El Incubo del Internado Reliquias 3
Nuevamente Steve nos cuenta un poco de como eran las cosas antes, cuando se preparaba para la orgía de halloween….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
El Medallón 2
Soy nuevamente Steve, desde que tengo el medallón de mi abuelo las cosas han cambiado, soy prácticamente imparable, nadie puede siquiera hacerme nada, o casi, el otro día tuve problemas con el imbécil del guardia, ese Jay, quería someterlo pero por alguna razón no pude, ese tipo tiene algo extraño, aparte que desde hace unos días Tea, por si no lo saben es una de la chicas más guapas de la escuela esta que nadie la aguanta, no deja de coquetearle, pero eso no importa, mi buen amigo Henry está preparando una gran fiesta en su mansión por halloween, y obviamente ella va a estar, así que ahí haré mi jugada, lastima por los de la escuela, los veo trabajando mucho para nada, pero al final son solo unos criados, hijos de los contratados por nuestros padres, de sólo verlos me dan lastima, aparte como dije soy imparable, este talismán es increíble, no sólo funciona para que las chicas se entreguen a cada uno de mis antojos, sino que también ayuda a controlar a otros, ahora entiendo porque mi abuelo no se lo soltó a mi padre, ese tipo es tan patético, su único acierto fue tenerme, pero entrando en detalle, antes dije que para usar bien el medallón hay 3 formas, la hipnosis, órdenes y el conjuro “mitte me y sequor”; gracias a ese último tengo a una fiel putita de primaria que me sigue, es delicioso poder cogérmela cuando quiera, a veces la llamó para que me haga una mamada en mi cuarto, incluso me la he podido coger en su habitación, pero me salgo del tema. Una vez que comprobé lo real del medallón, no tardé en imponerme, por ejemplo: con los chicos sólo tengo que ordenarles para que se hagan a un lado, si doy la orden, todos me obedecen, aunque ni siquiera me conozcan, podrían decir que es por la influencia de mi familia, pero sé que es distinto porque cuando lo hago el talismán se pone frio, además que el rostro de los compañeros responde, es tan divertido, en una ocasión, vi que uno de mis “amigos” estaba coqueteándole a una chica, no me interesaba, pero quería fastidiarlo, así que con una orden lo quité de en medio y lo hice que se fuera a hacer la tarea como un ñoño, la chica se quedó molesta y se iba a ir, ni recuerdo su nombre, era una rubiecita delgada, pero con forma, creo que apenas estaba en secundaria, aunque debo admitir que su cara era linda, y en su uniforme llamaba un poco la atención la forma de sus pechos, esta se iba a ir, pero antes le ordené que se quedara quieta, luego probé la hipnosis con ella, el clásico truco del péndulo, debo admitirlo me sentí estúpido, pero funcionaba, pero estaba limitado a unas pocas instrucciones:
Mira nena, me vas a seguir tranquilamente, te voy a hacer gozar como no tienes idea y listo, se acabó, entiendes, ahora sígueme puta – le dije.
Y qué decir, me llevé a la rubia a los baños públicos, por desgracia en esos días el guardia pasaba mucho tiempo en el bosque haciendo arreglos, no podía usarlos, ahí la metí en uno de los cubículos del retrete y primero la hice darme una mamada, en realidad era bastante torpe, en un par de ocasiones me raspo con sus dientes, pero eso me indicaba que era virgen, lo que me gustaba, no estaba nada acostumbrada a meterse la verga en la boca, por lo que poco a poco se le escapaba la baba, su juego de lengua era tan sencillo, pero verla con mi pedazo de carne metida era exquisito, ya me estaba poniendo a tono, así que comencé a hacerla ir más rápido, quería sentirme que le estaba violando por la boca, y lo disfrute, no tardé mucho en correrme, al hacerlo le enterré mi verga en sus labios para que no pudiera escapar y que vista, se atraganto tanto que incluso le salió semen por la nariz, al quitarle de encima ella tosió, pero no me importó, la hice levantarse, estaba algo mareada, pero yo seguía caliente, así que le subí la falda, dejando a la vista una licra negra, que sin piedad le saqué, dejando a la vista su culito blanco, por su mamada tenía la verga resbalosa, así que solo lo encaminé a su vulva y se la dejé ir de golpe, por suerte como la estaba contra la pared no pudo chillar, pero desgraciadamente no era virgen, al parecer ya se la habían metido, eso me molesto mucho, así que fui contra su cueva molesto, sacándole fuertes quejidos, aunque debo admitir que apretaba muy bien, pero eso no era lo importante, una idea se me vino a la cabeza, y le dije:
Oye te lo han metido por el culo – le dije ansioso.
