Los Juegos Del Sexo: Una Celebración Que Se Sale De Control.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por napalmrelatos.
Para concluir esta serie de tres relatos, voy a contarles lo que sucedió el último fin de semana, más concretamente en sábado por la noche.
Tras haber conseguido el título en la categoría femenil de voleibol, todo es equipo salió a festejar el campeonato, siendo el punto de reunión una discoteca ubicada en el centro de la ciudad. Todas salimos del hotel a eso de las 20:00 horas, tomando rumbo a dicho establecimiento.
Dentro del taxi en el que iba, había tres compañeras más, Mikaela, Miranda y Esther, las tres hacíamos bromas y hablábamos de los juegos y demás. El taxi se detuvo frente al establecimiento a eso de las 20:45, notamos que nadie había llegado aún; así que decidimos bajar del taxi y caminar por los alrededores.
Fueron suficientes unos cuantos pasos para encontrar un bar, atiborrado de gente, la vibración de la música hacia que nuestros estómagos retumbaran, nos miramos buscando que alguien dijera que entráramos.
– Entramos?-dijo Mikaela-
– Pero las demás nos van a esperar en la disco!…-comento Miranda-
– Aaah!… como si notaran que no estamos!…-exclamo Esther-
– Vamos un rato y después nos reunimos con las demás!…-dije sonriendo-
Miranda, no se sentía cómoda con la idea, pero aun así entro con nosotras, el lugar era pequeño pero con mucho ambiente, de inmediato nos ubicamos junto a la barra, ordenando cerveza para todas, unos cuantos tragos a nuestras cervezas fueron suficientes para que uno chico se acercara hasta donde estabamos.
El chico comenzo a hablar con Mikaela, el resto de nosotras seguimos en lo nuestro sin darle mucha importancia a la conversacion. Poco minutos despues el chico se marcho dandole un beso a Mika en la mejilla.
Las tres nos acercamos a ella y preguntamos.
– Que te dijo?… en que quedaron?… te vas a ir con el?-preguntamos cada una-
Mikaela nos miro seria y despues de unos segundos sonrio y dijo.
– Noooo!… pero me dio un regalo!…
Abriendo su mano derecha dejo que vieramos una pequeña bolsita de plastico con varias pastillas en su interior color verde. Todas nos miramos etrañadas, fue el momento en que Miranda, muy molesta dijo.
– Vayanse al carajo!… ni loca me tomo eso!… sepa su madre que es y para que sirve!…
Tomo su bolso y su abrigo y salio del local. Esther salio detrás de ella para luego volver a entrar. Movio la cabeza y se sento en la silla aun lado de Mika.
– Que paso?…-dijo Mika-
– Nada!… se encabrono!… ya esta en la disco con las demas!…-respondio Esther-
– Que hacemos, nos vamos u nos quedamos aquí?…-dije-
Decidimos que habia que volver con todas las compañeras y evitar problemas, al entrar al local donde se llevaria acabo el festejo, de inmediato notamos que el ambiente era de funeral y es que eramos solo mujers y solo tres hombres, los mismos con los que hacia unos dias me habia montado un buen cuarteto.
La musica sonaba a volumen bajo, por lo que las conversaciones se podian escuchar, las tres nos miramos incredulas, Mikaela nos hizo señas para acompañarla al baño de damas, las seguimos y entramos al cuarto de baño las tres.
– Esto esta de hueva!…-dijo Mika-
– Si, nos hubieramos quedado en el bar!…-dije-
– Pues ya que por lo menos vamos a empedarnos!…-exclamo Esther-
– Pues yo me voy a echar una de las patillitas a ver qué pasa!…-exclamo Mika-
Saco de su bolso la bolsita plástica que contenía las pastillas de color verde, coloco tres sobre los mosaicos del lavamanos y dijo.
– Órale, que puede pasar!…
Ella tomo la suya y con una gran glup!… la trago, Esther se animó y también ingirió la suya, yo fui la última en tomar la pastilla pero más que nada por no verme cobarde, esperamos unos minutos en el baño, tratando de sentir algún efecto secundario. A través del espejo enorme del cuarto de baño, nos mirábamos una a la otra, pero nada pasaba… esa fue lo que jodio la noche; ya que sin más que temer y viendo que no pasaba nada tomamos dos pastillas una pastilla más cada una, salimos del baño y volvimos con las demás, algunos chicos habían llegado al local, el cual después nos enteramos que no era el más concurrido de la ciudad. La noche trajo más tragos y un poco de baile aunque entre nosotras…
A medida que las horas pasaban, la euforia aumentaba. Saltábamos como cabras locas, gritábamos y bailábamos como desquiciadas, los demás lo notaban normal ya que era lógico que estuviéramos contentas por el campeonato obtenido.
Pocas horas después y siendo más o menos las 00:00 horas, las demás compañeras comenzaron a retirarse, alegando cansancio; pero más bien era aburrimiento, Mikaela, Esther y yo seguíamos eufóricas, queríamos seguir la fiesta, así que salimos del local y abordamos un taxi.
