BONDAGE en familia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por alep.
Me sorprendí al bajar ese día a desayunar y notar que mi madre, bajo su bata, llevaba puestas unas medias de nylon negras y sandalias.
Me resulto raro, pero no le dí mucha importancia.
En eso siento un ruido raro que venía del comedor, que estaba al lado.
Mi madre me miró y dijo
-Va a ser mejor que vayas allí-
Extrañado, me levanté y al mirarla noté algo raro en su cara, como una sonrisita.
Cuál sería mi sorpresa al abrir la puerta y encontrarme a mi dos hermanos menores desnudos, con las manos atadas a la espalda, sujetos por el torso a la mesa y sus piernas atadas a las patas de la misma, sin poder moverse un poquito.
Al darse cuenta que había entrado, giraron sus rostros lo poco que podían y pude ver que el ruido que antes había escuchado se debía a las mordazas que tenían puestas, unos pañuelos que tapaban sus bocas por completo y ahogaban algo los quejidos que empezaron a hacer, así como a intentar moverse pero sin lograrlo demasiado y agitando sus culos, lo que junto a sus gemidos hicieron que me excitara al instante.
El ver esa escena y sus culitos al aire hizo que se me parara bastante la pija, pero mi contemplación solo duró unos instantes, ya que me volvió a la Tierra la voz de mi padre, que pude notar que estaba en un ángulo de la sala, sentado desnudo en un sillón, con su verga en la mano.
Nunca se la había visto así, estaba bien dura, grande y se pajeaba suavemente, acariciándola en toda su longitud muy lentamente.
Quedé boquiabierto, hipnotizado con la visión de mi padre, mejor dicho, de su verga, larga, gruesa y dura, así como la de los culos levantados de mis hermanos.
Ver todo eso hizo que mi pija se pusiera dura como una estaca y casi perfora mi pantalón, que como era muy fino no dejó ocultar mi tremenda erección.
Pero tampoco duro mucho esa visión, porque me dijo -Mirá que calentarte mirando a tus hermanos en pelotas y a mi verga, pero no te preocupes, ahora vas a reunirte con ellos y vas a contemplarla más de cerca.
Sacate la ropa, ya!-.
Como demoré unos segundos, ya que no salía de mi asombro, me despertó un chirlo en el culo, y al darme vuelta allí estaba parada mi madre.
Casi me muero al verla, tenía puesto un corset negro con encajes que dejaba poco a la imaginación y resaltaba sus grandes tetas, una diminuta tanga y portaligas sujetando las medias que ya había visto antes.
-Dale, ya oíste a tu padre.
¿Qué esperás para ponerte en bolas?.
No tenemos todo el día- dijo ella en forma tajante, con una sonrisa en sus labios y una mirada que nunca había visto pero que demostraba que le gustaba y excitaba mucho la situación.
Yo no salía de mi asombro, y a duras penas empecé a sacarme el buzo que tenía puesto cuando sentí que una mano fuerte me apretaba el culo y otra manoseaba mi bulto.
Mi padre estaba atrás mío y me apoyaba su dura verga en el orto con fuerza mientras me amasaba el paquete, mi pija a todo esto se había puesto dura como piedra.
Luego fue mi madre, la que, con mano diestra, comenzó a acariciarme el bulto dejándome perplejo y a punto de explotar.
Era increíble el que mi madre estuviera dando tanto placer a la verga de su hijo !!
Sin más, mi padre me bajó el pantalón de un tirón y me dio unas fuertes nalgadas que hicieron un sonoro ruido y me produjeron una sensación eléctrica que me recorrió todo el cuerpo.
Mi madre me sujetaba por la verga y la pajeaba suavemente, muy diestra y deliciosamente, llevando bien hacia atrás el prepucio.
Yo no lo podía creer, mi madre me pajeaba diestramente y ahora, con su otra mano me acariciaba las bolas.
En eso escucho a mi padre que me dice – ¿Te gusta que te pajee tu madre, no, pervertido?- mientras me acariciaba el culo y se pajeaba su verga durísima.
Riéndose me dijo – Es una maestra acariciando vergas.
