Una noche en Or-bi
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sayago19.
Pasé por Tania (una transexual que conoci en un cine xxx y con la que después tomé masajes) la noche del viernes para ir a Or-bi, un departamento en la zona centro del DF, donde mediante una módica cooperación tienes acceso a una noche (o tarde según el día) de sexo y pasión.
El lugar existe desde hace varios años y, aunque se ha mudado de dirección varias veces, ahora se encuentra ubicado en Ezequiel Montes No.
10, interior 1, Rodrigo el anfitrión y dueño el lugar me informó vía telefónica (cuando confirmé nuestra asistencia) que el ingreso iniciaba a las 20:30 y culminaba a las 22:00.
Al ser Tania transexual (y yo cliente habitual) nos respetó la promoción de parejas: nuestra tarifa de entrada estaría cubierta por una botella nueva de licor a nuestra elección.
Tanía vestía bien sin ser muy sensual, un vestido un poco más debajo de la rodilla, color claro, sin mangas, con escote moderado y sin medias.
Nos estacionamos en Ignacio Mariscal y caminamos hasta Puente de Alvarado, para comprar un vodka en el oxxo, ya con el licor en nuestro poder regresamos al departamento de Rodrigo; tocamos el timbre, me reconoció el anfitrión y a las 21:45 se nos brindaba el acceso al lugar.
En el trayecto le había explicado a Tania la mecánica del lugar:
1.
– Pagar la respectiva cooperación.
2.
– Guardar nuestra ropa en las bolsas que Rodrigo nos entregaría, ya que al inicio todos debemos estar en ropa interior, pero conservando los zapatos.
3.
– Participar en las dinámicas.
4.
– A pesar de que uno mismo se sirve de beber, no alcoholizarse.
5.
– Lo más importante: No es no.
Cuando entramos Rodrigo nos recibió y nos entregó un par de bolsas negras, Tania le pidió usar su baño, y desapareció por unos momentos.
Lo cual aproveché para (mientras me desvestía) preguntarle al anfitrión por las viejas amigas: Cienfuegos, Desdémona, Crystal, los streppers y Olga; desafortunadamente ninguno de ellos había confirmado y al parecer no habría muchos asistentes.
Tania salió del baño, lucía esplendorosa con el cabello negro y ensortijado completamente suelto; un babydoll blanco contrastando con su piel morena y una tanga del mismo color en la cual se marca su bulto.
El reloj sonó marcando las 22:00 horas y nos reunimos en el centro de la sala formando los hombres un círculo alrededor de tres mujeres y Tania; Rodrigo puso música y tratamos de bailar sexy para las damas (sin tocarlas) mientras ellas si podían hacerlo; Tania se dió gusto tocando los paquetes de los seis bailarines que nos encontrábamos allí.
Disminuyendo un poco la luz fue la señal para que los hombres nos desnudáramos y pudiéramos (si lo permitían) tocar a las chicas.
La tanga de Tania mostraba que el baile le había parecido algo excitante; así que no perdió tiempo y tomándome del pene nos fuimos al cuarto obscuro, un lugar en el cual solo había una cama King Size parcamente iluminada con dos lámparas de noche instaladas en los contactos.
Nos sentamos en la cama, comenzamos a besarnos, Tania se quitó el baby doll enrollándolo en su muñeca mientras mi mano jugaba (por encima de la tanga) con su muñeco.
Uno de los chicos se sentó junto a Ella y comenzó a besarle los redondos senos, acto que a Tania le agradó y como retribución empezó a darle un rítmico masaje en su miembro (de 12 cm aproximadamente y no muy grueso).
Tania se levanta un momento solo para desanudar la tanga y quedar sin prendas, vuelve a sentarse y sin esperarlo una de las chicas se arrodilla ante él y comienza a darle una sesión de sexo oral.
Ella se recuesta, dejándose consentir cuando otro de los asistentes (un tipo como de 40 años, calvo y muy bien provisto de equipo) acerca su miembro semierecto al rostro de Tania; la cual comienza a chuparlo con deleite.