Pocas cuadras después Mikaela ordenó al conductor que se detuviera, le pago y dijo que se quedara con el cambio, las tres bajamos del taxi y caminamos hacia no sé dónde.
Esther, se tambaleaba al caminar, mientras que Mikaela gritaba como loca, yo las miraba pero mi visión era borrosa, claramente las pastillas y el alcohol había cumplido su cometido, estábamos drogadas.
Las calles estaban desiertas, no sabíamos hacia dónde ir, hasta que encontramos una pequeña plaza, Mikaela se sentó en una de las bancas de hierro, despatarrándose al hacerlo. Esther caminaba sobre la cornisa de una fuente que lucía alumbrada, y yo tenía unas ganas de orinar inmensas.
– Quiero hacer pipi!…-exclame en mi locura-
– Ven Maly!… has aquí!…-grito Esther-
Mikaela se levantó de la banca y camino dando tumbos hasta la fuente, se desabrocho los pantalones y los bajo hasta los muslos; se sentó en la cornisa de la fuente sobre sus muslos, dejando que su trasero desnudo sobresaliera y orino en la fuente. Viendo aquello hice lo mismo seguida por Esther, ahí estábamos las tres orinando tranquilas y eufóricas, nuestros gritos era lo único que se escuchaba en la tranquilidad de la noche…
– Quiero que me cojan!…-grito Esther-
Ese grito nos tomó por sorpresa a Mikaela y a mí. Pero reímos y le seguimos la corriente.
– A mí también!…-grito Mikaela-
– Quiero una verga enorme en el culo!…-grite riendo-
– Jajajajajajajaja!….-reímos las tres-
Quien se imaginaba que nuestros gritos se harina realidad en unas horas, los gritos siguieron por unos minutos más, cosas como…
– Quiero chupar una verga!… quiero leche en la cara!… quiero que me muerdan la tetas!…- era lo que salía de nuestras bocas debido a lo intoxicadas que estábamos-
Habíamos terminado de orinar hacia un rato, pero nuestros traseros seguían al aire; yo fui la primera en subirme los pantalones y levantarme poco entumida de las piernas, seguida de Esther y por ultimo Mikaela. Las tres nos abrazamos y caminamos hasta la banca de metal y nos sentamos.
Yo quede en medio de las tres, mis brazos rodeaban los cuellos de mis compañeras y sus cabezas se recargaron en mis hombros, algo paso en ese momento; debido a la intoxicación, Mika y Esther comenzaron a dejar pequeños besos en mi cuello, lo que me puso caliente en unos segundos, comenzaba a jadear mientras mis manos amasaban los pezones de las dos, ella se retorcían como gusanos en comal, las tres nos besamos en repetidas ocasiones mientras nos manoseábamos las tetas y la entre pierna con ganas.
Un auto que pasaba detuvo la marcha y quedo aparcado a poco metros de donde estábamos, trate de enfocar para ver de quien se trataba; pero mi visión seguía borrosa y la calentura aumentando. Mika fue la primera en externar sus intenciones.
– Quiero coger!… quiero coger amigas!… no importa si es con ustedes!… estoy ardiendo!…-dijo-
Esther quien trataba de desabotonar mi blusa, respondió.
– Pues vámonos al hotel!… y lo hacemos!…
Las tres nos levantamos y tratamos de caminar aprisa buscando un taxi. La dirección que tomamos nos llevó justo hacia el auto que minutos antes había aparcado junto a la acera, para nuestra sorpresa era un taxi, el conductor bajo la ventanilla y dijo.
– Buscan un taxi señoritas?…
– Si!…-respondió Mika-
Esther abrió la puerta trasera y las tres entramos al auto, Mika balbuceando y jadeando le dio el nombre del hotel y el hombre tomo camino. Las tres seguíamos tocándonos sin importarnos nada ni nadie, esto lógicamente hizo que el chofer moviera su espejo para ver lo que hacíamos en el asiento trasero.
– Estuvo buena la fiesta verdad?…-dijo el hombre quién miraba el camino y nuestras manos tocando nuestros calientes cuerpos-
– Aja!… muy buena!… y queremos más!…-dijo Esther con tono mimoso-
El hombre trago saliva, volviendo a acomodar el enorme espejo para que nuestros rostros se reflejaran en él; mire nuestras caras llenas de vicio y deseo, los ojos del hombre se clavaron un segundo en los míos y con tono caliente respondió.
– Pues si quieren la seguimos señoritas!…
Mikaela tomo la cara de Esther quien había quedado en medio de las dos y lamiendo su mejilla respondió.
– Que haría señor?…
– Lo que ustedes quieran, mamacitas!…-respondió el hombre babeando-
– Pues entonces deje de hablar y vamos!…-exclame ardiendo en deseo-
El hombre tomo su radio de banda civil y uso unas claves para enviar un mensaje, el cual fue respondido de inmediato, giro en una esquina y cambio el rumbo, Esther chillaba debido al placer que la mano de Mika le daba a su coneja.
