MI MUJER FOLLADA POR SUS ALUMNOS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por cornudissimo.
El viaje lo realizó con una compañera y los muchachos tenían edades comprendidas entre 19 y 18 años. Yo me enteré de lo que allí sucedió por que días después de haber finalizado ese viaje llegó hasta mis manos una carta escrita por los protagonistas y en la que se me daba todo tipo de detalles de lo allí sucedido y acompañando esa carta recibí un video donde se veía todo lo acontecido.
Voy a escribir la carta de forma literal, tal como a mi me llegó:
"Somos tres amigos de 19 y 18 años llamados Matías, Sergio y Jaime y somos alumnos de tu mujer. Tu mujer no es que se pueda considerar un bollazo o un bombón pero si que tiene un morbo increíble. Es guapa, pequeña, bien proporcionada, tiene un culito respingón y tremendamente apetecible.
Hay días que viene a clase con vaqueros ajustados y esos días nosotros desde nuestros asientos no le quitamos los ojos de encima al tiempo que nos imaginamos todo lo que hariamos con ese delicioso cuerpo, con ese delicioso culo, todas las guarradas imaginables que cada día que pasa más y más nos apetece llevarlas a cabo.
Nos excitamos, nos tocamos y tenemos que confesar que a veces al acabar la clase nos vamos a los servicios, cerramos los ojos y empezamos a masturbarnos imaginando aventuras sexuales, aventuras en las que tu mujer es siempre la gran protagonista.
Un día nos llegó con la buena nueva de que íbamos ir de viaje, un viaje que duraría dos días y una noche. Esos viajes siempre nos ponen contentos pues durante unos días cambiamos el ritmo de clase y de trabajo.
Al acabar la clase estabamos los tres juntos y fue entonces cuando dijo Matías:
– Esta es nuestra ocasión – Jaime respondió:
– ¿Ocasión para qué?
– Para que va a ser, para por fin tomar, poseer a la profesora – respondió Matías.
Tanto Jaime como yo no dabamos crédito a lo que escuchábamos pero Matías siguió insistiendo:
– Si es nuestra oportunidad y no la podemos desaprovechar, tenemos que atacarla
A partir de ese momento y debido a la persistencia de Matías fuimos elaborando un plan para llevar a cabo esa obsesión que cada día iba creciendo en nuestras cabezas.
Por fin llegó el día. Cuando llegamos los tres al bus estaba ya casi todo listo para iniciar el viaje, tu mujer vestía una sudadera azul y unas mallas extremamente ajustadas de color gris. ¡¡ DIOS como le quedaban esas mallas, como le marcaban la rajita, el culo estaba tremenda¡¡¡.
El viaje duró unas dos horas y por fin llegamos al lugar de destino. Dejamos las maletas en una especie de bungalows, en cada uno de los cuales dormíamos cinco compañeros excepto en el de tu mujer que dormía ella y su compañera. Iniciamos la excursión y la verdad ninguno de los tres le quitamos ojo a tu mujer mientras duró la misma. Cada vez que se agachaba, cada vez que se sentaba alli estaban nuestros seis ojos esperando ver algo más. Una vez de vuelta de la excursión nos fuimos a duchar y a cambiar para luego cenar todos juntos en un restaurante que estaría distanciado de los bungalows uno 30 metros.
Estaba llegando nuestra ocasión, ahora o nunca. Cuando llegamos al restaurante solo faltaban tu mujer y su compañera por llegar, y a los pocos minutos llegaron. ¡Joder como vino la muy zorra! Llevaba unas sandalias planas y un vestido de tirantes de un material parecido al esparto que no le bajaba más allá de la rodilla. Estaba buenisima.
Para que nuestro plan saliese bien dos de nosotros teníamos que sentarnos a ambos lado de ella, así que Matías y yo hicimos lo posible para conseguirlo y, lo conseguimos. Durante la cena tanto Matías como yo no dejamos de lanzarle piropos como ¡ Qué guapa estás hoy! ¡ Que bien te queda el vestido!.
A medida que avanzaba la cena Matías y yo intentábamos intimar más con tú mujer hasta que una vez le solté
– Sabes, estás muy buena – al tiempo que mi mano derecha se posaba en su muslo izquierdo y empezaba a acariciarlo. Ella al instante me dijo:
– Sergio no sé que intentas hacer pero quita la mano de ahí.
