La Iniciaciom II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
A partir de ese día y siguiendo las instrucciones de Antonio, mi única ropa en casa era mi delantal.
Era de color negro, liso.
Me cubría justito mi pollita y mi barriga, dejando totalmente expuestos mis pezones, mi culo y sin poder disimular mis erecciones.
Llegaba a casa del trabajo, me desnudaba en la entrada y ya me ponía mi delantal, a los cinco o seis días de repetir esta rutina Antonio añadió una nueva orden, tenía que quedarme arrodillado con el torso erguido y la cabeza gacha en la entrada esperando que el viniera a verme.
Así que casi todos los días lo primero que hacía cuando llegaba a casa era recibir en mi boca su polla mientras casi siempre jugaba a pellizcarme los pezones.
Muchos días no se corría pero si os aseguro que me machacaba los pezones todos los días.
Los tenía hinchados permanentemente y hasta vestido se marcaban bastante.
Después de este recibimiento diario me iba a la cocina a prepararle la cena.
Cenábamos, recogía la cocina y nos íbamos al sofá a ver una película en dvd.
Habían días en que la mirábamos juntos, yo recostado en el mansamente y el acariciándome o jugando con mi pezón expuesto, otros días me hacía que se la mamara hasta que se venía en mi boca y tenía que tragar todo para no ensuciar el sofá, después limpiarla bien y dejarla reluciente.
Así transcurría mi primera y segunda semana como sumiso de mi nuevo Amo Antonio.
A los 15 días viernes, llegue a casa más excitado de lo normal, llevaba varios días escuchando mientras mamaba a Antonio que ese fin de semana iba a ser especial para mi.
Estaba muy intrigado.
Llegó el día y como siempre entre en casa me puse mi delantal y esperé mansamente arrodillado en el hall.
Vino hacia mi, me colocó un collar de perro y me hizo ir a 4 patas al salón.
Me puso con las manos apoyadas en el sofá dejando expuesto mi culo, empezó a darle cachetes, con el culo bastante rojo por los golpes recibidos empezó a jugar con un dedo en la entrada de mi ano hasta ese día virgen.
Apretaba la yema de su dedo contra mi ano, lo introducía y lo sacaba, así un buen rato hasta que cada vez su dedo entraba con más facilidad, luego lo unto de crema y siguió jugando, ahora dos dedos, ahora tres hasta dentro, mi ano cada vez más dilatado recibiendo con gusto sus dedos.
Sin darme apenas cuenta empece a mover mi cuerpo para acompasarlo a la entrada y salida de sus dedos.
Error!!!, me cogió los huevos por detrás y los apretó fuerte, muy fuerte, me deje caer en el sofá con un dolor insoportable, me retorcía de dolor y el empezó a darme cachetadas fuertes en el culo hasta que recuperé mi posición expuesta en el sofá.
Siguió con el mete saca de dedos y yo inmóvil.
Expuesto y totalmente entregado a su voluntad.
entonces me dijo: te das cuenta zorra, estas disfrutando con mis dedos y estas empalmada y totalmente mojada.
Así era, tenía una brutal excitación con mi pollita a punto de reventar, mi mente sólo pensaba en poder tener dentro el pollón de mi Amo.
Como me había dilatado el ano y para que no se me cerrara introdujo un dildo con la orden de no expulsarlo bajo ningún concepto.
Me costaba horrores mantenerlo dentro.
El se sentó en el sofá me metió su dura polla en mi boca y me la follo como no lo había hecho hasta ese momento.
Cuando sentía que se iba a venir me hacía parar para recuperarse un poco y poder disfrutar más.
En uno de estos descansos me puso en cada pezón una pinza metálica sujetada con un tornillito, de tal manera que mis pezones quedaban aprisionados entre dos barritas metálicas firmemente sujetas por el tornillo, las dos iban unidas por una cadena, luego colocó alrededor de mis huevos una pulsera y la apretó fuertemente alrededor de ellos, de la argolla que tenía sujeto un pequeño mosquetón unido a una cuerda que unió a la cadena que tenía entre mis pezones.
La ató tirante, mis pezones querían escapar de su mordaza y mis huevos de la pulsera que los aprisionaban, casi no podía mantenerme erguido, el tirón era tan fuerte que no soportaba tanto dolor asi que no me quedó mas remedio que mantener una posición algo encogida.
Mientras volvía a tener la boca follada por su enorme polla y cuando por fin se vino en mi boca, paso lo inevitable, relaje mi esfínter al recibir toda la lechada en mi boca y el dildo salió de su orificio.
Sonó al caer al suelo y el no dijo nada, siguió apretando mi cabeza contra su polla sintiendo como sus chorros de leche inundaban mi boca y yo mansamente tragaba todo.
Cuando se le bajo y ya la tenía bien limpia me retiró la cabeza de su polla y me hizo poner en pié.
Yo algo encorvado por intentar aliviar mi dolor en pezones y huevos estaba allí de pié con el delantal montado en mi erección.
Me saco el delantal, cogío la cadena y estiró de ella, me puso de nuevo con las manos apoyadas en el sofá y se fue a la cocina, volvió al minuto con una espátula de madera en la mano, me la enseño, hizo que la lamiera un rato y después empezó a darme azotes con ella en mis nalgas.
que dolor!!!, era insufrible, me dejo después de unos 30 azotes con ella el culo morado.
Al principio los aguantaba bien pero con la intensidad y la prolongación del castigo empece a moverme tirando la cadena que me aprisionaba de mis partes.
Retiró al finalizar las pinzas de mis pezones y parecían los pezones de una mujer lactante, hinchados increíblemente, me los lamió con dulzura y cuando el dolor empezaba a remitir los mordió, Caí al suelo, el dolor me acuchillaba los castigados pezones, el culo me ardia por el castigo recibido en el.
Cogió entonces la cuerda que todavía colgaba de mis huevos, la estiró e hizo que me pusiera nuevamente en pié.
Me inclino hacia delante e introdujo con brusquedad el dildo de nuevo en mi ano, Me fui para delante por la brutal intromisión del aparato y el me lo impidió tirando de la cuerda que aprisionaba mis pelotas.
Me llevo a la ducha, se orino encima de mi maltrecho cuerpo, me retiró el dildo y urgo en mi dilatado ano con sus dedos introduciendome tres dedos, cuando quedo satisfecho de follarse mi ano con sus dedos me hizo enjabonarme y limpiarme bien y con mucha dulzura seco todo mi cuerpo mientras me decía Adri, que bien te portas, me gustas, seras mía del todo cariño.
sigue así zorra mía.
La verdad es que estas palabras amables me reconfortaban después de tanto sufrimiento.
Luego me tumbo en la cama y muy dulcemente empezó a ponerme crema hidratante por todo el cuerpo, El pecho, los pezones, espalda, piernas, pollita y huevos.
Era un alivio para mi maltrecho cuerpo.
Mi pollita volvía a estar tiesa y el llenándola de crema me empezó a pajear con mucho mimo.
Me corrí entre grandes gemidos de placer después le limpie la mano y los dedos con mi lengua, me tapó y me dejo sólo en mi habitación.
Me dormí no sin antes estar pensando como un "hombre" como yo había podido llegar a esa situación.
Continuará.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!