– Dale más güerita!… –exclamo el chofer-
– Enséñame las tetas chinita!…-dijo refiriéndose a mí-
Muy despacio me desabotone la blusa y baje mi brasier hasta que mis tetas quedaron a la vista.
– Tócatelas!…-dijo el chofer-
Y como poseída por su voz comencé a hacerlo. Los jadeos de todos iban en aumento, así como los gemidos y chillidos de Esther, Mika también dejo sus tetas al aire y comenzó a tocárselas mientras le metía mano a Esther y a mis tetas.
El hombre no perdía detalle por el espejo retrovisor, mientras seguía manejando. Después de unos 30 minutos más llegamos hasta un local con una gran letrero que decía Farmacia, el hombre detuvo la marcha del auto y bajo diciendo.
– No se bajen mamitas!… no me tardo!… síganle!… no se me enfríen!…
Estuvo en el local por espacio de unos minutos y volvió al auto, lo puso en marcha y continúo manejando. Por el radio de banda civil, se escuchaban claves y códigos, el chofer tomaba el radio de vez en vez y contestaba, después de unos 20 minutos más de estarnos cachondeando entre nosotras, por fin llegamos hasta lo que parecía una bodega o algo así.
El auto se detuvo y pito dos veces, la enorme puerta comenzó a elevarse y mi vista borrosa pudo percatarse de que había dos taxis más dentro.
El auto detuvo su marcha y el chofer nos miró girando en su asiento, diciendo.
– Muy bien mamitas!… ahora si vamos a empezar la fiesta!…
Tomo una bolsa plástica que había traído de la farmacia y bajo del auto, de inmediato abrió la puerta trasera y exclamo.
– Abajo mamitas!… que ya nos están esperando!…
Las tres bajamos del auto, Esther era la única que aun seguía con la ropa intacta, mientras que Mikaela y yo seguíamos con las tetas al aire, intente cubrírmelas y el hombre exclamo.
– Nooo!… mi reina!… así esta perfecta!…
Hasta ese momento pude distinguir al hombre el cual tenía unos cincuenta y muchos o sesenta y pocos, un prominente bigote saltaba a la vista, al igual que su abdomen prominente, de nos mas de 1.50 de estatura, y pelo cano.
Las tres nos tomamos de la mano y caminamos siguiendo al hombre, este abrió una pequeña puerta de madera y entro diciendo.
– Que paso weyes!… ya traje la cena!…
En el momento en que cruzamos el umbral de la puerta, mire que dentro había otros dos hombres uno moreno con cara de sapo y panzón y un hombre muy delgado, alto, los cuales rondarían los sesenta y pocos… quienes se presentaron como “El Perro” y el Tío”, nuestro chofer se presentó como “El viejo”…
– Pásenle muñequitas!… siéntense!…-dijo el perro señalando un sofá que estaba en la habitación-
Las tres nos sentamos despatarrando el cuerpo, los ojos de los tres hombres no dejaban de mirar las tetas de Mika y las mías. Déjenme describirles a mis acompañantes de esa noche. Mikaela era una chica muy alta casi 1.82, de cuerpo esbelto, piel blanca, cabello largo lacio hasta la mitad de la espalda siempre amarrado en una cola de caballo, cara larga y ovalada, ojos cafés, labios delgados y boca grande, senos medianos y trasero parado y delgado, Esther por su parte, era bajita con tan solo 1.55 de estatura, cabello castaño corto, cara redonda, ojos cafés muy grandes, boca pequeña y labios gruesos, piel morena un poco obscura, de ahí su apodo “la negra”, unos senos enormes que se tambaleaban cada que caminaba, un poco rellenita y un traserote gordo y lleno de carne.
– Bueno pues!… a darle que ya hace frio!…-dijo el viejo-
De inmediato los tres hombres caminaron hacia donde estábamos, el perro tomo a Mika de la mano levantándola del sofá y dijo.
– Primero la grandota!…
Abalanzándose sobre Mikaela, los tres hombres la despojaron de la ropa, dejándola desnuda y tambaleante, el tío manoseaba las tetas de Mika, quien gemía y lo tomaba de los cabellos, cerrando los ojos, mientras que el perro se divertía hurgando entre las nalgas de Mika, El viejo por el contrario se quitó los pantalones y dejo ver su miembro flácido, de tamaño mediano y muy ennegrecido.
– Pónganla en el escritorio!…-exclamo el viejo-
El perro y el tío, llevaron a Mika hasta un escritorio viejo en donde la recostaron boca arriba, el tío se montó sobre ella y siguió chupándole las tetas, el perro haciendo honor a su apodo, lamia la coneja de Mika con singular alegría.
El cuerpo de Mika era tan grande que su cabeza caía por el borde del maltrecho mueble, cosas que aprovecho el viejo para poner su miembro aguado en los labios de Mika.
– Abre la boquita grandota!… te voy a dar una paletita para que la chupes!…-dijo el viejo-
Mika muy despacio abrió los labios y engullo el miembro aguado del viejo, comenzando darle sendas chupadas de miembro.
