Don Isauro un pervertido Tendero. Parte 5ª.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
Pido una disculpa, ¡por haber cortado el anterior capítulo de la trama!, pero era necesario, en este nuevo le doy la secuencia debida de la manera siguiente:
Las nenas esa noche venían vestidas; Griselda “Gris”, con una blusita estampada de la patita de walt Disney, mayitas rosas entalladitas a su cuerpecito infantil, zapatos tenis de bota, mientras Guillermina “Mina”, traía un vestidito azul celeste de la parte de arriba entalladito a su cuerpo y en la parte baja suelto y a unos 20 cm arriba de sus rodillas, con sus zapatos escolares negros de plataforma y de tacón ancho, las dos se veían muy bien, y recién bañaditas, ya que sus cabellos se veían húmedos, ¡por lo que esté era un detonante a las perversiones de Isauro!, que ya comenzaba a tener una erección de verlas ya jugar arriba de los bancos enanos, por lo que les dijo, ¡mis niñas, voy a descansar unos momentos!, las dejo solitas, tengan más fichas, no tardo, las dejó ahí mientras, él se fue a bañar y asearse, ya que despedía un aroma de sexo añejo, y así se le quitaba el sueño con el agua, pasados unos minutos, y después de estar, limpio y afeitado, fue a ver a las chicas que seguían jugando sin hacerle caso, se ubicó a un lado de Gris que en ese momento se movía alocadamente por el juego, él le posó la mano a la altura de la caderita de niña y le decía, ¡así se hace campeona, mata a esos cerdos del juego!, la mano iba camino a encontrarse con los globitos traseros que se le marcaban brevemente por su mayita ajustada, la nena no hacía caso por el juego y fue repegándose lentamente a una de sus piernitas, a la que le cabeceaba el cipote y se lo presionaba y lo retrocedía varias veces, para irse poniendo atrás de la colita que meneaba de un lado a otro por la inercia del juego, hasta que se quedó quieta unos momentos, ¡mismos que aprovecho para meterse entre las nalguitas que la misma mayita le abría!, se lo acomodó disimuladamente, cuando gris comenzaba a mover su cuerpo nuevamente de un lado a otro, él cómo muñeco se movía igual al ritmo que la nenita imponía logrando posarse bien y aplastándola contra la máquina que utilizaba en ese momento.
Dejó a Gris y se pasó a ver el juego que maniobraba Mina, e igual comenzó a acercarse paulatinamente, hasta que sintió que la piernita estaba presionándola con su erección y ¡lentamente se movía hacia atrás de ella!, la nena no decía nada, parece que le gustaban esas acciones, ¡las manos de Isauro en las caderitas breves de mina comenzaban con ambos meñiques de sus manos a subir el vestidito holgado de la parte baja!, logrando montarlo arriba de sus nalguitas respingonas y de culito pequeño, ¡para ubicarse entre ellas y presionar esa división!, a través de su pantalón sentía el calorcito que emanaba de esa zona, por lo que se hizo atrás, para sacarse el pene y ponerlo de nuevo en esa partición, sentía caliente la abertura trasera, sus huevotes se contraían de sentir la carnita fresca cubierta por la pantaletita aún, la presionaba, pero a la vez le alzaba sus caderas a manera de que también picara la vulvita por la parte de atrás, ¡como esa otra noche le hizo!, la nena sólo se dejaba casi acostada de panza en la máquina, pero seguía con las palancas de los controles en ambas manitas, el viejo sentía como que su corazón latía muy aprisa, escuchándolo en sus oídos, por lo que se despegó de Mina guardándose el paquete dentro de su pantalón y se retiró de ellas, para irse a sentar, ¡pensaba que le podría dar un infarto o algo!, ya que nunca había sentido esas manifestaciones durante el sexo o en las acabadas que se daba en la mano.
