LA NUEVA MASCOTA DE MI MEJOR AMIGO PARTE 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Llegó el jueves 23 de febrero. Mi amo pasó por mí al colegio, y me llevó a su casa. A pesar de notarse amable, mi sumisión comenzó a tener efecto. No decía ni una palabra, prefería mirar el suelo con tanta resignación.
-No me digas que no te diviertes conmigo, créeme que yo me la paso muy bien. Pero no pongas esa cara, eres mi mejor amigo, y por eso te convertí en mi perra, serás mi favorita. Pero debes entender que educarte es primordial, en cuanto hagas las cosas perfectas, veras que disfrutaras tanto ser mi hermosa mascota.
Afortunadamente la familia de mi amo no estaba, mi rutina fue sencilla. Me desvestí, se me colocó mi correa de perra en los huevos, mi colita café. Listos para una nueva lección de tortura.
Antes de colocar mi dildo de perro, mi amo metió sin preguntar sus dedos por mi ano, evidenciando que estaba completamente limpio. Pues me había puesto enemas y había limpiado mi interior.
-Vayas que eres una perra bien limpia y educadita, tu colita está muy limpia.
Toda la tarde me la pase echado en el suelo, mientras mi amo veía la televisión en el sofá. Debes en cuando tiraba sobras de comida, con afán de comerlas en el suelo como una perra.
Al menos no era orines ni excremento. Aunque toda la comida que ingería me sabía a mierda.
Dieron las 11:00 pm, mi amo tomó una chamarra, con afán de iniciar de nuevo un paseo nocturno.
Al menos la calle estaba sola, y el parque era un desierto. Me avergonzaba ir desnudo en la calle. Sin embargo mi amo fue más generoso, dejando mas correa para dar pasos libres, mis huevos se lo agradecieron mucho. Pues su paso era lento, y no tiraba de mis testículos frecuentemente.
Llegamos a la tienda del señor Pedro, de unos 50 años. Dos jóvenes uno de 20 y uno de 26 años saludaron a mi amo. Mi amo esta vez decidió que lo acompañase a su embriaguez, como hubiera deseado que me dejara sujeto en el árbol como aquel día. Ya que la situación empeoraría súbitamente.
-Con que esa es tu perra, se ve muy linda, como me gustaría conseguirme una igual. Y ya le enseñaste trucos, a puesto que podría usar muy bien ese hocico, para darme una que otra mamada.
-Pero ya sabes que no aceptamos perras en este lugar, tienden a ensuciar mi negocio. Es mejor que la dejes afuera, no quiero hacer limpieza de nuevo.
-Señor Pedro, mi perra está siendo más educada, y la traigo para que disfrute un poco del placer. A parte no podía dejarla en mi casa, no es apta de quedarse sola.
El señor Pedro aceptó mi permanencia, fuimos atrás de la tienda, en una bodega percudida. Mi amo ató mi correa en una reja, y los tres amigos dispusieron a beber descontroladamente. El señor Pedro les traía mas cervezas, hasta que mi amo quedo tumbado en unas cajas, totalmente borracho.
Los dos jóvenes el de 20 y 26 años me miraron con lujuria, sabía que pronto sería víctima de una violación. El miedo me paralizo, derramando lagrimas en mi rostro. Aunque quisiera, no podía escaparme, mis huevos estaban atados firmemente.
-Nos divertiremos con esa perra, y como soy el mayor seré el primero en estrenarte. Jaja. Por supuesto ni creas que esa colita protegerá indefinidamente ese culito delicioso que tienes. El joven de 20 años miró con atención lo que sería mi primera sodomización.
Mostró su gran pene erecto, tendría unos 28 cm de largo, aunque muy delgado. Me sujetó del cuello, e introdujo su sexo en mi boca, era tan larga que arqueé múltiples veces. Mi boca se contracturó de inmediato, el movimiento que me hacia generar sus movimientos, me asfixiaban lentamente. El sabor era desagradable, muy salado.
-Mámamela como la perra que eres, se que te gusta, no te hagas la inocente. Maldita perra de mierda, ahora sabrás lo que es tener un macho de verdad.
