Dos hermanas pervertidas parte 2
Monica pierde su virginidad .
DOS HERMANAS PERVERTIDAS
Segunda Parte
La desvirgacion de la hermana menor.
Monica estaba viviendo una experiencia inolvidable con un viejo que podría ser su abuelo pero ella la estaba pasando también que estaba en un estado de excitación que pedía que la siguiera manoseando al estar en manos de ese viejo que disfrutaba de sus encantos juveniles…….
Ella misma estaba sorprendida, apretaba con ligereza esa herramienta más no se atrevía a ir más allá. El viejo examinaba el rostro agitado de la nena y así sin más, busco los labios y esta vez no encontró reticencias más que nada porque la hurgo con fuerza, disfrutando levemente esos labios aunque la nena no colaboraba, pero le bastaba, tan solo le bastaba aspirar ese cálido y fresco aroma de colegiala, ese límpido sabor de una niña pulcra y ‘decente’. Ella, con su manita, le palpaba de a poco ese miembro duro, húmedo y muy caliente, que por primera vez en su vida tocaba un miembro masculino calcando en su mente una imagen que pudiera describir e incluso llegándola a comparar con la de su padre ya que cuando ella inició en su despertar sexual en una tarde llegando del colegio encontró a sus padres en pleno acto sexual…
Mientras la joven sentía los pesados besos del viejo en su boca, se sentía ahogarse ya que en su vida la había besado un hombre y ahora por primera vez lo hacía con un viejo que ni dientes tenía casi pero por esa extraña sensación de éxtasis que sentía se dejaba hacer lo que el viejo quisera con la débil niña.
El viejo al notar tan sublime entusiasmo con la que la nena se dedicaba al tomarle y apretarle la verga, entrando en un vigor de lo más inalcanzable de saber que una finas y blancas manos de ángel osaban sobre su pants gris algo sucio, simplemente no pudo más y decidió ordenarle a la colegiala:
-Mamamela mamácita andale.
Monica con asombro sin dejar de abrir sus ojitos escuchó la petición que le hacía el viejo
-No puedo Don Apolinarrr es que nunca he hecho estas cosas……
-Andale –murmuraba al oído de sensibilidad externa y manipulable de la chica. –Como regalo de cumpleaños. Ándale mamacita, hazlo por este viejito yo te voy indicando como hacerlo anda que decis mamii
La chica jamás había hecho tal petición que le estaba pidiendo ese viejo pero algo dentro de ella y en su excitación quería experimentar por primera vez que es mamar una verga ya que una vez vio a sus padres en pleno acto sexual como su recatada madre le mamaba la verga a su apreciado padre y más o menos tenía la idea de como hacerlo…. Hacia que la chica puso una solo condición para poder hacerlo y se lo dijo al viejo…
-¿Pero me dejara irme Don apolinar?
-Si, si, si. ¡Ya sacamela mamasita! –decía con total fervor apretándole la mano a la nena que a su vez apretaba la verga del vejete.
-Pero solo se la mamooo… ¿y ya? Es que tengo que irme enserio oo…
-Si, si. Mamamela y te vas mamasita. Ya no la hagas de emoción. Siente lo calientita que esta, hmmm… ¡Ya chupala mi vida! –exclamó con ánimo lujurioso al tiempo que le masturbaba la panocha a la caliente jovencita, tratando de alentarla y con ello llevándola a tomar decisiones abandonadas.
-Hmm mmmmmm mmmmm… -expreso la nena que disfrutaba la masturbada que le estaban propinando.
-¡Que esperas putita! ¡¿Hmmm…?! –volvia a proferir como si disfrutara de la masturbada que le daba a la acalorada muchacha –Ya mámamela de una vez zorrita. Mámamela Quiero que te tragues mis mocos en tu boquita..
Mónica ahora escuchaba como el viejo la trataba como una puta jamás en su vida le había dicho esas palabras…. Pero la joven volvía a ser víctima de su éxtasis al sentir esos dedos en su jugosa panochita además de escuchar palabras tan soeces y tan ofensivas que la llevaban al punto de recordar como su padre trataba a su madre cuando ellos hacían el amor.
A la joven Le gustaba todo ese contexto, había adquirido un agrado insano que, aun no admitiéndolo, exigía más y más. quería por lo pronto conocer lo que escondía en sus pantalones ese asqueroso y bofo viejo.
-¡Mmm….! –farfullo el viejo después de haber introducido un buen tramo de sus dedos en la zorrita de la chamaca. –Estas que te derrites pinche putita. Que rico la tienes. Ooohhh…
La joven cada vez más fogosa experimentaba con cada intromisión, con cada desenfreno, un ardiente deseo y sin más, de pie junto a él, comenzó a desatarle las cuerdas del pants que tenía puesto el viejo. Le gustaba ese mando prepotente con la que el viejo la trataba le eran básicos y admisibles, muy dentro de sí lo había guardado y solo basto que ese infeliz sujeto la encendiera. bien podría imaginar que a esta le gustaba que la tratasen así, como una vil y vulgar cualquiera; Este viejo estaba dispuesto a desquitar bien sus ganas con ella, encontró los puntos enloquecedores y de ahí no saldría si no es que bien cojida.
Monica había estallado, su cuerpo pedía más Sin pensarlo demasiado, comenzó a bajar con sus dedos de un lado y para el. Otro el pants con todo y calzoncillos del viejo con un poco de fuerza de su parte ella medio lo logró bajar a media nalga apenas la joven con decisión metió su mano ya que no podia bajar mas el pants del viejo y saco esa erecta herramienta que escupía viscosidades liquido preseminal que cayeron sobre su manita, caliente, dispuesta para hacerse y hacer disfrutar.
Aquel parado miembro, de un tamaño importante era circundado por la tersa y blanca mano de la jovencita, evidenciando el claro contraste con respecto de pieles. Se mantenía hipnotizada y un tanto inquieta de tan sólo examinar el aspecto de la misma, aunque no la recorría, solo la contemplaba, sintiendo el calor y algunas pulsaciones que esta generaba ante sus curiosos y ya lindos ojos abiertos.
La verga del viejo era grandísima, si le daba competencia a la de su padre cuando se la vio por primera vez en aquel acto sexual con su madre.
Se sentía tan rara, extraña, muy aventurera al tener una verga por primera vez algo en su mente evitaba que dejara de tocársela. Esta verga era altanera, imponente, así pues no podía llegar a comprender el por qué hombres así, de esas anormales condiciones respecto a cualquier tipo promedio y de galanura y media, llegaban a tener semejantes instrumentos lúbricos y viriles.
Mónica Empezaba a sentir una sensación muy desesperada desde sus glándulas salivales, un humor deseoso que transcurría por su húmeda lengua, sentía un instinto que le orientaba a querer llevarse ese miembro a la boca por primera vez en su vida y tantearlo oralmente, por lo que después de unos míseros segundos y de forma autómata, fue arrodillándose poco a poco, sin soltar ese instrumento , ni con sus mano ni con sus ojos. El viejo apuró la disposición vacilante de la chica, sujetando sus hombros y empujándola hacia abajo. Aquello aumentó sus palpitaciones conforme ella llegaba al piso, ella misma sentía esa agitación como si aquello tuviera vida propia y se emocionara ávidamente, dilucidando lo que estaba a punto de disfrutar.
