La Última cogida
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por summoner.
La Última cogida
Era domingo por la tarde, hacía rato que aquel hombre había observado a Omar un chico de la calle, se notaba que había vivido en esas condiciones por bastante tiempo, su cuerpo era muy delgado y su estatura era aun más pequeña para su edad, pero para Héctor aquel chico era una verdadera delicia, dentro de su auto oculto como un depredador, lo contemplaba, su miembro estaba erecto, era una verga bastante gruesa y larga, pero no era de sorprender ya que él era un hombre bastante alto y grande, observó al chico hasta que empezó a oscurecer, era su momento, poca gente observando, podría llevar a cabo su plan, bajo de su auto y se acerco al chico que se había acostado en el piso para dormir un rato, aquel hombre se acerco, el chico pudo ver a aquel gigante, era bastante alto, pensó por un momento que se trataba de un policía y aun que Héctor laboraba dentro del cuerpo policiaco, esta vez no venia por cuestión de trabajo –hola amiguito que haciendo aquí, donde está tu familia- aquel chico le explico que vivía en la calle, la platica y el carácter amable de Héctor convencieron al chico de que aquel hombre lo quería ayudar, ademas le habia prometido algo de comer, asi que el chico decidio acompañarlo hasta su auto, una ves dentro aquel hombre le puso una mano en su pierna y la sobo, algo que incomodo en parte a Omar, pero decidio no decir nada. Andubieron conduciendo por cerca de media hora hasta llegar a una gran casa, aquel chico habia caido en la inmensa telaraña de aquel depredador y ahora estaba a punto de ser envuelto y devorado,
Una vez dentro de aquel recinto, aquel hombre tomo al chico de la mano y la coloco justo sobre su pantalon, Omar se quedo quieto sin decir nada, aquel sujeto empezo a quitarse la corbata, ya anteriormente el muchachito le habían platicado de hombres que les gusta que les toquen el “pito” sus compañeros le comentaron que si hacia todo lo que le pedían podrían darle mucho dinero, aquel chico solo se limito a obedecer. Hector se quito la corbata y la coloco alrededor del cuello de Omar, y jaló de ella, aquel chico sintió como se cerraba aquella prenda en su cuello, intento quitársela pero con aquel nudo era imposible, lo arrastro como si fuera un perro y lo llevo a su recamara –No me gusta que griten, si haces todo lo que te digo ambos nos divertiremos- lo coloco boca abajo a la orilla de la cama y empezó a despojarlo de su ropa,
Omar apenas y podría poner resistencia, aquel hombre tayava su miembro erecto sobre aquellas pequeñas nalgas redondeadas y lampiñas, se saco su enorme miembro y lo puso a la entrada de aquel diminuto agujero, tomo un frasco de crema de su buro y lo unto en aquel hueco, jamás se había puesto un condon, disfrutaba sentir el contacto de la piel desnuda con su verga, incluso algunas verrugas se habían formado alrededor de su miembro, contraídas en sus multiples cojidas, y ahora entraba su miembro en aquel estrecho ano, cuando omar sintió la cabeza de aquel miembro entrar una fuerte punzada de dolor recorrió su espalda intento gritar pero aquel hombre preto mas la corbata, era inútil, Hector era un hombre que disfrutaba de su superioridad, y ahora el era superior a ese chico sin casa, sin familia sin nadie a quien le importara, era un hombre de verdad y ese chico solo un par de hoyos donde meter su verga, con violentas penetraciones empezo a destrozarle su pequeño ano, omar lloraba pero no podría gemir, pero eso solo er el principio, aquel hombretón volteo al muchacho sin siquiera sacar su miembro de su recto y coloco las piernas del chico en su hombro, ahora se veian a la cara, -eso es abre las nalgas pendejo- le escupio en la cara y le puso ahora sus enormes manos en la garganta