Los labios de Mikaela aprisionaban el flácido pene del viejo, mientras que el tío y el perro seguían atragantándose con sus tetas y coneja. Hasta ese momento los tres hombres no se habían comportado de manera sucia o dura con ninguna de nosotras, más bien eran calmados y disfrutaban de lo que nos hacían y hacíamos.
– Uuuh!… que rico grandota!… así mamita!… ahhh!… siii!… mmmm!… mmm!… mmm!…-decía el viejo y gemía Mikaela-
Pocos minutos después el perro quien chupaba la coneja de Mika, giro la cabeza y nos miró a Esther y a mí, diciendo.
– Les gusta cómo le damos a su amiguita niñas?… quieren probar?…
Esther se levantó del sofá sin decir palabra alguna, se quitó los pantalones y los zapatos; después la blusa y quedo en ropa interior. El perro al ver eso se puso de pie y camino hasta quedar frente a ella.
– Mira nada más, que sabrosa estas negrita!… mira tus chichotas!… quítate el brasier!…-dijo el perro-
Esther de inmediato se desabrocho el brasier dejando que sus sandias cayeran sobre su abdomen, las manos del perro las tomaron como quine cala dos melones, agitándolas y sopesándolas. Esther lo miraba fijamente sin decir nada, pude notar que a ella le habían afectado más que nosotras, ya que Mikaela cerraba los ojos para no ver a los hombres a la cara y yo distinguía los rostros poco borroso, pero Esther simplemente estaba ida, en un momento paso sus brazos alrededor del cuello del perro, aquel hombre con cara de sapo y barriga prominente se sentía deseado.
– Quieres que te coja negrita!… mmm?… quieres que te la meta?…-dijo el perro muy cerca de la cara de Esther-
Esta ni pestañeo, al escucharlo. Eso fue interpretado como un sí, el perro tomo sus pantis y las bajo hasta sus muslos, sus labios se apoderaron de uno de los pezones de Esther, empezando a succionar como buscando leche materna. Esther gemía suave y yo comenzaba a tocarme las tetas con mayor intensidad. Víctima de la calentura, drogas y alcohol; mi boca pronunciaba palabras obscenas y lascivas.
– Así papi!… chúpale las sandias a la negra!… mámaselas!… uhmm!… puta madres que rico se las mamas!…-decía-
Mi completa atención se centraba en Esther y el perro, quien ya había comenzado a hurgar en la muy peluda coneja de Esther, arrancándole gemidos profundos.
– Uuuuh!… uuhmmmm!… uuhmmm!… aaaaah!….-gemía Esther-
De pronto gire sobre el sofá para ver lo que pasaba con Mikaela, el viejo había dejado de darle paletita, por la boca ahora se la daba por la gruta, mientras que el tío, era quien disfrutaba de los labios de Mika.
– Uhh!… así cójansela duro!… putos!… métesela bien pinche viejo!… dale duro a la zorra!…-decía entre gemidos-
– Que boquita tan sucia!…-exclamo el tío mirándome mientras me tocaba-
– Ya encuérate chinita!… ándale mamita!…-dijo el viejo sin dejar de metérsela a Mika-
Rápidamente me quite la blusa y el brasier, ya que me lastimaba estando debajo de mis toronjitas, me baje el pantalón y la panti de un solo tirón, quitándome los zapatos saque los pantalones y mis pantis por mis pies. Volví a sentarme en el sofá y seguí observando. El perro ya le metía dos dedos a Esther en la raja, mientras la aprisionaba por el cuello, pegando su frente a la de ella, Esther seguía como ida, solo gemía y miraba a los ojos al perro, este se detuvo de golpe y saco sus dedos de la raja de Esther para ponérselos en los labios y decir.
– Prueba a que sabes negrita sabrosa!…
Esther abrió la boca y se tragó los dedos empapados en sus jugos, Mikaela por su parte ya gemía duro y los golpeteos de las penetraciones se escuchaban en la habitación.
– Ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… así grandota, así!… aaah!… que rico coges!… mmm!… que rico mamas!… dale compadre!… dale!… esta niña aguanta las tres vergas adentro!…-decían los dos hombres-
Al parecer ninguno quería cogerme a mí, ya que cuando volví a ver a Esther y su perro rabioso, este ya la tenía a cuatro patas y le daba fuerte en la raja.
– Ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… así papi!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… te gusta negrita!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… aja, aja!…-gemían los dos-
Hasta ese momento escuche la voz de Esther de nuevo, las manos del perro la sujetaban fuertemente de las tetas mientras un pene gordo y pequeño se veía entrar y salir de la cueva.
Mire de nuevo hacia el escritorio maltrecho, el cual rechinaba como si se fuera a desarmar cada que le daban miembro a la raja de Mika, el viejo se detuvo y exclamo.
– No mames compadre, esta niña está bien rica!… ven pruébala!…
El tío, saco un pene delgado y muy peludo de la boca de Mika y camino rodeando el escritorio, el viejo lo esperaba sosteniendo las piernas en alto de Mika. El tío se apodero de uno de los tobillos de Mika y el viejo se alejó un poco dándole espacio a su compañero, este sacudió su miembro varias veces y golpeo la parte superior de la raja de Mika, luego le paso el glande por el largo de su caverna y de un solo estoque se la clavo hasta el fondo, Mika al sentir el pene del tío dentro en su totalidad exclamo.
