especial en esos carnosos culos que apenas eran contenidos, y es que era demasiado sensual esa vista, pues hasta el más pequeño movimiento dejaba a la vista sus atributos, ambas mujeres eran bellezas infartantes que despertaban la lujuria, de nuevo los soldados se hallaban deseosos de ir por ellas, cosa que no se los permití, luego se iban a meter en problemas los idiotas. Antes bien tanto el Agente como yo teníamos que ir a hablar con las 2 brujas mayores, quienes se portaron de manera respetuosa, toda esa visión era lo que esperaban, no había problemas con ellas, sobrevivían mejor con el cambio a como estaban antes, con eso arreglado, le indiqué con cierta efusividad que mandaran a mis brujas a la casa de los búhos con algunas cosas, como parte de un encargo especial, vestidas como iban, pues ya pensaba disfrutarlas más tarde, cosa que aceptaron de inmediato, por suerte no me habían visto entre tanta gente, así que podría gozarlas después, por cierto que también contaba con la presencia de Sheila, quien seguía trabajando para el mismo ingeniero patético.
No has estado aquí en más de 2 años pero sigues teniendo influencia, se nota que hacer un trato contigo era la mejor opción – dijo el Agente mientras nos movíamos entre la secta.
Te lo dije – fue mi respuesta.
Después de eso fuimos a un edificio bastante alto, bueno al menos de los dedicados al trabajo, era una serie de oficinas donde se juntaban los encargados de varios grupos comerciales, ahí durante los últimos años se vieron acompañados de varios delincuentes, ese edificio la paso mal en mi ausencia, pues hubo suicidios o asesinatos, gente que quería que las cosas siguieran igual, pero era inevitable, los tiempos cambian, es una ley en la vida. Ahora los mercaderes más astutos u honestos se hallaban ahí para rendir cuentas a la jefa, la vieja tarántula, quien al verme suspiró aliviada, como si viera a un viejo amigo, y me comentó algunas cosas junto al agente, era más un reporte, donde comentaba acerca de algunas inconsistencias en los negocios, parecía que un grupo estaba cobrando suelo, bien, eso se podía arreglar, comentó algunos incidentes más, los vestigios de aquellos que se negaban al cambio, quienes se volvieron peligrosos, nada que no se pudiera remediar con un par de tiros en la cabeza, al menos eso pensé, pero no lo dije por obvias razones, el agente tomó nota, y después salimos, no sin antes decirle:
Señora, hoy pretendo festejar mi regreso oficial, mis negocios fuera se acabaron, así que Tamy y Sary están invitadas – dije con cierto gesto fraternal.
No se preocupe joven, ahí las tendrá, esas niñas esperaban su regreso – dijo con calma la señora.
Después de eso seguimos adelante, volvimos al internado, donde algunas oficinas ya estaban en funcionamiento, ahí por video llamada el agente reportó lo ocurrido a los superiores, nada extraordinario, la ciudad ante los ojos ajenos, era un nido de delincuentes que se ocultaban bajo las leyendas urbanas, tan corrompida que era imposible hallar algo sin toparse con historias absurdas, pero eso había cambiado, el hombre fue listo para “traducir” con mi ayuda mucho de lo que pasaba a términos que los exceptivos pudieran entender, y el internado se volvería un punto crucial, volviéndose una escuela militar. Yo debía permanecer, ahora como un prefecto, al menos de momento, el agente se quedaría siendo el director, los soldados serían los guardias, y se formaría un nuevo régimen académico, todo según ordenes de fuera, no tenía problemas, con esto el instituto tendría en su totalidad alumnos masculinos y el incubo estaría rezagado, o casi, con eso listo decidimos retirarnos, en próximas fechas el internado se reabriría, solo hacían falta reparaciones. Mis colegas estaban cansados, querían tirarse a la cama a dormir, pero yo tenía planes importantes, los cuales no podía posponer, todos fueron a un hotel para quedarse, era un lugar donde la milicia hizo un acuerdo, pero yo no necesitaba quedarme ahí, tenía mi casa:
Que pasa teniente, no quiere dormir – dijo un soldado al verme retirarme.
No soldado, vaya a descansar, además recuerde, este es mi hogar, me esperan en casa – dije tranquilo mientras bajaban del jeep.
Casa, lo hubiera dicho, mejor nos quedamos con usted – dijo el otro soldado como broma.
Será para la otra, porque me espera mi ardiente mujer – aclaré con una risa picara.
Presente – dijeron los 2 en broma.
Dejen al teniente en paz, el tiene responsabilidades conyugales, después iremos a su mansión, cuando estés más tranquilo, con la “mafia” de la ciudad – aclaró el Agente.
Si, primero tengo que jalarles la cadena a esos, deben recordar quién manda – dije con cierta malicia y me retiré.
