Desahogo en Laura; capitulo 2
Situaciones morbosas ocurrida a Laura, una niña que provoca sin querer .
Capitulo 2
Walo ha vuelto a vivir a la casa de su anciana madre ya que su matrimonio no había resultado bien, como todo en su vida, nunca le iba bien en nada. Ya habían pasado varios meses que lo habían despedido de su empleo y ahora para ganar algo dinero trabajaba manejando el taxi de su hermano. Su vida era aburrida, para peor, todos los días debía recibir en su casa a su sobrino de 12 años que llegaba del colegio, ya que su madre debía cuidar de él hasta que la madre del niño lo pasara a buscar cuando ella salía del trabajo al anochecer.
Todos los días iguales de aburridos hasta que en una tarde al llegar del trabajo se encuentra con su sobrino acompañado por una compañera del colegio en el living de su casa. Pero que belleza de niña!!! – Pensó Walo- simplemente no lo podía creer, que una niña tan hermosa se encontrara en el living de su casa.
Walo se acerca a saludar a su sobrino sin quitar los ojos de esta pequeña niña que no sabía quién era. Era un ángel vestido en un uniforme colegial pensaba él. Era una pequeña niña que provocaba sin quererlo. Walo no podía entender porque se sentía tan nervioso al acercarse a la niña, incluso su voz salió temblorosa cuando dijo:
“Hola niños como están” – sin quitar la mirada de la niña. Hasta que su sobrino le responde:
“Bien tío, ella es Laura y somos compañeros de curso. Vive por aquí en el vecindario así que por eso hacemos las tareas juntos”.
Walo no podía entender como un hombre de más de 40 años se pueda sentir intimidado por la belleza de una niña de tan solo 12 años, pero ahí estaba, con una voz temblorosa solo pudo decir: “Encantado de conocerte Laura”, pero Laura con un total desinterés responde “hola”.
A Walo el corazón le latía a mil, sentía una especie de nudo en la garganta que no lo dejaba hablar más, miraba a esta niñita sentada ahí en su living, sin darse cuenta que empezaba a tener una erección. Va rápidamente al baño, y deja la puerta un poco abierta para seguir mirando a la niña sin que ella se diera cuenta. Saca su pene erecto como nunca lo había tenido antes y comenzó a masturbarse. “Que hermoso rostro tiene esta niña, wow, y su cabello castaño liso hace que su piel trigueña se vea más deseable, su uniforme de colegiala la hace ver tan linda, wow, y sus piernas, wow, sus piernas en pantimedias le dan un toque tan …tan…” – no alcanzo a decir más cuando comenzó a eyacular, hace mucho que no sentía salir tanto semen como en esta ocasión.
A los días siguientes, ya que aun no podía sacarse de la mente a esta niñita, Walo comenzó discretamente a preguntar a su sobrino por ella:
“Oye dime, que sucede con esa niñita con que estuviste aquí el otro día, apuesto a que te gusta” preguntaba Walo.
“No tío, ella es Laura, y déjeme decirle que todos en el colegio andan detrás de ella, hasta los chicos de los cursos mayores andan detrás de ella. Pero ella vive aquí cerca, apenas a unas 3 cuadras así que a veces yo voy a su casa o ella viene para acá para hacer las tareas de la escuela”
Ante esto Walo tratando de que no se le notara el interés le dice: “Pues dile que venga a estudiar acá, aquí no hay ningún problema”
Walo esperaba con ansias poder volver a verla.
Al siguiente día, cuando Walo se prestaba ir a trabajar en su taxi, ve llegar a su casa a su sobrino acompañado de Laura, y de inmediato pensó: “trabajar o quedarme a mirar a esta preciosura”, gano la segunda opción. Se quedó en el living con los niños pero en todo momento tratando de llamar la atención de Laura conversando pero esta solo lo ignoraba o simplemente no mostraba interés.
“Qué te sucede Walo?-se decía a si mismo- como se te ocurre si quiera pensar que esta niñita se va a fijar en ti, un tipo ya mayor y ella que es solo una niña”. A ratos se acercaba a ella y el solo hecho de estar a su lado, casi tocándola, sintiendo su aroma, provocaba en Walo una sensación de escalofríos, un nudo en la garganta y una erección. Se estaba obsesionando con ella, con su presencia aunque ella lo ignore.
