La curiosidad mato al gato y cogio a Sofia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por pukka01.
Mi rostro estaba apoyado contra los verdes y fríos azulejos de aquel pequeño baño, mis manos apoyadas firmemente sobre el lavatorio impedían que me cayera, las piernas me temblaban.
Casi sin fuerza apreté los dientes. sentía como la sensación de un nuevo orgasmo llegaba, había perdido la cuenta de cuantos había tenido en las últimas dos horas, el seguía rítmicamente penetrándome, una de sus manos se entretenía apretando mis pezones por debajo de mi de remera que era lo único que me había quedado puesto, con la otra me daba palmaditas sobre mi clítoris rodeando desde atrás mi cadera, algo que me estaba volviendo loca, súbitamente comenzó a subir el rito al tiempo que sus fuertes manos me agarraron por la cadera, embistió con más fuerza hasta detenerse por completo haciendo una última estocada, parecía que quisiera entrar por completo dentro de mí, los espasmos de su miembro mientras descargaba su semen en mi interior me hicieron perderme por completo, cerré los ojos dejando escapar un gemido sordo mientras mi cuerpo reaccionaba al orgasmo que acababa de llegar con tanta fuerza que casi me desplomo.
Haciendo acopio de la poca energía que me quedaba, y ayudada por los fuerte brazos de quien acaba de poseerme logre pararme erguida sonreí, abriendo levente lo ojos, me gire para ver por primera vez el rostro de mi amante, que no alcance a ver.
Vi una mano que se apoyaba sobre su hombro y tiraba levente de él en señal de que se hiciera a un lado.
En ese momento trate de recordar cómo era que había llegado a esa situación, a ese sucio baño lleno de olor a orín y semen. Como era que había perdido por completo mi cordura y estar teniendo relacionas con extraños, este no había sido el primero era el cuarto y por mi parte aun quería seguir teniendo esa maravillosa sensación de satisfacción que se siente luego de un buen orgasmo.
Todo había empezado unas semanas antes en casa de una amiga, habíamos quedado en reuniros ya que las vacaciones casi acababan y no nos habíamos visto en ese tiempo, y las oportunidads ese acabarian debido a las nuevas responsabilidades.
Ella vivía en un departamento en el casco céntrico de la ciudad.
Ese jueves habíamos llegado temprano a casa de Mai (María Inés), Seba, otro compañero y amigo, y yo.
Los tres habíamos cursado durante todo el secundario juntos.
Por mi parte les conté que había terminado con mi novio Julián, la versión oficial había sido que no concordábamos con los tiempos, y que aspirabamos a cosas distintas. Yo sabía que Claudia había estado visitándolo y en cuandto a mi se había convertido en un estorbo para lo que quería experimentar, mis propios límites en la sexualidad, algo que había nacido de mi encuentro con mi ex cuñado y concuñada. Mai por su parte conto detalles sobre su vida que nos sorprendieron, había descubierto su lado gay, algo que relatare en su momento. Seba fue menos revelador conto tonteras dejando entrever que estaba en una relación, las horas pasaron entre charlas y risas, tarde cerca de las 12 decidimos salir a comprar unas pizzas ya que Mai insistía que en un nuevo local las hacían deliciosas y como no tenían reparto debíamos caminar unas cuadras, y así salimos a buscarlas. Mientras esperábamos. cierto movimiento en la entrada de un local llamo mi atención, había visto entrar varios hombres de diferentes edades, al principio pensé se trataría de un bar, pero las persianas bajas y la falta de cartel no me indicaba que fuera eso, un prostíbulo? Me pregunte, cosa que descarte por la cantidad de personas que habían entrado en tan poco tiempo y a menos que tubieran un ejercito de chicas alli dentro, no seria razonable.
Seguimos hablando pero no podía quitarme de la cabeza la idea qué tipo de local sería.
