La Iniciación III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era domingo y me desperté tarde, sobre las 10,30.
Sentía mi cuerpo dolorido, mis pezones querían salirse de mi cuerpo, hinchados, sensibles y muy doloridos por el castigo recibido el día anterior.
Mi ano me dolía, debido a la dilatación a la que había sido sometido, mis huevos estaban también doloridos y mi polla como me pasaba desde que estaba siendo sometido por Antonio estaba a tope.
Me gustaban cada vez más esos momentos en los que permanecía despierto en mi cama, solo, acariciando suavemente mi dolorido cuerpo.
Mis pezones, mis huevos y sobre todo masajeando suavemente mi pollita erecta.
Eran mis momentos secretos.
Recordar lo vivido el día anterior, mi entrega y mi sumisión hacia un hombre muy poderoso mentalmente que conseguía que me amilanara ante él sin condiciones, pero que a la vez hacía salir de mí ese lado oscuro con el que tanto estaba disfrutando.
Así que recordando todo lo pasado el día anterior y debido a mis masajes en mi glande exploté.
Que rica corrida!!!!.
Para no manchar nada me lamí la mano y los dedos y fui limpiando mi pollita.
Me levante,me fui a mi ducha y estuve largo rato debajo del agua, me encantaba la sensación de alivio que me producía el agua al caer por mi cuerpo.
Cuando terminé me puse mi delantal negro y salí de mi habitación.
Antonio estaba sentado en el sofá viendo una película de dvd, me dio los buenos días y me dijo que le preparara un café.
Prepare dos, los lleve al salón, me senté a su lado y nos tomamos el café como dos buenos amigos.
Nos vestimos y salimos a pasear por la ciudad a disfrutar del magnífico día primaveral a pesar de que el calendario nos decía que acabamos de entrar en el otoño.
Después de andar casi dos horas nos sentamos en una terraza a tomar una cervecita.
Volvimos a casa.
Entramos, él se fue directo a cambiarse y a ponerse su pijama y su batín, yo lógicamente me quede en la entrada, me saque la ropa, me puse mi delantal, me arrodille y esperé a que él volviera a por mí.
Al rato vino, me dijo que había disfrutado mucho del paseo y que cada vez le gustaba más su nueva zorrita.
Me ruborice y él sonrió.
Me dijo que a pesar de saber desde el principio que caería rendido a sus pies cada vez le ponía más mi grado de sumisión.
Mientras me decía esto, se sacó su polla del pijama y me la metió en la boca empezando a dirigir mi cabeza para proporcionarse placer.
Me estuvo follando la boca largo tiempo, la tenía a punto de reventar y yo esperaba mansamente a recibir su rica leche en mi boca pero el se controlaba la corría para alargar su placer.
Me llevo al salón, me saco el delantal y empezó a jugar con mi pollita, ufffffff, que placer.
mientras lo hacía con su otra mano empezó a jugar con mi ano, metía sus dedos de uno en uno bien untados de crema, mi ano los recibía con agrado.
Cuando yo estaba a punto de venirme dejo mi pollita, se puso detrás de mí y me la metió.
Despacio, poco a poco pero sin descanso hasta que sus huevos chocaron contra mi culo.
Estaba ensartado por primera vez por la poderosa polla de Antonio, mi señor.
Cuando mi dolorido ano se acostumbró a la polla invasora empezó un mete saca suave pero constante, entonces sin previo aviso se cogió de mis caderas y empezo unos movimientos muy rápidos hasta que se vino dentro de mí.
Que sensación!!!!, que dolor!!!!, que placer!!!!, mi señor por fin me había follado, lo deseaba tanto.
Cuando me la saco empezo a bajar por mis piernas su corrida, mi ano todavía se sentía lleno, palpitaba y sin dejarme perder esa sensación cogió mi polla y la movió rápidamente hasta que me vine en una explosión orgásmica.
Uffffffff, uffffffff, ufffffff
que pasada!!!.
Le lamí la mano y le lamí la polla para limpiarlo adecuadamente.
Tenía la placentera sensación de ser una perrita buscando el cariño de su amo.
Pero que sensación más placentera.
Nos fuimos juntos a la ducha y nos enjabonamos mutuamente, nos secamos yel se puso su pijama y yo mi delantal.
Comimos algo y nos acomodamos en el sofá a ver una peli, me dormí.
Me desperté, él no estaba en casa.
Al rato llegó con un amigo.
Yo muerto de vergüenza, sentado en el sofá con mi delantal puesto delante de Antonio y de un desconocido para mí.
Antonio me dijo que era un amigo de muchos años, tendría su misma edad aproximadamente y era algo más bajo que él y algo más rellleno.
Me dijo que preparara dos copas y así lo hice, Se las lleve al salón y se las deje encima de la mesa de centro.
Ellos estaban viendo una peli de sexo sentados uno al lado del otro.
Antonio me dijo: Adri cielo, arrodíllate y escucha atentamente.
Julio es mi amigo y siempre que quiera y le apetezca te usará como yo lo hago.
Le darás todo el placer que el te pida y estarás sometida también a sus caprichos.
Me has entendido bien?, alguna duda?, no señor respondí.
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