ABUELA CON AMANTE DEMASIADO FUERTE.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi consuegra me ofreció un empleo con su hijo al no llevarse bien ella con su nuera; cuidar limpiar la casa y al hijo de ambos un nene de 15 años.
Los 2 trabajan y la casa hasta la llegada del hijo queda sola y por ende ante un poco de miedo y faltos de tiempo me contrataron.
Andrés (nombre ficticio), que así se llama el nene era parco hasta que empecé a buscarlo en charlas y se fue desprendiendo generando un clima amable en el largo tiempo que quedamos solos.
Es muy pintón de buen cuerpo y sonrisa más que linda.
Yo soy una abuela de 55, algo llamativa pero no para un joven, sin várices, el cuerpo bastante cuidado pese a mis flácidos senos y caído culo grande pero dentro de todo aún con esfuerzo hago dar vuelta a más de uno en la calle.
Andrés comenzó a preguntarme del amor con diferencias de edades y por un momento pensé que estaba enamorado de una profesora o algo así sugiriendo hablar con su padre esos temas a lo que él me respondió que hay temas que de padre a hijo son difíciles.
Un día antes de irse en el brevísimo tiempo que quedábamos solo mientras su madre lo esperaba en el auto me entregó un pendrive para ver en la pc con el juramento de mi silencio cómplice.
Cuando me hice un tiempo me puse a mirarlo, era una porno donde una mujer de edad acorde a la mía se amaba con un jovencito.
Pese a la furia no pude evitar verlo y sentir algo de asco y excitación.
Cuando volvió lo encaré muy seria diciéndole que hablaría con sus padres, se le llenaron los ojos de lágrimas y ahogado me dijo que pensó que podía confiar en mí.
Nos sentamos para tranquilizarnos en el sofá y aún lloroso me contó las veces que me espiaba para masturbarse y que pensara cuanto me gustaba para decirle algo así.
Tenía razón, la furia se me transformó en orgullo pese al enojo lo abracé maternalmente apoyándolo contra mi pecho mientras que con su voz entrecortada me pedía no decirle nada a sus padres que no tenía experiencia con mujeres y no sabía como encarar.
Lo acaricié y cometí un error, sentí piedad, le besé las lágrimas que rodaban por sus mejillas y le dí un para de picos que se hicieron pasionales; como besaba ese guacho, nos prendimos de la boca notando su ansiedad por conocer el sexo mientras yo reestrenaba una pasión que creía perdida.
Saqué mis senos y no pude evitar sentirme maternal cuando vi su ansiedad al lamerlos.
Nos fuimos a la cama, donde antes de acostarnos le saqué la remera y pantalón, yo ya estaba caliente y aunque fuera por lástima quería hacerlo.
Me besaba con devoción y acariciaba mis piernas buscando la vagina.
Le pedí que me quitara la bombacha para cogerme y bajó ponderando la misma diciendo que me quedaba muy bien el negro calado, cuando la sacó miró mi entrepierna y yo con una mano levanté mi pancita para que viera mejor y también soñé con eso que por suerte empezó a hacer.
Como chupaba la concha mi cielo, más cuando empecé a retorcerme y gemir de goce, noté como se desesperaba por pasear su lengua en mis labios vaginales.
Le tomé el rostro con las dos manos y le fregué la concha ´
por toda la cara, sin culpa de nada estaba gozando un guacho que hasta mis nietas se le caerían las babas por él.
Después de acabar le pedí me cogiera, al llegar el momento de penetrarme me dijo con su boca repleta de mis flujos y jugos que mis pezones estaban mas duros que al principio y fue cuando levanté las piernas dejando mis rodillas casi contra mis clavículas pidiéndole la metiera toda, se movió gimiendo y buscando mi lengua hasta que eyaculó diciendo en un susurro "que lindo mi amor" se recostó a mi lado sin soltar mi mano mientras por mis piernas corría su leche virginal.
Nos dimos unos besos y me levanté sacando sábanas para lavar y pedirle que se bañara bien por el olor de los perfumes y ya llegada la señora partí a casa.
En el camino pensé en lo sucedido y no lo lamenté, amaba a mi marido pero no me olvido de vivir pensé.
Cuando bajé noté en una vidriera que debía cambiar el paso dado que este decí mujer bien cogida le gusta provocar par que veas lo que te perdés.
Por rara vez fuí de la primera en acostarme y recién a la madrugada me asaltaron las dudas del miedo ante lo prohibido; como puede estar prohibido gozar?.
Al otro día en ese ratito de la mañana no pude mirarlo a la cara y esperé ansiosa su regreso.
Cuando llegó me sonrió y me dijo gracias por lo de ayer, que lindo fue todo, yo al menos jamás lo voy a olvidar, estábamos parados frente a frente y no le pregunté por su silencio porque hubiera sido ofenderlo; solo lo tomé del rostro y le dí un beso dulce, el atrapó mi lengua y sus manos fueron derecho a mis nalgas frotándolas con furia, fuimos al cama y después de bajarme la bombacha me tiré boca abajo abriendo las piernas.
me la mandó en seco y me hizo retorcer de ardor, la tenía grande como mi marido pero hacía tiempo que no la recibía tan dura; gemí de dolor y me preguntó si quería que la sacara.
Le dije que ni loco que me rompiera el culo y lo hizo al pie de la letra, que cogida por favor no terminaba de volcar su leche dentro de mi culo que ya al final hacía el ruido de un sapo al croar.
Descansó la respiración y me dijo que tenía un culo fabuloso, cuando fuí a darme vuelta para limpiarme el lo evitó tirándose arriba y penetrarme el culo de nuevo, me hizo llorar, retorcí sábanas y mordí la almohada hasta que acabó en mi espalda sintiendo el olor a caca de su desfondada.
Se fué a lavar y yo quedé llorando, volvió besando mis lágrimas y me preguntó por que lloraba tanto, por que no te voy a poder dejar fácilmente contesté, me gustas mucho guachito degenerado.
Seguimos por mucho tiempo siendo amantes sin que nadie lo supiera y salvo esas 3 veces primeras jamás dejó de acabarme en la boca o cara sometiendome a todos sus antojos incluido tener que tomarle el orín.
pero no nos quedó nada pendiente en nuestra calentura que duró hasta que cumplí los 60 mas o menos.
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