Ahora iba en un jeep, quizás no era un vehículo tan elegante, pero funcionaba para mis necesidades, aunque antes tomé un desvió, necesitaba ir por alguien más, y con suerte la topé a mitad de camino, usando un uniforme de colegiala diferente, falda corta escocesa azul con blanco, calcetas largas, zapatos negros, una camisa clara, que parecía transparentarse si se mojaba, iba muy tranquila con su mochila al hombro, rumbo a su casa, parecía no haber cambiado mucho, mejor, así se me hacia perfecta, quizá su cuerpo estaba más formado, aunque sus pechos seguían pequeños, su rostro aniñado, mantenía el peinado corto, que le quedaba tan bien, ya estaba imaginándome como se sentiría volver a metérsela, parece que unos chicos querían alcanzarla, pero me adelante en mi Jeep, y le pitee, está sorprendida se volteo y al verme sonrió:
Jay – decía Lexy antes de casi saltar a mis brazos.
Hola Lexy, me extrañaste, sube – le dije ansioso por tenerla a mi lado.
Apenas le abrí la puerta se subió para darme un beso en los labios, dejándome poner mi manos sobre sus piernas con total libertad, su cuerpo olía tan bien, mezcla de sudor con un perfume de frutas, después me la llevé, dejando a los chicos que se le acercaban muy confundidos, esta sería una increíble noche, no me esperaba, desde hace más de 2 años que había salido para ser testigo y apoyo con todas las actividades de la ciudad, así que no había visto a la chica, se veía contenta, esta me comento algunas cosas, y me enteré de lo que hizo mi cuñado Simón, llevarse a Tesi a vivir con él, luego tendría mucho que hablar con ese bobo, pero tendría que esperar, ahora debía ir a mi fiesta de bienvenida, por suerte la ciudad había cambiado poco, para bien. Al ir por la calles sentía el aire más limpio, calmado, no se veía nada de ese aire seductor cargado de sexo, ocultando lujuria a simple vista, detalle que me gustaba tanto como lo extrañaba, es difícil de decir, pero parte de mi deseaba eso, aunque el cambio no me molestaba, seguí mi camino hasta llegar a la zona residencial, donde un guardia me detuvo, casi me pone de mal humor, queriendo evitar mi paso, pero una insignia de los búhos y un trancazo que le rompió el tabique (nariz) hizo que me dejara pasar, ya adentro todo era tal como lo recordaba, o casi, quizás unos árboles más grandes, algunas casas más viejas, Henrry de los Lobos estaba a cargo, y seguía haciendo sus fiestas, aunque su casa estaba tranquila, pues las hacía en una discoteca que abrió recientemente, por otra parte muchos carneros acabaron muy mal, quedando un tal Dan, medio hermano de Steve como líder, o al menos eso me comentaba Lexy, quien permanecía muy apegada a mí, sólo alejándose cuando le marcó a su familia para avisar que esa noche no llegaría, cosa que no importaba, era jueves, pero el día siguiente era feriado, así que no iría a clases, tendría un fin de semana de 3 días para ponerme al tanto con ella. A los pocos minutos llegué a la mansión de los Búhos, se veía grande y algo descuidada, pero tal como la recordaba, una vagoneta en frente me indicaba que las brujas ya habían llegado, así que posiblemente todas mis mujeres estarían ahí, un detalle es que tengo llave del lugar, como siguiente líder era obvio, así que entramos sin llamar la atención, detalle que debí agradecer, pues de lo contrario las cosas no podrían haber salido mejor, entramos sin hacer ruido, la estancia estaba sola, seguramente porque no había casi gente, Lexy y yo seguimos hasta llegar a la sala (para fiestas), antes de entrar desde la puerta me quedé oyendo, pues el tal Dan de los Carneros estaba ahí, con qué objetivo, el muy imbécil intentaba seducir a mi Tea, quien se veía molesta, parecía que en mi ausencia el tipo se sintió invencible, este era un hijo bastardo nacido fuera de la ciudad, así que estaba algo más cuerdo, pero al llegar a la ciudad la lujuria de ahí lo ahogó, ahora intentaba quedarse con mi mujer, aunque esta decía:
Mira “Dan” ya te lo dije, no estoy interesada, no me gustas y tengo un sexy prometido, así que déjame en paz, pierdes tu tiempo – dijo Tea de mal humor.
¿Prometido? Yo no he visto nada de eso, una mujer como tu debe tener un verdadero hombre a su lado, y si ese tipo te dejo sola, no te merece – dijo el tal Dan desorientado.
Muchacho, ya lárgate, vienes cada que puedes a incordiar, ya se te dijo, mi nieta no se quedará contigo, ella está dada a alguien más, no haga el ridículo, y si el prometido esta fuera, es por causas de fuerza mayor, tan importantes que si no fuera por él, tu no sería líder de casa sino un pobre bastardo más, ahora es el hombre más influyente en la ciudad – indicó el abuelo.
Pues no me iré a menos que me aceptes Tea o que me saquen a la fuerza – desafío Dan.
Eso se puede arreglar – dije con malicia entrando a la sala donde se hallaban todos.
Ni que decir que el viejo se sorprendió, y Dan se quedó confundido, nunca nos habíamos visto, pero con lo dicho pude darme cuenta del resto, antes que pudiera reaccionar, le solté un buen golpe en la cara tumbándolo en el acto, después lo saqué arrastrando fuera, mientras este apenas entendía lo que estaba pasando, una vez en la entrada lo levanté sin problemas y le dije:
Si te vuelves a acerca a mi mujer te mato, entendiste – y sin problemas lo aventé fuera.
