Mi Tio me lleva en Taxi a casa de la Abuela.

Mi papa me manda a casa de la abuela sola con el pedófilo pervertido de mi Tío, asi que entre el y el taxista me la meten bien rico.
Ese viernes por la noche, mi papa cometió el peor error de su vida al enviarme en taxi, sola, con apenas 8 años, con mi Tío a la casa de la abuela. 

Según él tenía mucho trabajo y no podía llevarme, de seguro se iba a tomar a casa de algún amigo, donde acostumbraban a llegar con algunas putas. 

Lo que él no sabía es que mi tío era un viejo pedófilo pervertido y siempre que podía, cuando estábamos a solas, me la daba a mamar y me manoseaba todita encuerada, para luego metérmela a su gusto por donde se le antojaba, 

Así que, nos subimos al taxi en la parte de atrás, enseguida me puso la mano sobre su bulto para que se la acariciara. La verdad es que eso a mí me gustaba, pero eso no le quita lo pedófilo. 

El taxista nos veía asombrado por el retrovisor, note como él también se la empezaba a manosear. Esa situación lo estaba poniendo caliente. 

Al poco, mi Tío se la saco y me la dio a mamar. Yo accedí de buena gana, ya que como les digo, el hacia eso conmigo muy seguido. Así que me dispuse a disfrutarla sin pena alguna. 

Al poco, ya estaba oscureciendo y mi tío se bajó los pantalones y me quito los calzones, sentándome entre sus piernas frente a él y me la metió todita, yo lo abrace por el cuello para sujetarme y me empezo a besar en plena boca mientras me cogía bien rico. 

El chofer nos veía incrédulo y yo le sonreía coqueta, al tiempo que yo cerraba los ojos y nomas suspiraba empezando a gemir de placer. 

Mi tío me dio una buena cogida hasta que, jadeando, se terminó dentro de mí. 

El chofer se detuvo en un paraje solitario bastante oscuro y le dijo a mi tío que él también quería cogerme, que si le daba permiso. 

La mente de mi Tío dio un vuelco, si ya de por si cogerse a una menor lo ponía loco, la sola idea de ver que otro viejo me hiciera lo mismo, lo hacía estremecerse de lujuria y perversión, así que, sin más, acepto la pervertida sugerencia del chofer del taxi y el mendigo pervertido le dijo que sí. 

Entonces se cambiaron de lugar y mi Tío se pasó al volante en lo que el chofer se pasaba para atrás sentándose a mi lado. 

Se bajo los pantalones y me la dio a que se la agarrara. La tenía ya muy dura y se sentía muy caliente en mi mano. Me gustaba como se sentía, entonces ya me la dio a chupar, ufff sabia bien rico, eso me gusto y se la empecé a mamar disfrutando de lo lindo. 

Poco más tarde, me acomodo en cuatro sobre el asiento y me puso de a perrita. Sin más me la metió, el hombre se sorprendió de que me entrara todita y sin problema, comprendió enseguida que yo ya llevaba tiempo en esto, a pesar de mi corta edad. 

Eso lo puso de lo más caliente y me empezó a coger con todo, me jalaba de las caderas y me la empujaba fuertemente haciéndome estremecer. 

El viejo taxista era muy aguantador, me estuvo cogiendo un buen rato haciéndome gemir, jadear y suspirar, hasta que finalmente se vino tremendo dentro de mí, llenándome todita con sus chorros de leche caliente. 

Yo me sentía en la gloria, pero ya no me pude aguantar más, lográndome terminar en un orgasmo abundante, delicioso. 

Mi Tío estaba como loco obsesionado con el tremendo panorama que acababa presenciar, masturbándose, a pesar de que se acababa de venir dentro mío. Entonces se le ocurrió una muy brillante idea. 

A medio camino, a mi Tío se le ocurrió pasar a ver a unos amigos que estaban por el rumbo. Invito al chofer del taxi a pasar a tomarse unas copas. 

Entramos a la casa y me sorprendí ver que había cuatro hombres mayores, de la edad de mi Tío, más o menos todos estaban entre los 60 algo así. Enseguida note su mirada libidinosa y pervertida al verme entrar. 

Miren lo que les traigo, grito mi Tío a modo de saludo. Todos se acercaron a saludarme, me cargaban y me daban besos en la mejilla saludándome, eso me hizo gracia, en verdad me cayeron simpáticos los señores. 

Poco más tarde, sin más, los 6 viejos pervertidos se empezaron a encuerar delante de mí, quedando totalmente desnudos junto a mí. 

Yo les miraba las vergas, asombrada, en verdad las tenían grandes y gruesas, sin querer me estremecí, sin poder quitarles la vista, sentí como se me hacía agua la boca presintiendo que pronto me estaría dando daría un gran banquete con todos ellos. 

Miren la putita, no deja de mirarnos, decían, se ve que le encanta, decían entre ellos y se reían morbosos. 

Si, y no saben que rico la mama, les decía mi Tío, sintiéndose orgulloso. Y si vieran que rico coge, completo el taxista. 

Todos se me quedaron mirando asombrados, entonces todos se acercaron a mí, uno me la dio a mamar y oros dos pusieron mis manos sobre sus vergas haciendo que se las acariciara. 

Otros dos me empezaron a acariciar las nalgas acariciándome el sexo y metiéndome los dedos en el culo. Mi tío se acostó en el suelo boca arriba y haciendo que me agachara un poco me empezó a lamer el sexo chupándome el clítoris bien rico, haciéndome estremecer. 

Nomás imagínense la escena, 6 hombres para mi solita. Me empecé a poner bien caliente y empecé a gemir. 

Miren, decían los pervertidos, la zorrita ya se está poniendo caliente, que bárbara, es toda una putita y a su corta edad. 

Así empezó la tremenda orgia, donde todos me dieron verga a su antojo, metiéndomela por todos lados. Yo estaba loca de placer, me convulsionaba de lo excitada que ya me había puesto, sentía como se me salían los jugos de lo excitada que estaba. 

Los 6 hombres me cogieron y me disfrutaron de lo lindo durante horas, haciéndome a su antojo como muñeca de trapo. 

Finalmente nos fuimos y llegamos a casa de mi abuela a medianoche. 

Yo de inmediato me fui a acostar ya que estaba super exhausta, de la tremenda cogida que me dieron los viejos pervertidos. 

Mi tío y el taxista se quedaron a dormir en el cuarto de los huéspedes, ya que era muy tarde para que se marcharan. 

Al otro día temprano, antes de irse, pasaron a mi cuarto a despedirse e hicimos el mañanero entre los tres, me volvieron a dar otra tremenda cogida entre los dos, dejándome totalmente satisfecha, llena de leche. Que rico es que te despierten así, ¿no creen? 

Mas tarde, llego mi papa me pregunto cómo me había ido en el trayecto a casa de mi abuela. Yo solo le sonreí recordando todo lo sucedido, le agradecí en silencio haber cometido la tremenda pendejada de haberme dejado ir sola con mi tío, pensando que con el estaría segura. 

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