8 Soldados y Un lechón. Capitulo I
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por summoner.
Habían bajado de su vehículo, se encontraban a una buena distancia del pueblo más cercano eran en total ocho hombres de entre 20 a 30 años, eran tarde estaba a punto de oscurecer, si bien su trabajo apenas había comenzado se habían escapado para tomar unas cervezas y fumar un rato habían comprdo varias botellas de licor y uno de aquellos hombres llevaba un poco de droga, la misma por la cual podrían matar para detener, era un lugar poco peligroso y sin embargo debían de tener cuidado de alguna redada por parte de los narcotraficantes que en esa zona habitaban, de pronto una piedra golpeo el rostro de quien lideraba aquel grupo de hombres.
El chico echo a correr aquellos hombres fueron tras él, por unos instantes aquel muchachito pensó que sus acciones no tendrían consecuencias, que podría burlar a aquellos hombres sin recibir alguna clase de reprimenda pero tarde se dio cuenta que sus ideas habían sido estúpidas, se oyo un disparo y una bala se impacto justo en un tronco que estaba situado a unos pasos de él, aquellos hombres estaban insensibilizados matar no era mas que otra función de sus labores, se oyó otro disparo que se perdieron el el suelo justo a lado suyo, estaba siendo cazado, el era una presa ahora, por alguna extraña razón el líder de ese grupo de soldados le excitaba la idea de dispararle al chico, su miembro empezó a llenarse de sangre e inflarse, corrió más rápido y apuntaba a la cabeza del muchacho, oprimió el gatillo y vio como el chico caía al suelo, aumento el tamaño de su zancada y rápidamente llego hasta donde estaba el chico, la bala no lo había matado ni siquiera lo había tocado simplemente se había tropezado y ahora estaba en el piso arrastrándose como gusano, tomo al chico de los cabellos y lo levo arrastrando hasta donde estaban sus otros siete compañeros
–Por favor suéltame, solo estaba jugando, suéltame, no era mi intención haceros enojar– pero aquel soldado no estaba conforme con una disculpa, quería disciplinarlo enseñarle que no debe de meterse con hombres como el, – este perro se ha metido con nosotros dejaremos que se salga con la suya¬ – arrojo al chico al piso y este golpeo la cara con el suelo, intento echar a correr pero otros dos soldados lo tomaron por ambos lados y lo sometieron en el piso, el líder de aquel grupo de hombres miro el culito de nene que traía aquel muchacho, al parecer sus demás compañeros entendieron aquel simple gesto – Maricon de mierda, te vamos a enseñar a respetar a tus superiores – los soldados que habían sometido al muchacho le bajaron los pantalones, el chico no entendía porque hacían eso aquellos hombres, lo tomo como una forma de humillación simplemente, no esperaba que aquellos hombres lo ultrajarían
– Mira que culazo mas rico se trate esta perra – sintió como uno de aquellos hombres introducía un dedo en su ano, aquel simple gesto lastimo su mucosa rectal, el chico comenzó a gritar pero otro de los soldados coloco un trapo en su boca y lo amordazo, diferencia de los otros soldados aquel hombre era de tez clara y poseía ojos claros, aquel uniformado lo contemplo, una sonrisa se dibujaba en su rostro, a decir verdad aquel soldado ocultaba su orientación sexual a sus compañeros, incluso había fantaseado con coger con uno de ellos y aquel chico era el afortunado para ser penetrado no por uno si no por todo su equipo, siempre había querido participar en algo como esto y ahora mismo seria espectador y cómplice del abuso de un chico.
El líder de aquel grupo de hombres fue el primero se bajo el pantalón y su ropa interior hasta la altura de las rodillas, su tez morena combinaba con una fina capa de vellos, sus testículos colgaban y se columpiaban mientras su miembro un falo de considerable proporción y grosor era de un tono más oscuro– Abre las patas culero – grito uno de los militares, mientras tanto el otro militar coloco su miembro en el ano de aquel chico, el glande de aquel hombre era enorme en comparación con la abertura anal de aquel chico, otro de los uniformados se había sacado también su miembro y se empezó a masturbar contemplando aquella escena de completa dominación, aquel chico no podría ni defenderse en contra de uno de ellos, era imposible que pudiera defenderse contra aquellos ocho sujetos, sintió como el enorme miembro de aquel soldado empezaba a hacerse paso a través de su virginal ano, sintió una fuerte punzada de dolor y quiso gritar, largas lagrimas escurrían por su mejilla, pero eso solo era el principio, aquel soldado tomo al chico de las caderas y comenzó a meter su verga más profundamente con movimientos de cadera, las nalgas de aquel hombre se contraían y relajaban conforme hacia aquel movimiento de vaivén, su miembro empezaba a desgarrar el ano de aquel chico, y la sensación que esto le producía en su verga a aquel hombre era de una suavidad y al mismo tiempo de succión tan esplendida que hubiera durado horas penetrando a aquel muchachito, pero sabía que no debía de ser egoísta, sus demás compañeros también anisaban disfrutar de aquel año, lo tomo fuertemente de los cabellos casi podía arrancárselos, –estas bien apretada perra, mira nada mas el trabajo que me cuesta meterte mi verga –.
