El Incubo del Internado – Sangre Nueva 23 (2)
En medio de la fiesta la lujuria se desata, la brujeria se demuestra, ahora todos serán presas del deseo, en especial Brat….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
23 parte 2
El director prácticamente estaba violando a la tal Sita, una bruja sirviente del tomo de la ira, dándole tan duro como podía, mientras le abría las piernas y enseñaba su cuerpo a todos los invitados de la fiesta invernal, dejando ver como la penetraba con una sed sexual que pocos le conocían, sus gemidos llenaron el ambiente, logrando que todos se calentaran, deslumbrándose por aquellas tetas generosas que se movían de un lado a otro, era convertida en poco más que una esclava sexual, recibiendo unas embestidas que agitaban hasta parecer que deseaba romperla, terminaba expuesta de tal manera que se veía deliciosa, atrapada en la sesión de sexo más duro que le dieron, ella gemía de manera viciosa, alzada para verla abierta, recibiendo una ración de carne que apenas podía con ella, chillaba de tal forma que daba gusto, en especial cuando caía y esta suspiraba tratando de recuperar el aire, dejando ver su preciosa figura cautiva, sin embargo eso solo era el comienzo, apenas se corrió, y lo juro, escurrió a presión una mezcla de sus mieles con la leche del jefe, ella parecía suplicar piedad, pero no la tendría, eso continuaría, pero antes seguía yo en el acto, no lo esperaba, pues llegaban de nuevo las brujas, Lizy y Meg estaban con ellas, listas para darle a su hermanito el gusto que deseaba.
No podría creerlo, pero eso si sería mi gusto las presentaban como niñas normales, llegaban con vestiditos propios de una cena festiva, Liz de verde con mediecitas, Meg de rojo, se veían preciosas, listas para profanarlas, de hecho empecé a escuchar cosas, entre esos pervertidos parecía que las estuvieron vigilando, aunque antes de hacer nada aclararon que usaron el ritual que yo puse con ellas, al menos el del tomo de la ira, de sumisión, así que me dejaron acercarme, mientras se llevaban a las demás chicas de mi mesa fuera de las vistas de todos, pero no debía preocuparme por ello, luego frente a todos desvistieron a las niñas para dejarlas ver, que cosas, les consiguieron deliciosos conjuntos de lencería, con los cuales lucían deliciosas, si acaso les arrancaron los calzoncitos de algodón para mostrar frente a todos sus coñitos lampiños, carnosos listos para que se las metiera hasta el fondo, y dejaron a Lizy preparada para ser penetrada acostándola sobre una mesa con las piernitas abiertas.
Miren, una niña que debería no querer nada de sexo, aceptara ser la golfa de su hermano, ser penetrada y convertida en su puta de por vida, y para los que tengan ese fetiche aguarden, que lo verán, ella en su momento quedará atada – decía con cierto recelo Brady mientras Sheyla cuidaba de Megan a un lado.
Vamos hermanito rómpeme el coño, te espero – llegó a decir sorprendiendo a todos.
Eso sería suficiente para mi, antes que me diera cuenta estaba dándole duro en el coño a mi pequeña hermana, sorprendiendo a todos, recibiendo alabanzas por eso, mi verga entraría sin problemas, recibiendo una corrida magistral en medio de toda esa lujuria, se notaba que tenía ganas de recibir verga desde hace días, pero no me dejaron más que toquetearla, lo cual era a mi gusto único, también gimió dándome un gustito especial, ella me miraba con un gesto que me decía que era mía, lo cual me calentaba mas la sangre y notaba como se le iban formando las tetillas, que delicia, en serio, quería darle con todo, y fui moviendo mis caderas de manera ansiosa, para sentir ese coñito que hace días no tocaba con mi verga, me recibía jugoso, dándole con todo, escurría y ella misma se aferraría a mí de manera desesperada con sus piernitas, dejándome sentir su pequeña figura, me tuve que sentar en una silla y ella misma se movía para seguir con aquel juego sexual, entregada en un placer que todos miraban con asombro, la trataba de controlar con mis manos, agarrándole del culo, metiéndole hasta el fondo uno de mis dedos en su culito y ella lo gozaba diciendo:
Mm, si así me gusta, hazme lo que quieras hermanito, eso se siente tan bien, sabes que soy tu putita, no te detengas, rómpeme, me encanta esto, se siente tan bien, lléname con tu leche, mm, como me gusta cuando me la metes hasta el fondo, no te detengas, esto es maravilloso, sigue dándome con todo, mm, es el regalo que quería, mm ahh – decía con una voz perdida en el deseo.
Todos se quedaron viéndonos, murmurando cosas como que no era posible que una niña fuera así, a menos que la adiestraran desde pequeña, pero ya no servirían en sociedad, estaban rotas, pero me daría cuenta que muchos la habían visto como parte de las niñas de la escuela en el internado, parecía tan normal, muy aplicada, pero ahora estaba siendo usada por mí, su pervertido hermano mayor, abriéndole el coñito infantil con mi verga para hacerla gemir frente a un grupo de locos, haciéndola pujar de placer, convertida en golfa de primera, recibiendo mi verga, aunque en eso Lizy me besaría de manera apasionada, tratando de jugar con su lengüita, era una verdadera delicia, se portaba como una ramera, y a su lado se veía a Meg tan celosa, mordiéndose el labio, como si quisiera ser penetrada, que pronto se soltó para buscarme, deseando el mismo trato, dejando a todos sorprendidos, pues una nena tan pequeña no tendría tiempo a menos que fuera entrenada desde la cuna o eso decían.
