De regreso a Paris
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mientras tanto, en la entrada del Casino, una multitud de canales de televisión, fotógrafos y periodistas, en representación de los principales medios especializados de todo el mundo, se agolpaban para no perder detalle del acontecimiento, tratando de entrevistar a actrices famosas, cantantes y ex modelos, Jeques Arabes, magnates de las finanzas y hombres de negocios de todo el mundo
Finalizados los actos protocolarios se procedió a presentar la colección, parte de ella se encontraba repartida en expositores y vitrinas y una multitud de azafatas informaban y mostraban a los invitados las diferentes piezas de joyería. En el escenario que preside, El Gran Salón del Casino fueron haciendo su aparición seis modelos de gran belleza y vestidas por los principales modistos, ellas realzaban las maravillas del diseñador francés, las chicas se fueron mezclando entre los invitados que iban reclamando su presencia para poder ver de cerca las joyas que llevaban
A continuación, el presentador del evento, anuncio mi salida, aparecí vestida con un traje largo negro, de mi modisto favorito, como primera modelo de la firma llevaba el diseño más importante de la casa, un collar con doce esmeraldas engarzadas en platino y haciendo juego un brazalete y pendientes, de un valor increíble. La admiración fue general y despertando el deseo de ellas, por las joyas y de ellos por mí. La velada transcurrió entre alabanzas e intentos de seducción, donde te ofrecen coches, barcos y viajes de ensueño todo a cambio de poderte exhibir por las diferentes partes del mundo y darse un baño de vanidad.
Al día siguiente y tras comer con los propietarios de la firma, tome el avión hacia Paris el sentarme en mi sitio observe en el asiento de al lado un hombre de entre cincuenta y sesenta años muy elegante que me llamo la atención.
Prácticamente antes de despegar me quede dormida, al rato entraría en una pesadilla y comencé a llorar a lagrima viva, este hombre cogiéndome la mano me despertó con la intención de calmarme, me desperté sobresaltada y vi en su mirada de color miel tana ternura que me sobrecogió, mirándome fijamente me dijo: SOLO UN DIOS ENCONTRARIA LAS PALABRAS PARA CALMAR LA TRISTEZA DE UN ANGEL, UN MORTAL NO PODRIA, aquellas palabras me dejaron sorprendida y sin saber que decir, su mirada y la forma en que tenía mi mano entre las suyas me tranquilizaron , enlazando mi brazo con el suyo, apoye mi cabeza en su hombro aspirando el perfume que desprendía me quede dormida segura de su protección.
Una media hora, antes del aterrizaje en Paris, me desperté y este hombre seguía velando mi sueño, le pregunte de dónde eres?, español, hermoso país, de que parte?, de Jerez, le comente que en una ocasión estuve en Jerez por trabajo y me contesto que fue la primera vez que me vio, me pregunto si me importaba hacer una dedicatoria para su hija Elena, así me dijo se llamaba, sobre una foto de una revista en la que yo aparecía con motivo de la presentación en Monte Carlo, accedí con sumo gusto. Me fascinaba su persona, tan apuesto, con unos ojos profundos y de mirada dulce, su madurez me proporcionaba una especie de paz que no lograba entender.
Cuando aterrizamos le comente que estaría encantada de servirle de guía esa noche en Paris, me respondió que temía ser fotografiado en mi compañía y no sabría como poder explicarlo a su mujer, nos despedimos camino de la salida donde una multitud de fotógrafos esperaban mi llegada, nunca he logrado comprender como averiguan en el vuelo que llego, la seguridad me condujo por otro camino para evitar el encuentro con los fotógrafos. Una vez en el exterior, todo mi afán era tratar de buscar la mirada de ese hombre fascinante que fue mi amigo durante el tiempo que duro el regreso, no lo pude encontrar y me sentí contrariada.
Tras una ducha decidí salir a recorrer los principales hoteles para ver si lo encontraba, la búsqueda fue en vano y decepcionada decidí sentarme en el bar del último hotel que visite, ensimismada en mis pensamientos comencé a entrar en una especie de estado en el que me sentía envuelta de una gran tranquilidad y paz, de repente sentí una mano que me tocaba el hombro y sin verlo me di cuenta que era él,
me invadió la alegría cuando al girar la cabeza estaba delante de mí con su sonrisa amable y su mirada dulce, sin pensarlo me levante y lo bese con un beso largo, pude sentir la calidez de sus labios y ver el brillo de sus ojos. Sin mediar palabra tomamos el ascensor camino de su habitación, durante el trayecto busque sus ojos, me correspondió con una mirada llena de ternura.
Ya en la habitación nos fundimos en un abrazo, besándonos sin parar durante no se cuanto tiempo, poco a poco nuestros cuerpos se fueron librando de sus vestiduras hasta quedar completamente desnudos el uno frente al otro, sus ojos recorrían mi cuerpo como en un afán de no perder detalle.
En la cama comenzó a besarme con una pasión y delicadeza que solo los hombres auténticos saben hacer, sus manos me acariciaban con una suavidad que cada centímetro de mi piel se encendía con el roce de sus manos, lo besaba y acariciaba queriendo perderme en la belleza de aquel cuerpo de hombre maduro, tropezando con su cara y manos por la torpeza que provoca la pasión de dos seres que se desean de forma apasionada.
En ese desenfreno de manos acariciando note como sus labios besaban mis pechos, le pedí que me mordiera, quería sentir sus dientes en mis pezones y el dolor al clavarse en ellos, ese dolor punzante pero a la vez placentero que provoco que mis gemidos salieren de mi garganta, influido por ellos sus dientes se clavaban con más intensidad, mi sexo estaba inflamado por el deseo y note como su lengua exploraba cada uno de sus pliegues, mi corazón empezó a palpitar con intensidad y me vi envuelta en un orgasmo largo e intenso que estremecía mi cuerpo, para corresponder a su dulzura, fui bajando por su pecho lamiendo su piel hasta encontrar su virilidad erecta y fuerte que bese, lamí y comí tratando que dejara en mi boca la esencia de su ser, poco a poco note como se inflamaba, su respiración se hacía continua y un gemido anuncio la descarga de todo el deseo acumulado en mi boca, saboree su acidez y lo trague como si fuera un manjar notando su calidez dentro de mi estomago. Levanto mi cara y me dio un profundo beso como queriendo participar de los sabores que inundaban mi boca, continuamos besándonos hasta conseguir que el deseo nos invadiera de nuevo, mi afán por tenerlo dentro de mí se hizo insoportable, en un abrazo interminable se fue introduciendo dentro de mí, con un deseo irrefrenable en un solo movimiento conseguí que me penetrara hasta el fondo de mi ser provocándome un dolor intenso pero cargado de placer, con movimientos suaves me fue trasladando hacia esa parte del ser donde las sensaciones se hacen inmensas lentamente sentía como se acercaba ese momento sublime del placer, los orgasmo parecían no tener fin mi mente se nublaba y parecía que la vida se me escapaba en cada instante, nuestros cuerpos transpiraban el aroma del amor y nuestros corazones latían al unísono, cuando fue aumentando el ritmo note que el momento supremo se acercaba y le pedía mas y mas, al unísono explotamos en un orgasmo interminable que hacía que nuestros cuerpos se retorcieran de placer, notaba las palpitaciones dentro de mí y un choro potente me inundo en una borrachera de placer.
A despertar por la mañana, notaba las mordeduras en mis pechos y la sensación en mi interior como si hubiera sido real lo que sucedió la noche anterior.
Haber conocido a este hombre que me fascino en el avión de regreso a Paris, provoco esta fantasía que viví como si hubiera sido real.
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