El Incubo del Internado Reliquias F
Recordando la fiesta de noche de brujas, esto fue lo que ocurrió con Steve esa noche de lujuria sin limites….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
Finalmente había llegado el día de la celebración de Halloween, y para gusto de los estudiantes no había una sino 2 fiestas, la tradicional en el internado adonde acudían la mayoría, mientras que otra era organizada por un estudiante, Henry, en su lujosa casa en la zona residencial a las afueras de la ciudad, donde un terrenos de unas 3 hectáreas, con una alberca privada, canchas de baloncesto y un jardín finamente cuidado sería el marco perfecto para esta, así muchos estudiantes de nivel bachillerato acudirían a la fiesta de su compañero, quien no se habría limitado en invitaciones, pues su hermano menor, un chico que apenas entraba a secundaria sería presentado, o por lo menos eso decía su hermano Henry a Paul, quien siendo demasiado infantil aceptaba todo lo que dijera el primero, pues era la única compañía que realmente tenía, así por ello de las 4 de la tarde todos los estudiantes comenzaron a llegar ansiosos por la fiesta, en el terreno se había colocado una pista de baile sólo para la ocasión, y gran parte de todo estaba cubierto por una maya que reflejaba algunos trucos de proyección holográfica, o dejaban ver algún adorno macabro dando la impresión de estar en un territorio infernal, para evitar cualquier problema habían conseguido que un par de maestros se presentaran en la fiesta, a manera de chaperones, aunque estos estaban más interesados en ver que podían disfrutar, siendo en este caso el profesor de gimnasia, un tipo musculoso y el “snape” un maestro de ciencias con aspecto lúgubre los encargados de “vigilar” aunque ellos recibían a los estudiantes, prestando principal atención a las alumnas que entraban, quienes en sus indumentarias sexys casi mataban de un paro cardiaco a los lujuriosos maestros, no faltaba una estudiante con disfraz de diablita siendo un sexy bikini rojo con botas, capa y adornos, una bruja con un vestido tan ajustado como corto que enseñaba una tanga, medias remarcando sus piernas, maquillada de forma sexy, incluso una momia que sus vendas parecían estar listas para caer de su escultural cuerpo para liberar la lujuria al desnudo, por su parte los alumnos, bueno, ellos se veían ansiosos por empezar, incluso llegó un grupo vestido con mascaras de esqueletos, y una banda de chicas que parecía estar lista para dar una función, aunque sus ropas recordaran más a las de las rameras, además varios estudiantes de secundaria entraron, pues con una buena suma de su padre habían colocado juegos de feria en un rincón, para que Paul y sus compañeros pudieran divertirse, los pocos personajes que estaban al servicio eran gente propia de ahí, conocían muy bien cómo se las gastaban los ricos, así que al ver los atuendos poco caso hacían, aunque era difícil saber si era por antipatía o por algo más, si bien no faltaba el aprovechado que hiciera de las suyas para divertirse o ver de más, por ejemplo en un juego de carrusel el tipo arreglo el equipo para que este vibrara, sabía que los chicos poca atención tendrían para este juego, pero las muchachitas no tardaron en subirse, más porque acomodaban un anillo cada determinado tiempo, y quien lo alcanzara se ganaba una bolsa de frituras o algún adorno de bisutería, en si era algo sencillo, pero el placer en la vista radicaba que cuando las niñas subían a los ponis y demás al moverse su entrepierna vibraba, el dueño así como operador sabía muy bien esto, así que disfrutaba de lo lindo ver a las jovencitas soportar su excitación mientras prácticamente montaban un vibrador que las sacudía enteramente, desde su asiento miraba y prestaba atención a quien gustase:
En su momento se subió una chiquilla como con una bata blanca, era un mal disfraz de fantasma, pero al treparse a un delfín tenía que agarrarse bien, así que acomodo su traje para dejar a la vista un short de licra blanco, que sobresalía en su piel morenita, sólo traía una zapatillas y un topsito que parecía sujetador deportivo que dejaba a la vista un par de tetillas de buen tamaño, aunque la chiquilla parecía tener entre los 12 y 13 años, aun así se trepo para divertirse, quería una diadema de princesa que era el premio y que suerte tuvo, pues alcanzó el aro, pero lejos de bajarse como hubiera sido necesario se quedo, era lo obvio, nadie se daba cuenta, más que las niñas, que ese juego presionaba justo en su área intima, la preciosa morenita mientras daba vueltas se estaba dando un gusto increíble, lo dejaba a la vista su carita de placer, incluso movía un poco su cintura queriendo aparentar que se estaba resbalando, pero era obvio lo que pasaba, se masturbaba frente a todos, aferrándose al delfín como si fuera su pareja quien la estuviera envistiendo con pasión, pero ese no era todo. Más adelante subió una niña disfrazada de princesa era la mayor delicia a la vista, de cabello castaño recogido de tal forma para mantener una coronita y cuya carita de muñeca deleitaba a cualquiera al subir a un unicornio se tuvo que arremangar la falda dejando a la vista del encargado un liguero que resaltaba sus piernas al igual que su calzón, el cual durante las vueltas que dio se fue humedeciendo, de hecho prestó atención especial a esta porque se ponía notar perfectamente su vulva ajustada por el interior, mientras la niña ahogaba unos leves gemidos, y flexionaba sus piernas haciéndola ver deliciosa, parecía que estaba cabalgando una buena verga que le llegaba hasta lo más profundo de su ser, era un deleite para el maquinista verla, sólo faltaba el vaivén que se perdía por los movimientos del juego.
Muchos niños pasaron de largo del carrusel, pero las niñas lo montaron varias veces, finalmente entre las más memorables una niña vestida con traje de ballet subió, todo su atuendo en blanco y rosa pastel, de piel apiñonada y cabello negro, aunque su figura era realmente linda, piernas curvilíneas, cinturita breve así como un par de tetillas que sobresalían un poco, esta montó un cisne, y aunque en un principio se mantuvo tranquila, pronto su rostro ganó color, se ruborizaba, tratando de mantener la calma, pero a cada movimiento se notaba que sentía más placer, aparte que por el movimiento su leotardo se le iba metiendo entre las nalgas, las cuales sobresalían de forma deliciosa, pues eran muy redondas, pronto comenzó a respirar de forma entre cortada, era una delicia verla, su cuerpo se tensaba, como si fuera descubriendo un placer desconocido hasta ahora, la pobre ignoraba lo que pasaba, creía que todo estaba en su cabeza y era la única mal, sin fijarse que a su alrededor todas las niñas iban gozando de forma perversa esas sensaciones, cada brujita, vampira o demás se estremecían hasta perder la compostura, sus cuerpos se agitaban a tal forma que en descuidos sus disfraces caían un poco revelando sus pezones, o de plano empezaban a gemir ruidosamente, siendo detenidas por la fuerte música del juego lo único por lo que no se revelaban, sólo pareciendo que gritaban emocionadas, así la chiquilla del disfraz de ballet se estremecía mientras su vulva era masajeada por la vibración, sacudiendo su figura, sometida al placer, ella instintivamente movía su caderita logrando que se me marcaran sus labio en la prenda, hasta que finalmente se desvaneció por su primer orgasmo, casi cayendo del juego, si no fuera porque el maquinista se dio cuenta de ello y detuvo el aparato, de hecho lo había dejado en movimiento por más de 15 minutos cuando a lo mucho era 10, pero aquella niña del leotardo le había fascinado, está bajo con las piernas temblorosas mientras su pubis se notaba, sus amigas a su alrededor se le acercaban entre risillas coquetas, revelando la malicia de su plan, a muchas de estas ya la había visto subirse y lo seguirían haciendo, mientras tanto los chicos si acaso hacían alguna travesura por ahí, que por fortuna la influencia del incubo era la suficiente en las niñas como para que estas se dejaran manejar, para gusto de los “diablillos”, en especial de Paul quien no se alejaba de una amiguita que estaba disfrazada de vampira, cuando él se vistió de Dracula, aunque ella estaba más interesada en un compañero que iba de Lobo.
