Don Isauro un pervertido Tendero. Parte 2ª.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
Regreso a darle la debida continuidad a este episodio de la trama morbosa, de esta preciosa chica de nombre Angie, que está emocionada por contar sus vivencias de colegiala y de su amiguita inseparable hasta la fecha la hermosa Brecia, quien al igual vivieron juntas estas hazañas increíbles y más por la perversión de don Isauro “el tendero”, quien las despertó en el momento oportuno de sus primeras cosquillas de dulces adolecentes y sensuales estudiantes preparatorianas.
Lo que pasó en el episodio anterior fue un día miércoles, pero posteriormente pasó el jueves, el viernes y las nenas no regresaron a la miscelánea de Isauro, al hombre este le extraño no verlas, ni por las mañanas, ya que pasaban a saludarlo, se llegó el sábado y domingo, obvio no tenían clases en fin de semana, él estaba intrigado ¿de que había pasado con sus sexy-ángeles?, hasta que por fin se llegó el inicio de una nueva semana, lunes por ahí de las 6:50 am, se aparecieron a la tienda esos bombones vestidas con sus uniformes de falditas tableadas arriba de sus rodillas encalcetadas, con sus clásicos zapatos altos escolares y saludaron a Isauro, a quien le llegó el alma al cuerpo, con sólo verlas, las nenas se retiraron rápido ya que tenían ordenanza entrando a sus clases, pero le dijeron que regresarían en un par de horas más tarde, sonriente Isauro les ofreció algo que se llevaran de golosinas, pero las chicas se retiraron pronto.
Mientras Isauro atendía a su clientela como siempre, su perverso cerebro pensaba en una vetusta video casetera betamax del año del caldo que tenía, y unas películas pornográficas algo usadas, pero que se veían bien, aparte de que tenían buen audio, así que por un momento fue por ese artefacto y su televisor de 21”, instaló todo dentro de ese mini cuartito improvisado para sus fines malévolos, checó que todo funcionará y puso una de esas mencionadas peli-porno, por lo cual se cercioró que tuviera un audio adecuado y buena visión la apagó y esperó a que regresaran “sus ángeles”, mientras atendía su negocio como habitualmente lo venía haciendo desde hace años.
Los minutos se convertían en una eternidad, al parecer las manecillas de su viejo reloj las detenía un imán, ya que no avanzaban con rapidez como él quería, hasta que por fin el bullicio de los alumnos en el receso lo pusieron en alerta, y siguió esperando pacientemente, hasta que una quinteta de nenas entraron a su negocio, entre ellas estaban Angie y Brecia, platicaban de una futura próxima salida a un encuentro estudiantil a otra ciudad, las chicas tomaron de los refrigeradores refresco, agua y jugos, los cuales pagaron a don Isauro, las chicas se despidieron entre ellas, y retornaron a sus obligaciones escolares, menos sus ángeles terrenales, las hizo pasar les dio sus clásicos botellines de agua y platicaron de la ausencia de la semana pasada, ya pasados unos minutos y sentadas en los bancos enanos las nenas, y él frente a ellas, era lógico que se estuviera recreando con los muslos firmes de ambas jovencitas, quienes ni se inmutaban de que Isauro las estuviera devorando visualmente, les comento que había conseguido una video casetera con unas películas en un bazar y que ya las había visto él, pero se las recomendaba, ya que eran de lo que a ellas les llamaba la atención, de hombres desnudos haciendo lo de las revistas con mujeres, pero ahora eran como si fuera en el cine.
Las chicas se pusieron felices de escuchar eso, ya que tenían sabido que había películas de sexo, pero nunca habían visto ni una pizca de alguna en ese tiempo, observaron sus relojes y tenían en ese momento más de dos horas, para ver algo de eso, que les llamaba la atención, así que le pidieron a don Isauro ver una en ese momento, el cual las llevó dentro del improvisado cuartito las hizo subir a la camita y sentarse de frente al televisor, él puso el play a la video casetera y las dejó sentaditas como unas muñecas viendo la pantalla, el de inmediato se fue a prender su monitor con su video cámara, para ver lo que se imaginaba de ellas, la película ya corría y el atento viendo desde su monitor lo que ya empezaba hacer las visiones de la película en ellas, la clientela seguía llegando a comprar algunos niños por fotocopias para sus clases otros que un lápiz etc.
