Cabañas adyacentes
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ese viernes Simona y Gerardo llegaron al atardecer a ese pequeño paraíso a la orilla del mar, era un pequeño hotel con cabañas para parejas , eran dos adultos de la tercera edad buscando un sitio para estar a gusto lejos del mundanal ruido, él era un viudo pensionado, ella era divorciada con dos hijos ya mayores, se habían conocido en un pequeño bar donde cada uno por su lado añoraban viejos tiempos hasta que un día el destino los puso frente a frente, hubo una fuerte empatía entre ellos pues coincidían en algunos gustos y más que todo tenían como denominador común vivir una gran soledad dentro de la multitud.
A la cabaña contigua llegaron casi simultáneamente Carlos y Carolina, dos jóvenes amantes que deseaban estar juntos por primera vez para hacer realidad todos sus sueños eróticos reprimidos, él era un alto ejecutivo de una empresa, casado y con dos hijos, elle era una secretaria ejecutiva de la misma empresa, se habían conocido en el trabajo y había sido atracción física a primera vista, no había amor sólo deseo físico y sobre todo sexual, Carlos era un depredador sexual, obsesionado por el sexo gustaba de todas o casi todas las parafilias, ella era una bomba sexual y había encontrado en Carlos el amante perfecto.
Habían planeado ese viaje para realizar todas las fantasías que no podían satisfacer en las pequeñas escapadas que se pegaban en la capital.
Las dos cabañas eran contiguas, sólo las dividía una pequeña cerca que era muy fácil de bordear, su construcción en guadua con techos de paja les daban un ambiente muy sencillo y pintoresco pero a la vez las ventanas y puertas no les daba la suficiente intimidad que podía brindar un hotel común y corriente.
Simona y Gerardo desempacaron sus maletas, tomaron un pequeño descanso y salieron al comedor, allí pidieron una cena sencilla y una botella de vino espumoso.
Carlos y Carolina hicieron casi lo mismo con la diferencia que se quedaron un rato más en el pequeño restaurante tomando el delicioso vino y aprovechando el ambiente romántico para iniciar sus preliminares amorosos.
Carlos besaba apasionadamente a su amante y ella correspondía con besos más ardorosos, mientras sus bocas buscaban el placer lingual sus manos recorrían sus cuerpos en forma desaforada buscando en sus sexos las caricias tantas veces esperadas, Carolina muy pronto sacó la verga erecta de Carlos y allí en la incomodidad de ese pequeño espacio no aguantó las ganas de mamar el pene de su amado, Carlos tomando la cabeza de su amante la clavó en su entrepierna para buscar el máximo placer de esas succiones , estaban que desfogaban todos sus instintos reprimidos y decidieron rápido pasar a la cabaña.
Simona y Gerardo agotados por el viaje ya descansaban en su cama, Simona no acostumbrada al exceso de alcohol se había quedado dormida y Gerardo en silencio miraba la silueta de Simona, era una mujer de complexión media, su cara era bonita aunque varias líneas de expresión le daban esa apariencia mayor que la hacían más interesante , sus senos eran grandes aunque caían un poco sobre su torso, sus caderas amplias y unas piernas rollizas que escondían en su parte más septentrional una vulva adornada de una mata de vello púbico abundante, sus nalgas prominentes formaban un trasero grande aunque no muy tonificado.
Era una hembra que todavía podía hacer feliz a cualquier hombre, pero, Gerardo ya tenía falencias por su edad, una disfunción eréctil aunada a problemas de eyaculación precoz lo hacían una amante incompleto.