Cerré la puerta de golpe, para volver a la sala, ahí estaban el viejo búho y Tea, la sorpresa era mayúscula, el viejo nomas soltó una risa burlona con un gesto de pulgar arriba, mientras que mi chica quería poner una sonrisa, pero se quería hacer la difícil.
Ven acá nena – dije mientras le robaba un beso.
No creció mucho en estatura, un par de centímetros, seguía igual de sexy que siempre, el tiempo casi no había pasado en ella, quizás su cabello estaba más largo y su cuerpo tan erótico como recordaba, algo que me encantaba, al principio se negó un poco a mi afecto, pero pronto se rindió, para entregarse como siempre lo había hecho.
Me extrañaste tanto como yo a ti ¿verdad? – le dije confiado.
No te vuelvas a ir – se quejó Tea antes de besarme otra vez.
Muchacho, odio interrumpir, pero las cosas ya acabaron o seguirán así, porque te necesitamos – dijo el anciano nervioso.
No te preocupes abuelo, primero: vine para quedarme; segundo: se la situación, la casa de los búhos agoniza, muchos corruptos están en prisión, esto provocó un golpe muy duro así que otros se suicidaron, y los que quedan están algo dispersos o huyeron, pero calmado, estoy de vuelta – dije confiado sin soltar a mi mujer.
Por cierto Jay, tú mandaste traer a esas ¿verdad? – dijo Tea algo molesta.
Sí, yo mande a las brujas, quiero mi bienvenida – dije burlón aferrándome a su culo.
Manoseaba a Tea, como extrañaba su lindo cuerpo entre mis dedos, y ella igual, pues no podía dejar de quejarse, o más bien dicho gemir, en especial cuando mis manos bajaron para tocar su carne sobre su tanga.
Por cierto ¿Dónde está Giby? Quiero verla – dije impaciente buscándola.
Ella, no te preocupes, esta con Tesi, la cuida mucho, dice que tú tienes que ser el primero en tener hijos, pues eres el mayor así que muchas veces se vuelve el mal tercio con Simón, quien no se atreve mucho a tocar a su novia teniendo a Giby al lado, parece que no le terminó de gustar el fetiche de ser observado, así que se calma con ella cercas – dijo Tea conteniendo la risa.
Creo que tendré que hablar con ese chico, pero no será hoy – dije molesto mientras le agarraba una nalga a Tea.
Entonces, te vas a quedar, y cuál es el plan – dijo el viejo sentándose.
No se preocupe, el internado volverá, pero las cosas no serán como antes, por desgracia las casas no seguirán teniendo el mismo poder que antes, el tiempo cambia, pero si se queda de mi lado estará bien – dije con cierta malicia.
Tu, planeaste algo de esto – dijo molesto el viejo.
No, sólo esperé lo inevitable y me acomodé en el mejor lugar – me burlé.
Bien, pues entonces yo me retiró en tu ausencia perdí mi vigor, supongo que ahora te dejo a cargo, sólo recuerda el pacto – dijo severo el anciano.
Claro que lo recuerdo, si vengo a cumplir – me volvía burlar.
Sin más me llevé a Tea conmigo, imaginaba donde sería mi fiesta de bienvenida, ese viejo edificio que parecía construcción griega, estaba un poco desgastado, como dijo el anciano, perdió su vigor, así que ya no lo siguió usando, pero ahora era mi turno, mi chica vio esa construcción sabiendo lo que seguiría, las luces estaban prendidas, llegué para notar como los arreglos de una celebración terminaba de ser acomodados, y dentro estaban: Michelle, Drew, Marion, ayudando a Sheila, Charlie e Ivonne, quienes iban vestidas de brujas de aire erótico, casi parecían rogar ser cogidas como putas, pues sus faldas tan costas dejaban ver sus carnosos culos fácilmente, mientras las ligeras telas que cubrían sus pechos apenas soportaban la presión, además que las sirvientas usaban sus sensuales trajes de servicio, mientras se notaban los ligeros por lo corto de las faldas, además usaban guantes finos negros que hacían juego con las medias, haciendo un contraste con lo claro de la piel, que linda sorpresa aparte, Elisa ahí estaba vestida igual, ya tenía 15 años, y apenas desarrollaba teta, pero su pequeño cuerpo junto con su carita de muñeca eran suficiente, iba a llenarle de mi semen, sólo faltaban 2 personitas, aunque no importaba, ellas serían el postre:
Estoy de vuelta – dije triunfal entrando seguido de Tea y Lexy.
