Doña Carmen María, una obsesión
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En el colegio donde yo estudiaba conocí a Gustavito con quien hice amistad y cierto día me invitó a su casa, alli comenzó todo, cuando conocí a su madre hubo una química increible, nunca he tenido otra en mi vida de ese tipo, su mamá debía estar en los 32 años aproximadamente, fue una atracción instantanea, yo sé que algunos me entienden. Ella era linda, de tez muy blanca, senos pequeños, un rostro de diosa, piernas largas pero hermosas, y un trasero moderado pero curvilineo, aunque en ese momento el trasero era lo que menos me acuerdo. Su sonrisa conmigo, yo se que no hubo interés de ella por mi, pero cada vez que me hablaba me sentía en las nubes.
Todo el año, por mi edad, me empezaba a tocar el pene y pensaba en Doña Carmen María, como se llamaba. Cumplí los trece enamorado de ella. Me inventaba cualqueir cosa con tal de ir a la casa de Gustavo, una vez jugando con mi amigo me fui a esconder a la lavandería, que era un cuarto pequeño, sin querer vi unas bragas en la ropa que parecía ser la de ropa sucia, la tomé y me temblaban las manos, era una tanguita muy sexy, me la llevé a la nariz y pude sentir por vez primera el olor de la vagina de Doña Carmen María, el olor era tan intenso que ahora creo que ella la tuvo que haber usado cuando alguna noche tuvo sexo con su esposo. La prenda me la metí en la bolsa (me la robé) y la guardé en mi habitación y en las noches la usaba para masturbarme.
Pero no quedó la cosa alli, en una ocasión me metí en la habitación de ella y su esposo, vi donde me podía esconder y encontre que una de las puertas de los closets no tenía donde se pone la llave, solo estaba el espacio redondo, lo estuve planeando por mucho tiempo, por fin un día me animé, entré por la puerta de atrás, era un sabado, no iba al colegio, era temprano, tal vez las 8:00 am, y entre por la un arbusto a la casa, ellos dormían en el segundo nivel de la casa, entré y casi muero de nervios, porque la señora estaba duchándose, me escondí entre ropa, artículos deportivos y otros, me quedé esperando, pero me estaba arrepintiendo, por las repercusiones en caso de ser descubierto.
En eso sale la señora, Camen María, enrollada en su toalla, cierra la puerta, le coloca pasador, luego con la toalla se empieza a secar el cuerpo desnudo, yo lo veo claramente, unos senos pequeños pero redonditos con pezones pequeños, toda ella es preciosa, le veo el sexo, un pequeño parche negro en forma de triangulo, yo estoy teniendo una erección como nunca a mis 13 años, luego se empieza a untar crema en todo su cuerpo desnudo, empieza en sus pies, alli comenzó mi fetiche por esta parte del cuerpo femenino, tiene unos pies blancos, con el tobillo rosado y sus uñas con una leve linea blanca en la orilla superior, bellas. Yo estaba de pie y me tenía que agachar un poco, sentí una extraña sensación en mi entrepierna, algo liquido caliente, era mi propio semen, que ya me corría del calzoncillo a mis muslos.
En eso se coloca el sostén, de encaje blanco casi transparente, luego la braguita que es del mismo conjunto, en eso se acerca a donde yo estoy, mi corazón se detiene, creo que voy a tener un infarto, pero para mi suerte abre el que está a mi lado, saca algo de color negro, no entiendo que es, luego también saca algo de un cajón, es un frasco grueso. Luego corre y deja sin pasador la puerta, se sube a la cama y se colocá la cosa negra en sus muñecas de las manos, y se coloca en el frente de la cama, ahora entiendo son como esposas de tela, ella se pone en cuatro, en eso oigo que alguien entra y ella grita -feliz cumpleaños mi amor!!-, quien entra es su esposo.
-Toma lo que simepre haz querido mi amor es tu regalo de cumpleaños!- le dice ella y se coloca con el trasero levantado, el esposo rie y cerrando de nuevo la puerta se sube a la cama, y comienza a chupar el culo de la señora. El esposo mete su cara entre las dos nalgas de ella y puedo ver y escuchar los chupones y lamidas que él le da en la raja y en el ano, la señora empieza gemir y a gritar, y es que no hay nadie en la casa más que ellos y yo.