Aburrido salió a tomar un poco de aire, apuró un vaso de vino cuando lo sorprendió los ruidos de los jadeos amorosos de sus vecinos, los gritos ahogados y los murmullos de pasión se oían nítidos por la soledad del sitio, picado por la curiosidad traspasó la pequeña cerca que servía de límite y se asomó a la ventana que estaba abierta de par en par ,no se sabía si por descuido o con un propósito diferente, la escena era realmente lujuriosa , la pareja de amantes estaban hecha un nudo en un 69 donde se prodigaban todas las caricias orales que se puedan imaginar , de un momento a otro Carolina se paró y empezó una cabalgata insaciable sobre la verga erecta de Carlos que aferrado a las sábanas de la cama trataba de resistir el ímpetu salvaje de esta amazona insaciable, los movimientos convulsivos y los gritos desaforados de Carolina le indicaron a Gerardo que Carolina había tenido un orgasmo lleno de pasión, Carlos que aún conservaba su erección colocó a Carolina sobre un gran almohadón para subir su pelvis y obtener un mejor ángulo de penetración, Gerardo pudo observar los dos orificios que se ofrecían a la verga erecta de Carlos , el orificio de una vagina artísticamente depilada y el del ano estrecho que mostraba también el encanto de las cosas prohibidas, Carlos atacó primero la vagina penetrando con su miembro esa gruta llena de efluvios lubricantes, su ritmo fue subiendo gradualmente de intensidad hasta que los movimientos repetitivos de su penetración arrancaron otro orgasmo para Carolina, Carlos sólo le dio un poco de descanso y arremetió de nuevo por ese esfínter anal que poco a poco a medida que penetraba su verga se iba expandiendo para convertirse en un ardoroso orificio que albergó con comodidad esa verga erecta, Carlos en un esfuerzo máximo pudo coronar con una eyaculación copiosa ese coito anal que tantas veces había deseado.
Los dos amantes extenuados se abrazaron y fundidos por el alcohol y el desenfreno sexual se quedaron dormidos.
Gerardo se apartó de la ventana , las fuertes escenas que había visto le habían provocado una débil erección, se acostó al lado de Simona que al sentir el peso de Gerardo en la cama se despertó un poco asustada, Gerardo la apretó contra su cuerpo y ella sintió la leve presión de la débil erección , tomó la flácida verga de Gerardo y a punto de caricias orales trató de reanimar ese pequeño “dormilón” que pese a sus esfuerzo no se reanimó, Gerardo en un acto de impotencia apartó la boca de Simona y acariciándole la cabeza l e pidió que siguiera durmiendo, mañana sería otro día.
Las dos parejas coincidieron en el desayuno que por lo avanzado de la hora casi fue un almuerzo, como no eran sino los cuatro …Carolina los invitó a sentarse en la mesa de ellos, allí se presentaron y entablaron una animada conversación, los temas fueron saliendo espontáneamente y el dueño de las cabañas que los observaba decidió en un gesto de amabilidad prestarles un bote para que salieran a disfrutar de un pequeño paseo, ellos aceptaron gustosos y tras de proveerse de alimentos y sobre todo de licor salieron los cuatro.
Allí en el bote inicialmente los hombres se dispusieron a las labores de navegación mientras las dos mujeres se dispusieron a disponer todo lo relativo al refrigerio, cuando Gerardo y Carlos anclaron el bote ya todo estaba preparado, inicialmente Carolina y Simona se quedaron en la proa disfrutando del paisaje e iniciaron una animada charla, que lentamente fue desembocando en conversaciones más íntimas y finalmente en infidencias de cama, Simona le comentó el problema que atravesaba con Gerardo en la parte sexual, fue un desahogo a ese punto que la tenía muy pensativa, Carolina no entendía pues Carlos era el otro extremo, su desaforado apetito sexual le había hecho conocer todos los secretos del sexo, Simona a pesar de su mayor edad todavía le faltaba conocer algunas cosas que tal vez por el medio en que había crecido no tenía ni idea.
Decidió que tenía que ponerla al día.
Carolina que era delgada , de senos pequeños y trasero no muy grande admiraba la anatomía exuberante de Simona, sus senos grandes pero apetitosos, sus nalgas grandes y un trasero que era foco de atracción y que ella consciente de lo que tenía lo movía en forma lujuriosa al caminar con un contoneo de caderas que despertaba pensamientos pecaminosos.
