Tres regalos para mi querida
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Nadir.
Toque el timbre de manera apresurada mientras echaba un vistazo rapido a la calle. No mucho tiempo atrás yo solia merodear mucho por alla, ya fuera porque mi discoteca de ambiente favorita estaba cerca o porque había ido a verla a ella. Lo cierto es que no había esperado volver a pasar por allí en mucho tiempo a no ser que fuera por pura casualidad.
Mi sorpresa fue maxima cuando me abrio ella. Amanda. Que raro, no esperaba encontrarla ahí. Aunque claro, teniendo en cuenta que ella y Diana eran superamigas no era del todo extraño. Nunca me habia hablado demasiado con ella. Habíamos ido juntos a cenar con Diana un par de veces, habiamos coincidido en fiestas donde ella estaba tambien. No es que me cayera mal. Era una mujer ya en los ultimos años de la treintena (puede que incluso hubiera cumplido ya los cuarenta, si no me equivocaba), delgada y de pelo negro oscuro, con ojos castaños rasgados que la hacian tener un toque oriental, y unos labios bastante marcados que estaban siempre cubiertos con un pintalabios rojo pasion. Es mas, todo lo contrario, me parecia bastante guapa y estaba seguro de que, prejuicios aparte, ella y yo en otro tiempo podriamos habernos caido bien. Me fije en la ropa que llevaba, un vestido de seda negra que le marcaba bastante sus maduras curvas y dejaba entrever a la luz del sol su ropa interior. Tenia los pechos mas grandes de lo que habia pensado…
-¿Te vas a quedar ahi parado o piensas entrar?- me increpo. Yo me desperte, deje de mirarle las tetas y procedi a darle dos besitos de cortesia en la mejilla. Aspire su aroma a perfume, lo cierto es que olia bastante bien. Me dejo pasar y cerro la puerta.
-Bueno ¿para que queria Diana verme?- le pregunte
-Eso tendras que preguntarselo a ella- me respondio Amanda, sin dar mas detalles- Pero antes de verla hay algo que debes hacer.
Y asi, sin mediar palabra, se puso de rodillas. Yo me quede estupefacto. Se habia puesto de rodillas, me habia abierto la cremallera, me habia bajado los calzones y se estaba metiendo mi polla en la boca. Mi polla, que, como es normal en los casos de cuando una mujer que esta tan buena como Amanda de repente se agacha a chuparla, estaba creciendo por momentos. Amanda se la metio todita en la boca, sin decir nada, jugueteando con su lengua y pasandome esta por todos los recovecos de mi instrumento. Me paso la lengua por el glande y me temblaron las rodillas. No habia duda de que la experiencia era un grado en esa mujer. Me sostuvo el miembro arriba y me chupo los huevos tambien. Me estaba poniendo a cien, ¿que pretendia esa tia? Siguio chupandomela poco a poco, rodeando mi capullo con su lengua, pasandomela de arriba abajo, una limpieza de sable ejemplar. Parecio quedarse satisfecha.
-Perfecto, creo que ya estas listo- dijo, y entonces se levanto, y agarrandome la polla, como quien te va llevando de la mano, me llevo a traves del pasillo hasta el salon de la casa de Diana.
Lo que vi ahi me dejo boquiabierto. Habia dos tios, en pelotas, sentados en uno de los sillones, ambos con las pollas enhiestas y en la mano, manteniendolas duras. Note como se les redurecian todavia mas al ver entrar a Amanda en el salon. Me pregunte si a lo mejor ella les habria dado el mismo recibimiento que a mi, aunque seguramente eso era lo que habia pasado. A uno de ellos lo reconoci al instante. Era Jose, el amigo de Diana (antiguo "follamigo"). Un tio de ojos verdes, un par de años mayor que yo, pelo corto y moreno, y un cuerpo bastante bien definido. Me habia caido bien las pocas veces que lo habia conocido, me habia parecido un tio bastante legal. Me reconocio el tambien y me saludo con una leve inclinacion de cabeza, antes de volver a centrar su vista en Amanda, a quien le acaricio el muslo con dulzura.
Ella le aparto la mano sin dedicarla ni siquiera una mirada, se dirigio a mi en su lugar:
-Ahora voy a buscar a la anfitriona arriba. Manu, sera mejor que te vayas quitando la ropa, creo que seria incomodo para todos si vas a estar vestido.