Pasaban los días y Walo comenzó a seguirla. La esperaba escondido afuera del colegio y la esperaba al salir, seguía sus pasos donde fuera. Ya no le importaba trabajar, lo más importante era seguirla, sacarle fotos a escondidas y masturbarse luego viéndola. Sentía que esta obsesión lo estaba volviendo loco. Cuando la seguía se dio cuenta que los hombres mayores la miraban al pasar, robaba las miradas de todos, entonces, de alguna manera aquello le hacía sentir celos, sentía que de alguna manera esta niña le pertenecía. Sintió celos y rabia un día en que la siguió al centro comercial y un tipo no paraba de mirarla, que cuando ella estaba subiendo por las escaleras mecánicas, este sujeto se fue detrás de ella y que iba embobado mirándoles las piernas a Laura, lo peor de todo para Walo, es que al parecer ella se daba cuenta y no hacía nada para evitarlo.
Hasta que un día, Walo se encuentra de nuevo en el living de su casa a su sobrino y a Laura, estudiando sentados en el sofá. Walo que ya había planeado anteriormente como quedarse a solas con Laura, puso andar su plan. Hace una lista de cosas y manda a su sobrino a comprar, aunque sabiendo que no iría lejos pero que demoraría al menos unos 30 minutos. El sobrino accede a ir. Walo no podía creer la oportunidad que se le presentaba, pero ya sentía que le temblaban las piernas, algo como un nudo en la garganta y nervios que no podía disimular. “Como diablos una niñita puede provocarme todo esto”- se decía Walo. Laura permanecía sentada en el sofá con sus piernas cruzadas mirando cómo se acercaba Walo, sin imaginar que pasaría.
Walo se sentó al lado de Laura, girando su cuerpo hacia ella como si fuese a decir algo, pero ninguna palabra podía salir de su boca. Ella lo miraba con extrañeza y un poco nerviosa. Walo ya no pensaba, solo sentía que Laura lo miraba con desprecio.
“Por qué diablos me miras así pendeja? Me vez menos?”- fueron las palabras que salieron de Walo cuando con una mano la tomaba del cabello desde atrás y con la otra mano comienza a manosearle las piernas. Laura solo lo miraba con cara de espanto. Walo intento besarla en la boca pero Laura mueve la cabeza hacia un lado, pero Walo no paraba de manosear las piernas de Laura.
“Estas muy rica pendeja y lo sabes, te gusta provocar”-balbuceaba Walo, mientras que con una mano fue capaz de sacar su pene erecto que parecía estallar. “Quiero que te quedes quieta pendeja”, mientras Walo comienza a frotar su pene erecto en las piernas de Laura. Walo no podía ocultar los espasmos que sentía al frotar su pene en las piernas de Laura, ya que al frotar el pene en las pantimedias le provocaba más placer. Hasta que no aguanto más y comenzó a eyacular, fueron chorros de semen y espasmos en todo su cuerpo. Comenzaba a salir a montones los chorros de semen, bien espeso en las piernas de Laura. “Asi quiero verte pendeja, toda chorreada con mi semen”-decía Walo al momento de eyacular sobre Laura.
Laura no sabía qué hacer, estaba muy asustada. Solo miraba como el semen salía del pene de Walo y caía sobre sus piernas, ella solo quería salir del lugar. Hasta que Walo la suelta y ella de inmediato se pone de pie y arranca para encerrarse en el baño. Walo mientras tanto no daba crédito a lo que había sucedido, no entendía porque había hecho eso, ahora se metería en problemas pensaba.
Pasaron unos 10 minutos y Laura sale del baño. Se había limpiado el semen de sus piernas en el baño pero sus pantimedias habían quedado con una tremenda mancha oscura a la altura de sus muslos. Laura solo atinó a tomar su mochila y salir lo antes posible de ahí. Walo solo atinó a mirarla sin saber qué hacer, preguntándose si ella lo denunciaría o guardaría silencio de lo que paso.
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