La joven acomodo ambas rodillas en ese piso rustico de cemento. Ahora llevo ambas manos alrededor del falo, más o menos sabía lo que tenía que hacer, ya que cuando vio a sus padres en pleno acto sexual vio a su madre como le hacia una mamada a su padre.
Ella emitió un sonido corto y agudo, nada claro, pero realmente no importaba para el viejo. Ella hacía un gesto de sorpresa, abriendo la boca y es ahí que el desatinado vejete, sin preguntarle y porque la calentura la invadía, se la envainó en la boca. Mónica la había recibido sin ninguna resistencia, realmente había sido sorprendida y la acumulación de saliva en su boca procuro de buena manera que aquello penetrara acordemente.
El viejo estaba realmente extasiado, le era indiferente respetarla o procurar el placer en ella. Para él las mujeres solo eran objetos de placer transitorios y desechables, al menos eso siempre considero casi todas esas veces que se masturbaba a la memoria de una fémina.
El verdulero la agarraba de su de su morena cabellera, haciéndole una curiosa coleta, mientras que con su otra mano la tomaba de la barbilla, para que la nena no se sacara la apestosa verga de su boca. La Colegiala que por primera vez sintió una verga en su boca de a poco entendía lo que le estaba atravesando y que se deslizaba con cierta facilidad, la joven Sentía que se ahogaba al querer, este instrumento, intentar llegar hasta sus amígdalas, Monica, que no tenía una experiencia alguna en mamar una verga jamas penso que seria asi de brusco su primera vez mamando por eso no iba a someterse, ni a permitir una penetración más violenta, al menos eso pretendía la joven.
Los distintivos sonidos eróticos que hacia la boquita de la chiquilla al estar recibiendo tan grotesca de manera esa verga se escuchaban repetitivos ecos en esa sala, opacados por los sonoros gemidos de placer del verdulero que rápidamente se hicieron escuchar, era el momento solo para él y se comportaba como un lunático. Ni siquiera se fijaba en la firme comodidad que la nena pudiera concebir, no era su básica prioridad por el momento. Él procuraba arremeter contra esa cavidad oral Le fascinaba ver a tan hermosa mujer tragándose prácticamente toda su verga sin chistar, al menos para el. Sus movimientos eran variado, en veces rápidos y luego lentos para darse la oportunidad de disfrutar mejor ese trabajo penetrante.
La bella Mónica aprovechaba los momentos lentos para mantener su respiración que era con lo que más batallo al principio, porque dentro de su boca no tenia mucha maniobra de movimiento al atravesarle esa barra de carne que le atravesaba oralmente. Apoyaba sus manos en sus rodillas. La nena empezó rodeando esa verga con su lengua, tratando de sentirla al menos. El tamaño le resulto enorme no entendía como en su boquita le cabía grandísima verga.
El sabor de esa verga definitivamente le era desagradable, era básicamente un sabor de sudor de varios días. Por eso resultaba asombroso ver cómo la colegiala soportaba tantas embestidas bucales, sus ojos dilataban algunas lágrimas, En su paladar podía sentir la gran cantidad de líquidos preseminales, que expulsaba el miembro de su amante.
Apolinar estaba más que fascinado, ese jugueteo lingual que empezaba a ejercer la nena le encantaba, por lo que empezó a desacelerar sus movimientos para que la nena pudiera hacerlo de mejor modo. Volteo a verla, ella estaba entretenida sin siquiera voltear a verlo, aún le recogía los cabellos y prácticamente controlaba los movimientos externos. sin sacarle la verga de su boca, estiro una de sus arrugadas manos hacia la suavidad de su rostro, luego bajo hasta sus redondos y pequeños pechos y empezó a sobar por encima de su blusa de un tela muy delgada.
La nena se estremeció, era un dolor inexplicable porque no le resultaba del todo incomodo. Le forjaba una fascinante sensación que la recorría toda, su cuerpo se colmaba de un placentero que descendían fluviales hasta su ya encharcada vagina, la nena con una de sus manitas libres empezaba a masturbarse, al compás del saca mete de esa verga en su boca. Con esa combinación la nena continuaba chupando verga con gran dedicación, el viejo magreaba cada pecho con absoluto deseo y ella se hurgaba en su rajita encontrando los puntos álgidos que le acercaban al orgasmo, el afortunado viejo que no paraba de gemir y proferirles sucios halagos a la mamadora mujer que lo complacía.
Pero a él ya no le bastaba solo tenerla ahí, con la verga en su boquita. En cualquier momento podría vaciarse porque de verdad ya no aguantaba pero él no quería derramarse dentro de esa boquita porque si no ahí acabaría su inesperada fortuna. Debía atacar en este momento, sabía que la nena disfrutaba de ligeros gemidos, que él consideraba escuchar.
La nena, que mantenía cerrado los ojitos, sintió que le arrebataban de la boca esa barra de carne a la que ya se había acostumbrado a mamar con gusto mas que nada.
-Don apolinar… que hace -salió de los labios de la chamaca que era sujetada de uno de sus débiles brazos, poniéndose de pie, tomada brutalmente por su cintura y luego siendo girada, arremetida hacia la vieja mesa en el que estaban los vasos de agua gaseosa y resto de pastel.
Varios de esas cosas que estaban sobre la mesa los hizo a un lado.
Apolinar se hallaba enardecido, le gustaba tenerla en ese sometimiento, casi, pero casi, consensuado, para él no había marcha atrás. Teniéndola de espaldas no quitaba la vista de tan suculento trasero de jovencita recién desarrollado que se escondía bajo aquella mini falda. Tanteaba, de nueva cuenta, las dimensiones de esas carnes. Pero esta vez pretendía algo diferente. Ubico su endurecido falo en medio de estas carnes, su verga la reconocía más de cerca al estar más desnuda, sintiendo la sensibilidad al contacto y aquel miembro daba un respingón de emoción de parada y muy anticipada.
-Pero que rico culito, hmmm… -manifestaba el afortunadisimo verdulero, ante el entusiasmo maravilloso de tener a su disposición tales carnosidades a las cuales ya empezaba a sobárselas, hurgando como poseído todo el área posible con sus toscas manos, las cuales le atraían de manera irremediable.
Monica miraba hacia cualquier parte como si con ello pudiese esquivar su desastroso placer. Sentía como el viejo empezaba a recorrer toda la extensión de su hermoso cuerpo, aun sobre sus delgadas ropas que poco hacían para evitar apreciar esos magreos. Le tentaban las tetas, su abdomen, su lindo coño… prácticamente la querían desnudar, cosa que inminentemente sucedería.
