Confesiones del Padre Arturo: Colegio Parroquial parte 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por PadreArturo2.
Con el paso de los dias llego el fin del verano y por lo tanto el inico de un nuevo periodo de mis estudios. Elegi nuevos horarios los cuales complicaban por momentos mis actividades normales ayudando al Padre Eugenio. Conciente de esta situacion aproveche para ir hablar con el Padre Eugenio. Era una situacion dificil y debia conversarla con el Padre ya que el era gracias a quein habia llegado aqui.
-Pues vaya, eso si es un problema, asi no podras ayudarme con las labores aqui.- dijo frunciendo el entrecejo el Padre Eugenio.
-Asi parece.- dije aun preocupado sin saber que hacer.
-Sabes Arturo, con todos estos fondos que hemos recibido del Obispo nos estan pidiendo que sustentemos de una manera explicita lo que hacemos, pensaba enviarte a realizar esos tramites pero seria mejor ahora que lo pienso enviar a un sacerdote de verdad. Es mas creo que voy a pedir la llegada de un nuevo sacerdote para esta parroquia.-dijo el Padre Eugenio
-Asi quizas no me necesite, verdad?.-dije aun mas preocupado.
-No seas tonto Arturo, se por donde vas.- gruño el Padre.- Te traje aqui con la palabra que tendrias la oportunidad de estudiar y no pienso faltar a ella como que me llamo Eugenio ************. Debo poder encontrarte un lugar en la estructura de la parroquia que puedas desempeñar.- añadio pensando.
Ambos nos quedamos callados un momento. Una idea se me vino a la mente en ese instante.
-Esuche que le faltaba un auxiliar en el colegio parroquial.- sugeri.- No me pareceria una mala idea.- afirme. Revisando los apuntes de sugerencias que le habian hecho al Padre Eugenio encontre una de ellas en la cual le solicitaban con urgencia un auxiliar para los niños de primaria, ultimamente como sabian que habiamos recibido un apoyo del Obispo, nos pedian dinero para casi cualquier cosa y yo como otras mas la descarte… hasta ahora.
-Auxiliar en el colegio parroquial.-pregunto el Padre.- Te interesa?
-No me parece mal. No parece un puesto dificil y creo que me daria libertad para ausentarme por momentos sin muchas resposabilidades. Es un trabajo que me dejaria seguir con mis estudios de manera comoda- afirme con voz firme.
-Muy bien, supongo que no tenemos mas opciones, no?- dijo el Padre como procurando buscar alternativas pero la verdad es que tambien parecia querer zanjar el asunto de una vez.- Encargate de preparar el papeleo necesario, yo buscare a tu reemplazo.
Y asi se dio, arregle todo para empezar mi nuevo trabajo en el colegio parroquial. Cuando llegue fue una sorpresa para el colegio ya que no esperaban que el Padre Eugenio autorizara ello. No tenia muchas funciones al comienzo ya que los profesores y demas se las habian arreglado muy bien sin algun apoyo. De todos estos cambios saque tres puntos importantes: los estudios se me harian mas faciles al contar con un horario flexible y sin tantas variaciones; el dinero, ya que recibia una paga mayor al estar dentro del sistema del presupuesto de la parroquia, antes solo recibia unas propinas del Padre ya que su mayor aporte conmigo era el dejarme estudiar; y el ultimo y quizas mas provechoso: Anita.
Me paseaba haciendo mi guardia durante los recreos y lograba apreciar todo sobre ese colegio, especialmente a las niñas en sus juegos. Siempre me ha gustado apreciarlas y afortunadamente me he llevado bien con ellas desde incluso antes de Anita. Como auxiliar tenia autoridad para intervenir y no permitir el desorden ya que era mi responsabilidad. Cuando no había desorden lograba apreciar a las niñas en especial a Anita. Durante sus clases y en el recreo era una niña muy tranquila, jugaba con los otros niños sin hacer mucho desorden y aunque al comienzo se entusiasmo demasiado al verme sabía que debíamos comportarnos de manera correcta frente a los demás. Cuando me acercaba a ella a lo mucho le acariciaba en su cabezita y le preguntaba sobre su clase y demas cosas que le puede preguntar un adulto a una niña de su edad sin parecer sospechoso. Cuando nadie miraba bajaba mis caricias hasta su espaldita, su cinturita de avispa y luego… sus nalguitas… Necesitaba de todo mi autocontrol para no cometer una locura de la excitacion. Me calmaba pensando para mis adentros: " Esperaré hasta el domingo. Esperaré hasta el domingo y gozare de esa nena nuevamente".
