Cobrando deudas …3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por porqueria15.
– Ahí si me sorprendió, porque a pesar de su tamaño el muy cabron calza bien, estime unas 5 pulgadas bastante gruesas, la nena se engüia el tolete rápidamente y luego se sentó a horcajadas sobre la cara de Luis que le agarro de las nalgas para devorarle toda su cucharita, por lo que vi la nena lo disfruto ya que se cuándo pone cara de gusto la muy pendeja, luego se giró como toda una experta y se puso en cuatro patas, el pelón se levantó y le apunto su verga en su puchita y se la dejo ir de un solo, y entonces es que te puedo jurar que alcance a oír que le decía…
48 horas antes….
Estábamos saliendo de la casa de los Dominguez con Andrés, luego de la sesión de sexo que tuvimos con las hermosas hijas de Ana, las nenas se habían quedado en la sala, limpiando, mientras que la matrona nos despedía en la puerta de su casa, con una sonrisa pícara en su rostro; Andrés se adelantó y se metió en mi SUV, y yo me quede conversando un poco con Ana.
– Y bueno Licenciado, como estamos con la deuda hoy, creo que disfrutaron un total de 3,000 de los verdecillos que sumarian ya 6,000 con lo que usted disfruto la ves pasada, con lo que creo que ya solo me restan 30,000 ¿no?
– Pues… si, tienes razón, sin embargo, quisiera que tuvieras esto – le dije sacando un fajo de 2,000 y se lo entregue.
– ¿Y esto qué? – me pregunto sosteniendo los dos fajos de 1,000 cada uno, mirándome extrañada – ¿no me va a sumar más dinero a la deuda? – exclamo dudosa.
– No, tranquila, esto es por mi cuenta para que les compres algo bonito a las niñas y a ti, ¿de acuerdo? – le respondí llevando mi mano a su cintura y bajando descaradamente le apreté una nalga.
Ella me sonrió y llevando una mano a mi cuello me acerco a su boca y me planto un beso francés con mucha lengua, y luego separándose un poco me dijo al oído – Ok mi “papi chulo” lo que usted ordene, le tendré a sus putitas bien arregladas y atendidas.
Papi Chulo….
Vaya… quien lo diría, hace una semana nunca me paso por la mente que me convertiría en “padrote”, pero bueno, la vida da tantas vueltas.
Me subí a mi carro y me encontré a Andrés con una sonrisa de oreja a oreja – y vos qué onda… en serio ¿quedaste tan complacido? – le pregunté mientras ponía en marcha el motor y me dirigía de regreso a mi oficina.
– ¡Ni que lo digas Victor! – me expreso con júbilo – esta ha sido la mejor experiencia que he podido tener – continuo diciendo llevándose la mano a la frente en total expresión de satisfacción.
– OK, me parece muy bien, así que entonces puedo esperar el recibo por los 2,500 pactados, ¿no?.
– Claro, claro no hay problema hombre, con gusto, es más, ¿crees que pueda regresar mañana con ellas? – me dijo sentándose erguido como cuando un niño pide que lo lleven de regreso al parque de diversiones.
– Pues no lo sé, tengo que ver mi agenda – le dije de reojo.
– Bueno podría venir yo solo, ya conozco el camino – me dijo volteando a ver a la calle.
– Ok, compadre, dejemos claro algo, a esa casa no puedes volver a venir sin mi consentimiento, ¿me entiendes? Y si lo intentas hacer a mis espaldas, sabes muy bien que no soy una persona a la que quisieras de enemigo, ¿de acuerdo? – le dije muy despacio y muy firmemente.
– Ok, Ok, tranquilo solo bromeaba don “padrote” ja ja ja – me dijo reculando en el asiento y forzando una risa, a pesar de que yo sabía que si lo había dicho con intensión, pero él sabía que de enterarme yo tendría y eso significaban problemas.
Bueno, ya me habían dicho proxeneta dos veces en menos de una hora, aunque debo reconocerlo, la actitud hacia Andrés en este último minuto no puede definirse si no como la de un padrote defendiendo a su rebaño de putas… en fin, llegamos a mi oficina y el humor se había despejado.
– Entonces en serio Victor, ¿Cuándo puedo volver a ver a las niñas? – me dijo Andrés muy interesado, en verdad que le estaban comiendo el coco las princesas de Ana.