Recibimos el pedido y volvimos, a la pasada pregunte intentando disimular mi interés que era ese lugar,
Mai sin reparos dijo:
-Un cine porno, van, ven, se matan a pajas…- dejando el comentario ahí
Mire a Seba casi instintivamente y pregunte
-¿fuiste a alguno?, ¿como son por dentro? Las preguntas salieron con tanta rapidez que lo tome por sorpresa
– Eeeh- soltó seba torciendo la boca. -¡NO! Pero un amigo me conto como son, no sé si viene a este.- comento Seba.
-¿Quien?- pregunte yo casi inmediatamente.
-Tino, te lo presente, ¿sabes cuál te digo?, el morochito que sabe ir al gimnasio.
Hice un repaso mental de los amigos de Seba del gimnasio del padre tratando de darle rostro al nombre, si era quien yo creía, era en efecto un morocho de pelo corto rasgos cuadrados de expresión bastante severa, buen físico y recordé que cuando lo conocí me pareció bastante apuesto
– me conto que suelen venir gays a… bueno hacer sus cosas, pero la mayoría viene a tocarse…
-¿Es gay tu amigo?- pregunto Mai, Por un momento me dio la sensación que no preguntaba por Tino, aunque en ese momento no indague, luego descubriría que había sido esa pregunta.
– NO, – respondió Seba rápido- Al pibe le conocí varias novias, aparte le andaba dando a la piba del kiosco, no creo que sea gay. – continuo medio pensativo.
– Sera bi?- pregunto Mai en tono extraño nuevamente tuve esa extraña sensación.
Seba se limito a encogerse de hombros y ya en la puerta del edificio lance una última mirada a la entrada del cine a dos cuadras.
El resto de la semana y en la soledad de mi cuarto me puse a averiguar sobre qué era lo que pasaba dentro de los cines para adultos, busque videos y relatos, recuerdo que el primero que vi era de una morocha con algunos años encima pero de buena figura. Que entraba a una amplia sala. Una vez adentro y sin demasiado reparo abría el largo tapado que llevaba dejando ver un juego de lencería con ligas de color rojo, se sentaba al medio de la sala y empezaba a masturbarse, al principio discretamente los pocos espectadores de la sala comenzaban a ubicarse cerca de ella, tímidamente empezaban a mostrar sus miembros, ella abría mas sus piernas para que pudieran ver mejor el espectáculo que ofrecía, por mi parte y casi inconscientemente había comenzado a acariciar mi entrepierna por sobre mi ropa interior, sentía como los labios se me hinchaban poco a poco y la cálida sensación de humedad bajaba de mi interior, comencé a jugar dando vuelta en círculos con el dedo índice sobre mi clítoris aun con la bombacha puesta, al tiempo que en el video los hombres le ofrecían sus penes como si fueran ofrendas a una diosa que ella tomaba en sus manos y comenzaba a masajearlos y besarlos.
Deslice mi dedo por debajo de prenda y pude sentir lo mojada que estaba, arquee la columna sobra la silla y levante una de mis piernas sobre el escritorio, introduje mi dedo medio lentamente, sentía como mis propios jugos empapaban mi mano apoye la palma sobre mi clítoris e hice presión tanto con la palma como con el resto de mis dedos sobre mis labios ya inflamados y empapados.
Un muchacho se había tirado al piso, la rubia estaba cabalgándolo al tiempo que masturbaba a dos hombres a sus lados y a un tercero de pie frente a ella le recorría el miembro grande y venoso con la lengua, otros esperaban cerca de ella jugando con sus penes y esperando su turno.
Cerré los ojos y me deje llevar por mi propio ritmo no tarde en recibir el premio, me retorcí en la silla mordiéndome le labio para no gritar presa de mi orgasmo, una vez relajada me sorprendí de cuanto me excitada el morbo sobre los cines. El resto de la semana continúe con la investigación para mi sorpresa los videos ya no surgían el mismo efecto que al principio, comenzaba a verlos y me excitaba mas el imaginarme dentro de un lugar así, a lo que veía atreves de la pantalla, tome la decisión de ir a ese cine, el que había cerca de casa de Mai, pero que haría una vez adentro me portaría como aquella a la cual los hombres tomaron por una diosa o solo me limitaría a ver como un puñado de hombres se autocomplacian. Me prometí que solo miraría, pasara lo que pasara.