– Aaaah!… no mames!… weyyy!… despacio!… aahh!…
– Ssshhh!… se buena mamita grandota!… a mi compadre le gusta duro más duro que a mí!…-respondió el viejo-
El viejo soltó la pierna de Mika, la cual colgó por el filo del maltrecho escritorio. Comenzándole a dar fuerte, las tetas de Mika bailaban como locas por las envestidas del tío.
– Pap, pap, pap, pap, pap, pap, pap, pap, pap, pap, pap, pap, pap…-se escuchaba en la habitación, mientras Mika dejaba caer su cabeza hacia atrás y no gemía más bien ahogaba sus gemidos en la garganta-
El viejo miraba con atención como el pene de su compadre como él lo llamaba se escondía y salía de la caverna de Mika. Segundos después el viejo volteo y me vio sentada y ya con dos dedos dentro de mi coneja, los cuales lucían empapados por mis fluidos. El tío embestía la raja de Mika con violencia, eso me excitaba mucho, por lo que exclame.
– Viejito, me coges?…-perdida en la calentura-
– Pero como no mamacita!… te la voy a meter hasta la garganta!…-respondió caminando hasta el sofá-
– Dale viejo!… cógete a la chinita-dijo el perro quien seguía dándole caña a Esther-
El viejo tomo de la barbilla y me metió su miembro hasta la campanilla, por lo que me atragante y una gran arcada se escuchó!…
– Ggggguuuuuuaaaaawww!… aaaah!…
– Eso mi reina!… escúpeme la verga!…-exclamo-
Escupí la saliva que había provocado la arcada y volvió a meterla hasta que sus testículos rosaron mi barbilla y de nuevo.
– Ggggguuuuuuaaaaawww!… aaaah!…
– Uuuummm!… que rico, esa boquita sucia mama rico!…-dijo el viejo-
– Acuéstate mi reina, que quiero sentir su puchita!…-exclamo mientras me toma por los muslos-
El tipo se arrodilló y coloco su glande sobre la entrada de mi vagina, comenzando a frotarlo contra ella, la sensación era muy placentera, por lo que no aguantando más dije.
– Ya!… métemela cabrón!… dámela ya!…
El viejo sonrió lujuriosamente y me la dejo ir despacio, sus ojos se entrecerraron sintiendo mi calor y humedad, mis manos lo tomaron de los brazos y gemí.
– Aaaaaahhh!…. así papito!… aaaaah!… que rico, mas!… mas!…
Su pene ya duro era rico ni grueso ni flaco, más bien normal y algo largo. Sentí que sus canosos vellos púbicos rosaron mi cueva, y se quedó quieto. Su respiración era agitada y su boca entreabierta era síntoma inequívoco de placer, aproveche para mirar de nuevo a mis amigas, Mika seguía siendo embestida por el tío quien la había puesto de perrito sobre el escritorio, mientras que Esther ahora estaba boca abajo sobre el suelo y le daba caña el perro, sujetándola de las sandias, las cuales se desbordaba de entre sus manos.
Unos segundos pasaron para que el viejo comenzara a meter y sacar su herramienta de mi vagina, los jadeos y gemidos salieron de nuestras gargantas.
– Ahh!… ahh!… que rica estas mi reina!… ahh!… aja!… tu verga esta sabrosa!… dame más!… papi!… um!… um!… um!… pap!… mmm!… pap!… así te gusta chinita de mi corazón!… aja!… me gusta, mas!…-gemíamos-
Pronto las embestidas ya eran duras en contra de mi cuevita, los jugos de esta se derramaban por mis nalgas y muslos, la herramienta del viejo me daba lo que hacía unas horas gritaba en la plaza. Una verga en el culo…
– Ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… así viejito!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… mi reina mmm que rica puchita!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… dame, dame!…-sonaba mezclándose con los otros gemidos-
Mika soltó un grito y se aferró al borde del escritorio y levanto la cabeza. Su orgasmo había llegado, el tío le dejo el pene hasta el fondo y dijo.
– Hay grandota!… que buena estas!… pero quiero saborear a tus amigas!…
Mika, no dijo nada; se quedó disfrutando su orgasmo y la herramienta del tío clavada hasta el fondo de su vagina. Pocos segundos después le extrajo el miembro y miro hacia donde estaban Esther y el perro y luego hacia donde el viejo me daba caña.
– Perrito cambio carnal!…-exclamo el tío-
El perro quien sudaba como un cerdo, le saco el pene a Esther y se levantó caminando hasta donde estaba Mika aun despatarrada en el escritorio, el tío se acercó a Esther y la levanto del suelo y dijo.