Y por supuesto haciendo otras cosas –
Yo no podía decirle lo contrario, porque se notaba a la legua que estaba extasiado con las caricias que mi madre le daba a mi verga, así que asentí.
– Ahora vamos a inmovilizarte para que te estés bien quietito, no perdamos tiempo que quiero seguir disfrutando.
Esto recién empieza – dijo mi padre.
Con mano diestra, me llevó los brazos hacia atrás y en un santiamén ya tenía cada muñeca atada a la altura del codo opuesto formando un cuadrado, tal como estaban atados mis hermanos.
Luego me hizo unas ataduras en el torso, las que fijaban mis brazos al tronco firmemente.
-A ver si podés moverte – dijo mi padre mientras me daba unas fuertes nalgadas.
Lo intente, pero por más que forcejeaba, no conseguía mover los brazos.
– Sí, está bien atadito.
Y ahora te voy a amordazar – dijo mamá mientras me daba unas nalgadas y pellizcaba mi culo – No quiero escuchar quejas ni que hagas ruido – Casi sin que me diera cuenta me metió en la boca una pelotita de goma bastante grande y la fijó firmemente con un pañuelo que cubría toda mi boca.
Al oír esto me excite como nunca, pues siempre me habían gustado las ataduras y mordazas, pero nunca pensé que me iba a tocar a mí y menos con mi familia.
Papá se acercó y me dio unos cachetazos, verificó que mi mordaza estuviera bien puesta y dijo – se nota quién manda, no? – Como no respondí rápido, me dio otro cachete y me agarró de las bolas, tironeando un poco de ellas.
Frente al dolor que me causaba, asentí con ganas.
Me soltó y sonriendo nos dijo a los tres – Empezó una época de premios y castigos.
Ya son bastante grandecitos y saben obedecer, pero si siguen todas las reglas todos vamos a disfrutar una hermosa experiencia familiar desde hoy.
Su madre y yo practicamos el bondage desde hace tiempo, por si no saben, como uds.
están ahora es parte de esos juegos y es solo el principio, se pone aún mejor.
De ahora en más los vamos a jugar todos, bajo mi mando y el de su madre, además deben estar a las órdenes de su hermano para lo que desee.
Está claro? –
Esta vez asentí rápidamente (en parte porque ya me imaginaba aprovechando la situación) y pude ver sonrisas nuevamente en mis hermanos amordazados lo que hizo que me pusiera a mil.
Mi padre, sonriendo tal vez al pensar en lo mismo que yo, al ver mi pija durísima y empezara a pajearme suavemente mientras me masajeaba las bolas primero y luego me acariciaba el culo.
Fue raro que mi padre me pajeara, pero a la vez muy placentero.
Si antes estaba excitado, ahora mi verga estaba dura como una piedra.
En ese momento mi madre, con un látigo de muchas tiras de cuero, dio unos azotes en cada nalga a mis hermanos, que se quejaban, quedando sus gritos ahogados por sus mordazas, mientras forcejeaban y movían, lo poco que podían, sus culos enrojecidos al aire.
No te preocupes, que ahora llega tu turno- dijo mi padre.
– pues tus privilegios también exigen mayor disciplina y sumisión – Asentí y mi madre puso unas pinzas en mis pezones que me causaron gran dolor.
Mientras mi padre me hacía inclinar y me sujetaba, Mamá comenzó a azotar mi culo que quedaba bien expuesto, no me dolía tanto, pero empezaba a sentir como se calentaba y me picaba hasta que si empecé a sentirlo en serio y, como mis hermanos, comencé a agitar mi culo tratando de escapar, inútilmente pues mi padre me sujetaba bien fuerte, quedando ahogados mis quejidos por mi mordaza.
Esto excitaba mucho a mis padres, lo que se notaba en la pija de mi padre que estaba durísima, ellos se reían, disfrutando de la situación.
Luego de castigarme un ratito y dejándome la cola ardiendo, mi padre me llevó a la mesa donde estaban sujetos mis hermanos y me aseguró boca abajo como ellos estaban atando mis tobillos a las patas de la mesa, dejando mis piernas abiertas y sin poder moverme.