Pasaron los dias sin ninguna novedad hasta que llegó el miércoles. Era un día libre para mí ya que no tenía actividades en la universidad durante la tarde, así que decidí quedarme en el colegio estudiando en uno de los salones ya que sin nadie ahí era un lugar muy tranquilo y silencioso, a diferencia de la parroquia que en cuanto supiera el Padre Eugenio que yo había llegado me pediría que lo ayudara en algo y no quería estar de segundo ayudante (que se joda el primero, pensé).
Pasado un buen rato de estar leyendo sali al baño, en mi trayecto pude ver que el colegio se encontraba casi vacío, las profesoras ya se habían retirado y solo quedaba el guardia que en su caseta, que estaba muy cerca a la puerta, leía ociosamente un periódico. En el patio aún quedaban alrededor de 10 niños los cuales jugaban, imagino que sus padres aún no venían por ellos. Me fijo con mayor atención y veo que Anita es una de ellos, de seguro sus padres también demoran en recogerla en el colegio.
Llamo a uno de los niños, Rodrigo, un chaval de 8 años a quien pregunto y me responde la hora aproximada en la cual los recogen a cada uno. Al parecer los padres de Anita la recogen aún dentro de 1 hora. Voy caminando por el patio pensando en como podría aprovecha esta situación: "Necesito un lugar mas privado que un simple salon de clases, ¿pero cual?". Mientras camino llego hasta una esquina y al costado logro divisar una pequeña capilla.
Era la capilla usada para las misas, aunque ahora parecía vacía. Me acerco y abro la puerta. No era como la que tenemos en la parroquia, pero se veía bastante bien. Me acerco al altar y logro ver encima del púlpito (el lugar sobre el cual los sacerdotes damos el sermón) una Biblia. Observo a un costado una puerta pequeña que da acceso a un cuarto que usamos los sacerdotes para prepararnos antes de salir y dar la misa respectiva; en el pequeño cuarto también hay una banca amoblada muy cómoda y que podría ser usada para que alguien pudiera echarse sobre ella.
"Ya tengo el lugar, ahora necesito una excusa para traer a Anita aquí" pienso mientras salgo de ahi y cruzo hasta la puerta. Mientras abro la puerta se me viene a la mente un plan. Cruzo el patio y sin que los otros niños se den cuenta llamo a Anita con una seña. Ella llega corriendo hasta donde me encuentro.
– Si, Padre?- pregunta con una sonrisa.
– Anita, necesito que vengas conmigo, es importante- digo con voz solemne y seria. Anita sabe que cuando hablo así debe obedecerme y me sigue mientras nos dirigimos a la capilla. Abro la puerta e ingresamos los dos. Una vez adentro me dirijo hacia el asiento que debería ser para el sacerdote y me siento.
-Ven Anita.- la llamo. Ella se acerca y yo la siento sobre mis piernas.- Muy bien. Anita te he llamado porque me he enterado que pronto cumpliras 7 añitos. ¿Es cierto?
– Si Padre.- responde ella mansamente.
– Es una edad importante Anita.- digo con voz solemne.- Por eso he rezado mucho por ti y mientras rezaba pude… pude hablar con Dios.- dije con gesto melodramático.
– ¿Pudo hablar con Dios, Padre?- preguntó sorprendida Anita.
– Sí, Anita.- respondí.- Los sacerdotes podemos hablar con Dios por momentos. Y sabes que me dijo? Que te ha elegido para que tomes el octavo sacramento.- anuncié repitiendo el gesto melodramático.-No cualquier niña puede recibirlo. Es un gran honor el que te ha dado.
– ¿El octavo sacramento?- pregunto Anita.
– Así es. Tu sabes cuáles son los siete sacramentos?-pregunto.
– Sí, Padre.- responde.- Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Unción de los enfermos… Matrimonio, Confesion y Sacerdocio.- completa Anita haciendo memoria.
– Muy bien. Que inteligente eres!- digo mientras acaricio su cabezita.-Pero el octavo es algo maravilloso. Es un lazo que une a un sacerdote y una niña. De esa forma los dos podrán "agradar a Dios" no solo los domingos, sino cualquier día. De esa forma podras ayudarme a servir a Dios, Anita.
– Podremos "agradar a Dios" cualquier día?- pregunta ella.
– Así es Anita, pero antes debo darte el sacramento. No es un juego. Debes obedecer mis indicaciones y cumplir con el juramento que haremos. Estas lista?- pregunto.
– Sí Padre.- responde Anita entusiasmada.