Un sábado a la noche mentí en casa que saldría con Mai y Seba. A Mai y seba que sabía que si saldrían, les dije que me quedaría en casa, como era costumbre cargue la mochila con ropa pero esta vez a diferencia de poner ropa que mi padre no aprobaría como una pollera corta o una remera con escote decidí poner unos pantalones de yogguin que me quedaba suelto, un buzo canguro y una gorra para disimular un poco mi figura, sin dar demasiadas vuelta me cambie en el baño de un McDonald y me dirigí al cine en cuestión, el corazón me latía con fuerza y podía sentir mi propia excitación sin siquiera haber entrado.
Una vez que atravesé la puerta principal me tope con la boletería un cartel fijaba los precios de la entrada y los horarios, pague, el boletero se limito a levantar la vista del diario que leía y se limito a decir:
– Acá no se trabaja,- bajando de nuevo la vista al diario continuo.
– Arriba por esa escalera están los box- dijo señalando sin mirar
– Allá por el pasillo la primera sala es la de trans, la segunda es la gay y las dos del fondo son las hetero, allá esa puertita al final están los baños… allá.- señalando un puerta con cortina .
– Es el dark room, cerveza, gaseosa, preservativos o cigarrillos acá.- volvió a levantar la vista para darme el ticket.
Trague saliva y camine a la pasillo donde estaban las salas, me asome a la primera, atravesé una puerta vaivén de color rojo, ubicada de frente a la pantalla sobre unos de los costados pegada a la pared, había unas cinco hileras de unos 6 asientos, dispersos por toda la sala debía haber unas cuatro personas, que giraron a ver quien había entrado, baje la cabeza y me apoye contra la pared intentando adivinar quienes estaban masturbándose, en mi mente veía como jugaban con sus miembros, estuve parada unos minutos sin atreverme a asomarme por las hileras para ver si podía ver algo más que mi imaginación.
Salí de la sala nuevamente al pasillo y encamine a otra sala, entre a la de trans casi la misma disposición que la anterior e igual de pequeña, esta con más espectadores ya que conté unos ocho, camine hasta la pared opuesta a la que se encontraba la puerta y en el rincón volví a apoyarme contra la pared, para no estorbar si alguien entraba permanecí unos minutos, en algunos de ellos podía ver como sus hombros subían y bajaban, me relamía pensando en sus penes erectos, seguramente ya lubricados y a punto de eyacular, sin darme cuenta alguien se había parado a mi lado, a mi derecha, al percatarme trate de esconder mi rostro bajo la visera dejando la altura justa para ver la pantalla y desviar mi vista a quien estaba a mi lado, pero espiando de esa forma no veia su rostro.
Pasaron unos minutos que para mi fueron eternos, rogaba que sacara su miembro, que empezara a masturbarse ahí mismo, a mi lado, ya había dejado de prestar atención a la pantalla lo último que había visto en ella era como la actriz trans de la escena, una morocha de pechos descomunales era sodomizada montada en la gran estaca de carne del actor, acto que notoriamente disfrutaba ya que su pene totalmente erguido caían pequeñas gotas de pre seminal mientras se masturbaba.
Mi compañero no demoro en excitarse, empezó a acariciar el bulto de su entrepierna por encima de su pantalón, lo que hacía que se le marcara en la tela del jean.
Jugo durante unos minutos así, por dentro gritaba, le imploraba que lo dejara libre, quería verlo, era como una dulce tortura, mi ropa interior ya comenzaba a molestarme de lo mojada que estaba, la sentía pegada a mis labios hinchados, tenía la sensación que algunas gotas ya bajaban por la cara interna de mis muslos.