El vino que estaban consumiendo empezó a surtir su efecto en las dos mujeres, Carolina impresionada por esos senos grandes y adornados por unos pezones erectos que invitaba a las caricias no se aguantó y en un gesto inesperado cogió esas tetas y empezó a acariciarlas , Simona inicialmente sorprendida quedó impactada por la forma en que esa bella joven la acariciaba, ella para facilitar las cosas se quitó la pequeña blusa y esas hermosas tetas quedaron a disposición de Carolina que empezó a chuparlas con avidez, Simona sintió como un escalofrío corría por su cuerpo y su vagina empezó a quemarla entre sus piernas, puso sus manos en la cabeza de Carolina y con una leve presión le dio a entender a la chica que bajara hacia su vagina, la boca de Carolina descendió rauda y fue recibida por una vagina húmeda inundada de efluvios , la lengua de la chica empezó a buscar la entrada a esa gruta de placer entre un enmarañado tapiz de rizos negros hasta que llegó a la fuente de ese raudal, su boca se posesionó y empezó a degustar ese sexo ardiente, Simona entre jadeos y pequeños gritos sintió como un orgasmo la embargaba de pies a cabeza, Carolina deseaba también sentir esa emoción y abrió sus piernas invitando con ese pequeño gesto a que Simona la llenara de sexo oral, Simona correspondió a esa expectativa con un despliegue de caricias que muy pronto llevó a Carolina a un indescriptible orgasmo, las dos quedaron exhaustas, brindaron con unas copa de vino y se dispusieron a esperar a sus amantes.
Gerardo y Carlos ajenos a las experiencias lesbianas de las dos mujeres se habían sentado a conversar, Carlos haciendo gala de sus conquistas amorosas había empezado a describir las mujeres más influyentes en su vida amatoria, sin quererlo esas revelaciones le habían provocado una erección tremenda, incómodo con esa situación se bajó la pantaloneta quedando desnudo ante Gerardo, el largor y el diámetro de esa impresionante verga no pasó desapercibida y Gerardo quedó alelado ante ese espectáculo inusual, Carlos notó esa inquietud y cogiendo la mano de Gerardo la llevó a que le tocara su descomunal miembro, Gerardo inicialmente se resistió pero movido por la curiosidad agarró esa verga erecta, era dura y caliente, no sabía si era imaginación pero sentía el flujo sanguíneo que pasaba por ese tolete de carne, Carlos le bajó la pantaloneta a Gerardo y vio como un pequeño pene flácido colgaba del cuerpo de Gerardo, Carlos le cogió la verga a Gerardo y empezó a acariciarla, algo inaudito pasó…esa verga que no había podido parar Simona ahora empezaba a levantarse, Carlos empezó a masturbarlo de una manera suave, deslizando su prepucio lentamente, aplicando presión en su miembro viril, la erección fue en aumento, Gerardo después de mucho tiempo volvió a ver su verga en estado de erección.
Sentados frente a frente siguieron pajeándose mutuamente…Gerardo no comprendía que pasaba…pero lo disfrutaba…estuvieron unos minutos así …luego fueron a buscar a las dos mujeres.
