Confesiones del Padre Arturo: El campamento parte 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Padrearturo3.
Todo era silencio en la noche 2 del campamento, las pequeñas casas casi no exhibían luces debido a que ya era la hora de dormir establecida por las monjas. En la última calle de ese pequeño conjunto de viviendas había una casa que aún exhibía una ventana con una luz tenue encendida.
En las habitaciones que corresponde a los niños del campamento todos duermen e incluso roncan algunos recuperando energías para lo que será un nuevo día de campamento. En el cuarto de las niñas la situación es parecida, todas descansan pacíficamente esperando el amanecer. Todas a excepción de una. Al parecer había un lugar vacío en aquella habitación para 4 niñas.
Al final de los pasillos se podía distinguir la habitación del encargado. Desde aquella habitación salía el único haz de luz en aquella casa en penumbras.
-Ahí esta. Ahora este es rosa y por lo que veo también te queda muy bien, Anita.- le digo mientras le doy una vuelta a esa niña de ocho años frente al espejo para mi deleite.- Muy bien! Te ves hermosa con ese vestido Anita.- le digo mientras la acerco a mí y le doy un beso en la boca.
– Gracias, Padre!!-responde Anita contenta por su regalo.
– Es tu premio por siempre ser una niña tan buena y obediente.- respondo.- Ahora, porque no lo exhibes frente al espejo levantando tus nalguitas.- ordeno. Anita obedece posando sin saber para la cámara frente al espejo- De esa forma, sí. Muy bien! Ahora porque no imaginas que Dios esta frente a ese espejo y le dices: “Soy Ana. Tu fiel y devota servidora.”
-Soy… Ana. Tu fiel…- repite Anita pero luego se queda callada por pena.
-Que no te dé vergüenza, Anita. Que agradar a Dios no es motivo de vergüenza. Al contrario es motivo de orgullo.- le instruyo a lo cuál Anita asiente en señal de que entendió.- A ver inténtalo de nuevo con voz decidida. Dicelo a Dios que el esta en todas partes y no dudes que esta aquí presenciándolo todo.
– Soy Ana. Tu fiel y devota servidora.- repite Anita con voz inocente pero esta vez mas decidida inclinandose y mostrando de perfil sus nalguitas. Mi verga se exhibía al costado de ella con deseos salvajes hacia esa niña.
Le susurro al oído lo que debe continuar diciendo. Poco a poco va regresando su devoción con cada palabra.
– Te ruego tomes mi ofrenda, Señor mío.- implora Anita con voz inocente. Continúo murmurándole al oído.- Que tu servidor el Padre Arturo pueda elevar esta ofrenda hacia ti, Señor.- finaliza Anita con total candidez.
-Tu ofrenda ha sido recibida, Anita.- le digo acercándome a ella y dandole una palmada a ese par de nalguitas que mostraba frente a la cámara.- Así entonces. Toma el instrumento que va ayudar a que cumplas tu alabanza.- exhorto.
Anita toma mi verga con su manita y comienza masturbarla. Era muy bizarra la imagen que exhibíamos frente a esa cámara-espejo: Una niña sonriendo contenta e inocente llevaba un vestido erótico y masturbaba con naturalidad a un adulto que la miraba con deseo carnal mientras le acariciaba sus nalguitas con total descaro. Esa era la imagen que deseaba quedara para el vídeo y por ello la había instruido a todo aquello.
Nos dirigimos hacia la cama con el fin de poder “agradar a Dios”. Anita se coloca de rodillas sobre ella esperándome. Dejando el vaso de agua que había tomado para digerir la pastilla me uno a ella.
– Anita… eres un bello angel…-le digo al mismo tiempo que subo a la cama y me encimo sobre su cuerpo primero besándola en los labios a lo cual ella responde y luego cada parte de su cuerpo. Bajo por su cuello, acariciándola y comienzo a besar sus pechitos mientras lubrico su panochita.
Anita solo se deja manipular observando el tratamiento que le daba a su cuerpo. Me coloco sus piernitas sobre mis hombros y comienzo a comerme esa vaginita tan sabrosa.
-Ahhhh!!!Mmmmm!!!- expresa Anita al sentir como me comia su panochita. Solo sonríe cándidamente al observarla, su dicha es total al sentirse útil para los planes de Dios.
-Aquí también … -expreso al comenzar a meter mas dedos en su panochita mientras con un consolador que tenia a mi costado comienzo a querer introducírselo en su anito.
-AHHH!!! PADRE!!!- gime Anita al sentirme hurgar en su anito con el consolador. Tenia los dos agujeritos de Anita bajo mis tocamientos, todo aquello con el fin de darle placer a mi niña. –AHHH!!! BENDITO SEA DIOS!!!
– Así es, Anita!. Bendito sea Dios!- le digo sonriendo mientras continuo con el tratamiento. Anita se contorsionaba en la cama mientras yo no cesaba de hurgar en ella con el consolador al mismo tiempo seguía manipulando su panochita.