Mientras tanto en la mansión, el profesor de gimnasia fortachón y el snape se habían quedado bebiendo, con un par de señoras, algunas eran madres o tías solteronas que iban de chaperonas, pero que se habían quedado de lado “vigilando” a la distancia, todo había salido bien para cualquiera de los 2, pero Steve por “buena voluntad” les había dejado un par de botellas, las cuales habían sido bebidas y ahora el grupo estaba demasiado borracho para siquiera coquetear, así que estaban diciendo cada disparate en un ininteligible intento de idioma borracho, quedando completamente fuera de intervenir en esta situación.
Así lejos de la vista de los chaperones, los estudiantes más aventajados se divertían libremente en el terreno, mientras había quien lo filmara todo, iba por ahí, viendo algunas cosas normales, como aquellos que iban a participar en el concurso de lo obsceno presentarse frente a todos, un chico tocando la guitarra, un payaso que sorprendentemente saco un mazo para romper frutas, o una banda de chicas tocando de maravilla, entre otros, ahora se mostraban sin límite de tiempo, aunque no ganarían ningún premio, pero mientras eso ocurría no faltó que el camarógrafo tomara a una parejita besarse apasionadamente entre unos árboles, el chico disfrazado de diablo mientras la chica con apenas un bikini blando y una alitas como si fuera un ángel, pero aquella escena distaba mucho de nada, pues este parecía intentar algo más, pero era demasiado tímido al igual que ella, así que el camarógrafo siguió para ver como unos chicos jugaban a la botella frente a la alberca, dejando ver que a una preciosa morenita en bikini azul le tocaba besar a una pelirroja en bañador negro, pero ambas se negaban a hacerlo para la desgracia de los chicos presentes, así siguió avanzando para notar como Henry con gran pericia en los naipes les ganaba a otros, no eran de apuestas, eran de castigos:
Bien nena, tienes que darte un clavado en la alberca “desnuda” – decía Henry ansioso.
En tus sueños – respondía la chica una castaña.
La alberca era de fácilmente unos 300 metros cuadrados, estando dividida en 3 partes, una baja que estaba pegada a un bar, una para nadar, pero que en el centro tenía una mini alberca y una más profunda que tenía una cascada y un par de toboganes, ahí estaba Steve mirando desde lo alto en una silla, como si fuera el rey del lugar, viendo como todos se divertían, también vigilaba a las sirvientas que usaban para la ocasión pequeños bikinis negros con algunos adornos, servían sin protestar, aunque no faltaba quien se quisiera propasar con algunas de ellas, pues esos ardientes cuerpos apenas podían se contenidos por esas pequeñas prendas, que en algunos casos como el de Imelda o Thabata eran seductores, y los morbosos muchachos no perdían la oportunidad para meter mano, ya fuera como nalgadas o manoseos en sus muslos, cinturas, espaldas o bustos, ellas sin saber cómo o porque seguían las indicaciones de su jefe, aunque no lo quisieran, a todo esto no faltaron las chicas que celosas de las criadas trataban de llamar la atención, usando algunas estrategias que en realidad no eran muy útiles, no porque fueran poco atractivas, sino porque era común en ellas, no había novedad, la fiesta por ello mismo se estaba volviendo tediosa, logrando que hasta el entretenimiento en la parte de Paul se viera más interesante, pues aparte de juego y bebida faltaba más, incluso hubo quienes se arrepintieron de ir ahí, pues al menos en el internado había premios, eso mismo hizo que Henry se preocupara acudiendo al lado de Steve.
Oye Steve, que hacemos, la gente se está aburriendo, hay música, baile, bebida, pero ya hemos estado como 5 horas – decía Henry inquieto.
No falta comida ¿verdad? – dijo Steve haciendo cuentas.
No, las criadas tienen cuidado de ello – respondió Steve.
Oye, si le avisaste a todos de esta fiesta, porque no veo a Tea – cuestionó Steve.
Ella no va a venir, está en el internado, ayer se consiguió un disfraz para ir, y eso que le enviaste uno excelente ¿Qué era? Mm – preguntaba Henry esperando no molestar a su amigo.