-Ay mamasita, no sabes como te deseo todas las veces que bas con tu faldita escolar caminando con tu hermana se me hacía agua la boca y ahora lo tengo solo para mi Todo tu cuerpecito… -mascullaba en el aún sensible oído de la chica y así empezaba a rodearla con sus desalineados brazos, punteándola con su verga de nueva cuenta.
– Estás bien rica. Hace rato que te ando llevando ganas mi amor y te me antojaste, hmmm… y ora… te ando disfrutando… hmmm…
La nena solamente se dejaba hacer y también se dedicaba a escuchar vulgaridades que expresaban los deseos lúbricos del verdulero, reflejando que no cabía en su encanto. La sensibilidad en su oído era su debilidad, el viejo prácticamente le respiraba dentro, apreciando ese desastroso aliento de una boca desaseada a la cual no quería volver a besar, de eso estaba segura.
De repente sintió como el viejo tomó de las partes posteriores los lados de su blusita ombliguera, besándole los hombros, sin dejar de puntearla, y empezó a bajar esa blusa, la intención era clara, quería desnudarla.
-¡Oiga don, no! ¡No, no lo haga! –dictaba la nena de forma inútil ya que su voz no causaba la persuasión necesaria.
–En eso, no, no quedamos, usted me prometió que me dejaba ir si yo se la mamaba…
-Hmmm… qué riquísima estás.
-Por favor don Apolinarrrr… -decía la voz debilitada, tratando de ser suplicante –Deje… déjeme ir yo no quiero hacer esto con usted.
-noooo nooo quiero de verdad. Seguía insistiendo la bella joven.
-Además pa que te haces tanto el rogar, si bien que quieres mamasita.
-No… eso no es verdad. –increpo la chica mirándole a la cara para mostrar su real inferencia, tomando las manos del viejo para que este interrumpiera sus labores y le quitara la blusa.
-¡¿Ah no?! Mira estoooo –Acto seguido metió sus manos por debajo de la faldita de la nena, buscando la panochita de esta y metiendo un par de dedos en ella, sacándolos para después mostrárselos con descaro –Mira. Estas bien empapada pinche putita. Asi que deja de decir pendejadas. Hoy te va a tocar estar con un hombre por primera vez acaso yo te mande a que vinieras a mi casa tu viniste por tu propia voluntad así que dejate de lloriqueos y prestame tu zorra.
Además que Ya probaste mi verga en tu boquita y pos bien que te gusto. Si la mamas bien rico.
-Eso no es cierto nooo es ciertoooo Se suponía que si yo se la mamaba me dejaba ir… ahora se dio cuenta que el viejo no iba a cumplir su palabra.
-No digas pendejadas, hmmm… -Apolinar volvía a meter sus dedos para tratar de anular la cordura de la indolente nena –Tu quieres verga y yo te la voy a dar. Si no no hubieras venido Vas a ver lo rico que la vamos a pasar. Hasta vas a pedir pa llevar, putitaaaa jajaja… de repente el viejo la tomaba contra su pecho con mayor fiereza que antes, al menos eso creía ella, y metia sus manos por debajo de la liviana mini falda y empezaban a manosearle el culo con total descaro e insolencia.
-Ay mi vida, jamás me voy a cansar de apachurrarte estas nalguitas redonditas Que duritas están. ¡Plaaafff! –un eco sonoro característico de una buena nalgada se hizo presente en toda la casa.
La niña mostro un evidente y natural rictus de dolor, aumentando su temor para con el, que seguía con su detestable y burlona sonrisa.
-Como me gustan tus nalguitas. Has de apretar bien rico… hmmm… mmmmm que deliciaaaa
Mónica miraba al degenerado con esa impotencia natural de chica infantil. No podía, al menos lo creía, hacer algo al respecto. Las toscas manos recorrían sobre sus nalgas y ella no hallaba el modo para deshabilitar aquello el viejo Buscaban el cierre que abriera esa minifalda.
De pronto una mano se introdujo por debajo de su tanguita y el viejo tanteaba ese tierno agujerito donde muy pronto meteria su verga La chica se sintió levemente ultrajada por esa forma en la que este hurgaba en su zona vaginal, tratando de deshacerse de esos brazos, pero todo era inútil. Aquel se aferraba con fuerza y forjaba una cara aborrecible y aterrorizadora que iba directamente hacia ella. No sabía cómo escapar de aquel viejo asqueroso que se sobaba al mismo tiempo la verga con total malicia.
-Ora si putita. Ya me anda doliendo la verga por querer metertela –expresó Apolinar con total lujuria recorriendo de pies a cabeza. El viejo bramaba con respiraciones pesadas y rápidas, con los ojos enrojecidos, como toro a punto de embestir.
-Apurémonos pa que te vayas pronto, jajaja si es que no te queda gustando y te quedas para recibir mas jajajajajaja–decía con completa malicia, disfrutando el momento de total control sobre la fémina. –Es hora de culiar decía el verdulero .
El viejo nuevamente sacaba su miembro erecto para que ella pudiera vérselo una vez más, hace rato apenas había logrado verla, prácticamente se la había empujado así sin mas. Estaba absorta en la venosidad que se dibujaba en ella, en lo grotesco que resultaba, palpitaba con languidez, al no ser peluda del todo, los pelos que si tenia eran bastantes gruesos, largos y de un color cano además de que tenia un color obscuro en la parte de los testículos en la base de esta. También se percato de la curiosa cabeza que tenia esta, una muy desproporcionada respecto al talle de toda la tranca, de un color rojizo. Temía que aquello pronto estaría en sus entrañas, ni siquiera sabia porque se la había metido a la boca, porque le había gustado. Ahora no había marcha atrás, el perverso viejo no iba a estar satisfecho hasta vaciarse en ella.
El capto la mirada de la dulce niña, Que le mirara la verga no fue mas que un indicativo de continuar y prácticamente la jalo de los brazos y la llevo al cuarto donde el dormia ya estando al borde de la cama, tan solo la arrimo a hacia ella.
-No noooo nooooo–advirtió con temor la nena que a pesar de todo aún resistía.
Él se sabía con el completo control y comprendía que la nena quería lo mismo que él pero detestaba esa necedad, o tal vez solo alentaba su orgullo de macho cabrío. Así que la tomo de sus cabellos y la empujo sobre la dura cama. Andabas de calentona hace rato y ahora resulta que no. Pinche chamaquita le decía el viejo
Apolinar la agarro acomodándola con más violencia. El viejo se sentía con mucho mas dirección, al menos la nena yacía mas calmada, por lo que prosiguió a sacarse la ropa con relativa facilidad, que eran mas por las ansias que por una habilidad nata, dejando al descubierto un cuerpo ancho y obeso, propio de una mala alimentación, mostrando un cuerpo para nada agradable en donde le crecían pelos de forma dispareja y desproporcionada, ya que en algunas zonas estaba repleto y en otras era el lampiño característico de la piel de sus piernas. Bruscamente tomo a la chica que le miraba con total desagrado La atrajo contra su desnudo cuerpo, para nuevamente dedicarse a ultrajarla de inquietas y desesperadas caricias.