-Ahh!!! Ahh!!! Padre!!! Padre!!!- gemía Anita al sentir esa manipulación mientras me observaba abalanzarme sobre ella con la mirada llena de lujuria por observarla en pleno éxtasis.
Cuando logre sentir mi verga tan dura como para atravesar una pared (producto de la pastilla) es que me detengo de mis manipulaciones a Anita y la dejo sobre la cama exhausta. Me echo a su espalda y me acerco con la verga erecta levantando su piernita.
– Ven, mi amor. Que hoy también vamos a “alabar a Dios.”- le digo al oído mientras comienzo a introducirle mi miembro.
-Mmm!! Ahhh!!!- expresa Anita al sentirse invadida por mi miembro. No le daba descanso a esa niña, deseaba por todos los medios satisfacer mis necesidades sexuales con ella.
-Ohhh!!! Joder! –digo al seguir empujando mi miembro dentro de ella.
A ritmo constante continúa nuestra “alabanza” mientras manipulo a esa niña tan devota que a pesar del primer tratamiento lograba soportar mis ímpetus hacia ella.
Anita y su Padre Arturo nuevamente juntos en el noble acto de “agradar a Dios” poco a poco comenzaban a perderse en las llamas de la pasión que emanaban sus cuerpos y por lo cual muy pronto no sabrían de ellos mismo hasta pasado buen rato.
Reanimado por la pastilla para cada ronda que tuvimos fuimos probando cada una de las posiciones ya conocidas e incluso poco a poco probe otras más junto a ella, todo gracias a su devoción y obediencia. Pasaron las horas y sentía mi cuerpo desgastarse de tanto “alabar” junto a esa niña. Me sentía que pronto acabaría de nuevo y mi cuerpo ya no tendría respuesta.
-Ven aquí, Anita.- le digo levantandome al tiempo que ella me hacía una mamada mientras me encontraba echado sobre la cama. Giro con impaciencia su cuerpito colocándola sobre la cama preparada para recibir verga.
-Mmm!!- expresa Anita al sentir mi cuerpo sobre ella. Mi verga comenzaba a hurgar dentro de ella.- Ahhh!!! Ahhh!!!
-Ummm!! Ufff!!! Joder!!!- empujo hacia Anita a fin de llegar lo mas profundo dentro de ella y comenzar lentamente el coito.
Nos movemos a un ritmo lento ya cansados de tanta “alabanza”, no faltaba mucho para que terminaramos sobre la cama con las únicas ganas de dormir. Aún casi sin fuerzas (mientras empujaba hacia esa niña que solo resistía fielmente los últimos de mis embates) volteo un momento a observar a mi costado donde casualmente se encontraba el espejo anterior que nos grababa y logro observar nuestra imagen reflejada en el. La imagen de una niña que se aferraba a la almohada resistiendo estoicamente el peso de un adulto que la tenia aprisionada hacia él, me dejo extasiado. Siento invadirme fuerzas donde antes no había.
-Mmmm!! AHH! AHHHHH!!!!- empieza a gemir mas fuerte Anita al sentir acelerar las embestidas que le daba su Padre Arturo.
-OHHH!!! OHHHHH!!!- expreso empujando con toda la fuerza que me permiten las extremidades. Extasiado y con la lengua afuera del esfuerzo hecho no dudo en clavar mi miembro en su colita arrancando más gemidos de mi niña.
-AHHH!!! PADRE!!! AHH!!! PADREEE!!!- gime Anita gosoza.
-OHHH!! JODERR!! ANITA!! ANITA!! JODER!! Ufff!!!- bufo hecho una fiera, dejando toda mi fuerza en cada embate. Se escucha de fondo el resonar de mis embates con sus nalguitas excitándome más. –OH!! DIOS MÍO!! ANITA!!!
-AHHH!!! AHHH!!! PADRE!!! ALABADO SEA!! ALABADO SEA DIOS!!- exclama Anita volviendo a sentir nuevamente el enorme placer de nuestros cuerpos entregarse con ansias al noble acto de “agradar a Dios”.
-ANITA!!ANITA!!! JODER!! QUE CULONCITA!! OHHH!!- le suelto con mi cabeza a su costado mirándola.
-PADRE!!! AHHH!! PADRE!!!- gime Anita sintiendo mis ímpetus sobre ella volteando y mirándome. A pesar del cansancio que se le notaba sonreía totalmente dichosa de aguantar mi excitación como un favor a Dios.
-TOMA!!! TOMA!!! MI CULONCITA!!! OHHH!!!- le soltaba mientras empujaba con las piernas casi de goma por el esfuerzo, sintiendo ya venirme en abundancia dentro de ella.