El atardecer llegó pero la degustación de licor continuó y con ella los placeres prohibidos aparecieron, Carolina susurró algo al oído de Carlos y el motor del bote se encendió para llevar la embarcación a tierra, cuando bajaron y se acercaban a las cabañas Carolina cogió de la mano a Gerardo y lo llevó a su cabaña, Carlos cogió a Simona e hizo lo mismo, tácitamente los jóvenes amantes habían planeado y maquinado un intercambio de parejas, Carolina estaba dispuesta a revivir esos instintos sexuales salvajes de Gerardo, lo tendió en la cama y lo desnudó, su boca empezó a recorrer el cuerpo de Gerardo, los besos y los lametazos de Carolina fueron encendiendo los ánimos de aquel veterano de mil batallas, colocó sus senos pequeños a disposición de la boca del viejo que empezó a chuparlos con increíble ansiedad, Carolina se acaballó sobre él colocando su vagina ardiente sobre la boca de Gerardo dándole la espalda de tal manera que su cuerpo lo pudo doblar para empezar a mamar la verga de Gerardo y darle a él la oportunidad de meter su lengua en su ardiente vagina, el flácido miembro no reaccionó al instante luego una leve erección le dio ánimos a Carolina de seguir insistiendo , ella se bajó y dejando Gerardo boca arriba empezó a mamar esa verga, su experiencia la llevó a recurrir a una pequeña ayuda, ensalivó su dedo índice y mientras hacía una felación magistral empezó a meter su dedo en el culo de Gerardo, éste reaccionó pero ya era tarde pues el delgado dedo empezó a efectuar movimientos giratorios en su ano que lo empezaron a encabritar, la verga de Gerardo empezó a reaccionar y como por arte de magia quedó con una rigidez de quinceañero, Carolina le sacó el dedo y se encaramó en ese pene erecto empezando una cabalgata desenfrenada que culminó en una eyaculación copiosa que lleno de semen la vagina de Carolina.
Gerardo no lo podía creer solo una duda lo embargaba, porqué su pene reaccionó en manos de Gerardo y porque una caricia anal de Carolina lo llevó a una erección extrema…?
Simona por su parte estaba simultáneamente iniciando una cópula de locura, le había hecho a Carlos una felación de miedo, hacía tiempo no tenía en sus manos una verga de ese tamaño, se solazó con ella como un niño estrenando un juguete, Carlos enardecido empezó a acariciar esas enormes tetas y a chupar esos pezones erectos con una furia salvaje, sus grandes manos apenas cubrían los esplendorosos senos y sus labios chupaban esos senos despertando en Simona un calor uterino que la quemaba, sus efluvios le llenaban sus conductos vaginales, se sentía húmeda…más bien mojada al máximo …Carlos le abrió sus piernas y como un sitibundo se pegó a succionar todos esos líquidos…eran una delicia…un néctar para degustar y catar con mucha dulzura…subió sus labios por las paredes vaginales hasta encontrar un clítoris erecto que se alzaba imponente, lo lamió delicadamente…después lo arropó con sus labios y lamiéndolo a ratos y chupándolo otras veces hizo que Simona sintiera un orgasmo pleno…su vista se nubló y un arco iris de colores y destellos la hizo caer en un estado muy cercano al paroxismo…pero Carlos quería más y ahora con su verga en ristre se metió por esa vagina hambrienta, sus movimientos frenéticos despertaban jadeos y gritos de locura en cada embestida, fue un galope de furia incontenible hasta que Simona nuevamente cayo en el clímax de otro orgasmo, su cuerpo se contorsionaba en forma impresionante hasta que cayó después de su orgasmo en un pequeño letargo, pero no duró mucho pues Carlos todavía con su erección intacta buscaba donde descargar esa carga de semen que tenía en sus testículos…una idea loca le asaltó…los efluvios vaginales de Simona y el semen que salía de esa vagina empezaron a confluir en ese culito ardiente, Carlos quería coronar esa puerta trasera que se abría tímidamente pero que ante el embate del ariete del ardoroso amante se abrió de repente para permitir la entrada de su verga por esos conductos rectales apretaditos y sin estrenar, Carlos se enloqueció y empezó a penetrar frenéticamente ese delicioso orificio, el intenso empuje sacó de lo más íntimo otro orgasmo a Simona que casi coincide con la eyaculación de Carlos que llenó el tracto rectal de una copiosa cantidad de semen blanco, espeso y tibio.
Los cuatro se encontraron en el pequeño bar , no hubo explicaciones ni reclamos ni preguntas, había sido una infidelidad consentida y necesaria, esa relación de la pareja de adultos mayores se había rejuvenecido y esa experiencia con los jóvenes amantes había abierto nuevas esperanzas para el reencuentro de Gerardo y Simona y por otro lado una experiencia gratificante para Carolina y Carlos.
Tomaron unos vinos, hicieron un brindis y se despidieron como los mejores amigos.
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