Mis ruegos fueron escuchados quizás, lentamente como haciéndose desear bajo su cremallera y hurgo dentro de sus pantalones hasta soltar un miembro totalmente erecto, no era muy largo pero si grueso, con el glande totalmente al descubierto, escapaban también algunos bellos de color negro, el reflejo de la pantalla hacia brillar la cabeza debido a lo lubricada que estaba, cuando rodeo su pene con su mano, los dedos no llegaban a cubrirlo totalmente,
la cabeza asoma en color rosado intenso y se escondía al tiempo que él llevaba su mano hacia adelante.
Jugo así unos minutos más, con la mano izquierda muy suavemente tomo la mía, sin decir nada comenzó a acercarla a su grueso mástil, como si un rayo me partiera al medio me recorrió un escalofrió de placer al apoyar mi mano temblorosa sobra aquel corcho de carne totalmente dura y húmeda, mis manos son pequeñas incluso para una mujer, aquella carne palpitante no entraba en mi mano,
– Apriétala fuerte.- me susurro apoyando su otra mano sobre la mía para guiar los movimientos.
Sentía como palpitaba, como tensaba los músculos para erguirla aun más.
Mis dedos estaban pegajosos, recorría el corto tronco con la palma y al llegar a cabeza pasaba la punta de los dedos para recoger el liquido que de esta manaba para volver a bajar hasta perder mi mano en lo bellos que adornaban la base, mientras el movía la cadera al son de mi mano.
– Sácala así te toco, déjame verla…- dijo nuevamente en susurros.
Entre en pánico, solté su pene y despegándome de la pared, pase frente a él para llegar a la puerta, en ese momento su mano alcanzo mi entrepierna, tubo los suficientes segundos para tantear y descubrir que yo no tenía lo que él buscaba.
Salí de la sala y encamine hacia la puerta de ingreso, pero me detuve antes de atravesarla, estaba demasiado excitada. quería ver mas, volví sobre mis paso y entre en la primera de las salas hetero, esta tenia mas asientos decidí sentarme y ver la película, en la pantalla veía a una rubia con apariencia de MILF acostada en una cama sobre sus espaldas con las piernas abiertas, mientras pellizcaba sus pezones otra rubia mucho más joven de cuerpo pequeño, rodeaba los muslo de la MILF con los brazos como intentando que no se escapara la vagina de esta de su boca al tiempo que a la joven, un negro, pelado con un físico de gimnasio y un miembro gigante la tomaba por atrás, apenas si la mitad de su pene entraba en la pequeña. Aproveche el estar sentada para comprobar que tan mojada estaba, con mucha discreción metí mi mano bajo mi jogging y aparte la ropa interior del orificio de mi vagina, introduje un dedo, la facilidad con la que se deslizo en mi interior gracias a mis jugos me hizo pensar que aquel pene de más de veinte centímetros del negro habría entrado con facilidad en mi.
Alguien se ubico a mi lado a un asiento de distancia, saque mi mano con rapidez no sin antes rozar sin querer mi clítoris lo que hizo que una oleada de placer llagara a mi boca convirtiéndose en un leve gemido.
Mi nuevo compañero de asiento no demoro mucho en sacar su pene y comenzar a masturbarse, en los momentos que la pantalla elevaba el brillo distinguí que este poseía un pene largo mucho más delgado que mi primer compañero, este conservaba el prepucio y estaba ligeramente curvo hacia un costado, por un momento me miro y con un movimiento de cadera me la ofreció, sorei por un segundo y me pase de asiento a su lado.