-ALABADO SEA USTED!! PADRE!!! ALABADO SEA DIOS!!!- grita Anita llegando al éxtasis al igual que yo con los ojos desorbitados de placer.
-OHHH!!!! JODER!!!!!!!!-me vengo en esa niña nalgoncita dejándole toda mi eyaculación dentro de ella. Con las ultimas fuerzas de mi cuerpo empujo dentro de esa niña con ímpetu animal queriendo dejar toda mi esperma dentro de ella. Nuestros cuerpos permanecen aun pegados mientras continuo viniéndome dentro de ella tratando de no dejar escapar nada fuera de ella.- OHH!!! Tomalo!! Tomalo todo, mi niña… Ohhh!!!- exhalo con el cuerpo desfalleciendo.
-Mmm!!! Ah!! Padre!!!…- gime Anita exhausta pero feliz de sentirme sobre ella dominándola.- Padre!!! Padre… Alabado sea Dios…
-Alabado sea, Anita… Alabado sea…-respondo dándole un ultimo empujon más a esas preciosas nalguitas como un macho que desea mostrarle a su hembra cual es su lugar.
-Padre!!!- me llama y acerco mi rostro al lado suyo.- Alabar a Dios es lo mejor que me ha pasado. No quiero dejar de hacerlo, nunca.- expresa con una sonrisa dejándose caer sobre la cama exhausta y feliz por nuestra faena.
-Me alegro escuchar eso Anita.- le digo acercándome a ella y besándola.- Te lo prometo. No dejaremos de hacerlo.
-Soy la niña mas feliz del mundo, Padre.- sonríe inocente sobre la cama mientras se deja caer exhausta sobre ella.
-Descansa, mi ángel.- le digo mientras también me dejo caer a su lado exhausto y deseando acogerme a mi sueño.- Mañana tenemos mucho por hacer.
-Si, Padre. La iniciación.- escucho decir a Anita con un hilo de voz.
-Si. La iniciación…-respondo aún con voz agitada mientras volteo a observarla.
Anita ya estaba profundamente dormida. Con la sábana logro cubrirla a fin de que no pase frío. Decido que ya es hora de unirme a ella y soñar con lo que quizás será mañana, una experiencia inolvidable.
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Lunes era un día que según nuestra organización del campamento sería libre para todos los grupos. Cada uno decidiría a que parte podría salir o si se quedaba en el “pueblo”(comillas por lo pequeño que era) enseñándole a su grupo de acuerdo a lo que pedía.
Teniendo en mente eso fue que había preparado algo muy especial. Ya eran las nueve de la mañana y después de desayunar dispuse que fueran al baño por turnos obligatoriamente.
Cuando fue el turno de Katy de ir al baño para el cual se debía cruzar hasta el otro lado del patio me retiro un momento bajo la excusa de verificar si ya podíamos irnos. En mi desvío me dirijo al baño donde estaba Katy y sin que se dé cuenta me acerco hacia ella.
– Katy, ya terminaste?-pregunto a sus espaldas.
– Sí, Padre.- responde medio temerosa y sorprendida al verme llegar de la nada.
-Muy bien. Hoy tendremos un paseo muy especial como sabes. Pero también tengo una sorpresa más para ti.- le indico con voz alegre.
-¿Qué es?- pregunta curiosa Katy.
-Pues el día de hoy visitaremos el monte ****, que era lo que tanto querías.- celebro con una sonrisa.- ¿Qué te parece?
-¿En serio?-pregunta ella contenta.
– Así es. Por fin lo conocerás.- respondo. Katy celebra dando un salto olvidándose por un momento del temor que infundía mi presencia.– Pero, Katy. Hay algo más. No todos podremos ir. Ya que no todos son tan merecedores de ello. Como te indique ya que tu eres una niña cristiana y me has ayudado tanto es que podrás ir. Sin embargo solo alguien más aparte de ti podrá acompañarme. Una niña.
-¿Quién, Padre?- pregunta Katy curiosa. Al escuchar que solo podría ir ella como que su temor creció un poco pero al escuchar que habría otra niña su confianza regresó.
-Ah, ya lo verás. Es una sorpresa. No te olvides que no debes decirle a nadie sobre esto, es nuestro secreto.- le digo mientras me volteo.- Ahora regresemos, ya es el turno de Rodrigo.
Regresamos donde los otros y después de que terminamos de alistarnos decidimos salir cuanto antes.
Nuestro destino era el punto de reunión ubicado más arriba, como habíamos planeado ir allá el dueño del lugar nos quiso acompañar para lograr abrir las pocas atracciones que habían que eran como algo mas de recreación para los que se reunían. Ya que eramos los únicos que iríamos allí (los otros grupos se iban a quedar en el campamento durante ese día) el dueño se sentía algo incomodo por mi proposición. Con algo de astucia logre convencerlo de que me cediera las llaves de las atracciones allí puestas prometiendo cuidarlas. Al principio dudo, pero al ver todo el campamento que habíamos traído, su flojera y mi calidad de “sacerdote” termino por confiar en mí.
