LA DIRECTORA DE LA CARCEL (PARTE 3)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por seven.
Hoy como cada día iré a su oficina y are de sirvienta particular y es que cada día voy pensando en que me pasara pues siempre pasa algo nuevo, algo por lo que sufrir de una forma u otra un castigo, ya puedo escuchar los pasos de los tacones por el pasillo, (es ella la carcelera) debo darme prisa en arreglar mi celda pues si la hago esperar tendré que sufrir el castigo de su pistola eléctrica a la cual temo bastante, ya llega y al abrir la puerta empezaron a temblarme las piernas, ella al darse cuenta me dijo:
– buenos días perro ¿aun no has terminado?
– si señora ya he terminado
– bien en marcha la directora no esta esperando
– si señora
Así que me puso las esposas en las manos y en las piernas y me llevo junto a la directora, cuando llegue ella estaba sentada en ese enorme sillón que tenia en su oficina, al verme llegar ella subió la mirada me miro fijamente y yo la baje ella se levanto y a llegar a mi me dijo:
– hombre, si tenemos aquí a nuestra sirvienta particular
– no me saludas?
– buenos días, señora
– muy bien, haber póngale la cofia y vuelva a esposarla
La carcelera me desnudo y sin mas prendas que la cofia y las esposas me dejo allí en medio de la sala medio desnudo, casi se me podía notar el miedo que tenia pues aquella situación me dejaba totalmente indefenso
Luego la directora con la fusta en la mano se acerco a mi y empezó a rozarme el culo yo empecé a temblar por aquella situación y es que parecía que ella estaba enfadada por algo pero supongo que pronto me enteraría y no tardo mucho luego me dijo:
– ¿sirvienta, ves la mesa?
– sssi señora
– se me quedo sin limpiar
– lo siento, lo siento
– ¿lo sientes?
– ¿crees que mereces un castigo verdad?
– se lo ruego señora discúlpeme
Pero de nada me sirvió pues casi sin esperármelo me asesto un gran golpe con su fusta que me estremeció de dolor, luego empezó a recriminarme por lo que había echo mientras yo solo intentaba sin resultado pedirle perdón pero era algo a lo que ella hacia caso omiso
Luego siguió con su castigo mientras me rozaba con la fusta me humillaba haciéndome arrodillar a sus pies, luego empecé a lamerle con gran entusiasmo los pies pues era algo que realmente me encantaba ese día tenia unos tacones rojos altísimos que dejaban los dedos a la vista y después de un buen rato lamiéndole los pies se sentó en su sillón mientras ella trabajaba con su ordenador a mi me sentó en banquito con una especie de vibrador incrustado y allí me dejo hasta que limpiara bien sus zapatos junto a ella, yo debía limpiarle los zapatos mientras esa especie de vibrador me follaba sin que yo pudiese hacer nada y eso fue algo que me provoco una gran excitación pero de momento se dio cuenta y me dijo:
– ¿eso que es sirvienta?
– ¿acaso de he dado permiso a tu animalito para que se levante?
– no señora
– parece que no aprendes
Y agarro mis huevos con fuerza mientras me recriminaba, casi no podía hablar del dolor y mientras me tenia bien agarrados los huevos se acerco a mi cara y mientras yo balbuceaba ella me castigaba con grandes bofetadas que retumbaban entonces mi erección desapareció al instante luego me dijo:
– ¿que te pasa sirvienta?
– parece que ya se ha calmado tu animalito
– si señora
– bien sigue con lo que te he ordenado
– y procura que no vuelva a pasar
Y así fue yo seguí lamiéndole los pies mientras ella trabajaba en su ordenador, mientras en la otra parte de la oficina su carcelera trabajaba con los informes de los presos ordenándolos y rellenando la información que faltaba pero ese día no iba a ser yo el único que recibiera un buen castigo, todo estaba en calma pero sin esperármelo la directora se levanto y se fue hacia la carcelera con unos papeles al parecer se había equivocado en un informe cosa que a la directora le disgustaba mucho pues era estricta y muy dominante, al acercarse la carcelera bajo la mirada con un gesto sumiso le dijo:
– ¿Qué le pasa señora?, ¿he hecho algo mal?
– ves estos informes crees que están bien
Casi se podía escuchar como el corazón de la carcelera se disparaba cada vez mas pero ya no había solución sabia que le caería un buen castigo, entonces la directora saco de un mueble como una especie de radio que no era otra cosa mas que un aparto de electro-shock que tenia guardado especialmente para ella, entonces la carcelera empezó a gritar pidiéndole clemencia pero de nada le servia pues ya no había remedio mientras ella gritaba le decía la directora con tono humillante:
– tendremos que castigarte para que tengas mas cuidado
– no volverá a pasar se lo prometo
Entonces la directora amordazo a la carcelera para no escuchar sus llantinas mientras le ponía esos parches en la vagina y los pezones luego enchufo el aparato eso me hizo darme cuenta de la magnitud del castigo solo verlo me estaba estremeciendo de dolor, luego después de enchufarlo la directora empezó a darle potencia y los gritos de la carcelera casi podían atravesar la mordaza que le hacia callar y de repente la carcelera empezó a mojar el suelo pues aquella sensación estaba haciendo que se orinara encima eso fue algo que me éxito bastante pero no quería que la directora se diera cuenta pues si no yo sufriría el mismo castigo que ella, luego la directora al ver la reacción que había tenido la carcelera, vino a por mi y me llevo hasta donde estaba el charco de orina y me dijo:
– sirvienta límpialo hasta que no quede nada!
– ¿entendido?
– si señora
– si no tu sufrirás el mismo castigo
Y me dejo allí limpiando la orina de la carcelera menos mal que estaba lejos pues aquella situación me había creado de nuevo una gran erección cuando al fin termine de recoger toda la orina me quedaba un sabor bastante amargo en la boca, pero eso no terminaba hay pues la directora que yo le secase la vagina a la carcelera y así lo hice mientras ella la esposaba aun gran palo me puso a mi de rodillas lamiéndole la vagina, luego la carcelera empezó ha excitarse teniéndome a mi bajo sus piernas lamiéndole el sexo así que empezó a gemir y después de un gran rato la directora me decía que siguiese que no parase, mientras me castigaba con su fusta yo intentaba hacerlo con mas ímpetu pues no quería que me castigara y sin casi esperármelo empezó ha caerme del sexo de la carcelera un liquido blanco, luego hice el intento por retira la cara pero la directora volvió a meterme la cabeza hay y yo tuve que lamerle todos los fluidos hasta que la deje limpia,, sonó el timbre era la hora de ir a comer
Así que me esposaron y me llevaron al comedor mientras yo le daba las gracias a la directora por el castigo de hoy….continuara
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