Mi primera vez… Fue con tres.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por fabiolachicasexy.
Tal y como dije, todo quedó entre amigos.
Esos 3 chicos los conozco desde pequeños.
Incluso cuando mi papá obtuvo nuestra primera casa propia, mis amigos se mudaron a la misma privada (años más tarde supe que todos trabajan juntos en la misma empresa), fuimos a las mismas escuelas y pasábamos mucho tiempo juntos.
Pasar tanto tiempo juntos, evitó que nos diéramos cuenta de nuestros cambios físicos, emocionales y psicológicos, en especial los físicos.
No digo que hayamos estado ciegos y no notaramos que crecimos, sino que no les dimos importancia, al menos yo.
Por mi parte, desde pequeña he sido como llenita, no gorda, nunca gorda jaja, más bien, de buen tamaño, parecía más grande que los chicos de mi edad.
Sin embargo, como a los 11 años, casi 12, comencé a notar mis pechos más grandes y crecían redondos, mis caderas de conservaron anchas pero el plus se lo dió mi cintura, tanta actividad física con el aro y la bicicleta, se contrajo y le dió una forma muy bonita.
Lo que contaré ocurrió unos meses luego de haber comenzado la preparatoria, es decir, casi 15 años.
Previo a esta nueva etapa, mis papás me enviaron 2 meses a otro estado a una especie de campamento, que más bien tenía aspecto de centro psiquiátrico, pero no me importó, las actividades del lugar solo duraban 2 horas por día y teníamos el resto del día para nosotros.
Podíamos ir a la playa, a las plazas, a pasear, obvio bajo supervisión.
Me hice de buenas amigas y pasábamos excelentes momentos.
La compañía de chicas hizo cambiar un poco mi manera de comportarme, dejé de ser tan agresiva, ruda y más como una damita.
Obtuve gusto por las faldas, los jeans ajustados y dejé los pans, tenis y camisas de chico.
Cuando llegó el día de partir, faltaban unos días para comenzar clases, así que casi no salí de mi casa para descansar y estudiar un poco, previo al inicio de esta nueva etapa.
En ese tiempo no vi a mis amigos para nada pero nos texteabamos y charlabamos por messenger.
Vernos fue hasta el mero día de clases.
Llegué a la escuela antes para buscar mis salones, debo decir que la escuela era enorme, tenía un montón de edificios, pisos, pasillos, varios patios, laboratorios, salas de reunión; me abrumé un poco pero no perdí el control.
Por alguna razón, los chicos estaban prestos para orientarme.
No llevaba nada inusual, una falda tipo oxford color gris claro, una blusa de botones blanca y el caballo lacio largo cayendo a los lados de mis hombros con unas zapatillas de tacones bajitos.
Encontré todos los salones en los que estaría y tuve la oportunidad de conocer a un par de maestros antes de la primera clase.
Para el receso ya tenía una amiga y fuimos a tomar algo al patio del frente.
Y justo frente a mi, mis amigos.
Me vieron y casi corrieron hacia mí.
No lo podía creer, se veían increíbles, uno hasta bajó de peso y otro creció, pero lo que no había duda es que se veían guapísimos, de complexión un poco musculosa, sonrisas amplias y miradas con un brillo muy sexy, hasta mi amiga se puso nerviosa de que se acercaran de esa forma.
Heeey loca, ya no saludas a los amigos.
Lo siento chicos, no los vi.
No importa, ven a mis brazos loquita.
(Tenían muchos apodos para mí: loquita, monstruita, muñequita)
Fue un encuentro emotivo pero extraño, me miraban de arriba a abajo con intriga.
– pero qué te hiciste, loquita?- me dijo uno mirándo mis piernas.
– pues nada, cómo de qué?
– falda, tacones, cabello suelto? Que cambiazo.
– tenía que hacerlo, ya crecí jaja.
Y ni me digan nada que ustedes también son diferentes.
Mirense, ya no son palillos, fueron al gym o algo.
Bien arregladitos.
Hasta los dientes chuecos se fueron, jaja.
Les presente a mi amiga pero ellos no dejaban de mirarme.
A ella luego luego le gustó mi amigo Antonio.
En fin.
Nos despedimos y nos fuimos a Clases.