Así pasados más de quince minutos, hasta que por fin acabo de atender a su clientela, se fue a su monitor y veía la escena de las nenas como se tocaban entre ellas, sus piernas, sus pechos duros de jovencitas, y así poco a poco cada una se metía mano a sus entrepiernas, ¡Brecia que era la más caliente!, ya que según Isauro era la que más ardiente que se veía, se masajeaba con fuerza la conchita, por encima de su panty rosita que en ese momento llevaba, ya que en el monitor se veía el tono, luego se apretujaba sus senos de manzanas de buen tamaño, para seguir bajando la mano y quedar escondida dentro del calzoncito coqueto y la piel de su vientre blanco y planito, mientras Angie se retiraba su panty de un color amarillo pastel y se alzaba la faldita para volverse a recostar y sobarse su nido lleno de una exquisita peluserita negra, brillante y ensortijada, se medió abría sus labios mayores hinchaditos y se daba a pasar sus deditos a lo largo de esa rendijita de placer y que sus gruesas piernas escondía cuando estaba de pie, los minutos pasaban, ¡estaba Isauro en el cielo!, las erecciones que tenía delataba lo caliente que estaba en ese momento, quería meter su pene en una de esas panochitas juveniles, pero se detenía, ya que ellas estaban entrando en un proceso de confianza plena con el mismo, y no le quedó otra que seguir observando fijamente las maniobras, que ese par de lindas doncellitas le brindaban a través del monitor, en ese momento era la hora de que no había ventas, y se fue a bajar las cortinas metálicas del negocio, se sentó frente al monitor y sin molestia alguna veía a su placer todo de ellas, el zum de su video cámara enfocaba las más recónditas intimidades, Brecia ya no tenía su calzón puesto, ¡estaba abierta mostrando la vulvita sin recato alguno!, e igual Angie toda abierta en compás se masajeaba de una manera muy erótica su núbil entrepierna, sus dedos se deslizaban en toda la rayita divisoria de sus labios mayores que brillaban por los fluidos a que estaba siendo sometida a base de caricias manuales de ella misma, en un momento Brecia tomo con ambas manos la cadera de Angie y se le encimo así, suavemente, se friccionaba su pelvis con la de Angie, hasta que las dos muñecas iniciaban un baile casi coital, Brecia parecía que era un hombre montada en Angie, la que imponía un vaivén de caderas muy exquisitas, ondulando y frotando su pelvis, para encontrarse en el camino con la de Brecia, el zum de la video cámara, estaba muy cerca y veía que tanto Angie cómo Brecia desprendían de sus vulvas el caramelo viscoso de unos buenos orgasmitos tiernos que emanaban al exterior, veía que Brecia mojada de sus fluidos la pepita de Angie quien debajo de ella, también se escurría en la sábana, por un momento se quedaron quietas las dos, se besaban de lengüita se apretaban sus senos, hasta quedar exhaustas y todas mojadas de sus partes femeninas.
Mientras Isauro ya se había deslechado en su pantalón, por ver esas escenas en vivo y a unos pasos de él, se imaginaba recolectando son su lengua esas caídas de néctar cristalino de las niñas o absorbiendo como esponja los derrames intermitentes directamente de esos coñitos mojados por sus orgasmitos, ya que en el monitor se veía que ambas chiquillas contarían rítmicamente sus tiernas vulvitas de una manera invitante, así se quedaron dormidas una perfectamente abierta de piernas, la otra con una pierna abajo de la cama y otra en escuadra, mostrando la pelusa pelirroja en todo su esplendor, hasta la saliva se había ausentado de la boca del lobo Isauro, el cual tuvo que tomar agua por la resequedad misma que tenía en ese momento, los minutos pasaban y las nenas ni se movían, así que apagó el monitor y apagó la video cámara, ya no había más que gravar en ese momento, todo estaba en la cinta de 8mm.
, su fue a limpiar su desastre y otra vez abrió las cortinas de su negocio.
Ya pasadas la 12 del día las nenas se despertaron sacaron de sus mochilas papel sanitario se limpiaron muy delicadamente sus mojadas entrepiernas, sus vulvitas juveniles, Angie saco un estuche de toallas de bebé y las dos se las pasaron hasta por sus anitos, olían sus manos, sus deditos, al parecer se deleitaban de sus íntimos aromas de hembritas en celo, Brecia le daba a olfatear sus aromas a Angie directamente de su pantaletita juvenil que estaba húmeda del puente donde descansan los labios mayores y esconde su hermosísima pelusa pelirroja, Angie se pasaba los dedos entre su gran puchoncita y le dada a olfatear sus aromas a Brecia, quien en esos momentos se hincó y fue a oler directamente de ese pozo de miel virgen, por lo que Angie dio un respingo alzando su provocativo culito carnudo, se vistieron e hicieron la cama que había quedado toda hecha un desastre, se peinaron y salieron a través de la cortina, ¡gritándole a don Isauro, que ya tenían que irse!, por lo que les contestó que ya podían salir, ya en la tienda le agradecieron las nenas que les haya permitido ver esas películas porno, se despidieron con besos cada una a Isauro y el igual les correspondía con besos de lengüita a las dos en sus cuellitos, se retiraron, pero prometieron volver pronto, ya que estaban en periodo de exámenes y estarían de estudio toda la semana.