Yo y el primer chico (después nos enteramos que su nombre es Juan) besamos un seno de Tania cada quien, la chica comienza a intercalar sus felaciones entre Juan, Tania y Yo; lo cual solo me excita aún más.
Juan y yo nos levantamos, para que Tania se acomode mejor, quedando su cabeza colgando de la cama, el calvo se pone de pie y aprovecha para seguir disfrutando de los labios de Tania; la chica (la cual se llamaba Dulce) apoya sus brazos e el colchón para continuar saboreando el sable de carne de mi amiga.
Aprovechamos esa postura para acercarnos: Juan al calvo y yo a Dulce; como si lo hubiéramos ensayado cada uno empieza a darle un beso negro a la pareja que eligió.
Dulce suspende su labor y me dice: “no papi, por allí no; mejor dale de comer a mi coñito”; dócilmente me pongo un condón y voy penetrando lentamente a la chica, tiene unas nalgas redondas, suaves y algo grandes, sin embargo lo más sensual son los hoyuelos que se le forman en la cadera (pareciera que invitan a apoyar los pulgares allí para acomodarse mejor) su vagina está completamente mojada y es un placer sentir su estrechez.
Juan prosigue dándole un black kiss al calvo, mientras se masturba al mismo tiempo; El calvo, a punto determinar, intenta separarse de Tania pero ello le dice: “dame tu lechita en la boca, papi, por favor” y sin esperar más con un par de toques a su miembro eyacula en la boca abierta de Tania.
Dulce suelta a Tania y la masturba mientras le inserta un par de dedos en el ano; lo cual hace que termine bañando sus pechos; mientras que Juan arroja su esperma en el piso casi salpicando al calvo.
Para no ser menos terminó también, espero un minuto y salgo de Dulce; mequito el condón, le hago un nudo y lo arrojo en un cesto de basura.
No me había percatado que una de las chicas estaba disfrutando de una doble penetración, de pie junto a la puerta del cuarto, y los restantes (un chico y una dama) se entregaban a un delicioso 69 en una alfombra del piso.
Le ofrezco mi mano a Tania para que se levante, sin embargo me hace señas para indicarme que va a continuar allí.
Salgo del cuarto y voy a la sala a servirme un poco de jugo; en la puerta del departamento Rodrigo discute con una mujer (cuya voz me suena familiar), me pongo el bóxer y voy disimuladamente hacia allá.
El anfitrión está negándole el acceso a una chica, la cicatriz en el puente de su nariz me permite identificarla; por lo cual me animo a intervenir.
”Rodrigo, dale chance ¿ya no la reconoces? Es Magdalena, a la que bautizaste en tus reseñas en face como la amazona por que el primer día que vino al único que no cabalgó fue a ti, y es día hubo casa llena”
“¿cuándo fue eso?”
“hace casi un año, fue el primer viernes después del aniversario de Or-bi y asistió cuatro viernes seguidos y en el último de ellos hasta tortillas echó con Desdémona”.
“cierto, tienes razón Luis (Luis el nombre ficticio que uso cuando voy a Or-bi) pásale amazona, hoy las chicas solas no pagan”
“mientras te pones cómoda, ¿quieres algo de beber?” le pregunto.
“si gracias, un vodka con naranja y si no hay con agua mineral”
Preparo el desarmador mientras ella entra al baño, sale solo con brasiere y tanga recibe la bebida y la apura de un trago.
“traía mucha sed, eso de andar en metro es desgastante; ¿me sirves otro?”
Sonrío y caminamos hacia la mesa donde están las botellas; prepara un desarmador para ella y me sirvo más jugo.
“¿de dónde vienes?”
“De taxqueña, por cierto: gracias por apoyarme para entrar; ¿llegaste solo?”
“de nada, vine con una amiga; pero ella está ahorita en el cuarto”
“y ¿no se enoja que estás aquí platicando?”