Y dicho esto, se fue hacia arriba, con esas bragas negras transparentandose, mientras movia el culito con cada taconazo que daba al subir los escalones. Me apresure a quitarme la ropa todo lo rapido que pude, antes de dedicarle una mirada al otro tio que estaba con nosotros en la habitacion. Era un chico rubio, alto y de ojos azules, bastante musculado pero no lo suficiente como para resultar grotesco. Me pregunte quien seria, y empece a barajar nombres. Podria ser Efren o Pedro, alguno de los ex de Diana, pero no estaba seguro. Me lo quite de la cabeza cuando empece a oir el ruido de dos pares de zapatos que bajaban por la escalera. Me preguntaba que ropa tendria puesta Diana.
Y no llevaba puesto nada. Bueno si, un conjunto de lenceria negra, pero eso a ella le cubria muy poco. Podias ver toda su anatomia. Diana era una verdadera "BBW" (Big Beautiful Woman), anchas caderas, pechos enormes coronados por pezones erguidos que siempre te quedaban ganas de chupar, un culo tremendo que te daban ganas de morder y palmear en cuanto lo veias. A eso todo le coronabas con una graciosa naricilla, unos ojitos verdes que me parecian super tiernos y un pelo castaño que parecia perfecto tanto cuando estaba recogido con como cuando estaba suelto (como era ahora el caso).
Ademas, le encantaba el porno. Y follar. Como a mi, por eso encajamos tan bien cuando nos conocimos.
Pero lo que me llamo la atencion fue que estaba siendo Amanda quien guiaba a Diana al bajar las escaleras, cogida de su brazo como una amante preocupada. Averigue la respuesta cuando entro en mi campo de vision. Diana tenia los ojos vendados por una tira negra. Avanzaba junto con su amiga riendose, sin saber que ahi tenia a tres tiarrones que estaban deseando darle con todas sus fuerzas.
Wisi acompaño a Diana hasta la entrada del salon, y se puso delante de ella.
-Bueno, ahora tienes que ponerte de rodillas- le dijo. La sonrisa en sus labios era mas que evidente. Se estaba descojonando con esto. Nos hizo señas para que nos acercaramos.
-De rodillas… vale- comento Diana, obedeciendo y agachandose- Coño que frio esta el suelo.
-Tu no te concentres en eso ahora- dijo Amanda, aun con esa sonrisa- Ahora mejor, porque no te inclinas un poco hacia delante… eso es
Jose era el que estaba mas cerca. Su polla parecia tan dura que podria haber jurado que era una roca, y se erizo aun mas cuando los labios de Diana se acercaron poco a poco a ella.
-Mas cerca, mas cerca anda…- dijo Amanda, sonriendo todavia- Ya casi estas.
Y ahi fue cuando la polla de Jose entro en contacto con los labios de Diana. No se que pasaria por la cabeza de mi antigua amante en aquellos momentos, pero pude ver que una sonrisa picara se formaba en sus labios poco a poco.
-Vaya- le dijo. A Amanda, supongo- Me has traido justo lo que te pedi.
Se metio la punta de la polla de Jose en la boca, con la venda todavia en los ojos, y comenzo a chuparla poco a poco. Jose tenia una polla enorme, Diana me lo habia comentado muchas veces, y no era para menos, ya que era tanto gruesa como larga, y Diana estaba tomandose bastante tiempo en pasarle la lengua por debajo y por arriba, y acariciarla con los dientes mientras se la pasaba por toda su cara. Intento hasta hacerle un "fuckface", pero aquella tremenda verga no cabia en esa boquita que tenia nuestra niña. Diana le subio la polla, como habia hecho Amanda conmigo, y le chupo los huevos, mientras con su manos acariciaba el enorme pollote de Jose, bajando y subiendo poco a poco.
-Espera espera, que hay mas…- le comento Amanda, susurrandole al oido. Se habia puesto de rodillas detras de ella y le estaba recogiendo el pelo para que no le molestara. Con la otra mano le acariciaba los pechos y le quitaba el sosten, dejando al descubierto esas dos tremendas tetazas que tanto me gustaban. Despues descendio con su otra mano hasta el coñito de Diana tocandolo como para comprobar si se estaba humedeciendo, y la expresion de su cara me hizo pensar que era asi. Entonces, llevo las manos de Diana (ya que su boca estaba todavia ocupada con Jose) hasta los flancos de Rubio y yo, y esta sonrio aun mas cuando noto aquellas dos tremendas vergas que estaban durisimas. Empezo a masturbarnos a mi y a Rubio poco a poco, bajando y subiendo las manos mientras seguia chupando los huevos y la enorme polla de Jose, que gemia de gozo ante las atenciones de la bella mujer.
