Don Roberto y sus inquilinos
La historia de un hombre perverso..
Susana es madre de Almendra y gesta en su vientre una nueva nena, vive en una humilde vecindad, un cuarto en el fondo, apartado de la vista de todos, tiene 22 años.
Almendra es una nena de 2 añitos, no conoce a su papá, la nena que viene tampoco sabrá quién es su papá, le estorba a los planes sucios de Susana.
El señor Roberto es un hombre de 40 años dueño de la vecindad y otras propiedades, herencia paterna, sin hijos o esposas conocidas, es un hombre recluido en su casa que está ubicada en frente de la casa de Susana, sí a Susana le gusta la discreción, a Don Roberto más.
Roberto es un hombre perverso, le gustan las jovencitas, desde que su padre murió y le dejó todo, se ha dedicado a darle rienda suelta a sus perversiones, por su modesta verga han pasado una infinidad de chicas desde los 6 hasta los 15 años, nunca se a acostado con una mujer más grande de esa edad.
Susana no trabaja, sale muy poco de su cuarto, solo cuando va a revisión o necesita hacer compras, Roberto siempre la observa, le parece sospechoso, pero no le dice nada, el solo quiere su dinero de la renta y es todo.
En su cuarto secreto a prueba de sonido, una nena de 8 años es penetrada analmente, no es su primera vez con don Roberto, la nena gruñe, se aferra con fuerza a la sábana, el modesto pene la penetra una y otra vez. Por suerte para la nena que sufre el asalto a don Roberto le gusta que resbale, usa grandes cantidades de lubricante minimizando el sufrimiento de la niña.
La historia de esta nena la contaremos en otro momento, porque en esta historia tiene un papel importante. Gruñendo como animal en agonía, Roberto descarga su semen en el infantil recto, la nena sabe que ya todo acabo, Roberto sacará su pene y se podrá ir a casa con su madre, la alcohólica que prostituye a su hija por unos billetes, que es, para variar, inquilina de Roberto.
Al día siguiente Don Roberto atiende a sus inquilinos, pese a ser un cerdo, le da un excelente servicio, casi todos sus inquilinos lo aprecian, sólo aquellos que han caído en desgracia y han tenido que sacrificar a sus hijas lo ven con ojos de desprecio.
Doña Cleo le coquetea como siempre, mujer de 50 años que fue amante de su padre, esperaba poder acostarse con el hijo para pagar la renta, pero tuvo que sacrificar a su nieta de 7 añitos, oral, vaginal y analmente, Don Roberto no tuvo piedad y la abuela no tuvo escrúpulos, la renta y 1000 dólares, una gold digger en su máxima expresión.
La nena de ahora 9 años observa con terror a Don Roberto, teme que quiera repetir, pero el hombre viene saciado de anoche, además, tiene ganas de algo más juvenil.
Con la mitad del monto acordado Don Roberto se despide, no le importa cobrar menos y dar recibos con montos completos, ese no es su negocio.
Don Roberto y Susana tienen más en común de lo que creen.
Esa tarde Ramón, un hombre que se quedó inválido, inquilino de Don Roberto, espera a su acreedor, no tiene dinero para pagar, no le ha ido bien con las manualidades que hace y manda a su hija de 13 años a vender, a duras penas libró con la comida a fin de mes.
El hombre llora de impotencia, su hija se está bañando, el agua recorre su delgado cuerpo que comienza a mostrar curvas de adolescente, aún conserva facciones de niña, particularmente en la cara y su voz.
La nena se pone un short corto, muy corto, sus largas piernas lucen su espléndidas, horas de caminar cargando su mercancía han dado sus resultados.
Su abdomen plano con un caminito de vello casi invisible que va desde el ombligo hasta su monte de venus, dándole una decoración como de pasto fresco sobre un campo apenas visible.
Sus pequeños duraznos que tiene por senos son cubiertos por una top holgado de algodón.
Peina su cabello con un estilo infantil, la jovencita, pese a su edad y las jornadas sexuales con Don Roberto, sigue conservando ese toque de inocencia.
Al finalizar su jornada de recorridos, la casa de Ramón es la última, el viudo hombre dejó de llorar y aguarda resignado a lo que sigue. Su hija es fuerte, le dice a su padre que no importa, ya crecerá y podrá conseguir un empleo para ayudarlo, por ahora, pagar la renta y comer es suficiente.
Ramón sabe que su hija es un ángel, lo adora, entregar su cuerpo a cambio de dinero para comer y un techo no es problema para ella.
Don Roberto llama a su puerta, la hermosa chica se despide de su papá y sale a atender al hombre. La conversación es breve, no tenemos dinero, ¿podemos negociar?, la chica ya sabe qué hacer, qué decir, esto complace a Don Roberto que ya trae la verga parada, a la misma hora de siempre mi niña.
La chiquilla sale de su casa, se dirige a dar la vuelta, matar el tiempo en lo que se hace la hora, Don Roberto fue a comer algo y se fue a su casa a esperar, ansioso como siempre, su verga parada, babeado, venuda, no es una enorme verga, pero es venenosa, agresiva.
Puntual, a las 10 de la noche, la chiquilla llega a la casa del hombre que la desvirgó hace 2 años, en ese entonces la pequeña no supo qué pasó, Don Roberto droga a las nenas las primeras veces, no le gusta que se pongan difíciles, con el pasar del tiempo va reduciendo la dosis hasta que retira por completo la sustancia.
