Las jovenes limpiadoras
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Rafael.
Soy un chico corriente, deportista, de cuerpo atletico y extremadamente sexual.
Despues de haber mantenido una larga relacion de pareja con mucho sexo duro decidi ir por libre y lanzarme a nuevas conquistas y a probar nuevas chicas calientes.
Despues de algunos polvos que me dejaron un tanto insatisfecho no podria imaginar que la mejor experiencia de mi vida me ocurriria dentro de mi casa y con una persona bien conocida: Era una mañana de verano como otra cualquiera, yo dormia solo en mi habitacion y en la de al lado dormia mi amigo Carlos. Mis padres estaban de vacaciones en la playa y me habian dejado al cargo de la casa. Habiamos salido por la noche de marcha pero no ligamos nada, solamente conocimos a un par de calientapollas, de esas de 18 años que no se deciden a probar de una vez algo que ya empiezan a desear desde muy jovencitas. No las soporto.
Yo estaba a punto de despertar cuando note como la puerta de mi cuarto empezo a chirriar porque la limpiadora, que venia los lunes y los viernes, entraba por la puerta. Yo me hacia el dormido porque no tenia ganas de que me hiciera levantar todavia de la cama, tenia sueño. La chica comenzo por recoger los zapatos, agachada y de repente me di cuenta que aquella chica no era Marta, la limpiadora habitual, sino una chica joven de unos 23 años, alta, morena, bien proporcionada y de momento, con un culo estupendo, porque todavia no habia podido mirarla al completo. Cuando se giro me di cuenta que se trataba de Ana, una prima de Marta que conoci este invierno en el pub de enfrente de mi casa. Marta estaba ya casada tenia unos 35 años y era bajita aunque tenia unas tetas muy grandes que ella no intentaba disimular, pues era muy vulgar vistiendo y tambien muy estrecha, pues nunca consegui nada de ella a pesar de intentarlo en muchas ocasiones.
Ana estaba tremenda y vestia una ropa muy sexy. Llevaba un pantalon blanco de pirata muy ajustado que dejaba intuir un minusculo tanga y, un top de pañuelo color rosa sin sujetador y marcaba unos pezones que coronaban unas tetas bien redondas. Yo estaba con una ereccion matutina que se reforzo con aquella estupenda chica que me habia proporcionado uno de los despertares mas excitantes de mi vida. Cuando Ana salio de mi habitacion yo decidi levantarme y quitarme los calzoncillos para mantenerme de pie y desnudo hasta que ella volviera para que contemplase de sopeton mi estupendo miembro, que estaba ansioso de darle los buenos dias. Cuando volvio para seguir recogiendo se dio cuenta de mi presencia y me saludo:
-Hola Rafa, no sabia que estabas levantado. Hoy tengo que sustituir a mi hermana. Perdona por entrar sin llamar. Me marcho a recoger el salon.
-No te vayas todavia, aun te quedan muchos zapatos por recoger, asi que ya sabes-le ordene maliciosamente-. Era obvio que estaba muy cachondo y que no iba a dejar pasar aquella oportunidad.
Mientras Ana recogia los zapatos note como no podia de dejar de mirar mi endurecido nabo. Quiza no habia visto nada igual porque me encantaba afeitar mis huevos y mi polla para que estuvieran mas lustrosos. Ana se agachaba cada vez mas mientras no paraba de sonreir y se insinuaba moviendo sus caderas lentamente. El pantalon pirata se ajustaba cada vez mas a su estupendo cuerpo, repleto de curvas y sin un atisbo de inocencia Fue cuando decidi pasar al ataque: me puse detras de ella y comence a refregar mi polla, que estaba casi apunto de explotar, por su culo mientras acariciaba con la lengua su cuello. Note como mi inesperada limpiadora comenzaba a temblar y a dejarse hacer. Empece a acariciar sus pechos para continuar por sus caderas. La habitacion estaba inundada por el silencio y solo los gemidos entrecortados de Ana conseguian romperlos. A continuacion Ana se giro y, empezamos a comernos nuestras lenguas mientras acariciabamos cada uno nuestros respectivos sexos. Luego Ana me susurro al oido algo que no hizo otra cosa que aumentar la temperatura de mi cuerpo. Me acuerdo que con su voz calida y entrecortada dijo:
-Te voy a comer la polla como ninguna otra puta te lo ha hecho-.
Sin mas preambulos Ana empezo a lamer y a humedecer mi capullo mientras suavemente acariciaba mis huevos. Notaba como su saliva llenaba mi polla, tanto que empezaba a derramarse parte de ella por su boca. Pronto empece a notar que estaba apunto de correrme, justo en el momento que su lengua iba camino de empezar a lamerme el culo, consegui detenerla y empezar a poseerla. Estaba ansioso de poder provocarle todo el extasis en el que me tenia inmerso.
Desate su top y pude ver aquellas tetas tan redondas y duras que empece a chupar como un poseso. Despues de dejarselas bien humedas le quite los pantalones. Entonces pude ver sus preciosas caderas que resaltaban con un tanga blanco minusculo, el cual note que estaba empapado, casi chorreando.