Lentamente se levantó de la silla y se fue a hacer un café, de regreso de su cocina vio la videocámara que medio escondida estaba en espera de acción, la tomó, le puso un carrete nuevo, fue por el tripie a su cuarto la ajustó y cómo las nenas ni caso hacían de lo que Isauro estaba haciendo, él colocó los implementos enfocando a las dos al mismo tiempo la dejo en stand bye y con el control remoto en mano, ¡se fue a ver a Gris!, que estaba más que embobada, se retiró y fue por más fichas y se las puso a cada una buena cantidad, para que no estuvieran pidiendo, volvió a ponerse al lado de Gris y accionó el record de videograbación comenzando desde el inicio, ¡cómo se los hacía con calma y sin aceleramientos!, llegando a estar atrás picando la colita con la verga de fuera y de vez en cuando metiéndola en el huequito que hacen las piernitas, y sacándolo por el frente varias veces, ¡la nena maniobrada por las manos de Isauro, la hacía levantar sus nalgas!, pero la aplastaba con la máquina, en eso despego una de sus manitas y se dio a tocarse su cola, pero sintió los pelos del viejo que estaban pegados a ella, siguió la manita su camino hacia abajo y apretó la misma, al sentir el cilindro de carne que se escondía bajo sus nalgas y que la traspasaba por el frente, asomando el glande debajo de la pepita de ella, ¡ay don Isauro!, ¿creo ya se enfermó, cómo se enferman los mayores?, ¡mira Mina lo que le pasa a don Isauro, lo curas tu o yo lo curo?, ¡ah, sí cúralo tú ahora, yo estoy ocupada con el juego!, bueno cómo voy perdiendo y no me concentro voy a llevar a don Isauro al hospital, ¡ahora regreso!, y jalándolo de la mano lo llevó dentro y lo sentó en la silla, y le dijo ¡a ver don Isauro bájese el pantalón, que lo voy a examinar!, el viejo obedientemente se desabrochó y se bajó los interiores, la nena al verlo se tapó sus ojitos, sorprendida, ¡qué bárbaro señor, está usted muy mal!, ¡creo que hay que exprimirlo de su penecito!, sí Gris me siento muy mal, fíjate que me duele, pero tus manitas pueden curarme, ¿sí?, ¡no usted necesita algo más, cómo dice mi mami!, ¡hay que extraerle el yogurt con esto!, señalándose su partecita, ¿a poco puedes hacerlo de esa manera?, sí, ella nos enseñó con sus amigos a curarlos, pero hay que sacarles todo, dejarlos que el penecito se quede aguadito, ¡ah, pues vamos a mi cuarto arriba y me sacas el yogurt!, ¡bueno pero le digo a Mina que no nos moleste!, el viejo llevó a Gris arriba, se bajó su pantalón e interior y se dio a jalarse el badajo, hasta endurecerlo, mientras Gris se quitaba su mayita y cuidadosamente lo doblaba en la esquina de la cama y ponía su calzoncito a un lado, se subió a la cama para pararse abriendo las piernas a los costados de Isauro, que embelesado miraba la panochita pequeña, la nena se escupió los dedos de su mano y se pasó la salivita por la hendidurita, metiéndose un dedito, luego otro juntos y se fue bajando, ¡a manera de encontrase en el camino la verga “enferma” de Isauro!, quien receptivo esperaba las maniobras de la nena, hasta que lo tomó con su manita se lo pasaba en la aberturita que abierta de piernas, mostraba lo rosado en su interior, en eso extendió su mano Isauro a la mesita de noche y sacó un frasco de aceite de bebé y se lo puso en la punta de su glande e igual a Gris la untó bien de entre sus labios pequeños y con un dedo de él, le puso a la vulvita, ¡metiéndole la falange de su dedo medio!, a la nena le daba risa la manipulación que era objeto en ese momento, la nena misma se fue acomodando y el la sostenía de su cintura, hasta que sintió la vulvita que besaba su glande, y la propia Gris comenzaba a meterse parte de la cabeza sombreruda, hasta que logró desaparecerla dentro de ella, él hacía presión de cadera hacia arriba, tratando de meter un poco más, ¡hasta que logro meterse un poco menos de la mitad de sus 18 cm!, la nena se quedaba quieta viéndolo a los ojos y apretando los labios de su boca.