Uno sexy de novia con todo y liguero, maldición y eso que se lo mandé de nombre de su abuelo – gruñó Steve enojándose.
Sí, pero consiguió uno de diablita, se ve re sexy, como de bondage – dijo Henry.
Y como lo sabes – cuestionó Steve.
Me lo contó Simón, ya ves que eses se entera de todo, el también está en la escuela, dice que tiene un plan y no lo dejará pasar – dijo Henry.
Ni modo, tendremos que hacer algo para que todos esos se arrepientan, por suerte venía preparado, tomaré el control te parece – indicó Steve.
A lo que Henry le dio permiso, sacando un megáfono lo prendió para hablar con todos, quienes entre la borrachera y el aburrimiento se acercaron a ver que quería su compañero, quien dijo.
“compañeros, la fiesta no ha terminado, y creo que estamos en el humor necesario para llegar a lo bueno, muchos dicen que esto no tiene premios, vamos a cambiar eso, vamos a divertirnos y quien más lo haga se ganará esto”
Y una sirvienta fue a traer un carrito lleno de botellas, todas de buena marca, algunas bastante costosas, entre otras cosas:
“sé que se nos prohíbe beber, pero en esta noche del diablo es para romper reglas, quien quiere alocarse y ver qué pasa” – dijo Steve logrando cambiar el ambiente.
Los alumnos por alguna razón que desconocían respondieron al llamado de Steve, quien sin saberlo usaba el talismán como algo natural, todos se volvieron a alistar para actividades, por suerte Henry tenía algunas cosas planeadas, pero no sabía cómo darles comienzo, así que reunía a todos los interesados, esperando que el “jefe” llegara para empezar todo, pero en ese momento frente a Steve una de las criadas se presento trayendo consigo a alguien.
¿Qué quieres? Se te ofrece – dijo Steve agarrándose el paquete.
Señor, tiene una invitada – dijo Imelda.
Hola – dijo Sophia nerviosa.
Vaya, eres tú, perfecto – dijo Steve como si aquello no le afectara.
Sin demora le dijo a la criada que le consiguiera un traje de baño, y antes de que Sophia reaccionara le puso unas orejitas de gato, de juguete, no tardó mucho en traerle uno que le quedaría algo suelto, y así le dijo:
Bien, tú te quedas a mi lado, eres mi asistente – dijo Steve.
La niña, aún sometida por el influjo del talismán seguía al dueño a lo que fuera que hiciera, pensando que era amor, de esto se daba cuenta el chico pero no le importaba ni le molestaba, hasta lo aprovechaba tanto como quería, así que ahora tenía una incondicional, listos ambos salieron a ver como estaba Henry quien tenía a un buen grupo de compañeros ansiosos por seguir disfrutando, en ese momento le ordenó que pusiera buena música de baile y se sentó en una enorme silla dejando sobre su regazo a sophia, y finalmente dijo:
Bien, aquí vamos, este es el juego del Rey, enfrenten mis retos y ganaran un premio, el primero será una competencia de nado, el primero en dar una vuelta gana este Ron – decía Steve.
Los compañeros ansiosos miraron como Sophia iba por una botella y posaba con ella, en un espectáculo entre lo inocente y lo sensual, pues la chiquilla desde que era usada por Steve había comenzado a desarrollarse pese a su edad, las piernitas se le habían engrosado y con ese traje de baño se le marcaba la vulva, el vientre seguía plano, pero los pezones sobresalían de forma erótica, un par de pequeños puntitos, aparte la niña era linda, así que los chicos en su locura se la comían con la mirada, luego dejó la botella a un lado de Steve y se sentó en su regazo una vez más, en ese momento apuntó a unos, quienes tenían disfraces puestos para indicarles que ellos competirían, así como iban, siendo parte de su juego el salir mojados, fueron 4 chicos con 4 chicas, todos se lanzaron a “nadar”, pero como iban vestidos además que no se les permitió sacarse el disfraz fue todo algo bastante hilarante, al final por extraño que pareciera, un gordo sería el primero en llegar, pues parecía flotar mejor, una vez fuera:
Y aquí tenemos al primer campeón, toma tu premio y retírate – dijo Steve burlón.
