Cogiéndose al Hijo de la sirvienta 4 Gran final.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por summoner.
–bueno, pues que esperamos, a darle que quiero disfrutar de esta basura lo más que se pueda-, Comentó aquel sujeto semicalvo y a Roberto le agrado escuchar las palabras de su antiguo colega,
Le pidió al chico que se desnudara para que los ahí presentes pudieran contemplar su cuerpo, el con una timidez y vergüenza intento tapar sus pequeños genitales, -Bueno quien empieza- comento el abogado como parte de una sádica broma, el primer en acercarse fue el hombre obeso, le retiro las manos y se llevo los genitales del chico a la boca, el chico comenzó a llorar al recordar las mordidas que Roberto le daba,
Se había preparado mentalmente para recibir el mismo trato pero aquel hombre velludo era más delicado utilizaba su lengua para explorar cada uno de aquellos pliegues carentes de vello, y se entretuvo bastante cuando llego a su ano, lo que más le éxito a aquel hombre fue la condición de aquel hueco, ligeramente más abierto de lo normal, las cogidas repetidas habrían logrado que aquel esfínter perdiera fuerza,
El chico podía sentir los labios de aquel sujeto recorrer su zona perianal, ocasionándole cosquillas, la respiración de aquel muchacho se había hecho más rápida, pero a diferencia de sus agresores, el origen de su respiración de debía al temor de estar ahí con 3 hombres que de seguro le harían torturas indescriptibles, y así era, estaba a punto de encontrarse con su peor pesadilla, a aquellos hombres no le importaba que el fuera un humano, si fuese necesario lo cogerían hasta que falleciera,
-Puto mariconcito, ya tienes el hoyo bien gastado, eso me excita mucho lo sabes- el hombre obeso tomo al chico y lo coloco en el respaldo del sillón, con aquel culito apuntándole directamente, colocó su miembro en la entrada de aquel ano, aquel miembro entro fácilmente, su recto había perdido elasticidad mas no por ello había perdido la sensibilidad, una punzada de dolor invadió el cuerpo de aquel chico que con un quejido de dolor respondió al fusionarse con aquel hombre,
El chico respiro hondo, ya sabía por experiencia lo que vendría, aquel sujeto lo envestía suavemente, podía apresiarr como aquel pene se sumergía dentro de el y salía, aquel hombre paso su brazo por el cuello del chico, sus esfínteres se contrajeron cuando aquel hombre empezó a apretarlo, cortándole la respiración –Asi, bebe, así, apriétame la riata- sentía el sudor de aquel hombre, un acceso de tos se apodero de su cuerpo, intento inútilmente retirar aquel brazo que mas bien parecía de metal, sus ojos se abrieron, intento gritar pero ni un sonido salió de su boca, se sentía mareado,
-Asi, apriétame mas fuerte putito, muévete, asi, asi- sentía el dolor provocado por la fricción de su recto con el miembro de aquel hombre, su cuerpo se movia desesperadamente, provocando un mayor placer en su violador, aquel hombre le propiciaba unas penetraciones profundas, parecía como si intentara introducir todo su cuerpo por aquella pequeña abertura y destriparlo ahí mismo
–Quieres tu lechita en el culo, puto, la quieres- con estas palabras se detonaron los disparos de semen dentro del culo de aquel chico, sintió como el brazo de su opresor se cerraba aun más, estuvo a punto de perder la conciencia pero el aire volvió a sus pulmones, empezó a toser, pero su recuperación no duro demasiado, ya que sintió dos fuertes nalgadas y como alguien remplazaba el lugar de su anterior atacante,
Con un momento de descuido intento correr pero alguien salto sobre él, dejándolo lastimado por la fuerza con la que lo detuvieron, miro a su agresor y contemplo quien era, el hombre robusto de entradas, a pesar de su edad, mostraba un cuerpo bastante marcado, -A dónde vas pendejita, anda te voy a mostrar como trata un hombre a su perra, puta maricona de mierda-