Tome su ofrenda y comencé por bajar y subir lentamente pero con firmeza, intentaba que la cabeza no quedara completamente al descubierto por tanto mis movimientos eran cortos4 7, ploa0ra juntar en los pliegues del capuchón todo el liquido pre seminal, el posa brazos que había entre los asientos me molestaba, lo retraje para tener mayor comodidad, cosa que el mal interpreto creo, ya que me agarro por la nuca y bajo mi cabeza hacia su entrepierna, por un segundo me resistí, y fue en ese momento que perdí el control de la noche, abrí mi boca y como si se tratara de un helado succione todo el jugo que había estado juntando hacia unos minutos, retire por completo el cuerillo y comencé a pasar la lengua por la cabeza, limpiándola de cualquier rastro de aquel pegajoso liquido, lavándola con mi propia saliva, podía escuchar sus gemidos, deje entrar en mi boca aquel trozo de carne, presione con los labios el tronco y comencé lentamente a subir y bajar mi cabeza, el por su parte se arqueo sobre mi y segundos después comenzó a moverse hacia adelante y hacia atrás, tomándome por la boca, no era ajena a mi propia excitación me estaba matando quería aquel miembro dentro mío, al tener mis piernas abiertas y flexionadas acomode mi mano para alcanzar por sobre la ropa mi vagina, con el dedo índice y largo presionaba como si quisiera metérmelos al tiempo que con el dedo gordo intentaba masajear mi clítoris que estaba oculto por mis hinchados labios, de pronto murmuro algo, tensiono sus piernas, exhaló pesadamente y mi boca se inundo de golpe, sentí el sabor agridulce de su semen que salía a chorros de su pene, que al ser mucho comenzó a escapar por la comisura de mi boca pese a que había intentado tragar todo lo que podía para no ahogarme.
Salte prácticamente de la butaca tosiendo levemente salí deprisa de la sala, y me dirigí al baño. Una vez allí escupí los restos que aun quedaban en mi boca y moje mi cara. ¿Que acaba de hacer? Me sentía traicionada por mi misma me había prometido no hacer nada, tan absorta estaba en mis pensamientos que no oí cuando alguien entro reaccione cuando su mano me rodeo desde atrás y entro bajo mis pantalones, solo atine a mirar la mano intrusa, ya que cuando abrí la boca para gritar su dedo recorrió la separación de mis labios desde abajo hacia arriba tocando la mi clítoris totalmente duro, esta simple acción hizo que estallara en un violento orgasmo que me obligo a apoyarme en lavamanos, mi cuerpo se temblaba al son de los espasmos.
Si siquiera reponerme, ya que los últimos temblores seguían dándose, aquellas manos bajaron mis pantalones y mi ropa interior de un tirón dejándomelos en los tobillos, apoyo con firmeza una mano en mi espalda y me inclino ligeramente, no podía reaccionar y el aprovechando eso apoyo la cabeza de su miembro en la puerta de mi vagina y de un solo empujón la introdujo, sentí como entraba sin problema un leve escozor me recorrió la entrepierna producto de lo gruesa que era, jamás había tenido un miembro de esas dimensiones en mi, el sonido de su cadera contra mis nalgas empezaba a ser rítmico, sus manos jugaban con los cachetes de mi cola y cada tanto me daba azotaba con la palma.
No tardo mucho en inundarme de semen ni yo tarde en llegar al clímax entre gritos ahogados y gemidos.
Cerré los ojos bajando la cabeza, al tiempo que él se retiraba, me aparte unos centímetros del lavamanos, solo para sentir como unas manos intentaba levantar mi pierna y un pene volvía a buscar entrar en mi, desenganche como pude la ropa de mi pierna y apoye la rodilla en el lavamanos, la estocada me llevo de nuevo al mundo del placer
estaba llena de semen del turno anterior, pero parecía que mi nuevo amante no le importaba el sonido los chapotear en mi vagina totalmente inundada de una mescla de los jugos me éxito, me sentía un objeto algo que cualquiera podía usar para placer personal, me sentía una perra en celo, y me gustaba, mi nuevo amante tenía un miembro normal o por lo menos así se sentía pero supongo que cualquiera que hubiera esta después de aquella gruesa herramienta que había pasado me hubiera dado esa sensación, sus dedos juntaban los chorros, a estas alturas, de fluido mesclado con semen que caían por mis muslo y los dejaba en la puerta de mi ano, sin siquiera pedir permiso y como si él pudiera hacer lo que le plazca conmigo metió un dedo esto hico que el nuevo orgasmo que estaba llegando acelerara al máximo tomándome por sorpresa contraje con fuerza todos los músculos de mi cuerpo incluidos los de mi interior, cosa que a mi amante pareció sacarlo de su eje acelerando su ritmo hasta acabar eyaculando en mi interior.