Como esperaba todas se lanzaron a mi encuentro, al principio las brujas, luego Elisa, esta sería una larga noche, pero primero debía corresponder, una enorme cama esperaba en el centro, ahí comencé por llevar a mi reina, casi me arranqué la ropa, no había tenido acción en más de 2 años me urgía sentir su cuerpo, llenarle su concha con mi leche. Ella usaba un simple vestido blanco de una pieza, muy corto, nos besamos como era de esperarse, mientras mis manos tocaban cada parte de su cuerpo con ansias, pronto le saqué su falda subiéndole hasta el ombligo, dejando a la vista una tanga blanca, que jalé con los dientes, dejando que saliera su olor a hembra, eso me puso bravo, además su coño estaba depilado, cosa que me encantaba, sin más empecé a devorarle su entrada, que al primer contacto se notaba jugosa, llena de sus mieles de pación, lista para el sexo, seguramente su molestia de antes era porque no la había atendido como se debía, pero eso iba a acabar, deseaba llenarme de su ser, chupe su cueva de placer con desespero, logrando que pusiera los ojos en blanco, mientras se retorcía de lujuria en la cama, sus manos se aferraban a mi nuca tratando de evitar que me alejara, cosa que no iba a hacer, yo también le deseaba, y sólo me soltaba un poco para respirar, las demás me veían sorprendidas, y tanto Drew como Michelle ya se estaban tocando por encima de la ropa, sus dedos se metían bajo sus tangas negras para sobar sus cuevas, sin perder de vista como le comía a su jefa, quien ante mis ansias de sexo no paso mucho antes que se corriera casi ahogándome en sus jugos:
OH, jay, te extrañaba – dijo Tea mientras respiraba agitada.
Y esto apenas comienza – respondí ardiendo en deseo.
Ahí le enseñé mi erección, lista para entrar en su interior, su rostro casi hipnotizado fue una delicia, me abracé a ella en la clásica misionero, mientras la besaba, dejando que probara sus propios jugos, guiado por mi instinto se la dejé ir de una estocada logrando que se sorprendiera ante mi intrusión, pero lejos de molestarse, fue todo lo contrario se aferró a mí con sus piernas dejando que la embistiera, ella se entregaba como siempre lo había hecho, totalmente, y mi estaca encontró su cueva tan cómoda, acariciándome con gentileza, parecía que quería chuparme, era tan placentero que no podía soportarlo, que gusto me estaba dando, Tea se abrazaba a mí, pegándoseme , aunque en su momento ese vestido me molestó, así que se lo arranqué, casi se enoja si no fuera porque el calor de nuestros cuerpos pegándose la calmo, estaba perdida en el deseo, así que prefería eso a su ropa, pues pronto sus tetas se pusieron sensibles ante mi piel, logrando nuevamente un par de suspiros. Entre toda la acción de nuestros cuerpos, que se iban reencontrando con un deseo irrefrenable, mientras intentaba mantenerse cuerda, su rostro se descomponía en mis embestidas, pues se mantuvo fiel a su macho, así que no se metió con nadie hasta que volví, siendo esta su recompensa, había valido la pena la espera, el gusto de mi estaca al entrar y salir era indescriptible, mientras las sabanas se empapaban con nuestros jugos, pero aunque deseaba continuar con esto más tiempo debía guardar fuerzas, así que incrementando el ritmo me corrí en el interior de Tea, sacándole un fuerte grito junto con una corrida sublime, que me empapó la verga, ella suspiraba contenta, sonreía exhausta, sabiendo que desde ahora eso sería lo que recibiría todos los días, pero yo debía continuar.
Pronto a mi lado estaban mis brujas, se habían acercado sin hacer ruido, aún con los trajes puestos, los cuales fui arrancando sin demora, movido por mis deseos carnales, quería sentir sus cuerpos, recordar sus sabores personales, además que sus formas eran un placer para mi, pronto quedaron desnudas si no es por algún accesorio, a la primera que cogí fue a Ivonne pues ella estaba al centro, no deseaban más que insertarse mi estaca dentro así que tan pronto como sus prendas cayeron lejos de mi vista, esta se levantó sobre mí para enseñarme su concha lampiña, más que con un pequeño triangulo de bellos rubios, me dedicó una sonrisa viciosa, con sus dedos abrió su coño, y unas gotas de sus jugos cayeron sobre mi verga, que casi como si fuera una señal recuperó su vigor, mientras la mujer se iba agachando enfilándose para que pudiera entrar sin problemas, usando su peso para clavarse ella misma, logrando en ese movimiento llegar casi hasta su útero, logrando que esta se sorprendiera, quejándose un poco, pero jamás intentó zafarse, más bien cayó vencida, y sus tetas casi en mi boca, lo cual aproveché para mamarlas como debía. Eran tan grandes, redondas, que el morbo que me despertaba era único, las deseaba volver a probar, hace tiempo que no lo hacía, así que mientras empezaba a embestirla, mi boca se deleito con ese par de bolas de carne, estaba muy entretenido en eso, pero seguía pendiente de las otras , quienes se habían acostado a nuestro lado para sobarse sus vulvas, a la espera de su turno, mientras Tea hacía lo mismo, solo que estaba sentada delante de mí, perdida en la escena, y escurría mi leche, se perdía viéndome coger a otra mujer, mientras su sangre volvía a arder, viendo como la estaca que tanto adoraba se metía y salía con gran velocidad, eso era para excitarse, peor aún tanto Charlie como Sheila se pusieron a lado de ella para ayudarla en su deleite, acariciándose mutuamente, tratando de alcanzar el clímax en esos tocamientos. Eso era demasiado excitante, mi sangre hervía, ante tal imagen aumenté el ritmo, tenía mucho guardado y estaba por estallar, así que fue cuestión de minutos antes de que me volviera a correr ahora sobre Ivonne quien también gimió con fuerza por su orgasmo, no lo hice dentro, así que esta mujer tomo mi semilla para restregarse mi carga por su cuerpo en una escena erótica, antes de que Sheila se acercara a lamerle cada centímetro de su seductora piel, momento que aprovechó Charlie para subirse sobre mí, y continuar, realmente estaba enloquecido, era obvio.