No, nunca – fueron sus palabras un poco distantes.
En ese momento estaba por correrme, pero se la saqué sólo para metérsela por ahí, y la verdad se sintió de maravilla, su lindo culito me acariciaba la verga de forma deliciosa, 1000 veces mejor que su panocha, ella se quejó un poco, pero no hizo nada, al final la muy puta lo estaba gozando, fue tanto así que al terminar y correrme en su interior, al sacársela se le fue escurriendo mis leche, estaba por irme cuando ella misma me suplicó por más, pero no le hice caso, si acaso le advertí que no dijera nada y me marché.
Mi “amigo” ya no volvió a hablarle, tampoco se siguió juntando conmigo, pero no me importaba, gracias a esto supe bien las capacidades del medallón, las órdenes eran buenas pero muy limitadas a una sola indicación, aunque podía usarlas libremente, mientras que la hipnosis era unas instrucciones, pero para eso necesito tiempo al igual que pensar bien en lo que voy a decir, un error y todo se vuelve una mierda, el conjuro era el más eficiente, porque me dejaba gobernar sobre alguien más, pero solo debía usarlo en uno que otro caso. Como ya mencioné mi amigo Henry está preparando una fiesta aparte, a la cual estoy invitado, a fin de cuentas somos vecinos, nuestras casas casi están pegadas, bueno, a un kilometro uno de la otra, por los grandes terrenos, el otro día fui a ver como estaba quedando, y nos dimos un buen gusto, verán todo el evento se realizará en su jardín, donde colocaran una malla por si llueve, ahí cubriendo la alberca, una mesa de bocadillos, me gustó un detalle, se le ocurrió subir a un poste una enorme bola de disco que compró en una tienda de antigüedades hace poco, esta la colocó sobre un área donde se podrá bailar, que listo es Henry ahí será el momento, tomaré a Tea y frente a todos la hare mía, así dejará de fastidiar con el guardia, casi me da pena la pobre Sophi, quien me sigue como perrita a donde sea, pero deben entender diferencias, ella solo es mi putita, y la otra quiero que sea mi hembra personal, como sea, el sábado anterior fui a ver como estaba quedando el lugar, faltan detalles, pero la zona con la malla esta lista, probamos un poco acústica y esas cosas, suena bien, prácticamente aprovechamos para hacer un pequeño descanso, y la verdad es que el pobre Henry me lo agradeció, pues su padre es un maldito avaricioso, ha contratado a muchas sirvientas de muy buen ver para servirle y otras cosas, pero cuando se trata de su hijo, nada, es completamente ignorado, estas tipas, putas en todo el sentido de la palabra, no se dejan manejar, así que aprovechamos, había un par que me gustaban, de hecho estando ahí despachamos a los guaruras y sirvientes, les dimos la tarde libre, pero a unas 4 criadas las dejamos ahí, un par para cada uno, mi amigo no sabía que pasaría, yo con mi habitual confianza le dije:
Dime Henry, ¿Qué gatas te gustan? – lo dije vigilando a las putas esas.
Pues ya me quisiera tirar a la pelinegra, la Roxana y a Tabatha, la que es pelirroja, pero sabes que sólo le hacen caso a mi padre, y como está de viaje de negocios, pues apenas me hacen caso… – indicó Henry ansioso.
Bien, no te preocupes, ahorita hacemos fiesta, pero me dejas a la rubia tetona de la Clara y a la morena sabrosa de la Imelda, que ahorita yo arreglo las cosas – le aseguré pensando en cómo me iba a divertir con esos pedazos de golfas.
Sin perder tiempo le dije a Henry que despachara a los otros sirvientes, mientras yo más calmado fui a ver a las criadas, lo que fuera la casa de mi amigo es bastante grande, así que necesita al menos 10 empleados, de los cuales 3 son hombres, para los trabajos pesados como reparaciones o mantenimiento, 6 son sirvientas que atienden la casa o al señor y una niñera para el insoportable hermano menor, que otro día contaré sobre él, como sea, fui a ver a las putas pero cuando estas me vieron pusieron cara de molestia, ya también las conocía así que les dije:
Ey, vamos a hacer una fiestecita privada, y ustedes nos van a atender: Roxana, Tabatha, Clara y tu Imelda, son órdenes del patrón – les dije impaciente.
