gatas y ratones.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Chicas: ¿qué les parece si agarramos a esos pajeros que están mirándonos embobados, y nos divertimos pajiándolos para ver cómo les hacemos saltar la leche?
Así, bien así, dijo una de las que estábamos en aquel frondoso parque, mientras veíamos cómo un grupo de chicos cuchicheaban morbosamente calientes mirándonos como idiotas. Reímos todas, al oír tan mordáz como osada proposición. Éramos nosotras siete chicas todas compañeras de la facu, y ellos, siete pajeritos adolescentes de entre 16 y 18 años. Prosigo: y prosigo sin muchas técnicas ni pulimentos, que para contar aquí, no me voy a molestar en exprimirme el mate. Ni lo sueñen. Los pajeros estaban re-calientes, y decididas ya nosotras a divertirnos, empezamos a calentarlos todavía más. Estábamos coincidentemente las siete en minifaldas, y escandalosamente cruzábamos nuestras piernas para que se nos viera hasta el alma. jiji. Aaaay, pero por favoooooor, cómo quedaban esos pobres biiiiiiiiiiiichoooossssss!!! No tenían el más mínimo pudor ni conducta en disimular sus calenturas, y sus pijas parecían viborones moviéndose bajo sus pequeños shorts. Nosotras…reíamos.
Comenzaron ellos a dirigirnos palabras, y nosotras, a dirigirles morisquetas. Más calientes quedaban! Todo, pues, iba viento en popa. Comenzamos a mirar el alrededor de donde nos encontrábamos, y todo apuntaba a nuestro favor: soledad total, y posibilidad de hacer lo que quisiéramos ahí con ellos. La cosa…fue por nosotras acelerada para ello, y prontito, con ellos ya estábamos charlando, y en una hábil discusión en la que por supuesto supimos dominarlos, conseguimos que aceptaran ser los siete maniatados bien desnudos, que nosotras "les haríamos algunas cosquillitas solamente", y después sí "nos dejaríamos cojer todas" jajajajajajajaja!!!! Debía la cosa ser así,-les dijimos-, o no sería de ninguna otra manera,-les dijimos-. jiji. Cuando los veíamos desnudarse y veíamos aparecer al aire aquellos huevotes inmensos y repletos de leche y aquellos chorizotes como de caballos de tan parados y gruesos, las siete hacíamos verdaderos milagros para aguantar las carcajadas por el placer de saber lo que estaríamos haciéndoles en unos minutitos más. Ya desnuditos los siete y terminando por fin de maniatarlos manos atrás a todos, ahí…ahí si, las carcajadas de las siete, estallaron a coro. Un súbito y tardío pavor los invadió al así verse todos ya completamente indefensos y en nuestras manos, y nuestras manos…jiji…comenzaron a hacer…hacer….hacer….y hacer!!!! jajajajajajajajajajajajaaaaaa!!!!!
Los manoseábamos a nuestro más libre antojo, y aquellos muchachos gemían y suspiraban, aullaban y protestaban, y suplicaban y piedad pedían. Los empezamos a pajiar sin el más mínimo escrúpulo, y se retorsían desesperados mientras las más atroces cosquillas les hacíamos para engordar todavía más el condimento de las cosas que queríamos que sintieran para hacerles saltar esa leche que hacerles saltar queríamos. Pronto uno de ellos entró en un estado orgásmico que lo hizo comenzar a aullar como un bicho apretado debajo de María, una exuberante gorda bien zafada que lo tenía apretado entre sus inmensas piernazas ahí encima de él en el pasto, y por aquel inmenso pijarrón de aquel chico, un chorro como interminable de leche le empezó a saltar mientras pataleaba y gritaba y suspiraba y la cabeza sacudía y la María las carcajadas largaba…meeeeeeta y meeeeeta pajiaaaaaaarlooooooooo! Ya las demás comenzamos a "hacer méritos" para lograr ver lo que la María lograba, y cada uno comenzó a sentirnos así "poner entusiasmo" en nuestro hacer sobre sus pijotas duras y gruesas, calientes y largas, y aquello comenzó a transformarse en una verdadera maravilla de pijas largando leche…chicos gritando como locos y pataleando y desesperados, y todas nosotras que reíamos a carcajadas jugando entre nosotras a ver cuál largaba más leche y más lejos. ¿Qué cochinas, no??? jijijijijijiji!!!! Ay…qué cosita!!!
Permanecíamos así atrapándolos dominados y atados, y ellos nos pedían que los liberáramos y nosotras les respondíamos con socarronas morisquetas, mofas, y más cosquillitas que les reavivaban la calentura …y las pijas que volvían rapidamente a cobrar sus estados de erección bestial, y nosotras…jijijijijijijijiji….otra vez a divertirnos!!! Los chorros de leche "volvieron a escupir su canción"(ay, miren qué poética me puse…jojojojo!) y aquellos chicos eran siete volcanes humanos echando su seminífera lava al aire mientras la soledad cómplice de aquel lugar era para nosotras como un paraíso que avivaba nuestras ganas de disfrutar aquella travesura. Ellos, recién se habían dado cuenta de lo imbéciles que habían sido, y hasta lloraban algunos ahora…nosotras: reíamos. Reíamos, y…"hacíamos". Nuestras manos deslizaban sus dedos por aquellas desnudeces masculinas de juvenil virilidad, y una y otra vez aquellas pijas dejaban escapar aquella cremosa leche que parecía como prodigiosamente abundante en todos ellos.
La resignación iba cobrando en sus actitudes una demostración que querían evitar que se les notara, pero sus piernas pataleaban en una languidéz creciente que demostraba a las claras, que iban entregándose "domados" al dominio de nosotras sobre ellos todos. (¿Cómo les va resultando ésto…demasiado desagradable para sus gustos?)Aguanten un poquito más, que ya va a pasar…jeje..!
Unas y otras comenzaron a hacerse lamer y chupar según sus antojos por cada uno de ellos según cada una a cada uno tenía para sí, y bajo amenaza de triturarles los huevos si no obedecían las órdenes dadas, las lenguas de aquellos chicos eran prodigiosas obedientes que las delicias en todas hacían. Luego de casi dos horas ahí así teniéndolos, comenzamos a mirarnos sobre el "qué hacer"… ¿desatarlos..?¿dejarlos ahí atados y huír..? Una de las chicas, de pronto…abriendo grandes sus ojos y haciendo una morisqueta que delataba una idea por demás cochina, saca su teléfono celular…comienza a realizar una llamada…se contacta con una amiga con la que comienza a hablar, y mientras todas atentas escuchábamos y ellos también…comenzó a solicitarle que viniese con un camión que ella disponía, para llevarnos a todos "secuestrados" hasta cierto lugar donde pasarían a ser…"NUESTROS ERÓTICOS PRISIONEROS".
Mirándonos todas ahí cada una encima de cada uno …riéndonos todas con la más cochina de las risas mientras ellos se retorsían protestando desesperados, la de esa idea concluía la llamada y alzaba los brazos moviéndose danzante y haciéndoles morisquetas burlonas a todos, mientras todas ya al aire largábamos las carcajadas. Si. en cosa de minutos…la chica con el camión llegaría, y …ésto no termina aquí….jajajajajajaja!!!!(continuará)
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