Cuidadosamente Isauro se movía sin meter más de lo que ya estaba dentro de Gris, pero tampoco sacaba lo introducido, sentía la estrechez y el caliente canalito vaginal que lo tenía ahorcado, en eso la nena dijo, ¡no se mueva don Isauro ya lo voy a curar!, y pausadamente ella imprimía una serie de contracciones paraba y otra vez las mismas, nada más se escuchaba de la nena que hacía, mju, mju, mmm, mjju mmmm!, pero no paraba de contraer su vaginita, él le pasaba mano por las nalguitas y anito, por lo que la nena se daba más a contraer, hasta que no aguantando ya esas pulsaciones, Isauro se derramó dentro de esa vaginita de nena, ¡en eso vio que la nena se le escurrían las lágrimas!, por lo que se destrabo de ella, y su vaciada que había echado dentro, lo bañaba de los pelos y huevos, ¿Qué te pasa bebita, porqué lloras?, ¿te lastime la cosita?, no, no es eso, ¿entonces qué es, por lo que lloras?, buuuu, buuuu, snif, snifff, ¡es que me preñó con su yogurt caliente!, y estoy chica, ay mi reina no pasa nada, ¡a tu edad no te puedes embarazar!, todavía para eso pueden pasar años, ¡no llores, ven vamos por un chocolate!, ¿pero antes, deja que te limpie la cosita?, ya abajo y comiendo el chocolate, se fue a seguir jugando a la máquina, Mina al verla de regreso le preguntaba, que sí ya había curado a don Isauro, ya que se porta bien con ellas, les da fichas y chatarras, y pues hay que ser agradecidas con él.
El reloj marcaba las 10:30 pm Isauro sentado en su modesto escritorio pensando en ¿cómo esas niñas ya sabían hacer sexo?, ¿además de que ya no eran vírgenes?, y ¿cómo estaban adiestradas?, para hacer acabar a un hombre, mientras le ardía la cabeza de su verga, ya que la nenita Gris estaba estrecha a más no poder, sino hubiera sido por el aceite, pensaba él, a lo mejor se lo hubiera pelado la nena.
Fue a verlas y les preguntó ¿nenas ya cenaron?, no, contestaron las dos, tenemos en la casa un sándwich cada quien y leche, ¿les gustaría cenar algo que les invite?, bueno sí, como usted quiera dijo Mina, ¿qué se les antoja?, unos antojitos, unas tortas, tamales, pizza o tacos, ¡yo tengo hambre!, pues las dos nenas le sugirieron pizza, tomó su teléfono y pidió a un establecimiento de una marca de una ficha de juegos de mesa, ¡pizza, papas y otras cosas extras!, las cuales llegaron en menos de 20 minutos, se sentaron a degustar los tres en el escritorio los alimentos, las nenas devoraban la pizza y las papas a la francesa, además de que perfectamente alcanzaba para los tres, comiendo don Isauro les preguntaba abiertamente, ¿nenas quien las ha estado enseñando a hacer lo que hacen de “curar” a los hombres?. , ¡que por cierto lo hacen muy bien!, ¡ah sí, pues nuestra mamá!, ya que a veces está con alguno de sus amigos tomándose sus cervezas y luego se ponen a besarse y pues nosotras vemos, ya que vivimos en un solo cuarto, luego mami les dice, ¡mira nada más, cómo estás de enfermo!, y les saca el pilin y les dice ¡necesita una curación urgente!, y vemos que se los mete en su concha peluda un rato, hasta que escuchamos como gritos de los dos y se quedan quietos, mi mami se desmonta y se sale a