El gordito tomó la botella, su traje era una manta mal hecha para evocar a la mancha voraz, pero ahora se le pegaba dejando a la vista que al menos estaba bien dotado, por lo que algunas compañeros se acercaron buscando “acompañarlo” no sabía porque pasaba eso, pero le gustaba, se sacó la manta, y con sólo un short ajustado comenzó a beber junto a un par de súcubos que no dejaban de coquetearle, nadie se daba cuenta pero en ese momento la bola de disco que giraba, en verdad se trataba del espejo maldito, estaba activo, la luna brillaba llena en el firmamento pero gracias a la maya el resplandor no era directo, produciría así un efecto diferente en la fiesta, los perdedores del primer evento salieron y sin importarles nada, se fueron sacando los disfraces mojados, no todos estaban muy bien formados, pero llamaban la atención, porque fuera de su control dejaban a la vista los chicos sus erecciones, logrando llamar la atención de las muchachas, quienes no perdían de vista nada, así mismo las que participaron se sacaron sus trajes dejando a la vista unos bikinis, pero otras revelaron sensuales conjuntos de lencería ganándose algunos chiflidos, en ese momento Henry, notando eso preguntaba si deseaban un nuevo juego o querían intentar la competencia una vez más. Pronto se realizó otra carrera más donde nuevamente ganó un chico, este un poco menos gordo, aunque su disfraz del oogie boogie se mojó tanto que parecía estar desinflado, este se le entregó una nueva botella mientras se sacaba su disfraz quedando en un short de lycra que no ocultaba su erección, algo que no entendía porque el agua estaba fría, aunque las compañeras no tardaron en buscarle, como si aquella barra de carne izada fuera una señal, en este caso una de las disfrazadas de momia se acercó para coquetearle, y como este chico desde antes buscaba la atención de ella fue casi el momento esperado, pronto se alejarían a beber para conocerse de manera intima. Mientras tanto se realizó una nueva competencia, ahora ganado una chica que disfrazada con un traje como el de vampirella, era comida con las miradas, más porque con su copa D su traje apenas guardaba sus atributos, ahora salía ganando con una botella de brandy, por lo que uno de los compañeros, un negro en el equipo de baloncesto no tardó en acercársele, y ella sólo se relamió los labios pues él tenía cierta fama que deseaba comprobar, cansado de la natación pero no de la alberca Steve movió a todos, dirigiéndose a la cascada, esta no era muy alta, si acaso medía 3 metros y medio desde la base, ahí volvió a hablar:
Bien compañeros, vamos a poner las cosas en claro, no están nuestros viejos, así que somos libres de hacer cualquier cosa, hagamos más interesantes las cosas, quien de mejor clavado puede reclamar una novia o novio por esta noche, ¿quien se avienta?
El comentario le gusto a todos, que ya estaban demasiado atrapados en el influjo de la bola disco, la cual robó su cordura para dejar libre toda perversión, no tardó en subirse un chico algo flaco, un poco atlético, quien para sorpresa de todos dio un salto invertido, practicaba natación desde los 5, a nadie le llamaba la atención, pero ante esa proeza salió directo para tomar a una de las nuevas alumnas (recién entradas en bachillerato), una chica morenita de cabello largo negro y ojos almendrados, a la cual beso de inmediato, si acaso dijo: “mi premio”, todos le quedaron mirando antes de voltear a Steve quien dijo:
Pues empezaste de lujo, miren y aprendan, así se hace – dijo Steve y aplaudió.
Todos emocionados, pues el chico prácticamente se llevó a la chica a besuquearse lejos, comenzando así otros a dar los primeros clavados, los disfraces fueron cayendo, y con cada sumergida parte del maquillaje quedaba ahí, dejando rostros un poco más aterradores, de repente un chico rubio australiano dio un clavado increíble, Steve lo festejo, cuando quiso salir dijo:
Oye, puedo elegir a cualquiera – dijo el australiano dedicando una vista a cierta niña.