Ya la vieron, está buscando la verga de su hermano – seguro que no la entrenaron desde bebe – pero como, si fuera el caso el papá debería ser el que lo hiciera – el hermano no pudo haberlo hecho desde los 10 años – cierto, y miren a la otra, debió ser parecido – a esa edad los críos ni quieren concha, ni siquiera se les para – que par de guarras – yo oí que las embrujo para poder tenerlas así – entonces el tomo de la ira y lujuria son reales…
Antes que me diera cuenta, me estaba corriendo en la conchita de Lizy, mientras todos decían sus cosas, se veían bien cachondos, ocultando cosas debajo de los manteles, ansiosos por ver como seguía cogiéndola, en especial cuando me corriera, pero en su momento Meg empezaría a comerle el coñito a su hermana para tratar de tragar semen, cosa que no lograría porque la jalaría, y la besaría, antes de ensartarla, no quería probar mi propia leche, en eso se retiraría la mayor, para poder darle paso a la chiquita, que igual había sido desvestida, dejando a ver su cuerpito pequeño, aunque igual de seductor, aunque no se veía contenta Lizy, pero bien que gozó de ser ensartada, la sujetaría Sheyla, lo que aproveché para levantar a Meg, apuntando mi verga, y ella entendiendo mi idea, apoyaba como podía, gimiendo un poco cuando mi punto alcanzó su conchita, asó se la iba metiendo hasta el fondo, y me recibía tan bien, se me pegaba, sentía sus piernitas, aparte que con la lencería que le pusieron estaba tan rica, que no me contenía, le daba con todo. Aunque no era todo, muy a mi gusto algunos de los presentes estaban calientes, se estaba dando una buena orgía, muchos comenzaban a tomar a sus parejas, aunque quien faltaría serian los padres de Grace, ellos yacían dormidos, y sin que me diera cuenta fueron sacados, igual que los de Leila, mientras que el grupo restante se entregaba al placer, una vieja gorda agarraba a su marido, este vicioso por verle el culo le comía el coño mientras le metía una mano entera por detrás, otro tipo agarraba a su hijo adolecente para ensartarlo, mientras le jalaba la verga para jugar con él, un par de parejas se desvestían plácidamente, dejando ver mejores formas, aunque no faltó un anciano de cómo 70 años, mostrando una erección decente, con la cual ensartaría para empezar a cogerse a su joven mujer, en un arranque de lujuria poco conocida, moviéndole las tetas de tal forma que bailaban de manera sugestiva, que delicia, mientras otros menos avispados, se iban entregando al deseo con más calma, como si quisieran que eso durara.
Yo seguí cogiéndome a Meg, quien se me aferraba, estaba perdida en el gusto, diciendo cosas como le gustaba que la cogiera, que sería mi putita por siempre, se movía de manera deliciosa, siendo sobada por mis manos, sus piernitas estaban aferradas a mi cuerpo, y sobaba sus nalguitas que eran tan gorditas, esperando que llegara al límite, llegaba a escuchar desde atrás de mi cosas como: miren al chico se está rompiendo a su hermanita, menuda puta salió tan chica, yo igual se la daba con todo, que pedazo de golfa y es tan chiquita, vamos idiota, córrete para que siga yo, jajajajaja; eso no me gustó, pero a Meg parecía encantarle, empezaba a escurrir con más ganas, dándome una sensación bien rica, nos besamos un poco más, hasta que finalmente se acabó corriendo. Por segundos estuve en la gloria, si leche llenó la conchita de la chiquilla, y ella hizo un gesto de gatita en celo que me encantaba, sabía que eso era lo que tanto deseaba, yo igual, se me aferró, como deseando que siguiera esa sensación, aunque solo por unos segundos, luego me di cuenta que podrían los otros viejos querer violarla, cosa que no me gustaba.
Vámonos – llegué a escuchar detrás de mí, se trataba del director, que no temía lucir su cuerpo, cargaba en un brazo a la bruja Sita, quien escurría su leche del coño.
Señor – acerté a decirle mientras cargaba a mi hermanita, y me corría mas por el susto, pero ella lo gozaba, sonriendo como niña buena.
Con cuidado tomé a mis hermanas, y justo a tiempo, pues el jefe llegaba porque un estúpido adolecente intentaba tomar a Elsa, quien no quería nada, la sirvienta se quedaría con su amo, aparte que un tonto del ejercito igual buscaba a la jefa Tea, que loco, ir tras la mujer de su compañero, justo en su casa, le dio un golpe para quitarlo de encima, eso basto para dejarlo en el suelo noqueado sangrando de la nariz. La faena sexual empezaría, en la sala de banquete de esa casa comenzaron a coger totalmente desquiciados, en segundos se fueron arrancando la ropa mientras buscaban tetas, coños o vergas, para lamerlas, chuparlas o morderlas, una orgia como la que vi en la escuela en la noche del diablo, pero ahora por la fiesta decembrina, sin embargo no quería participar, terminé viendo a algunos tipos demasiado locos a mi gusto, ah, yo no quiero que nadie me la meta, o ver a mis hermanas con otra verga que no sea la mía dentro, pues había un tipo vicioso como un oso mirándome el culo, y eso no me gusta a mí, bien por él, respeto, pero no era para mí, estaba ensartando a un jovencito de mi edad, todo lampiño, rubio sobre su silla, mostrando una verguita parada que se corría por ser cogido de esa manera, y en sus ojos me decía: tú sigues; al demonio, yo quiero conchas, tenía un par en mis manos, con restos de mi leche, por lo que me retiré con prisa.