Al escuchar estas palabras el chico intento nuevamente una huida, pero aquel hombre lo arrastro tomándolo del tobillo, y acercándolo hasta su miembro erecto, el dolor que sintió lo hiso dar gritos y lloriqueos, aquel sujeto lo nalgeaba con toda la fuerza que poseía, lo penetro con fuerza, parecía como si lo odiara, lo trataba con violencia, incluso se marcaban las manos de aquel sujeto en su piel desnuda
-Así me gusta, que lloren como putas nenas, anda grita, eso me exita- sin retirar su verga de aquel ano, volteo al muchacho y le propino unas fuertes bofetadas, y luego otra, sintió como aquella mano acariciaba su torso desnudo y como apretaba con fuerza sus pechos
De pronto una sombra cubrió su rostro, el tipo obeso nuevamente con su verga parada, la fue acercando a la cara del pequeño, -abre la boca, y saca la lengua- el chico aturdido no obedeció las ordenes de aquel hombre cubierto de vello oscuro, sintió nuevamente bofetadas en su rostro –obedece pendejo- le ordenó el hombre de que continuaba embistiéndolo, hizo lo que le ordeno y sintió como el hombre obeso de barba colocaba sus testículos sobre su lengua, de aquellos tres sujetos, él era quien tenia un saco escrotal mas grande, sus genitales se encontraban contraídos por la exitacion del momento, pero aun asi, se asomaban casi colgando los coloco justo en la lengua del chiquillo y empezó a moverse en círculos para que aquel húmedo y rosado órgano, estimulara sus aquella parte,
Aquel niño podia ver como aquel sujeto acercaba lentamente sus nalgas hasta su cara, pudo oler el aroma característico de esa región del cuerpo, y por ultimo sintió como su rostro se perdía en medio de aquellos glúteos, sintió el peso de aquel hombre, sentía las embestidas de su otro violador que parecía no terminar nunca, intentaba respirar, pero le costaba trabajo, se empezó a retorcer como un gusano nuevamente mientras el aire en sus pulmones y en su torrente sanguíneo empezaba a disminuir, produciendo que su cuerpecito se tensara, los esfínteres de su ano se volvieron contraer, lo que aumentaba la presión y el goce de su violador,
-maricon de mierda creo que me vos a hacer venir- dijo, y saco su verga por unos segundos, los suficientes para detener la estimulación ocasionada por el cambio de sensaciones sobre su miembro, el hombre robusto volvió a meter su pene cuando se contuvo de eyacular y siguió con una embestida profunda y fuerte, y luego suave y lenta, el ano del pequeño estaba lastimado,
justo en el momento en que se sentía desfallecer, el hombre obeso retiro sus nalgas y lo dejo respirar, pero era un alivio momentáneo, dio una fuerte inhalación para recuperarse de su asfixia, pero nuevamente vio como aquel hombre se volvía a sentar en su cara, esta vez el hombre fue menos cuidadoso y dejo caer todo su peso sobre su cojín humano, la presión era enorme, el pobre chico sentía como su nariz se doblaba, alguien más remplazaba al hombre anterior en su ya abierto ano, por el tamaño del miembro y la forma de cogerlo, supo que era Roberto, -Hasta que vuelves apretar puta, así me gusta, anda cierra mas tu culo- el chiquillo sentía su cuerpo flotar, no tenía ya fuerzas suficientes para intentar escapar, nuevamente aquel hombre que estaba sentado sobre el se levando y pudo respirar, poco duro ya que nuevamente su visión se oscureció cuando aquel hombre se dejo caer nuevamente sobre él,