Otro que se iba sin decir palabras pensé, baje mi pierna que me hormigueaba producto de la falta de circulación,
unas manos tomaron los bordes de mi buzo haciéndomelo sacar por sobre mi cabeza, era un tipo robusto, que si problemas me tomo por las axilas y me hizo sentar en el borde del lavamanos, mi visón era borrosa solo sentía el acre aliento a cerveza que manaba de su boca al tiempo que se guiaba hacia mi interior de un solo empujón entro toda, lo rodee tanto con brazos por detrás del cuello como piernas por sus cintura en mi interior el Angulo había sido el perfecto para que mi punto g quedara estimulado, este a diferencia de los otros golpeaba con fuerza, entraba y salía con violencia, era otro experiencia nueva, sentir un macho fuerte y salvaje, enterré mi rostro en su hombro para gritar el orgasmo que me arrancaba, la sensación era completamente nueva este había venido acompañado de una eyaculación, temblé con tal violencia que casi perdemos el equilibrio los dos, nunca había sentido un orgasmo de esas magnitud, era diferente, era mucho mas físico, rosaba el dolor, pero igual de placentero.
El aun no había terminado asique se arqueo un poco mas y me obligo a hacerlo a mi también hasta que la cabeza de su pene encontró mi ano, presionó con delicadeza hasta que logro entrar ayudado por todos los líquidos que mi vagina dejaba escapar, su vaivén era lento al principio y en cada nueva entrada unos centímetros mas se introducían una vez que ya no había mas que meter, volvió a su ritmo violento y con fuerza, estaba cerca de otro orgasmo mas y para ayudarlo a llegar comencé a frotar con violencia mi clítoris con los dedos el bajo la vista para ver como me daba placer mientras el destrozaba mi interior, levanto bruscamente su cabeza gritando entre dientes roncamente dejando salir borbotones de semen dentro de mi ano, metí tres dedos en mi vagina casi al mismo tiempo y la sensación de tener ambos orificios ocupados, sentir su miembro retorciéndose de placer en mi interior atreves de las paredes internas de mi cuerpo me hicieron llegar nuevamente.
Baje del lavamanos no quedaba nadie ya en el baño me doble para alcanzar mi ropa y enganchar nuevamente mis pantalones en mi pierna. Sin demasiada sutileza en ese momento alguien me agarro fuertemente los redondos cachetes de la cola, empujándome nuevamente hasta el lavamanos moví la cabeza casi sin fuerzas pidiendo que no quería mas, ignorando por completo mi gesto metió sus manos por debajo de mi remera y comenzó a acariciar suavemente mis pechos, comenzó a mordisquearme el cuello y yo quieta sin fuerza empezaba a dejar de intentar siquiera resistirme, sentía como el bulto de su pantalón empezaba a hacerse más grande, lleve mis manos hasta liberando lo que escondía reconocí al instante de que miembro se tratativa, era el primero que había tocado al llegar al cine, separe las piernas y me incline levemente, no tuvo dificultad en ensartarme con su grueso miembro, si bien era corto el ancho realmente me llenaba, sin dejar de jugar con mis pechos, empezó a moverse lentamente, su respiración aumenta casi al tiempo que la mía, separe mis aun mas mis piernas y con las manos abrí mi redondita cola, el no demoro en entender que le decía y no tardo en sacar aquel grueso tronco de mi vagina para dármelo en mi ano, apenas la punta comenzó a abrirse paso el dolor superaba con creses el placer y poco a poco mientras más entraba la situación se invertía, me tomo por las muñecas y tiro de ellas llevándome hacia él, a esta altura mi cola había engullido por completo su pene, aflojaba ligurmente la fuerza para dejarme escapar hacia adelante con precisión, para no salir de mi interior, y otra vez me llevaba a él, me tubo así unos minutos que para mi fueron de eterno placer, soltando mis muñecas me ayudo a enderezarme ligeramente agarrándome firmemente uno de mis pechos y con su otra mano buco entre los labios de mi vagina mi clítoris, hábilmente con el índice y el anular los separo dejando expuesto su tesoro, con el dedo medio comenzó a tamborilear sobre él, cada pequeño golpe hacia que yo lanzara cortos gemidos que hacían que los verdes azulejos se empeñaran.