Luego de eso nos fuimos, cada quien a un cuarto, aunque me advirtieron que cerrara la dura puerta por dentro, pues todos estaban bajo un conjuro de sexo, parte del grimorio local, así que podrían perder la cabeza, lo cual me hizo dar prisa en llegar a donde me tocaba, que cosas, me dejaron una habitación especial, ahí pensé que cogería al menos a mis hermanitas, quienes estaban calientes, quería mas de mi verga, pero al llegar, carajo, la vida es bella, la cama enorme, y en ella prácticamente todo mi harem, Giby se iba sacando su vestido, carajo, usaba un conjunto de lencería que le quedaba riquísimo, rosa con bordes blandos, mientras que Angie era de color azul clarito, se dejaron los tacones y medias, sabían que esa imagen me encantaba, pero aparte, no sé cómo pero Grace estaba con un juego de lencería roja que le hacía ver genial, y Leila con uno color morado que le hacía ver deliciosa, a su lado con un atuendo que no pude distinguir bien por lo oscuro, era blanco, Yeon, pero en medio atadas en el mejor estilo BDSM tanto Shanon, Vivi y Jesy, esperando porque les diera con todo, que vista, wow.
Dime que tienes una gran novia, o cuantas harían esto por ti, precioso – me decía con un gustito difícil de resistir Giby, tomando mi mano para que entrara a la cama.
Angie metía a mis hermanas, mientras empezaba a juguetear con ellas, era buena con sus manos, lo sabía por experiencia, pronto las hizo gemir bien rico, pero igual fue haciéndolas testigo al tiempo que las ensartaba con sus dedos de manera más posesiva, sintiendo con gusto como mi leche llegaba a sus dedos, haciendo que ambas gimieran, no sabía cómo, pero estaba, bien tieso a pesar de haberme corrido un par de veces y Giby acariciaba un poco a las amarradas, mientras que Grace se me acercaba coqueta, lista para coger.
Supongo que soy tu primer regalo – decía coqueta la preciosa.
Sabes que estos se abren en la madrugada – le decía mientras quería hacerme del rogar.
Vamos, no quieres esperar para esto o sí – me decía al tiempo que se dejaba ver el coño escurriendo, aun con la tanga puesta.
Era delicioso, me moví para agarrarle el coño con la boca, saboreando cada centímetro de su ser, con un cuidado, pues mis manos iban alcanzando sus tetas, iba a ser una noche intensa, y seguro que el jefe estaba en las mismas, rompiéndoles los coños a todas sus hembras, como un macho alfa, gorila, lomo plateado, verga de acero, rompe coños y por lo mismo estaba igual, intentando no quedar atrás, logrando sacarle los primeros gemidos a mis propias putitas, quienes se quedaban muy contentas con ese juego, pues iba dándoles con ganas, mi lengua alcanzaba tanto como podía su interior, haciéndole una penetración bucal que no esperaba, hurgaba tanto como podía en su interior, y la chiquilla se agitaba de una manera deliciosa al tiempo que acariciaba mi cabello, alzando sus pequeñas tetas, que eran, mm, demasiado sensibles, cada toque de mis dedos la hacía agitarse como si estuviera sintiendo múltiples orgasmos, y su gesto era de satisfacción total, me invitada a continuar.
Mm, que rico sabes, y eso que todavía no te como bien – le dije mientras me escurría la boca con su orgasmo, uno ligero, pero que iba a continuar, mi verga se preparaba para metérsele hasta el fondo, mientras ella me sonreía.
Cariño, hazme lo que quieras, soy toda tuya ahora – decía mientras usaba sus piernas para aferrarse a mí, a punto de clavarse ella misma cuando la detuvo Giby.
Bien, entonces ella es tuya, y tú su dueño, precioso – nos dijo mi novia mientras sacaba algo, un collar que ataría en el cuello de la chica.
Toda mía – llegué a decir, pues estaba como loco queriendo metérsela hasta el fondo.
Si, el es mi dueño desde ahora, lo quiero dentro – diría Grace, dándome una sensación bastante extraña, como si fuera ¿brujería?