-Asi papi, te gusta mi culito, hoy lo puedes coger como haz querido-
El esposo sigue mamando extasiado, se va quitando la ropa poco a poco sin dejar de comerse ese divino trasero de la señora, yo trago saliva a cada rato alli escondido, nunca pensé que lo que vería era todo esto, bien vale el riesgo, mi pequeño pene no deja de babear mecos a cada instante.
El esposo detiene las chupadas, abre el bote y se unta una crema o vaselina en la verga erguida y también se lo pone a ella, luego la toma por las caderas y la comienza a penetrar, ella lanza un gemido y baja la cabeza a la superficie de la cama, mientras su esposo la sigue clavando por el culo, -ayy que rico lo tienes, esto era lo que yo quería!- y sigue penetrándola lentamente, cuando le tiene como la mitad dentro de su ano, comienza moverse adelante y atras, entrando y saliendo de su orto, ella sigue gimiendo y gritando. Yo me tomó mi pene y en dos estiradas me corro de nuevo, mis calzoncillos estan llenos de mecos.
El esposo, luego que se la tiene casi toda adentro, le da duras embestidas y ella sigue gritando pidiendo más, ella se desploma en la cama boca abajo y el se monta para penetrarla sin piedad de esa forma. Eso continúa por unos diez minutos hasta que oigo al esposo y a doña Carmen Maria gritar, ambos se estan corriendo en forma tremenda, el esposo no saca su verga del culo de ella sino, que terminó adentro, al sacarla pude ver como un pequeño chorrito de semen salió del trasero de la señora. El se vistió y salió de la habitación no sin antes darle un sonoro beso a una de las nalgas de ella. La señora se quedó descansando un rato, rato que se volvió eterno para mi, en algún momento pénsé que abriría la puerta en donde yo estaba, pero no sucedió, cuando ella se fue yo salí y casi tropezando bajé por donde había subido. Mi pantalón tenía varios parches húmedos de las dos corridas que yo había tenido.
Ese acontecimiento marcó mi vida, las imagenes se repetían en mis sueños húmedos, yo adoraba visitar a doña Carmen María solo con el hecho de verla.
Pero antes de cumplir los 14 años, mis padres por cuestiones de oportunidad, se mudaron a otra ciudad no tan cercana, un dolor en el corazón sentí en ese momento, pero asi pasó el tiempo, yo sabía que mi mamá mantenía cierta comunicación con ella porque eran amigas. Pero pasó el tiempo y ya casi tenía olvidada a doña Carmen María, excepto el cuadro que vi con su esposo, cuando ella le regaló la desfloración de su culo.
Cuando cumplí 23 años, nueve años después, por estudios universitarios ya, me trasladé a mi antigua ciudad, rapido me vino al pensamiento la señora Carmen María. Llegué al antiguo barrio, al parecer ellos se habían mudado. Al parecer una antigua vecina me indicó que ellos se habían separado. La busqué en una dirección que me habían dado, que era la casa de los padres de ella. También supe que había tenido otro hijo.
En el tiempo libre, que era escaso, después de la universidad traté de buscarla, mas por obsesión que por algo, que podía yo decirle al encontrarla?.
No tuve suerte. Hasta que el destino me ´jugó una nueva pasada.
Era un sabado, con unos amigos de la universidad, luego de tomarnos unos cuantos tragos, no estabamos ebrios, sino solo alegres, fuimos a una discoteca, luego de instalarnos, sorpresa, en la pista de baile estaba Carmen María, ya debía tener más de 40 años, estaba más gruesa, pero seguía siendo atractiva para mi. Esperé que el tipo con quien bailaba la devolviera a su mesa, compuesta solo de señoras de su edad. Fui y la saqué a bailar, ella dijo que si, yo antes de platicar la gocé bailando con ella, tomándola de las manos, de la cintura, yo estaba en el cielo, tenia a mi amor plátonico en mis brazos, creo que fui demasiado efusivo, porque por momentos la hacía sentir incomoda al abrzarla como si fueras viejos amigos. Ella me pidió que la fuera a sentar, fue entonces cuando me identifique, le dije quien era, que había sido vecino y amigo de su primer hijo, ella cambió radicalmente, me dio un beso en la mejilla. -mira como estas, te volvisto un lindo muchacho!-, me fue a presentar a su mesa y yo me quedé el resto de la noche platicando con ella y bailando, un día perfecto.