No lo notaban ellas, pero el viento soplaba con fuerza, prácticamente aullaba como fiera al tiempo que se la metía a esa sexy latina, quien al sentir mi verga abrir su concha dejó libre una sonrisa pérfida, de hecho sus ojos casi quedaron en blanco ante mi entrada, que al sentir su calor, junto a sus jugos que me mojaron la entrepierna, continúe la labor tan deseada, mientras nos besábamos desesperadamente, jugando con nuestras lenguas, le agarraba el culo redondo y bello, de un embiste hice que se agitara para gemir ruidosamente, momento que aproveché recordando el sabor de esas tetas, pues aunque no fuera real, casi podría jurar que estas sabían a chocolate con canela, aunque sólo fue por unos instantes, pues antes de lo esperado ella misma se aferró a mi pecho mientras dejaba que Sheila se preparara para su turno, ofreciéndome su concha afeitada con sabor irresistible, y un aroma a un fino perfume para que la disfrutara, ambas se besuquearon sobre mí, al tiempo que una era encajada por mi miembro y le devoraba la concha a la otra en un trió desesperado por la lujuria, iba embistiéndolas, mientras sabía que éramos observados, no solo por las criadas que no perdían de vista nada, de hecho notaba a 3 chicas que luego disfrutaría, las mismas que fueron presas de las brujas, mas crecidas, y que serían mías a partir de ese momento, con gusto veía que se sobaban, aunque pude notar algo fuera de la construcción que reía de forma maquiavélica junto al viento aullante, pero eso no importaba, volví a correrme de manera magistral sacándole un fuerte gemido a Charlie, quien casi fue empujada por Sheila quien sin perder tiempo, se acostó sobre mí para sobar con su culo mi verga, logrando que se mantuviera firme, aunque esta parecía a punto de caer, pero por todos los diablos del infierno que eso no iba a pasar, si hasta la fije bien, me acomodé como quien sabe qué demonios me dio, pero en esa posición se la encaje, sacándole un quejido seguido de una sonrisa de satisfacción, así continúe mi labor, embistiendo a la tercera bruja, mientras veía como Elisa se quedó sorprendida, de la escena, sobándose su conchita jugosa, pues desde mi lugar alcanzaba a verle como su calzón se empapaba por sus jugos, casi transparentado, dejándome ver un poco sus deditos que se metían en su interior, se mordía el labio de forma coqueta pero tan infantil que era un gusto, ahora sólo debía esperar su turno, de todas maneras tenía todo el tiempo del mundo, y seguí cogiéndome a Sheila por un buen rato hasta que le inunde la concha, pero antes que pudiera llamar a otra:
Quiero más Jay, yo soy tu mujer – suplicó Tea con un gesto libidinoso.
Qué imagen, estaba frente a mi sobándose su vulva con las piernas abiertas, mientras se agarraba una teta, se mordía los labios deseosa de más, sin duda, era mi mujer, así que la jalé para volverla a sentir, y continuar nuestro reencuentro, cogiendo como animales por largo rato más…
No supe cuanto duramos, pero la mañana nos llegó, estaba algo exhausto, no supe cuantas veces me corrí dentro de Tea, carajo, si no terminaba embarazada después de tanto sería un milagro, de hecho me levantaron las lenguas de un par de viciosas, Drew y Michelle, quienes no habían alcanzado su parte esa noche, que me importaba, las jalé para besuquearme con ambas, así les gustaba a esas dos, siempre trabajaban juntas, era igual al gozar, así que estando sobre mí, nos besábamos apasionadamente, mientras les encajaba los dedos en el recto, y ellas se sobaban con mi cuerpo como si se masturbaran, aunque para mí el mayor deleite era sentir esas enormes tetas rosarse en mí, casi podía oler su aroma a hembras con cada roce, había sido una larga noche, pero supe mantenerme en pie, pues estas 2 criadas se merecían trato especial, pronto se fueron arrimando, dejando que penetrara a una hasta que me corrí dentro de ella, pero sin dejarme descansar, se la metí a la otra hasta que le di su ración de leche, y estaba por continuar hasta que lexy se acercó a mí, por un momento pensé que deseaba su parte de mis atenciones, pero:
Jay, tienes visitas, y a ellas deseas verlas, después tendrás que atenderme – fueron sus palabras.