Nos miramos con mis hermanos preguntándonos que seguiría.
No nos hicieron esperar mucho para saberlo, mis padres se pusieron frente a nosotros y Mamá comenzó a acariciarle las bolas a Papá, lo que le causaba gran placer, para luego arrodillarse y pajearlo suavemente, con gran maestría, por un rato.
– Su madre es experta pajeando – dijo con una gran sonrisa – pero es aún una mejor chupadora de pijas – a lo que Mamá respondió con una gran sonrisa mientras Papá tomándola por la nuca le metía su verga durísima en la boca y le marcaba el ritmo con que quería que se la chupara, metiéndosela hasta el fondo a veces.
-Les gusta el espectáculo, no? – dijo papá – Mira cómo se calientan viéndote chupar pija.
Miralos con mi verga en la boca como tienen sus pijas duras – y le giro la cabeza sin sacar el miembro de su boca para que nos viera, lo que hizo con una sonrisa.
-Parece que les gusta ver a su madre chupando pija, sinvergüenzas.
Ya les va a tocar a Uds.
– dijo Mamá cuando papá sacó su pene durísimo de su boca.
Quedé totalmente sorprendido al ver a mis hermanos asentir al oír eso.
– Sacá la lengüita – dijo, Mamá lo hizo y comenzó a golpeársela con su verga mientras Mamá se reía y se la metió de golpe nuevamente en la boca, moviendo sus caderas como si se la cogiera.
– Ahora vamos con una buena turca con esas tetas divinas, puta – A Mamá le debía gustar que le hablaran sucio porque sacó sus grandes y hermosas tetas diciendo – Querés que te pajee esa pija hermosa con mis tetas amor? – Papá no se hizo rogar y empezó la turca para placer de mi padre.
Parecía que su enorme pija se endurecía cada vez más por la fricción de las tetas de Mamá.
– Ahora lameme las bolas para refrescarlas putita – mi madre se puso a la terea mientras lo pajeaba – comeme solo las bolas, querida, y masturbá esa conchita que debe estar bien húmeda – Mamá se puso las bolas de Papá en la boca y empezó a acariciar su vagina.
– Parece que a los chicos les gusta el espectáculo Amor, y por sus pijas duras deben desear recibir igual trato que yo, pero para eso deben dar algo a cambio, no les parece?
Hizo que mamá se incorporara y se subió a la mesa, pajeándose suavemente frente a nuestros rostros.
De golpe empezamos a sentir los fustazos de Mamá en nuestros culos que trataban de escapar inútilmente del castigo mientras decía riéndose – miren que excitarse mirando como le chupo la pija a su padre, o será pensando en que su madre los petee.
? –
Papá se arrodilló frente a mi frotando su verga dura en mi cara, mientras Mamá me acariciaba el culo pasando un dedo por la raya.
Mientras que Papá me sacaba la mordaza, advirtiéndome que me quedara calladito, mamá empezó a tironearme un poco de las bolas mientras empezaba una suave paja.
Papá me dijo – sacá la lengüita nene – Como sabía que iba a pasar, dudé, y eso me valió unos cachetazos mientras me tironeaba del pelo y mamá me daba unas fuertes nalgadas.
– Vamos, sacala, que te va a gustar – así lo hice y fui yo ahora quién recibía los golpes de su verga dura en la lengua.
Mientras tanto Mamá metió un dedo en mi culo, que lo entraba y sacaba mientras me pajeaba.
– Como está la pija del nene amor? –
– Bien dura querido, parece que le gusta el tratamiento – dijo Mamá entre risas y ante mi cara de sorpresa al ver que mis hermanos disfrutaban y se notaba que también sonreían bajo sus mordazas.
Yo, mientras tanto no sabía que pensar, solo disfrutaba de la situación meneándome de placer a pesar de estar bien atado a la mesa.
– Mirá como se mueve este culito – dijo Mamá mientras, sin dejar de dedearme el culo, me nalgueaba con su mano libre.
– Te gusta que tu madre te meta el dedo en el culo no? – A lo que yo asentí – Bueno, ya es hora de que me chupes la pija – dijo Papá, y sin darme tiempo a nada me metió su pija durísima dentro de la boca hasta el fondo.