– Vamos a la cama carnales!…
El perro tomo a Mika de la cintura y la levanto abrazándola, el viejo me desensarto y me levanto del sofá. Todos caminamos hasta una puerta color negro y entramos a otra habitación más pequeña y llena de cajas de cartón, en medio de la habitación se hallaba una cama matrimonial. El viejo volvió a salir y al entrar traía la bolsa plástica de la farmacia. Nos pusieron a las tres boca arriba sobre la cama, con las piernas en alto, el viejo saco una tira de condones, lo que me pareció extraño, ya que nos habían dado caña a pelo al principio.
Los tres tomaron uno y se lo colocaron, el perro se puso frente a Mika, el tío frente a Esther, y el viejo conmigo.
– Mamitas les han dado por el culito?…-pregunto el perro-
Mika negó con la cabeza, Esther ni se inmuto solo sonrió y yo dije alarmada.
– Nooo!… por favor por ahí no!…
Aun que ya había recibido la vergota de mi padrastro, le reservaba el culo solo a él. El perro sonrió y miro a Mika, preguntando.
– Quieres que te coja por ahí grandota?…
Mika, suspiro y asintió cerrando los ojos.
– Negrita, tu qué onda!… me dejas probarte el culito?…-dijo el tío-
Esther no movió la cabeza aceptando, el tío se colocó en posición y se alisto a penetrarla por el culo.
– Mi reinita!… me dejas por el culo?…-pregunto el viejo-
– Pero si me duele me lo sacas viejito?…-respondí-
– Aja!… de inmediato!…-dijo-
Asentí con la cabeza y el sonrió, mi estrategia era el que al sentir su glande abriendo mi ano, chillaría para que me la sacara.
Los tres nos sostenían de un tobillo, mientras que con una mano dirigían sus miembros a nuestros anos, miraba a ambos lados tratando de observar los miembros del perro y del tio, abriéndoles en culo a mis amigas, solo veía los huevos de los dos y sus vellos negros y con algunas canas, el viejo me coloco el glande encima de mi asterisco, recargo su peso sobre su miembro duro y este comenzó a taladrar mi culito.
– Ahhhhhh!… ahhhh!…. mmmmmm!…. viejito!…. aaahhh!… me duele mucho!…-gemía y chillaba-
Miraba ambos lados sacudiendo la cara por lo que lograba ver los rostros de mis amigas, Mika estaba con los ojos apretados al igual que los dientes, claramente sentía dolor, Esther por su parte tenía los ojos en blanco y la boca medio abierta, señal inequívoca de placer.
– Sssshhh!… mi reina!… déjame entrar un poquito mas!…-dijo el viejo-
– Mmmm!… grandotaaaa!… que apretado esta tu culito!… ahhh!…-exclamo el perro-
Su pene pequeño pero gordo, había logrado entrar en el culo de Mika, sus vellos era lo único que podía ver, así que imagine que le había entrado todo de un jalón, bueno no era mucho…
– Aah!… ahhh!… papito!… ahhh!… despaaacitooo!…aahh!…-gemía Esther al sentir que el miembro del tío le abría el culo-
El glande del viejo se introdujo en mi ano, lo dejo ahí por unos segundos y volvió a empujar, entro otro poco y grite fuerte…
– Aaaaaaahhhhhhh!…. ya noooooo!… ya no!… mmmm!… ya por favor!….
Claro que me dolía pero no para tanto, apreté mi esfínter ahorcando el pene del viejo, eso hizo que el saltara un poquito y gimió.
– Aaaah!… puta madre que rico!… otra vez mi reina!…-
Volví a apretar mi esfínter y descubrí que eso le hacía sentir placer, continúe haciéndolo y pocos apretones después el viejo se vino en seco.
– Aaaaaahhh!… carajoooo!… ahhhh!… puta madre!… que rico!… uuuuuuh!….-gemía al vaciarse-
El viejo me dejo el poco pene que entro inmóvil hasta que se puso guango, miraba a mis amigas quienes comenzaban a disfrutar de las herramientas dentro de sus culos.
– Aah!… ahh!… asi!… mmm!… ah!… ah!… ah!…-gemía Mika-
– Uy!… uy!… uy!… ah!… ah!… depacitooo!… ahh!…-sonaban los gemidos de Edith-
El viejo me la saco y se quitó el condón, la punta estaba medio llena de semen, lo amarro por la parte superior y fue al baño, me coloque de lado para observar cómo le daban a Edith. La verga del tío era flaca pero larga, en el agujero de Esther, se miraba la mitad de ese pene dentro.
– Ya!… ya!… duele!…-chillo Esther-
El tío se la dejo inmóvil por unos segundos y le empezó a dar despacio, su pene salía hasta la cabeza y se hundía despacio, haciendo que el esfínter de Esther entrara y saliera.
– Así!… mi negrita!… uyyy!… que rico culito!…-gemía el tío-
– Ah!… ah!… ah!… ah!… mm!… mm!… mm!…-gemía Esther-
Pocos empujones después el perro volviendo a hacerle honor a su apodo gruño y se derramo dentro del culo de Mika.
– Ggggrrrr!…. gggrrr!…. aaaaaahhh!… mamacitaaaaa!… ggggrrr!….-se escuchó-
Mika en ningún momento se quejó o chillo más bien le había gustado. El viejo volvió a la habitación y dijo.