-Muy bien. Lo primero que debes hacer es quitarte toda tu ropita.- digo levantando su faldita.- Debemos estar desnudos para el sacramento. No podemos ocultarle nada a Dios. – digo mientras me desabrocho la camisa y me quito el cinturón.
Anita poco a poco comienza a desvestirse hasta que ambos quedamos desnudos uno frente al otro, listos para el sacramento. Coloco nuestras prendas sobre una banca, me acerco al púlpito y tomo la biblia.
– Ven Anita.- la llamo. Anita se acerca tal como Dios la trajo al mundo. – Arrodillate y persignate.- ordeno. Ella obedece y se arrodilla frente a mí mientras yo con mi verga tan dura como un metal debo aguantar el acto para no echarlo a perder.
Entro en un trance fingido del cual Anita se sorprende como toda niña de su edad mientras coloco mi mano sobre su cabezita.
-Ya no soy el Padre Arturo. Ahora hablaré en nombre de Dios.- digo con voz aun mas solemne y cargada de misticismo.- Debes responder a mis preguntas con un: Si, lo prometo, Ana.
– Si.- responde Anita sorprendida pero con un deje de devoción en su voz. Es lo que me gusta de las niñas de esa edad , son tan ingenuas e inocentes. La pureza hecha carne.
– Ana ***** ******* ********. Prometes de ahora en adelante servir a Dios por sobre todo y obedecer sus mandatos?- pregunto con voz potente.
– Si, lo prometo.- responde Anita.
– Prometes por lo tanto, obedecer al Padre Arturo, tu guía en mi nombre, por encima de cualquier persona incluso tus padres y maestras sin ninguna queja?- pregunto.
– Si. Lo prometo.- repite Anita.
– Que así sea- digo en voz alta.- Entonces yo te otorgo mi bendición. A partir de ahora tu y el padre Arturo podrán servirme.- finalizo con un gesto de majestuosidad en el cual levanto mi mano y hago con ella una cruz sobre su frente.- Muy bien, Anita.- digo ya con voz normal.- Lo has hecho muy bien.- digo mientras ella se para y me sonríe.- Ahora sigueme. – digo mientras la llevo a través de la pequeña puerta que conduce al cuarto. No podía aguantar mas la excitación.
– A donde, vamos?- pregunta inocentemente.
– No tenemos tiempo que perder- digo cerrando la puerta.- Recuerda que ahora debemos servir a Dios. Para eso fue el sacramento.
Inmediatamente echó a la niña sobre el mueble mientras de rodillas levanto sus piecitos y hundo mi cabeza en su panochita. Al fin siento ese olor a nena que he estado deseando durante la semana.
– Descuida Anita.- digo levantando mi rostro.- Solo debes obedecerme. Voy a cuidar de ti. Juntos serviremos a Dios por encima de todo. No te hace feliz?
– Si Padre.- contesta Anita sonriendo.
La levanto mientras me echo de espaldas en el mueble y atraigo otra vez su panochita a mi rostro. Quedamos en posición de 69.
– Empieza Anita.- le digo acercando mi verga a su rostro. Anita sabe lo que debe hacer y empieza a mamarme el miembro que ya estaba a punto de reventar de la excitación. Mientras yo usaba mi saliva para lubricar sus agujeritos.
La niña por momentos gemía por el tratamiento que le daba a su anito al igual que su rajita que yo abría para poder explorar con mi lengua todo de ella. A pesar de su edad es muy sensitiva y disfruta mucho de lo que le hacia a su rajita. Pronto ya sentía que Anita estaba lubricada para poder empezar. Me levanto del mueble.
– Ven aquí- ordeno a Anita para que se ponga delante mío. La coloco de espaldas y la obligo a ponerse en posición de perrito, queda lista para ser penetrada.
Me acerco hacia ella y con mi verga tan dura como un metal comienzo la invasión se ese orificio tan conocido. Su anito empieza a dilatarse y Anita suelta un pequeño quejido pero ya no hay problemas, nuevamente se han vuelto a encontrar mi verga y su anito. Invadido por una fuerza animal al sentir esas tiernas nalguitas comienzo las embestidas como si se me fuera la vida en ello.
La situación creada y la inocencia de esa niña me habian puesto muy caliente, incluso más de lo normal. Poseído por mis instintos más primitivos me importa muy poco que me estoy follando a una niña de casi 7 añitos y quizas debería ir al ritmo normal que tenemos, embisto con una furia que desconocía tener mientras Anita solo gime, no se si es de gusto o le duele, en ese momento me importa poco. Anita por momentos me dice "No, no, Padre." cuando acelero el ritmo, pero hago oidos sordos a esto.
