CON MI MAESTRO FAVORITO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por misterchuy1.
mi primera vez fue con quién menos me había imaginado: con mi profesor de música de la secundaria.
cuando lo conocí, yo tenía 13 años, y en ese entonces, me pareció algo antipático, pues a mi me gustaba el relajo y empezando el primer bimestre me reprobó por no entregar los trabajos y tareas que nos puso; llegué a detestarlo.
pero cuando hizo el casting para las integrantes del coro de la escuela, me seleccionó como una de ellas, y me llamó aparte para platicar conmigo, y lo hizo de una manera tan hermosa, que creo que fue en ese momento cuando me enamoré de él, a pesar de ser casi como mi abuelo, pues eltenía 43.
a partir de entonces, cambié totalmente de actitud, me convertí en una alumna modelo, aprobando todas las materias con las mejores calificaciones, hasta la fecha en que estoy ya en la universidad.
uno de los momentos mas tristes, fue cuando terminé la secu, pues creí que ya no volvería a verlo, pero, un día, cuando ya estaba en el bachillerato, me llamó para ofrecerme trabajo como su asistente.
por supuesto que acepté encantada y sin pensarlo.
y, antes de continuar, debo hacer una breve descripción de ambos: contrario a lo que puedan pensar, él no es muy atractivo, mas bien es bajito, mas que yo, mide 1.58 m.
, complexión regular, cabello negro entrecano, aunque lo que mas me gustó de él fueron sus ojos soñadores y sus labios no muy grandes pero carnosos y sensuales y lo que me conquistó fué su voz; cuando canta, y sobre todo cuando me canta a mi, me hace sentir amada, deseada; yo no soy muy alta, mido 1.65 m.
, cuerpo delgado pero atlético, ya que hago gimnasio, de pechos no muy grandes (32-b), trasero mediano pero redondo y paradito, y lo que mas le gustó a él de mi: fueron mi larga cabellera negra, que me llega a la mitad de mis hermosas nalgas, y mi boca de labios grandes carnosos y muy sensuales.
el trabajo era fácil, consistía en tomar nota de los temas que daba, hacer recados para los papás de los problemáticos, sacar promedios, etc.
y al terminar el mismo me llevaba a mi casa, donde nos despedíamos siempre con un beso en la mejilla; aunque yo, poco a poco, acercaba mis labios a los suyos, hasta aquel inolvidable día en que lo besé directamente en la boca.
al principio, se sorprendió y me dijo, que eso no era posible, pues yo era menor de edad, aunque ya había cumplido 17, y le dije que eso no me importaba, que lo amaba y que quería ser suya, y aprovechando su confusión volví a besarlo, solo que ahora me dejó hacer al pricipio y después correspondió al beso apasionadamente, tomándome en sus brazos, acariciando mi larga cabellera, mi espalda y mis redondos pechos.
acordándonos que estábamos frente a mi casa, nos separamos para que yo tomara mis útiles de la escuela, decirle a mi mamá que el profesor me llevaría a la parada de autobús mas cercana, lo cual no le extrañó, pues lo hacía con alguna frecuencia, aunque en esa ocasión, el me llevó a un hotel campestre en las afueras de la ciudad, que no tenía habitaciones, sino pequeñas y lindas cabañitas, que por estar separadas, permitían tener mucha intimidad entre sus visitantes.
al llegar, no tuvimos problemas por mi edad, pues, yo aparentaba mas años de los que tenía, y en el trayecto, me arreglé de tal manera que parecía tener 20 años.
ya en la cabaña, él se tomó su tiempo, pensó que era una ocasión muy especial, y en el camino, compró una botella de champaña, y brindamos por mi primera vez.
terminado el brindis, nos quedamos mirando a los ojos, y acercando sus labios a los míos me beso, primero con infinita ternura, como si fuese para él, el tesoro más preciado, acariciándome toda: mis pechos, mis ojos, mi rostro, metiendo sus fuertes manos por debajo de la minifalda y mi pantaletita de color rojo, que para entonces ya estaba mojadísima; después, comenzó a desnudarme, besando cada centímetro de piel que quedaba al descubierto; cuando me quitó los calzones, los olió profundamente y yo sentí como si hubiera olido directamente mi vagina.
al mismo tiempo el iba desnudandose.
con cada beso mi piel se encendía y me hacía estremecer y sentir que mi vagina también se estremecía y se mojaba con los jugos de mi pasión, que poco a poco me inundaban y empezaban a desbordarse por entre mis labios vaginales.
cuando me dejó totalmente desnuda, me levantó en sus brazos, y con infinita delicadeza me depositó en el lecho.
terminando de desnudarse, se paró al borde de la cama, diciéndome lo hermosa que me veía, y que nunca había imaginado hacerlo con un bomboncito como yo.
se acostó a mi lado, y comenzó a acariciarme toda, a besar, lamer y dar pequeñas mordiditas a mis pechos, centrandose en mis rosados pezones, que se endurecieron casi hasta dolerme, sus dedos llegaron a la súper caliente y mojadísima entrada de mi vagina, que palpitaba ansiosa por ser penetrada por primera vez.
