LA GRAN CAÍDA.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Llegamos a ese acuerdo manifestando con toda claridad el deseo de poseernos en entrega absoluta según quiénes el triunfo lograsen, y tanto nosotros los varones como ellas las mujeres, fibrilábamos en las más monstruosas calenturas deseando poseernos en lujuriosidad dominante.
Cuatro profesoras jóvenes, cómplices con nosotros todos, aceptaron nuestra petición de que fuesen ellas quienes diagramaran el juego que pondría en práctica tal cosa, y sabiendo ellas lo que nos jugábamos, reían en la más maliciosa complicidad.
Ellas, las chicas, eran muchachas que desbordaban una exuberancia y hermosura que nos tenían ya locos en calenturas bestiales, y nosotros a ellas lo mismo, y luego de confesarnos nuestras lujuriosas pasiones, decidimos poner en práctica tal juego. Quien ganara…esclavizaría a los perdedores!
Las profesoras idearon cinco juegos didácticos de manera tal que quienes ganasen más serían los triunfadores, y al ser cinco, no había forma de haber empate. Alguien, ganaría!
y diseñaron hábilmente trampas que debíamos hallar para no caer en errores que podrían resultar catastróficos para quienes los cometiesen, y deseándonos suerte a ambos, varones y mujeres nos aprestamos a competir!
El ardor, nos nubilaba el razonamiento, y éso…jugaba en contra obviamente..!
Los cinco juegos se darían todos conociéndose los resultados recién luego de verificar los resultados, de manera tal que nadie de antemano podía saber nada.
Nosotros ardíamos mirando aquellas piernazas gordas de nuestras amigas, y nuestros instintos eran volcanes imaginándonos ya, poseyéndolas dueños de ellas..! Las profesoras…reían.
Ellas hacían los ejercicios riéndose como paladeando una victoria segura, y nosotros igualmente nos sentíamos ya ganadores, hasta que culminamos nuestro trabajo y las correcciones de las profesoras comenzaron, en medio del mar de nervios de nosotros y ellas.
Las profesoras…no paraban de reír con las más maliciosas risitas hasta que anunciaron a las risas:
"Lo sentimos muchísimo, chicos varones…pero se han equivocado en todo, mientras que las mujeres han hecho todo espléndidamente bien y les han ganado en los cinco juegos!"
Un frío y un calor atróz nos invadió enteros mientras nuestras amigotas saltaban y gritaban como locas en algarabía frenética, y veíamos sus cortas polleritas subiéndose en el saltar mostrando sus piernazas inmensas y gordas y yáun monstruoso deseo loco por gozar entregados a ellas nos tomó por asalto, y nos desnudamos por completo ahí mismo tal cual estaba pactado de antemano, y se nos vinieron encima en medio del reír a carcajadas de las cómplices profesoras que disfrutaban aquéllo.
Desnudos y calientes comenzamos a ser el centro del manoseo y hacer desenfrenado de aquellas mujeres sobre nosotros que gritábamos de placer atróz sintiendo sus manos en nuestros cuerpos desnudos y calientes sintiendo aquellas cosquillas atroces que todas nos hacían comenzando una monstruosa orgía dominante donde todas tenían el total derecho de hacernos lo que se les viniese en ganas.
Sentirlas encima de nosotros con sus deseos en actitud desenfrenada y sentir sus sudores y sus cuerpos en nuestros cuerpos desnudos y el hacer desenfrenado de sus manos en nosotros, nos hacía bramar como bichos mientras ellas largaban las más sádicas carcajadas burlonas. Si: tenían todo el derecho de hacernos, lo que nos estaban haciendo! Habían ganado ellas.
Comenzamos a ser invadidos todos por una oleada loca de placeres insospechados sintiéndolas sobre nosotros así dominantes, y aquéllo fue desembocando en una cosa que para ellas fue como la más absoluta victoria que las ponía en camino de llevar adelante la más alocada orgía donde ellas tendrían el timón en absoluto control, y nosotros seríamos como sus conejillos de indias donde experimentarían todas las cosas que quisieran hacernos.
Los primeros orgasmos comenzaron a hacérnoslos sentir haciéndonos todo tipo de monstruosas cosquillas así a todos juntos, y acabábamos a los gritos ya poseídos en un estado de descontrol total y así a ellas por completo entregados.
Unas y otras nos hacían desde lamerles el culo y los pies y la concha y lo que se les antojase, y aquelo era un desenfreno de locura en la cual aquellas mujeres se regodeaban haciéndonos sentir su dominación ilimitada que recién comenzaba. Las profesoras, iban y venían riendo, y hasta aplaudiendo o alzando sus brazos y hasta bailando..
Y era aquéllo, recién, el comienzo de algo que parecía como extraído de alguna historieta increíble.
Nosotros, los varones, fuimos cayendo como en un desbarranque que nos llevaba hacia un abismo de sumisión hacia ellas que al pasar de cada minutito…más lo disfrutábamos! No podíamos disimular, aquellos gritos de placer alocado que nos hacían largar hacia afuera.
Follándonos en un mete saca frenético, cada una de ellas nos cabalgaban mientras gritábamos de placer patalendo debajo de ellas.
jugaban entre todas para ver cuál lograba calentar más al que cada una tenía para sí, y cómo le hacían saltar la leche pija afuera.
Ya no quedaba ninguna duda de que en aquella cosa entre nosotros y ellas, nos hicieron ellas caer…en :"LA GRAN CAÍDA"!
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