Pagué por adelantando lo cual me agradeció gustoso y ya lo veía yendo hacia el bar del pequeño pueblo. Con una sonrisa en mi rostro me dispongo a guiar a mi grupo.
No me tomo el camino más largo y dispongo a llevarlos por la ruta principal. Rodrigo me ayuda a guiarlos por el trayecto mientras realiza bromas con los demás niños animando un poco el ambiente.
Llegamos al lugar y los chicos no tardan en correr hacia las atracciones pidiéndome que las abra. Demoro un poco en lograr ubicarlos en cada una ya que todos estaban ansiosos.
Incluso las niñas se les unen y me dejan atrás mirando. La única que permanecia a mi lado era Anita, incluso Katy quería subirse a una rapidamente. Dejo pasar unos momentos esperando que se divirtieran todos mientras los observo. Me retiro un momento para prepararlo todo, regresando en un rato.
Le hago una seña a Anita y esta se baja de una de las atracciones mientras regresa a mi lado.
– Espera arriba.- le ordeno y Anita se retira.
Esta vez me dirijo hacia donde estaba Katy. Me acerco disimuladamente a ella y le susurro:
-Katy, ya es el momento. Debemos ir al monte como te indique.
Katy se baja emocionada y me sigue mientras me dirijo a Rodrigo.
– No se vayan de este lugar, pueden jugar en las demás atracciones, las puertas están abiertas. Que ninguno se pierda, te los encargo Rodrigo.- le digo con voz seria.
-De acuerdo, Padre.- responde Rodrigo también con firmeza consciente de su papel de superior.
Junto a Katy avanzamos hacia una salida de ese punto de reunión que consistía en unas escaleras de piedra que era un camino rústico en ascensión al monte.
– Escucha Katy.- le susurro mientras avanzamos hacia esa subida. Comenzamos a ascender por la escalera.- Para llegar a esa monte que es sagrado, debemos purificarnos antes ya que ni yo puedo subir ahí si no nos hemos purificado.
-¿Purificarnos?-pregunta Katy.
– Así es. Debemos purificarnos y ya estamos llegando a donde lo haremos.- le digo cuando en el trayecto de subida aparece a nuestro costado lo que parece una casa.
– ¿Ahi? -pregunta observando la puerta. Era un lugar en la subida hacia el monte esperado por Katy.
Se trataba de unas termas. Como estaban ubicada en el monte, aprovechaba el agua que venia de los afluyentes y se aprovechaba para uso de recreación y también medicinal. La dueña del lugar no se encontraba ahí ya que no pensaba que alguien pudiera ir debido a que no llegaban tantas personas a ese lugar. No se encontraba vigilado ya que supuestamente nadie en el pueblo entraría sin permiso.
Eran unos baños expuestos al aire libre y aproximadamente 4 ya que no recibía un gran público. Por un lado del monte aproveche para subirme y lograr entrar sin pasar por la puerta. Cuando me retire había hecho todo ello logrando abrir la puerta principal que solo estaba cerrada sin doble llave ya que nadie llegaría ahí a robar y la señora transitaba normalmente en las tardes por si alguien del pueblo deseaba ir.
– Sí, así es. Vamos. Ya se encuentra tu compañera ahí.-respondo y señalo a una niña que se encontraba frente a la puerta. Katy se sorprende gratamente al ver que no estábamos solos.- Anita nos va a yudar a purificarnos el día de hoy.- le digo. La tomo de los hombros para hablarle ya que deseaba ir donde Anita.- Escucha con atención Katy. Quizás te sorprenda lo que te diga, pero Anita no es una niña cualquiera. Ella es una niña Santa que tienes la suerte de conocer.- le susurro al oído.
-Una niña Santa?- pregunta Katy extrañada.
– Así es. Es una niña que ha ayudado mucho al Padre Eugenio con las labores de la Iglesia y por ello ha dejado de ser una niña normal.- le digo. Katy se queda sorprendida pero aparentemente no duda de mis palabras al ser tan serias.- Le he contado sobre los juegos que hemos hecho y según el Padre Eugenio tienes mucho de lo que se necesita para seguir sus pasos.
-¿Para ser una niña Santa como ella?-pregunta inocentemente.
– Así es, debes estar orgullosa por ello. Diosito se ha fijado en ti.- le animo.- Hoy vamos a purificarnos para subir al monte pero también es una prueba para los dos. Si lo logramos podremos ayudar en su labor al Padre Eugenio y Anita.
Katy dudaba ya que quizás su devoción contrastaba con la situación. Sin embargo la animo a seguir el ascenso llegando hasta la puerta.