– Pues no lo sé, talvez dentro de un par de días, o antes – entonces se me ocurrió una idea – porque no ves entre tus amigos si alguno le interese el negocio, pero debes asegurarte de que no sea un estúpido, loco o violento, ya sabes, alguien como nosotros.
– Interesante… y creo que tengo al candidato prefecto, je je.
– me dijo y vi en sus ojos un brillo muy maquiavélico.
– Ok, me hablas entonces y acordamos, ¿está bien?
– Está bien – me respondió y se subió a su carro y se fue.
Al día siguiente estaba entrando a mi oficina como a las 10:00 am y me dijo mi secretaria que tenía 5 llamadas de Importaciones Hernandez, la empresa de Andrés.
No me apresure, seguí con mis labores, y entonces llame a Ana,
– Halo – me contesto la vocecita de una de las princesas.
– Halo, mija – le respondí – ¿Quién habla?
– Soy Bety – me respondió – ¿es usted papi Victor? – me pregunto de inmediato la pequeña, el solo escuchar su vocecita hizo que mi verga empezara a crecer.
– Si mija ¿Cómo estás? – le pregunte.
– Bien gracias papi, y gracias por lo que nos dejaste ayer, mi mami nos llevó a comer helado y nos compró muchas cositas lindas ….
Perate no me arrebates el aparto … CLUNK – escuche una pequeña discusión y luego la caída de lo que me imagine fue el auricular, casi de inmediato escuche otra vocecita un poco más cimbreante, a todas luces, Mary.
– Hola papi Victoooor, graacias por lo de ayeeer… déjame hablar un poquito más Bety… – otra pausa corta y volví a escuchar a Bety – perdón papi Victor, pero está loca no es paciente, y ¿porque llamaste?, ¿vas a venir hoy?.
– No lo sé mija, pero necesito hablar con tu mami, ¿está por ahí? – le pregunte.
– Si, párame ahorita voy a buscarla – y diciendo esto creo que le paso el teléfono a Mary.
– Hola papi Victor, gracias por lo de ayer, mi mami me dijo que tú nos dejaste dinero para comprarnos cositas lindas, y nos las compro, unos calzoncitos re bonitos y unos zapatitos que me encantaron, ¿vas a venir hoy verdad?
– No lo sé mija, hare lo posible, pero si no llego hoy, llego mañana seguro ¿ok? – le dije sobándome la verga sobre el pantalón.
– Halo, ¿Victor? – la voz ahora era la de Ana.
– Si Ana, como estas – le pregunte cordialmente.
– Bien gracias, ¿ya estas llamando a tus putitas para ver si les di tu azuquítar, ja ja? – rio de manera desvergonzada, creo que en cierta forma gozaba con esta situación.
– Pues no, la verdad es que te llamaba para preguntarte si no tienes inconveniente en que sigamos con este método de pago de la deuda, siempre y cuando sea yo el que consiga a los hombres que se encargue de abonar a ella, ¿Qué dices?}
– Mmm bueno, la verdad que por mí no habría problema, siempre y cuando tú te encargues de no traer ningún pendejo que les vaya hacer daño a mis niñas, serán putas y todo lo que quieras, pero siguen siendo mis hijas, mientras no les hagan daño, que se las recojan por donde quieran
Vaya con la madre, pensé para mis adentros, se está ganando el premio a la MADRE DEL AÑO.
Je je je.
– No hay problema, y es más, quisiera que llegara un mi proveedor de seguridad a revisarte la casa, vi que tenías varias fisuras en el techo y quisiera que te revisaran también el sistema eléctrico.
¿te parece?
– Ok, no hay problema, ¿a qué horas vienen? Mejor si es después de las 2 de la tarde que es cuando las niñas y yo salimos a pasear.
– De acuerdo llegan después de las 2 de la tarde, ahí te hablo después, ciao.
– Ciao “PapiChulo” , muak – se despidió mandándome un sonoro beso.
Realmente mi intención era doble, sabía que Andrés no se atrevería a traicionarme, pero eso me dio la pauta a pensar que Ana talvez si lo haría, así que gire instrucciones a un contratista que tengo que fuera revisar la casa, pero que también mientras la revisaba, instalara un sistema de cámaras en toda ella, actualmente, el tamaño de las cámaras permitía que se colocaran en un sinfín de lugares sin ser detectadas, instalaron un total 12 cámaras, 3 en la Sala que permitía ver el lugar desde cualquier ángulo, 2 en cada habitación, 1 en la cocina y 2 en el baño.