-Por favor por favorrrr Don apolinarrr noooo me violeeeeeee noooooo–suplicaba la nena con voz quebrada. – no, no me haga daño, por favor… se lo suplico.
El pervertido viejo había recobrado un profundo placer insano cuando maltrataba o maldecía a la dulce chiquilla, algo más que eso, esa situación lo calentaba sobremanera. Tener a una chiquilla tan hermosa, lo enardecia mas querersela culear.
Apolinar la tomó por las piernas, fue directamente al escondido cierre que ya sabia donde estaba, dadas sus exploraciones anteriores. Entonces lo abrió sin importante resistencia y se lo quito haciendo fuerza a la chica por debajo de sus piernas. La misma suerte corrió la blusita ombliguera que tenia puesta , saliendo por el mismo lugar y con la misma facilidad.
La nena apenas osaba reclamos, con ligerisimos y breves sollozos, pues reclamaba inútilmente que no le hiciera nada, a lo que el viejo siempre respondía con violencia y serias amenazas Finalmente había sido despojada de sus ropas, quedando solamente en su juvenil y provocativa ropa interior y el calzado que protegían sus pies.
La lujuriosa mirada del vejete quedo puesta en el diminuto cachetero de color rosa y en las relucientes y morenas piernas de la colegiala que yacían abiertas. Tomó el diminuto cachetero de la chica y con ambas manos la bajó de un solo movimiento, para desnudarle la vaina. Su desquiciada mirada se posó en la tersa panocha juvenil virgen, en efecto, casi rasurada, límpida, la de una mujer que jamás ha sido profanada. Reanudando sus andanzas, esta vez atacó el brasier, de manera hábil liberaba el magnífico par de pechos pequeños pero duros de colegiala, y así ella quedaba completamente desnuda, completamente vulnerable.
Apolinar subió con gran emoción y avidez sobre la cama, sin dejar de soltar a la nena procurando cuidados para con ella, ubicándose por detrás de ella, que ya no ponía mucha resistencia y dejaba que todo transcurriera como el viejo quisiese, porque en sus adentros más perversos, una terrible e incontrolable fuerza permitía que todo eso pasara, las expectantes emociones. Así, el caliente sujeto, colocó sus manos por la leve cintura de la nena, sintiendo la suavidad única exclusiva de mujeres tiernas como ella. A pesar de todo, sentía un extraño temor, ese que surge de la emoción, por lo que con ese temblor en su tacto comenzó a recorrerla desde su vientre, subiendo por las hermosas tetas firmes y poderosas, mucho mejor de como se las había imaginado, llegando al fino y altanero cuello, mientras le besaba la espalda y la parte baja del oído; sabía que la nena tendría que ceder, pero él también podría colaborar.
Apretaba los duritos y pequeños senos de la mujer, con cierta presteza mas no con la violencia de hace rato. Ahora se daba el tiempo para ello.
-Qué tetas mamacita chiquititas pero en su tamaño natural me gustan. Hmmm… que ricas se sienten.
Sus lengüeteos en esa fina parte de la espalda no se hicieron esperar, sus ojos recorrían intrépidos todas esas curvas juveniles, se dedicaba a oler ese aroma de mujer perfumada y limpia, esa sedosidad de sus pulcros cabellos, la morena y tersa piel. Acariciaba con presteza los juveniles senos de la chamaca, apretándolos cada vez que sentía que una sensación orgásmica le acompañaba, ya que el viejo ya apuntaba con su enfundada verga las nalgas de tan singular mujer, volviendo a puntearla y experimentando ahora si el rose de pieles que tanto había esperado. Procuraba no desesperarse porque las ganas de metérsela lo invadían y aun pretendía disfrutar con sus manoseos todo ese hermoso cuerpo servido a su gusto. Eso sí, procuraba movimientos vehementes sobre la desnuda piel de la parte baja de las nalgas de la muchachita, humectándola con sus líquidos preseminales.
Mónica lograba soportar todo aquella más a fuerza de docilidad resignada que de un valor preciso. Bien podía preciar las caricias, como esa barra caliente y mojada buscaba su orificio en sus nalgas, asustándola sin remedio por lo que pudiera vivir en instantes si la perforaran de ese modo. Se sentía agitada, por un lado no respiraba con comodidad, la tenían sujeta de sus pechos que eran estrujados a placer. Cerraba los ojitos, de alguna manera, las involuntarias sensaciones de mujer en descubrimiento volvían a aparecer. Mordió ligeramente su labio inferior, como si aquello precisamente fuese de su consideración.
-Ay mamasita. Hmmm… que rica estas –expresaba el vejete, que empezaba a llevar sus maniobras con su lengua hacia la orejita desprotegida de la nena, el punto débil que él pretendía.
Con los sentidos enervados, el verdulero amasaba con dedicación extraordinaria las tetas de la chica, a cada rato se sentía tan afortunado y en veces caía en la irrealidad y todo ello, pero tan solo le bastaba acariciarla, apretarla y oírla expresar un quejido para volverse hacia su hermosa realidad. Con mayor vigor, la punteaba con más firmeza, aspirando y llenándose los conturbados pulmones con el fresco aroma que emanaba de los perfumes de los cabellos de la jovencita, casi perdiendo el control con ello. Sin embargo, quería saborearla en todo su esplendor. La nena respiraba con pesadez, señal de que estaba cediendo, cosa que calentó aún más el ánimo del viejo que quería alentarla a más, metiendo sus manos en la dulce vagina de la nena.
-Nnn…no… Nnn…no noooo – balbuceaba una debilitada chica aun perdida con los ojos entrecerrados.
Apolinar acariciaba con tesón a la nena, en forma lujuriosa, muy desesperada, sin discriminar área posible de todo ese joven cuerpo. Mantenía sus chupeteos en la oreja pues gracias esto es que la tenía seriamente dominada. De pronto sentía la piel de gallina que la nena expresaba en su piel, como cuando se tiene escalofríos, señal de que disfrutaba los lengüeteos. El astuto viejo de inmediato capto a su favor esta reacción, se trataba de ayudar un poco más, de hacerla participe. Así que llevo una las blancas manitas de la jovencita para orientarla hacia su imperante erección.
Ella no resistió, en instantes tentaba ese grosor, esa calentura que contenía aquel aparato vergal. Cerraba los ojos, inclinaba la cabeza hacia atrás, dejándose llevar.
En lugar de que dejase de tocar la verga, y aunque negaba con la cabeza, empujaba su trasero hacia atrás, respirando con más fuerza. De pronto fue tomada para quedar frente a la estúpida cara de astucia del viejo. La lengua y los labios del hombre recorrían la piel de sabor fresco, perfumado, jovial, subiendo por el cuello y el hombro buscando el total derrumbe, poco a poco buscaban la vulnerable pero deliciosa y fresquísima boca de tan sensual chamaca. Volvió a encontrarse con esa boca, la encontró febril, húmeda, pero ella lo rechazo, a pesar de aceptar un tiempo el lengüeteo devorador que el hacía.