Esa tarde calurosa por cierto, el hombre seguía cómo burro caliente, caminaba dentro de su tienda, se sentaba, se paraba, nada lo complacía, estaba su mente en las nenas, principalmente en sus intimidades, ya que las tenía gravadas para su uso y deleite personal, en eso pasó una señora que trae un carrito de paletas, se aparcó afuera de la tienda a ofrecer su producto, esa señora ya era conocida de don Isauro, quien salió a saludarle e invitarle algo de tomar por lo caluroso de la tarde, misma que acepto de buen manera la invitación del tendero, se sentaron a platicar en los banquitos enanos que las niñas utilizaban para ver revistas, en eso de la plática Isauro le dice ¿oye rosita y sí te pido un favor, cómo amigos me lo harías?, ¿orale pues qué quieres Isauro?, mira tuve un mal sueño anoche y la verdad toda la mañana he andado muy encabritado, ¿tú sabes, cómo si necesitara algo?, ¿por cierto cómo va tu venta de paletas?, ¡pues ya terminé las más caras!, ya nada más me quedan las baratitas de $2.
=, pero ya son cómo 5 nada más, y entrego el carro hasta las 8 de la noche, ah, pues está bien, mira yo te compro esas cinco paletas para que ya no andes caminando y nos tomamos una cervecita, ¿te gustaría?, órale pues no la tomamos, ¿pero dónde?, pues aquí dentro, mete tu carrito no te lo vayan a robar y cerramos y aquí no la echamos, sale pues mi buen Isauro, ya cerrado el negocio, rosita pidió ir al baño, por lo que salió al patio trasero y allí entre la hierba hizo su necesidad de orinar, se limpió y se fue de nuevo a tomarse su cerveza con Isauro, quien ya la esperaba para dar los primeros sorbos a la botella.
Después de tres cervezas cada uno, la situación se puso cachonda con rosa, ya que no puede tomar sólo una, porque le da por andar trasegando las braguetas de los hombres, y está ya pasada de cerveza se dio a acariciar la parte baja de Isauro, quien la dejo hacer a su modo, hasta que lo hizo erectar, mientras rosa la mano la subía y la bajaba, hasta que fue sintiendo la longitud que se cargaba Isauro, la cual sorprendida le bajó el cierre del pantalón y se dio a sacar el instrumento de ese hombre el cual se retorcía en su silla, se veía cómo una manguera que se viene desenrollando, hasta que por fin lo liberó en su totalidad, lo tomó con una mano pereciendo que lo sopesara y con la otra le pasaba caricias, no aguantaba mucho el viejo Isauro esa manipulación, y se fue por unos cartones del otro lado, los que tendió a manera de cama en el suelo, se tiraron en ellos y de entre besos caricias y tallones, él le fue bajando sus interiores, y así con la ropa puesta ambos Isauro se colocó encima de rosa, y fue pasando su porra por la abertura vaginal, que estaba que quemaba , ubicó la entrada bien y fue empujando hasta topar hueso con hueso de las pelvis de ambos, rosa se daba unas meneadas tremendas y él también le daba con una fuerza desmedida hasta se escuchaban los rebotes de la piel de alguno de ellos, o de los dos, muchas palabras vulgares de decían en el coito hambriento que se realizaban, hasta que Isauro se enderezo, le jaló las piernas a rosa y se las levantó a sus hombros para seguir taladrando más adentro a esa señora, sólo gritos de ella se escuchaban y el bufar de él, que sin compasión alguna metía con fuerza desmedida su herramienta taladrante, ¡que es en lo estaba convertido su pene en ese momento!, en eso los gemidos que soltaba rosa se convirtieron en guturales gritos, arrrrr, aggggggg, ahhhrrrgggggg, ahhggggggggrrrrrrrrrrrr, y así por unos instantes el hombre posesionado con meter y sacar, le pregunta a Rosita ¿Qué te lastimo mucho?, ahhggggggggrrrrrrrr, ahhrggggggg, y en ese instante ¡una descarga de oloroso esperma fue a dar en el útero de rosa!, mismo que rebalsaba copiosamente la panocha de señora.
Pasadas las calenturas de los dos, Isauro le pregunta, ¿oye acaso te lastime mucho?, ¡la verdad, sí, y además, ¡no me dejabas respirar!, me tenías mis piernas dobladas al estómago y con tu peso no podía jalarlo, ¡me faltaba el aire, además me duele hasta el vientre!, ¡estás bien despachado!, ¡pero, eso sí lo reconozco Isauro me pegaste una buena cogida!, yo creo que la mejor de mi vida, dame papel para limpiarme la chepa, ya tengo que ir a dejar el carro de paletas, ¿sí quieres regreso y nos pegamos otras cogidas toda la noche?
Órale pues rosita vete a dejar el aparato ese y aquí te espero, mientras veo que hago para cenar y seguir echando cerveza, la noche tomó el curso de darse sexo fuerte entre Isauro y rosa, ya que hasta un buen anal le pegó ese hombrecillo, ya de madrugada se dieron a cenar, hasta el sacio y luego otra buena arremetida le pegó Isauro a rosa, la cual pidió esquina ya no aguantaba los embates y la larga herramienta que la tenía toda escozada y adolorida, ya comenzando la claridad del día rosita se retiró del negocio, Isauro se dio un baño y se fue a abrir su prospera miscelánea, esperando aunque sea ver pasar a sus ricos ángeles, que por culpa de ellas, le pego tremendas cogidas a la paletera.
Regresaré con el siguiente morboso y caliente episodio, un abrazo.
En breve el próximo capítulo 3
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