– Chupala toda, dale, como me gusta, asíiiii !! – mientras agarrándome del pelo me marcaba el ritmo con que quería que se la mamara.
Yo no podía creer que estaba chupándole la pija a mi padre, que su verga gruesa y larga me llenaba la boca, y que a él le gustara que su hijo lo peteara.
Me dijo que dejara la boca abierta y la metía y la sacaba, se la chupaba un poco más y de vuelta afuera.
– Paremos un poco.
Lameme las bolas ahora, que no quiero acabar, que les falta a tus hermanos brindarle respeto a la pija paterna, no chicos?.
– y para mi sorpresa, mis hermanos asintieron excitados y se notaba sus caras de placer bajo sus mordazas.
Al ver esto me abandoné al placer y lamí con fruición las bolas de Papá para su gran placer.
En ese momento mamá sacó su dedo de mi culo y comenzó a lamérmelo.
Yo creía que me moría de placer al sentir la lengua de mamá lamiéndome la raya y metiéndome la lengua dentro de mi ojete.
En ese momento acabé largando unos enormes chorros de leche.
– Nadie te dio permiso para acabar – dijo mi padre, y mi madre comenzó a darme unas buenas nalgadas.
Cuando terminó, mi padre ocupó su lugar dejándome el culo en llamas, se subió ella a la mesa y abriéndose de piernas delante mío dijo
– Ya le chupaste la pija a tu padre, es hora de que te comas mi conchita –
No me hice rogar y empecé a lamerla por completo por un largo rato mientras me agarraba del pelo y me hundía en su conchita, que estaba bien depilada, muy húmeda y tenía unos hermosos labios.
Yo no podía cree que ahora estuviera lamiendo la concha de mi madre porque ella lo ordenaba.
Entre gemidos de placer y hundiéndome la cabeza en su conchita casi sin dejarme respirar, se dio vuelta y me dijo – Quiero que ahora me comas el culo –
No me hice rogar, Mamá tiene un culo hermoso, redondito y duro.
Al ver su escarapela tan cerca de mi cara me imaginé las veces que mi padre la habría hecho el culo, así que ahora sería al menos mi lengua la que la culeara.
Empecé a hundir con fuerza mi lengua en el ojete de mi madre, lamiendo y besando sus nalgas, pasando la lengua por la hermosa raya de su culo para después dedicarme por entero a lamer su ano.
– Conque te gusta comerle el culo a tu madre, eh? – dijo Papá entre risas pasándome un dedo por la raya del culo y pellizcándome las nalgas – Te gusta como lo hace, puta? –
– Si querido, lo hace muy bien, ahhhhh! –
Así que mi padre empezó a frotar y dar golpecitos con su dura verga en mi culo, y después me metió un dedo humedecido, masturbándolo rápidamente mientras se pajeaba o me nalgueaba.
Cuando Mamá hubo quedado satisfecha se bajó y mi padre me dio unos bofetones y puso la pelota de goma en mi boca de nuevo asegurándola firmemente con el pañuelo.
Me preguntó – Ya que tanto te gusta chupar y que te chupen el culo, te gustan los chupetines de cola? –
Yo ni sabía a que se refería, pero en ese momento mi madre, que se había puesto tras de mi empezó a lamerme el culo de nuevo, a meterme el dedo y puso buena cantidad de saliva pasándola con su mano por la raya de mi ojete.
En ese momento mi padre me mostró un pequeño consolador en forma de pera de color rojo.
– Este va a ser el tuyo – dijo, y le puso una buena cantidad de saliva y metiéndoselo a mamá en la boca hasta el fondo le dijo – ensalivalo bien putita, así le entre mejor en el ojete al nene –
Yo abrí los ojos de par en par y empecé a tratar de moverme para zafar, por supuesto sin lograrlo.
Mamá me dio unas nalgadas y me dijo que no iba a dolerme pero que relajara el culo porque iba a entrar si o sí, lo puso en la puerta de mi culo y mientras me lo abría con una mano, empezó a empujarlo con la otra, pero no entraba.