Empezo tambien a chuparnos las pollas al Rubio y a mi, y casi me corri del gusto cuando senti sus labios entrando en contacto con la punta de mi miembro. Habia echado mucho de menos aquella boca, aquella lengua, aquellos labios… me empezo a lamer todo lo que se podia lamer, como Amanda habia hecho antes. Pero aquello era mejor. Mucho mejor. Me estaba volviendo completamente loco de placer, con sus manos, su boca, sus dientes.
Siguio asi durante un buen rato, hasta que se paro un momento y dijo:
-Yo no se, pero estos sabores me suenan. Creo que ya los he tenido en la boca antes.
Amanda parecia que iba a decir algo pero no pudo impedir que Diana se quitara la venda, dejando al descubierto esos hermosos ojitos verdes que tanto me gustaban. Al vernos a todos ahi parados, con las pollas endurecidas y humedecidas por su propia saliva, se quedo de piedra. Pero enseguida comenzo a reirse, tanto que parecia que iba a caerse hacia atras. Se volvio hacia Amanda con una risita.
-Eres una cabrona,tia- le dijo guiñandole el ojo – Mira que bien te ha salido el plan.
Amanda se encogio de hombros, y acto seguido se puso en pie y se fue a sentar en uno de los sillones, dando a entender que desde ahi seguiria el espectaculo con la mirada.
Diana continuo con nosotros, chupando, mamando y masturbandonos con sus manos y su boca. Intente meter la mia hasta el fondo de su garganta, para hacerle una profunda, pero no pudo ser, y ademas, no queria forzarla hasta el limite de su capacidad antes de tiempo. El momento en el que mas me excite fue cuando tuvo mi polla y la de Jose las dos al mismo tiempo en la boca. Es algo que me pone bastante cachondo, que mi polla se roce con la de otro tio cuando una chica me esta dando placer. Creo que a Jose tambien le gusto bastante. Repetimos la misma operacion unas cuantas veces. Amanda nos miraba desde el sillon. Se habia quitado las bragas negras y estaba masturbandose. Veia sus dedos rozarse poco a poco con su clitoris, mientras veia como Diana seguia chupando y lamiendo nuestros miembros.
De repente, Rubio no se hizo esperar, se agacho y empezo a masturbar a Diana, palpando su clitoris y metiendole los dedos. Diana empezo a gemir de placer, se notaba que le encantaba. Rubio saco los dedos de dentro de ella y se los metio dentro de la boca, saboreando los jugos de nuestra querida. Le pidio que se aupara un poco. Diana se puso a cuatro patas, todavia con la polla de Jose y la mia en la boca, saboreandolas como quien saborea un chupete de fresa.
Rubio comenzo a penetrar a Diana, al principio poco a poco, para despues entrar y salir con violentas sacudidas, sus huevos restallando contra las nalgas de la preciosa morena mientras esta gemia del placer que esto le estaba dando. Siguio chupando los miembros de Jose y el mio, que cada vez nos poniamos mas cachondos al ver al Rubio follandosela como si no hubiera mañana. No habia duda, nosotros tambien queriamos un pedacito de ella.
Le dijimos al Rubio que se pusiera debajo. El acepto, un poco de mala gana. Se puso debajo de Diana, y comenzo a penetrarla otra vez, ahora empujando hacia arriba. Diana seguia gimiendo, aquello la estaba poniendo a cien. Yo me posicione detras, separandole las nalgas y viendo aquel culito que tanta hambre me daba. Vi aquel pequeño agujerito que me apresure a lamer, dando circulos con la lengua al mismo antes de intentar introducirla poco a poco y chupar aquella pequeña abertura. Diana suspiro, le estaba gustando. Me meti un dedo en la boca para humedecerlo y despues lo introduci, poco a poco, en su ano. Metiendolo y sacandolo. Despues, hice lo propio con otro. Se le estaba abriendo, dilatandose cada vez mas y mas. Me puse en cluclillas, posicionandome, y comence a penetrarla poco a poco por detras, mientras Rubio seguia haciendo lo mismo por delante.
Mientras tanto, Jose se habia puesto al lado de Amanda, quien se la estaba chupando, no dispuesto a dejar que le quitaramos todo el protagonismo. Mientras ella le hacia una felacion el la masturbaba, me parecia algo bastante tierno. Todo el mundo recibia algo.