El viejo volvió con sus perimetrales manoseos, agarrándola por las nalgas, atrayéndola hacia su virilidad que se impacta con el desnudo vientre. La nena abrió la boca y él una vez vio tal cosa le devoró la boca bebiéndose toda la saliva que la nena generaba en su boquita. La nena apreciaba la textura desagradable de dientes mal cuidados, el hedor de una boca que solo se dedicaba a beber y fumar cualquier cantidad de comida chatarra y esa característica tan de el de generar gran cantidad de saliva.
Salió del besuqueo cuando ella ladeo la cabeza, ahora recorría el largo y finísimo cuello brindándole escalofríos exquisitos que se incrementaban por el calor que recibía en la piel de su vientre. Luego bajo hacia las hermosas y suculentas tetas las cuales deseaba succionar. Así que sin más empezó a chupárselas con fervor impaciente, logrando que la joven se estremeciera, moviéndose ligeramente, respirando con agitación, ensayando murmurios, todo en ella lo delataba, mas no deseaba admitírselo a ese miserable aprovechador.
-Ahhhhhh… Nooo… noooooo–escapo de la boca femenina, con exhalar indefinido. –Déjeme, nooo… noooo porfavorrrrr
Don Apolinar sabía que era cuestión de mayor entereza. En realidad ya lo que solicitaba ella estaba por demás. Simplemente se dedicaba a chuparle los recién desarrollados senos como queriendo amamantarse de ellos. Ella prácticamente se retorcia Sabía lo que quería y eso era lo que estaba caliente apretándose contra su vientre.
-Oooohhh…ahhhh. expresaba con dicha y placer angosto a los oídos sensibles de la nena. –Que, hmmm… ricas sabes. Es tu primera verga mira nada mas A ti te encanta Mírala como la agarras… hmmm…parece que te va gustar esto mi putita…..
La colegiala, en ese momento… más su boca fue asaltada con un asqueroso beso que la obligo a contribuir en él, dado que un apretón en uno de sus pezones le hizo sentir un gustoso placer. Se besaban, más bien, a ella la besaban, esculcaban en su boca con una lengua intrépida, insolente y maledicente. El viejo separo un rato su boca, noto como ella apagaba sus ojitos, con la boca abierta, esperando a más.
Movió su erección sobre ese vientre tanteando el área pélvica por donde este miembro ya quería invadir.
-Que rico regalito de cumpleaños mamacita. Soy un hombre bien suertudo, voy hacer el primer hombre en hacerte mujer no cualquiera recibe regalitos así, jajaja…
–Nooo…noooooo porfavorrrr nooooo -reclamaba inútilmente la chiquilla entre jadeos sutiles, que parecían gemidos más que otra cosa.
El viejo aun jugaba con ello, morbosear al límite con ella, reclamarla con decisión, aun cuando cabía en un estúpido juego como ese cumpleaños . Ella volvía a pensar en ello, precisamente había accedido a él solo para complacerlo para otorgarle un regalo que se transformaba en otro y luego en otro y luego… la naturaleza de entregarse como un obsequio a un desdichado, aun pervertido enervaban sus sentidos, punzaban en su vagina cubierta de puntos eléctricos que se esparcían por todo su cuerpo. El viejo resoplaba como fiera embravecida, estaba listo para atacar y morir, encontrando el placer que representaba que una mujer se entregara a él tan solo como un estúpido, pero majestuoso regalo. No se cansaba de observarla, cada milímetro en ella, cada poro en su piel, cada escarcha de dulce sudor, cada hedor perfumado, aumentaba su calentura y se volvía mucho más placentero usarla a su favor.
Acomodo a la nena de espaldas, ella se comportaba simple, complaciente. Le separo las piernas, poco le importaba el placer que podía generarle a ella. Miraba esa brillosa vagina, pero no era de los tipos que le gustara chupársela, él era ajeno a ello, para ese resquicio femenino solo servía para alojar vergas y leche. Pero tenía que complacerla, ella lo valía así que comenzó a dedearla, simulando la penetración que deseaba hacerle. Sin hacerle daño a su virgo ya que ese lo estaba aguardando para ya erecta verga.
La nena miraba los inquietos ojos del viejo, el miraba ese estremecimiento aguardado. Ella no soporto mucho, deseaba que el clavara su boca y le brindara placer Disimuladamente comenzó a menear sus caderas para que este se animara a masturbarla con la lengua, pero el solo escarbaba y se excitaba con ello, viendo esa calentura femenina ese abrir y cerrar de sus ojitos y sin más, se hinco delante de ella, tomando con la mano su gruesa verga, apuntando con dirección de la entrada de ese hermoso y joven coño. Mónica de dedico a examinar todo, sin reparar en detenciones, algo muy en ella lo deseaba ya, reclamaba menos contratiempos. Se apoyo sobre sus codos para poder tener mejor posición, vio como el viejo verdulero apuntaba su cosa bien proporcionada en dirección de sus labios vaginales. A su vez, el viejo se acomodaba sobre ella, extendiéndose haciendo que ambos cuerpo quedaran extendidos. Ella rescato un momento de cordura e iba a pedir tiempo, espacio, piedad pero el tipo recostó su cabeza en el hombro de la chiquilla, mirando hacia donde maniobraba y sin más enterró esa virilidad en la apretada virgen vagina de la incierta mujer.
La colegiala sintió tremenda verga enterarse así rompiendole su virgo sin ninguna contemplación de parte del viejo y se expresó con un -¡Nooo…! ¡Ahhhhhhhhhyyy…!hayyyyyyu ¡Aaahhhhhhhhh! Ayyyyy ayyyyy gritaba la niña hecha mujer–profirió la dulce voz con fuerza necesaria que a su vez servía para resistir la embestida
APOLINAR estaba que no se la creía, su autocontrol le servía de maravilla porque tenía aún más por dar. Exhalaba con la boca abierta, con esa cara infame y desastrosa propia de un hombre enfermo de locura que se acentuaba con las deformidades propias de su naturaleza. Sentía la calidez de las carnes internas de la joven, quedándose un momento para sentir la textura hasta antes enigmática de un coño joven recién desvirgado que él nunca en su vida había sentido. Metió sus manos por debajo de los suavecitos hombros de la nena, para poder tener mejor control de ese frágil cuerpo. Luego empezó con un lento saca-mete, que era más el meter.