A continuación fue Matías quien lo intentó repitiendo la misma acción que yo y recibiendo la misma contestación. No nos dimos por vencidos y gracias a nuestra persistencia conseguimos lo que buscabamos
– Al tiempo comencé nuevamente a acariciar su muslo y al tiempo comprobé que ya estaba casi apunto, pues timidamente me dijo:
– Estate quieto con la mano – y digo timidamente por que basto que yo le dijese – Tranquila no pasa nada, ya verás como te va a gustar.
– Para que ya me dejase hacer.
Le hice una señal a Matías para que mirase debajo de la mesa y comprobase como mi mano ya jugueteaba por su muslo. Fui lentamente ascendiendo hasta llegar a sus partes más intimas,¡Dios estaba excitadisimo! Ya mismo me gustaría follarmela brutalmente, pero teníamos que ir despacio.
Le empecé a acariciar su chochito aunque no accedía a su parte más jugosa pues tenía las piernas fuertemente cerradas. Le dije:
– Venga zorrita separa las piernas.
A lo que ella negó con la cabeza en un primer momento por que en cuanto entró en acción Matías ya se dejó. Matías agarro su pierna izquierda y la separó de la derecha, dejándome total libertad de movimiento. Lentamente fui acercando mi mano hasta su cueva y al fin entró en contacto con ella. Uhmm tu mujer se tuvo que tragar un gemido para no ser descubierta al tiempo que se mordía los labios fuertemente. Estaba empapada y la estuve sobando un buen rato hasta que decidí ir un poco más allá, poco a poco conseguí apartale las braguitas entrando así en contacto directo mis dedos con su coño. Uhhmm que empapada estaba la zorra, que excitado estaba yo y creo que ella:
– Para, no sigas – dijo muy suavemente, a lo que por supuesto no hice ni caso, más bien al contrario intensifiqué mi magreo genital.
Le tocaba los labios, el clítoris y estaba a punto de penetrarla, cuando se levantó y le dijo a su compañera que se iba a la cama por que se encontraba mareada. La compañera se ofreció a acompañarla pero nosotros le dijimos que acabase la cena que nosotros la acompañabamos.
Al salir del restaurante Matías y yo le cruzamos nuestros brazos a la altura de la cintura y Matías llevó su mano directamente a su culo.
– Ojalá no me arrepienta de lo que voy hacer hoy- dijo ella a lo que Matías respondió:
– Te vas arrepentir de no haberlo echo antes ya verás que buena follada te damos -.
Llegamos a su bungalow abrió la puerta y entró primero ella y luego nosotros, Nada más cerrar la puerta Matías no aguantó más, le puso sus manos en el culo la apretó contra él y empezó a morrearla de manera bestial. Yo mientras me puse detrás de ella de rodillas, metí mis manos por debajo de su vestido hasta llegar a sus bragas y comencé a quitarselas.
Entonces entró Jaime el cual a ver toda esa escena dijo:
– Veo que no perdeis el tiempo, esperad que voy por la cámara –
Matías separó su boca de la de ella, agarró su mano y la posó en su polla al tiempo que le decía:
– Venga a ver como me la tocas – entonces tu mujer comenzó su tarea de masturbación, sobando la polla y los huevos de Matias
– Uhmmmmm qué rico, que gusto, sigue, sigue no pares – decía Matías.
Mientras Jaime ya estaba grabando todo lo que alli estaba a suceder y yo le estaba besando ese maravilloso culo que ella tiene. Matías más excitado si cabe se desnudó por completo al tiempo que puso a tu mujer de rodillas y le dijo:
– Ahora comemela, toda, toda – tu mujer agarró su enorme polla con las dos manos y comenzó a comersela.
Jaime y yo nos denudamos y mientras tu mujer se comía la polla de nuestro amigo, nosotros empezamos a tocarla. Los pechos, el coño, el culo todo era recorrido por nuestras manos.
Matías obligó a la zorra a levantarse, la desnudo y la tiró encima de la cama boca arriba:
– Abre las piernas – le dijó, obedeciendo ella al instante, entoces el se tumbó encima de ella y la empezo a comer, la boca, los pechos, el vientre hasta llegar al coño ahí se paró e inició una comida bestial.
– Aiiiiii, ahhhhhhhhhh, másssssss – decía ella.
Mientras Jaime y yo nos colocamos cada uno a un lado de ella le agarramos sus manos e hicimos que nos empezase a masturbar. ¡Diosss,joderrr que gustazo, coma la menea la muy puta!
