Carina I – Primera experiencia con un intruso en mi cuarto
Inicio mi historia desde mis 5 años, el placer de ser la niña de la familia! .
Hola, soy Carina. Actualmente tengo 26 años, pero las historias mías están basadas en toda mi niñez
Mis padres se llaman Daniel y Julieta, ambos son excelentes padres, sobretodo mi padre, ambos tienen la misma edad y nací cuando ellos tenían 25 años, al ser Hija única siempre fui la consentida de ellos.
Resulta que desde pequeña siempre fui muy curiosa pero mis padres veían muchas cosas mal por sus creencias religiosas, otras las veían normal o no prestaban atención.
De los primeros recuerdos que tengo es cuando me bañaba con mis padres, en ocasiones con los dos o sino con uno de ellos, sobre todo con mi padre porque mi madre se encargaba del quehacer de la casa y bañarme implicaba también vestirme.
Mi padre siempre se bañaba conmigo en ropa interior y yo también, recuerdo que él me sobaba el cuerpo y cuando debía lavarme mis partes me decía “te toca a ti” mi madre me había enseñado aunque en ocasiones creo que él lo hacía, yo solo lo hacía y me detenía mucho a mirar su bulto porque era muy diferente a lo que yo tenía, él lo notaba y se volteaba para quitármelo de la vista. Para vestirme era muy normal el proceso.
Hubo un día que nos fuimos de paseo a una finca con mi tío Carlos que es el hermano mayor de mi padre, su esposa e hijo y también mi abuelo Pedro con mi abuela. Al otro día llegarían mis dos tíos gemelos que eran 1 año menor que mi padre. Era un paseo de familia y lo hacíamos muchas veces. Mi primo Julián y yo éramos los mimados, él tenía 7 en esos tiempos, yo 5 años.
Cuando nos íbamos a dormir habían suficientes habitaciones para todos, era muy grande el lugar así que yo tenía mi propia habitación, mis padres en otra y así sucesivamente.
Los cuartos eran grandes y oscuros porque eran de madera. Yo estaba durmiendo y siento que la puerta se abre, me cubro porque me daba miedo que fuera algún monstruo, siento que se sube a mi cama alguien muy grande, yo solo cerraba fuerte mis ojos, se mete debajo de las cobijas por mis piernas, podía sentir su respiración sobre mis dedos, subiendo poco a poco por mis piernas, me acomoda para quedar boca arriba con mis ojos aún cerrados, me separa las piernas con mucha fuerza ya que estaba apretándolas, siento algo que algo me roza como pelos de barba cortos, eso me hizo erizar, sus manos van sobre mis piernitas y eran tan grandes que me daban la vuelta completa sus dedos agarrando fuerte mis piernas, siento una aspiración intensa en mi entrepierna, la nariz se entierra en mi pequeña vaginita y seguía la respiración fuerte, sigue subiendo por mi vientre, y esa barba me hacia cosillas en la panza por lo cuál suelto risitas pero me hacia la dormida para que no me hiciera nada malo.
Sus besos comienzan a esparcirse por todo mi torso, sus manos me agarran de la cintura, puedo sentir más su peso sobre mis piernas aunque las había abierto bastante para él meterse en medio mío.
Me sube el blusón y me lo quita con una mano mientras me sigue besando, yo solamente me seguía dejando por miedo a la oscuridad también, siento que me da besos en el cuello y en mis pezones planos, siento esa lengua rasposa, gruesa y muy mojada hacer presión y succión en mis tetillas de niña virgen, se sentía tan rico pero a la vez tenía miedo porque nunca había hecho eso, además yo seguía “dormida”.
Cada vez su peso está más en mi y puedo sentir una piernas gruesas, muy gruesas encima de mí, con una sola piernas me podría tapar todo el cuerpo y era peluda, podía sentir sus bellos con mis manos abiertas hacia cada lado, me besa el cuello, me manosea toda y besa mis labios, se sentía raro, eran unos labios gruesos, fuertes y muy húmedos con ganas de entrar en ti, siento su lengua entrando en mi boquita y me succiona a mis labios también como si quisiera sacar jugos de ellos.