lavarse, mientras el hombre se seca con papel de baño su pilin y los pelos mojados, ¿pero ustedes ya se han metido otros pillines en sus hoyitos, no?, sí, mi mami nos ha enseñado a meternos poco a poco los pájaros de esos señores, ¡al principio nos dolía mucho, mucho!, ¡hasta sangre nos salía de las cositas!, pero ya después ya no, hace cómo un mes llegó con uno de sus amigos y nos invitó la cena y después ellos se emborracharon y mi mamá curó a ese hombre por más de una hora, hasta que decía, ¡papi, papi, ya vente, no te aguanto!, y mi mami cayo desmayada yo creo de borracha, ya que no despertó en toda la noche, mientras ese señor estaba bien enfermo, ya que estaba con su pilin que apuntaba a la paredes del cuarto, y pues yo le dije, ¿señor quiere que yo lo cure?, ¡o mi hermana también sabe curar!, se nos quedó viendo, no estaba muy tomado, nos tomó de la mano y nos subió a una mesita de centro a las dos yo estaba abajo y Gris arriba de mí, sus espaldas de Gris estaban pegadas a mi pecho, nos abrió las piernitas a las dos y nos picaba con el pilin nuestras cositas, fue a la mesita donde ponemos las cosas para cocinar y trajo el aceite de comer y nos puso en las rajaditas, se hincó y nos presionaba los agujeritos, hasta que nos metía de a poco, un rato a mí y otro rato a Gris, y así nos picaba despacio se salía de mí y se lo metía a Gris, se salía de ella y se pasaba a mi cosita, ¡Gris se orinó y me mojó toda!, ya que yo estaba debajo de ella, hasta que sacó su pene, ¡y nos bañó de yogurt a las dos!, nuestras pancitas, las cositas por fuera, se levantó y fue a tomarse una cerveza grande de vidrio que sacó de la heladera se limpió se vistió y a cada una nos dio $50.00, y se fue, nosotras fuimos a traer una cubeta de agua de afuera del cuarto, y nos lavamos bien nuestras conchitas, con jabón y una esponjita, nos acostamos a dormir, pero a mí me ardía la pepita, yo creo porque ese señor tenía la cabezota del pilin bien ancha, ya que dilató en metérnosla, ¡aunque teníamos aceite puesto!
¿Y eso se lo platicaron a su madre?, sí le dijimos que el señor estaba enfermo y cómo ella se había quedado dormida, ¡nosotras lo curamos!, ¿y qué les dijo?, pues al principio nada, pero nos revisó nuestras partecitas a cada una, y nos preguntaba muchas cosas, ¿Qué sí nos había cabido?, ¿qué si no nos había lastimado?, que si nos echó el yogurt adentro o afuera?, ¿qué si nos dolía al caminar las pepitas?, nos bañó a las dos juntas y nos puso una pomadita fresca, nos puso unas toallitas sanitarias chiquitas y nos llevó a caminar un rato, de regreso nos lavó bien otra vez y nos preguntaba más cosas, ¿de qué si habíamos visto que tanto del pilin nos había metido en nuestras pepitas?, ¿que sí nos había forzado mucho?, ¡ya que tiene su pájaro grueso y cabezón!, y pues ya le dijimos que sólo fue un trozo cómo de este tamaño, haciendo la seña con el pulgar e índice de la manita, por lo que calculó Isauro aproximadamente 10 a 11 centímetros, la plática estaba buena, pero Isauro ya acusaba recibo de lo escuchado de la vocecita de Mina, y ya estaba erecto, sentía la cabeceada que daba su órgano sexual masculino.