Al fin lo conseguimos allí estabamos los tres disfrutando a tope sexualmente con tu mujer. Matías se incorporó lo suficiente para que la cabeza de su polla rozase la entrada vaginal de tu mujer, estaba a punto de penetrarla y de un violento golpe le metió la polla hasta los huevos.
– Ahh, – gritó la perra, cuando sintió entrar todo ese trozo de carne por su chocho,
– Ahhhhhhhhh siiiiiiiii másssss, repetía.
Matías poco a poco fue intensificando su velocidad de penetración,
– Toma zorra, esto si que es una buena polla y un buen polvo – le decía,
mientras nosotros asaltabamos su boca, sus pechos, todo su cuerpo. Los jadeos y gemidos de tu mujer iban intensificando su velocidad y su intensidad, hasta que por fin rodeo el cuerpo de Matías con sus brazo y sus piernas fuertemente y empezó a correrse de manera celestial
– Ahhhh, ahh, dioss, me corroooo – no paraba de gritar mientras nosotros no dejabamos de animar a Matías.
– Venga follatela, así que se corre la muy puta, ya verás cuando contemos en el instituto que la profesora se corrió con tu polla dentro – Matías a penas podía hablar
– Joder yo también me corro pero me aprieta tanto que no me deja moverme – por fin consiguió pegar una penetrada profunda con la que consiguió que los dos tuviesen un orgasmo animal.
Se mantuvieron unidos varios minutos, cuando Matías se levantó de encima de tu mujer ocupó su lugar Jaime pero con una postura distinta. Ordenó a tu mujer que se colocase boca abajo, al tiempo que debajo de su vientre colocaba una almohada consiguiendo de esta manera que su coño quedase a una altura perfecta para ser embestido, se colocó entre sus piernas acercó su polla y se la metió hasta los huevos.
– Dios al fin me la estoy follandooooo, que gustoooooo – gritaba Jaime al tiempo que tu mujer comenzaba nuevamente a jadear.
La puso a cuatro patas y la empezó a penetrar de forma brutal
– Siiii, siiiiii, siiiiiiii, que gustazo – chillaba Jaime al tiempo que le apretaba con fuerza sus pechos.
Me preguntaba si tu mujer volvería a correrse. De repente tu mujer intentó cerrar las piernas lo que no le permitió Jaime:
– Estate quieta puta – le dijó, momentos después volvió a intentar cerrar las piernas ante lo que Jaime le dijo
– Quieres cerrarlas? Pues bien cierra a ver que haces – y que hizó? Seguro que tu ya lo sabes comenzó a mover su culo, sus caderas, su pelvis de una forma que provoca unos gritos de placer a Jaime y a ella impresionantes.
– Siiiii, putaaaaaaaa, muevete asiiiiiiii- decia Jaime al tiempo que tu mujer empezaba nuevamente a correrse, dios dos corridas en apenas quince minutos. Después de varias embestidas de Jaime los dos se corrieron mutuamente durante unos intensos minutos.
Ahora tocaba mi turno. Yo me tumbe en la cama boca arriba y ordene a tu mujer que me cabalgase. Ella se puso de pie encima se fue sentando despacio hasta que se introdujo toda mi polla – dios que gusto – la acerqué y le empecé a comer las tetas, menudo polvazo. De repente veo como Matías se pone de pie en la cama y como vuelve a tener la polla dura y gorda, se inclina sobre tu mujer y le mete su polla por el culo.
– Ahhh, me duele, me haces daño – gritaba la zorra.
Matías cada vez más excitado la penetraba más fuertemente al tiempo que le dijo a Jaime:
– Haz que se calle esta puta, – y Jaime no tuvo otra idea para que se callase que meterle toda su polla en la boca.
Dios era bestial yo follandome a tu mujer por el coño, Matías por el culo y Jaime por la boca. Fuimos acelerando nuestras embestidas hasta que los tres nos corrimos a la vez. Jaime no le sacó la boca de la polla hasta que estuvo bien seguro de que se había tragado hasta la ultima gota de corrida.
Por fin los tres fuimos despejando los orificios de tu mujer, nos vestimos y allí la dejamos, exhausta y agotada y muy pero muy bien follada. Fue una noche inolvidable que esperamos algún dia repetir“.
Después de leer la carta no me quedo más remedio que ver el video que me adjuntaban y decir que lo que alli vi superaba con creces los detalles sexuales que relataban en la carta.
Fue una noche de sexo brutal
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