Diana y nosotros dos seguiamos en lo nuestro, metiendo y sacando, Di emitiendo gemidos que eran una mescolanza de dolor y placer (o quizas de placer resultado del dolor). Rubio y ella se comian la boca, sus lenguas metiendose la una dentro de la boca del otro, mojando sus labios con saliva, desesperados, hambrientos, pletoricos. Yo aproveche y mordia el lobulo de su oreja, mientras le susurraba al oido lo mucho que la habia echado de menos.
En ese momento Jose se metio de lleno en el panorama, no dispuesto a quedar atras, y le pidio a Rubio que le hiciera sitio. Rubio accedio (otra vez un poco de mala gana), y se fue a que Amanda saboreara en su polla los jugos de su mejor amiga.
Yo sali del culo de Diana y procedi a chuparle el culo y morder sus gruesas nalgas, que estaban rebotando sobre el miembro de Jose con violencia felina. La gruesa polla de Jose aparecia y desaparecia delante de mi, y lo cierto es que hasta me senti tentado de pasarle la lengua por encima o hacer como en muchas peliculas porno y agarrarla y chupar tanto su polla como el coño de Diana, pero me contuve. No tenia la constancia de que a Jose le fuera eso, asi que decidi no hacerlo. Pero admito que estuve mirando un buen rato. Segui chupando el culito enrojecido de Diana, que rebotaba a mas no poder, antes de decirle al Rubio que me sustituyese un rato dandole por culo al bellezon de ojos verdes. Mientras el lo hacia, fui a que Amanda me la chupeteara un poquito. Estaba ansioso de sentir la lengua de esa preciosa morena rodeando mi polla otra vez. Ella se puso a ello inmediatamente, mientras yo observava desde mi atalaya como Rubio y Jose penetraban por partida doble a Diana, que parecia en la gloria. Llegado un momento dado se corrio, y el fluido de su corrida empapo las pollas de aquellos dos hombretones que la estaban haciendo morirse de placer.
Cuando hubo pasado bastante tiempo, Jose procedio a apartar a Diana de encima de el, y se puso sobre ella a derramar la lechita procedente de su polla en la boca abierta de Di, encima de su lengua, que la ansiaba tremendamente. Rubio no se hizo esperar y tambien hizo lo mismo, dejando que su semen cayera sobre la garganta de nuestra morena. Yo me aparte de Amanda y tambien regue de leche la lengua y la boca de aquella mujer a la que tanto deseaba, a la que tanto deseabamos todos.
Di se quedo con todo nuestro semen en la boca durante un momento. No sabia si se lo iba a tragar o no. Abrio la boca y dejo caer toda una lluvia blanca sobre sus pechos, que se derramo poco a poco sobre estos, y sobre su vientre. Amanda se acerco a cuatro patas, arrastrandose poco a poco, y procedio a chupar nuestras corridas de los pechos de Diana, mordisqueandole a esta los pezones. En un instante, sus miradas se encontraron, y sonrieron antes de empezar a comerse la boca tiernamente, al mismo tiempo que Diana le pasaba cualquier resto nuestro que pudiera haber quedado en su boca a su amiga.
-Bueno…- dijo Diana, levantandose de repente con una sonrisa- Creo que me voy a dar una duchita.
Y salio a escape hacia su cuarto de baño, arriba. Ni beso de despedida, ni un "gracias", ni un "me lo he pasado que te cagas". Nos quedamos algo abotargados. Estabamos cansadisimos. Lo cierto es que lo habiamos pasado bien, todos nosotros, pero no podiamos decir que no nos hubiera costado lo suyo mantener el ritmo. A veces Diana parecia dotada de una energia sobrenatural.
Estabamos ahi, sudorosos, tiritando, con nuestras energias gastadas, y nuestro objeto de deseo se habia ido a donde no podiamos seguirla.
Pero todavia nos quedaba tiempo para algo mas.
Me gire hacia Amanda
-¿Tu todavia no estas cansada,no…?-le pregunte, guiñandole el ojo. Rubio y Jose tuvieron la misma idea que yo y se acercaron poco a poco a ella. Tardariamos un poco en recuperar nuestras fuerzas, pero para entonces tendriamos a alguien nuevo con quien gastarlas. Amanda sonrio, sabiendo que seguramente ella lo iba a pasar igual de bien que nosotros. Quien sabe, puede que incluso mas.
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