Ya acabando de cenar los tres y de haber escuchado la confesión de Mina, mandó a Gris a que siguiera jugando, y le pidió a Mina lo ayudara a juntar los residuos de la cena, y basura que se había hecho en ese momento, y sí, la nena menor se retiró a la máquina a seguir jugando, mientras su hermana limpiaba la cubierta del escritorio, Isauro le observaba ese cuerpecito delgado, pero con colita alzadita, respingadita, así ya con la confianza de que las nenas se daban sin problemas, se posesionó de esa breve cinturita y se la pego a su pelvis, la nena sólo volteaba para ver, ¡cómo iba subiendo don Isauro su vestidito!, la hizo sentar encima de su verga empantalonada todavía, la movía friccionado su colita encima de él, la nena de momento recargaba la cabecita en el pecho de Isauro, la mano traviesa se daba a pasar en la parte frontal tratando de expandir los labiecitos vaginales que se mostraban y los sentía en sus dedos, ¿Mina, me puedes curar?, ¡sí don Isauro, ya lo sentí que está malito!, ¿pero aquí en el escritorio, cómo esa noche?, ¡no ahora acompáñame a mi cuarto!, ¡sí vamos!, la vocecita de ella se escuchó con cierta agudeza, como si estuviera excitada, ya que su pechito la delataba, la tomó de la mano y se fueron a la parte alta, se recostaron mientras le daba lengua en el cuellito y la acariciaba de sus piernitas delgadas, el vestidito lo subía lentamente, hasta dejar al descubierto el calzoncito que por arte de magia lo desapareció de su cuerpo, le abrió sus piernitas y se subió encima de ella, tallándose con su balano encima de su imberbe panochita, pasados los minutos se bajó de ella se retiró el pantalón e interiores y la volvió a montar, la verga de ese hombre encima pero ladeada se la pasaba morbosamente, la nena por primera vez emitía ciertos ruidos salidos de sus cuerdas bucales, ahhhh, ahhhh, mmmm, mmmm.
Ahhhh, ¡pero a la vez parecían chillidos los que hacía!
Bajó a pasar la lengua a su abdomen, ombliguito, para tomar camino a la vaginita que cerrada de piernas, ¡se le veía sus repartidos labiecitos gorditos!, mismos que lengüeteo con cierta destreza logrando que la nena aperturara sola el vértice, que en compás se observaba, pasando su babosa lengua en la rayita pequeña que emanaba un agradable sabor entre saladito y agridulce, el que absorbía delicadamente, la nenita alzó sus piernas y más gemiditos emitía, por primera vez la nena sentía las pulsaciones de una excitación, la lengua llena de babas del viejo trataba de entrar en medio de los labiecitos menores, que estaban rojos intensos por las manipulaciones que era objeto en ese momento, ahhh, ahhhh, ahhhhhhh, don Isauroooooo, ahhhhh, ahhhhh, me va a hacer orinarrr, ahhh, ahh, de momento unos chorritos a presión salían del orificio de la orina, emitiendo el sonido de la presión de salida al exterior mojando la boca, nariz y cuello de Isauro, quien saboreaba esos miaditos limpios, calientes y sin olor a nada, pasado ese evento sorpresivo fue a traer una toalla y la secó de sus piernas y el su cara y pecho, le puso aceite de bebé a la vulvita pequeña y el igual a su sombrete lo cubrió perfectamente, y se volvió a acomodar encima de Mina, ¡quien cerraba sus ojos en espera de la penetración!
Isauro se acomodó a manera de poner frente a frente sus desiguales sexos, para comenzar a darle pasadas con su glande de arriba abajo, hasta que encontró la entradita divina a la que presionaba despacio e introducía de a poco, hasta desparecer su ciruela entre los labiecillos menores que se sumían a la introducción, la ayuda del aceitito hacia que la penetración fuera indolora para Mina y placentera para Isauro, quien empujaba decididamente a entrar, cómo la noche anterior que ella lo “curó”, ¡a base de contracciones vulvares!, sin más preámbulos el tronco peneal ya estaba siendo engullido por la mini vaginita, pero topaba con algo de la nena dentro, por lo que le pregunta, mmm, ¿Mina, hasta donde te entró lo del señor que las desvirgó?, ¡ahhh, hasta ahí, donde usted me pica!, ¡sabes estas muy apretadita!, ¿y me gustaría saber sí lloraste esa primera vez?, ¡ahhh, ahhhhhh.