-Katy, ven.- la llama Anita contenta y Katy obedece acercándose a su lado.- Hoy vamos a ayudarte con tu iniciación.- le dice con voz de una niña mayor se dirige a su menor. Expresaba superioridad como de una maestra y su pequeña aprendiz.
Me acerco hasta ellas y abro la puerta dándoles pase hacia los baños.
-El último baño esta listo para la purificación.- les indico.- Anita, por favor llevala y preparala para mi ingreso.- ordeno con voz solemne queriendo contagiar este misticismo a Katy.
-Vamos Katy.- le dice Anita al mismo tiempo que la lleva hacia adentro mientras las observo persignándome. Katy se asombra por toda la situación pero sigue a Anita sin oponer resistencia.
Ingreso y cierro las puertas. Como dije los baños son también con techo abierto hacia el exterior y justamente escogí aquél para ellas. Ingreso a uno de los baños que no utilizaríamos y procedo a desvestirme quedando solo con una toalla que me amarro a la cintura. Se sentía la tibieza de las aguas en el ambiente mientras me dirijo hacia aquella puerta tras la cual me esperan esas dos niñas nalgoncitas.
-Estoy por ingresar, Ana.-llamo.
-Puede pasar, Padre.- responde Anita imitando mi voz solemne. Anita estaba también muy concentrada en esto.
Empujo la puerta de madera e ingreso hacia el lugar. La imagen que me esperaba debe ser una de las más exquisitas que he presenciado. Anita totalmente desnuda se exhibía junto a Katy, ambas de la mano esperándome a un costado de las aguas. Se destacaban muy bien la figura de esas inocentes niñas.
-Estamos listas, para empezar, Padre.- me informa Anita.
-Por la gracia del Señor, pueden comenzar.- ordeno colocando las manos en posición de rezo agachando la cabeza.
– Ven Katy.-la lleva e ingresan ambas a las aguas descendiendo por las escaleras hasta cierta altura. Mientras Katy ingresaba Anita se colocaba su costado. Se bañaron unos instantes y luego Anita le ordenó salir y colocarse a un costado. Le hago la seña a Anita y comenzamos a acercarnos a Katy. La echamos sobre el piso de piedra mientras ella aunque dudosa solo se dejaba llevar.
Anita comenzaba a tocar el pequeño cuerpo de Katy mientras me acercaba y la ayudaba a manipular su cuerpo.
-AHHH!!!- expresa Katy al sentir los manoseos sobre su cuerpito. Anita comienza a manipular los pequeños pezones de Katy lamiéndolos obedeciendo mis órdenes recibidas anteriormente. Por mi parte me concentraba en su panochita de Katy mientras con el consolador que saque de mi mochila que se encontraba en ese baño (la había colocado antes) comienzo a hurgar en su anito.- Padre!! Ana!
-No te resistas, Katy. Es por tu bien!- le explicaba mientras continuaba con el tratamiento a sus agujeritos. Anita siguiendo mis instrucciones comenzaba a lamer otras partes de su cuerpo ocasionándole a Katy sensaciones que la confundían pero que no tenía la suficiente voluntad para resistirse.
Me retiro un momento y traigo un ”especulo” (un instrumento medico usado como dilatadador para procedimientos vaginales). Comenzaba a hurgar en su panochita con el fin de dilatarla lo mas posible.
-Padre, ¿Qué… es eso?- pregunta Katy al verme colocarlo en su vaginita.
– Nos va a ayudar con tu iniciación.- respondo expandiendo sus pequeños labios.- Oh… Katy tu vaginita es tan tierna.- le suelto lleno de deseo al observarla.- No falta mucho… no falta mucho.
Anita interrumpe sus caricias un momento y también observa mi manipulación a la vaginita de Katy. Se sienta y observa como intento expandir sus labios. Anita era mas devota que Katy y por eso había aceptado fácilmente el dolor que sintió al desvirgarla, sin embargo Katy aun sentía miedo y por ello quería evitarle un mayor dolor posible, es por ello que había conseguido esto. Tomo un frasco de lubricante y comienzo a esparcirlo en su vaginitia a fin de quitar toda fricción posible en la penetración.
– Listo. Ya estas preparada, Katy.- sonrío mientras me levanto.- Quedate quieta mientras soy yo quien me preparo.- le digo. Mi erección destacaba en la toalla que llevaba.- Anita. Es hora de que asumas tu rol de Santa, prepárame para “iniciar” a Katy. Hazlo en nombre del señor.- exhorto con voz alta y quitándome la toalla de la cintura. Katy se sorprender al verme exhibirme frente a ellas.
– Sí, Padre.-responde calmada y devotamente Anita.- En nombre del Señor.- reza.
Anita se acerca y arrodillada comienza a manipular mi verga. Comienza con la masturbación mirándome a los ojos expresando una sonrisa.
-Muy bien… Anita.- felicito.- Lo ves Katy? Cuando sirvas al Señor este será el trabajo que debas hacer junto a tu sacerdote elegido. … Muy bien… ohhh- expreso al sentir acelerar la paja que me hacía Anita.
