Mi amigo me compartió a sus hijastras (era verdad lo que decía)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
A pesar de mi juventud, ya estoy divorciado, por cosas que no entran en este relato.
Hace como siete meses, en el año 2016 me encontré con mi amigo de colegio y mi excarnal, Carlos Alfredo, sin planearlo nos encontramos y nos sentamos a platicar, fue un gusto volver a verlo después de unos 9 años.
Durante nuestra charla, nos tomamos una botella de ron, yo le conté mi fracaso matrimonial y luego él un poco ya aquejado por la botella de ron, me comentó que se había casado con una mujer mucho mayor que él, me dijo que ella tiene 39 años y que es Médico (cardiologa), o sea le lleva once años.
Yo vi que mi amigo no se animaba a contarme todo, pero luego dijo que su mujer tenía dos hijas de 12 y 14 años, y luego me dijo que eran un chiquillas hermosas, pero muy promiscuas, mi amigo continuó diciendo que en ocasiones se bañaba con ellas desnudos en la ducha y que las tocaba por todos lados, igual ellas a él.
-por favor no lo comentes con nadie!-, yo le juré que no lo haría, luego me dijo que incluso ha llegado a tener sexo oral con ellas dos.
Entonces yo dudando un poco le pregunté si su esposa lo sabe, él me respondió que no lo sabía su mujer, pero que era un secreto que guardaban los tres.
-Si vieras a mis hijastras, son jovencitas, pero estan bien hechas, sus tetitas son tiernas y su cuquita apenas tienen pelitos, sobre todo la más pequeña.
Debo confesar que mi amigo Carlos era mero mentiroso cuando eramos más jóvenes, razón por la cual no le creí, pero me pareció una buena historia.
Llegamos a despedirnos, quedamos en volver a vernos y me dijo que me seguiría contando, lo vi subirse en un auto Bmw, de lujo, me quedé sorprendido, entonces pensé que quizá su historia era cierta.
Fue él quien me llamó una semana después, me dijo que me invitaba a cenar, pues su esposa se mantiene casi siempre afuera, en operaciones o en congresos.
Alli en la cena Carlos nuevamente sacó a relucir el tema de sus hijastras, a las que llamaré Paola la mayor y Pamela la menor.
Me invitó a ir a su casa al medio día del sabado, me dijo que su mujer haría una cirugía en otra ciudad y que llegara a conocer a sus hijastras.
Me dijo que llevara traje de baño que su casa tenía piscina y haría un churrasco para todos.
Llegué a su casa y rápidamente fuimos a su piscina, me la enseñó y nos cambiamos para meternos, luego me sirvió una cerveza y estabamos alli metidos.
En eso me dijo -alli vienen mis hijas, te las voy a presentar!-, las jovencitas venían con trajes de baño modernos, bastante atrevidos para su edad, el traje de la mayor Paola, era de dos piezas y la de Pamela, la menor de una sola pieza.
Sus cuerpos aún no tenían muchas curvas, pero si su trasero era paradito y sus tetitas estaban en desarrollo.
Me las presentó y ellas me saludaron muy atentamente, nos metimos todos en la alberca, me impresionó que las jovencitas toman también una cerveza con nosotros.
Luego jugamos un poco de pelota en el agua, después, me dijo al oido mi amigo que me dejaba a la pequeña Pamela, que el se llevaría a Paola la mayor, no entendí mucho, pero la alberca tiene unas camas a la orilla de cada, Carlos Alfredo tomó a Paola y se acostaron en una de ellas, yo no sabía como decirle a la pequeña Pamela, pero no fue necesario, ella me tomó de la mano y me llevó hasta alli y primero nos sentamos en ella y charlamos.
No se cuanto tiempo pasó, no pudo ser mucho, pero cuando volteamos a ver, mi amigo estaba besándose con su hijastra, yo pensé que eso impresionaría a Pamela, pero solamente me sonrió y seguimos charlando como si nada estuviera pasando, pero más adelante nos tomamos de la mano y bueno, me lancé y la besé, ella correspondió rápidamente, comenzamos a besarnos muy rico, la pequeña sabía muy bien hacerlo, su pequeña y delgada lengua se metía en mi boca dulcemente y la verdad degusté esos preciosos diez o quince minutos dandonos lenguita.
