Viaje inolvidable
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por raquelita.
Hola a todos y a todas, me llamo Raquel y tengo 18 años, la historia que voy a relataros se corresponde a cuando tenía 16 y pasó durante un viaje de fin de semana a un albergue de montaña con el colegio.
Yo hasta esa fecha era una chica sexualmente normal, había tenido un noviete con el que habíamos hecho lo habitual con esa edad, besitos, caricias, masturbación y en cuatro o cinco ocasiones habíamos tenido sexo con penetración plena.
A pesar de haber transcurrido ya dos años lo recuerdo como si acabase de suceder y sigo excitándome cada vez.
Todo comenzó cuando mi colegio organizó un viaje de fin de semana a Sierra Nevada (Granada) coincidiendo con la semana blanca.
Nos alojamos en un albergue de montaña que era una preciosidad y se encontraba un poquito retirado de las estación de esquí, las habitaciones eran dobles, con dos camitas yo compartía la mía con una compañera de clase que había llegado nueva ese curso al cole y con la que hasta ese momento no había tenido mucho contacto, solo nos habíamos saludado y habíamos hablado en un par de ocasiones, pero era una chica que desde el primer momento me sentía de alguna forma atraída por ella aunque no sexualmente.
Llegamos al albergue el viernes por la tarde, rápidamente sortearon las habitaciones y me toco compartir la mía con Esther, que como decía antes, era casi una desconocida para todas nosotras, inmediatamente después nos fuimos a nuestra habitación para dejar las cosas en ella y regresar junto a los demás, la nuestra estaba en una cabaña junto al edificio principal, en la que había 3 habitaciones más todas ellas ocupadas por chicos.
Unos minutos más tarde nos reunimos nuevamente en el salón del edificio principal y cada una de nosotras comentamos como era nuestra habitación, para muchas de nosotras era la primera vez que viajábamos sin nuestras familias y esto nos excitaba y lo hacía más interesante y atractivo.
Después de pasar la tarde hablando y riendo, nos fuimos a cenar y al terminar la cena nos reunimos en el salón durante un rato, pero rápidamente nos mandaron a dormir ya que a la mañana siguiente teníamos que madrugar para ir a la estación de esquí, aunque nos resistíamos a irnos y nos tuvieron que insistir, yo no podía destacar por que para mi desgracia el hermano de mi madre era uno de los profesores.
Al final nos fuimos a la habitación y cual fue mi sorpresa cuando al llegar a ella Esther sacó de su mochila una botella de ron-miel y unos vasitos, al preguntarle que como se había atrevido a traer una botella, me contesto que no había traído una, había traído dos, me dijo que apagara la luz y que esperásemos a que pasaran a controlarnos, lo que sucedió unos minutos mas tarde, inmediatamente después de pasar el profe para comprobar que estábamos en la cama, salió de la habitación y fue a avisar a los chicos de las otras habitaciones, así que no juntamos los 8 en la nuestra, nos bebimos una de las botellas y terminamos todos un `poco piripis, yo era la primera vez que bebía alcohol y me afectó un poquito, los chicos no se querían ir pero al final conseguimos que lo hicieran y nos quedamos las dos solas, como es natural empezaron los cotilleos y las confesiones y Esther sacó la segunda botella y nos tomamos otra copita.
Empezamos a hablar de nuestras relaciones sexuales y de nuestras fantasías, el alcohol suelta la lengua, Esther me confesó que había tenido alguna relación con otra chica y que le había satisfecho mucho yo le confesé que mi fantasía era tener relaciones con varios chicos a la vez, en ese momento ella empezó a acariciarme, primero el brazo, luego la espalda, la pierna y sin saber como y sin poner ninguna resistencia, empezó a tocarme entre las piernas y a besarme los pechos por encima de la camiseta.
Sorprendentemente me dejé hacer y le facilité el camino, me daban temblores de los nervios y ella se dio cuenta y me puso otra copita y me dijo que me tranquilizara, me la tome y me relajé dispuesta a disfrutar de aquella nueva experiencia.
Esther era una maestra o a mi me lo parecía, descubrió en mi rincones y puntos que ni yo misma sabía que existían, dándome placeres que hasta ese momento no había sentido, con sus dedos creía morir de placer y con su lengua me moría cada vez que entraba y salía de mi tesoro.
Recorría mi cuerpo con su lengua sin dejar ni un solo milímetro, me estremecía al notar su contacto y perdí la cuenta de los orgasmos que me produjo, era una sensación que jamás había sentido y que nunca creí tener, no podía soñar tener sexo con otra mujer.
Mientras me recuperaba de la sesión de placer, Esther empezó a desnudarse ya que hasta ahora solo se había dedicado a mí, vi su espectacular cuerpo sin creer que debajo de las ropas destartaladas que siempre vestía hubiera un cuerpazo como aquel.
Me dijo que ahora me tocaba a mí darle placer y me puse a ello, hice lo que había visto a ella hacerme a mi y parece que no lo hacía mal, ya que Esther se retorcía de placer, era la primera vez que tocaba un cuerpo de chica con intenciones sexuales y me gustaba mucho hacerlo, el momento más inquietante y morboso llegó cuando acerqué mi lengua a su coñito, completamente depilado y jugoso, nunca olvidaré el sabor de su jugo vaginal.