No podía más que agradecerle, pero apenas pude vestirme, Tesi y Giby habían llegado, junto con Simón quien había crecido un poco más, de hecho veo que se cuidó en lo que no estuve, pues antes era sólo un poco más alto que mi hermana, ahora le sacaba más de 15 centímetros, y su cuerpo estaba bien constituido, por otra parte ambas se habían puesto muy lindas, con sus 17 años Tesi se veía preciosa, sus formas se acentuaron mejor, volviéndose una belleza de las que llaman la atención al caminar, mientras que Giby ya estaba desarrollando su figura, unos pequeños pechos, además por ser de complexión un poco gruesa se notaba redondo su culito muy delicioso, ambas me abrazaron cariñosas, y a pesar que al inicio estaba contento de verlas, mostré mi disgusto con Simón por jugar a la casita, aunque este me dijo: es que debía cuidarla; uf, al menos era más responsable, que hubiera sido de ambas de quedarse con la familiar más cercana, mi tía que permanecía desaparecida, su pareja en prisión, mientras que Pit fue llevado a un manicomio, Angie quedó con unos familiares del papá, y convivía mucho con Giby, pues vivía cerca. En cierta forma tuvimos una reunión tranquila, como si el morbo de antes fuera un sueño, algo que prefería así, dejarlas un poco distantes de toda esta lujuria, si alguien debía quedar condenado, ese sería yo, pues ahora me explico, una vez que se calmaron las cosas, mis hermanas quedaron en casa, la de los Búhos, pues para Tea era un gusto tener a ambas ahí, eran ya familia, pero una vez llegada la noche, ambas se quedaron a dormir tranquilamente mientras yo volvía a ese cuarto, justo para continuar mi fiesta de regreso:
Ahora estaba en la cama Marón, masturbándose con su traje de sirvienta, jugando con un enorme dildo rosa de buen tamaño, pero eso no le servía para calmar su calentura, en mi ausencia la mujer se había corrompido completamente, así que cuando llegué a su lado esta:
Jay, rápido, no aguanto más – dijo suplicante ofreciéndose.
Yo le saqué el dildo de su concha, y al hacerlo casi pareció como si se hubiera orinado, pero el olor de sus jugos demostraba que era otra cosa, así me gustaba, aunque no quería desperdiciar ese pedazo de plástico, con cierta malicia, jugando con este se lo fui metiendo por el redondo culo, logrando sacarle varios pujidos ante esa irrupción, mientras ella se abría más para que le pudiera entrar, creo que seguía virgen de ahí, que cosas, su primera vez fuera por un dildo de buen tamaño, carajo, jugué un poco con esta antes de ir con todo, fueron solo unos minutos, en los cuales vi como Tea, quien me acompaño todo el día, ahora me veía jugar con las chicas, pero ella no estaba sola, Elisa se hallaba a su lado, ambas apenas usaban pequeñas batas, y mi novia obligaba a la pequeña a chupar sus enormes pechos, como si fuera una madre amamantando a su bebe, mientras ella metía un par de dedos en la pequeña concha, logrando que esta gimiera entre juegos, eso me prendía más ¿Dónde aprendió eso? lograba que mi erección se completara, y sin más le di una fuerte embestida a Marón, quien al sentirse invadida casi pega un grito, sólo porque le falto el aire, que de lo contrario seguro despertaba a todos en la casa. Al irla embistiendo comenzó a gemir con fuerza, mientras se aferraba a mi cuerpo con sus sexys piernas, me encajaba sus uñas, en la espalda, que buena sensación, extrañaba ese dolor, por eso le iba embistiendo con mayor rapidez, además disfrutaba ver como esas bolas de carne se movían de forma hipnótica, movidas por mi ritmo sexual mientras ella perdía la compostura, en veces me acercaba para besarla o chuparle los pechos, pero casi siempre me mantenía viéndola a los ojos, era un deleite, que disfrutaba, y duré tanto como pude, aunque fui interrumpido, pues una sensación delicada, con un olor dulce se aferró a mi espalda, tratando de llamar mi atención, era Lexy quien se abrazaba a mi espalda, pero al verla, casi me hizo correr, seguía con su uniforme, pero estaba desarreglado, como si se hubiera estado tocando todo ese rato, la camisa se hallaba por caer, dejando parte de sus pechos, su falda levantada enseñando una panti morada, sus cuerpo algo sudoroso, su carita viciosa con un gesto a punto de correrse, se mordía los labios deseosa de volver a ser mía, eso era todo, sin más embestí con unas fuertes estocadas la pobre vulva de Marión, quien estaba enloquecida por la doble penetración, logrando correrme dentro de ella, quien se mantuvo perdida gracias al dildo que se quedaba en su culito. Sin perder la erección, jalé a Lexi le tumbe en la cama, para meterle en posición de 4, con tanta fuerza que casi pone los ojos en blanco por mi embestida, que lindo culo carga esa mujer, carnoso, blanco y suave, se la fui metiendo, y sus labios me acariciaban la verga con mucha gracia, siendo uno de los mejores masajes, parecían una boca de puta deseosa por mi leche, así fui continuando, aunque deseaba algo más, jale su vientre para pegar mas su cuerpo al mío, logrando acariciar toda su figura, en especial sus tetitas con mis dedos, mientras nuestros cuerpos se frotaban entre sí, y ella giraba un poco su rostro para que lográramos besarnos, le enseñaba toda esa faena a Tea, quien seguía acariciando ahora a una desnuda Elisa sometida a los deseos de mi chica, abriendo sus piernitas, aunque sólo para que su vulva estuviera oculta por unos dedos traviesos que no perdían la oportunidad de acariciar su tesoro, hasta que se corriera una vez más, mientras yo lograba lo mismo con Lexy, quien con una sonrisa soñadora se corría al ser inundada por mi verga, pero como esperaba, me sentía poseso, y mi erección no caía, así que le dije a Tea:
Vengan – fue más como una orden, pero con cierto deseo.