Me fui poniendo cachondo y probé acariciar su cuquita encima de su traje de baño, ella no me detuvo, asi que le hice a un lado la calzoneta y ahora acaricie sus labios vaginales diminutos y casi sin pelitos, era una cuquita tierna de hembrita caliente, mis dedos retozaron entre sus pliegues y sentí pronto la humedad que salía de su vaginita, me estaba dando una tremenda excitada.
Alcé la cabeza para ver a la otra parejita, y pude ver que mi amigo estaba encima de la otra pequeña poniendole su verga a la altura de la boca y ella mamándosela.
Entonces, vine yo y le fui quitando el traje de baño a Pamela, era todo el traje porque era de una pieza, asi que se lo saqué y quedó en cueros la pequeña, toda ella era una ternura, su piel suave, su cuerpo aún sin curvas, me sonrió y la besé en la boca, luego bajé al cuello, le comi sus dos pezones que eran la punta de sus dos volcancitos que tenía por tetas.
Ella cerró sus ojitos cuando le apreté sus pezones y le pasé la lengua varias veces, ella gimoteó, Fui bajando por su vientre plano y llegué a su rajita, ella suspiró cuando sintió mi lengua pasar sobre su vulvita, luego usando mis pulgares abrí su bello sexo y lamí ahora sus labios interiores y su clitoris, ella se retorció y jaló mi cabello suavemente, seguí dandole lengua en esos lugares y ella comenzó a gemir más y más fuerte cada vez.
La pequeña alcanzó su climax y me regaló un torrente de sus jugos íntimos, luego inserté un dedo en su vagina, pensé encontrar su himen intacto, pero no, mi dedo siguió su camino hasta meterse todo, -maldito Carlos Alfredo!- pensé, le habrá roto su membranita a la pequeña Pamela.
Bueno de alguna forma era una invitación para cogerla.
Asi que me fui colocando entre sus piernas, ella todavía estaba tratando de reponerse en su corrida, cuando le puse mi verga gorda en la entrada de su rajita, fui empujando y mi glande fue abriendo su labios vaginales, se fue metiendo lentamente en su humedo orificio, ella me ensartó sus uñitas en mi espalda y aferrándose a mi se dejó poseer.
La fui ensartando lentamente, yo entraba y salía, con un vaiven lento, le fui metiendo mi verga hasta tenerla a la mitad, luego comencé a moverme en el clásico mete-saca, siempre suave y lento, ella comenzó otra vez a gemir, le levanté las piernas hasta tenerla en mis costados, eso me dio más facilidad para maniobrar y meterle el resto de mi verga en su rajita, ahora la penetraba más profundo.
Me terminé de colocar encima de ella y ahora mis embestidas eran más rápida y profundas y ella ya daba gemidos que se transformaba en gritos de placer, eso hirvió más mi sangre y la empece a coger como si fuera una mujer.
Luego, sin sacarsela la jalé y me hice para atras, quedamos ahora a la inversa, ella encima y yo abajo, lo hice porque unos segundos más y me hubiera corrido, ahora ella se fue acomodando encima de mi con mi verga en su cuquita, y comenzó a moverse encima de mi, yo la tomaba de las caderas y de sus nalgas para enseñarle como quería yo que me cabalgara, pronto se volvió una experta, pues se daba un deliciosos sentones sobre mi verga y luego se hacía para adelante y para atrás, estrujando mi verga en su interior.
De pronto la pequeña comenzó como a sollozar, y gemir, estaba viniéndole otro orgasmo.
Ella se mordía el labio inferior de su boca y cerraba sus ojitos siniendo la oleada de placer que sentía.
Pude observar, que también mi amigo Carlos tenía ensartada a Paola en ese momento.
No pude soportar mucho tiempo la cabalgata de la estrecha rajita de Pamela, asi que la hice para atrás y la puse de espalda en la cama, le saqué la verga y acabé echándole varios chorritos de semen sobre su cuerpo,
Luego poco a poco, ambas respiraciones, de Pamela y mia, se fueron normalizando, ella se desmontó y se acostó a mi lado, nos dimos un par de besos ardientes todavía y le dije que nos metiéramos a la piscina, pues ambos estabamos sudorosos, asi que desnudos nos fuimos a meter a la alberca.
