Mi amiga con strap-on
Decidí tomarme unos días de vacaciones, así que invité a una amiga muy lujuriosa para que me acompañara..
Decidí tomarme unos días de vacaciones, así que invité a una amiga muy lujuriosa para que me acompañara.
Nos quedamos de ver en la terminal de autobuses y tomamos en primer bus que salió a nuestro destino.
Al llegar lo primero que hicimos fue pasar al hotel a registrarnos y salimos a comer algo y pasear por el centro del pueblito. Llegada la noche, cenamos y nos fuimos a la habitación a relajarnos.
Mi amiga decidió cambiarse para ponerse ropa un poco más cómoda y vaya que me sorprendió al salir del vestidor arreglada para sus planes para esa noche. Se puso un corsette color piel, con muchas correas de cuero y hebillas, unas medias de red negras, tacones y un strap-on. Después de que vio mi cara de sorpresa y lujuria, me ordenó diciendo “pequeño gatito, ven a chupar esto que tengo aquí”, señalando el dildo del strap. Sabía que tenía que obedecerla, así que fui gateando hasta quedar frente a ella y comenzara a chupar ese dildo que emergía del strap-on. La diversión de esa noche estaría acorde a sus planes y deseos. Me encantaba su mirada sobre mi, y yo disfrutaba mirándola mientras hacía lo que me ordenó. De ves en cuando, sostenía mi cabeza y la clavaba hasta el fondo de mi garganta. Así me tuvo un rato hasta que me ordenó que me desnudara, me pusiera mi collar de sumiso y me subiera a la cama para quedar en 4.
Una ves que quedé como me ordenó, me puso una mordaza de bola y comenzó a tocar mi cuerpo hasta terminar en mis nalgas, empezó a jugar con ellas abriendolas, contemplando mi ano, pasándole sus dedos suavemente hasta que sentí su lengua recorrerlo. Sentí electricidad pasar por todo mi cuerpo. La sensación del beso negro siempre me ha gustado, pero ella lo hacía sentir mejor que cualquier otro beso negro. Lamía, besaba y buscaba como ir metiendo su lengua dentro de mi. De verdad que lo estábamos disfrutando los dos. Así me tuvo un buen rato, hasta que sentí como empezó a meter un dedo mientras su lengua no paraba de jugar. Solo di un gemido y me puse flojito, sabía que no había nada que yo pudiera hacer para detenerla, y no quería que se detuviera. Pasado un rato, metió otro dedo con un poco de dificultad. Mientras lo hacía me decía cosas sucias, contandome lo que me hiba a hacer esa noche, las ganas que tenía desde hace más de un año de estrenarme y que esa sería la noche, su noche. Saco lubricante y lo escurrió sobre mi ano y sus dedos que metía y sacaba de mi. Yo no podía decir nada, pero mis gemidos y movimientos decían que yo también la deseaba.
Cuando intento meterme el tercer dedo, yo no lo podía creer. Nunca me había dilatado así. Solo ansiaba sentirla dentro. Me tenía más que estimulado. Solo deseaba que ya se decidiera a penetrarme. Hasta que finalmente lo quiso hacer. Se colocó de rodillas tras de mi y frotaba su strap en mi raya, antojandomelo más. Hasta que puso la punta en mi entrada. Me tomo de la cintura y me dijo que ahora si iba a estrenarme. Que iba a hacerme lo que nunca antes una chica se había atrevido a hacerme. Me iba a hacer suyo. Comenzó a metermelo lentamente. Avanzaba un poco y regresaba, y así hasta que increiblemente me entró todo con muy poco dolor, era más la excitación que sentía.
Comncé a sentir que entraba y salía lentamente hasta que empezé a rcibir nalgadas de su mano. Uff, nadié más me ha nalgueado salvo ella y me encanta como lo hace. Ella nunca me avisa, solo siento su castigo que me estremece. La sensación de ella cojiendome era espectacular. Solo escurría saliva de mi boca y gemia. De pronto me la saco y ordeno ponerme boca arriba, quería hacermelo patas al hombro para ver mi cara. Me acomodé y esta ves entro con mucha facilidad, así que se empezó a mover una ves dentro.
Yo estaba en el paraíso de las nuevas sensaciones, solo quería más. Su cara de perversión y placer era alucinante.
Tomo mi pene con su mano y comenzó a masturbarlo mientras me penetraba. Cada ves más rápido y duro, y luego lento y suave. Así hasta que dijo “quiero que saques toda tu leche gatito, sácala toda”, pocos minutos después, comencé a gemir muy fuerte y temblar hasta que saqué varios chorros de leche que cayeron en mi pecho.
Al ver que me relajaba, comenzó a sacar el dildo de mi y se acerco a lamer mi leche, la juntó en su boca, me quitó la mordaza y me dio un delicioso beso blanco que no se cuanto duró. Solo bajo por más leche y siguió besandome. Yo temblaba e tanto placer. Fue algo totalmente nuevo y que seguro repetiremos.
Este relato es solo una fantasía que tengo y que espero se haga realidad…
Me exito lo mas de rico