Al colgar con Ana, decidí devolver la llamada a Andrés, el cual respondió al primer timbrazo.
– Halo, Victor, vos te estuve va de llamar desde temprano, ¡ya te tengo un cliente!.
– Halo, Andrés, buenos días, como estas – le salude molestándolo como si no supiera de lo que estaba hablando.
– Bien vos, deja de estar fregando ¡te digo que te tengo un cliente!.
– ¿Cliente, de que Andrés, algún local o algún negocio? – seguí con la broma.
– ¿Cómo de que local?, ¿de qué putas estás hablando Victor?, ¡me refiero a las niñas!
– ¿niñas? ¿De qué niñas hablas Andrés? – me retorcía en mi sillón de la risa y me tapaba la boca para que no salieran disparadas las carcajadas.
– ¡PUTA! De las de ayer Victor, ¿Qué te pasa?
– ¿ayer? ¿Pero si no te he visto en una semana, Andrés, que putas fumaste o te metiste vos? – quería ver hasta donde llegaba el pobrecito.
– ¿No te vi ayer? No me estés chingando Victor, en serio… ¿no te vi ayer?, puta… ¿lo soñé?.
– se quedó un rato en silencio, luego no pude aguantar la risa y me mate a carcajadas que obviamente el escucho del otro lado.
– JA JA JA JA JA –
– ¡ME ESTAS CHINGANDO VERDAD Hijueputa!! Ja ja ja ja – me espeto del otro lado y comenzó a cagarse de la risa igualmente.
– Claro que te estoy chingando mula, en serio que se te va el yoyo verdad Andrés, me imagino que por tanta mierda que te metes, entre mariguana y coca, ya tenes episodios de alucinaciones verdad cabron ja ja ja ja.
– le espete, en cierta forma fue un regaño justificado, ya que ciertamente tenía la costumbre de “hacer volar la mente” el muy cabron.
– Puta vos, en serio que ya me habías afligido, por un momento pensé que lo había soñado todo y que ese par de culitos habían sido nada más fruto de mi imaginación.
– Naaa, tranquilo, todo es verdad, tanto que aun espero el recibo de pago de los suministros, ¡eh!, no creas que se me ha olvidado.
– No hay problema Victor, eso te lo mando hoy por la tarde, pero como te decía, ¡ya te tengo un cliente!.
– Aja ¿y quién es?.
– Luis Antonio, el ingeniero civil que trabaja en los proyectos habitacionales de La Montaña.
– ¿Luis Antonio? – le pregunte, por un momento no lo ubique y luego vino a mi memoria, ya lo había conocido yo en una reunión de proveedores, un tipo muy afable, bajito, de lentes algo pelón ya, le había calculado en ese entonces unos 30 años, según recordaba estaba divorciado, según sabia la mujer le puso los cuernos con uno de los asistentes de él, un moreno alto que le sacaba como 2 pies de altura, la mujer era muy bonita, algo gordita para mi gusto, pero en fin, la cosa es que lo dejo por el negro y se fue a la mierda con él, dejándolo solo con una nena de 6 años, no la conocía, ya que no tengo una relación directa con Luis.
– Si el pelón del Luis, si te acordas de él ¿no? – me dijo Andrés.
– Pues sí, si me recuerdo, pero ¿vos como sabes que le interese el negocio? – le pregunte.
– Pues mira, yo con el Luis me hecho los tragos bastante seguido, y desde que lo dejo la mujer hace 1 año, el pobre no ha tenido más tiempo que para su hija Doris, y una vez que nos echamos los tragos en su casa, por un momento estoy seguro que se le quedo viendo raro a su hija, casi te puedo asegurar que el muy cabron le lleva ganas, y bueno, la nena es una preciosura, pelito negro, algo llenita, creo que apunta a ser como su mama, pero de una carita muy preciosa y unos ojitos grises de locura.