Estuve pensando mucho en ellos y lo mucho que habían cambiado, sus voces, sus estilos, sus cuerpos.
No me había dado cuenta, acaso, ¿Me estaba interesando en ellos? Imposible, son mis mejores amigos.
Al llegar a casa todo estuvo relax, apenas crucé la puerta y sonó el timbre.
Eran ellos, llegaron como 10 minutos antes que yo.
– te estuvimos buscando para regresar juntos y no te vimos, monstruita- me dijo mi amigo Jesús.
– jaja también los busqué pero nada, así que tome el camión.
-Como te extrañamos- dijo mi amigo Javier.
– yo también, pero pasen, tomemos algo.
Reímos, conversamos, comimos papitas y mucho refresco, contándonos todo lo que hicimos en las vacaciones.
La conversación de pronto se dirigió al sexo.
Por alguna razón, no me incomodé, al contrario, jugué con la idea.
Antonio: quien más me sorprende eres tú loca, que cuerpazo te hiciste, debías traer todos empalmados a los chicos.
Yo: jajaja no creo, ni les puse atención.
Jesús: no te hagas, con esas chichotas es obvio que sentías las miradas.
Yo: oyeee tonto, jaja, se los prometo, nada de eso, es más, fueron mis amigas las que me tuvieron fuera de eso porque nadie las veía a ellas jaja.
Javier: pues no es para menos, somos muy chavos aún, pero tú ya no pareces para nada una niña.
Justo cuando dijo eso sentí su mirada en mi pecho.
Yo: Y por eso me ves los pechos cabrón? Pinche pervertido.
Jajaja todos reímos y como que cortó la tensión.
Jesús: yo digo que perdamos la virginidad juntos para evitar pedos, jaja.
Yo: sí, opino lo mismo.
Y todos me miraron desconcertados.
-ponte Javi, que Jesús quiere hacerte suyo- dije.
En ese momento mi padre abrió la puerta y nos vio en la sala riendo como tontos.
Nos saludó y se quedó solo unos minutos con nosotros.
Los conoce de siempre, no tuvo razón para desconfiar o tener que estar ahí, así que nos dejó.
Un rato más de platica y nos despedimos, pero esa noche estuve intranquila por el comentario de la virginidad.
Lo dejé pasar y los mesed transcurrieron, todo normal, pasaron incluso los exámenes y llegó el fin de año.
Para esas fechas ya todo era más abierto entre nosotros, hablábamos de sexo como si nada, jugueteos, palabras sugerentes y luego hasta se apretaban sus penes cínicamente para que los viera jaja.
En diciembre se dió mi primera vez, no lo planee, ni lo busqué, sólo se dio.
Nos dieron calificaciones y nos fuimos de vacaciones súper tranquilos con muchos dieces.
Una tarde fuimos a un centro comercial, mi madre nos llevó y nos recogió ya noche ahí, compramos ropa, comimos, entramos al cine y hasta salimos a las jardineras a tirarnos.
Ese día recuerdo bien que no me puse bra, me puse un top para evitar que mis pechos se marcaran mucho, una blusa azul marino sin mangas y un poco de escote, medio apretada y unos jeans ajustados.
Y aún así, no dejaban de mirarme.
ni yo a ellos.
Javier: y quién va a hacer la posada?
Yo: Pues mis papás quieren hacer cena de navidad, creo que ya les avisó a todos los vecinos.
Jesús: sí, ya me dijo mi papá.
Qué se van a poner? Todos dijeron sus ropas y luego yo.
Yo: pues creo que algo navideño, un trajecito rojo, ya saben, falda roja, blusa blanca, guantes y gorro rojitos, jaja.
Unas botitas verdes que contrasten.
Antonio: no pues yo quiero ver eso.
Javier: yo pago por ver eso.
Jesús: no pos me mato.
Jajajaja.
Yo: cálmense, no es nada del otro mundo.
Mi madre no permitirá que sea muy sexy, soy su niñita todavía.
Llegó la fiesta y nuestra noche.
