16 y 40.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por josesexi10.
Nunca me e considerado un hombre guapo ni rico, pero considero que en el sexo he tenido mucha suerte. lo que les voy a contar es algo veridico que ocurrio hace ya mas de 10 años.
Cerca de la casa de mi abuela, vivía doña Julia, una señora que rentaba un departamento y que vivía con su hijo y su hija. Ella era una mujer en ese entonces de unos 40 años y la verdad tenía un cuerpo muy sabroso. Ella, según mi opinión, tenia muchos problemas pues su hijo Roberto de mi misma edad había resultado ser un maleante y drogadicto que no tenia oficio ni beneficio, de hecho, seguido lo metían preso por ratero, por su parte, Marina (su hija) tenia mas o menos unos 12 años y era muy aplicada en la escuela y querida por el vecindario; Como yo estudiaba por la mañana (en ese entonces tenia 16), todos las tardes me iba con mi abue a ayudarle en su tienda de abarrotes y como Doña julia se la vivía trabajando casi todos los días, dejaba al cuidado de mi abuela a su hija por las tardes (ella también estudiaba por la mañana) y pues éramos muy buenos amigos y siempre le ayudaba a su tarea. Cada vez que doña julia tenía algún problema o necesitaba ayuda, mi abuela siempre me mandaba a que le ayudara (cargar cosas pesadas, el mandado, etc). La doña julia era viuda, su esposo había muerto de borracho cuando marina tenía unos 6 años, y pues tenia que librar muchos problemas ella sola. (Económicos, el hijo drogadicto, etc.).
Ella como ya lo mencione, tenia unos 40 años, tenía una estatura de 1.60 más o menos, de piel blanca, cabello rizado negro a los hombros y unos ojitos muy bonitos de color miel. Pero lo que más me gustaba de ella es que siempre había tenido un hermoso cuerpo, como caminaba mucho, pues tenía unas piernas gruesas, unas caderas muy contorneadas y una cinturita de esas que derriten. Un domingo por la mañana, fui a la casa de ella porque le iba a subir unas cajas al segundo piso, toque la puerta y salió ella con las manos mojadas y disimuladamente vi como la playera blanca que traía se encontraba mojada y pegada a su piel de la parte del pecho, dejando transparentar ese sostén negro que aprisionaba unas enormes tetas.
Ella me saludo y me dijo que tardo en salir porque estaba lavando mano (en lavadero), me conto que la lavadora se había descompuesto a lo que le respondí con una risa. Después me puse a realizar mi tarea, claro, nomas pensando en esas tetas que había visto, razón por lo cual me excite mucho. Después de terminar, el morbo me consumía y decidir a el área donde estaba lavando y al entrar, como al momento de usar el lavadero, se da la espalda a la puerta, pues me encontré con un hermoso culo, con unas deliciosas nalgas que no paraba de ver, ella no se había dado cuenta de que yo ahí estaba pero al cabo de unos 5 minutos me hacer que a ella y me puse de frente al lavadero, disimulando y sacándole platica. Como su playera ya estaba algo vieja y desgastada, pues con mayor razón se trasparentaba su piel, pero lo más rico era que el cuello de la playera, estaba malgastado y muy flojo, con ello al momento de que lavaba como se inclinaba, pues permitía que le viera esas enormes chiches blancas por el hueco. A cada fregada que daba a la ropa, sus senos se movían bruscamente y golpeaban entre si, claramente se veía que aun estaban firmes a su edad y con la humedad pues se veía como traía erectos sus pezones.
Yo estaba ahí, solito viendo todo ese espectáculo y con la verga apunto de estallar.
Pero unos minutos después al ver como le contestaba muy distraído, se percato de lo que estaba haciendo yo, y sonriendo me pregunto que es lo que miraba, pero sin dejar de lavar, razón por la cual yo me puse muy rojo y nervioso. Entonces ella me pregunto con una voz muy picarona que si tenia novia, y yo le conteste que no, que había una chica en la escuela pero que no me animaba a decírselo; ella me contesto que yo ya tenia la edad para tener valor y decirlo, que no me preocupara por el temor de que me dijera que no, pues le parecía guapo y fuerte.
Mientras hacia esa pregunta, yo seguía muy rojo y nervioso y a momentos le volvía a ver sus pechos enormes. Después me pregunto que si yo era virgen y le conteste muy apenado que no, que ya lo había hecho 2 veces, una con una amiga y otra con una que había tenido, ella empezó a reír y me dijo que de seguro yo era toda una maquina para hacer el amor, yo solo me empecé a reír pues me sentí con mas confianza. Me platico que desde que había muerto su esposo, muy pocas veces había tenido sexo (cosa que no le creí para nada), y que a veces sentía deseos pero no había nadie de “confianza para ello”; yo le conteste “estamos iguales” y seguimos platicando por un rato mas de otras cosas.