No lo terminaba de comprender, pero al hacerlo, insertando la verga topando con su coño, hasta los ojos le brillaron y se la fui a meter hasta el fondo, comenzando a cogerla con ganas, dándole tan duro como podía, aunque no le iba a dar, todo, me daba cuenta que tenía que guardar fuerzas, las demás querían un poco de verga, debía resistir, aparte tendría toda la noche para gozarme a mis putitas, que buena era la verdadera bujería. O eso pensaba mientras iba embistiendo el delicado coño de mi golfita deliciosa, dándole tan duro como podría, haciéndole sentir cada una de mis entradas, la miraba con gusto, ella me sonreía coqueta, aunque se notaba algo de inocencia, como si todo eso fuera un juego, pero no lo era, estaba disfrutando de su cuerpo, ella se me entregaba sin reservas, aparte abría su coñito cálido y jugoso, se notaba cuan caliente estaba, gemía o pujaba, esperaba que me corriera dentro, me empezó a besar con una pasión total, sus ojos me mostraban cuan caliente estaba, mientras su cuerpo se aferraba a mí, dejándome sentir mejor sus formas, sus tetillas estaban creciéndole, queriendo todo lo que tenía dentro, incluso comenzó a moverse para frotarse contra mí de una forma que me hacia quererla más, dejándome sentir cada centímetro de su figurita delicada, que me hizo correrme dentro, y ella al sentir como su interior se llenaba, me sonrió coqueta y me dijo:
Con esto se ha dicho todo, mm, eres mi amo Brat, cuídame bien cariño – decía antes de darme un beso apasionado, mientras disfrutaba de su orgasmo que era bastante duro.
Algo no me terminaba de convencer, pero no iba a juzgar, sabía que mi linda noviecita después me daría respuestas, aparte que verla acariciar a Shanon, Vivi y Jesy atadas era una delicia, aunque antes de agarrarla, se me ofrecía bien caliente Leila dejándome ver su coñito afeitado mientras que ahora era Angie quien le decía:
Bien, juras solemnemente ser su puta y dejar que te haga todas las guarradas que se le ocurran, llenarte el coño o culo hasta vomitar semen, y no dejar que nadie te la meta porque se nota que es bien celoso – decía mas traviesa mi pelirroja favorita, mientras le acomodaba un collar.
Acepto, ahora cógeme, mira como estoy – dijo Leila y me mostró como estaba escurriendo su vulva rosada, que aparte olía deliciosa.
Ay, preciosa como negarme si estas así, me faltaba algo de firmeza, me acababa de correr, pero curiosamente en ese momento alguien me ayudaría.
Una fina lengüita comenzaba a lamer mi verga para ponerme duro, sentía aparte sus manitas listas para sobarme, se sentía de maravilla, era Lizy, quien se unía a esa faena, mientras que Yeon sostenía a Meg, acariciándole de tal manera que se siguiera corriendo, haciéndole un gustito sexual bastante bueno, me dejaba ver como se la iba metiendo, parecía estarla violando con la mano, haciendo un gesto de placer al tiempo que contenía sus gemidos, aparte que se hallaba abierta de piernas, dejándome verle todo, mientras sus cuerpo quedaba expuesto a que se lo viera todo, recibiendo caricias de mi brujita, que seguía puesta a darle con ganas de verla gemir, haciendo un esfuerzo por no perderse en la lujuria. Mm, que gusto me daría con esto, pues en poco se me pondría tan dura, mi verga como fierro estaría lista a darle con todo a la putita que tenía enfrente, que esperaba impaciente que la fuera ensartar, y cuando estuve listo, lo sintió, la Lizy fue retirada, seguro quería tragarse mi leche la muy putita, pero luego apuntaría al coñito de mi gótica, que estaba escurriendo sus mieles, estaba de a 4, ofreciéndome una vista genial, aunque quería romperle el culito, pero antes eso.
Primero el coño, luego lo que quieras, llénalas a todas, precioso – me dijo Angie mientras agarraba a su cuñada y comenzar a sobarla como si fuera su amante, aunque a partir de ahora lo seria.
Que gusto, ahora su coñito se sentía diferente, escurría, era tan caliente, algo me dejaba entrar hasta el fondo, lo iba a gozar, realmente era una delicia, no dejaba de succionarme, haciendo que entrara más profundo en ella, y esta preciosura me recibía como un rey, aparte que su cuerpo me encantaba, la agarraba de las nalgas para aferrarme mejor, lo estaba sintiendo de maravilla, de cierta forma me miraba mientras la ensartaba, se mordía sus labios, sus ojos se veían cargado de lujuria, mientras le iba dando con todo, sintiendo como escurrían sus jugos por las piernas, aparte que notaba como tenía puesto un pequeño collar, idéntico al que le pusieron a Grace, solo que de otro color, dándome una sensación de calor bastante adictiva, no me contenía, antes que me diera cuenta, las estaba jalando más duro, para poder agarrarla mejor, estaba gozándola, de su cintura empezaba a tomarla de las tetas, manejándolas un poco para estirar sus pezones, y Leila le gustaba, era bastante rico, no dejábamos de movernos, y mis hermanitas eran testigos de todo. Ya me las había cogido, pero seguían bien calientes, mirando como su hermano cogía con otras, seguro estaban bien celositas, deseando acaparar mi verga, pero no podrían, Angie agarraba a Lissy para meterle los dedos, haciéndola escurrir, lamiéndole el cuello, mientras le pellizcaba las tetas, mientras que Yeon no dejaba de agarrar y penetrar tanto el culo junto a la conchita de Meg con un juego de dedos bastante delicioso, haciéndola gemir de manera sonora, se retorcía de forma que no me podía aguantar, era como si me creciera la verga en ese momento, y ellas estaban perdidas en el deseo, igual a un par de gatitas, sometidas a esas 2 preciosuras, al tiempo que le daba con todo, en serio mis caderas salían y entraban a esa concha de manera contundente, y como disfrutaba de ese delicioso cuerpo apenas usando unas medias moradas que le quedaban tan bien, mientras gemía casi en mi oído, haciendo que sintiera que mi verga se hinchaba mas dentro de ella.