-Katy…- empieza Anita y sin que yo lo haya preparado ella misma empieza a instruirla.- Cuando obedezcas y agrades al Señor junto a un Padre, él te premiara con la gracia de Dios. Es por ello que debes hacer lo necesario para obedecerlo.- sentencia al mismo tiempo que abre sus labios para meterse mi miembro en su boquita. Impresionado por su iniciativa acaricio su cabello observando como se comía mi verga con total naturalidad.
-Ohhh… Muy bien…-expreso observando a Anita.- Observala Katy, ésta es la actitud de una niña Santa.
Katy se quedaba impresionada mientras Anita me mamaba el miembro con una motivación digna de su posición. Ya no tenia miedo por la situación, en cambio ahora denotaba curiosidad al observarnos. Era la primera vez que junto a Anita teníamos un espectador al frente nuestro y eso sólo me excitaba mas.
Excitado tomo la cabeza de Anita y comienzo a penetrar sus labios haciéndome una paja con ellos. Anita aguanta mis embestidas a su boquita con total naturalidad y experiencia a pesar de las arcadas que le generaba.
– Uff…. Muy bien Uff….-expreso al sentir a Anita.- Muy bien Anita…. Muy bien…
Haciendo un gran esfuerzo ceso las embestidas a sus labios y retiro mi verga. Ahora con la verga erecta y “preparada” gracias a Anita apunto hacia donde estaba Katy.
-Muy bien Katy… Ha llegado tu turno.-le digo mientras me arrodillo y acerco mi verga en su entrada.
Katy observa como mi miembro comienza a forzar su entradita bucando penetrarla.
-Uy… estas muy apretada, pero descuida sí podre ingresar… preciosa Katy.-le digo mientras me intento colocar sobre ella que en posición de misionero espera la penetración a su vaginita.
-Padre…- empieza Katy con apresuramiento.- Padre.
-¿Si, Katy?- pregunto mientras aun forzaba poco a poco mi verga.
-¿Va a doler mucho?.-pregunta con total inocencia en su rostro.
-No mucho, Katy. Será solo un instante. Debes ser una niña muy valiente.- respondo con una sonrisa.- No olvides que Anita y yo estamos aquí y no permitiremos que te pase nada malo.
Anita se coloca al costado de Katy dándole "apoyo moral" a fin de que pudiera aguantar la apertura de su entradita. Por mi parte costaba contener la excitación para no penetrarla de un tirón debido a la excitación de tener a dos niñas culoncitas solo para mí en un sitio apartado y sin control alguno.
-Ahh.. au au….Padre….!- se queja Katy al sentir mi avance en su entradita.
-Ya… Ya casi…. Katy…Oh…!! Listo! Ohhh!!- expreso al porfin lograr perforar su entradita virginal. Lo había logrado, Katy era mía, había perdido su virginidad teniendo solo 6 añitos a manos de su Padre Arturo.
-Auuu!!- se queja Katy pero solo un momento. A pesar que solloza un instante al sentir mi verga dentro de ella no fue tan problemático como había pensando. Oscar tenia razón, ese espéculo había ayudado bastante en la penetración. A pesar de estudiar Medicina jamás se me hubiera ocurrido este uso.
-Uhhh!!! Uuuuuuuuuuhhh… Me duele…- se queja Katy. Se asusta al observar el hilo de sangre surgir de su entradita.
-Ya paso Katy… Sana… sana…- expresa Anita ayudándome a tranquilizar a Katy acariciando su pequeño cuerpito mientras bajo mis órdenes comienza a masajearla tratando de que no solo sienta el dolor sino también el placer del acto.- Te duele ahora, pero luego ya no duele. Se sentirá muy rico ahí.- la anima sonriéndole.
Estas palabras de Anita fueron mucho mejor que cualquiera de mis consuelos, no había duda que fue una gran idea traer a Anita también. Mi verga palpitaba sintiéndose acabar al observar a esas niñas desnudas junto a mi. Katy recibiendo por primera vez mi verga en su vaginita y Anita calmándola para que no llore.
Katy solo me observaba ahora como mi verga se incrustaba dentro de ella. Se quejaba por momentos cada vez que hacia movimiento por moverla.
-Uyyy!! Ohhh!! Que rico…!!!-balbuceo al sentir esa estrechez única de como mi verga es castigada por su panochita que hace lo posible por expulsarla.-Ahhh!!
-Ahhh!!!Ahhh!!!- gime Katy casi llorando de dolor al sentirme moverme.
-Ya esta… pasando Katy…. Ya no duele… ya no duele….-la calmaba Anita mientras lamía sus pezoncitos bajo mi instrucción. Katy cesa sus sollozos gracias a esto poco a poco.