La nena se retorcía del dolor al sentir que por primera vez un hombre la perforó y sin compasiones. Tan solo se aferraba a la ancha espalda, sintiendo las zonas peludas distantes unas de otras, en una razón más de reflejo y de acomodo, que por querer admitir el goce. El viejo procuraba de a poco llegar con cada embestida de su gruesa verga hasta al fondo posible. La chica de pronto sentía que el dolor acrecía, conforme este más avanzaba. su gruesa y envarada verga, aquella tranca era muy gruesa y larga para la chica
-Auch… Nooo… Me duele… No, no… no me lastime… Don apolinarrrr aaahhh… esa, su cosa me lastimaaaa… aaaahhh… duele por favor, sáquela. Sáquela
Sin duda el vejete esto lo enardecía más que conmoverlo, estaba completamente dichoso, el tan solo saberse dueño de tan suculenta chiquilla, sentía un orgullo tremendo lo hacía saberse victorioso al haberle robado su tesoro más preciado a la joven Cada palabra suplicante de la llorosa nena significaban para él que debía ir por más. Le faltaba explorar más aquella panochita, aún estaba a medias, estando sobre esos muslos abiertos. El placer que estaba experimentando era incomparable, continuaba con su insolente mete-saca, sus ojos saltaban de sus espacios designados. Empleaba poco más de fuerza pues la vagina de la chamaca le resulto más poderosa, pues aun no lograba meter del todo su verga y deseaba llegar hasta que su base contactara la zona externa vaginal.
-Ooooohhh… Pero que rico aprietas mamasita. Ohhhh… – le bramaba a la cara de la nena, dejándole su tufo y varias gotas de saliva que se le escapaban. –Orita te la voy a meterrrr… aaaahhh… hasta el fondo, vas a ver… Ahorita vas a sentir que es tener una verga completa en tu tajito como se debe zorritaaaa… aggg…
-Nooo… don… ¡Sáquela…! ¡Dueleee dueleeeeeeee suplicaba la joven…!
-Tu tranquila mamasita. Ahorita entra toda y te va a gustarrrmmmmmmmmm… Hasta vas a pedir más pinche zorrita aaahhh…. –exclamaba el vejete tomando las hermosas tetas para chuparlas prácticamente las dos al mismo tiempo.
El viejo continuó con sus magreos. Durante un buen rato se sostuvo ese bamboleo penetrante, mientras el acometía a cada rato con sus desesperados besuqueos que eran más lamidas a la boca que la mujer que tan solo hacía por soportarlo. El viejo estaba por querer meterle toda la verga más la panochita de la nena resistía bastante, exigiendo demás al viejo que aplicaba una fuerza más allá de lo que creyó, violentándose en esos movimientos, dejándose caer en ella, y proponiendo una bestial arremetida, cosa que resultó salvaje para la pobre chica.
-¡Ayyy…! Ayyyyyy nooii ¡Nooo…! –grito la colegiala con voz dolorosa y una carita fruncida que dibujaba la tortura que estaba padeciendo. -¡Dueleee… noooo… que hace, don Apolinarrrrr ahhhhhj ayyyyyyyyuu… ahhhhhmmm…! La tiene muy grande hayyy hayyyy me dueleee
La nena sentía que lastimaban su vagina con esa concentrada penetración que había sido lograda de un momento a otro, acabándose de comer en su totalidad los bastantes centímetros de carne que poseía el orgulloso sujeto. Eran casi los mismos que tenia su querido progenitor. A para la chica era algo nuevo para ella, sintiéndose tan vulnerable, tan aquejada, mostraba sus quejas pataleando, aferrando sus manitas sobre las cobijas de la dura cama, entre alaridos de dolor, suplicas que no eran atendidas de ninguna manera atendido por el verdulero que se hallaba completamente enloquecido por su logro reciente. El hombre tan podía sentir su propia ensartada en las profundidades vaginales, lo que hizo que aumentara el ritmo de sus mete-saca, confirmando lo bien ensartada que tenía su verga que gozaba a plenitud y nada se lo podía impedir. Ella se aferraba a él, llevando sus manitas al esponjoso y caído pecho.
Además cuando de pronto sentía la certeza de que aquello la atravesaba con más fuerza y llegaba a puntos álgidos, sentía que todo se desvanecía y solo se concentraba por resistir.
-¡No…ooo…ooo… don Apolinar!… ¡Me dueleee! ¡Por favor, por favor, pare es mi premera vezzz hayyyyy me dueleee, no tan… duroooo aaayyy… me duele…! ¡Aaaayyy… muchooo! ¡Por favooor…!
pareciera que la nena en lugar de pedir piedad estuviese pidiendo más fuerza cruda y despiadada, eso sencillamente era lo que el viejo interpretaba, para el ver el dolor provocado le colmaba en un placer indescriptible, jamás soñada, ver ese ceño fruncido, ese rictus de dolor en esa hermosa carita tan solo lo embrutecían y aumentaban sus deseos malignos.
Ríos de lágrimas se dibujaban por esa tierna carita, que se planteaba lo infortunado que había sido ese día. No podía creer cómo había llegado tan lejos, se culpaba a sí misma de su facilidad, de su sensibilidad, todo para acabar siendo mancillada por tan horrible sujeto. Todo esto me pasa por salir de casa tan noche y venir a un cumpleaños sola con viejo que me engaño se decía la chica llorando y recibiendo tremenda cogida brutal
El viejo estaba en otro asunto mucho más confortable. Sentir como esa cavidad vaginal le recibía con gran asequibilidad lo sacudían en un grado que se sentía el mejor de los hombres, el más completo, sin necesidad de títulos, bienes, fortalezas, para él solo existía este dichoso momento, encima de la jovencita que no paraba de gritar y llorar, cosa que a él le sonaban a aplausos y vítores.
Penetraba con mayor grado, disfrutando ese estrecho resquicio húmedo, caliente, incluso notando como sus testículos golpeaban contra ahora las nalgas de la nena. Le encantaba ver a la nena desgarrarse, al menos ver esas deliciosas expresiones, ella arañando las telas que están puestas sobre la cama, ladeando a cabeza, apretando los labios, abriéndolos una vez más; le gustaba jugar con esas expresiones, aumentando el ritmo con la que la atacaba, tomando una velocidad maquinal, disfrutando el interior delicioso de la jovencita, entrando y saliendo.
La pobre jovencita se envolvía en sollozos mirando a su captor con ojitos atemorizados, sintiendo el dolor propio de estar recibiendo verga por un buen lapso de varios minutos, aunque tan pronto se venían ya las sensaciones extasiadas, esas que al principio la habían acompañado De sus labios ya excavan la respiración costosa, los ligeros alientos, los gemidos que representaban el genuino placer.
Apenas había escuchado un ligerísimo sonido extasiado por parte de la chamaca, el viejo volvía a moverse con rapidez tratando de alterarla básicamente. Entendía de qué de eso se trataba, entre más se moviera, más la chamaca se encendería.
-Oooohhh… Te está gustando, ¿verdad chamaquita? Bien que te dije, que te iba a gustar, si a todas les gusta que uno se las coja así, jajajaja… -exclamaba el malsano vejete mirando los brillosos ojos de la nena que ya no lloraba como antes, tenía ese brillo quejumbroso pero era porque disfrutaba, su rubor, las escarchas de sudor en su frente, en su fina nariz. Además la nena empezaba a mover las caderas, acomodando solita al compás de las penetraciones, haciéndose ver excitante, extasiada, fogosa, irreal pero accesible para ser poseída.