– Aah!… que rico esta esto!…
– Ya compadre?…-pregunto al tio quien seguía dándole a Esther-
– Yaaa!… mero compa!…-dijo gimiendo-
Unas metidas después el tío se derramo, mientras sujetaba los melones de Esther, apretándolos fuerte.
– Aaaaahhh!… negritaaaa!… ahhhh!…-se escuchó-
Tanto el perro como el tío, dejaron que sus miembros se aguadaran y se los sacaron a mis amigas, el condón del tío; salió con un poco de caca y sangre. Mientras que el del perro salió limpio. Los dos se secaron el sudor con una franela roja, y se fueron al baño, el viejo se quedó con las tres, manoseándonos a su antojo.
– Mis chiquitas!… que ricas están!… le vamos a seguir eh!… no se me achicopalen!… mientras mámale chinita!…-dijo el viejito-
Me coloco su pene guango en los labios y comenzó a mamárselo suavemente, los otros dos tipos tardaron mucho en regresar por lo que Mika y Esther se quedaron dormidas victimas del placer, las drogas y el alcohol.
Varios minutos después los dos extraviados regresaron a la habitación, el tío estaba vestido mientras que el perro desnudo y con su pitito aguado, el tío se despidió del viejo diciendo.
– Me voy compa, mi vieja me está esperando!…
Le beso las tetas a Esther, me metió el dedo en la raja y beso a Mika en la boca. Y dijo.
– Niñas que ricas están!… un gusto!…
Y salió de la habitación, el perro miro a mis amigas y exclamó.
– Esta ya se jetearon!… jejejeje!… ni modo chinita!… te va a tocar doble verga!…
Vaya pues, como si la tuvieras tan grande pinche gordo!…-pensé-, entre los dos movieron a mis amigas hasta la parte superior de la cama, el perro se acercó a mí y comenzó a lamerme la gruta mientras que el viejo me dio a mamar su pene de nuevo.
– Mmm!… mmmm!… aaah!… perrito que rico!… mmmmm!…-dije sacando la verga del viejo de mi boca-
Miraba de reojo como su mano se agitaba salvajemente, se masturbaba mientras me lamia la raja, para poner duro su pene, el del viejo comenzó a cobrar vida después de unos 10 minutos de mamadas.
– Así!… chinita!… ahhh!… que rico la chupas!… sigue mi reinita!…-decía mientras me amasaba las tetas-
– Mm!… mmm!… mmm!… aaah!… te gusta viejito?… mmm!… mm!… mm!…-gemía yo-
El viejo saco su pene de mi boca y dijo.
– Ya regreso mamita!…
Camino zangoloteando su pene al hacerlo, salió de la habitación y regreso en segundos; con las manos en la espalda. Diciendo.
– Cierra los ojos chinita!…
Lo hice, y sentí como un paño suave me cubría los ojos, me levanto un poco la cabeza y me amarro el paño. El perro salió de entre mis piernas y dijo.
– Ahh!.. ya!…
Alguien me tomo de las manos y me levantaron de la cama, me dieron vuelta y me amarraron las manos detrás de la espalda, aquello me comenzó a inquietar, ahora estaba indefensa y a merced de ellos.
– Mamita!… súbete a la cama!…-dijo alguien-
Ayudada por alguno de los dos, subí a la cama hasta quedar de pie sobre ella. Alguno de los dos se subió también y se recostó sobre el colchón.
– Arrodíllate chinita!…-exclamo alguien-
Me coloque de rodillas poco a poco, una mano tomo la mía y la puso encima de su pene.
– Móntame mamita!…-reconocí la voz del viejo-
Lo hice, ayudada por la mano del perro. El viejo tomo su pene y lo inserto en mi gruta.
– Uhhh!… chinita!… que rica estas mi reina!…-exclamo al sentí que su pene entraba dentro de mí-
– Aaaahhh!… uuuuhhh!… papi!… dame verga!…-exclame caliente-
Sus manos me tomaron de la cintura y comencé a cabalgarlo despacio. Mientras que el perro poso su pene poco duro en mis labios y dijo.
– Abre mamita!… pónmela dura!…
Abrí la boca despacio y mientras me movía encima del viejo mamaba el pene gordo y pequeño del perro.
– Mmm!… mmm!… mmm!… gguug!… gguuug!… ahhh!… mmm!… gguug!… gguuug!… ahhh!…-se escuchaba en la habitación-
– Uuuhh!… chinita!… uuuhhh!… que rico mamas!…-decía el perro-
Mi cadera comenzó a moverse de adelante hacia atrás, podía sentir el pene del viejo retorcerse dentro de mí.
– Mi reinaaa!… aaaah!… que rico te mueves!… estas rica!… así, así mamacita!…-gemía el viejo-
El pene del perro se puso duro después de unas cuantas mamadas más, me tomo de la barbilla y dijo.
– Ya es suficiente, mami!…
Me saco el pene de la boca y se bajó de la cama. Eso me extraño y me puso nerviosa. Los gemidos del viejo nublaban todo el ambiente, por lo que no podía escuchar lo que el perro hacía. Después de unos segundos lo averigüe.