La noche se hacía eterna, este hombre se tomaba su tiempo para satisfacerse conmigo, me tenía a su merced y sin oposición mía, puedo sentir que baja nuevamente, abre mis piernas me quita mis calzones, pone su cara justo en mi raja y huele fuerte, sus pelos me Dan cosquillas haciéndome soltar risitas, pero me interrumpe poniendo un dedo en mi boca.
Un corrientaso recorre mi cuerpo entero y siento un frío por toda mi pelvis que eriza mi piel, me dio un vacío fuerte en el estómago y una gran ansiedad de querer sentir más, era porque me metió la lengua a mi Vagina, ese corrientaso me hizo hasta gemir un poco, él seguía, se ayudaba abriendo los labios con sus dedos, parecía que me iba a partir en dos mi órgano.
Él se dedicaba buen tiempo a chupar, lamer y succionar suave y fuerte mi Vagina, la verdad nunca había sentido eso y era delicioso aunque tenía algo de miedo, estaba fría, temblorosa y muy ansiosa, mi cuerpo quería tenerlo ahí toda la vida pero no sé podía.
Comienzo a sentir más rico cuando me toca mi clítoris y lo chupa de una manera extraordinaria, le daba lengua y lo dejaba muy mojado, era exquisito.
Vuelvo a sentir el corrientaso cuando levanta mis piernas y pasa su lengua por mi ano, apreto fuerte y suelto risitas, dando como reacción un pequeño mordisco.
Así transcurrió durante buen rato, se sentía rico pero veces era brusco el trato sobre todo cuando me hacía presión con un dedo y lo metía y sacaba hasta cierta parte, al parecer no me había roto todavía, cuando me metía la lengua gruesa se sentía rico, era una humedad dentro de mi que al tiempo me generaba calor y placer además de sentir su respiración fuerte en mis labios vaginales lampiña.
Después de un buen rato siento que sale de mis piernas y se ubica a un lado mío, me besa, mete un dedo a mi boca y siento que la abre, mete su lengua para después acomodarse y acercar hacia mis labios algo semiduro que logran el contacto con mi boquita, me abre con sus dedos un poco más la cavidad y siento un olor a sudor combinado con algo de loción, no olía tan mal pero también sentía ese olor característico de orines sin ser exagerado el olor, así que ya tenía más abierta la boca y con su dedos me saca algo de saliva, humedece lo que me estaba metiendo y logro sentir una gota que salía de él, era un líquido baboso, con sabor algo salado, no me gustó pero tenía que seguir “dormida”.
Era su verga la que me estaba metiendo, su glande estaba entrando pero no podía más porque yo no cedía con mis labios, toma una de mis manos y la lleva hasta sus bolas… bolotas, eran unos testículos muy grandes, se sentían bastante pesados y en mi manos se los masajeaba, en ese momento sentí raro, y algo de miedo pero siendo sincera es delicioso tener unos testículos de esos tamaños en mis manitas, no sentía pelos.
Me hace subir hasta algo más duro y venoso, se sentían unas venas gruesas, mi mano no alcanzaba a rodear su tronco, él comienza a masturbarse con mi manito, escucho algo de respiración fuerte, gemidos y siento su glande en mi boca… suelta varios corros y caen dentro de mí, en ese momento ya no aguanté así que trato de botarlo pero él me cierra la boca y por inercia trago todo esos chorros… fue un sabor raro, sentía algo viscoso, que entró caliente pero rápido se puso temperatura ambiente, yo sigo haciéndome la dormida, siento que el hombre se baja de la cama y se va del cuarto.
Esa fue mi primera vez con un hombre que recuerdo perfectamente.
Eso se presentó la siguiente noche pero hubo algo diferente.
Continuará
Espero les haya gustado, leeré sus comentarios.
Morgan
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