Las 4 se me quedaron mirando con cara de pocos amigos, mientras las otras 2 una vieja con su nieta se retiraron, a fin de cuentas a esas zorras sólo les gusta servir al viejo de la casa, pero en eso hice mi jugada especial:
Nada de eso, aquí están para trabajar, si no lo hacen bien, se pueden ir “mitte me” – dije molesto.
Ellas al oírme decir eso se quedaron confundidas, así que haciéndome el intelectual les dije:
Cuando yo diga Mitte me ustedes responden sequor, a menos que quieran ser despedidas, a fin de cuentas se pueden conseguir más sirvientas fuera, ahora mitte me – me invente eso, jajaja.
Sequor – dijeron las cuatro molestas.
Nada de malas caras “mitte me” – dije una vez más.
Sequor – dijeron aún molestas.
¿mitte me? Señoritas – dije molesto por esa actitud.
Sequor – dijeron al unisonó.
En ese momento el medallón se puso muy frio, tanto que me molestó, pero eso significaba que funcionaba, las vi detenidamente, sus rostros lucían apagados, como si no estuvieran consientes de nada, pero luego cambio, después les ordene que fueran a prepararnos la cena y que sonrieran, ya estaba todo hecho, regresé con Henry quien hablaba con su padre por cel. Indicando que les dio el día a los trabajadores por el buen trabajo, debo admitir que su padre era mejor que el mío, tiene más carácter, pero este amigo mío no me llega a los talones, sin duda es alto y un poco atlético, pero es mas “delicado” y con su cara de tonto con largos cabellos rubios que lo hacen ver afeminado, son pocos los que lo respetan, pero como su familia es influyente no lo molestan, a fin de cuentas, es socio comercial de las familias de abolengo de aquí, como quien dice unos segundones siguiendo a los líderes, pero supongo que por eso puedo convivir con él. Bien ahí estábamos, cubiertos por la maya, con buena música, esperando a las criadas, ahora debo decir las 4 mujeres tienen lo suyo, no son mayores a los 25 años, por lo que se encuentran sexys, pero siendo más exactos: Roxana es de piel algo clara, no mucho, pero muy bien dotada, de esas chicas que pretendían ser modelos pero nunca lograban nada, es que su cara no es muy elegante, tiene gesto de viciosa, al menos por lo bueno de su figura pudo conseguir algún trabajo donde si se da el caso para que el jefe la deje embarazaba, ella salía ganado, por otra parte Tabatha, era una pelirroja también de sueños fracasados, una atleta que buscaba el éxito, pero la suerte y su par de melones no le dejaron avanzar más, de hecho sobresalía mucho con su traje de criada, por otra parte Clara es la clásica chica llegada a la gran ciudad buscando mejores oportunidades, es rubia, pero por su físico espectacular sólo acercó a patanes que trataron de abusarla hasta que se rindió y se quedó con el mejor postor, mientras que Imelda es una sensual mujer común hija de un matrimonio lleno de deudas, que trata de ayudar, así que las 4 están en problemas y solo porque nomas obedecen al padre de Henry, si no mi amigo ya las estaría disfrutando, pobre tonto. La verdad estaba el crepúsculo y notamos que hacía frio, un poco, tomamos nota para después, por desgracia las sirvientas se tardaron en preparar la comida, no sé bien que pasó, como siempre actuaban queriendo fastidiar, pero en cuanto llegaron traían la cena junto a unas cervezas.
Genial, pensé que se habían escapado, pero veo que tu si las controlas ¿Cómo lo hiciste? Steve – dijo Henry emocionado.
Sólo les dije que si no trabajaban bien se les corría, que a fin de cuentas podemos conseguir otras mejores, solo eso – dije triunfal.
Ya veo, es cierto, tienes razón, ahora sólo hay que ponerlas un poco borrachas para disfrutarlas – dijo Henry pensando de más las cosas.
Exacto – respondí, aunque más me estaba burlando.