Si – dijo Steve, pero en eso notó la mirada a Sophia y añadió – pero a ella no, es mi asistente.
El australiano se detuvo y tomó a 2 chicas mientras retaba a otro a detenerlo, cosa que nadie hizo, cabe decir que hubo quienes no hicieron gran cosa, por lo que no ganaron nada, y también las chicas lo intentaron, un listillo dio un clavado sencillo, pero una vez que cayó no salió, este fue por debajo del agua lejos de la vista de todos, se apareció por detrás de ellos para asustarlos, cosa que logró, aunque lo hizo al sujetarle las tetas a una chica que chillo asustada, al darse cuenta, este la exigió de premio, cosa que no se le negó por el “truco”, dejando así que continuaran las competencias…
Pronto el ambiente se acabó con los desafíos, la lujuria ya había llenado el lugar dejando una verdadera orgia a la vista, no había rincón donde no se viera una buena escena de sexo, el gordito de las súcubos estaba tirado en la silla de alberca mientras devoraba una concha jugosa, la chica gozaba de lo lindo gimiendo con fuerza, pues sentía que estaba siendo devorada, sus tetas estaban bañadas por el licor de la botella, que bajaba por su cuerpo hasta su coño, endulzando su sexo para el gordito, mientras la otra se dejaba penetrar libremente, cabalgaba salvajemente al chico mientras su potente estaca quedaba fija en su vulva, que chorreaba jugos y un poco de sangre, producto de ser desvirgada, mientras la chica atrapada en la lujuria, dejaba a la vista un gesto de puro placer. En otra parte, el oogie boobie entre las arboledas ya estaba penetrando contra un árbol a la chica de sus sueños, incluso con sus vendas la ató de manos, para dejarla indefensa, permitiendo manejarla a su entero goce, pero lejos de algo complejo solo la estaba penetrando mientras sus cuerpos estaban uno contra otro, aunque sus pechos pequeños se enterraban contra su tórax, besuqueándose desesperados, y sus lenguas jugaban, pegados por sus sexos que parecían escurrir como si estuvieran orinándose. Por otra parte el jugador de baloncesto ya estaba empalando lejos de las vistas de todos a la chica del brandy, quien apenas soportaba la tremenda estaca del joven, que más pensaba que una cosa así era propia de un caballo, pues casi sentía que en cada embestida se le marcaba en el estomago, sus tetas además se movían tanto que el muchacho las agarró para metérselas en la boca, era impresionante, pues ella no era muy alta, de hecho apenas media poco más del metro y medio, pero su pareja ya alcanzaba los 2 de estatura, por lo que está ni siquiera tocaba el suelo cuando estaba siendo cogida, y es que el chico estaba ansioso como si fuera toro en celo, lo cual resentía su compañera en cada embestida gimiendo desesperada. Por todas partes era lo mismo, incluso quienes no participaron ya estaban gozando, una pareja de novios disfrutaba de la alberca en su parte menos profunda, el chico sentado sobre un asiento sumergido follaba a su chica, ambos disfraces flotaban por ahí, mientras este disfrutaba del tacto de la lencería que usaba esta, pues era delicioso, estaba muy encendido, mientras chupaba los pezones de ella, y esta se aferraba con sus piernas para no soltarse en ningún momento, por su parte el grupo de chicos disfrazados de esqueletos rodearon a una de las sirvientas, a Clara, sometiéndola en un rincón apartado la despojaron de su bikini violándola a sus anchas, la obligaron a acariciar sus miembros, mientras otro sujetando su cara la hizo tragarse su polla, acariciaban su sensual cuerpo, o pellizcaban sus pezones, mientras el ultimo bajó su tanga para comenzar a chuparle el coño, el cual no tardó en humedecerse, una vez hecho esto le enterró la estaca hasta el fondo, logrando que esta chillara, nadie le escucharía por culpa de la verga que tenía dentro de su boca, que para ese momento se corrió casi ahogándola, pero a pesar de las veces que logró que se corriera este no la soltaba, de hecho no fue hasta que otro quiso cambiar que la mujer pudo probar un sabor delicioso, para las otras sirvientas era lo mismo, otros miembros del club de baloncesto habían atrapado a Imelda la tenían sobre una mesa metiéndosela hasta el fondo, tan eufóricos que pese a ser un mueble de madera dura, se agitaba, y ella casi gritaba pero no sabría decirse si era por la violación o por el placer al que la sometían, por otra parte Roxana nuevamente estaba en brazos de Henry, quien en su momento