Que chica tenía a mi lado, se levantó llevando a Elisa de la mano, se acostó en la cama y colocó sobre sí a la chica abriendo sus piernitas, dejando a la vista su lampiña vulva lista para ser sometida a mis bajas pasiones, esta soltaba un olorcito casi embriagador, mientras se tapaba la carita de muñeca con sus manos intentando alejarse de la pena, por estar expuesta, que delicia, lexy se hacía a un lado como deseando ver que hacía, mientras un chorrito de mi leche salía de su cuerpo, yo me fui para esas 2 hembras, estaba poseído por la lujuria, no perdí mi tiempo, di una dura embestida, pero era en Tea, la vi a los ojos, perdido en deseo, antes de besarla, como amo a esa mujer, aunque Elisa estaba inquieta, con su mirada inocente me suplicaba atención, cosa que me divirtió, así que tras besar a mi novia, la bese a ella, jugando un poco con la lengua, su saliva era tan dulce, con sólo ese contacto se perdió en sus fantasías, se veía preciosa, ahora tanto Tea como yo frotábamos nuestros cuerpos en la chiquilla para disfrutarla, esto la estimulaba al grado que no dejaba de gemir, y todavía no la empalaba, pues en cuanto lo hice soltó un fuerte quejido, pero lejos de tratar de soltarse, como toda una de mis hembras se aferró a su macho para tenerme cerca, sus piernitas se pegaban a mi cadera para que le diera más duro, detalle que le cumplí de inmediato, pues su vulva me apretaba tan rico, era delirante, y con cada empuje, salían sus jugos llenando el ambiente del delirio del sexo, era todo un éxtasis, disfrutar de ellas, pues no faltaron que se nos unieran Drew y Michelle quienes jugaban con la pobre Marón, mientras que no soltaba a Elisa quien se había vuelto el juguete favorito de Tea, ni que decir, Lexy se quedaba a mi lado coqueta dedeandose mientras veía semejante orgia, donde me quedaba como una especie de patriarca gozando de un harem, mientras que el sexo no parecía acabar.
A la madrugada siguiente me despertó el sonido de una puerta abriéndose, era el viejo búho, me pedía salir, una pequeña junta de emergencia se iba a dar, y ni que decir, hubo muchas caras nuevas, los grupos de los clanes estaban desechos, pero hacían lo necesario para mantenerse en pie, ahí estaba la vieja tarántula y Simón, sentándose a mi lado, líderes de casas como Lobos y carneros se sorprendieron al verme, en especial Dan, quien ya quería romperme la cara por lo de Tea, pero la presencia del agente, junto con los 2 soldados lo frenó. Las cosas no acabaron muy bien, el paso del tiempo se hacía presente una vez más, los lobos tenían que trabajar de manera honesta o serían destruidos, igual que los carneros, aunque la situación le hizo perder los estribos a Dan quien trató de golpearme y terminaría sin 2 dientes, pensó que al venir podría hacer lo que quisiera, pero no fue así, ahora la ciudad se alejaba de las tradiciones malditas, dejando al incubo en el olvido, eso notaba, con cierto gusto. Al terminar, tuve que ir con el agente y los soldados, solo fue una charla corta, el siguiente lunes tendría que ponerme a trabajar en serio, de momento esos 3 seguirían revisando la ciudad, así pude volver para ver a mi familia, todo lucia tranquilo, parecía que la influencia del diablo sexual había terminado, pero sabía muy bien que no era así, este seguía ahí, muy cerca de mí, pues en mi ausencia pude averiguar la cruel realidad, la cual poco me importaba de momento, tenía la deseada visita de 2 pequeñas ninfas de perdición.
Como lo deseaba Tamy y Sary llegaron ansiosas, por suerte, estas en mi ausencia fueron más cuidadas por su madre, a fin de cuentas eran sus boletos para mantenerse a salvo, hasta las llevaron a un colegio de niñas ricas, distinto al de Giby, aunque no por ello dejaron de verse, junto con Angie estas habían quedado viviendo en la misma zona residencial, así que podían visitarse más fácilmente, pero en esa ocasión, no estaban para verla, al contrario, llegaron por mí, y que atrevidas, estaban intentando calentarme con la vista, lográndolo sin muchos problemas, ambas usaban trajes de porristas, y sus cuerpitos como siempre eran más de mujercitas en miniatura que de niñas, así que aquellas prendas las hacían ver tan ultrajables, Sary usaba una cola de caballo mientras que Tammy lo traía casi suelto, de no ser por un par de coletas a los lados, que lindas ambas. Como esperaba fuimos al cuarto aparte, ahí estaba mi Tea jugando con Elisa, Lexy seguía ahí lista para ver cómo me cogía a esas 2, pues esto prometía ser toda una orgia, sólo me faltaba recordarles a estas 2 quien mandaba, disfrutaba la vista, a pesar de tener sólo 12 años, pero con los topsitos dejaban ver unas ligeras curvas propios de su pechitos y las faldas cortas que casi revelaban sus culitos redondos, con sus piernitas carnosas, era difícil de aguantar, ambas me sonreían sabiendo que sucedería, estaban deseándolo, hasta jugaban abrazándose como si fuera a violarlas, pero sólo era un juego para dejar ver como sus pechitos se rozaban entre sí, primero agarré a Tamy, la bese como debía, logrando que esta comenzara a calentarse, basta de juegos, era mi mujer también, lo sabía a la perfección, se entregaba sin problemas, jugando con nuestras lenguas mientras mi mano alcanzaba a tocarla bajo su ropa, su piel era tan suave, muy rápido quedó desnuda, sus tetillas eran más grandes y redondas de lo que se notaba, aquella prenda no le hacía justicia, después las saboree, como si fuera un bebe, pero en ese momento llegó Sary, se había quitado su top, mostrando sus pechitos igual de desarrollados, con que deseaban ir juntas pensé, así que tuve que alternarme entre una con otra, chupándolos, lamiéndolos, besándolos, pero también sobándolos y acariciándolos, las 2 lo gozaban, se agarraban de la mano, pero también se aferraban a la cama, mientras Elisa seguía siendo presa de las caricias de Tea, o de igual forma lexy se acariciaba sin perder de vista como follaba con las niñas, que suspiraban deseosas de más y empezaban a decir:
Jay, te extrañamos – decía Tamy con una voz melosa.