La cena fue lo de menos, pronto tomamos una cerveza, cada uno, según mi amigo fingimos que nos pusimos ebrios, y les dijimos que tomaran con nosotros, ellas no podían negarse a nada que yo dijera realmente, así que sólo tenía que seguir la corriente con una cosa o manipular otra y listo, pronto las 4 criadas estaban bebiendo de lo lindo, y esto justificaría lo que sucedería después, mi amigo algo alegre por la bebida fue el primero en decir:
Ey Rox, ven aquí mujer – decía Henry alcoholizado.
La criada mareada se acerco al muchacho y este la beso con torpeza, ella se dejó hacer, pero con total lujuria metió las manos en su busto, jugando con los pechos de la mujer, esta se dejó hacer, y Henry al ver que esta no lo quitaba comenzó a sobarla hasta agarrarle las nalgas, sobre la falda, aunque pese a eso se notaba grandes y redondas, se notaba que le urgía a este coger, porque sus movimientos eran desesperados, no dudo que su verga la tuviera tiesa, tratando de salírsele del pantalón, encajándose en la entrepierna de ella, pues en ocasiones la criada hacía unos ruiditos muy peculiares, no sé cuanto duro ese besuqueo, pero de repente le solo y desesperado le dijo:
Desvístete, digo, quítate la ropa, quiero verte desnuda – ordenó Henry ansioso.
Ella se quedó quieta, como si procesara todo, pero no era así, por lo que di la orden:
Qué esperas zorra, sácate el uniforme, y hazle caso a este – le dije como si apoyara a Henry.
En ese momento hizo caso y se fue sacando la ropa, lo hizo lentamente, con una sensualidad natural, por lo que mi amigo no podía creerlo, se notaba su erección, así que burlón dije:
Oye Thabata, ve a calmar a tu amo, hazle una mamada, obedezcan, aquí mandamos los 2, o si no se largan, Clara y tú Imelda, traigan sus ricos culos acá, quiero verles mejor – agregué confiado.
Y así lo hicieron todas, pronto ya desnuda Roxana fue objeto del manoseo de Henry, quien no dudaba en agarrarle todo lo que podía, las tetas, el culo, incluso metió su dedo en la vagina mojándose los dedos con sus jugos, aparte todas la tenían depilada, como si fuera un bebe, comenzó a chupar las tetas, mientras la pelirroja con gran maestría le sacó los pantalones para devorarle el miembro, las caras que de repente hacía el pobre eran para reírse, sin duda la puta estaba bien entrenada, porque jugaba con su miembro haciendo movimientos de lengua que lo mataban de placer, por momentos parecía que le estaba violando por la boca, el desgraciado no dejaba de gemir mientras chupaba tetas, mordisqueando de veces, no duró mucho antes que se corriera por primera vez, fue obvio porque quería mantener el control al ponerle la mano en la cabeza, pero cuando se dispuso a correrse le enterró violento el pito y hasta le obligó a tragárselo todo, mientras casi gritaba, de hecho una parte se le salió por los labios, pero no contento con ello, continuo ahora devorándole las tetas a Thabata quien se dejaba hacer libremente, con cierto furor agarró las nalgas y sin previo aviso metió su dedo medio en el culo sacándole un pequeño grito a la criada, mientras Rox seguía con la labor de su compañera ahora chupándole el miembro tratando de revivirlo, pero eso al parecer tomaría tiempo. De mi parte tenía a Clara e Imelda chupándome la verga, algunas jugaban entre el miembro mientras la otra jugaba con mis bolas, cambiando de vez en cuando, sin duda era un buen trabajo, aún estaban vestidas, quería verlas desnudas, por ello levanté a la morena sexi, para casi arrancarle el vestido, este se deshizo fácilmente, demasiado, posiblemente el viejo de Henry también tenía ese fetiche de abusar, bien por él, con la ropa destrozada sólo le quedaba unas medias con liguero y tanga, en color blanco, una prenda fina que hacía destacar la concha, mientras era tragada por las gruesas nalgas, con ansia masaje ese cuerpo, mientras la besuqueaba, nuestras lenguas lucharon tenazmente, mientras obligaba con una mano a tragar más profundo a Clara, quien a veces se atragantaba, al parecer la tengo más grande que su jefe, estaba disfrutando de lo lindo, sin prisa a diferencia de Henry, quien dominado por sus instintos se lanzó contra Rox, a quien desvistió desesperado, la tumbo sobre el césped, ahí liberó sus pechos, un excelente par con pezones algo oscuros, los cuales saboreo como si fuera un bebe hambriento, también abrió la falda para dejar a la vista primero unas piernas en medias blancas y una tanga del mismo color que apenas cubría algo, sin mediar nada sacó la prenda que se notaba húmeda, tanto que se pego un poco a la piel, el muy torpe, se lanzó a penetrarla de un solo movimiento, y gracias a las mamadas así como a lo caliente de la situación fue que entró sin problemas:
Por fin eres mía Rox – dijo Henry como si lograra la meta maxima.