– Uy, qué culito apretado tenés hijo – dijo Mamá, volviendo a lamérmelo y metiendo su lengua primero y dedeándomelo con ganas después.
– Cómo lo vas a disfrutar querido –
Papá se rió y dijo – Cómo me conocés putita querida, nada más rico que un culito joven y apretado.
Pero igual falta, vamos a pasarlo muy muy bien – dijo mientras acariciaba mi culo y le pasaba un pomo de lubricante a Mamá.
Ella puso un poco en mi culo y mientras me separaba las nalgas, Papá me metía primero un dedo y luego otro, sin importarle mis quejidos amordazados ni mis esfuerzos por librarme entre quejidos ahogados, hasta que metió tres y me cogía el culo con ellos.
La pija se me había puesto durísima a pesar de todo, lo que Papá notó, y dijo – No te quejes tanto si te gusta tener algo en el culo nene, tu pija no miente – así que siguió trabajando mi ojete ojete mientras me nalgueaba.
Mamá volvió a colocarme el consolo en las puertas de mi ojete y empujó hasta que entró todo.
Una vez adentro, por más que yo hacía fuerza, no salía por la forma que tenía así que dejé de esforzarme por sacarlo.
– Es un dilatador anal, así después no te molesta y podemos jugar tranquilos – dijo Papá acariciándome el culo.
Yo abrí de par en par los ojos.
cómo que después? Qué
iba a pasar?
Mamá lo debe haber notado pues dijo – esto no hace más que comenzar, va a ser un largo y hermoso día.
El primero de muchos – mientras me colocaba un aro de goma en la base del pene y que agarraba también mis pelotas aprisionando mi verga dura.
– Así es, mi vida.
Ahora a seguir con el próximo – le dijo Papá mientras le acariciaba el culo y las tetas.
-Parece que a los nenes les gusta mucho la pija también querida.
Muestran gran maestría en comerse la verga de su padre.
Y esos culos parece que ya han recibido atención antes y requieren acción.
Esto se va a poner muy interesante, putitos míos – dijo sonriendo, para meter en el culo de cada uno primero dos y luego tres dedos ensalivados, dedeando sus culos al mismo tiempo a toda velocidad.
Mis hermanitos se retorcían de placer, meneando sus culos como perras en celo.
Mientras, mi Madre nos acariciaba las bolas a mi padre y a mí.
Yo estaba extasiado, todo el espectáculo, todo lo que pasaba era un sueño.
Más que un sueño una fantasía hecha realidad.
una perversa fantasía.
Mamá pareció captar mis pensamientos y notando mi verga durísima y roja dijo
– Te gusta el show, no? A ellos parece que les encanta.
Lo vamos a pasar bomba.
Mi Padre se rió, tenía una cara de satisfacción y excitación que no había visto antes.
No era para menos, tenía sometidos a sus hijos e iba a hacer con ellos lo que quería y que venía planeando vaya a saber desde cuándo, sin contar con que sus hijos estaban encantados con el tratamiento que iba dando.
-La verdad que estos chicos tienen unos culos perfectos, los vamos a disfrutar sin parar una y otra vez, pero mejor descansar un poco, no hay que precipitarse.
– Sí, y estos culos necesitan un tapón grande – dijo Mamá mientras nos repartía fustazos y nalgadas al por mayor a los tres.
Siguieron con mi hermano del medio, casi de igual forma, colocándole un consolo igual al mío pero rosado y, al igual que el más chico que fue el último, no opusieron ningún reparo a comerle la verga a Papá sino que lo hicieron con gusto y capacidad, además de mostrar con creces que les gustaba que jugaran con sus culos.
Sin reparos y con cara de placer pararon sus culos para que les metieran sus tapones anales, los que entraron sin problemas.
Una vez que finalizaron con mi hermano menor, le pusieron un tapón amarillo y lo amordazaron, Papá besó fuertemente a Mamá acariciando su culo mientras ella le acariciaba la verga, agarrándola de los pelos la hizo agachar, le metió su verga durísima en la boca y agarrándola por la nuca le marcaba el ritmo conque quería que se la chupara.