Carlos todavía estaba finalizando su polvazo con Paola.
Luego estabamos los cuatro en la piscina, riendo y tomando cerveza.
Las hermanas se abrazaban de nosotros sus machos, yo le tocaba sus nalguitas paradas y pronto mi verga comenzó a endurecerse de nuevo.
Al rato Carlos me invitó a pasar adelante, cada quien recogió sus prendas de baño y asi ingresamos a una sala de estar, con sofás comodos, tv y bebidas.
Cada pareja se comenzó a besar de nuevo, Pamela y yo además de los besos muy húmedos, sigo diciendo que la pequeña tiene un arte para besar, le tocaba a ella sus tetitas y su cuquita, -por qué no le enseñas tu habitación a Esteban?- le dijo Carlos a Pamela, ella me hizo una sonrisa picara y tomándome de la mano me llevó a su habitación, que era por demás grande y muy bien decorada, con una cama grande en medio, nos sentamos en ella y de nuevo comenzamos a besarnos, pronto le quité de nuevo su traje de baño y de nuevo estuvo desnudita para mi.
Cerramos la puerta y le pedí a Pamela que se subiera encima de mi y me pusiera su rajita en mi rostro, ella se montó y su cuquita quedó directamente sobre mi boca, asi que le comencé a dar una mamada de coñito, que apenas habían pasado dos minutos y la pequeña se retorcía encima de mi a la vez que se quejaba como si la estuvieran matando.
La pequeña estaba gozando lo indecible, mi lengua entraba en su cuquita dilatada y yo tomaba su clitoris entre mis labios y le pasaba la lengua varias veces en su ojito del culo, no tarde en sentir el producto de su orgasmo en mi boca, ella convulsionó encima de mi rostro.
Yo estaba muy duro.
Asi que la puse boca abajo con su traserito hacia arriba, me puse atras y poniendo mi verga en su cuquita la penetré, ahora fue menos delicado y más rápido, la ensarté en pocos segundos y ella gimió y se quejó, pero yo no me detuve y comencé a pistonear mi verga en su estrecha rajita, yo la tomaba de las caderas y la jalaba hacia mi verga para que quedara penetrada hasta lo más profundo de su cuquita.
Me di cuenta que tenía un culito apretadito y minúsculo y no pude evitar sacarle mi verga con tal de lamerselo, lo hice y mientras le comía su ano, le metí dos dedos en su cosita, la nena chillaba de gusto, mis dedos se llenaron de su eyaculación vaginal y parecía aceite entre mis dedos, la nena se corrio salvajemente y casi gritaba que se la metiera de nuevo, me incorporé, dejé su culito y la penetré de nuevo, la forniqué como una bestía, ella no aguantó y se desplomó completamente sobre la cama quedando a lo horizontal, yo no me detuve y subiendome sobre ella le separé la piernas y la volví a coger, sentí como mi verga volvía a entrar en su vagina y comencé a moverme adentro y afuera hasta que alcancé mi venida, saqué mi verga de su rajita y la rocié de semen por todas la espalda y sus nalgas.
Fue un polvazo de calidad.
Salimos y comimos algo, estuvimos viendo la tv como dos horas, abrazados en parejas y finalmente me despedí ella, Pamela salió a despedirme y nos dimos un beso todavía de cinco o diez minutos.
Ahora sin necesidad de Carlos, nos vemos una o dos veces a la semana, a pesar de su edad nos citamos en centros comerciales, o vamos al cine.
No se si solo tiene sexo conmigo, pero por ahora no me importa, la pequeña sabe para que dios le dio esa cosita entre las piernas.
Qué mal lo anónimo, me chorreé con todo. Hermosas pajas imaginando a las nenas chupando las porongas y ellos cogiendolas bien rico, hasta las bolas disfrutando esas florcitas de carne. Cualquier criatura disfrutada asi, merece que le hagan aplaudir la concha hasta salir temblando del gusto que le den.
Ojalá pudiera verlo y unirme para chupar y lamer pija y huevos juntas, imagino luces rojas y azules para ambientar como prostibulo, todas sudadas luciriamos hermosas
Es tremendo que rico un amigo así