Contrario a lo que creí, mamá sí ajustó bonito mi vestido, me encantaba, era un vestido de una sola pieza, el holan de la falda estaba abajito de medio muslo, en la cintura tenía un cinturón negro grueso y de arriba estaba de infarto, tanto en el holan como en la parte superior del vestido tenía peluchito blanco, tiras preciosas, de cuello redondo y dejaba marcarse muy bien mis senos, tanto que no pude evitar tocarmelas, levantarlas y mirar en el espejo como se verían si se asomaran del vestido.
No hacía falta asomarlas, ya se veían grandes y redondeadas.
Me puse los guantes blancos, el gorrito rojo y mis botitas verdes.
Me maquille bonito, con unos labios rojos pero no muy sugerente.
Me veía preciosa.
En la noche ya habían muchos de los vecinos en casa y mis amigos no llegaban.
Dieron casi las 8 cuando llegaron.
No pudieron evitar halagarme y mirarme infartados.
Yo lo tomé como broma pues ellos también se veían muy bien y nos compartimos comentarios.
Durante la noche bailamos, bromeamos y nuestros padres hablaban de los años de amistad entre ellos y nosotros.
De a poco nos fuimos apartando cuando los mayores comenzaron a beber y ya estaban ebrios.
Para eso ya eran casi la 12 y los vecinos comenzaron a irse, excepto los papás de mis amigos.
Entre risas en el patio, comenzó lo que sería una noche muy activa.
Antonio se apartó un poco mientras Javier y Jesús charlaban, yo me acerqué a él y le pregunté que qué le ocurría, me dijo que nada pero quería decirme algo, pero en privado.
Caminamos un poco a la entrada de la privada y no había nadie ahi.
Qué pasa Antonio?
Sabes monstruita, me preguntaba si te gustaría ir el próximo fin conmigo a un día de campo, mis papás irán con sus amigos de trabajo y no quiero estar solo.
Claro.
Pero pues si les decimos a los otros igual y la pasaríamos mejor.
Bueno, es que, yo.
Qué pasa?
Es que me gustaría estar solo contigo.
Antonio, no hagas esto, somos grandes amigos, no lo vale.
Porqué lo dices?
Mientras estaba en el campamento Javier y luego Jesús me pidieron andar con ellos, pero no estaría bien, nos conocemos y queremos tanto que alguien saldría herido y yo no quiero eso.
Bueno, eso es cierto, pero no pude evitarlo, cuando te vi en el patio de la escuela, me enamoré.
Son chicos grandiosos.
Y yo los quiero por igual.
– pues con los 3- dijo Javier acercándose con Jesús.
Ni los escuché que venía, me sorprendí mucho y más aún con su comentario.
Yo: los 3 qué tonto?
Jesús: no te hagas loquita, tú nos quieres y nosotros a ti y si somos tan amigos no nos molesta compartirte mientras sea entre nosotros.
Yo: jajaja, están locos, nunca.
Jajaja.
Vayanse a hacer ideas pajeras a sus casas jajaja.
Noooo.
Jajajaja.
Antonio: si no pruebas no puedes decir que no.
Yo: esto no es para andar probando, no sean tontos.
Los quiero pero esto es mucho.
Además, no están pensando en todo.
Y cuándo queramos tener una cita, a poco vamos a ir los 4? No sean pinches cínicos y ubiquense.
Javier: podríamos ponernos de acuerdo en las fechas, tener en cuenta futuros compromisos, hacer un calendario organizado y compartir equitativamente los días.
Yo: en serio no sean tontos.
Cuando me vean todos con uno y otro todo el tiempo me dirán hasta de lo que no.
Se van a hacer unos chismes horribles y yo odio eso.
Dejen de pensar con el pito.
Jaja.
Jesús: si no me lo pusieras tan duro loquita, pensaría que en serio tiene su propio cerebro.
Jajaja.
Yo: aaay que sucio.
No puedo creerlo, mejor ya vámonos.
Javier: creí que solo yo la traía así.
Antonio: no Javi, todos andamos así, hasta los vecinos, jajaja.
Jesús.
Sí es cierto, viste al señor Valtierra, se la comía cada que pasaba y con su altura no perdía detalle de sus nenas.
Jajaja.
Yo: cállense, no es verdad.
Y ni se hagan ideas locas que ni piensen que les daré algo de mí.
Jaja.