Luego se sentó en el sillón adelante de nosotros y le dijo a Mamá
– Es hora de que sea tu culo el que reciba mi verga.
Ven querida que vas a ser culeada-
-Claro que sí Papi, la quiero toda adentro de mi ojete ya! –
Y se sentó de espaldas a Papá, metiéndosela toda adentro de su hermoso orto, que devoró esa verga tiesa como estaca sin problemas.
Papá tomó a Mamá por las piernas mostrándonos bien como entraba y salía su pija de ese culo de ensueño.
-Así se hace un orto putitos, vayan viendo – y le daba masa con fuerza a Mamá, que gemía de placer.
Luego paró y la sacó a Mamá de encima.
Dándole una nalgada le dijo – voy a acomodar todo, vos preparalos.
Nos vemos en un rato hijos – La besó y se fue hacia el living, donde la pared ocultó lo que hacía.
Mamá nos fue vendando los ojos a cada uno y aprovechó para darnos unas nalgadas más.
Así quedamos por un largo rato, atados de pies y manos, agachados y bien sujetos a la mesa, con los ojos vendados, amordazados y con un consolador en el culo.
No se en realidad cuanto tiempo fue, si se que estaba incómodo pero super caliente, no me imaginaba lo que seguía aunque algo presentía por los dichos de mi Padre, no podía creerlo, pero es que ya le había chupado la pija a mi Padre y lamido el culo a mi Madre.
Y me habían lamido el culo a mi! .
Mi verga estaba durísima aunque me molestaba un poco el aro que la apretaba.
Alguien entró y noté que liberaban y se llevaban a uno de mis hermanos, asimismo sentí una mano que acariciaba mi pija dura, mis bolas y me pajeaba suavemente.
Luego empezaron a mover el tapón de mi culo y sentí como lo sacaban de un tirón.
Le siguieron una buena tanda de nalgadas que me hacían revolverme y emitir los quejidos ahogados que tanto excitaban a quien estaba castigándome.
Traté de calmarme y estarme quieto me separaron las nalgas y una lengua poco a poco fue metiéndose dentro de mi culo, entrando y saliendo de el.
La sensación me causaba gran placer y hacía que mi pija estuviera dura a más no poder, creo que si la tocaban en ese momento volvería a acabar.
Luego lamieron bien mi ojete dejando una buena cantidad saliva, siendo la lengua reemplazada por un dedo en mi culo, luego dos y finalmente tres que me penetraban a buena velocidad haciendo que me revolviera de nuevo, quejándome y tratando vanamente de zafarme, recibiendo nuevamente una tanda de nalgadas.
Más allá de cómo me ardían mis nalgas, los dedos en el culo y la imposibilidad de moverme y quejarme, estaba súper excitado y mi verga dura como nunca.
Luego reemplazaron los dedos por el tapón, poniéndolo y sacándolo un par de veces hasta dejarlo adentro nuevamente.
Me acariciaron el culo y se retiraron.
Nos dejaron nuevamente para volver más tarde en busca de mi otro hermano repitiendo el castigo anterior, aunque ahora era inequívoco que los dedos en mi culo eran los de mi Padre, además de sentir los pelos de su barba pinchándome el culo mientras lamía mi ano.
Era increíble y a la vez estremecedor, mi padre me chupaba el orto con gran habilidad y me encantaba !!.
Su mano pesada me nalgueó por un rato dejándome exhausto, a punto de acabar y con el culo en llamas.
Luego llegó mi turno de que me liberaran, soltándome los pies pero dejando las firmes ataduras que me inmovilizaban brazos y manos.
Me llevaron a lo que pude saber que era el living.
La venda de mis ojos se había corrido apenas, pero lo que me dejaba ver me quitó el aliento.
Mis hermanos estaban uno en cada uno de los tres sillones que había dispuestos en forma de herradura, bien atados, amordazados y con los ojos vendados como yo.
Me sentaron en el restante, acomodándome cerca del borde, poniendo un pequeño almohadón detrás, el cual no era para mi comodidad sino que cuando me empujaron hacia atrás acostándome y subieron mis piernas hizo que mi cadera se elevara y dejara bien expuesto mi culo fuera del sillón.
