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Orgias

LA FIESTA DE LA LUJURIA

En una habitación cargada de tensión y deseo, Sol yace desnuda, invitando a Miguel con su cuerpo. Miguel, con su torso musculoso y mirada intensa, penetra a Sol con fuerza, llenando la habitación con sus gemidos de placer. Andrés y Julio observan y graban la escena, excitados por la visión. Pablo….
La habitación estaba cargada de una tensión eléctrica, el aire espeso con el aroma a sudor y deseo. Sol yacía en la cama, su cuerpo desnudo brillando bajo la luz tenue de la lámpara de mesa. Sus pechos subían y bajaban rápidamente, sus pezones erectos como pequeños botones de placer. Sus piernas estaban abiertas, invitando, mientras sus dedos jugaban con los rizos de su sexo húmedo. Miguel, con su torso musculoso y su mirada intensa, se inclinó sobre ella, su respiración caliente en su oído.

—¿Lista, mamacita? —susurró, su voz ronca de deseo.

Sol sonrió, sus ojos brillando con una mezcla de nerviosismo y anticipación. —Sí —respondió, su voz apenas un susurro.

Miguel no necesitó más invitación. Se posicionó entre sus piernas, su erecto pene ya goteando de anticipación. Con un movimiento fluido, penetró a Sol, llenando su vagina de una sola estocada. Ella soltó un gemido, sus uñas clavándose en las sábanas mientras su cuerpo se ajustaba a la invasión.

—Joder, estás tan estrecha —gruñó Miguel, comenzando a moverse con un ritmo constante. Cada embestida era profunda, su pene golpeando contra su punto más sensible, haciendo que Sol se retorciera de placer. La habitación se llenó con el sonido de sus gemidos y el ritmo constante de sus cuerpos chocando.

Andrés y Julio, sentados en los bordes de la cama, observaban con ojos hambrientos. Andrés sostenía su teléfono, grabando la escena con una sonrisa lasciva. Julio, con una mano en su propia entrepierna, no podía apartar la mirada de la visión ante él: Sol, con su cuerpo perfecto, siendo follada con fuerza por Miguel.

—Mira eso, Julio —dijo Andrés, acercando el teléfono para captar un primer plano de la cara de Sol, distorsionada por el placer. —Está disfrutando cada segundo.

Julio asintió, su respiración acelerándose. —Joder, sí. Mira cómo se mueve, cómo su cuerpo se adapta a él. Es una puta natural.

Mientras tanto, Miguel continuaba su ritmo implacable, su pene entrando y saliendo de Sol con una fuerza que la hacía gritar de placer. Sus manos agarraron sus caderas, guiándola, poseéndola.

—Me voy a venir, mamacita —gruñó, su voz llena de advertencia. —Te la dejaré adentro, llena de mi leche.

Sol, con los ojos cerrados y la cara enrojecida, solo pudo gemir en respuesta. Quería sentirlo, quería que la llenara. Miguel aumentó la velocidad, sus embestidas se volvieron más desesperadas, más profundas.

—¡Ah, joder! —gritó Sol, sus dedos clavándose en los hombros de Miguel mientras su cuerpo se tensaba en torno a su pene.

Miguel soltó un gruñido primal, su cuerpo temblando mientras se corría dentro de ella. Sol sintió su semen caliente llenándola, su vagina palpitando en torno a su pene mientras él se vaciaba en ella. Se quedó quieto por un momento, su respiración pesada en su oído, antes de retirarse lentamente.

Andrés, sin perder tiempo, acercó el teléfono para capturar la evidencia de la corrida de Miguel. —Mira eso, Julio —dijo con una sonrisa triunfal. —La dejé llena de mi leche.

Julio, con los ojos brillando de deseo, asintió. Pero antes de que pudiera responder, Pablo, que había estado observando desde la sombra, intervino.

—Permiso —dijo, su voz firme y dominante. —Sigo yo de probar a esta perrita.

Sin esperar respuesta, Pablo se acercó a la cama, su pene ya erecto y goteando. Con un movimiento rápido, penetró a Sol, su vagina aún empapada y lista después de la follada de Miguel.

Sol soltó un gemido sorpresa, su cuerpo arqueándose ante la nueva invasión. Pablo comenzó a moverse inmediatamente, su ritmo tan implacable como el de Miguel.

—¡Joder, sí! —gritó Sol, sus manos agarrando las sábanas mientras Pablo la follaba con fuerza.

Andrés, aún grabando, se acercó para captar la nueva acción. —Mira eso, Julio —dijo con una sonrisa lasciva. —Pablo no pierde el tiempo.

Julio, con una mano en su entrepierna, observó con ojos hambrientos mientras Pablo tomaba el control. La habitación se llenó con el sonido de los gemidos de Sol, el ritmo constante de los cuerpos chocando y las órdenes guturales de Pablo.

—Eso es, perrita —gruñó Pablo, sus manos agarrando las caderas de Sol mientras la follaba con fuerza. —Toma mi verga, siente cómo te lleno.

Sol, con los ojos cerrados y la cara enrojecida, solo podía gemir en respuesta. Su cuerpo, ya sensibilizado por la follada de Miguel, explotaba de placer con cada embestida de Pablo.

Mientras Pablo continuaba su ritmo implacable, Andrés se acercó a Julio, su teléfono aún grabando. —¿Ves esto? —dijo con una sonrisa. —Es como un puto buffet.

Julio asintió, su respiración acelerándose. —Joder, sí. Y Sol es el plato principal.

La cámara captó cada detalle: la cara de Sol distorsionada por el placer, el cuerpo sudoroso de Pablo, la forma en que su pene entraba y salía de la vagina de Sol. Era una escena de puro deseo, una celebración de la lujuria y la rendición.

Y Sol, en el centro de todo, se dejaba llevar por las olas de placer que la invadían. Su cuerpo, ya marcado por la follada de Miguel, ahora era poseído por Pablo, su vagina palpitando en torno a su pene mientras él la llenaba una y otra vez.

La habitación estaba cargada de una energía primitiva, una fuerza que los arrastraba a todos en su corriente. Y en el centro de todo estaba Sol, la perrita obediente, lista para ser follada, llena y usada por quienquiera que la deseara.

Mientras Pablo continuaba su ritmo implacable, la cámara de Andrés captó cada detalle, inmortalizando el momento en que Sol fue compartida, usada y llena por no uno, sino varios hombres. Y en ese momento, en esa habitación cargada de deseo, Sol se dio cuenta de que era exactamente donde quería estar: en el centro de la tormenta, con los hombres que la deseaban, lista para ser follada, llena y usada una y otra vez.

La noche era joven, y la fiesta apenas comenzaba.

42 Lecturas/14 mayo, 2025/0 Comentarios/por NEGRO_18
Etiquetas: joven, leche, puta, puto, semen, sexo, vagina, verga
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