Esther pareció disfrutar mucho con migo, de hecho tubo varios orgasmos y se quedó exhausta yo sin en cambio me había vuelto a excitar y necesitaba más, así que se lo dije a ella, me miró y me dijo “tengo una gran idea” se vistió y salió de la habitación, minutos después y desde la puerta me dijo “tengo una sorpresa para ti” y entró con uno de los chicos que había estado antes bebiendo con nosotras, al verme el chico desnuda en la cama, se puso muy excitado y por lo que se apreciaba debajo del pijama, estaba bien dotado el carbón, así que con el calentón que yo tenía y aquella visión no me lo pensé y le pedí que se acercara a la cama y se desnudara y efectivamente tenía buena herramienta, Esther sacó de su bolsa un condón y se lo dio a Juan, que así se llamaba, se lo puso algo nervioso y se acercó a la cama, le dije que se acostara junto a mi y que me hiciera lo que quisiera y así lo hizo, aunque era algo inexperto y pasó rápidamente a la
Penetración, aunque hay que decir que su polla estaba bien dura y gordita, medía unos 19 cm y aguantó bien hasta que yo me corrí, para después soltar un buen chorro de leche calentita, que noté a pesar de tener puesto el condón.
Cuando se quito de encima mía y pude abrir bien los ojos, vi a Esther mirándome y sonriendo, esa sonrisa era de morbosa y de mala, miré entonces a los pies de la cama y me dí cuenta de por que lo hacía, el resto de los chicos hacía cola esperando su turno y Esther me decía “tu fantasía se hará realidad esta noche”
Sorprendentemente no dije nada y me limité a recibir uno tras otro a los cinco restantes, mientras Esther los ponía a tono con la boca y les limpiaba después de terminar sus pollas con la lengua, un hilillo de semen iba de su lengua a la punta del pene que tenía en ese momento en la boca, aquello me excitaba aún más.
Al terminar el último estaba que no podía con mi cuerpo pero alguno de ellos se había empalmado de nuevo y yo estaba tan excitada y cachonda que no estaba dispuesta a dejar escapar esa oportunidad.
Esther que era más morbosa de lo que creía propuso algo, “por que no hacemos lo siguiente, te tapamos los ojos y tienes que acertar quien te esta follando” accedí de inmediato y con la funda de la almohada me taparon la cabeza, comenzó el primero y por su tamaño deduje que era Juan y acerté, terminó y empezó el siguiente, pene de tamaño medio y poco experto pero no podía saber quien era, pero paso algo extraño, se apartó y quedo todo en silencio, entonces pensé que era parte de lo planeado por Esther, todo seguía en silencio y de momento note que alguno me daba la vuelta y me ponía a cuatro patas, eso me empezó a gustar y de pronto noté como una polla que no me había penetrado antes empezaba a introducirse en mi coñito, era mas grande y dura que las anteriores, pensé que Esther había traído a otro chico para que disfrutara de mi, pero este tenía que ser mayor que los anteriores por que se le veía más experto, como follaba el tío.
Estaba siendo el mejor polvo que me habían echado hasta ahora, aquel pene entraba y salía de mi con una maestría y fuerza que no lograba identificar, logró mi primer orgasmo rápidamente y cuando creí que no podía sorprenderme nada más, noté que la sacaba e inmediatamente después sentí una lengua que se paseaba entre mi chochito y mi culito, “esta Esther no me dejará tranquila en toda la noche” pensé, pero aquella lengua no era de ella, aquella lengua presionaba cada vez más la entrada de mi culito, consiguiendo lubricarlo y abrirlo poco a poco y de golpe sentí como la polla que me acababa de follar se colocaba en la puerta y empezaba a empujar, al principio dolía un poco, era la primera vez que tenía sexo anal, pero poco a poco mi culito fue cediendo y permitiendo la entrada de esa tremenda tranca, hasta que noté entrar la punta y después de un solo golpe la metió hasta el fondo, creía que me partía en dos, note una sensación entre dolor y placer que me excitó aún más y empecé a moverme convulsivamente para aumentar el efecto de sus envestidas, dios que placer sentí, y volví a correrme justo en el momento que notaba un gran chorro de leche calentita en el interior de mi culo.
Me volví de golpe y me quité la funda de la cabeza y creí morir de vergüenza, quien me acababa de follar era mi tío Andrés, el hermano pequeño de mi madre y profesor del colegio, y sonriendo me dijo “si tu no cuentas nada de esto y no cuento lo que he visto antes con tus compañeros” solo pude asentir con la cabeza, afortunadamente mis compañeros no vieron nada, ya que cuando entró mi tío los demás salieron corriendo y él cerro la puerta.
Al día siguiente cuando lo veía durante las actividades, me moría de vergüenza y a la vez me excitaba.
Desde esa fecha he vuelto a tener sexo con él en bastantes ocasiones y cada una de ellas las he gozado como la primera, pero eso lo contaré en otra ocasión.
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