Córrete dentro, la quiero dentro, lléname – me suplicó Leila, y sus palabras me pusieron al tope, ni como negarle nada.
Antes que me diera cuenta realmente le estaba llenado el coño con mi leche, nuestros cuerpos se movían al mismo ritmo, incluso nos corrimos juntos, todo hasta escurrir, una buena carga que me hizo sentir en la gloria, y ella gemía pues llegó a un rotundo orgasmo, que se hizo sonoro, antes de besarme apasionadamente, jugando nuestras lenguas al tiempo que caía rendida, luego de eso nos darían un susto, pues alguien intentaba entrar al cuarto, los invitados de la fiesta se iba a donde podían para poder coger, pero algunos querían irrumpir en faena ajena, y por segundos pensé que me buscaba el tipo peludo que se ensartaba al güerillo bobo, pero las puertas eran solidas, no pudieron ser abiertas. Luego vería como Yeon dejaba a mi hermana para comenzar a comerme la verga, aunque la niña se vería que lo estaba gozando, no sé cuantos orgasmos tuvo gracias a esos dedos, aunque ni me importaba, mientras no fuera una verga ajena , aparte que verme cogiendo, no era cualquier cosa, me sentía inspirado, siempre soñé con algo así, tener a un grupo de putitas listas a recibir mi verga dentro, recibiendo mis corridas con sus conchitas, mm, aunque yo no sé cómo estaba aguantando tanto, pero me hallaba disfrutando de un momento para recuperar firmeza, mientras que Leila se hacía a un lado escurriendo mi leche de manera viciosa, se iba acariciando su coñito para sentir placer, mientras Angie mantenía a mis 2 putitas hermanas controladas.
Hermano, danos mas cariñitos – decía Meg mientras parecía ofrecer su coñito regordete, como si quisiera mas sexo, aparte que su vulva seguía jugosa.
Si, queremos más cariñitos – agregó Lis tratando de agregarse, y pude darme cuenta que sus tetillas estaban creciéndole, dándole una forma deliciosa.
No chiquitas, no es tiempo de eso, ya podrán coger, le pertenecen, pero ahora estamos jugando todas, y tendrán que compartirlo, así será el juego desde ya – aseguró Angie mientras comenzaba a sobar a ambas, tocándola con cierta picardía.
Sintiendo aquello, no podía creerlo, realmente estaba en una locura que me encantaba, en serio, siempre quise algo así, estar en una cama con un grupo de putitas dispuestas a todo por mi verga, miraba al director con envidia, cogiéndose a las mujeres que tanto se me antojaban, yo también quería eso, pero no esperé que se me diera la oportunidad, era un éxito, pues se me puso bien dura, la verga, y luego me dirían.
Listo, tienes que marcarlas como tuyas – me decía Yeon con algo mientras se hacía a un lado, sabía que podría hacerle lo que quisiera a ella, aunque no tenía ganas de besarla con el sabor de mi verga en su boca.
En eso me aventaron a Shanon, las mismas Leila y Grace, ella me miro sorprendida, pero no me importó, claro que quería romperle el coñito, ella misma estaba celosa, nerviosa por lo ocurrido, no sabía que pasaba, pero casi como un perro podía oler su coño, estaba lista para ser ensartada, con unas ataduras de cuero, resaltaban toda sus formas, esperando que yo le diera con todo, y fui notando que traía un collar, de hecho al fijarme, todas lo tenían, lo cual me importaría, aunque no era importante, antes debía romperle los coñitos, mm, así que me fui acomodando, apuntando mi verga para darle duro, se la dejé ir dentro, aparte me gustaba lo que tenía enfrente, pues sus manos atadas sin poder hacer nada igual que sus tobillos, con unos cierres el trajecito de cuero fue saliendo, dejándola ver sometida, lista para darle con todo, y me gustaba porque su coñito parecía estar escurriendo, a Shanon le urgía que se la dejara ir dentro, que rico, así que se la fui metiendo de una sola vez, para hacerla mía, estaba bien puesto, disfrutando de ese coñito precios, pujaba un poco porque se hallaba amordazada, pero pronto le soltaron los labios, seguro iba a decirme algo, pero no le dejé, la bese mientras la agarraba por las nalgas. Era un festín sexual, tenía a todas mis golfas para gozarlas, ninguna me faltaba, quería romperles el coño, sabía que nadie me detendría, sus coñitos estaban escurriendo por mí, que delicia, así que bombeaba con todo, quería llenarla, aparte que me encantaba verla como enamorada, haciéndome sentir en la gloria, cuando nos interrumpió ciertas personitas:
Ya se contentaron, para que no se vea depre – decía Leila, quien se veía más caliente que nunca.
Se nota que quería esto, pero no sabía cómo – agregaba Grace viéndose cachonda.
Eres toda mi, Shanon, no te iba a olvidar, ya viste como son las cosas, tu coño, todas sus conchitas son mías – le dije perdido en las ganas de correrme.