– Ohhhh… Ohhhh…. – es lo unico que alcanzo a balbucear. Ni siquiera se me ocurre darle frases de tranquilidad como: Ya falta poco o Es por Diosito que hacemos esto. No me importa si voy a terminar muy pronto, solo sé que no quiero bajar el ritmo, que la única forma de separarme de esa niña es luego de poder expulsar al demonio que tengo adentro y me tiene poseido por la lujuria, esa lujuria por las niñas que ahora mismo siento en su máxima expresión.
– Duele…!- gime Anita aun tomada por mi y manipulada como si fuera una muñeca de trapo, sin ningún control de la situación.
Empiezo a sentirme por explotar hasta que al fin termino corriendome, reacciono y se lo saco y acabo otro más en su espaldita.
Anita aun sorprendida por tremenda cogida queda sobre el mueble. Me echo a su costado para ver como estaba. Al parecer mas alla de la impresion, se encontraba bien. Es entonces que empiezo a masajear su panochita y vuelvo a darle sexo oral. La niña poco a poco recobra la tranquilidad y rie cuando intento hacerle cosquillas para un poco relajarnos.
-Te dolio un poco, no Anita?- pregunto algo serio.
– Si, Padre.- contesta Anita dejando de reir, pero no se veia tan triste.
– Si, a veces es duro, pero todo sea por "agradar a Dios" Anita.-digo con voz firme.- Ya te iras acostumbrando. A partir de ahora lo haremos mas seguido que antes.
-Lo hice bien Padre?-pregunta como siempre Anita.-Queria llorar pero resisti.
-Si, mi amor. Fuiste muy valiente por no llorar. – respondo y acto seguido la beso en sus labios. La niña responde muy bien.Cuando nos separamos ella sonrie feliz.- A partir de ahora voy a cuidar de ti.- digo mientras acaricio de manera descarada sus nalguitas
Miro el reloj y veo que solo quedaban 20 minutos para que lleguen sus padres y de los otros niños. Inmediatamente me visto y tambien ordeno vestirse a Anita. Limpio el lugar tanto el mueble como el piso, mientras Anita termina de ponerse su blusita.
Cierro la puerta del cuarto y cuando estoy por abir la puerta de la capilla volteo y veo que Anita se sigue sobandose la colita. Aparentemente aun estaba dolorida.
-Aun te duele?-pregunto mirandola.
-Un poco.- responde Anita acercandose.
-Bueno, pues ya va a pasar, te acuerdas la primera vez que "agradamos a Dios"? Luego ya no dolio tanto, no?.-pregunto.- Venga , ve con los otros niños y recuerda que no debes decirle a nadie lo que estamos haciendo, Diosito quiere mantenerlo en secreto. Es una prueba de fe.- repito mientras salimos por la puerta de la capilla.
Anita se reencuentra con los demas niños en el patio, mientras yo vuelvo a subir a la segunda planta del lugar. Mientras subo giro la vista a donde se encontraba Anita, pensando el futuro que me espera junto a esa niña y la posibilidad que se me ha presentando.
Cuando estoy llegando al salon escucho que suena el movil desde mi maletin. Tal parece que lleva sonando hace buen rato. Me acerco y contesto.
-Joder tio. Te he estado llamando hace una hora.-contesta la voz molesta de mi colega Osvaldo.
-Aqui estoy. Dime que sucedio.-pregunto con voz distraida.
-Pues te he enviado una invitacion para la conferencia de ………….. y hasta ahora no me has confirmado si vas a asistir. -contesta Osvaldo.
-Lo enviaste por el …………, no? Dejame revisarlo.-respondo mientras saco mi portatil del maletin. Ingreso a mi cuenta y veo el mensaje de mi colega Osvaldo.- Ya vi la fecha y hora, creo que si podre.- respondo. Observo bien un icono de la parte inferior derecha y me doy cuenta que me he conectado sin querer a mi ……….., debo haberlo dejado en la opcion de conexion automatica . Me fijo en la lista de conectados y veo que aparece Romina….
-Pues bien. No faltes.- se despide Osvaldo mientras yo sigo viendo la pantalla sin prestar atencion a lo ultimo que me dijo.
Abro la ventana y comienzo el chat con Romina. Lo siento, me olvidaba que aun no les he dicho casi nada sobre Romina y porque aparece en mi lista de conectados del ……………… , es mas no les he dicho como una niña de su edad ha conseguido una cuenta ahí. Pero eso… eso será motivo de otro relato. Hasta entonces.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!