Entre Jesús y Javier me tomaron de las piernas y los brazos y me llevaron al patio trasero de Javier mientras reían y gritaban "siiii, como no, vamos a divertirnos, jajaja, esto sí es de amigos, compartir las cosas buenas que tiene la vida".
Yo pataleaba pero no podía dejar de reír y decirles locos.
Yo: jajaja, yaaaa, chicos, basta.
Manchen, están arrugando mi vestido.
Antonio: ahorita lo arreglamos.
Entramos por la puerta de atrás y estaba todo muy oscuro, aunque no hizo falta la luz, apenas sentimos que estábamos adentro, cerraron la puerta y ahí en plena cochera comenzaron a manosearme.
Yo: nooo yaaaaa, voy a gritar eeeh.
Bastaaaa me hacen cosquillas, jaja, neta los odio cabrones.
Fue muy extraño, me estaba excitando de sobre manera, sentía tantas manos que no sabía de quién era cuál.
Entonces dejé de resistirme, yo sabía que también quería eso.
Elevé mis manos y las puse en mi nuca, abrí ligeramente las piernas y fue suficiente para que supieran que ya no me resistiría y las palabras fueron reemplazadas por ligeros gemidos y movimientos de mi cuerpo como respuesta a sus toqueteos.
Jesús: no que no loquita.
Es más, entre los 3 somos el hombre perfecto.
Yo: no digan nada o me arrepentiré.
Sus manos me tocaban cada centímetro del cuerpo, me apretaban mis pechos, mis nalgas, paseaban entre mis muslos y daban ligeros roces a mi vagina.
Igual me besaban por el cuello, los oidos, uno se aventuró y me besó el ombligo.
Ya no podía conmigo y el placer cuando sentí un tirón de mi vestido desde la cintura y dejó al descubierto mis senos, obvio traía un bra, pero era de media copa, lo que dejaba ver la mitad de mis pechos.
Javier: aah carajooo, pero que cosotas Fabi.
Jesús: nooo es ciertoooo.
Yo: y qué piensan hacer? Ummm.
Antonio: con permiso niños.
Jajaja.
Y desde atrás pasó sus manos al frente y me las apretó tan rico que solté un gemido seco pero muy lujurioso.
Comenzaron a pelearse por mis pechos.
Javier: oye noo, yo las vi primero.
Jesús, sí pero yo le bajé el vestido.
Yo: y así querían compartir citas si no pueden compartir un par de pechos.
Están cabrones.
Jajajajaja.
Antonio: sí sí, hagámoslo bien.
Ya sentía una boca en cada una de mis tetas, nunca había sentido nada así, cuando succionaban, sentía mis pezones erizarse y pedir ser mordidos o apretados, con mucha suavidad acariciaban mis pechos redondos y parados.
Una mano juguetona se escabulló hasta mi vagina y me la sobaba despacio y muy placentero, solo me frotaba, pero yo ansiaba sentir un dedo intentando meterse.
Yo: ummmm chicos, ya, ummm yaaa, por favor, deben estar buscandonos.
Antonio: no lo creo, solo un poco más.
Tienes un cuerpo delicioso.
Justo cuando dijo eso, una mano tomo la mia y la puso justo en su pene.
No puede ser, quien fuese, la tenía de fuera y dura.
Nunca había sentido una, era Caliente, pero no fue solo esa, sabía que Antonio estaba atrás de mí, pasó mi mano para atrás y también la puso en su miembro.
Ya tenía dos y solo atiné a apretarlas y tratar de sobarlas, que duras las tenían ya, eso me excitó mucho.
Yo: chicos, no podemos hacer esto, son 3.
Javier: qué nunca has visto una porno? Y con sus manos se apoyó de mis hombros y me empujó hacia el suelo.
Ya sabía lo que quería.
Yo: está bien chicos, pero por favor, con calma, nunca lo he hecho.
Antonio: es una noche de primera vez para todos?
Jesús y Javier: sí, jajaja.
Yo: y sin luces esto está de locura, lo admito.
Y por favor, sin pelearse.
Cerré mis ojos para no saber a quién se la mamaba, aunque a veces los gemidos los delataba jajaja.
Era algo muy pervertido, chupaba una y con mis manos masturbaba a los otros.
A veces las manos bajaban y me apretaban las tetas o tomaban mi cabeza para meterme su verga más a la boca.