Si, ahora danos con todo – añadía Sary más erótica.
Somos tuyas – declaraban al unisonó deseosas del placer.
Par de putillas, quieren verga – agregué con falsa molestia.
Ellas me sonreían con picardía, logrando que mi sangre hirviera, las encontraba tan preciosas, llenas de sensualidad erótica, fui a su entrepierna, subí sus falditas, y les saque sus pantis, Sary usaba una blanca, pero la Tamy era amarilla, eso me encendió bastante, a ella se la dejé ir primero, abriéndola completamente, la niña puso los ojos en blanco, pero también dejo salir una gran sonrisa, mientras comenzaba a penetrarla, fui bastante brusco, quería que sintiera quien mandaba ahí, pero esta solo gemía entregada al placer, cosa que no me molestaba en lo más mínimo, era adictivo oírla, en eso sentí unos pequeños labios, era Sary quien me estaba besando, y sin detenerme comencé al besuquearla mientras la comencé a sobar desde su culito hasta su vulva, me sentía tan bien como no recordaba, coger a esas 2 era una locura, y apenas le llene la concha a una, deje a la otra encima para embestirla, esta se dejó hacer todo, estaba tan mojada que escurría, e incluso que perversas eran que comenzaron a besarse entre sí, mientras seguía metiéndosela con todas mis fuerzas era una locura, pero no terminaba aún, pronto se fueron acercando Tea, quien no contenta con jugar usando el cuerpo de Elisa, quien dormía exhausta en la cama junto a lexy, quien seguía mirando, pero esta fue para estar ir a mi lado, traía una cara de deseo difícil de resistir, como cuando se mojo hace años para mostrarme sus pechos en la escuela, ahora a mi lado se metía para comenzar a jugar con ambas, así mientras empalaba a una en mi frenético vaivén sacando suspiros junto con sus jugos, mi chica jugaba con la otra, sobando su pequeño cuerpo candente logrando que gimiera desconcertada por ese tipo de toques lésbicos, alargando esa sesión de sexo, mientras eran víctimas del placer provocado por ambos, mientras esperaban a que preparara otra descarga, para bañarse con mi leche, en un festín de lujuria, que no terminó pronto, pues iría cambiando de una a otro, irrumpiendo en sus coños jugosos, los cuales escurrían sin cesar, mientras la casa se llenaba de gemidos, o gruñidos de mi parte, me había convertido en una bestia de sexo, deseando hacerlas mías, y como esclavas de mis deseos, todas se entregaban entre suspiros y palabras cargadas de deseo, que aceptaba con descargas de mi leche en su interior…
Horas después estaba acostado en la cama, Tea a mi lado, pues fue la última en recibir mi carga, en su vulva, goteaba por tanta acción, había logrado quedarme con todas las mujeres que deseaba, me convertí en un mandamás en la ciudad, pues los altos mandos fuera de ahí confiaban en mi aunque no creían en nada sobrenatural, sólo tuve que “traducirles”, era una victoria total, pero a que costo, todo por culpa del incubo del internado, que ahora rondaba a mi alrededor, pues había terminado su ritual sin desearlo, más no me había hecho un favor, estaba maldito, soy el ancla que lo mantiene fijo en esta tierra, liberándolo para hacer sus deseos, a cambio yo podría logran fama, poder o tener a las mujeres que deseara, o casi, esa cosa se alimentaba de la energía sexual, y tras estas noches seguramente logró recuperarse un poco, pues lo deje sin comer más de 2 años, se que tarde o temprano algo pasará conmigo, esa cosa no es agradecida, mientras me necesite estaré a salvo, es una extraña relación, cuando me vuelva viejo seguro me buscará un remplazo, es probable que sea entre mis hijos, en realidad soy el peor tipo con quien se pudo haber mezclad, a fin de cuentas: soy terco, enojón, de carácter fuerte; por eso no puede controlarme, tendré que cuidar bien a mis niños para que no caigan en la tentación, pensando en eso veo a mis mujeres dormidas al lado, pero en especial acaricio el vientre de Tea, estoy seguro que dentro de poco nacerá el primero…
Excitante morboso con lujuria pasión y amor excelentes relatos que pasará con Giby y angie se unirán al harem? No creo sea el final