Siempre estuvo envidioso del padre, sabía que en muchas ocasiones este la hacía darle mamadas en su despacho, o se la cogía antes de ir a dormir, incluso se la llevaba a la cama, como su madre estaba muerta realmente no era problema, pero el chico siempre sintió envidia, hasta ahora, ya metido en su intimidad se fue moviendo, disfrutando el contacto de sus sexos, aparte agarró sus piernas para sobarlas, el contacto de esa carne contra el pecho era sublime, obligándole a sentir una presión mayor contra su virilidad lo hacía enloquecer más, haciendo que sus movimientos fueran más fuertes y rápidos, consiguiendo que la mujer gimiera de placer, mientras sus pechos se movían al ritmo de las embestidas, por esto rox enterraba sus dedos en el césped, sentía como era manejada a su entero gusto, sin poder hacer nada para detener aquella salvaje acción, a la cual se había rendido, mientras Henry se sentía en la gloria al ver como los jugos de ella lo hacían entrar y salir más fácilmente, además una serie de contracciones fueron revelando la cercanía de su orgasmo, lo masajeaban de tal forma que pronto se correría, y más pronto de lo que esperado fue soltando un buen chorro de su leche. Para ese momento ambos estaban sudando, cansados, esta finalmente fue liberada, terminando en el suelo, Henrry cayó de espaldas, quería un descanso, el cual no tendría, así boca arriba en el suelo fue alcanzado por Tabatha, quien sólo usando sus medias y tacones se sentó sobre su amo, la verga de este aún estaba algo dura, no dejaría que perdiera firmeza, sin darle tiempo, se la fue metiendo, con la punta dentro sus jugos bañaron ese pene, logrando que se reanimara, de hecho, estaba muy sensible por lo que aquella entrada fue más intensa, así la mujer lo fue cabalgándolo, este no podía creer lo que pasaba:
Mi turno – dijo la puta de Tabatha dejándose caer.
Espera, necesito descansar – respondió Henry apenas consciente.
No puedo más – dijo Tabatha deseosa de sexo.
Y para sorpresa del chico empezó a mover la cadera de tal forma que le masajeo con su culo las bolas, logrando que de esta forma se le mantuviera dura la estaca, así la mujer prácticamente comenzó a violar a Henry, mientras este sin fuerzas era ordeñado hasta la última gota por un masaje demasiado carnoso, pues esas masas de carne le apretaban de manera deliciosa, además sin perder tiempo, esta colocó sus enormes pechos sobre la boca de su pareja, obligándolo a saborearlos, no sé cuanto duraron así, mientras eso ocurría yo seguía disfrutando de la morena sexy de Imelda al tiempo que Clara seguía chupándomela, también las dejé sólo usando sus ligeros y zapatillas, eso me encendía, pero todavía no se las metía, es que disfrutaba del show que me entregaba mi amigo, quien tirado en el suelo gozaba a la fuerza de penetrar a la criada, hasta que esta arqueo la espalda, no sé cómo pero al hacerlo Henry levantó sus manos para alcanzarle sus tetas, las cuales pellizcaba, evitando que así se sacudieran, no duró mucho más esto, así que pronto se corrió logrando que la pelirroja hiciera lo mismo, fue uno de los orgasmos más sonoros que he escuchado, en verdad ella era muy gritona, pobre de mi amigo, era muy intenso en estas cosas, más de lo que le convenía, porque para ese momento perdió la conciencia, viéndose solas ambas hembras voltearon a verme, estaba sentado en una silla de alberca metiéndole mi estaca a Imelda, separando sus piernas, había obligado a Clara que jugara con el sexo de su compañera durante la penetración, logrando que esta candente mujer de color se volviera loca ante su primer orgasmo, el cual prácticamente la dejó fuera de sí, pero no contento, yo arremetí con más fuerza, estaba acostumbrado a esto, sexo duro, así que continúe embistiéndola para terminarla de una vez, por su anterior orgasmo estaba muy sensible, así que pronto se volvió a correr, quedando desfallecida. Ahora seguía Clara, está aún saboreaba los jugos con leche de Imelda directo de