Constantemente me bofeteaba, en efecto de realizar mejor mi trabajo, mi boca me dolía, la garganta me ardía demasiado.
El joven de 20 años no dudo en participar en mi gran humillación, y sin pedir permiso retiró mi dildo anal súbitamente, generando una deliberada sensación. Sacó su pene gordo de 29 cm, muy venoso. Y me lo intentó clavar por atrás, mi agujero estaba un poco dilatado por el dildo, pero no lo suficiente para poder dejar entrar tal bestialidad. Así que metió los dedos, y se abrió lentamente el paso por mi culito, generando un dolor inconcebible, que hizo que mordiera discretamente el pene largo y delgado. Un gemido de dolor y placer emitió el joven de 26 años, mientras me metía con gran fuerza su sexo. Mi ano tuvo piedad, generando una relajación máxima, que hizo que entrara la mitad del pene venoso. Estaba cubierto tanto por delante como por detrás. No sabía dónde poner más atención, y si no fuera poco mis huevos daban estirones por seguir atados a la reja. Sensación que inevitablemente me generó una excitación involuntaria, aunque mi pene no pudo erguirse completamente por su encierro.
Mi ano pulsaba, mientras el pene venoso se introducía más profundo. Una gran contractura dio mis glúteos, al recibir por completo ese bestial pene en mí dilatado agujerito. Mis lágrimas se derramaron, mi virginidad había sido rebatada dolorosamente esa noche, sin piedad, mientras mi amo yacía borracho en las cajas. Los dos jóvenes llegaron a su éxtasis, podía sentir pulsar sus penes en mis cavidades, y de inmediato se corrió el joven de 26 años, inundando mi boca de leche amarga. Era tanta que escurrió por mi barbilla, hasta mi cuello. Inevitablemente tragué un buen bocado. Me obligó a limpiarle por completo el pene, lamiendo los restos de su semen. La amargura en mi boca fue mejor que la asquerosidad del excremento en mi boca. No pasaron ni unos minutos, y el joven de 20 años se corrió en mis entrañas, llenando mi colon de abundante semen, se sentía muy calientito, e inevitablemente sentí un orgasmo interior.
Mi vergüenza se intensifico al darme cuenta que mi pene semierecto, enjaulado expulso un poco de líquido preseminal.
-Pero que puta eres, bien que te gustó que hasta querías correrte. No sabes que rico culo tienes.
Mi recto quedó lleno de semen y sangre, pues sufrí un pequeño desgarro por tal penetración. En algún momento creí que había terminado todo, pero el turno de culearme el de 26 años no demoró, y los papeles se invirtieron, de nuevo siendo ensartado por delante y por detrás sin piedad.
Fui culeado multiples ocasiones, mi ano ardía demasiado. Y mi boca estaba exhausta de tanta mamada, aunque los jóvenes se veían más cansados, por el orgasmo que habían experimentado.
-Maldita perra, espero que te traigan más seguido, te culeare las veces que necesite.
La madrugada llegó, mi cuerpo olía a macho , sudor, semen y orina. Mis huevos se veían un poco hinchados en su atadura. Y mi pene flácido enjaulado dejo de pulsar de mi intento de orgasmo. Me sentí usado, asqueado, odiaba el sexo, y sentía demasiada culpa por mi semierección. Lloré como una hora, quería morirme, quería que terminara todo.
-¿Por qué? Lloras perra, si veo que te la pasaste estupendo con mis hijos. A poco no te hicieron correrte. Si se ve que eres una vil perra, que buscas placer.
Me toco mi enjaulado pene, mirando lo pequeño y flácido que se veía.
-En serio no te has corrido, pobrecita, no te dejan correrte, seguro por lo zorra que eres, te enjaularon para que no anduvieras de pilla. Pero te haré un favor, y te daré el placer que jamas has sentido.
La propuesta que me hizo el viejo de 50 años me aterro, mis lágrimas no dejaban de brotar. Mi colita ya no soportaría una culeada más.
ESPERO LES HAYA GUSTADO, PRONTO LES DEJARE LA TERCERA PARTE.
UN SALUDO.
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