, sí, siiii llore, ahhh, me salió sangre de mi cosita, ahhh, ahhh!, ¿me dejas romperte bien la cosita?, ¡pero duele, dueleeee, mucho, ah, ahhh!, ¡sí duele pero seré cuidadoso de no lastimarte mucho!, ¿sí?, un silencio se hizo en ese momento, ¡bueno, pero despacito!, ya con el permiso otorgado Isauro comenzó a presionar, los gemiditos que hacía Mina se fueron convirtiendo en ayy, ayyyy, despacio, ayyyyyy, ayyyyyy, ayyyyy, me duele, no, sáquelo saquelooooo, ayyyyy, mientras el glande expandía el interior estrecho del camino a romper, de momento traspaso esa barrera que no era el himen de la chiquilla, era una parte que no había sido penetrada por nadie, se quedó quieto para ver las reacciones que en gritos eran escuchados por Isauro, ayyyyy, ayyyyyyy, saquemelooooo, saquemelooooo, ayyyyyyyyyyy, ayyyyyyyyyyyyy, ¡pero que se iba a salir el viejo!, pasados unos minutos y quieto dentro de ese estuche, sentía las contracciones de las paredes vaginales de Mina, por lo que se dio a mover saliendo un poco y penetrando suavemente, ayyy, ayyyy, ¡no me lo mueva!, ayyyyy, ayyyyyyyyy, pero el sentía que no iba a aguantar mucho en ese hornito que le quemaba, siguió moviéndose, hasta que la propia Mina los ayes de dolor se fueron convirtiendo en gemidos ahhh, ahhhh, ayy, ahhhh, ayyyy, ahhhhhhhh, y el mete y saca calmadamente, la mano la bajó a sentir el tanto de carne metida en la panochita de la niña, y su sorpresa al sentir que Mina casi lo aguantaba ¾ partes, ya sólo un poco estaba fuera, y lo calentó esa maniobra, de tentarse, por lo que se vació dentro de Mina, quien recibía el afluente espermático en su pequeño útero, gritando ayyy, arghhhhhhhhh, arghhhhhhhhhhhhhhhhhhh, quemaaaa, ayyyyyy, ayyyyyy, pero a la vez ella contrayendo su canal vaginal, extrayendo hasta la última gota de yogurt de viejo.
Abandonando ese nidito el retiro se daba sacando su masculinidad de ese pocito estrecho, se dio a limpiarse y después él lo hacía a Mina que derramaba lagrimitas, la acariciaba de sus cabellos, hasta que se fue calmando, le trajo un refresco y el un café, y siguieron conversando, mientras la vestía y le alisaba el vestidito que arrugado se notaba por no haberlo quitado, y le dijo que ya era casi su mujercita, ya que la desvirgó él correctamente, la nena nada más se reía de las palabras, pero sí las digería en la mente y a su edad, y pues él de hinojos le pedía que fuera su novia, a lo que la nena a su edad aceptó sin malicia alguna, “ya estaban comprometidos en noviazgo” el de poco más de 60 años y la nena de casi los 12 añitos, pero se besaban y se prometían guardar el secreto, ¡ni Gris debería saberlo!, Mina le propuso un pacto y con una aguja se pincharon un dedo y las gotas de sangre de los dos cayeron en un papel ella las mezcló con un palillo de dientes, sellando esa unión que para ella era seria.
Esa madrugada las llevó a su casa a que durmieran, mientras él al instante se regresó de allí, descansó un rato, mientras recordaba su hazaña con las nenas, pensaba en ellas y más en Mina, por su cuerpito adornado de nalguitas empinadas, obvio su culito en desarrollo pequeño, pero para él, le levantaba la yuca.
Ustedes lectores han de pensar:
>>> Estaba en tratamiento Isauro para producir esperma, cómo es posible que después de unos días de tratamiento, ya tiraba leche como burro.
R.
– el tratamiento que le habían recetado a base de zinc y otros componentes, las proteínas más el ácido ascórbico y las ensaladas de zanahoria, lógico su cuerpo las aceptó sin problemas, por eso recuperó la vitalidad de sus eyaculaciones.
Hasta el próximo capítulo, que en breves días estará publicado.
Coméntenlo en el panel del relato, sí es que la página lo autoriza, sino pues los espero en mi perfil, para darle contestación a todos y a cada uno, saludos y hasta la vista.
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