Rocío, adicta al sexo en grupo – 2.5 Aventuras de adolescente
Como les había contado en el anterior relato, había empezado a tener sexo con mis amigos Oski, Juli y Martín, como ellos podían satisfacer mi necesidad de verga, no sume nuevas vergas a la cuenta por un par de años, aún así tuve muchas aventuras que voy a ir contando en este relato..
A mis 13 años era costumbre para mi y mis amigos tener sexo en la casa de Martín, podíamos estar hasta altas horas de la madrugada donde esos diablillos no paraban de llenarme mis agujeros con su semen, cuando terminábamos generalmente iba al baño para lavarme. En esas idas al baño generalmente me cruzaba con su papá, en un principio solo nos quedamos hablando aunque no hacíamos nada, era muy excitante estar completamente desnuda y cubierta de semen hablando con el padre de mi mejor amigo. Con el tiempo me animé a llevar las charlas más allá, pidiendo su ayuda para limpiarme, él aprovechaba para tocarme cada centímetro de mi cuerpo y como recompensa yo le chupaba la verga, él no me quería coger porque pensaba que era la novia de su hijo. Me daba un poco de lástima por Martín, me había pedido de ser su novia, pero ahora no solo tenía sexo con sus amigos también le chupaba la verga a su padre, a la vez no podía evitar sentirme un poco mal por su madre, en ocasiones la saludaba teniendo el semen de su hijo en mi vagina y el semen de su marido en mi garganta.
A los 14 años recuerdo que fui de vacaciones con mi mamá y mi tío Fernando a una playa muy conocida. Mis tetas habían crecido un poco más y como estábamos en la costa y hacía buen clima, yo me negaba a usar remeras, por lo que solo usaba un bikini con un short muy cortito. A mi mamá le decía que me vestía así por el calor y porque estaba de moda, pero en realidad era una escusa para mostrarle las tetas a los chicos que me parecían lindos. Así cada vez que veía un chico lindo, sin importar donde estaba, yo esperaba que me viera y entonces me corría el bikini mostrándole una de mis tetas. No importaba si estaba en la calle, en la plaza o en un restaurante, yo veía un chico lindo y le mostraba mis tetas, eso me valió para pasar esos días de playa rodeada de chicos. Durante las tardes nos poníamos a jugar juegos de mesa o ver películas, algunas veces aprovechaba para sentarme arriba de mi tío solo para sentirle su verga, y obviamente cuando estábamos en esa casa me masturbaba con la puerta de mi habitación abierta, esperando que mi tío me viera, pero nunca sucedió. También durante las noches cuando mi madre y mi tío se quedaban dormidos yo aprovechaba para salir a caminar desnuda por el pueblo para calmar un poco mi necesidad de verga, como era un lugar poco concurrido la calle siempre estaba vacía, salvo el último día que me cruce a unos chicos viajando en choche, me quedé un rato hablando con ellos completamente desnuda, ellos aprovecharon para tocarme un poco las tetas y me invitaron a una fiesta, pero no tenía buenas experiencias con esas «fiestitas» así que me negué y me fui corriendo a la casa que mi mamá estaba alquilando.
Mi cumpleaños de 15 fue un autentico descontrol, como no tenía amigas prácticamente, casi todos los invitados eran chicos de mi edad, y todos a esa altura me habían tocado las tetas aunque sea una vez se imaginan como fue esa noche. Mis tetas habían crecido un montón y apenas entraban en mi vestido, como el escote era en forma de corazón mis tetas se veían increíbles y eran como un faro para pajeros. Al principio la noche era tranquila, los chicos solo me hacían algún que otro comentario o me rozaban tímidamente las tetas, pero a medida que la noche fue avanzando comenzamos a bailar, los chicos no tardaron en rodearme para bailar conmigo. No paraban de tocarme las tetas, también en cada oportunidad que tenían me bajaban el escote dejando mis tetas al aire para que todos los invitados me vieran, yo me acomodaba, pero a los segundos estaba bajo de nuevo. Mi prima Romina se dio cuenta y vino a mi rescate, dejando que mis amigos también la manosearan a ella, pero terminó teniendo el efecto contrario. Los chicos se volvieron más intensos y pasamos más tiempo con las tetas descubiertas que cubiertas, tanto que dos de mis tíos por parte de mi papa se dieron cuenta se acercaron donde estábamos nosotros y cuando pensé que me iban a retar ellos me bajaron el escote como lo hacían mis amigos y comenzaron a bailar conmigo. El baile con mis tíos fue tan excitante, que no me pude aguantar y los lleve al baño donde les chupé la verga al mismo tiempo. en el baño también encontré a mi prima chupando las vergas de mis amigos, estuvimos ahí un rato y luego volvimos a la fiesta cubiertas de semen, ahí jugamos un juego y los que perdieron tuvieron que chupar el semen que teníamos en nuestro cuerpo, fue muy divertido y excitante. Creo que esa noche todo el mundo, incluida mi familia, me conocieron las tetas.