Le decía mientras le abria las piernas, aunque seguían pegadas en sus tobillos, era un gustito, por suerte ella era flexible, lo suficiente para dejarme tenerla de esa manera, realmente me encantaba tenerla así, le estaba dando con todo, disfrutando de su coñito, mientras le agarraba las tetas, o le besaba, nuestras lenguas jugaban un poco, ella cerraba los ojos, se notaba perdida en ese gusto tan propio, mm, que gusto, seguro que se aferraba a mí, su gesto me encantaba, su cabello revuelto, aparte que sudaba de manera tan rica, le daba un saborcito especial a su piel, que se erizaba con cada una de mis embestidas, e iba bombeando con ganas de romperle el coño, le daba con todo, cuando sentí como ella empezaba a humedecer mas, se iba a correr, cuando finalmente me iba a correr, lo sentía en la punta de la verga.
Si, ya entiendo, mmm me vengo, ahh – decía mientras se empezaba a correr, y yo con ella.
Era de lo mejor, ella escurrió, yo me vine con todo, llenándole dentro, y ella en su orgasmo dibujaba una sonrisa de satisfacción, en verdad que me había puesto bien caliente, no se me calmaban las ganas de seguir adelante, casi preguntando, ¿Quién sigue? Aunque antes de eso, Shanon le ayudarían, le soltaban, ella me besó apasionada, mirándome mientras exhalaba, su mirada cambio, me encantaba, luego se agacharía para hacerme una mamada, jugando con su lengüita, a pesar de los frenos, me daría un gusto, total, antes de correrme se detuvo, pues ellas mismas lo dirían:
Su leche es para los coños, no la boca, al menos por esta noche – yo no me tardé en ponerme tieso, lo estaba gozando, pero se notaba que algo pasaba con ellas.
Luego de aquello acomodaron a Vivian frente a mí, ella tenía las manos atadas atrás de su espalda, y sus rodillas juntas, pero igual las abrieron, se me quedó como adivinando algo con sus ojos negros, me encantaba, pues siempre le tenía muchas ganas, ella junto a su amiga Norma, eran de las más ricas de la escuela, tetonas, con cinturita, buenas piernas, usando faldas cortas, no pude tratarlas mucho, varios de mis amigos se la jalaban pensando en cómo le harían cosas, deseaban que les lamieran las vergas o encajárselas en los baños, que era el único lugar donde habría un poco de privacidad, pero recordaba que en varias ocasiones pude grabarlas en el baño, mirándoles los coños con pelo, cosa que querría cambiar, aunque una vez vi a la amiga sobarse ahí abajo, tocándose en medio de la clase, se había calentado por algo, y se tuvo que relajar. Igual pasó con Vivian, pues ella en una ocasión también la grave de loca sobándose el coñito, pero fue de manera más natural, como que fue a orinar pero al tocarse, no pudo resistirse, hizo un gesto bien rico, revisó por todas partes antes de iniciar, tocándose ese coñito delicado, con un cuidado, mientras se agarraba las tetas sobre la camisa, se le vieron tan grandes, mm, hizo un par de gesto que me encendieron, mordiéndose el labio mientras cerraba los ojos, porque sus dedos llegaban al fondo de su vulva, recién orinada, eso fue delicioso, quería ver más, darle con todo, pero tendría que esperar, a ese momento pues seguía atada levantaron sus piernas y me dijeron.
Esta se puso un poco brava, no entiende como son las cosas ahora, pero vamos, llénale el coño con tu leche, tiene que aprender quien manda, mm – me dijo Giby dándome un beso.
En serio me encantas – le respondí mientras penetraba a Vivi, no tendría compasión, haciendo un gesto de sorpresa, en verdad no esperaba que le fuera a dar con todo, y así empezaría.
Antes que me diera cuenta bombeaba en ese coñito con todo lo que tenía, quería verla gemir como una puta, aunque pujaba, pues cabe decir que la amordazaron, por eso no decía nada, pero le encantó se tratada así, convertida en esclava sexual, se notaba en la cara, mientras que yo aprovechaba para darle con todo, entrando y saliendo de su interior con todas mis fuerzas, mientras movía mis caderas, mm, era un gusto total, abrirle el coño en un vaivén de los buenos, ella me miraba asombrada, yo estaba agarrado a sus piernas, debido a sus ataduras solo podía hacer eso, pero tenerla así era la delicia, se la iba metiendo, recordando todas las veces que la vi pasar con su maldita minifalda, que con cualquier brisa dejaría ver su short de licra azul oscuro, que no contenía las formas de sus nalgas, o también la forma de sus chichotas, en serio, que ganas de que me hiciera una mamada, o que me sacara la leche con las tetas, ahora sentía que lo estaba logrando, aunque quería llenarle la cara de mi leche, pero en eso.
No precioso, le vas a llenar el coño a esta, y a la que te falta, las estas marcando como tuyas, es un conjuro – me decía Angie y me beso en los labios que sabían a cereza, nuestras lenguas jugaron un poco, pudiendo sentir con mis dedos su tetilla, lo cual la hacía pujar un poco, aparte que me acariciaba con sus manos, me daba un ligero escalofrió que me encantó, era tan maldita sea rico, que aumentaba el ritmo de mis penetraciones, quería romper ese delicado coño que escurría.
Mi regalo de estas fiestas, mm, excelente – dije mientras me iba corriendo, no pudo aguantar más, pues todo esto me ponía al tope, y en eso le quitaron la mordaza de la boca a la chica.
AHHH, me corro, sí, soy tu regalo, mm, me gusta, AHHH – me dijo Vivian y algo me calentó en la forma en que lo hizo, realmente era delicioso, tenerla bien ensartada, viendo como sus tetas se la hacían más grandes al respirar, mm.