La nena de hoy tenía 11 años recién cumplidos cuando fue desvirgada, desde entonces 1 vez por mes se ha acostado con este hombre, un total de 26 veces ha tenido sexo con el mismo sujeto, la pequeña aprendió a desconectar su mente del cuerpo dejándose llevar y volar. Siempre imagina lo mismo, su madre sigue viva, logra sobrevivir al accidente, su padre no es discapacitado, sigue trabajando y ella es una pre adolescente normal.
Desnuda, Don Roberto se come el culito de la nena, su rostro sin expresión, manos contra la pared soportando el peso de su cuerpo y el empuje del hombre, puede sentir la lengua entrar en su ano, rozar su vagina, es una sensación conocida e indiferente.
Pero para Roberto es otra historia, la nena huele delicioso, incluso su culito sudado que quién sabe dónde ha estado el día de hoy, pero a Don Roberto no le da asco nada, así tenga mierda igual se pensaba comer ese culito de 13 años que se puede coger con toda la violencia que quiera, la nena soporta.
Acostada boca abajo en el sillón del sexo la nena recibe las furiosas metidas del hombre en su rojo culito acostumbrado a este tipo de situaciones. Las manos del animal que la coje se le marcan en su cintura, las nalguitas pre adolescentes están rojas de tanto impacto, la verga del hombre desaparece entera en el culito de 13 años.
Cuando Don Roberto se cansa acuesta a la nena boca arriba, piernas abiertas, el pene del hombre penetra con fuerza en la puchita, le encanta como los labios abrazan su verga, el suave vello que recubre el monte de venus. El abundante lubricante facilita la penetración, de otra forma sería imposible, la nena no lubrica, ella está perdida, en otro lugar, con sus padres. Sus senos se sacuden con la violencia de los embistes, el hombre resopla y buffa, está cerca de su orgasmo.
Los últimos empujes sacuden el cuerpo de la menor, el esperma caliente moja el interior y se mezcla con el lubricante. La verga sale del interior de la puchita roja y abierta que acaba de ser violada a cambio de un mes de renta y unos cuantos billetes, suficientes para comer una semana en lo que se vende algo de las manualidades.
La chica se limpia sus vulva con papel, se viste y sale a su casa, su padre duerme en el sillón, lo abriga y se retira al baño, necesita asearse y dormir, mañana hay escuela.
En casa de Don Roberto el cerdo revisa el vídeo, edita las escenas donde sale su rostro, compila, entra en contacto con su comprador, hacen el acuerdo, se envía el vídeo, se recibe el depósito y se despiden.
Esa es la principal fuente de ingresos de Don Roberto, por eso no me importa que no le paguen completa la renta, por eso busca familias con niñas o niños pequeños y con problemas económicos o vicios, ha vendido algunas jovencitas de 15 después de desaparecer a sus padres, aunque la mayoría de los casos siempre es uno solo.
Un hombre sin escrúpulos, con contactos de gente peligrosa, metido en un mundo donde no tiene nada que perder, todo es ganar para él, drogas, prostitución, trata de personas, sin nada ni nadie que le importe.
Susana estaba en su casa cuando todo esto pasó, encerrada con su enorme barriga y su hija, acostada sobre su cama, su bebé de 2 añitos con las piernas abiertas recibe besitos en su inmadura zona genital.
Un cilindro de metal delgado entra y sale del culito, 1 centímetro de grosor, a la mujer le encanta hacer eso, no es lesbiana, pero le excita su hija, es una asesina, mató a su ex esposo cuando descubrió que tocaba a su bebé en un ataque de ira y furia, de él heredo una pequeña fortuna mas el dinero de la venta de la casa, huyo del lugar.
En la huida un hombre la violó, la dejó tirada, golpeada, con su vagina llena de esperma, la mujer se arrastró hasta su casa como pudo. Estuvo encerrada algún tiempo, le daba de comer a su bebé, la cambiaba, bañaba, vestía como cualquier madre, pero las imágenes de su ex esposo besando la vagina de la neonata no la dejaban en paz. Susana se trastornó por el odio y resentimiento hacia ese hombre hasta que una noche “¿Qué te gustaba de esto?” dijo tocando la vulva de su bebé, caliente, suave, esponjosa, Susana tragó saliva “es una atrocidad, perdóname hija mía”, lo siguiente que Susana recuerda es que lamía y besaba la vulva y ano de su hija, el sonido de su lengua en la silenciosa habitación y los sonidos de su bebé, eso es todo.
La noche en que Don Pedro violó a la jovencita de 13 años Susana degustaba de nuevo la vagina de su hija, su lengua devora la imberbe vulva, tiene 2 años, más que imberbe es inmadura, pero eso a Susana no le importa, además de gustarle, los vídeos que vende de manera ocasional le dan mucho dinero, no lo necesita, pero el morbo de saber que alguien más la ve, eso la excita de sobre manera.
Susana se viene de solo pensarlo, no necesita tocarse, el sabor de la vagina de su hija y la idea de cientos de hombres y mujeres verla en sus vídeos y masturbarse le dan intensos orgasmos que nunca había experimentado con hombre alguno.
La mala suerte de Susana, el estar metida en algo peligroso, la falta de experiencia, contactos, todo eso le jugará en contra, aunque realmente saldrá algo bueno para ambas partes.
Continuará…
Tu relato es negro, no erótico.