A los 16 años empecé a ser un poco más bonita, mis rasgos se volvieron más adultos y mis tetas habían alcanzado su tamaño máximo. Ya estaba completamente acostumbrada al manoseo y a esa altura si alguien no me había tocado las tetas era simplemente porque no quería. Yo era cada vez más intrépida y conocida en mundo de los chicos, seguía teniendo sexo solo con mis tres mejores amigos, pero ocasionalmente le llegué a chupar la verga a otros chicos, a mis tíos y sus amigos, los padres de mis amigos, incluso al preceptor de mi colegio. En natación ya no usaba el vestidor de mujeres, solo usaba el de hombres, incluso mi instructor accedió a entrenarme con el grupo de chicos, había días en los que me bajaban la malla dejando mis tetas al aire y no dejaban que me la acomodara de nuevo, en la pileta aprovechaban cada momento para apoyarme sus vergas y manosearme cada parte de mi cuerpo. Las duchas eran una lucha entre ellos para ver quien se bañaba conmigo, vivían pidiéndome fotos o videos, yo siempre accedía incluso me masturbaba para ellos. Cuando iba a ver los partidos de fútbol de mis amigos por lo general también entraba al vestuario de varones cuando terminaba el partido para chuparle la verga al que había metido más goles, ahí me empecé a hacer famosa no solo con sus compañeros de equipo sino también con sus oponentes y chicos de otros equipos. En el colegio también pasé a usar solo el baño de hombres, todo el tiempo me cruzaba con chicos que no me conocían y no entendían porque estaba ahí pero tampoco se quejaban. Las tardes y las noches las pasaba teniendo sexo con mis amigos que a esa altura ya eran verdaderos expertos en el sexo, ocasionalmente salían con otras chicas, pero nunca dejaron de tener sexo conmigo, sobre todo porque me podían coger los tres al mismo tiempo.
A los 17 años comencé a cuidar al hermano pequeño de Martín como un trabajo a medio tiempo, un día mientras él y sus amiguitos hacían la tarea, recordé el día que tuve sexo por primera vez con Martín y estaba segura que el pequeño me había visto desnuda, así que le pregunté por ese día, y el me confesó que si las había visto. Sus amiguitos no lo podían creer, yo le dije que me habían crecido un motón desde esa vez y si me las quería ver de nuevo, su amigos contestaron por él y yo obviamente les mostré mis tetas, ellos comenzaron masturbarse y por un momento pensé en desvirgarlos para ser su primera experiencia sexual como lo fui para su hermano pero me contuve, solo me dejé manosear por sus pequeñas manos y dejé que me llenaran las tetas con su semen. Fue una experiencia poco excitante pero si muy graciosa, con el tiempo también le chupe la verga al pequeño así probé el semen de Martín, su hermano y su padre. Era una sensación muy excitante, constantemente fantaseaba en tener sexo con los tres pero nunca se dio.
Como ya era muy famosa en muchos grupos de amigos, era invitada a un montón de fiestas y cumpleaños, rara vez era el fin de semana donde no saliera y también era rara la vez donde no terminara bailando casi desnuda y rodeada de hombres. Por más que era muy conocida, siempre me cruzaba con gente que no sabía de mi existencia, mucho menos de las cosas que había echo o me dejaba hacer. También recibía constantemente ofertas para tener sexo con diferentes chicos incluso querían pagarme, pero me contenía porque mis amigos me tenían bien atendida, aunque con el tiempo me comencé a acostumbrar al sexo con ellos y empecé a necesitar nuevas vergas. Por eso en el cumpleaños de Oski accedí a tener sexo con 8 chicos como su regalo de cumpleaños.
Pero eso ¡En la siguiente historia!
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