-Ohhh!!! Ohhh Joder!!! Ufff!!!- bufo al acelerar las embestidas sintiéndome venirme dentro de Katy.- Ya casi Katy… Ya casi…
-Ahhhh!!! Ahhh!!!- solo gime Katy ya no solloza debido al aumento de la velocidad de la cogida.
-Ahí… viene… Katy!! Ohh!!!!-suelto finalmente corriéndome dentro de esa niña sin ningún control, se observa como mi corrida surge de su entradita recientemente profanada.
Anita la ayuda a recuperarse poco a poco. Junto a Anita la felicitamos por no llorar tanto. Anita la felicita más ya que también estaba feliz de no sentir que iba a ser la única “niña Santa” y que Katy lo hubiera logrado también. Le da un beso en la frente y por momentos se comporta como si fuera una madre con su hija. Supongo que al ser más pequeña que ella despierta en Anita ese instinto femenino.
– Sí. Lo has hecho muy bien Katy…-digo mientras me recuperaba un momento. Sin embargo al observar toda la escena siento surgir nuevas fuerzas dentro de mí y el miembro vuelve a enducerceme pidiéndome una niña que lo saciara.
– Ven aquí, Anita. Es tu turno.- ordeno. Con Katy aún recuperándose era Anita quien debía calmar a mi miembro. Anita se echa sobre el piso de piedra y asume la posición de misionero esperando que actuara.
-Estoy lista, Padre.- me dice abriendo bien sus piernitas. Sonriendo, al parecer ansiosa de querer mostrarse frente a Katy como una niña ejemplo aguardando la verga de su Padre Arturo.
-Ahí… va… Ohhh!!!- exhalo al ingresar dentro de esa niña.- Joder!!
-Ummm!!! Padre…-expresa Anita al sentirme dentro de ella. Mientras tanto Katy nos observaba tratando de captar cada instante de nuestro acto.
-Uffff!! Ufff!!- bufo entrando y saliendo de esa niña que solo recibe su cogida procurando dar ejemplo a su pequeña aprendiz.
Sobre el suelo de piedra y bajo la atenta mirada de nuestra testigo nos disponíamos a “alabar” a Dios sintiendo una sensacion nueva de peligro al ser observados por alguien más.
-Ahhh!!! Ahhhh!!!- gime Anita al sentime encimarme sobre ella con embestidas cada vez mas rápidas. No le daba descanso a esa niña y realmente no sentía ganas de hacerlo.
-Muy bien…ohhh.. muy bien, Anita….Ohhh!!- expreso empujando cada vez con mas ímpetu.
-Ahhh!!! Ahhhh!!!- responde ella.
-¿No te duele lo te hace el Padre, Ana? – pregunta al fin Katy a quien la había vencido la curiosidad.
-No…Duele… Ahhh!!! Ahhh!!!- responde Anita mientras continuábamos cogiendo.
-¿No sientes como si te hiciera daño cada vez mas?- pregunta Katy ansiosa, al parecer observar a Anita en una situación parecida a la suya la lleno de valor para hacerle esas preguntas.
-Siii!! Padre!!!, es decir… no, Katy.- responde algo mas tranquila Anita ya que baje el ritmo de mis embestidas y las hice mas suaves sobre Anita.- Solo… al principio… pero luego… Ahhh!!!- expresa al sentirme acelerar de nuevo.- Pero luego…. Ahhh!!! Se siente muy bien… Ahhh!!!! Dios Mio!! Alabado sea Dios!!- expresa Anita.- Muy pronto… te gustara… a ti también. Ahhh!!!
Katy no responde y solo continúa observando nuestro acto que finaliza viniéndome dentro de Anita abundantemente.
Casi sin fuerzas me siento sobre el piso de madera observando como salía mi semen del agujerito de Anita que también observaba junto a Katy los restos de mi corrida.
-¿Te ha bendecido?- pregunta Katy observando.
– Así es.- estaba preparado para responder pero fue Anita quien lo hizo.- Gracias a que “alabamos” a Dios he sido bendecida por nuestro Señor.- le contesta a Katy con total inocencia y convicción. Hablaba con esa voz llena de madurez y fe ciega en su religión.
-¿A Dios le gusta que le “agraden”?- le pregunta Katy.
-Siiii, Katy. Diosito se siente muy feliz cuando las niñas le “agradamos”. Se pone muy contento.-le contesta Anita sonriendo.- Cada vez que he alabado a Dios me pasan cosas buenas y también a las personas que me rodean.- expresa ella, casi lo sentía como una frase mía y me impresionaba escuchar cuán en el fondo de Anita estaban esas palabras.
Katy se queda pensativa aun observando.
-Pues, yo también quiero “alabar a Dios” para que el se ponga contento.- responde Katy inocentemente pero con algo más de decisión.