Después de unos minutos lo volvió a cambiar de posición el ano de Omar estaba adolorido, pero eso no le importaba a aquel hombre, Hector sudaba profusamente, por fin decidió sacar su miembro aun erecto , tomo al chico por el cuello con una mano, levantándolo del suelo y empezó a apretar, el aire en sus pulmones empezaba a acabarse, intento gritar pero ni un solo suspiro podía salir de su boca, quería escapar, estaba arrepentido de haber aceptado ir con aquel hombre, de pronto aquella mano aflojo un poco, Omar tocia, aquel hombre lo alzo en su hombro y lo condujo hasta un cajón, aquel chico estaba agotado, poco podía hacer para defenderse, aquel hombre coloco al chico en el piso, y puso su rodilla sobre su pecho para evitar así que pudiera gritar o moverse, Omar pudo sentir el peso de aquel hombre sobre su caja torácica, intento golpearlo pero era inútil, las continuas formas de asfixiarlo que había aplicado aquel hombre en el le habían arrebatado todas sus fuerzas, aquel hombre saco un extraño instrumento de metal y cinta adhesiva, apenas y Omar pudo poner resistencia cuando le colocó aquel objeto que garantizaba que su boca jamás podría cerrarse
A continuación empezó a sentir como su rostro era cubierto por cinta adhesiva, debido a que incluso su nariz la había cubierto, solo podía respirar por la boca, pronto entendería cual era la finalidad de aquella cobertura, cundo aquel hombre retiro su enorme pierna de él sus pulmones volvieron a recibir una corriente de aire, pero el dolor en el pecho continuaba, ahora no podía ver debido a que sus ojos estaban cubiertos, sintió como aquel gigante lo alzaba en sus brazos, sus lagrimas volvieron a brotar, aquel hombre coloco su enorme miembro en la entrepierna de aquel chico, y movió el cuerpo del muchacho para masturbar su pene en la entrepierna de su juguete, lo besaba y lamia, le acariciaba y apretaba las nalgas, lo llevo hasta su cuarto y lo arrojo a la cama, le amarro las manos en la espalda a lo mismo que los pies
Coloco la cabeza del chico a la orilla de la cama, sus huevos estaban a punto de explotar y por fin podía liberarlos, contemplo el cuerpo de aquel chico, observo la respiración agitada de aquel muchacho, acomodo bien la cabeza del chico, y colocó su miembro en aquella suave y tibia boca, empezó a introducir su verga, el pobre chico empezó a convulsionar por las arcadas que sentía, eso aunado al hecho su vía aérea era obstruida por el pene de aquel hombre, aquel hombre disfrutaba aquella situación era como introducir su miembro en el mismo paraíso, la desesperación del chico por respirar hacían que su miembro fuera succionado con más fuerza, con una mano sostenía la cabeza del muchacho y con la otra se apoyaba en su pecho, así evitaba que lo fuera a lastimar con sus dientes, aquel chico sentía desmayarse
Héctor sacaba su pene de aquella boca para dejarlo respirar por momentos y ver los chorros de saliva que le escurrían a aquel chico, por cerca de una hora esta acción se repitió varias veces, hasta que su excitación llego al clímax, su pene se ruborizo, sus penetraciones eran más rápidas y profundas, y un enorme chorro de semen salió disparado, llego hasta los pulmones de Omar, aquel chico sentía como fuego aquel liquido obstruyendo sus bronquios, ocluyéndolos para siempre, Héctor se desplomo, estaba sumamente extasiado, y exhausto, había hecho un buen trabajo y merecía descansar, aun movía su cadera para sentir y recordar ese momento, paso un minuto, dos minutos, Omar apenas y se movía, intentaba desesperadamente salir de aquella mole de carne y musculo que ahora lo aplastaban y le evitaban cualquier forma de inhalar aire, pasaron tres minutos, Héctor se había dormido, aun con su miembro erecto
Omar ya no podía hacer nada, llegaba a un estado de inconsciencia, aquel miembro viril no iba a ceder, estaba ahí y no le permitiría respirar, pasaron diez minutos, Héctor roncaba y su miembro se mantenía aun como soldado, no sería después de dos horas que despertó, su miembro no había tenido tregua con la garganta de aquel chico que ahora parecía un ratón aplastado, inmóvil, sin vida, Aquel hombretón volvió a tener una erección, sabía que su pene había absorbido el alma de aquel chico, la sentía en los huevos, volvió a meter su miembro en aquella boca inerte, y volvería a eyacular, se quedo dormido con el cuerpo de aquel chico toda la noche, mañana seria día de tirar basura y buscar una nueva funda para su espada.
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