Así que una vez logre llevármelo de parranda a donde las putas, de las que me gustan tú sabes, las jovencitas, de 14 a 16, y bueno, estando en el lugar, vi que no le quitaba los ojos a una putia de unos 14 años, la preciosura ya me la había cogido yo anteriormente se llama Adelita, y pude notar que era blanquita de pelo negro y ojitos claros como celestones, ya medio bolo el cabron se animó y me pregunto qué cuanto costaba echar un polvo ahí, le respondí que la tarifa era de 200 dolarucos por mamada, 300 vaginal y 500 anal, él me dijo que no cargaba encima más de 200, por lo que le dije que no tuviera pena que eligiera una y que me la ponían en mi cuenta, de inmediato el muy cabron eligió Adelita, la putia lo tomo de la mano y se lo llevo a su cuarto, yo en ese antro soy cliente tipo A, así que me dejan hacer muchas pendejadas, como ponerme espiar en las habitaciones, el dueño me ha dado acceso ciertos corredores donde puedo ver hacia adentro de las habitaciones, por unos agujeros y así pude ver al pelón del Luis acostado, mientras la putia le desnudaba, ya en pelotas la nena de forma experta se empezó a chupar su pija al pobre pelón, ahí si me sorprendió, porque a pesar de su tamaño el muy cabron calza bien, estime unas 5 pulgadas bastante gruesas, la nena se en guía el tolete rápidamente y luego se sentó a horcajadas sobre la cara de Luis que le agarro de las nalgas para devorarle toda su cucharita, por lo que vi la nena lo disfruto ya que se cuándo pone cara de gusto la muy pendeja, luego se giró como toda una experta y se puso en cuatro patas, el pelón se levantó y le apunto su verga en su puchita y se la dejo ir de un solo, y entonces es que te puedo jurar que alcance a oír que le decía… “Doris” a la putia que se estaba cogiendo, y te puedo asegurar que Adelita no se llama Doris, je je, luego de varios empujones, ya que estuvo no más de 10 minutos en ese ritmo, pude ver que el cabron saco su verga indicándole a la putia que se estaba por venir, la nena como toda una profesional se volteo y abrió su boquita recibiendo los chorros de semen que el pobre pelón tenía acumulados, en serio que se vacío el muy pendejo, no sé si por el tiempo de celibato que llevaba o porque se imaginaba que se estaba cogiendo a su hija.
– termino Andrés su microrrelato.
– Aja – le respondí – pero eso no implica que él quiera pagar por un polvo con una niña, ¿o sí?.
– Puesssss, ahí está mi plan, y si me dejas realizarlo… te pago el doble del polvo, ¿serian que, 5,000 no?.
– Mmm, ¿qué tenes planeado?, si no me contas ni hablar.
– Bueno, bueno, llego a tu oficina platicamos, ¿ok?.
– Ok, te espero.
Colgué, y luego le dije a mi secretaria que confirmara con el contratista de la empresa de seguridad que llegara a las 2 de la tarde a la casa de Ana.
Realmente deseaba tener controlada esa casa, mis instintos nunca me mienten y ellos me indicaban que esta situación daba para más.
A las 3 de la tarde llego Andrés, mi secretaria me aviso y le dije que pasara.
– Bueno vos, ¿listo para oír mi plan? – me dijo a bocajarro al nomas entrar, yo le hice una señal de silencio con el dedo en la boca, hasta que salió mi secretaria y cerró la puerta tras de sí.
– Tranquilo pendejo, vos pensas que estamos hablando de naranjas o que putas, ja ja – le regañe – bueno contadme, que pendejadas le pensas hacer al pobre de Luis.
– Bueno, mira, yo la verdad, tengo ganas de cogerme a la hija de ese pendejo – me soltó de un solo, no me extraño en lo mas minimo, realmente yo ya lo había anticipado, Andrés había probado la fruta prohibida y por lo visto quería acabarse el canasto completo.
– Aja y que tienen que ver mis “ahijadas” con ello – je je ahijadas, me pareció “adecuado” el adjetivo que les daba a mis putitas.
– Pues todo, veras, le diré a Luis que una de mis sobrinas vendrá a la ciudad y que quiero que la conozca, y bueno, pues le presentare a una de tus ahijadas, luego buscare la manera que todo termine en sexo con la elegida lo cual me dará una ventaja sobre Luis, después de ello, el camino para cogerme a su hija será cuestión de trabajar esa ventaja, ¿me entiendes? – y se recostó en la silla viéndome muy ufano como si todo estuviera explicado.
Vaya que me resulto maquiavélico el Andrés, su plan no estaba mal elaborado, y en todo caso si realmente Luis era un hombre responsable, no caería en dicha trampa, caso contrario, si ya estaba el pobre hombre a la orilla del precipicio, que importaba que algún aprovechado como Andrés le diera un pequeño “empujón”.
– De acuerdo – le dije inclinándome hacia adelante con las manos formando un arco y como siempre mi mente trabajaba a dos pasos delante y también había preparado un plan paralelo al de Andres para sacar ventaja de esta situación.
Continuara…
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