su vulva, yo me levanté para ubicarme detrás de ella, como me gustaba el olor que había, mezcla de perfume con sudor, ahora la entrada de ella estaba completamente expuesta, la muy puta no era consciente de nada, se desvivía por saborear el sexo de su compañera, cuando sin previo aviso la penetré, ella estaba caliente, un poco húmeda, yo aún tenía mi última corrida junto a los jugos de la morena, así que con las ganas que le traía la fui penetrando, no sé qué tan ramera fuera Clara pero debo admitir que aprieta muy bien, pues su vulva me acaricio la estaca desde el principio, era una sensación genial, la fui metiendo más despacio, la verdad estaba gozándolo, aparte que con cada movimiento de cadera sus nalgas hacían un sonido delicioso, casi hipnótico, quería disfrutarlo por mucho más tiempo, pero algo paso, Imelda reaccionó sujetando la cabeza de la castaña , y esta devoraba la intimidad ahora con más fuerza, logrando que esta gritara de placer, yo por mi parte encendido incremente mis envestidas, logrando al final un orgasmo entre los 2, pues los jugos de la morena casi ahogan a Clara, mientras que mi corrida llenó su interior, esta cayó exhausta, imagino que se daría un clímax terrible, porque gemía tratando de agarrar aire, su cara estaba desecha, devorada por el placer, aunque yo quería seguir, en ese momento vi a las que estaban con Henry. Tabatha y Roxana se veían deseosas de más, yo estaba desnudo y mi verga en pie, no me iba a quedar con las ganas, ambas me miraron, eran presa de la lujuria, no creí pero esto era gracias al medallón, la primera en acercarse fue la pelirroja, a quien rápido tomé por las nalgas para acercarla, su olor a hembra en celo me puso caliente, mi verga sintió la piel de su pubis, nos besamos levemente, pero eso lo aproveché para penetrarla, ella abrió los ojos de sorpresa, mientras la hacía mía, de inmediato alzo su pierna, dándome libertad para metérsela, era increíble, con cada embestida sus tetas se me encajaban más, era exquisito, pero mientras todo ocurría, mire la mesa de bocadillos, había un par de pepinos completos junto a unas rebanadas, que asco pensé, pero una idea me vino a la cabeza, como pude tomé uno y sin que pudiera preverlo se lo metí a la pelirroja por el culo, eso la hizo enloquecer, esta puta era muy caliente realmente, ahora con una doble penetración no había forma de calmarse, gemía como loca, su rostro era una delicia, y así tomé el otro para lanzárselo a Roxana, diciéndole:
Diviértete puta – fue una orden.
Y de inmediato, ahí en el suelo la criada tomo el pepino para metérselo poco a poco, este era más grande, se veía increíble, esa mujer se estaba dando un placer exquisito, al meter cada centímetro en su gruta, la cual se abría para recibir ese placer, aparte hacia ligeros movimientos incrementando su gozo, estaba volviéndose loca y dije:
Qué te pasa Henry, ve por tu puta “AHORA” – dije como orden.
Ahí me pude dar un susto, pues mi amigo inconsciente se levantó, no tenía gesto, pero tomó a Rox y le sacó el pepino para penetrarla el mismo, más no tiro la verdura, por el contrario se la metió por el culo, para darle una doble penetración, parecía más un zombi que otra cosa, así se estuvo cogiendo a la criada sin descanso, hasta que le ordené detenerse, para ese momento ya era casi de madrugada, no sé cuantas veces me cogí a las sirvientas, pero fue una locura, y Henry hizo lo mismo con Roxana, a la mañana siguiente ellas estaban inconscientes y mi amigo despertaba como de un sueño, no supo que decirme, solo que la paso de maravilla, hasta que lo montó Tabatha, pero poco le importó, las 4 estaban rendidas en el suelo, antes de acabar les di ordenes: servirían bien a Henry en ausencia del padre, y de esto no se escucharía nada, así de fácil, como estaban bajo el conjuro sería sencillo, que buena orgia nos habíamos montado, ahora esperaba la fiesta que seguro sería tremenda “fiesta”…
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