Era una situación muy morbosa, mi conchita se mojaba cuando empujaban la verga hasta mi garganta.
Solo la de uno no me cabía toda o me hacía dar arcadas ( más tarde supe que era la de Jesús).
No había duda que lo que hacía los tenía en el cielo, para no haberlo hecho nunca me sentí una experta con sus gemidos y halagos.
A veces succionaba y a veces lamia como si fueran paletas.
Hacía círculos con mi lengua para luego moverme de atrás hacia adelante con rapidez o muy lento.
No sé cuánto tiempo llevaba así, pero debía ser mucho, porque ya no sentía mis labios y tenía las manos muy cansadas, debieron ser como 20 minutos, fácil.
Creí que esperarían para correrse juntos o algo así, pero no, Antonio fue el primero en terminar, y que manera, ni me avisó y me llenó la boca de semen, nunca lo había probado, era demasiado amargo, el estuve a punto de vomitarlo pero me aguanté y lo tragué.
Fueron 3 chorros muy espesos, era casi como chicloso.
Antonio: aaah perdón loquita, quise esperar a que la sacaras pero me ganó.
Yo: aaaah Antonio, te pasas, pero woow.
Seguí con Jesús y Javier y Javier me pidió algo que luego se volvería mi vicio.
Javier: ya casi termino yo loquita, hazme un favor y levántate un poco.
Tomó mis pechos y soltó mi brasier dejando salir mis tetas.
Dobló un poco sus rodillas, me apretó las tetas y con su propia saliva mojó la parte media de mis senos para poner su verga y empezar movimientos de arriba a abajo.
Javier: aaah carajooo esto está de huevos loquita, como tenía ganas de hacer esto.
Yo mientras seguía masturbando a Jesús.
Y tal como lo dijo, fue cosa de un minuto para que se corriera.
Dejó salir un chorro fuerte que cruzó mi cara y fue hasta mi cabello y luego otros 3 que cayeron entre mi cara y mis tetas.
Javier: aaah aaah estupendo loquita, puedo morir feliz.
Yo: que exagerado.
Ya sólo faltas tú Jesús.
Jesús: no te haré esperar, ya me arde el pito pero quiero correrme completamente en tus pechos, sí?
Yo: estamos en noche de primeras veces.
Hazlo.
Me metí su verga a la boca y se la mame rápido, como me lo pidió, era mejor así, él mismo tomó mi cabeza y me metía la verga tan adentro como podía, fueron como dos minutos así cuando la sacó, yo apreté mis tetas y se las puse debajo de su pene, al instante salió el primer chorro y luego otro y otro más largo.
Rayos, era mucho, era más que el de Javier y Antonio juntos.
No podía ver muy bien su cara pero se veía como se retorcia.
Jesús: ooh monstruita, no mames.
Yo: no ya no, ya se las mame mucho, estoy exhausta, Jajaja.
Javier: neta Fabi, esto estuvo de locos.
Yo: bueno chicos yo los aprecio mucho y no esperaba que por sexo nos separaramos.
Además, sí estuvo rico.
Alguien páseme algo para limpiarme.
Me puse mi bra y subí mi vestido, por fortuna el perfume cubría muy bien el olor a semen.
Nos dirigimos a la sala y ahí prendimos las luces.
No parecía qur hubiéramos hecho nada excepto por un detalle, tenía un poco de semen seco en el cabello.
Jaja.
Me limpié y nos sentamos en circulo.
Jesús: oigan.
Saben que estaría de huevos?
Antonio: sí wey, todos pensamos lo mismo pero no depende de nosotros.
Yo: o sea, les acabo de dar la primera mamada de su vida y todavía quieren cogerme? No chinguen.
Javier: bueno, técnicamente, nos quitaste la virginidad pero tú aún tienes la tuya y se supone que la perderíamos todos.
No fue el trato? Jaja.
Yo: no manchen, pinches calientes.
Javier: yo solo decía, no te encabrones loquita.
.
Y si quieren saber que les dije, comenten mi relato y díganme si les gustó.
Este lo conté porque varios me propusieron contar mi primera vez.
Y gracias por leer mis dos relatos anteriores.
En el próximo, la orgía se puso buena.
Jejeje.
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