Me dejó su número de teléfono movil. Cuando tuve la menor oportunidad que eran unos conciertos de música en la universidad la invité, ella dudó, pero aceptó. La fui a traer, estuve con ella durante el evento, luego la invité a cenar, ella estaba un poco incomoda, me dijo de su divorcio, de sus hijos. Cada semana la invité y ella aceptaba y la pasaba bien conmigo, hasta que en una cena le dije que ella era mi amor platónico. Ella se puso seria y se río, creyó que era una broma, pero le volví a decir, la tomé de las manos y la besé, ella se apartó a los dos segundos, -qué haces, que crees que haces?- -tu eres solo un joven y yo una mujer ya vieja!-
La volví a jalar de las manos y la volví a besar, esta vez ella ya no se apartó, nuestras lenguas se frotaban como serpientes en celo, como estabamos en mi auto le toqué sus piernas, aún eran duritas y bellas.
-Llévame a algun lado!- me dijo
Sin perder tiempo me la llevé al primer motel, entramos a la habitación yo la besé, pero fue ella quien me llevó a la cama y me acostó, -tengo varios meses de no tener sexo!- me dijo.
No besamos sobre la cama y poco a poco nos fuimos sacando la ropa, yo le dejé libre primer los senos, aún tenían la lozanía de sus mejores años, los besé y los chúpé como si hubiera sido mi novia. Ella se excitó mucho y me jalaba los cabellos, sus pezones se erectaron yo los probé con mis labios y los mamé como infante. Carmen María me apretó la cabeza contra su pecho.
Luego ella para pagarme el favor, me sacó la verga de los calzoncillos y comenzó a darme un exquisita mamada de verga, la mejor de toda mi vida, me chupó y lamio cada parte de mi verga, me comió los huevos enteros, me dijo que quería que me corriera en su boca, no me costó trabajo, pues ya estaba cerca de mi climax, sentí unos espamos como si eyacular fuera a disminuir mi ansiedad; no se cuanto eyaculé, pero fueron varios latigazos de semen y ella se tragó los primeros y se pasó por los labios los demás.
La señora Carmen María estaba tomando la iniciativa, después de sacarme los mecos, yo aún reponiendome, ella se quitó su braga y subiendose a horcajadas encima de mi, me puso su raja casi depilada en la boca y se sentó encima con delicadeza sin tocar mis labios sino, se quedó a uno o dos centimetros, yo entonces me puse a chuparle toda su chuchita, le lamía, atrapaba sus labios vaginales con mis labios bucales y se los jalaba, nunca había hecho esto, pero por los gemidos y quejidos de ella, yo sabía que lo estaba haciendo muy bien. Debo decir que todo esto era un sueño para mi, tener al amor de adolescente comiendole su raja a placer encima de mi, no estaba ni en mis mejores sueños húmedos.
A los pocos minutos sentí en mi boca un sabor entre amargo y acido, era su eyaculación femenina, la señora se estaba corriendo sobre mi boca, lo cual me puso como loco y comencé a lamerle hasta el ojete del culo, ella quiso quitarse de encima, pero yo la detuve y la sujete por los muslos con brazos y manos, y seguí comiendole su redondo ano con todas mis fuerzas, usando la punta de mi lengua intente penetrarle el recto y la raja, no pude pero la señora ya no gemía sino gritaba de placer. Ella super excitadisima comenzó a frotar su raja sobre mis labios y creo que logró otro orgasmo asi.
Ya llevabamos casi 45 minutos en el motel y aún no fornicabamos (no penetración por ahora), ella se viró sobre mi boca y quedamos inmediatamente en una 69, ella tomó mi verga que estaba semidura y comenzó a mamar mientras yo no dejaba de lamer ese culo de ella que vi desvirgar hace casi diez años. La señora se puso a tragar mi verga una y otra vez como si boca fuera una vagina artificial. En pocos minutos nuestros gemidos acompasados llenaban de ruido la habitación.