“no tiene porqué, que bonita lencería traes por cierto”
“gracias”
“pero creo que se vería mejor en el sofá” le quito el vaso a medio terminar y lo dejo junto con el mio en la mesa.
Nos sentamos en el sofá de la sala y comienzo a besarla, la punta de mi lengua recorre sus dientes, toca la suya, disfruta el contacto tibio y húmedo.
Mi mano acaricia sus pechos sobre el sostén, mientras ella mete la suya dentro de mi bóxer para checar mi excitación.
Sin dejar de acariciarnos nos quedamos desnudos, Magda se hinca sobre el sillón y se apoya en un descansabrazos para facilitar que la penetre vaginalmente después de haberme puesto un condón texturizado; recuerdo que nunca antes había estado con Ella (en las ocasiones en que coincidimos siempre tuvo mucho pegue y solo me restaba mirar).
No puedo contenerme y le doy una nalgada, Ella voltea y con una sonrisa de lujuria me dice:
“muy bien papi, que rico, ahora jálame del cabello pero no muy fuerte”
Obedecí y aproveché para besarle el cuello, la nuca y morderle suavemente las orejas; mientras Magda soltaba algunos gemidos.
Estoy disfrutando de la calidez de su conchita cuando de pronto un dedo entra en mi ano, es Tania que está detrás de mi (y al parecer no quiere quedar excluida) el calvo reluciente de sudor se aproxima desnudo a Magda y comienza a besarla mientras le pellizca los pezones oscuros y erectos.
“¿quieres un bocadillo muñequita?” le pregunta a Magda, Ella asiente con la cabeza y comienza a chupar con avidez el miembro del hombre frente a ella.
Tania, mientras tanto, después de una serie de maniobras me está penetrando al natural y sus embates me marcan el ritmo con el cual bombeo a Magda; Ella por su parte acaricia las nalgas del calvo sin dejar de hacerle una felación.
Una de las chicas se acerca a mirar y comienza a acariciarse las tetas, demostrando que le agrada el espectáculo que está viendo, se aproxima a Tania y besa sus labios.
El calvo con un gruñido ronco termina en la boca de Magda, quien comienza a insultarlo a la par que escupe el semen.
“Idiota, ¿no me pudiste avisar que ya te venías?; ¿quién te crees para terminar en mi boca, estúpido?”
Rodrigo se acerca y se lleva al calvo, sé lo que eso significa: será expulsado de la reunión y vetado del grupo para siempre; comienza a llover y los truenos resuenan con fuerza.
Tania y yo detuvimos nuestro cabalgar, sin embargo Magda voltea y nos dice:
“sigan, ya quiero terminar e ir al baño a enjuagarme”.
Al escuchar eso reiniciamos nuestro bamboleo, con más fuerza y rapidez.
Magda se excita nuevamente y aumentan sus gemidos; un sonido ronco sale de su garganta y sus piernas se aflojan: llegó al orgasmo, las contracciones de su vagina me lo avisan.
Tania termina dentro de mi y la secundo; Ella y Magda van juntas al baño, mientras me quito el condón usado.
Un trueno más fuerte se escucha y las luces se van por un instante, las dos lámparas de emergencia del departamento se encienden.
Tania sale del baño y me pide que nos retiremos, le solicito a Rodrigo nuestras bolsas con la ropa; Magda hace lo mismo, los tres nos vestimos y consulto mi reloj: ya es media noche.
“¿para dónde vas?” me pregunta Magda.
“Voy a Zapotitlán y después a escuadrón 201, ¿quieres un aventón?”
“si no resulto incómoda te lo agradecería”
“una muñequita como tú no incomoda” responde Tania.
Rodrigo abre la puerta y salgo corriendo por el auto, la lluvia me deja empapado; sin embargo eso evita que las damas se mojen.
“¿les apetece una copa en mi departamento?” pregunta Magda con un brillo especial en los ojos, mientras circulo lentamente por Puente de Alvarado.
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