Nuestra primera fiesta sexual
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Sinlimites44.
Me llamo Fran, tengo 43 años, y estoy casado con Miriam, de 41, los dos hemos disfrutado del sexo pues es algo que nos apasiona, pero nunca imaginamos que íbamos a vivir esta historia que voy a contarles.
Ocurrió hace dos años en la que acudimos a una fiesta invitados por uno de mis socios.
Fue una velada tranquila que no hacía presagiar nada de lo que sucedería después de la cena.
Éramos cuatro parejas, nuestro anfitrión Miguel (42 y su esposa Eva (39), y otros dos matrimonios, Juan (44) e Isabel (40) y Jesús (38) y Carmen (36).
Miriam y yo era la primera vez que acudíamos a una de esas fiestas y pronto intuimos que era una fiesta muy especial, aunque no fue hasta los postres cuando vimos confirmadas nuestras sospechas.
Justo al pasar al salón para tomar una copa.
Miguel se dirigió a nosotros y nos habló claro, “os hemos invitado porque queremos que paséis a formar parte de nuestro grupo, entenderemos que rehuséis a integraros en el, cuando os explique lo que significa estar en el grupo, pero si aceptáis será con todas las consecuencias”.
Después nos explicó que era un grupo exclusivo para matrimonis, que se reunía para practicar sexo entre ellos.
Miriam y yo habíamos fantaseado muchas veces en nuestras relaciones sexuales con que realizábamos intercambios con otras parejas, pero no era algo que nos hubiéramos planteado más allá del juego amoroso.
Al escuchar a Miguel ella me miró sorprendida, tanto como lo estaba yo, aunque hubo complicidad en que tal y como iba la velada algo sospechábamos.
Pedí al resto de los presentes que nos dejaran tiempo para decidirnos y Miriam y yo pasamos a un cuarto para discutirlo.
Tras un tira y afloja entre ambos, nos pudo la curiosidad, y decidimos aceptar.
Al regresar al salón Miguel nos puso al corriente de las normas y a continuación y tras dar el consentimiento a todo, pasamos a una gran sala, donde nuestro anfitrión no repartió unas tarjetas entre las mujeres, cada una de un color, los mismos que se distribuían por una ruleta que hizo girar.
Azul fue el color que decidió el azar, y que correspondía a Isabel , a la que le dio a elegir un sobre, lo abrió y leyó: “Follará a pelo con quien decida su marido”.
Juan se acercó a Miguel y se la ofreció.
Luego comenzaron a follar mientras el resto los observábamos.
La mujer a cuatro y Miguel penetrándola entre gemidos, mientras Juan encendido, llamaba “puta” a Isabel y pedía a Miguel que la preñara, “hazle el tercero, por puta”.
Isabel entre gemidos decía: “si soy puta, me gusta cómo me folla”.
Cuando terminaron, nueva vuelta a la ruleta, y color verde, Eva cogió otro de los sobres y leyó: “Diez latigazos en su coño, antes de ser follada con condón por quien elija su esposo”.
Y Miguel me eligió a mí.
Me acerque a ella y tumbe en la cama boca arriba, atando sus tobillos y muñecas a las patas , y le solté uno a uno los latigazos en su afeitado chumino, a cada azote un lamento mas fuerte salía de su boca junto con un “castígame, soy tu perra”, así hasta que la desaté e hice me colocara un condón con la boca, después la folle a lo monje.
Nueva vuelta a la ruleta y de nuevo el color azul.
Isabel se estremeció y extrajo otro de los sobres para leer: “Elige a una mujer para comerle el coño hasta que se corra” y mirando a Miriam la eligió, colocó la boca entre sus piernas y lamio y chupo con fuerza, entre los jaleos de los hombres: “vamos guarra haz que se mee ese chochito” y “la otra guarra está deseando correrse en esa boquita”.
Al cabo de unos minutos Miriam explotó, e Isabel siguió dándole su lengua hasta hacerla chillar de gusto”.
La cuarta tirada fue para el rojo, el de Carmen, está cogió el sobre y su cara se paralizó, no pudo leerlo, y tuvo que ser Jesús quien lo hizo: “intento de preñado, por lo que follará con todos los hombres menos su marido y sin prevención alguna”.
Carmen negaba con la cabeza suplicando el cambio de sobre, algo que podía consentir solo Jesús, pero este asintió y Miguel fue el primero en follarla, yo y Juan nos fuimos alternando con él hasta que estuvimos a punto de corrernos, primero lo hice yo, luego Juan y finalmente el anfitrión.
Giró la ruleta y se paró en el amarillo, el de Miriam, miré ansioso como cogía el sobre y lo abría para leer: “elegirá a una de las parejas para que el hagan lo que deseen”.
Por cortesía eligio a los anfitriones, sin saber que Miguel y Eva, la iba a hacer follar con su perro.
Antes el matrimonio distrutarían de su coño usando su boca y Miguel su polla, aunque sin llegar a correrse dentro de ella, cuando lo hizo fue en sus tetas haciendo que Eva las limpiara con su lengua, antes de que Bastón, su pastor alemán, se abotonara a ella.
Miriam con el rostro totalmente desencajado, temblaba al sentir al animal dentro de ella.
Yo viendo la escena no tarde en tener una abundante corrida.
Hubo una sexta vuelta a la ruleta, que se detuvo en el rojo.
Carmen cogió el sobre y leyó: “Elige a otra mujer para que sea follada por tu esposo y que el marido de ella elija si lo hace con condón o no”.
Carmen miró a Isabel y la señaló.
Juan pidió se usara goma e Isabel respiro profunda antes de sonreírle.
Jesús colocó a Isabel a cuatro y la follo con rabia, levantado gritos y gemidos de la mujer.
“Tu esposo te ha librado de un preñado seguro, pedazo de puta, pero no de que te rompa el coño”, decía Jesús mientras se corría de gusto y dejaba a Isabel exhausta sobre el lecho.
Terminada la ruleta, cada hombre por edad, fue eligiendo a una mujer.
Miguel a Miriam, Jesús a Isabel , Juan a Eva y yo a Carmen, retirándose cada uno a una habitación con la única premisa de follar con condón.
Durante la madrugada folle con Carmen un par de vec es, además de hacerla hacerme una mamada bestial.
Me dijo que llevaba un año en el grupo y que esa noche había sido la mas difícil pues estaba en periodo fértil y había follado a pelo y sin poder usar el DIU, pues en una anterior sesiones acordó que ninguna mujer del grupo lo usara, ni DIU ni ningún otro aparato similar, solo condón.
A la mañana siguiente Miriam regresó a mi lado y me contó su madrugada con Miguel, “me ha usado por el culo, y me ha hecho lamer el suyo, luego me ha follado el coño y la boca, repetidas veces hasta caer rendidos”.
No entró en detalles pero de vuelta a casa, me dijo que estaba deseando ser la anfitriona de la siguiente sesión.
Pero esa será otra historia.
Continuará
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