Después me fui de su casa a la mía, llegando, lo primero que hice es entrar al baño y masturbarme acordándome de los senos de doña julia. Después de ese día, buscaba cualquier pretexto para ir a la casa de esa mujer y me ponía a platicar cosas algo subidas de tono con ella. Una tarde, fui a su casa a ayudar a Marina con un trabajo de historia, y estábamos en la sala, pero como marina necesitaba un mapa de la república mexicana y se le había olvidado comprarlo, pues salió a la calle por el ala papelería que estaba a 2 cuadras, fue entonces cuando escuche que gritaron desde el baño “Marina, ¡tráeme la toalla que se me olvido!” y yo muy nervioso le respondí que marina no estaba, que había salido a la papelería apneas unos instantes. Ella por su parte me contesto quede favor se la pasara, que la toalla se encontraba en el tendedero y rápidamente fui por ella.
Cuando volví a tocar la puerta del baño, me dijo que me pasara, que ella tenia corrida la puerta de la mica de la ducha (ustedes saben ese marco de aluminio y de mica que divide la taza del baño y la regadera) y fue cuando vi como se trasparentaba sobre la mica, el cuerpo de julia, en especial ese contraste de color negro de sus genitales (producido por el vello púbico) yo me quede mirando un poco y ella me dijo “¡oye no seas pelado, no veas mucho!” y se empezó a reír, yo me apene mucho y cuando iba a salir, me dijo: ¡ en realidad quieres ver un poco!?, yo me quede paralizado, mi corazón empezó a latir muy fuerte y no pude contestar nada, ella corrió la puerta y salió completamente desnuda, waaooo!!, no podía creer lo que estaba viendo!. Su cuerpo mojado y desnudo enfrente de mí.
Pude ver con cada detalle, esas enormes y excitantes tetas, con unas grandes areolas de color rosado, y su contorno de enormes caderas musculosas, mostrando un pequeño triangulo peludo negro. Yo estaba temblando se acerco hacia mi y metió su lengua en mi boca dándome un apasionado beso; entonces cerro la puerta del baño con seguro y con una mirada lujuriosa, con sus manos empezó a desabrocharme el pantalón y carme mi verga que ya se encontraba muy dura y caliente.
Y o seguía paralizado, respirando muy acelerado y con el corazón casi a punto de estallar; entonces ella me dijo: “Valla, la tienes mas grande de cómo me había imaginado, y a demás esta muy gorda, venuda, peluda y cabezuda, como me gustan!”. Sin desperdiciar tiempo, empezó a subir y bajar mi prepucio haciéndome una paja muy lentamente y después de unos estirones, se le llevo a la boca, dándole besos y chupadas suaves. Me sentía en la gloria, era fenomenal lo que estaba viviendo y no hacia mas que decirle que despacio para no venirme pronto. Lo que mas me excitaba es que se la metía hasta el fondo de su garganta, veía como sus labios topaban con la base de mi verga y no es por presumir pero a mis 16 años ya me media 17 cms.
Después empezó a chupar más rápido y haciendo un efecto de succión muy fuerte que sentía que me quería aspirar todo el contenido de mi cuerpo, hasta que no pude más y me vine dentro de su boca monstruosamente.
A Ella como que le llego y se saco mi pene de su boca y empezó a escupir chorros de semen y saliva con una mueca así como si se estuviera ahogando. La verdad nunca me había venido tan fuerte como esa vez, me sorprendió la cantidad de semen caliente que eyacule. Después se escucho que tocaban la puerta, era Marina que ya había llegado y como no traía llave pues no podía entrar; rápidamente me metí la verga al bóxer, me abroche el pantalón y salí del baño para abrirle la puerta.
Cuando ella entro me dijo que porque traía partes del pantalón mojadas y le conteste como traía mucha sed había ido a la cocina y que se me había caído un vaso del agua.
Después seguimos haciendo la tarea y cuando ya me iba a ir a mi casa, me despedí de Marina y de su mamá. Cuando ya iba en camino a mi casa, doña julia me alcanzo y me detuvo y muy seria me dijo: “bueno José, recuerda que ya eres un hombrecito y los hombres tiene palabra, lo que paso con nosotros se queda, o.k.?, ni una palabra de esto a nadie, ni a tu mejor amigo. O.k.?”, lo que le conteste “claro, lo entiendo muy bien, y claro que lo mantendré en silencia siempre y cuando tengamos mas de esos momentos, o.k.?”. Ella solo se rio y se regreso a su casa; lo que paso después, es otra historia….
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