El viejo estaba inalcanzable, no podía nada lograr que se sintiera infeliz, no se cansaba de apreciar tan digna hembra que ahora estuviera cogiendo con él en su cama y en su casa… esa esbelta figura lo volvían loco de pasión, sentía la dureza de esa firmes y calientes tetas comprimiéndose contras su pecho, cosa que lo calentaba más llevándolo a los límites de su imaginación, a los límites del sexo ilimitado.
-Aaaahhh… pero que rico te mueves pinche pendejita… que rico regalo de cumpleaños, ¿Verdad que este es mi regalo? Tu zorrita es mi regalo, ¿verdad mamasita?
Antes tales falacias, la colegiala solo hace por moverse, esas palabras humillantes han encontrado sentido en su ser ominoso que la están colmando de placer. Ya no puede detenerse ni lo desea hacer, ha sido incendiada. Por ello, cierra los ojos, rodea con sus agiles brazos el abotagado cuello de su amante y prácticamente se cuelga de él. Arquea deliciosamente la espalda, mueve su cintura en un rápido y muy exacto movimiento de atrás hacia adelante, buscando dar soporte y mejor presteza a aquella arremetida que el viejo le está proporcionando, sus puntos de presión han sido tocados y ya no puede desistir mucho más.
-Aaahhh… Aaahhh… Hmmm… Aaahhh… Siiii… Qué ricoooo! –decia la más dulce voz desfigurada por los altos índices de placer que la invadían, al mismo tiempo que sentía como sus pezones se ponían como rocas al contacto con el arrugado pecho del verdulero, comprimiendo los musculos como queriendo atrapar para siempre esa penetración. –Siiii… Así, así, asiiiii…. Hmmm… Siii… Deme… asi don apolinarrr … Que rico, si hágame suyaaa…demeeee masss ahhh ahhhhh ayyyy siiiiii ¡Ahhh…!
-Siiii mamasota… eres mia pendeja, mia y de nadie más…yo fui tu primer hombre eso lo recordaras siempre Que rica estás pinche perrita…
-Hmmm… hmmm…. Siii…papiiii ahhh ahhhhh siii tu eres mi machoo….. -exclamaba la nena y trataba de aumentar sus movimientos con tan solo escuchar estas viles palabras. –Asi, asi, asi… me gustaaa… ¡Mmmmm…..! ¡Que ricoooooo…!
La caliente jovencita expresaba tan viles palabras porque al mismo tiempo, y sin poder contenerse, expresaba como de sus intimas cavidades fuian a chorros cantidades de jugos vaginales que bañaban el grosor huésped en ese momento, que seguía acoplándose con fuerza de forma desquiciante.
-Que rica… que rica suuu… veeeergaaa… don… don apolinar es única que ricaaaa… que rico se siente por dentro… mmmmm… ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii….! Siiiiiii papiiiii hayyyyu que ricoooo…..
-Ahhhh…. Que rico… Mamasiiiitta… Que puta eres… tu pince panocha también está bien rica… siéntela. ¡Siéntela putita mi verga es tuyaa ! -dijo esto último acomodándole un fulgurante y vivaz estocada que llego hasta el fondo más posible que podían lograr esa erección, haciendo que la cara de la jovencita forjara los síntomas del estaxis, del gozo absoluto y pleno.
-¡Aaahhhhhh… ahhhhjj ahhhhyy! –bramaba la nena en total descontrol pasional, -¡Me encanta! ¡Me encantaaaa como me la meteeee! ¡Aahhhhh…!
-¿Siii…? ¿Te gusta pendeja? ¡¿Te gusta mi verga?!
-¡Me encantaaaa, me encantaaaaa su vergaaaaa!, su vergaaaaaa esta deliciosa papiiii!! –le decia la nena – Su vergaaaa es tan ricaaaaaaaaa y tan duraaaaa me gustaaa como me la mete a lo bruto ahhhhh ahhhhh ahhhhhh!
Escuchar este mar de disparates sexuales, excitantes por supuesto, de una boquita tan dulce y que cualquiera que la viera seguro no la juzgaría por vulgar o lujuriosa, tenían al viejo en la posibilidad más cercana de conocer el paraíso. A su edad y con una hembra de tales características, gimiendo, rogando por ser penetrada, lo llevaron a sacar fuerzas desconocidas todo con el afán de brindarse el placer más absoluto, de ganarle a las probabilidades, de reírse del maldito destino, de acabar si es necesario, con sus propias insignificancias, de poseerla al límite.
La muy caliente monica notaba ese grandioso esfuerzo con el que el viejo se desempeñaba para forjar una épica follada. Lo veía jadear, escurrirse en sudor. Empezaba a apreciarlo en un raro modo, casi con deseo; ese color apagado y blanco, propias de su edad, la hinchada cara, desproporcionada , obscura en ocasiones, brillosa por la grasa y sudor que dé el salían expedidos, esa boca torcida que se abría o cerraba para apretar unos incompletos dientes de color amarillo. más la calentura que la invadía y una sensación desconocida hizo que tomara de las apagadas mejillas con sus manitas y lo invito a besarla.
Apolinar por supuesto que no iba a desdeñar una conminación así, por lo que con una desmedida pasión que rayaba lo salvaje, comenzó a besarla de manera superflua, asquerosa y nada sutil, pareciera como si quiera consumirle las entrañas desde ahí mismo.
Ambos se hallaban al borde del orgasmo, compartían su sudor, La nena, con total iniciativa y deseo por sentir más, se incorporó, poco a poco y tomando el control, logro quedar sobre la semipeluda panza del viejo. Aquel falo aun le parecía enorme; acomodo sus pies, que aun calzaban sus zapatillas , sobre la cama, con gran habilidad, se inclinó apenas un poco, tomo aquel mojado grosor y acomodársela ella misma hacia donde quería tenerla. Poco a poco bajaba sus caderas, conforme su vagina se volvía a tragar centímetro a centímetro aquella verga. Apolinar estaba extasiado por el espectáculo ofrecido, babeando lujuriosamente por la actitud tan lubrica que estaba adoptando la sensual colegiala. Presto a la temperatura inusual e increíble, de la nena estaba lista para tomar el mando de las nuevas arremetidas. Una vez acomodada sobre la fea panza del sujeto y totalmente tragándose casi toda esa gruesa herramienta, empezó a mover sus hermosas caderas, empleando un oscilatorio movimiento que estremeció al viejo de inmediato. Esa sinuosa figura de simetrías exactas, de tersura y color radiante, brillosa figura por el sudor lascivo de ella misma y que el viejo había embarrado en ella, se meneaba majestuosa, meciendo de forma lujuriosa sus hermosas tetas al ritmo propio de su empalamiento
En aquella casa del verdulero y sobre su
cama, monica, cubierta de un espléndido brillo a causa de su propio y liviano sudor, cabalgaba de forma desesperada al afortunado vejete, al borde del orgasmo más sublime que tanto buscaba. Parecía imperturbable, meciendo es escultural cuerpo y ese sutil rebotar de sus pequeñas redondas tetas a las cuales apretaba junto con las manos grasientas de su amante, sus cabellos balanceados en el aire, sus ojitos perdidos, sus labios brillosos.