la llamó para ayudarle, pero una vez que todo el ambiente estalló en lujuria se la llevó a la mansión, pensaba en cogerla en un baño dentro, pero al ver a los chaperones dormidos de borrachos, la llevó al cuarto de su padre donde la dejo desnuda, y comenzó a metérsela, casi entrando en seco, pero la irrupción fue tan salvaje que ella se termino corriendo, lo cual facilito las siguientes embestidas, el chico estaba desesperado por volverla a follar como hace una semana, la fantaseaba, así que aprovechaba para metérsela casi desesperado mientras ambos gemían, por un momento se predio de su pecho como si fuera un bebe, pero fue jugando con ambos pechos en su debido momento, la mujer se dejaba hacer por el muchacho, y si acaso se aferraba a este desesperada, mientras era agitada en la cama. Finalmente Thabata estaba recibiendo el mismo trato, pero curiosamente no era de parte de ningún chico, sino que eran por un grupo disfrazado de porristas, quienes entre juego la separaron de las demás para comenzar a sacarle el bikini, una vez desnuda fueron a besarla, casi a la fuerza, pero antes que reaccionara otra la detuvo del brazo derecho, mientras le sobaba la teta, otra le sobó pezón izquierdo al tiempo que también la sometía, finalmente un par se agacho por detrás, abriéndole las piernas, pero para comenzar una a sobarle la concha, así con un pepino en mano comenzaría a metérselo por el ano.
Steve era testigo de toda esa perversión, y no podía más que sentirse contento, era lo que soñaba, incluso su talismán se sentía frio, sólo deseaba que fuera Tea la que estuviera a su lado, pero en vez de ello era Sophia, quien no daba crédito a lo que pasaba, el aire olía a sexo, no sabía qué hacer la chiquilla, estaba algo asustada, pero en ese momento el muchacho la atrajo, esta se dio vuelta para recibir un beso de lengua, ya había aprendido a besarlo así, por lo que rápido se dejó hacer, su boca era usada sin problemas al tiempo que con toda libertad hurgaba bajo su bañador, dejando que unos dedos entraran en su pequeña gruta, acariciándole hasta humedecerla, ella quería gemir, pero su boca era sellada, pronto todo lo que usaba fue retirado y completamente desnuda fue llevada en brazos bajo la cascada, donde Steve ya sin ninguna reserva fue meterle su verga dentro, la pequeña Sophia, vencida por el placer se dejó usar con toda tranquilidad, pues por el talismán ella le pertenecía a Steve y este podía hacerle lo que quisiera, en ese momento gozaba de una fuerte cogida, logrando que esta gimiera, mientras se agitaba, sudando por el esfuerzo, con sus manitas se aferraba a su cuello, mientras sus piernas lo rodeaban, tratando de mantenerse para él, quien disfrutaba como con cada movimiento la chiquilla restregaba su cuerpo contra el suyo, mientras su vulva le apretaba de forma tan deliciosa, logrando que este no quisiera otra cosa más que gozarla, así no duró mucho, antes de correrse, llenándole hasta gotear, pero la verga seguía dura, el muchacho no estaba satisfecho, lejos de soltarla le dio vuelta, sentados en una piedra la subió un poco para luego metérselo por el culo, la niña gritó sorprendida, hasta ahora no le había metido nada por ahí, así que realmente el dolor fue intenso, sin embargo se dejó hacer, siendo embestida nuevamente, de vez en cuando le daba algún beso o le acariciaba los pezones, ahora la penetraba más lento, pero trataba de metérselo más profundo, a lo cual la chiquilla respondía de manera grata, la presión que le hacía Sophia a Steve fue tal que pese a que antes se había corrido este no duró antes de volverlo a hacerlo, en ese momento se calmó un poco, todo había salido casi como deseaba, si acaso revisó el lugar, miró como sus compañeros daban sus ultima gotas a sus amantes, los últimos empujones antes de caer o soltaban sus gemidos finales, la orgía había terminado, miraba con gusto la hora era después de media noche, habían comenzado desde las 8 o 9, no podía recordarlo bien, pero estaba a gusto, en ese momento notó que alguien seguía moviéndose y la sangre se le heló, recordó que a unos 200 metros estaba la fiesta de Paul, y si alguien los viera así, seguramente estarían en problemas, así que con su short y poniéndose una playera fue a revisar, no sin antes checar como estaba Sophía quien por tanta acción dormía solo con su toalla, después volvería por ella, tampoco quería que la vieran así, podría tener problemas.