No solo lo cogía con fuerza para aumentar la sensación en su verga, disfrutaba lastimar aquel culito tan joven, después de unos minutos de fuertes penetradas al fin aquel soldado eyaculo un abundante chorro de semen –puto cachorrito, me hiciste correr bien rico, te vamos a hacer nuestra perra – la falta de sexo de aquellos soldados aumentaba de una sobremanera la excitación de aquel grupo, el segundo soldado se coloco atrás del chico le dio una fuerte nalgada, el chico solo se retorció por aquel golpazo, aquel hombre solo se había sacado su verga afuera del pantalón militarizado, su miembro era de igual manera tan grande como el de su compañero, no er la primera vez que había penetrado a alguien por la fuerza, ya con anterioridad había sometido a su propia novio para complacer sus deseos sexuales, y lo que lo volvían loco eran las nalgadas, volvió a nalguear a aquel chico con mayor fuerza que la anterior, y de un solo movimiento de cadera su miembro se perdió entre los intestinos de aquel chiquillo, sintió la tibieza de aquella cavidad, sintió la humedad característica de un ano recién abierto, incluso el semen de su compañero anterior había logrado lubricar las entrañas del muchacho sintió un poco de envidia al no ser el quien había desgarrado aquellos esfínteres, se marcaban las venas de su cuello, su rostro se puso rojo, no solo sentía excitación, sentía la necesidad de golpear a aquel chico, el chico solo podía sentir como su vida se le iba por la cola, las fuertes nalgadas y las profundas penetradas lo llevaban a un punto de extrema desesperación, entonces su pequeña mente se aterro al recordarle que apenas era el segundo en hacerlo su perra como aquellos soldados lo habían bautizado, sintió un liquido caliente que le bañaba el rostro, incitativamente quiso ocultar su rostro pero su penetrador lo tomo por los cabellos y lo hico poner el rostro en dirección a la fuente de aquel liquido, uno de los soldados lo estaba orinando, los orines se combinaban con sus lagrimas, incluso al respirar aquel liquido amarillo pasaba hacia su nariz – No mames pendejo me estas orinando la mano – accidentalmente unas gotas de miados habían caído en la mano de quien penetraba al chico.
Un fuerte golpe proveniente de otro soldado sacudió su cabeza– que no oíste que pongas la cara, pendejo¬ – el muchacho obedeció aquella patada lo había aturdido, miro como otro soldado también se sacaba su miembro y empezó a orinarlo, el soldado que lo estaba penetrando estaba a punto de terminar aquel chico era sacudido para darle mayor placer a aquel miembro, su ano aun no se acostumbraba a aquellos movimientos un ardor se apodero de su cola y le dieron gnas de evacuar, pero po alguna extraña razón no podía hacerlo, en realidad se debía a que aquel nene no había desayunado, y sus intestinos estaban limpios de cualquier tipo de contenido, cuando decidió trabajar como halcón para los narcotraficantes pensó que su vida cambiaria para bien, pero las cosas no habían resultado como esperaba, su trabajo simplemente consistía en dar aviso a su patrón de la cercanía de algún soldado, le habían enseñado que ellos eran los auténticos enemigos, y tal vez lo eran, el había fallado, y su hora recibía su castigo, nunca debió de haberles aventado aquella piedra, por unos segundos su culo recibió alivio antes de que un tercer soldado lo penetrara era un hombre de tes mas morena, prácticamente negra era alto y corpulento, su miembro era un mas grande que los dos anteriores, incluso el grosor de aquel miembro era comparado con el antebrazo del chico,
–ahora eres solo mío perra– la voz de aquel hombre era la mas gruesa de todas, –te voy a partir en dos, vas a saber cómo me cojo a mis perras– levanto al chico del piso mientras lo seguía cogiendo, un hombre adicto a levantar cargas pesadas no le costaba nada levntar a aquel nene entre sus brazos, el soldado de ojos claros contemplaba aquella escena extasiado, saco su celular y comenzó a grabar aquella hermosa escena, posteriormente se masturbaría en privado repitiendo una y otra vez aquella grabación, el hombre de tez negra coloco al chico en contra de un árbol, y de ahí lo penetro con fuerza bruta, el chico sintió el frio de la noche cercana pegándose en su piel, y aumentado por la humedad que lo había empapado, podía sentir el cuerpo caliente de aquel soldado, tenia una pierna cada lado de la cadera de aquel enorme sujeto, el ardor eun era insoportable y un ligero sueño empezó gobernar su cabeza, estaba siendo llevado al límite de su resistencia –eso es cógete el mocoso pendejo– animo en soldado de ojos claros a su compañero, quería seguir grabando pero tuvo que desenfocar un poco la camara para poder sacar su verga y ser el siguiente en cogerse al nene
