VIVENCIAS DE UN AMO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Conocí a Pedro, como a todos, por chat, 5 años mayor que yo, delgado alto, casado sin hijos, textualmente decía ser esclavo, sin limites, e aquel momento, no supe que estaba ante otro amargado de la vida como yo, nos citamos, para conocernos, Pedro habla despacio, bajo, llegó en su todo terreno, esa tarde me contó que había tenido sesiones, incluidas de pago, pero, que aun no había encontrado lo que buscaba, ese primer dia me dijo que su esposa no sabia nada de lo suyo, me mintió, en la segunda cita, si hubo sexo, en mi casa, no lo penetré fue lo único, que no hice, pues él no quería, desde el principio eso me agrado, le dí, la sesión mas fuerte, que había dado hasta el momento y la aguantó me impresiono.
Durante, tres semanas, estuvimos viéndonos al menos, dos veces, cuando terminábamos, comenzamos, a tomar una copa juntos, y me hablo de Laura su esposa, cuando salímos somos dos amigos, como decía me habló de Laura, y que sabía lo de él, que le había hablado, de mí, Pedro buscaba un amante para ambos que cumpliera los requisitos, supe que era un matrimonio de amargados como yo, como empecé este relato.
La siguiente cita, fue un sábado, de mañana, en una terraza en mi barrio, fui, y me encontré, la sorpresa de que allí estaba, Laura, los primeros momentos para mí, fueron muy perturbadores, era como si estuviera, manchado, de algo que solo ella podía ver, sin embargo, ella, a pesar de estar nerviosa lo disimulo bien, parecía segura, y poco a poco fui componiéndome.
Laura, es alta morena, de aquella tenia 38 años, no era sumisa, ni siquiera había estado con otro hombre que no fuera Pedro, yo sabia que habían intentado tres veces antes, pero nunca se llego a nada, por desconfianza, Laura, es una mujer normal, para mi atractiva pero sobretodo interiormente, cuando llevaba una hora charlando con ella ya la deseaba.
A Laura, en esa época solo le excitaba una cosa, ver a su marido sometido, por otro hombre, pero para ella, no buscaba nada "especial" pero si esa tarde, cuando llegamos a su casa, por primera vez fui, y ante ella, someti a su marido, le ate los huevos, y la polla, lo pateé, azote su culo, lamio mis pies, termine, por dejarlo, con una paleta totalmente, ardiendo sus nalgas, sus muslos, sus mejillas, rojas de mis hostias, para terminar meandolo en el baño y de allí, amarrado en una estera en la habitación, Laura no había perdido detalle, no dijo una palabra solo lo observo todo levantándose, tras de nosotros cuando cambiábamos de lugar, y tras 40 minutos, de todo aquello, cuando su marido yacia en la esterilla en el suelo a un lado de la cama del dormitorio totalmente meado por mi yo estaba en slip, mi pene mide 19 centímetros, por 7 de grosor, Laura de pie, vestida casí en la puerta de la habitación fui hacia ella, nunca vi a una mujer tan excitada, solo tuve que agarrarla y ella sola se arrodilló, y se trago mi polla, con un ansia inusitado, apenas la tuve un minuto de esa forma, la hice levantar la subi en la cama a perrita, yo de pie levante su vestido, azul claro, quedando sus braguitas negras y culo al aire toque con mis dedos su chocho estaba mojadisimo y se la meti, Laura grito de gusto como jamas lo había hecho mi pareja ni ninguna de mis amantes, culeo, queriendo clavarse hasta los huevos, hasta que rápidamente se corrió y yo tras ella.
Por nuestra excitación apenas habíamos durado, 6 o 7 minutos, pero, fue lo mejor, me la llevé al baño, ya mas tranquilos Pedro quedó allí atado, y llenamos el baño, e forma de media luna en la parte superior de la casa, allí nos metimos desnudos la acaricie, a mi antojo, y ella a cada caricia se derretia, termine masturbándola en el baño, y me gusto tanto sentir su orgasmo como si la hubiera poseído, la bese largamente, tras su orgasmo, adoré sus tetas, lentamente mordisquee sus pezones, y volví, de nuevo a la carga cuando ella me dijo al oído por favor déjame, descansar un rato.
Salimos fui a por Pedro, ella bajo en albornoz, lo desaté, estaba amoratado polla y huevos, quedó desnudo, allí él no tenia nada excepto un consolador, y pinzas de tender la ropa, la paleta, y nada mas, todo eso cambiaria pronto, lo hice tumbar, me senté en el sofá colocando mis pies sobre su espalda, al principio, a Laura le daba especie de corte, pero conseguí colocara sus piernas en las nalgas de Pedro, este al sentirla lanzo un gemido, de placer.
Tomamos una copa de esa postura y nos magreamos hasta que no pude mas, y en el sofá me follé a Laura, esta vez mas pausadamente, la hice correrse de nuevo, la tuve, un buen rato comiéndose mi polla disfruta con ello, y volvi a cabalgarla.
Pasamos juntos el sábado y domingo, y ahí comenzó una nueva vida para los tres, Durante algo mas de un año, construimos, en casa de Pedro, una mazmorra, a nuestro gusto, ellos vivian en el campo, a 10 kilómetros de la ciudad, en unas casas con parcelas, donde apenas se vendieron algunas, por la crisis, y dondé compre una a unos dos kilómetros de ellos, sin embargo Laura no era capaz de ser dominante, solo espectadora con ciertos, tic, como hacerle lluvia al marido cuando yo se lo pedia, dejarse lamer los pies, o darle algún azotito, pero nada mas.
En esa época ya eramos inseparables, yo me converti en el amante de ella, nuestras vidas comenzaron a cambiar paulatinamente, para mejor, comencé a sentirme feliz, como ellos.
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