Salió de la carpa rumbo a la feria improvisada, veía el cielo nublado como si una tormenta estuviera cerca, desde ahí pudo escuchar la música de feria y algunos juegos parecían seguir funcionando, eso le calmó un poco, seguramente los chicos de secundaria seguirían en su juego, tal vez tratando de ligarse a alguna compañera, que seguramente llevaría un disfraz lujurioso, había visto algunas llegar, y no lo negaría, de ser posible se cogería a varias, pero eso sería después, llegó al área, todo estaba tranquilo, veía las siluetas de algunos moverse, pero había algo raro, la música sonaba extraña, era de carnaval pero estaba enrarecida, una extraña estática que parecía guardar el sonido de un rezo se escuchaba, aún así Steve siguió, que sorpresa se daría al ver a los pocos trabajadores de los juegos mecánicos junto a los muchachillos armando su propia orgia, el maquinista del carrusel se estaba cogiendo a una chavita de 14 con los restos de un vestido negro, encajaba su estaca desesperado, mientras esta chillaba dejándose hacer de todo, por doquiera veía a los muchachos cogiéndose a las invitadas, sus ropas tiradas por todas partes, casi tapizando el suelo, mientras veía todas las poses imaginadas, misioneros, a 4 patas, sentados, incluso había una fila en los juegos donde una señora de un puesto de comida se dejaba meter las vergas, ahí estaba un chico de 12 años metiendo su pene en la vulva peluda de la mujer, que no era una belleza, pero tampoco fea, y gemía de forma ensordecedora, mientras era penetrada, tanto así era su placer, que se levantó un poco para jalar al niño para que se la metiera más, y con cierta malicia le encajó el dedo en su culo, logrando que se corriera, llenándole su concha, este pequeño se retiraba exhausto, pero en ese momento llegaba otro más avispado de 13 de edad listo para tomar su lugar, en otras partes miraba a las niñas masturbarse, pues estas eran más que los niños, así que les tocaba darse placer ellas mismas, miraba a una fantasmita con el traje hasta arriba, mordía el borde para acariciarse con fuerza, metía sus dedos con ansia en su vulva mientras pellizcaba salvaje sus tetas, una bailarina de ballet se frotaba su conchita contra un poste hasta correrse, lo cual logró de forma tan inesperada como abundante, y su ropa se manchó, pero lo que llamó más su atención fue la presencia de un tipo encapuchado acariciando a una princesita a la cual oprimía en su calzón, logrando que se humedeciera, esta se encontraba sobre una mesa, abierta de piernas, parecía tramar algo, pero antes que pudiera intentar nada, Steve se le acercó:
Oye, ¿Qué está pasando? – decía con impaciencia.
El tipo al ver a Steve salió corriendo, sin decir nada, este trato de perseguirlo pero no pudo seguirle, estaba muy cansado, apenas tuvo fuerza para ir a quitar la horrible música, con lo que gracias a eso todos cayeron exhaustos, el muchacho no entendía lo que pasaba, sin embargo se daba cuenta que algo había ocurrido, siendo culpa de la secta.
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