su ávida boca fue descendiendo de mis senos hacia abajo, deteniéndose unos momentos en mi ombligo, metiendo en el su lengua; llendo hacia abajo nuevamente, hasta detenerse en la oscura pelambrera que rodea la entrada de mi ardiente sexo.
tomando entre sus dientes los rizados vellos de mi entrepierna, los mordía y los jalaba con delicadeza tal, que hizo que me exitara aún más, y cuando su lengua cálida y rasposa empezó a lamer mi clítoris, sentí que mi vagina explotaba, saliendo los líquidos de mi primer orgasmo, que él bebió con avidez.
cuando me recuperé, le dije que era mi turno de hacerle lo mismo, y uniendo la acción a la palabra, tomé en mis manos su membruda verga, que aunque no muy grande (aproximadamente unos 17 cm.), si la tiene gorda y con una cabeza ancha, que apenas cabía en mi boca.
empecé lamiéndola como si fuese un delicioso caramelo, recorriendola toda, desde la gran cabezota hasta la base del tallo, para, finalmente, introducirla toda en mi boca, saboreando y gozando esta sensación, nueva como todas las que en esos momentos estaba viviendo.
aunque era la primera vez que mamaba una verga, parecía como si fuese una experta, ya que lo aprendí viendo algunas películas porno, a escondidas de mis padres.
yo estaba encantada mamando su poderoso miembro, cuando él me detuvo, diciéndome que no quería acabar en mi boca, que en mi primera vez, debía ser en el lugar correcto: el interior de mi vagina.
me puso bocarriba sobre la cama, y se colocó encima de mi, volviendo a besar y morder, mis rosados pezones y con sus dedos, excitar aún más mi ya mojadísima entrada vaginal; abrió mis piernas con las suyas, y doblandolas, colocó la punta de su verga en mi virginal cuevita.
no la metió de inmediato, restregó la cabezota de su verga en mi vulva, haciéndome llegar a tal grado mi excitación, que volví a venirme en otro orgasmo, tan delicioso como el primero.
él aprovechó mi momentáneo desmayo para posicionar su pene justo en el centro de mi feminidad y de un solo empujón introducirlo, hasta que sus huevos chocaron con mis nalguitas y nuestros vellos púbicos se fundieron en uno solo, al igual que nuestros cuerpos y nuestras almas.
salí de mi desmayo, al sentir rota mi virginidad por su poderoso miembro, aunque, el dolor que sentí, no fué tal que no sintiera una increíble oleada de placer recorrer todo mi cuerpo, y hacer que me viniera una vez más.
cuando sintió que mi vagina se acostumbraba a su caliente invasor, empezó a bombearlo dentro de ella, al principio con lentitud, sintiendo como se abría al amor carnal cada pliegue hasta entonces intacto, metía y sacaba su tolete con estudiada maestría, con la sabiduría del hombre maduro que yo tanto había deseado, y que al fin había conseguido tener entre mis piernas.
sentir su verga entrar y salir de mi cálida cuevita, me transportaba a un éxtasis tras otro, su cabezota frotando mis entrañas, mis gemidos aumentaban de intensidad hasta convertirse en verdaderos gritos de placer, que acallaban los rechinidos de la cama en la que él me cogía, penetrando su verga en mis entrañas cada vez más rápido y con más fuerza, hasta que no pudiendo contenerse más, soltó dentro de mi un verdadero río de leche espesa y ardiente.
tres, cuatro, cinco poderosos chorros hirvientes inundaron cada pliegue de mi recién desflorada vagina, la cual, agradecida le respondió con otra fenomenal venida orgásmica, quedando él encima de mí, y quedándonos los dos profundamente dormidos.
cuando despertamos ya era avanzada la tarde, nos dimos una rápida ducha, aunque, no tan rápida, que no nos diera tiempo, de que él me volviera a meter su cabezota en mi vaginita.
me hizo apoyarme en las llaves del agua y desde atrás, la metió muy despacio, con estudiada lentitud.
en ese momento sentí un poco de temor, pues su miembro pasó rozando mi culito, y creí que me lo iba a perforar, pero sentí un gran alivio, cuando, siguiendo su camino, la introdujo en mi vulva, y volvió a llevarme al cielo, metiéndola y sacándola, hasta inundarme nuevamente con su lechita caliente, haciendo que me viniera por quinta vez, de esa inolvidable sesión de amor.
algún tiempo después, también me desfloró el culo, pero eso es para otro relato.
rato después, me llevó cerca de mi casa, y al despedirnos, volvió a tomarme en sus brazos, besándome con infinita ternura, lo cual terminó por enamorarme locamente de él, pues nadie me había tratado como él lo hizo hasta ese momento.
nuestra relación duró en forma regular, hasta que mis estudios en la universidad no me permitieron seguir trabajando con él; actualmente nos vemos con menos frecuencia, pero en cada ocasión, nuestros encuentros siguen siendo tan apasionados como aquella, mi primera vez…, con mi maestro favorito.
saludos y besos desde mi hermoso país: méxico.
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