-Oh Katy, me alegro de no ser la única y que a partir de ahora tu también alabes a Dios.- le felicita Anita a Katy abrazándola a lo cual Katy quizás no se lo esperaba pero responde sonriendo.
-Padre…-empieza Anita soltándose momentos después de abrazar a Katy mientras me miraba a los ojos con evidente felicidad.
-Anita, Katy… Me sentiré horando de ser yo quien ayude a la formación de una nueva “servidora de Dios”.- les respondo abrazándolas a ambas sintiendo sus cuerpitos desnudos hacer contacto conmigo al mismo tiempo. Despues de abrazarlas desciendo mis manos que acariciaban sus espaldas poco a poco hasta llegar a las nalguitas de ambas niñas.
Me sentía dichoso de porfin poder tener bajo mi control a esas dos niñas culoncitas que a partir de ahora serian totalmente obedientes a mi voluntad. Les acariciaba con total descaro sus posaderas para finalmente darles una nalgada doble sintiéndome dominador de ellas.
-PADRE!!! PADRE ARTURO!!! – se escucha llegar una voz ahogada resonando en aquella casa. Venía de afuera.
Aterrado me levanto y también a las niñas.
– Lavense una vez más y vístanse. Las toallas están en la mochila.- les ordeno principalmente a Anita.
Salgo con una toalla hacia la puerta y por las rendijas miro quién era la persona que me llamaba, o que al menos sabía que me encontraba cerca. La voz se fue aclarando y logre divisar a Rodrigo subiendo las escaleras.
-PADRE!!! PADRE ARTURO!!- continuaba sus llamados mientras aún subía sin prestar mucha atención a la casa ya que aparentemente estaba cerrada.
Entro a la habitación contigua donde me había cambiado y me visto a una velocidad muy rápida. Regreso otra vez muy cerca a la puerta y ahí ya se encontraban Katy y Anita totalmente vestidas.
Les ordeno que me esperen un momento y salgo abriendo muy despacio la puerta. Logro llegar a donde Rodrigo aun subía buscándome.
-¿Qué sucede, Rodrigo? No te ordene que vigilaras a tus compañeros, ¿Por qué me llamas?- pregunto algo malhumorado.
-Lo sé, Padre, Pero mientras juagábamos Jairo se cayo y se ha hecho una herida. Esta sangrando y no tenemos con que limpiarle.- me responde rápidamente.
-Tengo algunas vendas en uno de los bolsillos de mi mochila, voy a bajar.- le respondo.- Corre y vigilalos, en un instante te alcanzo.
Un instante observo como Rodrigo se pierde escaleras abajo. Luego me dirijo hacia la puerta y dejo salir a Anita y Katy.
-Por ahora vamos a dejarlo aquí.- les indico.- Despues continuaremos “la preparación” de Katy, mis niñas.- digo mientras bajamos por las escaleras acaricio sus cabecitas en gesto cariñoso.- Incluso continuaremos con la vista al monte ****, Katy. Lastima que no nos haya alcanzado tiempo.-me disculpo al mismo tiempo que Katy al escuchar el nombre del monte recuerda el objetivo principal de este viaje para ella. Eso me dejo más contento ya que quizás su atención había cambiado un poco hacia “agradar a Dios” como con Anita.
Ambas niñas sonríen y bajan hablando entre ellas sobre lo que había ocurrido hasta que llegamos donde los otros y con una seña a Anita ambas cesaron la conversación conscientes de que estábamos con los demás.
Luego de curar a Jairo y emprender el camino de regreso ya reunidos en el comedor de nuestro alojamiento nos disponemos a degustar del almuerzo que nos ofrecen.
En la mesa mientras me siento al lado de Katy (que ahora parece tenerme mas confianza) acariciando sus piernitas con total descaro. Por un momento desvío mi mirada a Anita que aun disfrutaba de su postre. Ella (debido a lo que le había dicho) se sentía feliz y orgullosa de poder colaborar con la formación de Katy.
Le dije que Katy se preparaba para “alabar a Dios” junto al Padre Isidoro y que debido a que los dos teníamos experiencia “agradando a Dios” debíamos ayudarla para que el Padre no tuviera problemas con ella, al contrario de lo que le dije a Katy quien pensaba que Anita servía al Padre Eugenio y que yo y Katy comenzaríamos con las “alabanzas”. Anita no se imaginaba que estaba preparando a Katy para que sea yo quien gozara de esa niña culoncita.
Más experiencias junto a esas dos niñas se avecinan, pero eso… eso será motivo de otro relato. Hasta entonces.
PD: El siguiente relato será: Confesiones del Padre Arturo: El campamento parte 3.
PD2: Si te gusto el relato o deseas hacer una critica (no insulto) te invito a comentar y expresar tu opinión. Siempre estoy dispuesto a escuchar su opinión sobre éstas experiencias que guardo desde hace algún tiempo y os revelo en cada relato. Ahora sí, hasta entonces.
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