aquel negro entendió la urgencia de su compañero y retiro su miembro de aquel ano que empezaba a enrojecerse debido a las multiples penetraciones, el soldado de ojos claros aprovecho y metió su miembro que no se comparaba con nada con el órgano reproductor de su compañero pero eso le éxito aun mas, tal vez nunca seria cogido por aquel soldado, pero cojerce al nenito que su compañero acababa de penetrar era una gran recompensa, puso los ojos en blanco cuando entro en la cavidad del nene, continuo grabando cada detalle de su penetración a aquel chico, podía oir los gritos apagados de aquel chico por la mordaza, sentía la fría piel desnuda del muchacho y la humedad pegajosa de los fluidos dentro del ano de aquel chiquillo, quiso aguantar mas pero después de siete minutos eyaculo, otros de sus compañeros ya estaban listos para seguir penetrando al chico –Aun no termino dentro, quiero acabar dentro de esta perra– puso al chico boca arriba y comenzó a penetrarlo nuevamente, lo comenzó a bofetear, el chico se retorció un poco cuando sintió nuevamente aquel enorme miembro penetrándolo de nuevo, nuevamente la piel de aquel hombre sentía la sueva piel de aquel chico, más suave aun que la de su esposa o de la de su amante oia el sonido de sus caderas chocando con la piel del chico, y el sonido de su miembro entrando y saliendo de aquel delicioso y abierto culo
abofeteaba al chico para asi olvidar que se estaba cogiendo a alguien de su propio genero, no era por el alcohol por lo que amaba cogiendo al muchacho, era por un instinto de manada aun activo hasta el día de hoy, cuando sus compañeros decidieron coger con el chico algo en ellos despertó aumentando su necesidad de penetrar, era la primera vez que cogía a un nene como ese y la verdad lo estaba disfrutando como nunca antes en su vida, volvió a colocar al chico boca abajo, parecía que aquel hombre no tenia momento para acabar, lo cual desespero a uno de los militares, un hombre delgado pero de cuerpo marcado se bajo los pantalones dejando solo ver sus glúteos y parte del muslo, le retiro el pedazo de tela que silenciaba al nenito coloco su arma en la cabeza del chico –no grites o te mato aquí mismo, anda abre la boca– el chico obedeció como un cachorro sintió como aquel hombre metí su miembro en la boca y quiso vomitar, pero su cabeza estaba bien sujeta por las manos de aquel hombre, intento mover su cabeza para expulsar aquel órgano fuera de su boca pero era inútil, el cansancio empezaba a apoderarse de él, quería vomitar pero no podía, la oscuridad de la noche se hacía presente y solo la luz de un celular le permitía ver a sus agresores, sentía como los vellos púbicos del hombre que lo estaba obligando a hacerle una felación, se pegaba su paladar y a su garganta
un hilo de moco resbalo por su nariz, sus ojos se llenaron nuevamente de lagrimas, –eso es maricon de mierda, tienes la boca mas suave de todo el mundo, sígueme mamando asi– después de un par de minutos sintió como su boca se llenaba de un liquido tibio, quiso escupirlo pero aquel soldado delgado introdujo su miembro lo mas profundo a su garganta, sentía como si se pudiera romper su paladar, y no pudo evitar tragarse aquella sustancia que salía del pene de aquel hombre, pensó por unos instantes que se había orinado dentro de el pero se dio cuenta que era algo blanco, el soldado de ojos claros coloco ahora su miembro dentro de la boca del chico se percato que aquel hombre no tenia vellos como el anterior soldado, estaba rasurado, sintió como el soldado negro alzaba su cadera par seguir cogiéndolo, su cabeza estaba en el piso y su cuerpo estaba alzado siendo penetrado interminablemente por aquel soldado que parecía un tanque, –sonríe a la cámara¬– escucho al soldado de ojos claros mientras que la luz de aquel mobil iluminaba su rostro, estaba en una posición completamente incomoda, pero eso a aquellos hombres no les importaba, su cuello le empezó a doler aunque aquella sanación no se comparaba con lo que sentía en su area genital, estaba al rojo vivo y aquel enorme toro n parecía dar tregua a su victima.
Mientras aquellos hombres disfrutaban del cuerpo de aquel chico sus otros compañeros esperaban turno sentados junto a una fogata que habían improvisado dos de ellos habían regresado al pueblo para traer cerveza, aquella noche seria larga, se divertirían con el chico hasta al amanecer después de cerca de media hora cojiendo las nalgas de aquel muchacho el soldado negro eyaculo profundamente una enorme cantidad de semen, pero siguió cogiendo al chico por cinco minutos mas, después de eso retiro su verga, el ano de aquel chico había aumentado de tamaño, con solo 5 cogidas habían logrado deshacer literalmente el ano de aquel muchachito
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