Ataron mi cintura al asiento, mis muslos al apoyabrazos y mis tobillos al respaldo.
Estaba completamente inmovilizado, súper excitado y con mi culo a disposición, pues ese era el objetivo.
Sobre la mesa ratona que estaba en el centro pude ver una gran colección de juguetes sexuales de los más variada.
También pude llegar a ver un par de trípodes como los de fotógrafo.
En vano fue que intentara liberarme, forcejear solo hizo que comenzaran a recibir suaves pero continuados fustazos en mis nalgas y mis quejidos ahogados por la mordaza hacían que se incrementara el ritmo.
Al mismo tiempo se oían los ahogados quejidos de mis hermanos y el silbido de otra fusta, torciendo un poco la cabeza pude ver que era Papá el que se encargaba de ello mientras Mamá disfrutaba conmigo.
En ese momento, a un costado, me dejó helado la visión de un espectador enmascarado que, desnudo y sentado en una silla, disfrutaba de una chupada de pija de alguien con pasamontañas a quien no llegaba a ver bien.
Lo que si se notaba era que su gran miembro estaba más que duro.
El enmascarado era quién daba las órdenes ahora, con un gesto hizo acabar los fustazos y dijo algo así como que quería "inspeccionar esos culos".
Al pararse vi su gran pija bambolearse, bien brillante por la saliva de la mamada.
Al pasar por al lado de Mamá le acarició y palmeó un poco el culo mientras ella acariciaba su verga ante la mirada y sonrisa de Papá.
Yo ya no podía creerlo, pero volví a la realidad cuando Papá sacó de mi culo el tapón y separó un poco mis nalgas, exhibiendo bien mi culo.
El enmascarado se acercó y le dijo que me bombeara la boca.
En dos segundos ya me había sacado la mordaza, pasado una pierna por encima del sillón y como no opuse mucha resistencia ya tenía la pija durísima de Papá cogiéndome la boca a toda velocidad mientras me sostenía la cabeza.
La posición era algo incómoda pero se las arreglaba bien y metía su dura verga hasta mi garganta.
De reojo pude ver cómo, al mismo tiempo, mi Madre le lamía suavemente las pelotas al invitado y en ese momento este empezó a acariciarme las bolas un tanto brusco y a pasar unos dedos por la raya de mi culo.
Involuntariamente me revolví un poco, claro que con las ataduras no era mucho, pero fue lo suficiente para que él empezara a palmear mis expuestas nalgas mientras me metía primero uno y luego dos dedos en el culo, que previamente había hecho que mi Madre ensalivara.
Luego hizo que Papá suspendiera la mamada y la mano que me nalgueaba fue reemplazada por una delgada vara cuyos golpes, por más que parecían suaves, hacían escuecer mi colorado culo.
A un gesto suyo Mamá se sacó sus bolas de la boca y me tapó la nariz y la boca mientras que Papá me pellizcaba y apretaba las tetillas y me pajeaba suavemente
El enmascarado continuó nuevamente con las nalgadas y cogiendo mi culo con sus dedos.
Yo me asfixiaba de tanto placer que me causaba a pesar del susto inicial, pero mi Madre me permitía respirar justo a tiempo, por pocos segundos, para taparme la nariz y comenzar nuevamente.
Eso sí, no me sacaba la mano de la boca, así que mis quejidos (que debían parecer ronroneos de placer para mis Dominadores) continuaban.
La paja de mi Padre, suave y experta, se sentía estupenda y frenaba cuando estaba por explotar cada vez.
Justo cuando creía que iba a acabar pararon, me pusieron ajustada una mordaza de bola bastante grande y me colocaron un vibrador en mi dilatado culo que me empezó a causar placer en cuanto lo encendieron.
La mano del enmascarado me pajeó suavemente por breves instantes mientras movía un poco el consolador, acarició mis bolas tironeando un poco de ellas nuevamente y, a modo de despedida, le dio unos suaves golpes a mi verga palpitante y unas fuertes nalgadas a mi sufrido culo.
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