Mi prima y yo, juguetes de un ladrón (Primera parte).
Como la noche en que nos quedamos solos mi prima y yo, un ladrón entra y nos vuelve sus juguetes sexuales..
**Primero que nada una disculpa por no incluir una introducción mas extensa e ir directamente a la situación sexual, igual no incluyo nombres ni descripciones físicas porque me gusta dejar esos aspectos a la imaginación propia de cada lector**
Tengo 16 años y mi prima 21.
Un día mis papás y mis tíos iban a ir a una fiesta en la noche, y al ser hijo único menor de edad, y no querer dejarme solo por varias horas, mi prima sugirió el que se podía quedar a hacerme compañía hasta la hora que llegaran, cosa que tanto mis papás como mis tíos estuvieron de acuerdo.
Esa noche nos la pasamos muy bien, pedimos una pizza, jugamos videojuegos y vimos una película.
Más tarde, ya cuando estaba durmiendo de repente algo me despierta, y noto que es mi prima, por estar aún medio dormido no noto que se le veía bastante nerviosa, solo escucho que me dice que me levante y la acompañe a la sala, le pregunto por qué pero no me responde, solo me dice que me apure.
Una vez llegamos veo que no solo estamos los dos, si no que hay un hombre extraño ahí de pie, con un pasamontañas, un ladrón se había metido a la casa.
En ese momento mi prima me dice “mira, ya hablé con esta persona, me dijo que no nos va a hacer daño si hacemos todo lo que nos diga, pero que para que no estorbemos nos va a tener que amarrar, no te preocupes, todo va a estar bien”, en ese momento intentando sonreírme, pero claramente angustiada.
Mi prima vestía un short de algodón corto y algo ajustado a modo de pijama, y una playera de manga corta, yo traía un pantalón de pijama y arriba una playera interior de tirantes.
En cuanto mi prima dejó de hablar el hombre indico que nos desnudáramos, a lo que mi prima enseguida reclamó ya que no había dicho nada de eso, pero al no estar en posición de negociar, después de unos momentos empezó a quitarse la ropa, quedando solo en calzones y cubriendo sus senos con sus brazos, ya que dormía sin sostén, y sin verme directamente me dijo que igual me quitara la ropa.
Sabía que de nada iba a servir que reclamara, así que la obedecí, quedando solo en calzones momentos después, al igual que ella.
Pero no estando conforme con esto, nos hizo quitarnos también los calzones; hasta ese momento a lo más que había llegado era a haberla visto en traje de baño, pero jamás desnuda, ella tampoco a mí, imagino que solo fue por el miedo en ese momento que no tuve una erección, y que evitaba ver a mi prima para no avergonzarla aún más de lo que ya estaba.
Para el momento en que quedamos los dos completamente desnudos el hombre ya tenía en las manos unas cuerdas, con las que empezó a atar a mi prima, tomando y llevando sus brazos a la espalda, dejando sus senos al descubierto, para después hacer varios nudos alrededor de sus antebrazos; y ya inmovilizada de esa parte, y aprovechando que detrás de ella había un sofá, la empujo para que callera sobre él; lo siguiente que hizo fue atar sus piernas, pasando cuerda por sobre sus tobillos, y por sus muslos. Lo último que le hizo, por el momento, fue tomar mis propios calzones, hacerlos bolita y metérselos a la fuerza directamente en la boca, y antes de que pudiera escupirlos le dio varias vueltas de cinta alrededor de la cabeza.
Mi prima aun gemía desesperada luchando con sus ataduras cuando el hombre se dirigió ahora a mí, al igual que ella primero me ato los brazos a la espalda, pero como el sofá ya estaba ocupado me puso en el suelo para atar mis piernas, y como al igual que a mi prima me iba a amordazar, para ello ahora tomó sus panties, las hizo bolita pero en lugar de metérmelas a la fuerza solo me dijo “abre la puta boca”, cosa que hice enseguida, y después de tener la boca llena me dio igual varias vueltas de cinta.
Hasta hace poco menos de una hora estábamos los dos durmiendo tranquilamente, pero ahora estábamos los dos desnudos, atados y amordazados con los calzones del otro, con mucho miedo, vergüenza, y rogándole a Dios que lo más que fuera a pasar a partir de ahora es que se fuera después de haber saqueado la casa, sin hacernos nada más a nosotros, pero no teníamos forma de saber que estábamos equivocados.
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