– Listo compa?…-dijo el viejo-
– Aja, voy!…-respondió el perro-
El viejo, me tomo de las muñecas y me recostó sobre su pecho. Ahí entendí me iban a penetrar los dos pero no sabía por dónde lo haría el perro.
– Por el culo no por favor!…-exclame fingiendo estar asustada-
– Shhhh!… calma mi vida no te va a coger el culito!…-susurro el viejo-
La cama se movió en el momento que el perro se subió en ella.
– Ahí te voy mamita!…-dijo-
Sentí su pene pasar por encima de mi culo y bajar hasta mi vagina.
– Aaahh!… los dos por la cola!…-dije deseosa-
– Aja!… te gusta?…-pegunto el perro-
– Aja!… nunca lo he hecho!…-respondí-
Pude sentir que su pene estaba envuelto por un condón, así que lo empujo despacio y se deslizo dentro con un poco de resistencia, mis paredes vaginales se abrieron y el placer era inmenso.
– Aaaahhhh!… perrito!… aaaaahhh!… viejitooo!… que rico!… ahhhhh!…-decía gozando-
– Mamita!… estas rica y apretada!…-exclamo el perro-
Como su pene era pequeño y gordo no tardó mucho en estar dentro por completo. Los dos se quedaron inmóviles unos segundos, disfrutando lo suyo.
Después de los mismos los dos comenzaron con un vaivén suave y poco a poco aumentaba junto con los gemidos y jadeos.
– Ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… así viejito!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… mi reina mmm que rica puchita!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… mas, mas!…-se escuchaba en la habitación-
Me estaban dando los dos por la raja, eso era increíble. Los tres sudábamos copiosamente, las gotas de sudor del perro caían sobre mis espalda y las mías sobre el pecho y cuello del viejo.
– Ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… así perrito!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… que sabrosa estas, mmm que rica papayita!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!…-gemíamos todos-
Los dos se detuvieron y el viejo dijo.
– Vas pa abajo compa!…
El perro me saco el pene despacio y después el viejo hizo lo mismo. Los dos intercambiaron posiciones, ahora el perro se había recostado sobre la cama y el viejo estaba de pie esperando que me acomodara. Esta vez me montaron pero de frente al viejo, el pene gordo del perro me penetro despacio y después me inclino hacia atrás, tomándome de las tetas, el viejo me penetro suave y los dos me volvieron a dar caña con todo lo que les quedaba.
– Ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… par de puto!… que ricooo!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… que cosita más rica!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… pa su madre aaahh!…-seguíamos gimiendo todos-
La vagina comenzaba a arderme y ellos seguían dándome fuerte. Hasta que el viejo exclamo.
– Me vengo, me vengo!…
Y no me la sacaba, así que grite.
– Sácalo cabrón!… sácalo!…
El viejo tomo su pene y apenas tuvo tiempo de sacármelo y se derramo sobre mi vientre.
– Aaaaahhhhh!…. ahhhhhh!…. sabrosaaaa!… aaaaahhhh!…-gimió al hacerlo-
Dos chorritos de semen cayeron sobre mi abdomen bajo, mientras el perro seguía bombeándome con fuerza.
– Ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… perritoooo!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ya casi pequeñaaaaa!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… ah!… pap!… te los dejo adentro mami?… aja, aja traes condón verdad?…. siiii!…-gemíamos los dos-
No podía creerlo aquel que al principio me pareció un viejo sucio y repugnante me estaba haciendo gemir con ganas.
– Yaaaaa!… yaaaaaa!… ahhhhhhhhh!…. aaaaaaaahhhh!…. chinitaaaaaa!…. mmmmm!….-gimió el perro vaciándose dentro de mí-
Su cuerpo se sacudía violentamente, mientras que el mío seguía sudando. Ahí me di cuenta que no me habían hecho venir, me había convertido en toda una puta aguantadora.
El perro me la saco y me dejo caer sobre la cama, unas manos desataron las mías y me quite el paño de los ojos el cual estaba empapado de sudor. Los dos hombres yacían tumbados sobre la cama, jadeantes y sudados. Yo jadeaba seguía caliente tambaleante me levante de la cama y pregunte por el baño, el viejo me indico por donde estaba y Salí de la habitación. Me quede en el baño masturbándome hasta que llegue a mi orgasmo, no quería avergonzarlos.
Al regresar Mika y Esther seguían perdidas, los hombres se acurrucaron a en la cama con ellas y yo me tumbe con todos, así desnudos dormimos por espacio de unos dos o tres horas.
Casi con el sol saliendo los hombres nos despertaron y comenzamos a vestirnos, ya más lúcidas y con mucha resaca, volvimos al hotel acompañadas del viejo. Él nos contó que nunca la habían pasado también y esperaba que nosotras los hubiéramos disfrutado. Nos dejó frente al hotel y apenas tuvimos tiempo de dormir otro poco y subir al autobús.
Y así fue como los juegos del sexo, llegaron a su fin….
Fin…
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