Ella gemía de manera desesperada, como si le faltara el aíre, estaba tan caliente que no sabía cómo aguantar, en ese momento mi verga era su forma de aguantar, se estaría corriendo como si se orinara, su gesto era perfecto, apenas respiraba por el gusto, en serio que me gustaba tenerla así, aparte que su coñito, parecía una boquita chupándome todo abajo, eso era genial, aparte tenerla atada era una delicia, sus manos detrás de la espalda, levantando las caderas, arqueando la columna, sus piernas igual, aunque estas se hallaban en mi cintura, siendo golpeadas con mis caderas mientras la ensartaba. Pero era suficiente con Vivian, quien parecía contenta con todo lo ocurrido, su mirada parecía cambiar gracias al collar que tenía, era brujería, que cosas le habrían hecho para tenerla así, me encantaba, pero ahora seguía alguien mas, Jesy, ella se veía alterada como si no comprendiera lo que sucedía, aunque poco me importaba estaba por darle con todo, igual que a las demás le abrieron las piernas para que fuera sin piedad, su coñito rosado se asomaba y casi podía saborearlo, recordaba su sabor perfectamente, estaba como loco, sabiendo que iba a disfrutar de un sabor celestial, aunque antes de eso, Giby se acercaría, con su mano me fue sobando abajo, mientras nos besábamos, era una sensación increíble, pensando en cómo le quería romper el coño, pero seguía siendo mi regalo, y tenerla así era una delicia.
Espero que le des con todo, esta putita igual fue una molestia, pero bien que quiere que la hagas como te gusta, así que no te contengas, mm – me decía con un tonito que se me hizo imposible de resistir, ah, como quería cogérmela.
Muchas veces la vi caminar por ahí, a Giby, moviéndose muy tranquila por la escuela, con la falda corta de su uniforme, casi me sentía con ganas de agarrarla y ensartarla, se me antojaba demasiado, algo en ella siempre se me hizo terriblemente sexy, la sangre me hervía, pero saberla del jefe, calmaba mis deseos, aunque me daba cuenta que no le era indiferente, lentamente se fue acercando y antes que pudiera decir nada, eso paso, la tuve junto a su prima, empezando una especie de relación triple. Ella era tan pervertida como yo, una hembra deseosa de sexo, queriendo que su macho se coja a todas las rameras que tenga cerca, igual que como hacia su hermano, era una locura, pero me daba lo que quería, era todo lo que deseaba, en ese momento la besaba con pasión, nuestras lenguas jugaban, sabía que dentro de poco podría cogérmela, pero antes debía romperle el coño a mi última guarrilla, la puta de Jesy, quien estaba atada de piernas y manos en la cama, casi ofreciendo el coño, y me miraba sorprendida. Seguro jamás esperó aquello, que la fueran a convertir en esclava sexual, recuerdo cuantas veces estuvo de ofrecida, calentando las pollas de otros, dejando ver a cualquiera más de la cuenta, subiendo el filo de su falda escolar, agachándose para mostrar sus nalgas preciosas o el tamaño de sus tetas gordas, sus sonrisas, incluso una vez me tocó verla cambiarse frente al espejo, la muy guarra dejó abierta su ventana, y por suerte yo fui a revisar algo en el cuarto de al lado (somos vecinos), dejándome ver tanto como jamás pude lograr antes, viendo como se acomodaba una de sus primeras tangas, modelándola frente al espejo con sus chichis al aire como una perrita en celo, desde ese momento sabía que tendría que hacerla mía.
Algo en la lengua de mi novia me puso caliente, y antes de que pudiera reaccionar, Jesy se quejaba, igual no podía decir nada, pero la estaba ensartando, quería verla retorcerse, me la estaba cogiendo con todo, aunque fuera contra su voluntad, quien sabe, todo era tan raro, pero me encantaba, fui metiéndole tanto como podía la verga en su interior, que como de costumbre estaba caliente, húmedo, aunque a medida que iba entrando y saliendo, este se iba aumentando en jugos, mm, me encantaba, era una verdadera delicia, ella pujaba, seguía amordazada, sus manos sobre su cabeza, amarrada a la cabecera de la cama, dejándola totalmente a mi alcance, sus tetas se veían increíbles, podía sobarlas a mi antojo, mientras sus piernas estaban inmóviles, era una delicia, la fui lamiendo, chupando sus tetotas, ella se sonrojaba, y no pude contenerme, estaba ahogado el lujuria:
Mm, que rica estás, no voy a dejarte en paz, eres mi guarra, mi putita, igual que todas en esta cama, y no puedes cambiar eso, así que acéptalo preciosa, me perteneces – le decía mientras seguía dándole duro, comiéndole, sobándola, y eso alegró a mi chica.
Mm, me encanta cuando te pones así, algo que tengas que decirle Jessy – dijo un poco ansiosa Giby, y le sobaba una chichi, al tiempo que le quitaba la mordaza.
Estás loco, estamos locos, rómpeme cariño, soy tu puta, dame con todo, mm, me voy a correr, quiero tu leche dentro, mm – me decía tratando de aguantar la corrida, pero no sería posible, antes que pudiera decir más empezaba a correrse hasta escurrir.