Le quite el tanga y vi un coño totalmente afeitado salvo por una pequeña raya de pelo negro que adornaba su pubis. El coño era precioso, de color rosita y con los labios interiores bastante grades pues casi se salian de la bulba. Me incline y comence a comer aquel manjar mientras observaba como Ana se acariciaba las tetas y se lamia los pezones. Mientras deslizaba mi lengua lo mejor que sabia por su clitoris, note como empezo a introducirse un dedo por el ano. Empezo a zarandearse de un lado a otro de la cama sin sacarse el dedo de mi agujero preferido. Yo me puse como un perro en celo, aparte aquel dedo y comence a lamerle aquel culo tan cachondo. Lo tenia perfecto y tambien afeitado, con lo cual supuse que a esta Ana le iba la marcha como a nadie que hubiese conocido.
Le meti dos dedos de golpe en aquel culo que note muy caliente y vi como Ana empezaba a cambiarle la cara de niña buena por otra de autentica viciosa. Sin pensarmelo la puse en pompa y le introduje mi polla lentamente, para disfrutar del momento. Mientras la envestia cada vez mas rapido ella se acariciaba el clitoris. Yo no podia mas y aunque ella me pedia que me corriese en su boca, no pude aguantar y me corri, vaciando mis huevos en su culo, haciendome gritar de placer.
De repente escuche como llamaban al timbre de la puerta y que Carlos se habia levantado a abrir. Carlos grito entonces:
-Rafaaaaa! es Marta, la limpiadoraaaaa!-.
Sin que Ana y yo nos diesemos cuenta, Carlos y Marta entraron en la habitacion y tal era la situacion que para mi sorpresa, Marta, en lugar de regañar a Ana, se acomodo detras de ella y dijo:
-Ya sabia yo que no podia dejarte sola con este salido. De todas formas hoy me he levantado cachonda!-. Entonces comenzo a lamer el culo de su prima para saborear el semen que todavia se desprendia a borbotones. Ana, que permanecia con el culo en pompa, empezo a gemir de placer.
Carlos no dejo pasar la oportunidad y subio la falda de Marta (que seguia chupando el culo de su prima) retiro el tanga negro que llevaba y despues de lubricar su polla con un tupido salivajo, se la metio de una estocada. Comenzo a follarsela como un animal y yo, que estaba algo convaleciente de mi corrida, me empalme de momento al contemplar aquella orgia que se estaba formando. La estampa era formidable, mejor incluso que cualquir pelicula porno que haya visto antes, a las que soy muy aficionado.
Al poco rato, Marta se tumbo encima de Carlos y mientras este se la follaba, Ana comenzo a lubricar el culo de su prima con su lengua y sus dedos para que yo me la follara por su agujerito, que se puso rojo y muy dilatado. No imaginaria nunca que aquellas primas hermanas pudieran llegar tan lejos. Comence a penetrarla suavemente y notaba como mi polla se rozaba con la de mi amigo dentro del cuerpo de Marta. La piel que separaba sus dos agujeros era cada vez mas fina y sus gemidos cada vez mas intensos. Creo que se corrio por lo menos un par de veces. Mientras seguiamos con la doble penetracion, note como Ana empezo a lamer mis huevos de una forma excepcional. Aquella chica no se cansaba nunca de chupar.
Mientras no dejaba de comerme los huevos, me introdujo un dedo en mi ano. Me quede algo sorprendido, helado, inmovil, pero cuando comenzo a humedecerlo y a agitarlo empece a disfrutar mucho, era realmente algo nuevo para mi y pronto me corri otra vez en un culo, pero ahora en el de Marta. A pesar de ser mi segunda corrida en tampoco tiempo, note como pude llenar todo el agujero de Marta, que seguia dando muestras de un placer inmenso gracias a las envestidas de Carlos.
Inmediatamente a mi eyaculacion, Ana se retiro de mi y empezo a lamer el culo de su prima para saborear mi semen caliente. Carlos saco su enorme polla y se corrio en la boca de Marta, que no paraba de tragar y escupir semen mezclado con su saliva. Los fluidos de la boca de Marta caian por su cara y continuaban por su pecho. Despues las dos primas empezaron a comerse la boca y a intercambiarse el semen muy sonrientes. Era una gozada contemplar aquellas dos zorritas en tan salvaje y lasciva imagen.
Siguieron enrollandose mientras se acariciaban una a la otra, dedicandose complices miradas. Carlos y Yo nos miramos, y pensamos que nos quedaba todavia una mañana muy larga con aquellas dos primas tan viciosillas que nunca parecian darse por satisfechas.
A partir de aquella mañana todo empezaria a ser diferente. Carlos y Yo nos hicimos muy amigos de las dos primas y nunca nos falto sexo del bueno. Ademas las primas nos fueron presentando a todo el gremio de "las limpiadoras cachondas" y nuestras vidas entraron en una espiral de sexo y lujuria en la que todavia estamos inmersos.
Autor: Rafael (rafafalele@aolavant.com)
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!