-Dooon… don apolinarrr -hablaba con voz temblorosa la chiquilla que ricaaaa estaa suuu vergaaaa mmmm me llega hasta el fondo, hmmm… .
el viejo ahora acomodando sus manos en las suaves nalgas y en las caderas de la hermosa mujer, a la que disfrutaba a su antojo.
la nena, cuando encontraba puntos de placer contactados, movía sus caderas, revolviendo la verga del viejo, queriéndola llevar hasta lo más propenso de su vientre.
siguete moviéndote, asi, aaahhh que ricoooo mi putaaaaaa… -volvió a decir el viejo que imperaba su orden al ver tan impresionante movimiento que la nena le estaba regalando, alentándola a ello. -Que rico lo haces pendeja, muévete, muévete asi, que ricooooo… a que rico…
Mónica hacia ojitos muy enternecedores, sin dejar de mover sus caderas, de atrás hacia adelante, sin dejar de menearse ondulatoriamente al contacto de ambas pelvis, para una mejor sensación, había descubierto la facilidad para lograr un mejor placer meneándose de esta manera. Prácticamente exprimía y succionaba aquella verga en su interior con tales movimientos. Apoyaba sus manitas en la flácida barriga del verdulero Descubrió una situación presa de una insana calentura. No podía dejar de clavarse esa gruesa verga, que fácilmente llegaba hasta donde se dibujaba su cintura.
Sencillamente su acalorado cuerpo, su temple desvaído, explotó, consumiéndola por fuera y por dentro, llevándola al éxtasis absoluto, aquel que ya no media parámetros, consecuencias, alcances, tan solo ella se dedicó a follar como una cualquiera y vil puta
-Aaahhh… aaahhh… aaahhh… ricooo… ricooo… papiii! Si… Siiii que grande te la siento mmmm siii estaaa ricaaaa… Hmmm…
Vapores lacerantes, olores a sexo cundían el turbado ambiente. Los gritos de la chiquilla, el golpeteo de la pieles, sus nalgas contra las piernas y los peludos testículos, sus bamboleantes pequeños senos, los gemidos grotescos del viejo…
-¡Aaahhh, aaahhh…! ¡Ricooooo! ¡Ricooooooo! Siii… Hmmm… Hmmm… Si, asi… le gustaaa como me comooo su vergaaaa papiiiii
La grandiosa hermosura colegial enterraba el largo de sus uñas matizadas en un rosa sensual en el peludo pecho de su poseído amante, exhibiendo el gemido prácticamente inminente.
-Aaahhh… aaahh… yaaa… ya, ya… ¡Me vengooo… me vengooooo paapiii! Hmm… hmmm… ¡Ahhhgggggg!
-Si, si mi nena… oooohhh… que rico mamasita que ricoooo hechame tus jugosss mi putitaaaaa… -exclamaba al compás viejo haciendo participe a las sensaciones de la enloquecida chiquilla, que tanto disfrutaba en entregadas condiciones –Que rico coges pinche putita… riquísima, ¡riquiiiiisimaaa mi vidaaaaaaa…!
Ambos sexos se frotaban de manera casi coordinada, como si dependieran una de la otra de manera vital, pegadas, frotándose con desesperación. Aquel no pudo más, los movimientos de la nena eran tan intensos como precisos; la verga del viejo inyectaba cuatro raciones de espeso y lechoso semen en el interior de la vagina de la hermosa Colegiala, que a su vez recibía emocionada más por calentura, su vagina, que se comportaba exprimiendo aquel miembro viril que tanto había disfrutado, con la intención de sacarle hasta la última gota posible de ese fecundo semen que el viejo había reservado exclusivamente para ella, sintiendo como el caliente liquido se escurría hasta cerca de su zona estomacal asi dejando perfectamente su semilla dentro de ella.
Sus ojos estaban en blanco, abandonándose en un sublime orgasmo, el más potente que había recibido en su poco experiencia, mientras su amante terminaba de arrojar las ultimas gotas apenas perceptibles, ella secundándole con movimientos pélvicos más lentos, sin dejar de separar su intimidad de la de aquel.
Una vez terminado, cuando aquel miembro perdía el vigor preciso, cayo desvanecida, desplazándose sobre el pecho del viejo que la rechazo al complicársele la respiración y quedándose a su lado, con esa cara de lujuria consumida, satisfecha y completamente exhausta tras ese vital esfuerzo. El viejo volteo a verla, atrayéndola, que a su vez y sin hacerse del rogar y con los últimos pero aun fuerte punzós placenteros, acariciaba con deseo los cabellos blancos de su amante, mientras compartía la frescura y humedad de su boca a los chuecos labios y esa bucal que pasaba completamente inadvertida en tales instancias.
Poco a poco se fueron dejando de besar ambos amantes a recostados en la cama cuando el viejo hablo….
Ya vessss mamacita no querías y terminaste cediendome tu cuerpito jamas olvidaras que yo te hice mujer mi vida diciendole esto último la tomó de la cintura bajando su manotas le pegó dos tremendas nalgadas para dejarle en claro que el fue el afortunado en desvirgarla y poseerla a su antojo…
La joven con sus ojitos semi abiertos soltó un último gemido haaaahhaaa mmmmmm aceptando las dos nalgadas que le dio el vejete…
Los dos amantes se quedaron a recostados en la cama la joven abrazando el bofo cuerpo de su amante empezó acerar su ojitos quedando profundamente dormida.
Mientras tanto eran como las 10 de la noche Marcela había asistido a una disco con sus amigos la estaba pasando de lo mejor tragos, baile y música, marcela bailaba en la pista con una de sus amiga la música de moda el reggaeton una cancion muy sonada y pagada ese mes que se llamaba ESCAPATE CONMIGO de azuna las dos colegialas bailaban muy pegaditas se agarraban de la cintura ambas señoritas y enredaban las piernas una con la otra bailando al ritmo del reggaeton….. En ese momento un grupo de señores de 45 años para arriba todos eran unos albañiles ingresaban a esa discoteca en busca de alguna hembrita para poder disfrutar a su antojo en ese lugar no les impedían la entrada nadie ya que el antro era para cualquier tipo de personas que quisiera disfrutar de música y tragos…..
Los albañiles se sentaron en una mesa y uno de ellos alzando la voz dijo hey mesero tráeme una botella de whisky para esta mesa el mesero escuchó y rápido fue a la barra y la fue a traer la botella ….
Uno de los albañiles vio a las dos colegialas bailar juntas y le dijo a su compañero pero mira nada mas que par de mujercitas estas para darles tremenda cojida a las dos y hasta dejarlas mudas…. Siii compa estan buenisimas estas hembritas tanta carne y yo chimuelo jajajajaja seria los albañiles.
Continuará una tercera parte espero les guste.
Wooooooooooooowww muy excitante este relato!