Que puta eres, toda una guarra, ya veré como aprovecharte – le dije malicioso, y no dude en ensartarla, sintiendo como se hallaba tan húmeda, escurría, como todas las chicas sobre la cama, que no dejaban de gozar, disfrutando de aquella noche de perversión, así que fui cogiéndola, dándole con todo, disfrutaba de ese cuerpo que se movía al ritmo de mis embestidas, le iba abriendo el coñito, tratando de llegar más al fondo, y podía sentir las miradas de todas alrededor, contentas de que la ultima estuviera siendo cogida, como si fuera el final de algo, pues ella misma pujaba, Jesy se mordía los labios para no gritar de pasión.
Déjalo salir, sabes que te gusta, y a partir de ahora nos perteneces, pequeña golfa, vas a gozarlo como no tienes idea – decía Giby con una lujuria que me encantaba, pensé que la obligaría a comerle el coño en ese momento, lo cual me prendía tanto que me salió la leche, mm.
Me había corrido en mi vecina, nuevamente, no sé qué pasaba, pero era parte de algo, casi me sentí en la gloria, pero no se me calmaba la verga, quería seguir cogiendo, y en sé momento, me comenzaba a chupar la verga Yeon, quien al verla bien me daba cuenta, había estado usando un traje de sirvienta, en la cena, pero se la quitó en la cama, dejando ver un liguero bastante sensual, le quedaba de maravilla, quería cogérmela, aunque ella misma tenía otros planes, y me hizo acostar en la cama, aunque notaria algo. Hicieron a Vivian y Jesy de lado, aunque seguían atadas, mientras que eran testigos de lo que seguiría, todas estaban calientes, no se dejaban de sobar sus coñitos, Grace estaba completamente desnuda, Leila usaba unas medias, Shanon apenas las correas con que la ataron, mis hermanitas igual usaban unas medias con ligueros, las que iban más sexy con lencería era, Yeon, Giby y Angie.
En verdad que delicia de visión, estaba bien caliente, y que cosas porque mi brujita comenzaría a tallar su vulva sobre mí, para que me calentara, pero eso no era todo, pues diría: este es tu regalo, dale gracias al director, es un conjuro, ahora todas ellas están atadas, es una especie de amarre, por eso debías correrte en sus coños, ahora elige a tu reina, eso dice el tomo de la lujuria, tendrás que correrte en ella, para acabar el ritual, después de eso, ambos tendrán control de las putitas, estas, yo ya te pertenezco, tus hermanas también están bien atadas, pero con el tomo de la ira, son tus esclavas, eso si te pido, cuídame bien; luego de eso me mostró como encima de su coño tenía una especie de tatuaje, aunque no estaba claro, aunque me decía muchas cosas.
Ya estaba listo para seguir cogiendo, era un verdadero gusto, y como lo esperaba Giby pronto se acomodó sobre mí, dejándose caer sobre mi verga erecta, la cual escurría con jugos viciosos, los cuales eran una delicia, porque soltaban un aroma que me ponía a 1000, quería darle duro, pero ella misma controlaría el ritmo, mientras que angie en una acto travieso, dejaba su coño a mi alcance, para que lo fuera saboreando, penetrándola con mi lengua, y que cosas, como siempre me sabia a gloria, en verdad, adoro el sexo, y pasé de ser un puto pervertido idiota a tener a todas esas crías a mi alcance, cogiéndolas, era una locura, la mejor de todas, empezaba a disfrutar de todo eso, sabiendo que en los otros cuartos se montaban verdaderas faenas sexuales. Seguro el director se estaba cogiendo a sus amantes, no las dejó ver, pero el perfume de mis Holly o de la prefecta estaban en el aire cuando subimos, aparte que pude ver de reojo a la señorita Sage apenas con una tanga, o la sombra de miss Maron desnuda, aparte que la comida tenía la sazón de la cocinera Nancy, con suerte preñaría a todas, pues se notaba todo un semental, cosa que respetaba, ahora me tocaba disfrutar de la misma manera. Estaba ensartando con todo a la preciosa Giby, dándole tan duro como podía, pese a todo tenia carga para darle, haciéndole sentir mi mano derecha en su cadera, mientras usaba la izquierda con el coño de su prima, le iba a llenar la vulva con mi leche, solo me hubiera gustado ver su cara, pues de repente ella se estaba corriendo, en serio estaba más caliente que yo, y no pude contenerme, su conchita me dio ese placer, que tuve que correrme, llenándole, a lo cual dijo una frase:
Pacto sellado, Macho y Hembra, unidos en oscura alianza – me decía como un conjuro.
Aunque pasaría algo, no perdí la erección, seguía duro, a lo cual viendo eso las primas se verían sonrientes, y de inmediato cambiaron para ahora ser ensartada la pelirroja, quien repetía la frase, antes de comenzar a cabalgarme, dándome la espalda para que viera su precioso culo, y que cosas, sería un gusto tan bueno, empezaría a ser ordeñado por ambas, aunque no me importaba mientras me la cogía, me besuqueaba con mi novia, tan metidos en toda esa faena, que me perdería en el tiempo, pero lo probamos “todo”.
Aun en la mañana pude sentir como seguía cogiendo, de nuevo Lizzy y Meg se habían montado, queriendo ser las ultimas en recibir mis últimas gotas de leche, pues incluso pude correrme en el coño de Yeon en medio de toda esa orgía, la tenía a mi lado, atada con una pañoleta, después de muchas corridas, jejejejejejeee…
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