su cuerpecillo estaba llegando al límite y su cerebro lo sabía, aquel órgano tan especializado empezó a liberar endorfinas, hormonas muy parecidas a una droga, este mecanismo evolutivo tenía como objetivo tranquilizar a la presa de un cazador, hacer más a meno su sufrimiento, y este era el mismo caso, aquellos hombres eran tres enormes cazadores jugando con su presa, tres enormes osos devorando a un conejo ingenuo, tres enormes cocodrilos devorando a un pequeño cervatillo, cuando aquel hombre se retiro de su rostro, pudo por fin tomar suficiente aire, parecía un zombi, su mente trabjaba mas despacio, sentía como Roberto lo embestía, mientras que con una mano sostenía un celular, aquel hombre lo estaba grabando todo, el chico coloco una mano sobre su pecho al sentir algo húmedo y frio, era semen, el hombre obeso había eyaculado sobre su pecho y abdomen, ya no sentía tanto dolor como antes, era como si su cuerpo hubiera recibido una enrome cantidad de relajante, y así era, su propio cuerpo lo había tranquilizado, sintió como Roberto lo cargaba y lo colocaba sobre una cama, el hombre de entradas se aproximo e introdujo aquel miembro erecto hasta su garganta, ya no daba tantas arcadas, como al principio, solo sentía como aquel hombre le abria la boca y se masturbaba con su garganta, sentía los hilos de saliva escurrirle por la cara, -Yo creo que ya le esta gustando, jajajaja- no supo con certeza quien había dicho eso, sintió nuevamente otras bofetadas y alguien lo arrogaba boca abajo sobre el colchón, el tiempo se había detenido para siempre en ese momento, o así lo sentía el pequeño Cesar, sentía su pequeña cara hinchada por las bofetadas y puñetazos que había recibido.
Cuando por fin se cansaron los tres hombres, sentían sus miembros a reventar, ya hacía bastante tiempo que ninguno de los tres duraba tanto en una incursión como esa, se sentían orgullosos de lo que habían hecho, el hombre obeso abrazo al chico, mientras que lo besaba y le restregaba su pene ya flácido por entre sus piernas,-estas delicioso, te quisiera llevar a mi casa y cogerte todos los días- sin duda el había sido el mas excitado de los tres, sentía como sus ganas volvían a levantar sus ánimos, -anda voltéate, quiero sentir nuevamente ese culito tan rico que tienes- volteo al pequeño y empezó a introducir nuevamente su miembro en aquel culito. –que rico culo tienes putito, tu vas a ser de mis favoritos- nuevamente aquel hombre rodeo con su brazo el cuello del chico, pero esta vez no lo apretó, en lugar de eso comenzó a besarlo por la espalda, a lamerle la nuca, -te gusta bebe, más vale que te guste, porque de eso vas a vivir de ahora en adelante-.
Roberto entro a la habitación, llevaba solo ropa interior, y se acerco al hombre obeso –¿Y entonces el depósito me lo arias mañana?-, el hombre no dejaba de sodomizar al chiquillo –Claro, además, puedes tener acceso a cualquiera de mis chicos, gratis-, aquellos hombres se habían puesto de acuerdo, el chiquillo se hiria con aquel hombre, Arturo era un político, había sido gobernante, por lo cual se había hecho dueño de una pequeña fortuna con la cual había hecho un negocio bastante rentable, prostituía a jovencitos, los rentaba a extranjeros.
Roberto se acerco a su viejo jugete le acaricio la cara y le dijo –Espero te diviertas con este señor, a mi ya no me sirves- introdujo uno de sus dedos en el ano del chico que aun tenia el miembro erecto de Arturo- ya estás muy abierto, y a mi me gusta que estén apretaditos, pero antes de que te vayas te voy a dar de comer tu lechita, anda abre la boca- el chiquillo obedeció, Roberto se entretuvo varios minutos en aquella boquita, le hubiera gustado torturarlo más, haberlo cogido hasta que su cuerpecito ya no soportara mas, pero le excitaba saber que eso sucedería, pero que antes de que aquel exquisito momento sucediera, decenas, cientos o incluso miles de vergas destrozarían ese culito, ese era el cruel regalo de Roberto, pensando en eso, eyaculo un abundante churro de semen.
Bueno mis estimados lectores, con esto concluyo este relato, gracias por sus comentarios, y no piensen que doy por terminada esta historia, continuare torturando a este jovencito hasta que muera, y ustedes, que harían con él?
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!