La fuerza de su eyaculación me llevo al orgasmo, me sostuve del lavamanos cuando reuní las fuerza para girarme el daba espacio a otro hombre que entraba al baño con su pene en la mano que asomaba erguido entre sus dedos detrás de el asomaba un joven que se masturbaba frenética mente, torcí la cabeza al tiempo que le sonreí y le guiñe un ojo, guie al primero hasta la taza donde se sentó me monte arriba de el quedando de frente no perdió tiempo en subirme la remera y comenzar a chupar mis dolidos pezones, acomode su miembro en la entrada de mi raja y baje bruscamente, al parecer el movimiento le dolió ya que mordió mi pezón casi instintivamente, tire la cadera hacia atrás tratando que el agujero de mi ano quedara libre.
– ¿venís?- fue la única palabra que pude articular entre gemidos.
Como un rayo estuvo sobre mí, temblaba como una hoja el pobrecito y no atinaba a metérmela, algo frustrada lo ayude, el placer que me recorrió el cuerpo al sentirme llena por mis dos orificios fue tal que en cuestión de segundos volví a llegar al clímax, sin que ellos se hubieran movido.
Comenzaron torpemente al principio a moverse, la falta de confinación entre ellos hacia que me doliera de a momentos o dejara escapar alguno de los miembros que con afán intentaba mantener prisioneros en mi interior.
Pasados unos minutos lograron una armonía tal que me transportaron nuevamente al cielo del placer ese que se llega solo cuando una rompe cualquier barrera de inhibición.
Comenzaron a acelerar el ritmo, yo me retorcía de placer, sentía como mientras uno salía el otro entraba el mayor el que tenia frente a mi no dejaba de lamer mis pezones, mientras el otro mordía mi cuello desde atrás.
Supongo que influenciados por el porno, el más joven aprovechando mi falta de lucidez debido al placer, decidió acompañar al mayor y de un solo empujón se acomodo en mi ya dilatada vagina junto con su compañero, el dolor me recorrió todo el espinazo, lo que me obligo a morder el hombro del que estaba frente a mí y este en venganza mordió con fuerza mi pezón, este conjunto de acciones hicieron que me revolviera con la llegada de un orgasmo mas, y la violencia con la que el joven arremetía pareció estimularlos a los dos, ya que en cuestión de segundos ambos dejaban escapar violentos chorros de semen en mi interior, que por estar llena dejaba escapar cayendo sonoramente al piso, Permanecieron unos segundos jadeando ambos sobre mi yo aun temblaba de agotamiento debido a este ultimo clímax. El más joven beso con delicadeza mi hombro y se fue, escuche sus pasos en un estado casi inconsciente como se alejaban.
El mayor me dio un último beso en el pezón que me había mordido como si quisiera pedirle perdón y me obligo a hacerme a un lado, quede sentada como si fuera una muñeca de trapo al costado de la taza del baño viendo como este último se perdía tras la puerta de aquel sucio baño.
Recuerdo haber permanecido en esa posición lo que me pareció una eternidad con una sonrisa de estúpida en mi rostro, el grito del boletero anunciando el cierre del local me obligaba a moverme, quizás pensé cierre ahora el cine y todos los días, pero no voy a cerrar mis piernas, mi curiosidad me había dado creo al día de hoy una de mis mejores noches, Tal vez algún día vuelva a dejar que mi curiosidad me coja.
Pinxe marikota.