Ella nuevamente fue quien descompuso el 69, y virándose de nuevo se subió al estilo vaquero sobre mi vientre y tomando mi verga se la fue acomodando en su raja, su vagina estaba mojada y dilatada, no fue dificil metersela toda hasta lo más profundo, luego que ella pujó, comenzó a moverse como la mejor jinete, hacia adelante y hacia atras, y también arriba y abajo, yo sentía que tal cabalgada apretaba mi verga contra sus nalgas blancas. Yo estire mis manos para abrazar sus bellas nalgas y con mis dedos divisé su agujero anal, y mientras me cogía inserté un dedo dentro de su culo, ella no dijo nada, pero sus gemidos fueron más fuertes, diciendome que le gustaba que yo tuviera mi dedo en su ano.
No se cuanto duramos asi, ella jineteandome y yo apretando sus nalgas y penetrando su culo con los dedos, pero ella me llevó a un orgasmo intenso, nuevamente descargué una tremenda cantidad de semen, esta vez dentro de su utero. La señora siguió cabalgándome porque quería provocarse ella misma su orgasmo propio y un minuto después lo logro frotándo su raja y su clitoris contra mi vientre, fue un palo delicioso.
Nos quedamos en la cama charlando, reponiendo fuerzas, pero ni ella ni yo teníamos intenciones aún de colocarnos la ropa, asi que desnudos y abrazados, me preguntaba de mi madre y de mis hermanos. También nos dabamos ciertos besitos ricos en la boca. De pronto la imagen de hace diez años vino a mi memoria, ella abriendo su culo para su esposo, asi que luego de un rato en que nos normalizamos, comencé a besarle de nuevo sus senos, apretando con mis labios sus pezones, luego baje a su vientra, ya no era el vientre plano de antes, pero aún tenía firmeza y lozanía, fui bajando más y llegué a su raja, le dije que se volteara, lo hizo y tuve sus nalgas a tiro, me metí entre sus piernas y con mis manos abrí sus nalgas para divisar su parte más erótica para mi por tantos años, su ojete del culo.
Lo empecé a lamer como si se tratara de la fruta más rica, llenándolo de saliva. Luego le dije, -señora, tengo un secreto que quiero compartirle- le iba diciendo si dejar de lamer sus nalgas y la redondez de su ano. -Cual mi cielo?- me dijo con un tono casi maternal.
-Yo estuve en tu habitación cuando tu esposo te desvirgó este culito rico!- le dije y le pasé la lengua por alli.
-Y como es posible?- me dijo tensando su cuerpo.
-Me escondí en el closet y vi todo, todo!- le dije…hubo un silencio.
continué, -Desde entonces he soñado cogerte por ese lugar, y quiero hacerlo ahora si tu me permites- le agregué.
-Si, quiero que cojas por el culo, te lo pido mi cielo- me dijo la señora.
Me fui colocando encima, tomando mi verga con la mano la dirigí hacia su ano, mi glande fue abriendo su abertura lentamente hasta que se fue deslizando, ella pujó varias veces, pero observé que relajó sus musculos y la inserción fue rapida. Luego ella se levantó un poco, se notaba que ella ya tenía experiencia en ese tipo de penetración, y fue más fácil empezarla a culear, a pesar de sus años y relaciones, su ano estaba apretadito, rico, empecé a darle suave, pero poco a poco me embargó la pasión y la terminé por cojerla duro y con embestidas fuertes hasta que vi como ella llegaba a un orgasmo, luego me tocó a mi, la cantidad de semen que le eyaculé en el culo fue mucho menos que antes, ya era mi tercera corrida.
Aun nos quedamos abrazados en la cama algún tiempo. Luego yo le dije que quería ser su pretendiente, que no quería que se alejara de mi vida. Ella lloró y me confesó que su esposo la había abandonado por otra mujer, y que se sentía sola desde entonces. Asi que comencé una relación con la señora Carmen María. Ella me dice que no le importa que yo tenga novia, que ella entiende que una relación seria entre nosotros sería una tontería, mejor que sea una relación abierta. Pero aún asi el primer año que estuvimos juntos, yo no tenía novia, ella era la única para mi. La hice mia tal y como había soñado, de todas las formas posibles y yo la hacia sentir bien no solo en la cama.
Ahora tengo 26, ya no nos frecuentamos como antes, ya que ahora tiene nietos que cuidar y sus hijos se los llevan con mucha frecuencia. Pero creo que ambos hemos tenido momentos muy felices. En especial yo..
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